La Buena Noticia del Dgo. Pentecostés

Recibid Espíritu Santo

El Espíritu Santo os recordará todo lo que os he enseñado
El Espíritu Santo os recordará todo lo que os he enseñado

JUAN 20, 19-23

19 Ya anochecido, aquel día primero de la semana, estando atrancadas las puertas del sitio donde estaban los discípulos, por miedo a los dirigentes judíos, llegó Jesús, haciéndose presente en el centro, y les dijo:

– Paz con vosotros.

20 Y dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos sintieron la alegría de ver al Señor. 21 Les dijo de nuevo:

– Paz con vosotros. Igual que el Padre me ha enviado a mí, os envío yo también a vosotros.

22 Y dicho esto sopló y les dijo:

– Recibid Espíritu Santo. 23 A quienes dejéis libres de los pecados, quedarán libres de ellos; a quienes se los imputéis, les quedarán imputados.

COMENTARIO

ABIERTOS AL ESPÍRITU

No hablan mucho. No se hacen notar. Su presencia es modesta y callada, pero son «sal de la tierra». Mientras haya en el mundo mujeres y hombres atentos al Espíritu de Dios será posible seguir esperando. Ellos son el mejor regalo para una Iglesia amenazada por la mediocridad espiritual.

Su influencia no proviene de lo que hacen ni de lo que hablan o escriben, sino de una realidad más honda. Se encuentran retirados en los monasterios o escondidos en medio de la gente. No destacan por su actividad y, sin embargo, irradian energía interior allí donde están.

No viven de apariencias. Su vida nace de lo más hondo de su ser. Viven en armonía consigo mismos, atentos a hacer coincidir su existencia con la llamada del Espíritu que los habita. Sin que ellos mismos se den cuenta son sobre la tierra reflejo del Misterio de Dios.

Tienen defectos y limitaciones. No están inmunizados contra el pecado. Pero no se dejan absorber por los problemas y conflictos de la vida. Vuelven una y otra vez al fondo de su ser. Se esfuerzan por vivir en presencia de Dios. Él es el centro y la fuente que unifica sus deseos, palabras y decisiones.

Basta ponerse en contacto con ellos para tomar conciencia de la dispersión y agitación que hay dentro de nosotros. Junto a ellos es fácil percibir la falta de unidad interior, el vacío y la superficialidad de nuestras vidas. Ellos nos hacen intuir dimensiones que desconocemos.

Estos hombres y mujeres abiertos al Espíritu son fuente de luz y de vida. Su influencia es oculta y misteriosa. Establecen con los demás una relación que nace de Dios. Viven en comunión con personas a las que jamás han visto. Aman con ternura y compasión a gentes que no conocen. Dios les hace vivir en unión profunda con la creación entera.

En medio de una sociedad materialista y superficial, que tanto descalifica y maltrata los valores del espíritu, quiero hacer memoria de estos hombres y mujeres «espirituales». Ellos nos recuerdan el anhelo más grande del corazón humano y la Fuente última donde se apaga toda sed.

José Antonio Pagola

Que venga el Espíritu de Dios y nos transforme

Por Consuelo Vélez

La fiesta de Pentecostés nos convoca a renovar la presencia del Espíritu en la vida de la Iglesia.  ¡Y cuanta falta hace! Porque, aunque es verdad que las sociedades han cambiado y hay menos presencia de lo religioso, también es verdad que la gente sigue buscando experiencias que le den sentido a su vida, que les permitan encontrar nuevos horizontes. Pero no parece que la institución eclesial supiera responder a estas nuevas búsquedas. ¿Será que no deja que aflore al Espíritu? Veamos algunos textos bíblicos que pueden ayudarnos a ver si de esa manera actúa el Espíritu en la vida eclesial.

El Espíritu de Dios “hace nuevas todas las cosas” (Ap 21,5). Entonces, ¿por qué tanto temor a lo nuevo? La historia muestra que la Iglesia casi siempre llega tarde a los cambios. Se resiste una y otra vez a lo que la ciencia, la cultura, lo social o lo teológico postulan. Sobre todo, es muy llamativo que, teniendo una reflexión bíblica y teológica tan desarrollada, esta no se refleje en las predicaciones, en la liturgia, ni en las posturas de la Institución. Se mantiene, en algunas instancias, una teología más centrada en conceptos y dogmas que abierta al dinamismo de la historia, de la exégesis, de la hermenéutica, de lo existencial, del compromiso con lo social, como bien lo indica Vaticano II.

Donde está el Espíritu, allí hay libertad” (2 Cor 3,17) y en la Iglesia hace falta ese espíritu de libertad que la haga ágil, transparente, sencilla, para dejar lo que se ha convertido en lastre o en irrelevante y acoger lo que puede decirle algo a la gente de hoy. Pero la institución eclesial muchas veces se apega a la letra de la ley convirtiéndola a ella en garante de fidelidad. Parece olvidar toda la praxis de Jesús frente a las instituciones religiosas de su tiempo, en la que mostró que estas han de estar al servicio del ser humano y no al contrario. Pero es más fácil justificarse con lo establecido que practicar la misericordia. Otras veces la institución eclesial vive apegada a sus estructuras, a sus obras, a sus campos de apostolado, sin permitirse pensar si no podrían ser de otra manera, si no deberían dejar algunas tareas -que  ya las atiende el estado o tantas personas del ámbito civil- y arriesgarse a comenzar de nuevo, ofertando con sencillez y en pobreza, el anuncio de la Buena Noticia del Reino.

 “Porque la profecía no ha tenido su origen en la voluntad humana, sino que los profetas hablaron de parte de Dios impulsados por el Espíritu Santo” (2 Pe 1,21). Se nota mucho la falta de profecía en la institución eclesial. Su palabra se levanta para oponerse a lo que parece la ataca a ella, pero no para defender la vida de los pobres, la dignidad de todo ser humano, la justicia social, los derechos humanos. Su palabra en estos campos es muy tímida -si es que llega a pronunciarla-. Parece que ha de ser garante del status quo establecido -así sean gobiernos neoliberales, explotadores e injustos- porque tal vez con eso asegura su propio status, olvidando que su razón de ser no es para sí misma sino para estar del lado de los más necesitados. Invoca continuamente la “neutralidad”, cuando en este mundo es imposible ser neutral porque siempre se habla, se piensa, se decide desde un lugar. Y, precisamente por eso, Jesús escogió vivir desde el lado de los últimos y esto es lo que no debería olvidarse en la institución eclesial.

En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio” (Gal 5, 22-23). De todo esto la institución eclesial debería dar más testimonio para mostrar la vida del Espíritu en ella. Pero sus liturgias tantas veces son tristes, su paciencia y amabilidad no se nota demasiado en el trato diario, además porque los lugares eclesiásticos se han convertido en estructuras cerradas donde solo entra quien goza de algún privilegio, pero no el común de las gentes para quien, dichas estructuras, deberían estar a su servicio, ya que el pueblo de Dios son su razón de ser. Pero también la institución eclesial podría ser más humilde, no pretender imponer sus criterios a toda la sociedad sino ofrecerlos con sencillez y sin oposición. Posiblemente así sería más reconocida y aceptada.

Podríamos seguir recordando tantos textos bíblicos que nos hablan del Espíritu de Dios y su modo de actuar en el mundo. Pero basta decir que, la celebración eucarística de este domingo al conmemorar la venida del Espíritu sobre la comunidad eclesial es una magnifica ocasión de pedir nuevamente “que el espíritu sea derramado en nuestros corazones” (Rom 5,5) para que todo aquello que Él nos regala se haga vida en cada uno y, sobre todo, en la institución eclesial, llamada a ser signo del Reino.  “Que riegue la tierra en sequía, sane el corazón enfermo, lave las manchas (demasiadas en este último tiempo sobre todo a raíz de la pederastia y la falta de transparencia) y de calor de vida en el hielo”. Que la luz del Espíritu pueda irradiarse sobre este mundo, no para condenarlo sino para alentarlo, acompañarlo, sanarlo, transformarlo

Testigos de la Palabra

37 años del asesinato del padre Josimo Tavares: mártir de la lucha por la tierra en Brasil
El 10 de mayo de 1986, dos disparos a quemarropa, cuando subía las escaleras donde estaba la oficina de la Comisión Pastoral de la Tierra, en la ciudad de Imperatriz, le dejaban herido de muerte.
«¿Si yo me callo, quién los defenderá? ¿Quién luchará a su favor?»
«Todo esto que está pasando es una consecuencia lógica resultante de mi trabajo en la lucha y defensa de los pobres, en pro del Evangelio, que me llevó a asumir hasta las últimas consecuencias»
«Por eso, lamentablemente, llegó al asesinato, por estar del lado de los pequeños, de los que necesitaban fuerza y apoyo»
Por Luis Miguel Modino, corresponsal en Brasil

Se cumplen este 10 mayo, 37 años de una muerte anunciada, encargada por los terratenientes de la región conocida como Bico do Papagaio, en el estado brasileño de Tocantins, región Norte del país. La víctima, el padre Josimo Morais Tavares, cuya memoria permanece en la vida de la gente, especialmente de los pequeños agricultores, por quienes literalmente dio su vida, y de la Iglesia, que ya ha dado los primeros pasos en su proceso de canonización.
El padre Josimo, que tenía 33 años en aquel entonces, sabía que iba a morir, el 15 de abril de aquel mismo año, su coche había recibido 5 disparos, que era un anuncio de lo que sucedería aquel 10 de mayo de 1986, cuando dos disparos a quemarropa, cuando subía las escaleras donde estaba la oficina de la Comisión Pastoral de la Tierra, en la ciudad de Imperatriz, le dejaban herido de muerte.
Sus palabras en la asamblea diocesana de la diócesis de Tocatinópolis, a la que pertenecía, pronunciadas el 27 de abril del año en que fue asesinado, muestra su plena conciencia ante lo que estaba pasando y el grave riesgo que sufría: “Quiero que vosotros entendáis que lo que viene sucediendo no es fruto de ninguna ideología o facción teológica, ni por mí mismo, o sea, por mi personalidad. Creo que el porqué de todo esto se resume en tres puntos principales: por haberme llamado Dios con el don de la vocación sacerdotal y yo haber correspondido, por el Señor Obispo, Mons. Cornelio, haberme ordenado sacerdote, y por el apoyo de la gente y del párroco de Xamboiá, entonces el Padre João Caprioli, que me ayudaron a superar los estudios”.
En el padre Josimo se encarnan las palabras del profeta Isaías y del propio Cristo, de aquel que es llevado como oveja al matadero. El mismo lo expresaba con claridad meridiana, no sabía la fecha exacta, pero era más que consciente de que le matarían y que eso tenía una causa clara: “Tengo que asumirlo. Ahora estoy empeñado en la lucha por la causa de los pobres labradores indefensos, pueblo oprimido en las garras de los latifundios. ¿Si yo me callo, quién los defenderá? ¿Quién luchará a su favor? Yo por lo menos no tengo nada a perder. No tengo mujer, hijos, ni riqueza siquiera, nadie llorará por mí. Sólo tengo pena de una persona: de mi madre, que sólo me tiene a mí y a nadie más. Pobre, viuda, pero vosotros quedáis ahí y cuidaréis de ella”.
Sus palabras son el testimonio de alguien que entendió lo que significa ser discípulo: “Ni el miedo me detiene. Es hora de asumir. Muero por una justa causa. Ahora quiero que vosotros entendáis lo siguiente: todo esto que está pasando es una consecuencia lógica resultante de mi trabajo en la lucha y defensa de los pobres, en pro del Evangelio, que me llevó a asumir hasta las últimas consecuencias. Mi vida no vale nada en previsión de la muerte de tantos labradores asesinados, agredidos y expulsados de sus tierras, dejando mujeres e hijos abandonados, sin cariño, sin pan y sin hogar. ¡Es hora de levantarse y hacer la diferencia! ¡Muero por una causa justa!”.
Mons. José Ionilton Lisboa de Oliveira, presidente en funciones de la Comisión Pastoral de la Tierra – CPT, recuerda «la acción directa con la cuestión de la tierra» del padre Josimo, afirmando que «por eso, lamentablemente, llegó al asesinato, por estar del lado de los pequeños, de los que necesitaban fuerza y apoyo». Para la CPT, dice el Obispo de la Prelatura de Itacoatiara, el Padre Josimo, «es una referencia, siempre un ejemplo, una motivación, y muchas personas viven su servicio como agentes de la CPT, en la base, en el trabajo más directo, teniéndolo siempre como modelo, como inspiración». El obispo subraya «los retos que tenemos, que no son pocos, y hoy quizá más que hace unos años, hoy muy parecidos a aquel contexto de su vida y de su muerte”.
Los agentes de la CPT, en palabras de su presidente, «se sienten animados a llevar la lucha adelante, a seguir haciendo el mismo trabajo de apoyo, de base, de estar junto a los campesinos en defensa de la tierra, y ahora se ha añadido también el tema del agua». En este sentido, Mons. José Ionilton destaca la importancia de la Romería de la Tierra y de las Aguas celebrada en estos días como un momento de memoria. Considera al padre Josimo un mártir, «porque dio su vida por una causa mayor, desde su fe, desde el seguimiento de Cristo, desde su ministerio también como sacerdote”. Pero «sigue vivo, como siempre dijo, como decía San Óscar Romero, si muero, mi lucha seguirá en la lucha de mi pueblo», algo que aparece en la biografía del padre Josimo, según el presidente de la CPT, así como en algunas de sus homilías y discursos, donde insistió en que «siendo consciente de que estaba siendo amenazado, era una vida entregada a esta lucha, a esta causa, y no la iba a abandonar».
Mons. José Ionilton recuerda que, en la última asamblea presencial de la CNBB, en 2019, los obispos de la Amazonía, reunidos en vista de la preparación del Sínodo, que tendría lugar unos meses después, hicieron la propuesta de iniciar el proceso de canonización, algo que fue aprobado por unanimidad. Durante el Sínodo, según el obispo, hubo una manifestación en la que se habló de él como mártir, y se le incluyó en la lista de los presentes en el Aula Sinodal como defensores de la Amazonía, de la tierra, de los campesinos, etc.
El presidente de la CPT dice que fue algo que la Iglesia acogió, teniendo en cuenta que el padre Josimo, «era un sacerdote volcado y dedicado al cuidado de la vida, que es el gran proyecto de Dios, encarnado en Jesús, que dio su vida y luego dijo que daba su vida para que la gente tuviera vida». En esta perspectiva, el obispo afirma que «el padre Josimo asumió y vivió intensamente en este sentido»

Ascensión ↔ Pentecostés

Subió para bajar. Marchó para quedarse

En la Ascensión (21.5.) se cumple el ciclo pascual, que comenzaba con el Padrenuestro: Venga tu Reino. En Pentecostés (28.5) se celebra su plena encarnación, su presencia de Cielo, pues ha ido diciendo: “estaré con vosotros hasta el fin de los tiempos”, yo mismo seré vuestro Espíritu Santo (Mt 28, 16-20)

Por | X.Pikaza

El símbolo de la “ascensión o subida” ha sido más utilizado por los evangelios de Lucas… y resulta inseparable del símbolo del descenso o venida de Dios, con el que comienza todo el ciclo de la liturgia y de la vida humana: El Verbo de Dios se ha hecho carne (Jn 1, 14), venga a nosotros tu Reino.  

 — El cielo de «arriba» es el final y utopía del camino de la historia de los hombres, un camino iluminado y potenciado por Jesús. Pero, al mismo tiempo, ese cielo es la presencia del Reino de Dios en la vida de los hombres. que Jesús ha iniciado con su vida y entrega de amor, un camino en el nosotros mismos vamos siendo «cielo» (Reino) por la presencia del Espíritu de Cristo;

— El cielo es el trono de Dios donde Jesús está «sentado a la derecha del Padre»…  en el que nosotros, absortos en Dios seremos para siempre en vida transformados. Pero, al mismo tiempo, el cielo es el amor de vida que vamos compartiendo, unos en otro y con otros,  en el  trono y mesa donde estamos llamados a sentarnos en comunión de amor, poniendo en el centro del «banquete» (del pan y de la libertad) a los expulsados de la historia, a los pobres, humillados..

INTRODUCCIÓN

El símbolo “dogma” de la Ascensión contiene una serie de elementos simbólicos (alguien diría “míticos”) que son muy importantes en la historia cultural y religiosa de la humanidad. Así han de tomarse, como “símbolos”, buscando pues el sentido profundo del lenguaje

  Arriba y abajo, vivir, caminar, serEn la mayoría de los pueblos el “cielo” (es decir, la plenitud de la vida) está arriba (y el infierno, la destrucción, está abajo); por eso, subir es purificarse, ascender de la tierra de muerte a la altura de Dios… Así tenemos un universo en tres pisos: Infierno, tierra y cielo…

Pero hoy sabemos que en sentido cósmico no hay arriba ni abajo, que el universo no tiene tres pisos, sino que es una especie de todo en el que todas las cosas están implicadas… Por eso, muchos en vez de subir prefieren hablar de “ahondar”, penetrar en la hondura de misterio. Más que la altura, Dios sería la profundidad, movimiento y plenitud de la vida de los hombres, pues en él vivimos, nos movemos  y somos (Hch 17, 28)   

Cielo, tierra. El cielo aparece ante todo como el horizonte superior del cosmos, lleno de astros y estrellas, como signo divino. Así lo han visto los Chinos en Oriente, y los Aztecas e Incas en Occidente. Así lo han visto griegos, romanos y vascos (que presentan a Dios como Jaun Goikoa, Señor del Alto). Pero ése es un símbolo antropológico, más que cósmico, y el mismo Kant, gran racionalista) se emocionaba mirando el cielo en la noche… aunque sabía (y hoy saben mejor los astro-nomos) que el cielo no es la altura sino la inmensidad cósmica hecho de frío y de expansión de fuerzas que no controlamos.

Vivir, transformarse, ser… Los héroes tienen que subir a la montaña cósmica, llegar a la altura, encontrar su identidad… Jesús ha logrado “subir”. Nadie había llegado hasta el “cielo de Dios”, Jesús ha llegado, ha culminado su camino, nos ha abierto una senda para llegar a nuestra verdad… Estamos hechos para ascender, para encontrar nuestra verdad. Pero la verdadera subida es el descubrimiento de nuestra identidad, ser lo que somos cambiarnos en la misma vida, esto es en el tiempo de nuestra identidad.

Estar sentado a la derecha de Dios en Cristo, de forma que él sea nosotros y nosotros seamos él, al mirarnos porque Dios es la entrada en la vida, como en el icono de la Trinidad de Rublev donde somos al mirarnos, dándonos luz (esto es, dándonos vida) .

Por un lado, el cielo está “arriba”, desde siempre y para siempre. El Cielo es Dios. Así le han visto no sólo algunos grandes Salmos judíos, sino todo el pensamiento griego: El Cielo de Platón es la altura de la vida… Salvarse es subir al cielo.

 Pero, en otro plano, el cielo está en el futuro y se identifica con el Reino que vendrá… No hay cielo todavía, habrá cielo cuando Jesús culmine su obra, como muestra el Apocalipsis. No se trata pues de subir al cielo (dejando la tierra), sino de llegar al cielo caminando desde la tierra…

PLENITUD PASCUAL DE JESÚS, ASCENSIÓN AL CIELO  Jesús no ha venido para tomar a los hombres y llevarles (subirles) al cielo que está arriba, como quería un tipo de idealismo popular, como a veces se ha pensado. Él ha venido para estar, para ser la vida de nuestra vida la carne de nuestra carne, el espíritu de nuestro espíritu.

 – EVANGELIO DE MATEO. Jesús no se va, sino que queda en la montaña desde la que envía a sus seguidores y les acompaña y asiste hasta el día de la consumación del mundo: Yo estoy con vosotros… Éste Jesús aparece así como el “Dios con los hombres”, conforme al motivo central de la tradición de la alianza israelita. Esta nueva forma de ser y de estar presente define su compromiso mesiánico, ya culminado en un sentido en la Pascua (Mt 28, 20).

– PABLO Y JUAN, APOCALIPSIS…. Jesús no se va, sino que está con sus amigos y con todos, como espíritu de vida (tradición paulina), como vida y luz que alumbra (Juan)… No hay según eso Ascensión, sino revelación pascual, Jesús está presente en el camino de sus discípulos, dirigiéndoles al futuro de su reconciliación total que es el Reino de Dios.  

 – ASCENSIÓN, LUCAS Y HECHOS DE LOS APÓSTOLES. Pues bien, al lado de esas perspectivas, la dogmática cristiana ha resaltado de manera constante y uniforme una visión que, enraizada en el AT (Sal 110, 1), supone que el Kyrios o Señor está sentado, a la Derecha de Dios Padre, en ámbito de cielo, culminada la historia, enviando su Espíritu. Esa es la tradición que aparece al final del Evangelio de Lucas y al principio del libro de los Hechos, la que se ha vuelto dominante en la tradición del “credo” de la Iglesia que dice:

Subió a los cielos, está sentado a la Derecha de Dios Padre… 

– Espacio. Hech 2, 33-34, reasumiendo una de las tradiciones más antiguas de la iglesia, dice que «habiendo sido elevado a la derecha de Dios…. «. De esa forma evoca la existencia de un espacio superior, de un campo de ser o realidad más alta donde viene a expandirse y reflejarse el poder de lo divino (=su derecha). En esta línea se añade que Jesús ha sido recibido o acogido en el cielo, lugar de plenitud, espacio de Dios (cf. Hech 3, 21; Ef 6, 9; Col 4, 1; Hebr 8, 1). Podemos preguntar: ¿no habremos separado a Jesús de nuestra tierra, creando de esa forma un tipo de geografía mítica que le acaba desligando de la historia? ¡De ninguna forma!   Estar sentado “en el cielo” significa estar viviendo unos en otros.

– Tiempo. Hebr 1, 3 afirma que después de realizar la purificación de los pecado… se sentó a la Derecha de la Majestad, en las Alturas, vinculando de esa forma espacio superior (cielo geográfico) y tiempo futuro (cielo de culminación histórica). De esa forma se unen, en relación inseparable, el aspecto cósmico e histórico de la salvación, personalizados para siempre en el Jesús pascual, exaltado y ascendido al cielo. El mismo ascenso espacial aparece como plenificación histórica: se ha cumplido el tiempo, Jesús ha perdonado el pecado de los pueblos y ha penetrado por (con) nosotros en la altura de Dios.

Por eso el “Tiempo Futuro” (Cristo está sentado ya) es de un modo radical el “tiempo histórico” del compromiso por los hombres, y en los hombres. El mismo Cristo que, en un sentido, ha culminado su camino es el que sigue caminando con los hombres, sufriendo en ellos, animando en ellos la marcha hacia el Reino de la Pas Completa. En la base este gesto (Ascensión) está por tanto la entrega pascual (Jesús ha cumplido su tareas), el compromiso de sus seguidores (que se unen a Jesús en la entrega por el Reino)… y la esperanza del futuro de la meta la plenitud o salvación para los humanos.

– Compañía. Dios Trinidad Un humano puede sentarse en solitario para descansar, pensar, mandar, encontrándose aislado o teniendo a los demás delante de él, separados de su sede, en actitud de esucha reverente. Pues bien, existe una manera más perfecta de sentarse que se realiza en amistad y celebración y exige compañía. La riqueza y calidad de esa sesión está en el valor personal de los acompañantes. Por eso, nuestro texto añade que Jesús «se sentó a la derecha de Dios Padre». De esa forma se personalizan las cuestiones anteriores de espacio y tiempo: la Ascensión y Sesión de Jesús se convierte en signo de comunicación: es momento de diálogo, tiempo de amor compartido. Jesús y el Padre, sentados y dialogando en el Espíritu, aparecen de esa forma como espacio y tiempo de vida para los humanos, como principio de toda comunión, en el doble plano:

Comunión divina: Jesús y el Padre son principio de toda comunión, son fuente del Espíritu Santo. Por eso, la Ascensión (sesión de Jesús con el Padre) es el principio del que brota el Espíritu, es la fuente de Pentecostés. En algún sentido, ésta es ya la Fiesta de la Trinidad, del Dios cumplido, completo. b. Comunión humana: Jesús lleva consigo a los hombres…, a lo largo del camino de la historia, abriendo un espacio de salvación para ellos. Dios asume nuestro espacio y nuestro tiempo en Cristo, de quien podemos y debemos afirmar que se ha sentado junto al Padre, abriendo para los hombres un camino de reconciliación.

 – Se ha sentado para descansar. La redención se ha cumplido “ya” Es como el hombre o mujer que, a la caída de la tarde, toma asiento ante la casa o en el centro de ella, recibiendo a familiares, amigos y conocidos. De manera semejante se sentó Jesús en el brocal del pozo antiguo de Siquén, al borde de camino fatigoso (cf. Jn 4, 5-6). Ahora lo hace en su sede final, pues el trayecto ha sido duro y su acción arriesgada: está sentado porque ha terminado su tarea y porque quiere mantener, plenificar lo realizado. Hebr 10, 12 añade que perpetúa ante el Padre su gesto de entregar en favor de los humanos, ofreciendo por ello su sangre (es decir, su vida). La redención se ha cumplido, se ha desvelado el misterio. Jesús no es un héroe errante, sin meta. Su vida tiene una meta: La plenitud de los hombres en Dios.

– Se ha sentado para gozar, para que gocemos. Jesús ha ofrecido el mensaje de su felicidad a los humanos y ahora quiere compartir con ellos el reino conseguido, en experiencia de intensa compañía. Desde esa perspectiva es importante señalar que Jesús está sentado y no acostado: vela con los suyos y no duerme; se interesa por los hombres y mujeres de la tierra, no se olvida. No ha pasado por la historia para abandonarla en descampado, sino para gozar con los suyos la alegría de la acción bien hecha, el placer de la existencia compartida. Por eso, la fiesta de la Ascensión es una fiesta de gozo y alegría por la “victoria de Dios”, realizada y cumplida en Cristo. La vida tiene un sentido, estamos ya salvados… como saben los discípulos de Pablo, cuando dicen en las cartas a los colosenses y efesios que ya estamos, de hecho (en el fondo) sentados con Cristo en el cielo, glorificados, en plenitud…

– Se ha sentado para reinar, ha llegado el Reino de Dios. No escapa y se refugia a solas, en gesto de olvido. Por el contrario, Cristo coloca el trono de su gloria en el mismo campo de lucha de la historia, para acompañar a los humanos más amenazados. Allí se sienta con autoridad suprema, no para imponerse con violencia sobre los demás, sino para ayudarles en la marcha de la vida. De esa forma actualiza el reinado de Dios sobre el mundo: se sienta en el trono para acompañar mejor a los humanos, en gesto de paz, superando con su entrega de amor la violencia de la historia. Frente a los príncipes y señores que emplean el poder para imponerse, Jesús reina para ofrecer libertad y alegría a los humanos. Ahora se cumple la verdad del Padre Nuestro: El mismo Dios Padres es el Reino… por eso decimos “venga tu Reino”, que venga Dios… Pues bien, ahora sabemos que el Reino está llegado, el Reino es la presencia y plenitud de Dios, que se manifiesta por Cristo, como futuro de salvación ya presente…. Por eso, creer en la Ascensión significa comprometernos a instaurar el Reino de Dios, la justicia, la fraternidad

– También se ha sentado para juzgar y redimir (Icono Trinitario). El credo actual, manteniendo una división ilustrativa (propia de la teología de Lc-Hech), distingue entre sesión presente (Jesús está elevado a la derecha del Padre) y juicio futuro (ha de venir…). La tradición más antigua ha vinculado ambos gestos: «veréis al Hijo del humano sentado a la derecha de Poder (=Dios) y viniendo en las nubes del cielo» (cf. Mc 14 62 par); el mismo Jesús que está sentado y comparte la gloria de Dios está viniendo para culminar el juicio mesiánico. La misma cátedra de su descanso y gozo, de su reinado y magisterio, aparece así como promesa de juicio salvador: viene Jesús para ofrecer a los humanos el misterio de su gracia transformante. En ese sentido el “juicio” es necesario, es necesario el discernimiento entre el bien y el mal, entre la justicia y la injusticia, entre la comunión de vida y la opresión… El Cristo que Reino sigue impulsando a los hombres a vivir en justicia, a liberar y redimir… Así lo mostraba el Icono Trinitario de Santo Tomás in Formis (año 1210), donde el Cristo sentado vincula a blancos y negros, esclavos y libres, para iniciar en la tierra un camino de reconciliación, de liberación.

– Se ha sentado para comer y celebrar (Icono de la Trinidad de Roublev).

Las palabras griegas que la tradición emplea en cada caso son semejantes: kathesthai (sentarse) y anakeisthai, anaklinein (recostarse). Jesús mismo ha destacado la felicidad de aquellos que participarán en el banquete del reino (cf. Lc 14, 15; Mt 8, 11 par): al final de su camino sobre el mundo, él ha querido celebrar con los suyos un banquete, ofreciéndoles su vida en alimento (cf. Lc 22, 14-20 par). Pues bien, esa comida de agradecimiento, esa eucaristía culminadora se vuelve banquete mesiánico (cf. Mt 22, 1-14 par). Se completa así lo que Jesús ha comenzado a realizar en Galilea, como mesías del pan, de la comida mesiánica de las multiplicaciones y la cena (cf. Cap. 1, 1, 4).

Jesús y los suyos, todos los humanos, han sido creados para sentarse y gozar, para comer juntos, compartiendo la existencia. Por eso, la sesión celeste del Señor debe interpretarse como plenitud eucarística, celebración desbordante de la vida. Así lo muestra el Icono de la Trinidad de Roublev, donde Cristo está sentado con el Padre y el Espíritu, ofreciendo su banquete, el banquete de Dios, a todos los hombres.

La sesión del Cristo nos conduce hasta la meta gozosa y misteriosa de la historia, hasta el lugar y tiempo ya cumplido donde el mismo Dios se expresa como banquete de amor para todos. Así se vinculan por siempre los dos signos preferidos de Jesús: banquete y bodas, sentarse en comida nupcial, reclinarse y recostarse, en amor que no se acaba, convirtiendo la vida en transparencia de gracia. Sentarse es ya vivir en plenitud: llegar hasta el lugar donde la fuente de la vida se hace meta de gozo culminado, plaza y avenida gozosa de existencia, en comunión de mesa y lecho, en ciudad de amor transfigurado (cf. Ap 21-22).

A LA DERECHA DEL PADRE. DE ASCENSIÓN A PENTECOSTÉS

Así recibe Jesús en intimidad y apertura universal el poder de lo divino, compartiendo su reino de gracia, fundando un tiempo de entrega y plenitud para los humanos. En esta perspectiva pueden y deben vincularse dos experiencias:

– En el tiempo de su vida, Jesús se sentó con los pobres del camino, ofreciéndoles palabra y asistencia. Vivió para los otros (pro-existencia), convirtió su vida en alimento y comunión de todos los humanos.

– Culminada su historia, Jesús se sienta con el Padre, ofreciendo a todos la intimidad de su diálogo con Dios, en felicidad compartida. No abandona a los humanos, sino que los eleva a la derecha de su Padre. Historia final, plenitud de Dios:

Una morada para todos Así pasamos del camino de la historia mesiánica (Jesús sentado con los pobres) a su plenitud de reino (les ofrece el misterio trinitario). Ha culminado la historia pascual, el despliegue intradivino: el Padre ha engendrado a Jesús y Jesús le ha entregado (devuelto) su vida, en comunión ya realizada. Pues bien, en el camino de esa entrega mutua que es la comunión eterna venimos a sentarnos los humanos. No nos abandona Jesús, sino todo al contrario: ha subido al trono para ofrecernos un espacio de vida a su lado.

Al sentarse con el Padre, Jesús, Hijo de Dios, ensancha el trono y lo convierte en ámbito de encuentro y plenitud para todos los humanos. Por eso, el Evangelio de Juan puede decir que Jesús ha subido al cielo para “ofrecer” la morada de Dios a los hombres, para que haya lugar para todos, en el espacio y tiempo de Dios. De esa forma, su historia mesiánica aparece como historia trinitaria: por medio de él llegamos al espacio/tiempo original de Dios, al amor ya realizado donde nosotros, los humanos, alcanzamos plenitud por siempre.

Envío del Espíritu, para que todos tengan una morada, un espacio de vida En un sentido, la historia humana tiene su propio espacio y tiempo. Pero, penetrando en su más honda dimensión, ella se arraiga en el misterio de la mutua entrega del Padre y de su Hijo Jesucristo en el Espíritu, volviéndose historia trinitaria. Así podemos afirmar que el Cristo sentado realiza una acción y dos acciones (si se permite utilizar un lenguaje tradicional): – Realiza una sola acción “divina”: Su vida culmina en Dios: ha recibido el “encargo” de Dios, se ha entregado en favor de los humanos. Por eso, culminado su camino, en plenitud de amor, él se sienta a la diestra de Dios Padre, en el Espíritu Santo. – Realiza una acción “humana”: Sigue ofreciendo a los hombres un camino y tarea de Reino, sigue encarnado en ellos, en los pobres y perdidos de la tierra, ofreciendo a todos su Espíritu de Vida (el Espíritu de Dios), como fuente de liberación. 

‒ Reino/cielo es la herencia de la vida, como dice Jesús “Venid benditos de mi Padre, heredad el Reino preparado para vosotros desde el origen del mundo” (Mt 25, 34). Ciertamente, se manifiesta y despliega plenamente en el final, pero está al principio de las obras de Dios, como expresión suprema de su amor, siendo así Todo en todos (cf. 1 Cor 15, 28). Dios estará en el mundo, pero sin convertirse en puro mundo (eterno retorno cósmico…), pues seguirá siendo trascendente, compartiendo su divinidad con los hombres, cuando Cristo realice totalmente su tarea redentora y venza (supere y destruya) todos los poderes de opresión del mundo[3].

‒ Cielo es el banquete que Dios ha preparado para aquellos que le aman, amándose entre sí (cf. Is 25, 6). Frente a la “comida vetada” del conocimiento egoísta y posesivo del árbol del bien y del mal, que destruye a los hombres, se eleva como cielo la “comida compartida” a la que Jesús ha invitado y sigue invitando a todos. Esta comida de cielo es en un sentido eucaristía (recuerdo y presencia de Jesús), y en otro (en la misma línea) es solidaridad de todos los hombres y mujeres, en la línea de las multiplicaciones y la mesa común (cf. Gal 1‒2). Cielo es comer, alimentarse de vida, vivir en gozo. Sin ese signo de comida, de Palabra hecha Pan en la historia de los hombres, el Reino de Dios pierde su sentido y se convierte en evasión espiritualista.

‒ Cielo son las bodas de Dios con los hombres, como anuncia Oseas y como ratifican las parábolas de Jesús (cf. Mt 22, 1-10) y culmina el Apocalipsis (cf. Ap 21-22). Las bodas de este mundo, cerradas en sí, acaban y fracasan porque falta vino y el amor se quiebra (cf. Jn 2, 1-11). Pero las de Dios en Jesús son perdurables, pues él mismo ha venido a mostrarse y actuar como novio de los hombres (cf. Mc 2, 19). Ésta es la imagen que, partiendo del Cantar de los Cantares y de Ap 21-22, han desarrollado místicos, como Juan de la Cruz cuando en su Cántico Espiritual describe y expone los ritmos y momentos de la boda de Dios con los hombres.

‒ Reino es la expansión del amor de Dios, ser “hijos suyos”, el pleno conocimiento en Dios‒ Espíritu Santo, allí donde superando un tipo de deseo de “conocimiento posesivo del bien y del mal” nos abrimos al “conocimiento pleno de la gracia”, cara a cara, como sabe y dice 1 Cor 13, 12. En ese sentido, en la línea de Jn 17, la teología posterior identifica el Reino con la Trinidad, con la vida interna de Dios, entendida como amor mutuo del Padre y del Hijo en el Espíritu[4].  

  Una guía cristiana del tiempo. El cristianismo no ha sido en su principio, ni es hoy (ni en el futuro), un platonismo para el pueblo, como afirmaba F. Nietzsche (Prólogo a Más allá del bien y del mal, 1886), sino una experiencia y compromiso mesiánico abierto, de palabra y obra, en intimidad, a cada hombre, y, en apertura, a todos los hombres y naciones. No es un platonismo, pues no saca al hombre de la historia, para liberarle de un modo ideal en lo eterno. Pero tampoco es una confesión del eterno retorno del poder en la historia, como quería Nietzsche, sino un don de gracia, un compromiso de libertad y un futuro salvador por (y en) la historia abierta a Dios.

La Biblia nos sitúa más bien en la tarea de la creación, que se abre (como historia, no por encima o fuera de ella) hacia la culminación de la misma historia, entendida como despliegue de Dios en la vida de los hombres. El creyente sabe que el «justo» vivirá tras (o o por la muerte), no porque tenga un alma inmortal, sino por gracia y vida que recibe por Jesús, pues ha empezado a resucitar con él, en el tiempo, abriendo un camino de experiencia y vida transformada por medio de la Iglesia, entendida en forma de comunión de resucitados. Al afirmar que los hombres resucitan «como historia» (en su presente y en su culminación), el NT ha puesto todo el peso de su argumento en la fidelidad a la misma historia.

 – El hombre bíblico no es inmortal por esencia. Por eso, la vida en el tiempo no es un «paso pasajero», un «tiempo menor», que debe superarse alcanzando la liberación definitiva (saliendo de la historia). En esa línea, la muerte no puede tomarse como liberación del alma inmortal, que sale del tiempo sino que ella (la muerte) pone de relieve la realidad histórica, es decir, la importancia del tiempo de los hombres, que, por una parte, terminan su camino… y por otra parte pueden regalar y regalan la vida poniéndola en manos del despliegue de Dios en la historia, para bien de otros hombres.

– Los hombres no tienen esencia doble (alma y cuerpo), de manera que el alma puede sufrir mientras está vinculada a la materia (cuerpo), pero se libera de ella por la muerte, sino todo lo contrario: Alma‒cuerpo forman unidad, tanto en la vida como en la muerte. Pero en otra línea, conforme a la tradición de Pablo podemos hablar de un hombre carnal y otro espiritual. Es carnal el hombre que vive sometido a su egoísmo y violencia, queriendo ganar su propia vida a través de la injusticia, dominando sobre los demás (esto es, comiendo el fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal). Por el contrario, es espiritual aquel que recibe su vida como gracia, y gratuitamente la realiza al servicio de los demás. Viviendo en un nivel de «carne», el hombre puede morir y destruirse para siempre, sin resurrección personal. Pero viviendo en un nivel de «espíritu» (impulsado por la gracia de Dios), el hombre puede «resucitar» de un modo personal, con los demás vivientes, en la culminación de la historia.

 Esta resurrección no es una experiencia meramente interna, sino que tiene un alcance histórico y social, e incluso cósmico (de cuidado de la tierra); no es un acontecimiento separado, sino una recreación social y total de la misma vida. Por eso, ella debe expresarse y culminar en la resurrección final de todos los muertos (como fin de la misma historia). A través de la muerte, los creyentes no dejan el tiempo, para introducirse en la eternidad divina, sino que se abren en (por) la muerte en Cristo a la plenitud final del tiempo, de forma que Dios será al fin lo que ha sido siempre: Todo en todos

Bibliografía   Dupont, J., Assis à la Droite de Dieu, en E. Dahnis (Ed.), Resurrexit, Ed. Vaticana, Roma 1974; Gourgues, M., A la Droite de Dieu. Résurrecction de Jésus et Actualization du Psaume 110, 1 dans le NT, Gabalda, Paris 1978; Larrañaga, V., L’Ascension de Notre-Seigneur dans le NT, Inst. Bib. Roma 1938;

Lohfink, G., Die Himmelfahrt Jesu, Kösel, München 1971; Pikaza, X., Evangelio de Marcos, Verbo Divino, Estella 2012 (comentario a Mc 16, 9-20, final canónico). Swete, H. B., The Ascended Christ. A Study in the Earliest Christian Teaching, Macmillan, London 1910; Tourón del P., E., Comer con Jesus. Su significación escatológica y eucarística I-II: RET 55 (1995) 285-329; 429-486; Id., El logion escatológico. Mc 14, 25 par, en Hom. E. Vilanova, Fac. Teología, Barcelona 1997; Wilckens, U., Die Missionsreden der Apostelgeschichte, Neukirchener V., Neukirchen 1963.

[1] He presentado algunas visiones bíblicas y para‒bíblicas del cielo‒paraíso en Diccionario de la Biblia,  Verbo Divino, Estella 2015, 2017‒18 y en Diccionario de las tres religiones,  Verbo Divino, Estella 2009, 820‒825

[2] He presentado el tema en Antropología Bíblica, Sígueme, Salamanca 11996, 131‒182; Dios judío, Dios cristiano,  Verbo Divino, Estella 1996 259‒278

[3] Cristo, Hijo de Dios, será Reino o Cielo, sin guerra ni opresión, sino al contrario, en donación de amor hasta la muerte. De esa forma culmina y se cumple la “historia del pueblo de Dios”, tal como he venido desarrollándola a lo largo de este libro. Todo será nuevo (Ap 21, 5), siendo sin embargo lo más antiguo, desde el principio de la creación de Dios

Memoria de los indignados

Memoria subversiva del Movimiento de los Indignados e Indignadas: Desafío a la política y a las religiones

15M

«Inmersos en plena campaña electoral tengo la impresión de que ha pasado desapercibida la efeméride del 12 aniversario de las movilizaciones del 15-M. En este artículo pretendo reparar tamaña amnesia haciendo memoria subversiva de dicho acontecimiento igualmente subversivo que recorrió el mundo entero como desafío actual a la política actual y a las religiones»

«No pocas de las reivindicaciones y propuestas de los Indignados e Indignadas siguen todavía pendientes, constituyen un desafío a la política actual y justifican las movilizaciones populares»

«La pregunta es por qué ha decaído hasta mínimos la elevada temperatura utópica del 15-M y no se producen ya dichas movilizaciones, al menos con la radicalidad de entonces cuando las brechas de la desigualdad han aumentado»

«El movimiento de los Indignados e Indignadas constituye también un desafío para las religiones que exige un cambio de paradigma de su estructura jerárquico piramidal a la creación de un tejido comunitario, una ética religiosa liberadora frente a la teología neoliberal»

Por Juan José Tamayo

Inmersos en plena campaña electoral tengo la impresión de que ha pasado desapercibida la efeméride del 12 aniversario de las movilizaciones del15-M, que dieron lugar al movimiento de los Indignados e Indignadas. Me parece un error ya que podía ser el momento oportuno para comparar las alternativas políticas, económicas, culturales y sociales de entonces con las propuestas reformistas o involucionistas de los partidos políticos y las coaliciones

electorales. En este artículo pretendo reparar tamaña amnesia haciendo memoria subversiva de dicho acontecimiento igualmente subversivo que recorrió el mundo entero como desafío actual a la política actual y a las religiones.

En primer lugar, los Indignados e Indignadas constataron que la crisis económica había servido para que los poderes financieros y empresariales se enriquecieran todavía más, explotaran a la clase trabajadora, se inventaran burbujas inmobiliarias y ganaran dinero especulando con el agua y los alimentos, hasta generar una grave crisis alimentaria.

15M Olmo Calvo

Nos recordaron que la llamada “crisis de los mercados financieros”no era originariamente económico-técnica, sino ética, económica y política. En su origen se encuentra el actual sistema social y económico neoliberal, que legitima y generaliza la corrupción en sus diversas modalidades: desfalcos, fraudes, estafas, extorsiones, despilfarro, abusos en el mercado financiero, codicia, falta de control, abusos de poder, falsas informaciones y engaño a la ciudadanía. Prácticas todas ellas apoyadas por no pocos Estados y sus gobiernos a través de políticas de liberalización de la economía, que genera empobrecimiento en la mayoría de la población mundial y constituye un retroceso en la defensa del bien común y de los derechos humanos, reducidos al derecho de propiedad.

En segundo lugar, los Indignados e Indignadas consideraron que las respuestas que se estaban dando a la crisis no se orientaban a promover políticas públicas y prácticas emancipatorias y programas de lucha contra la marginación, sino que venían a salvar al capitalismo con la concesión de ingentes sumas de dinero procedentes del erario público a las entidades bancarias para que siguieran enriqueciéndose y extorsionando a los sectores más vulnerables de la sociedad.

Calificaron de inmorales, insolidarias e injustas las soluciones a la crisis: recorte de salarios, flexibilización y abaratamiento de los despidos, recorte de derechos sociales, reducción de impuestos a las empresas, expulsión de inmigrantes, ya que generaban discriminaciones económicas, culturales, étnicas, sexistas, injusticias estructurales y violencia institucional. Quienes volvieron a pagar las consecuencias de la crisis fueron continentes enteros, regiones, países, pueblos y sectores que nunca disfrutaron de los tiempos de bonanza económica y fueron instalados en el mal común.

Propuestas

No fue un movimiento que se limitara a protestar o a proponer utopías abstractas, sino que se movía en el horizonte de las utopías concretas pegadas a la realidad para trascenderla. He aquí algunas de las más importantes:

-Reforma de la actual Ley electoral por injusta, ya que penaliza a los partidos pequeños y premia a los grandes, y no respeta el principio democrático “una persona, un voto”. No todos los votos valen lo mismo.

-Democracia participativa a partir del clamor de los Indignados e Indignadas: “Que no, que no nos representan, que no”, ya que se considera que la democracia puramente representativa puede dejar ser un proyecto moral colectivo y convertirse en una ficción o en una caricatura de democracia. Por lo que entonces se luchaba era por una “Democracia real ya” en la que los ciudadanos y las ciudadanas asumiéramos el protagonismo de la política, la economía y la cultura, y no lo dejáramos en manos de los “profesionales”; una democracia participativa de base que no se redujera a votar cada cuatro años y a los debates parlamentarios, sino que se practicara en las calles, las plazas, las escuelas, las universidades, los lugares de trabajo, la familia, las asociaciones de vecinos, de padres y madres en el ámbito de la educación, etc. El objetivo era, en palabras del científico social portugués Boaventura de Sosa Santos, revolucionar la democracia y democratizar la revolución y regenerar la cultura democrática, que desde hace tiempo da nuestras de obsolescencia, cansancio y agotamiento.

-Democracia económica frente a la dictadura de los mercados, que imponen sus políticas neoliberales a los gobiernos, con frecuencia ejecutores de la política voraz de los mercados. El mundo no puede seguir siendo un gigantesco mercado, ni los habitantes del planeta meros consumidores. Como rezaba una pancarta en la Puerta del Sol, de Madrid, donde comenzó el movimiento de los Indignados y de las Indignadas “No somos mercancía en manos de políticos y banqueros”. Ello implica des-mercantilizar la vida y de las relaciones sociales.

-Lucha con instrumentos legales y penales eficaces contra la corrupción.

-Contra los paraísos fiscales que perpetúan la injusticia fiscal y a favor de una justicia fiscal global. Ello exige luchar contra el fraude fiscal para que las grandes fortunas paguen los impuestos que les corresponden, implantar la transparencia bancaria y la rendición de cuentas, eliminar el secreto bancario y evitar, así, la corrupción.

-Establecimiento de la Tasa Tobin, que consiste en la imposición de un gravamen sobre las transacciones financieras, especulativas, internacionales con el triple objetivo de controlar los mercados, evitar la fuga de capitales y obligar a pagar a los causantes de la crisis.

La Indignación se dirigía contra los cuatro poderes: a) el financiero: la Banca y las agencias de calificación o, mejor, de descalificación; b) el político: los dirigentes aislados de la ciudadanía; c) el militar: Ejército-OTAN; d) el mediático: los grandes grupos de comunicación y los censores de internet.

No se trataba de protestas y propuestas desordenadas e infundadas, sino pegadas a la realidad que querían transformar pacíficamente. Teníamos razón y razones para indignarnos, respondiendo a la llamada de Stéphane Hessel “¡Indignaos!”, que era todo “un alegado contra la indiferencia y a favor de la insurrección pacífica”. Había -y sigue habiendo- razones para reaccionar porque, en palabras de José Luis Sampedro, “el sistema reclama un cambio profundo que los jóvenes entienden y deberán acometer mejor que los mayores atrapados en el pasado”.

«Teníamos razón y razones para indignarnos, respondiendo a la llamada de Stéphane Hessel ‘¡Indignaos!’, que era todo ‘un alegado contra la indiferencia y a favor de la insurrección pacífica’… Había -y sigue habiendo- razones para reaccionar»

Teníamos razones para actuar y movilizarnos, como pedía –exigía, mejor- Stéphane Hessel: “Frente a los peligros que afrontan nuestras sociedades interdependientes es tiempo de acción, de participación, de no resignarse. Es tiempo de movilizarse, de dejar de ser espectadores impasibles. Corresponde a la comunidad intelectual, artística, científica y académica, pero más a los ciudadanos, asumir este nuevo compromiso. Es hora de actuar”.

Los Indignados e Indignadas expusieron sus razones con argumentos sólidos y difícilmente rebatibles, sin violencia, asintiendo y disintiendo, a través de intensos y disciplinados debates. Las acampadas fueron un ejemplo de república autogestionaria y de democracia participativa. La gente pudo expresarse libremente, respetando todas las opiniones, aun las más dispares. Las decisiones se tomaban democráticamente.  Las plazas, los parques, las calles y las grandes avenidas se convirtieron en ágoras para el debate de ideas, lugares de ejercicio de la ciudadanía y espacios desde donde hacer política. Durante unos meses los protagonistas fuimos los ciudadanos y las ciudadanas.

Muchos de los problemas de una década atrás siguen sin resolversey se han agudizado: el encarecimiento de la vivienda, el incremento de los beneficios de los bancos, la inflación, el deterioro de la sanidad pública, el avance de la extrema derecha y su alianza con las organizaciones cristianas integristas y fundamentalistas, la pervivencia del patriarcado, el retroceso del feminismo en la juventud y los feminicidios que no cesan, el mantenimiento de los privilegios a la Iglesia católica y su ampliación a otras religiones, el cambio climático y el incremento del calentamiento global, la depredación de la naturaleza por mor del modelo de desarrollo científico-técnico de la naturaleza, el sometimiento de la democracia a la plutocracia, las fake news, los discursos de odio que desembocan en prácticas violentas con las personas inmigrantes y las personas LGTBI+, la dialéctica amigo-enemigo en las relaciones internacionales, el encarecimiento de las hipotecas, etc.

No pocas de las reivindicaciones y propuestas de los Indignados e Indignadas siguen todavía pendientes, constituyen un desafío a la política actual y justifican las movilizaciones populares. La pregunta es por qué ha decaído hasta mínimos la elevada temperatura utópica del 15-M y no se producen ya dichas movilizaciones, al menos con la radicalidad de entonces cuando las brechas de la desigualdad han aumentado.

Desafío a las religiones

El movimiento de los Indignados e Indignadas constituye también un desafío para las religiones que exige un cambio de paradigma de su estructura jerárquico piramidal a la creación de un tejido comunitario, una democratización de sus instituciones desde la perspectiva de género con la incorporación de las mujeres en los órganos directivos en pie de igualdad con los hombres, una actitud inclusiva de las diferentes identidades afectivo-sexuales más allá de la heteronormatividad y de la binariedad sexual, un cambio de lugar social con su ubicación en el mundo de la marginación social, ética y cultural, una ética religiosa liberadora frente a la teología neoliberal sometida al asedio del mercado, la reformulación de su mensaje en el horizonte de la defensa de los derechos humanos de quienes los tienen negados o más amenazados, la recuperación de la espiritualidad como dimensión fundamental del ser humano y de la experiencia religiosa.

Tal cambio de paradigma de las religiones lleva derechamente no a mirar al pasado de manera pasiva y añorante, sino al futuro con la esperanza de construir Otro Mundo Posible, pasar de la resignación a la indignación, de la cómoda instalación en el sistema a la resistencia, de la sumisión al (des)orden establecido a la subversión, de la ortodoxia a la ortopraxis, de la imposición dogmática al reconocimiento y respeto al pluriverso de cosmovisiones, de la depredación de la naturaleza a la ética ecológica del cuidado, de las deidades masculinas patriarcales que legitiman las masculinidades hegemónicas a los dioses y las diosas que fomentan la fraternidad-sororidad, de las deidades complacientes con el poder a las deidades indignadas con la injustica, de la actitud autorreferencial a la salida a las periferias, de la alianza y legitimación del poder, de todos los poderes, a la presencia en los movimientos sociales.

Las religiones forman parte del tejido social y pueden contribuir a regenerarlo. No pocas personas y colectivos religiosos participaron activamente en el movimiento de los Indignados e Indignadas. Hoy siguen haciéndolo a través del apoyo a cuantas iniciativas se orientan a la mejora de las condiciones de vida de las mayoría populares y de la lucha contra la cultura del descarte de la población sobrante, como afirma el papa Francisco, y contra la necropolítica que decide quién puede vivir y quién tiene que morir, según la teoría del científico político camerunés Achille Mbembe. Ese es, a mi juicio, el camino a seguir por las religiones si quieren recuperar parte de la la credibilidad perdida. De lo contrario, se harán el harakiri.

La España católica frente a las elecciones

España católica

Esta Iglesia no cuestiona por lo general al poder político gobernante, que transcurre autónomo e intocable, ajeno al requerimiento de la Ética y del Evangelio

España, muy católica ella  (hoy un 44 % de sus habitantes), ha sido, desde este proceso clerical, aliada de una política  ajena al  Evangelio

Muchos de los que buscan a Dios en el culto cristiano pasan de largo frente al necesitado y no obran como el buen samaritano

Por| Benjamín Forcano, teólogo

1.Un planteamiento apenas sospechado

Es preciso hablar claro, para mostrar de una vez la ignorada equivocación que cubre a muchos cristianos. 

Lo muestran dos reiterados errores:  

1º) Una Iglesia clerical predominantemente ritualista

Como no era de esperar, reaparece en estos últimos años un modelo Iglesia clerical, encargada de promover el culto y la santificación de los fieles, verificada   en un despliegue de ritos, rezos y gestos reverenciales pasajeros, que nos ponen en contacto directo con Dios y aseguran el futuro celestial de nuestra salvación. Un contacto repetido una y otra vez bajo rituales diversos con específicas condiciones y tributos establecidos. 

2º)Una Iglesia que no hace suya, la opción de Jesús por los más pobres. 

Esta Iglesia no cuestiona por lo general al poder político gobernante, que transcurre autónomo e intocable, ajeno al requerimiento de la Ética y del Evangelio.   

En el momento actual, salta a la vista una ausencia fundamental: en la Iglesia católica el principio y medida del pensar y actuar es Jesús de Nazaret que, vivió   inmerso en la vida sociocultural y política de su pueblo, organizada y custodiada por enaltecidos y severos dirigentes. 

A estos dirigentes,  Jesús los denuncia poniendo al descubierto sus depravaciones y mentiras, los encara terminante: no hay   plegarias, ni culto, ni leyes que valgan  si se hacen contra la dignidad, el bien y los derechos  del pueblo.

Jesús no pudo tolerar este escándalo, no fue neutral. Y , sin ser propiamente un personaje político , aireó con gran libertad  la soberbia e hipocresía de estos dirigentes. 

2-Una iglesia clerical encubridora del mensaje  liberador de Jesús de Nazaret 

Trasladado esto a la situación presente,  tiene aplicación ante la pervivencia de un tipo de lglesia entrelazada con una política que dista leguas de lo que es el  Reino de Dios ,   obviamente desatendido por quienes  debieran proclamarlo. 

Muy otra es la valoración del Vaticano II: “La Iglesia,  fundada en   el amor del Redentor, contribuye  a que dentro de los límites  de la nación y  entre unas naciones y otras, se extienda más vigorosa  la justicia y la caridad, pues predicando  el Evangelio e ilustrando todos los sectores de la actividad humana, con la luz de su doctrina y el testimonio de los cristianos respeta y promueve también  la libertad política y  la responsabilidad de los ciudadanos” (Gaudium et Spes, 26). 

El escándalos es innegable, pero se ha hecho tan natural, que pasa como inexistente, pues en las próximas y  enfrentadas elecciones  ni siquiera se ve mencionar el hecho histórico de la vida  y enseñanza de Jesús de Nazaret, que abrió  el Camino  para una nueva  convivencia sociopolítica humana que abarca ya más de dos mil años.  

España, muy católica ella  (hoy un 44 % de sus habitantes), ha sido, desde este proceso clerical, aliada de una política  ajena al  Evangelio ; lo gritan las desigualdades, las  injusticias, los empobrecimientos y las esclavitudes de grandes sectores de la ciudadanía.

Frente a esta situación, no se nota que se haga valer lo más relevante y característico del  mensaje de Jesús: la llegada a  nosotros del reino de Dios, en el cual  los primeros y los preferidos de Dios,  son los más explotados y empobrecidos.

Lógicamente, en el contexto de un país que se tiene y se denomina cristiano, un buen analista no  puede menos   de preguntarse: 

-“ ¿Es que es  un pecado,  una traición o un despropósito  recordar y destacar que los primeros y los preferidos  en el reino de Dios  son los más  empobrecidos y oprimidos? ¿O acaso para un cristiano actuar concorde con este principio cae fuera de la política? ¿Si no cae, dónde están los adalides políticos cristianos de uno u otro Partido, que hagan justicia y levanten a los más explotados y ofendidos? ¿O acaso se inhiben porque se les amenaza con ser castigados por asumir el más noble empeño de toda política? En tal caso, ¿no debieran reconocerse identificados con Jesús de Nazaret que fue condenado a ser crucificado por reivindicar la primacía del cuidado y respeto de lo   más empobrecidos y oprimidos?”. 

A la vista de esta contradicción, ¿qué sentido tiene entonces   lo de llamarse cristiano? ¿O es que la fe en ese Dios, Padre de todos, manifestado en el amor extremo de su hijo Jesús, debe contabilizarse como puro cuento o ilusión? 

Muchos de los que buscan a Dios en el culto cristiano pasan de largo frente al necesitado y no obran como el buen samaritano. Pasan de largo sobre todo los seducidos por el dinero, que triunfan generando grandes cortejos a través de inacabables festejos y espectáculos para congregar a la gente, distraerla y entretenerla.

Junto a estos grandes cortejos diarios, quedan otros , más desvalidos,  tirados en la calle,  en la cuneta,. De este modo , los adinerados parece que no solo se contentan  con  el Jesús muerto crucificado, sino que  se tranquilizan  con ni siquiera nombrarlo. 

¿Esta Iglesia tan partidaria de romerías, de procesiones y de ritos, sirve para llevar a la gente hasta Jesús o a que se aparten de él?  No parece que mucha gente descubra a Jesús y entienda que ha llegado el Reino de Dios, no se percibe que existan comunidades donde todos viven unidos y todo lo tienen en común, pues comulgar con Cristo es ser y  sentirse uno con todos haciendo presente y visible el Reino de Dios.

Teologia de la Liberacion

4- El planificado entierro del concilio Vaticano II y de la teología de la liberación 

Siguiendo el hilo de la reflexión, impresiona comprobar cómo Jesús no pudo callar ni tolerar en su pueblo este escándalo. Ciertamente no fue neutral y sin ser propiamente un personaje político, aireó con gran libertad lo que, en personas  que alardeaban de creyentes y piadosas, resultaban un  escándalo de pura soberbia e hipocresía. 

Ante esta actitud de Jesús, surge lógica la pregunta: ¿No se ha llegado entre nosotros a  un alejamiento  del Evangelio? ¿No vivimos de espaldas a él? A decir verdad, no es casual, ni se debe a factores misteriosos, lo acreditan los hechos;  es muy  grave , tiene sus causas e incita a dar con ellas y no menos a conocer los sujetos que la tramaron  y promovieron. 

No es ningún secreto declarar que la situación que nos envuelve ha sido  secretamente propulsada por intereses y  objetivos imperialistas. Calculadamente, se ponderó que el covid 19 podía influir y servir de tapadera para aventar y excluir de los medios de comunicación  el hecho profundamente innovador y revolucionario del  concilio  Vaticano II, juntamente con  el hecho  no menos subversivo y liberador   de la Teología de la Liberación. 

Estamos por los años 1960 y la Iglesia hierve con el caudal que le baja de las montañas de la investigación científico-teológica moderna. El mundo entero mira a Roma y allí se concentran , bajo la inspiración del Papa bueno Juan XXIII, representantes del episcopado mundial , asesorados por sus  mejores teólogos, peritos de amplio y  contrastado saber.

El Vaticano II levantó encendidas esperanzas. Hizo soplar fuerte el aire de una renovación bien fermentada y anhelada.

Sesenta años del Concilio Vaticano II

Pero este aire en otras latitudes, se lo marcó muy peligroso para el logro de ctros y muy   importantes objetivos.

No tardó en sonar alarmante una alerta, que llegaba del inmenso y vigilante imperio de Estados Unidos. Al poco de acabar el Vaticano II , Latinoamérica en su asamblea de Medellín,(1968) mostró una recepción plena  de lo acordado en el concilio para poder aplicarlo a  la singular situación de los pueblos del tercer mundo.  

Fue tal el impacto producido, que en ese mismo año, Rockefeller, después de una  gira por Latinoamérica , dijo: “Si la Iglesia  latinoamericana   cumple los acuerdos de Medellín, los intereses de Estados Unidos , están en peligro en América Latina” . 

La alarma se tornó en toque de  guerra con el presidente Reagan: “ La política exterior de Estados Unidos debe comenzar  a enfrentar ( y no simplemente a reaccionar con posterioridad ) la teología de la liberación, tal como es utilizada  en América Latina  por el  clero de la liberación” (Documento de Santa Fe).

Apoyada e impulsada por el concilio Vaticano II, la Teología de la Liberación recibió consagración en la reunión de Medellín del episcopado latinoamericano.  

Sería el caso, de narrar   cómo se  combatió  y paralizó la Teología de la Liberación,  que presentaba a Dios  en un mundo bipolar de ricos y pobres , donde por lógica su relación es de injusticia y exclusión y cómo ahí, la fe es capaz de provocar cambios radicales  y donde los pobres, los excluidos, los marginados dejan de serlo , lo cual no es posible sin  dar la vuelta al sistema.

Es ya conocido y muy comentado el nuevo modelo de Iglesia, patrocinado por el Papa Karol Jósef Wojtyla (elegido en 1978) y el nuevo rumbo que le iba a imprimir, aliado con  el presidente Reagan y atizando  los   movimientos más reaccionarios de la  Iglesia. Fue tal la uniformidad  que parecía destinada  a vaciarla  de su savia original más profunda: el amor, la democracia  y la libertad. 

La opción de Wojtyla era restaurar y cristianizar a Europa ; los males era preciso remediarlos reintroduciendo la imagen de una Iglesia preconciliar, centralizada, androcéntrica, clerical, compacta, bien uniformada y obediente, antimoderna.

El paisaje descrito podría completarse con  otras muy sugerentes pinceladas. (A quien lo desee, le remito a mi Entrevista, publicada en Polonia: “Balance eclesial  a los 40  años  de la elección de Juan Pablo II”) .

Creo que lo principal para entender de dónde venimos, es que la Teología de la Liberación no tiene parangón con la teología del pasado, donde  el orden socieconómico y político burgués , construido de acuerdo a  las leyes del más fuerte,   era también el que presentaba la Iglesia como querido y  bendecido por Dios y se lo consideraba con todos sus males  como pruebas mandadas por Dios  para santificarse y acumular mérito para el cielo. 

Toda la pompa religiosa se orientaba a asegurar el negocio de la propia salvación.  Preceptos, normas , leyes y dogmas interminables , rezos y misas, pero a  la postre  todo quedaba  en obras piadosas,  sin plantear para nada  lo que la vida de Jesús pedía denunciar  y hacer  en cada lugar y momento de la sociedad.

Con razón, frente a grupos  integristas o neoconservadores  que rechazaban todo cambio social  y pregonaban  una religión que pretende ser apolítica, la Teología de la Liberación enseñaba  a la luz del Evangelio  la liberación integral  de los oprimidos. Visión sólidamente fundada, que fue publicada directamente contra Juan Pablo II, firmada por 700 teólogos en el  Manifiesto de Colonia.

Liberación

Visto lo expuesto, de cara a las elecciones, sirve para señalar tres cosas  importantes:

Primera: el Pasado de que venimos, está marcado por una fe unida a una política , ajena al Evangelio, mayormente  colonizadora y dominadora.

Segunda:   el Presente que nos  configura con la duplicidad de una fe  que,  guiada por una iglesia clerical, asegura la santificación y salvación  con la práctica de numerosas plegarias y ritos, siempre al margen de toda política.

Tercera,  el Futuro, proyectado desde un retorno al Evangelio, mediante el seguimiento de Jesús   que implica y relaciona la consecución del reino de Dios en  la política actual, asumiendo  la primacía  que en ese reino de Dios tienen  los más empobrecidos y oprimidos y  compometerse con ella como  la forma más radical y segura de obtener nuestra santificación y salvación.  

5-Una  cuestión de simple coherencia: cristianos en privado y en público 

Resulta evidente el enorme trastueque que se efectuó dentro de la Iglesia a partir  de la elección de los Papas Juan Pablo II  y Benedicto XVI . Fueron 35 años de negación y oposición descarada a la renovación del Vaticano II , marcando un retroceso inimaginable y estableciendo alianza con el poderoso imperio yanqui para anular el espíritu  y propuestas del Vaticano II. 

Francisco y Juan XXIII

¿EL  recorrido invasor  imperialista hubiera tenido efectos tan devastadores  sin la coerción ejercida contra la  renovación llevada a cabo por el Vaticano II? 

Se puede imaginar otro Camino muy diverso si  la Iglesia  con unanimidad  hubiera  aceptado el concilio  movilizando y haciéndolo vivir  en la mayor institución religiosa del mundo  con sus mil millones de miembros. ¡Peligroso, muy peligroso! Y, por ende, intolerable para las miras y ansias del Imperio. 

Nada extraño, por tanto, el premeditado empeño  por  enmudecer y hacer desaparecer la carga explosiva de la Teología de la Liberación,  con la  expansión tan enorme que estaba teniendo. La confabulación del Papa Juan Pablo II -Presidente Reagan tuvo insospechados efectos , tan insospechados como llegar  a silenciar y dar como inoperante  la profunda innovación del concilio Vaticano II y  de la Teología de la Liberación.

Sirvan como como un reguero final de luz y energía el mensaje que los Padres Conciliares enviaron , entre otros, a los Gobernantes y a los más Pobres. 

A LOS GOBERNANTES: A LOS DEPOSITARIOS DEL PODER TEMPORAL 

Rendimos honor a vuestra soberanía y respetamos vuestra función, reconocemos vuestras leyes justas y os decimos: Sólo Dios es grande, El es el principio y el fin, la fuente de vuestra autoridad  y el fundamento de vuestras leyes.  

Sois los promotores del orden y de la paz entre los hombres. No olvidéis que el Padre de los hombres es Dios y que Cristo , su  hijo eterno, ha venido a decírnoslo  y enseñarnos que todos somos hermanos.  El es el único que dirige la historia humana e inclina nuestros corazones a  rechazar la guerra  y la desgracia. La Iglesia, después de casi dos mil años , os pide la libertad de creer, de predicar su fe, de amar a su Dios y de servirle. Y de poder llevar a los hombres su mensaje de vida. Hecha a imagen de su Maestro,   cura a todo  lo humano de su fatal caducidad, lo transfigura , lo llena de esperanza,  de verdad y de belleza. El es hijo de Dios e hijo del hombre, no lo crucifiquéis de nuevo , dejadnos difundir  por todas partes la Buena Nueva del Evangelio de la paz.  

A LOS POBRES, A LOS ENFERMOS , A TODOS LOS QUE SUFREN.

Vosotros,  los pobres y abandonados,   los  que sentís más duramente el peso de la cruz, saberos por vuestra fe unidos al  Varón de dolores, con Cristo , hijo de Dios y recobrar vuestro valor:  vosotros sois los preferidos del reino Dios,  reino de la esperanza,  de la dicha  y de la vida;  vosotros sois los  hermanos de Cristo paciente  y con El, si queréis , salváis al mundo. No estáis solos, ni separados, ni abandonados, ni inútiles, sois los llamados de Cristo, su viva y transparente imagen. 

PENTECOSTÉS: VIENTO DE LIBERTAD

Donde hay viento de libertad, hay Pentecostés

ESPIRITU S

PENTECOSTÉS: VIENTO DE LIBERTAD

  1. dos relatos muy distintos.
  1. Hechos de los Apóstoles.

San Lucas sitúa la venida del Espíritu (Pentecostés) a los cincuenta días de Pascua y en medio de una tormenta con viento, fuego y en un contexto de entendimiento: en Jerusalén había partos, medos, elamitas, del Ponto… y les entendían, se entendían.

La presencia del Espíritu de Jesús en las personas, comunidades, pueblos e iglesia confiere entendimiento.

De los siete dones que tradicionalmente se atribuyen al Espíritu: sabiduría, inteligencia, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios, seis hacen referencia a la comprensión, entendimiento, acogida, etc.

Lo más parecido a la Torre de Babel (el no entendimiento) es una campaña electoral en la que no hay entendimiento porque no hay un buen espíritu que una a las personas y grupos humanos.

Y en la Iglesia, en nuestra misma diócesis no parece que haya entendimiento, lo cual puede significar que el Espíritu de Jesús no está entre nosotros…

    El Espíritu de Jesús es afable, comprensivo, bondadoso, acogedor, un tono vital de entendimiento:

(Lo que nos separa a los humanos no son los idiomas, sino el espíritu que tenemos)

  1. el espíritu de Jesús brota de su costado: de su amor.

    San Juan va por otros derroteros y narra Pentecostés como a dos tiempos:

+   Juan 19,14: a la muerte de Jesús dice que: Al pie de la cruz estaba la iglesia naciente: María, algunas mujeres y el Discípulo Amado. La Iglesia nace del costado de Cristo del que brota agua y sangre: bautismo y Espíritu. Es el mismo simbolismo de las bodas de Caná: agua y vinoDel costado de Cristo brota su espíritu santo, espíritu bueno de amor.

Jesús al morir, entregó su espíritu a la Iglesia naciente.

(Leamos estas cosas desde la sensibilidad teológico-poética cristiana).

+   San Juan (cp 20) dice que la venida del Espíritu de Jesús aconteció la tarde del domingo de Pascua sobre una comunidad apagada, asustada y triste: (los Once), como la nuestra. Jesús exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo.

    Cuando Cristo está presente en una comunidad allí está su espíritu de vida, paz, serenidad-alegría, audacia, misión, perdón.

  1. ¿Qué es el Espíritu de Cristo, el Espíritu de Dios?

    Recordemos que a Dios nadie le ha visto nunca, (Jn 1,18 / 1Jn 4,12). Nos quedamos en que Jesús es expresión, Palabra (hijo) de Dios Padre y que ambos tienen un estilo, un modo de ser, un tono, un espíritu bueno.

No es lo mismo ser espiritual que ser religioso.

Que los humanos seamos espirituales no significa que tengamos un temperamento algo melifluo y dado a ciertas prácticas religiosas, cuando no mágicas o supersticiosas. Ser espiritual tampoco significa que una persona milite en una religión.

Ser espiritual significa que somos abiertos a todo lo que “se produce o se pueda dar en la historia”.[1]

En las lenguas románicas (provenientes del latín), las palabras que llevan la componente “sp”, “spc” ó “xpc” hacen referencia al futuro, a la apertura del ser humano hacia el futuro: espera, esperanza, expectativa, expectación, espíritu, etc. miran hacia el futuro.

    Somos seres siempre en búsqueda, en camino, abiertos al futuro. La persona espiritual está siempre abiertas.

Se puede ser muy religioso, pero muy poco o nada espiritual y se puede ser poco religioso pero de gran hondura espiritual.[2]

Estamos viendo y padeciendo fundamentalismos religiosos dentro y fuera del mundo eclesiástico. Eso no es ser espiritual, sino fanáticos de unos ritos, dogmas o costumbres religiosas, cuando no de un mundo supersticioso.

    Somos seres espirituales en la medida en miramos al futuro, al horizonte, siempre en búsqueda, en camino, abiertos… La persona espiritual está siempre abierta.

  1. El Espíritu Santo no es el “tío de América”.

    El Espíritu no es un señor que siempre está fuera, siempre está para llegar, pero nunca lo hace.

    El Espíritu del Señor estará en la iglesia, en los pueblos y en las personas en tanto en cuanto esté en nosotros. Si la bondad, la honradez, la libertad, el tono de conciliación están en nosotros habrá llegado el espíritu y será Pentecostés en nosotros, en nuestro pueblo, en las comunidades, en la Iglesia.

Ahora en nuestra diócesis parece como que se intenta llegar a alguna comprensión tras el “tsunami” de poder fanático que durante años hemos vivido. Nos hace falta el espíritu de Jesús: amor a la verdad, a la libertad, a la justicia, a los pobres. De lo contrario quizás sigamos sin entendernos, sin espíritu

  1. Exhaló su aliento sobre ellos

Jesús pronuncia sobre la comunidad las mismas palabras que Dios pronunció sobre el barro humano en el Génesis. El ser humano somos poco más que barro. Si el ser humano es algo o llega a ser algo, es porque tiene o cultiva un tono diverso del mundo animal y más humanitario.

Dios el Señor formó al hombre, de la tierra misma, sopló en su nariz y le dio vida (nefesh). Así el hombre comenzó a vivir. (Gn 2,8).

Hace unos días nos conmocionaba la noticia de que dos niñas gemelas se suicidaban en Asturias. El suicidio es un problema que va en aumento.

Enseguida echamos mano de la medicina y decimos que es una enfermedad mental, una enajenación… ¿No será una falta de sentido de la vida, una carencia de siembra de ganas de vivir, una falta de espíritu vital que mire al futuro? Si no sembramos aliento vital, esperanza, acogida, afecto, ¿qué podemos esperar y recoger?

En términos bíblicos habremos de exhalar aliento vital esperanza, ganas de vivir en la familia, en la educación, en la sociedad, en nosotros mismos y en las nuevas generaciones

Cuando acogemos en nosotros el universo de valores que forman el espíritu cristiano, llegamos a ser seres vivientes.

Recibid Espíritu Santo

[1] Decía K, Rahner que ser espíritu-espiritual significa que el hombre es absoluta apertura hacia toda “palabra” que se produce en la historia, (Oyente de la palabra, 73).

[2] Los fanatismos son muy religiosos pero nada espirituales.

Elecciones y compromiso

Por| Faustino Vilabrille

Poder para servir, no para servirse: Es más fácil empuñar el bastón de mando municipal que abrazar o dar la mano a un pobre, a un desvalido, a un adicto a dependencias muy difíciles de superar. Yo quiero un alcalde que haga lo segundo. Por tanto tengo claro a quien voy votar.

Como también es mucho más fácil celebrar una solemnidad en la catedral que dormir junto a los pobres sin techo en el palacio episcopal, como es mucho más fácil recibir la comunión en la mano que vivir a diario austeramente para ayudar a los empobrecidos del mundo. Es mucho más fácil organizar procesiones, peregrinaciones a santuarios y caminos de Santiago, a Fátima o a Covadonga que ir al encuentro de los empobrecidos de África, la India, Bangladés o América del Sur. Yo quiero una iglesia que haga lo segundo. En la otra no creo.

Una fe sin compromiso político-social, es solo religión para autojustificar la falta de compromiso con Jesús de Nazaret y su Mensaje Liberador de la Humanidad y la Creación.

Ascensión y triunfo: Celebramos hoy la fiesta de la Ascensión de Jesús. San Pablo dice que “Jesús, por la Resurrección, fue constituido Señor e Hijo de Dios”. Jesús, con la Resurrección, ya llegó a la plenitud total, al triunfo definitivo, para El, para todos los Seres Humanos y para la Creación. La Ascensión no le añade nada nuevo a Jesús, sino que es una forma de decir que llegó al triunfo total. Y llegó a este triunfo precisamente porque lo dio todo por los demás, empezando por despojarse de todo y hacerse esclavo, pasando por uno de tantos (δούλος en griego = esclavo, Carta a los Filipenses 2,7).  

Todos aspiramos a triunfar: Es una aspiración universal y legítima, pero hay una diferencia muy grande con Jesucristo: el triunfó por su total entrega y compromiso con los demás, pero en el sistema neoliberal-capitalista en el que estamos inmersos en el mundo occidental, que se extiende cada vez más, incluso en los países llamados  socialistas-comunistas, lo que domina es triunfar a costa de los demás y de la creación, lo que conduce a unos pocos a tener mucho más de lo necesario, y a muchos más, una gran mayoría, a tener menos o mucho menos de los necesario; triunfar a costa de los demás es dejar víctimas por el camino, como no pagar un salario justo, hacer trabajar en exceso, incluso como esclavos, tal como a los niños en la minas de coltán del Congo, a quitarles sus tierras como en África, o contaminando tanto el planeta que origina el cambio climático con fatales consecuencias para los pobres a los que las lluvias torrenciales les arrebatan sus tierras, sus ganados, sus casas e incluso a sus familiares, como pasó estos días pasados en varios países africanos. Veamos: En Ruanda: 135 muertos, 110 heridos, 20.000 personas quedaron sin hogar, 3.963 casas arrasadas. En la R.D. del Congo: las lluvias desbordaron los ríos y provocaron desprendimientos de tierra que sepultaron unas 3.000 casas en la ribera del lago Kivu. Murieron 411 personas, y más de 5.500 personas permanecen desaparecidas. Otros países afectados por estas lluvias desbordadas son: Malaui, Madagascar y Mozambique. Los países mencionados han perdido por culpa de los desastres climáticos infraestructuras sociales y económicas esenciales, equipos de pesca, ganado y centenares de miles de hectáreas de cultivos en lo que va de año, según Patrice Talla, delegada de la FAO para el sur de África. Si antes de la pandemia había 828 millones de personas en alto riesgo de malnutrición, al final de la misma se le han sumado 350 millones más, sin contar con los que está generando la guerra de Ucrania.

Por tanto, tenemos necesidad imperiosa de grandes políticos, con sentido de Estado, con sentido Ecológico, con sentido de Planeta global, dirigido a los países del Sur, especialmente África, donde están los más empobrecidos, maltratados y oprimidos del mundo, causados por los ricos y poderosos del Norte opulento.

Pensemos muy bien a quién debemos dar nuestro voto: No lo demos a quienes sabemos bien que quieren triunfar a costa de los demás, y démoslo a quienes quieren triunfar con los demás. No lo demos a quienes rechazan a los inmigrantes, démoslo a quienes quieren acogerlos e integrarlos en nuestra sociedad. No lo demos a corruptos y corruptores, démoslo a ciudadanos nobles, sinceros, honrados y leales servidores de los ciudadanos. No lo demos a quienes quieren privatizar lo público, como la sanidad, la enseñanza, o los servicios sociales en beneficio de intereses privados, démoslo a quienes defienden los servicios públicos esenciales para que todos los ciudadanos podemos acceder a ellos. Démoslo a los que el sufrimiento de los oprimidos del mundo les duela en carne propia y se comprometan con una paz verdadera basada en la justicia universal.

Como creyentes, la esencia de nuestra fe es seguir a Jesús de Nazaret, para hacer en este mundo lo mismo que El hizo, que optó siempre por la justicia, la igualdad, el amor, la fraternidad, el compromiso con los más débiles e indefensos, concretado en defenderlos de los opresores políticos y religiosos, curarlos, alimentarlos, darles dignidad y valor. El cristianismo, en este mundo, no es pasarlo mal, sino pasarlo TODOS bien.

Rusia, abierta a una posible mediación del Vaticano

Rusia y Ucrania
Rusia y Ucrania

Moscú «valora positivamente la iniciativa de paz del Vaticano», aunque «hasta ahora la Santa Sede no ha tomado ninguna iniciativa para el viaje de un emisario a Rusia», declaró a la agencia Ria Novosti un portavoz de Lavrov

Francisco, sobre un posible encuentro Putin-Zelenski: «La paz se va a lograr el día en que se puedan hablar, o ellos dos o a través de otros»

Por Jesús Bastante

Moscú «toma nota» del «sincero deseo de la Santa Sede de promover el proceso de paz» en Ucrania. En su primera comunicación oficial después de que el Vaticano anunciara que el cardenal Zuppi sería el enviado papal para buscar vías de solución a la invasión de Ucrania, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, agradeció explícitamente la implicación de la Iglesia católica.

Moscú «valora positivamente la iniciativa de paz del Vaticano», aunque «hasta ahora la Santa Sede no ha tomado ninguna iniciativa para el viaje de un emisario a Rusia», declaró a la agencia Ria Novosti un portavoz de Lavrov.

Serguéi Lavrov
Serguéi Lavrov

«La parte vaticana no ha dado ningún paso práctico para organizar el viaje a Moscú», señalaron fuentes del Kremlin, que añadieron que «cualquier esfuerzo en este sentido sólo tendrá sentido si se tiene en cuenta la conocida postura de principios de Rusia sobre posibles negociaciones de paz».

«Recordamos a este respecto que, a diferencia de Rusia, que desde el principio está dispuesta a un diálogo honesto y abierto sobre la solución en Ucrania, el régimen de Kiev sigue rechazando categóricamente la posibilidad misma de negociaciones con Moscú y confía en la guerra», subrayan fuentes rusas.

Intercambio de regalos entre Zelenski y Francisco
Intercambio de regalos entre Zelenski y Francisco Vatican Media

Mientras tanto, el Papa Francisco apuntaba ayer, en una entrevista con Telemundo, que «la paz se va a lograr el día en que se puedan hablar, o ellos dos o a través de otros», sin querer entrar en condicionamientos previos, como la devolución, por parte de Rusia, de los territorios conquistados durante la invasión o, incluso, de la penísula de Crimea, anexionada en 2014.

Recordando su reciente encuentro con Zelenski, Bergoglio reveló que el presidente ucraniano «me pidió un favor muy grande que procurara ocuparme de los chicos que habían sido llevados a Rusia».

«Mire, yo le pido eso. No sueñan tanto en mediaciones, porque realmente el bloque de Ucrania es muy fuerte. Toda Europa, Estados Unidos. O sea que tienen una fuerza propia muy grande. ¿No? Lo que sí que él estaba muy dolido y pide colaboración es en tratar de que vuelvan los chicos a Ucrania», destacó el Papa. 

Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales

El Papa a los periodistas: «Estén al servicio de la verdad y del bien común»

El Papa a los periodistas
El Papa a los periodistas

A los fieles presentes en la Plaza de San Pedro para el rezo del Regina Caeli, Francisco pidió un aplauso para los periodistas en la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales

“Les agradezco su trabajo y espero que esté siempre al servicio de la verdad y del bien común. ¡Un aplauso a todos los periodistas!”

“En el dramático contexto del conflicto global que estamos viviendo, es urgente afirmar una comunicación no hostil»

(Vatican News).- En la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, centrada en el tema «Hablar con el corazón», Francisco dirigió, desde la ventana del Palacio Apostólico, su saludo a los periodistas y trabajadores de la comunicación presentes en la Plaza de San Pedro y recordó que «Es el corazón el que nos mueve a una comunicación abierta y acogedora»:

“Les agradezco su trabajo y espero que esté siempre al servicio de la verdad y del bien común. ¡Un aplauso a todos los periodistas!”

Presente también en el «Regina Caeli» se encontraba una delegación de la Ucsi, Unione Cattolica Stampa Italiana (Unión Católica de Prensa Italiana), que esta mañana ha participado en una misa en el cercano Centro San Lorenzo y que en los últimos días ha puesto en marcha diversas iniciativas para celebrar la jornada.

Papa y periodista

En su mensaje difundido el 24 de enero, Francisco afirmó que “la llamada a hablar con el corazón interpela radicalmente nuestro tiempo, tan propenso a la indiferencia y a la indignación”.

“En el dramático contexto del conflicto global que estamos viviendo, es urgente afirmar una comunicación no hostil. Necesitamos comunicadores dispuestos a dialogar, comprometidos a favorecer un desarme integral y que se esfuercen por desmantelar la psicosis bélica que se anida en nuestros corazones”.

Fuerte es la invitación a ir contracorriente para apoyar las aspiraciones de paz siguiendo el ejemplo de San Francisco de Sales: “Su actitud apacible, su humanidad, su disposición a dialogar pacientemente con todos, especialmente con quien lo contradecía, lo convirtieron en un testigo extraordinario del amor misericordioso de Dios”.

Una política a la que le duele el pueblo

Depositando el voto en una urna Element5Digital

 “¡Ruego al Señor que nos regale más políticos a quienes les duela de verdad la sociedad, el pueblo, la vida de los pobres!”, reclamaba el papa Francisco en Evangelii gaudium. Personas de fe en política tienen en el magisterio pontificio una hoja de ruta muy clara

Por | José Luis Palacios

(Noticias Obreras).-  “¡Ruego al Señor que nos regale más políticos a quienes les duela de verdad la sociedad, el pueblo, la vida de los pobres!”, reclamaba el papa Francisco en Evangelii gaudium. Personas de fe en política tienen en el magisterio pontificio una hoja de ruta muy clara.

“El movimiento se demuestra andando y la pasividad no cambia nada” dice José Antonio Delgado Palma, número 17 en lista de Izquierda Unida al Ayuntamiento de Puente Genil (Córdoba), cuando es preguntado por la razón para incorporarse a la candidatura presentada en la localidad donde vive.

Manolo Copé expone que aceptó ser el candidato a la alcaldía de Alicante en la lista de Unides per Alacant, en resumidas cuentas, porque se lo pidió la asamblea de la organización política en la que está. De hecho, ha percibido “mucha normalidad” al anunciar su decisión, más que nada porque  “he estado implicado en el ámbito laboral, social, cultural y político de la ciudad”, añade.

La cabeza de lista por Castellón al parlamento autonómico por Unides Podem-Esquerra Unida, Marisa Saavedra, explica que aceptó concurrir en esta lista “en continuidad con los compromisos anteriores”. “Me plantearon asumir esta responsabilidad ahora por lo que está en juego a nivel autonómico”, y aceptó, claro.

Ángel Aguas, candidato a alcalde de Ciudad Real por Unidas Izquierda Unida Podemos, con Más Ciudad Real, confiesa que sus excusas para negarse a la propuesta que le hicieron se vinieron abajo al leer lo siguiente: “Un individuo puede ayudar a una persona necesitada, pero cuando se une a otros para generar procesos sociales de fraternidad y de justicia para todos, entra en el campo de la más amplia caridad, la caridad política”.

El autor de esta cita no es otro que el papa Francisco, que así se expresa en la encíclica Fratelli tutti al hablar de “el amor político” necesario para una convivencia en paz capaz de integrar a las personas más vulnerables y de encauzar las lógicas diferencias que se dan en la vida social.

El Papa firma su encíclica ‘Fratelli tutti’

Para Delgado, implicarse en estas elecciones parece natural cuando se asume que “las instituciones toman decisiones sobre las personas que pueden contribuir a humanizar la sociedad” y explica que lo vive “como una oportunidad que Dios me ofrece para intentar trabajar para mejorar la vida de las personas de mi pueblo”.

Las necesidades de las familias trabajadoras

Copé entiende que puede prestar un servicio a la ciudadanía de su ciudad, como es trabajar por “reducir desigualdades y brechas proponiendo un modelo de ciudad que aborde las necesidades de la clase trabajadora, de las familias más empobrecidas”, lo que, por otra parte, ha intentado que fuera la seña de identidad de su compromiso desde hace mucho tiempo.

También aparecen las preocupaciones asociadas a la vorágine política con su endiablado ritmo y su escrutinio permanente. Aguas reconoce que teme desatender a sus hijas, a verse sobrepasado por la tarea institucional y alejarse de la escucha directa de las personas más sufrientes y a quienes les acompañan, pero sobre todo a “no responder a las expectativas de desarrollar una buena política que erradique las injusticias desde lo municipal”.

Su anhelo, sin embargo, parecen muy concretos: “ser útiles a la población más desfavorecida y excluida, llegar a consensos sociales que impliquen un cambio de mentalidad hacia el alquiler justo de tanta vivienda vacía y de tanto local comercial sin uso y disminuir tanta suciedad evitable dentro de la ciudad y en su entorno, además de erradicar los discursos de odio contra las aparentes diferencias entre personas que no son tales”.

Copé prefiere hablar de “respeto”, antes que de “miedos”: “Tengo mucho respeto lógicamente, porque aspiramos a la alcaldía de la segunda ciudad de la Comunidad de Valencia, pero sobre todo tengo ilusión, creo realmente que nuestra ciudad necesita un cambio en las políticas y en la gestión del gobierno municipal”.

Saavedra confiesa que le pesa abandonar la dinámica ya conocida del Congreso de los Diputados por la incertidumbre que supone aspirar a entrar en un parlamento autonómico, que compensa con la ilusión de poder contribuir a “un gobierno progresista que ponga la política al servicio del bien común”.

Eso sí admite que su entorno sí muestra preocupación por “el actual contexto político, bastante tóxico, hostil y muy exigente, especialmente si lo vives con pasión y crees en lo que haces”. Además, relata que se ha tenido que acostumbrar a la agresividad con que se expresan algunas personas que no comparten sus opciones políticas y que llegan a decirle que su lectura y vivencia de la fe “no es correcta”.

En cambio, Aguas habla incluso de haber notado “la colaboración de familia y personas amigas más allá de las posibles diferencias ideológicas”, al igual que de las “compañeras y compañeros del pasado político que han “resucitado” y forman parte del equipo cercano, a pesar de su edad.

Aún así, tal y como está el espacio de la izquierda, Aguas se ha encontrado con “interpelaciones de innumerables personas sobre la unidad de las fuerzas de izquierda que finalmente hemos conseguido aquí”.

Mucho más relajado se pronuncia Delgado, dado que asume que su principal aportación pasa por “prestar apoyo” a sus compañeros y “transmitir el valor cristiano de tener siempre presente a los que menos tienen y más sufren”.

La aportación de la fe a la política

En cuanto al papel de los cristianos y cristianas en política hay una gran coincidencia en identificar los valores que deben inspirar su actuación y en el tipo de gestión que cabe esperar.

Después de todo, el papa Francisco en su primera exhortación apostólica apostaba por no disociar la gestión pública ni la economía de la ética: “La caridad no es sólo el principio de las micro-relaciones, como en las amistades, la familia, el pequeño grupo, sino también de las macro-relaciones, como las relaciones sociales, económicas y políticas”.

Así, el candidato al consistorio de Puente Genil cree que el papel de una persona creyente en política es “transmitir el principio de encarnación, que es lo más importante del cristianismo en favor de los más necesitados”, sabiendo que “lo público y lo privado van modelando la vida”.

En su opinión, un cristiano o una cristiana metido en la arena de los asuntos públicos tiene que partir del “respeto a las demás opciones políticas, llegando con ellas a acuerdos para el bien común”.

La aspirante al parlamento valenciano comparte su convicción de que “la fe tiene, en su propia esencia, la necesidad de expresarse y mostrarse públicamente”, por lo que “las normas del Estado deben defender esa necesidad que, por otra parte, es un derecho”.

Aunque, puntualiza “debe evitar privilegiar unas creencias concretas”. Admite que puede haber consecuencias negativas de la fe cuando se intentan “traducir los dogmas propios de las creencias en normas impuestas a toda la sociedad”.

Otra política es posible

Parece oportuno recordar que Francisco, en la citada Evangelii gaudium, no solo reclamaba una política de miras altas, sino que planteaba incluso la conveniencia de poner en juego la trascendencia a la hora de organizar la vida en sociedad: “¿Y por qué no acudir a Dios para que inspire sus planes? Estoy convencido de que a partir de una apertura a la trascendencia podría formarse una nueva mentalidad política y económica que ayudaría a superar la dicotomía absoluta entre la economía y el bien común social”.

La política para las personas creyentes debe entenderse como “servicio, trabajar con honestidad por el bien común, con especial atención a las personas y colectivos más vulnerables y tratados injustamente, pero también valorar y potenciar las iniciativa positivas, solidarias, fraternas, con actitud positiva y constructiva en ambientes tóxicos, y desde luego, aportar esperanza”, explica Saavedra, que precisamente en estos tiempos, defiende la necesidad de “dignificar la política”.

“El compromiso de Jesús de Nazaret con la gente más sencilla y la gente más humilde tiene que tener una translación a la política local”, resume Copé, quien completa que también su pertenencia a la HOAC ha influido a la hora de aceptar ser la cara visible del proyecto político que se presenta al ayuntamiento alicantino.

“Otra política es posible, si ponemos las necesidades de las personas y de los trabajadores en primer lugar”, sentencia.

“En un ambiente muy crispado y muy vilipendiado, que promueve el enfrentamiento constante”, Copé apuesta por “transmitir las ideas sin necesidad de embarrar los debates y sin despreciar la posibilidad de alcanzar consensos que beneficien a las mayorías sociales”.

Su compañera en faenas políticas, Saavedra, refleja que “no somos personas escindidas, la fe por un lado, las opciones políticas por otro, el comportamiento personal por otro… Debemos mostrar hacia el exterior el impacto positivo de nuestra manera de estar en el mundo con nuestra forma de ser, nuestras creencias, nuestras acciones, valores, aquello por lo que luchamos”.

Sin duda, nobles propósitos y loables tareas que necesariamente tendrán que confrontarse con decisiones complejas, con intereses en conflicto y con las estrategias de grupos diversos, elementos, después de todo, que jalonan la vida humana y recorren las instituciones.

Siempre nos queda hacer nuestra la oración de Bergoglio: “¡Pido a Dios que crezca el número de políticos capaces de entrar en un auténtico diálogo que se oriente eficazmente a sanar las raíces profundas y no la apariencia de los males de nuestro mundo!”.

PENTECOSTÉS: VIENTO DE LIBERTAD

Dos relatos muy distintos.

Hechos de los Apóstoles.

San Lucas sitúa la venida del Espíritu (Pentecostés) a los cincuenta días de Pascua y en medio de una tormenta con viento, fuego y en un contexto de entendimiento: en Jerusalén había partos, medos, elamitas, del Ponto… y les entendían, se entendían.

La presencia del Espíritu de Jesús en las personas, comunidades, pueblos e iglesia confiere entendimiento.

De los siete dones que tradicionalmente se atribuyen al Espíritu: sabiduría, inteligencia, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios, seis hacen referencia a la comprensión, entendimiento, acogida, etc.

Lo más parecido a la Torre de Babel (el no entendimiento) es una campaña electoral en la que no hay entendimiento porque no hay un buen espíritu que una a las personas y grupos humanos.

Y en la Iglesia, en nuestra misma diócesis no parece que haya entendimiento, lo cual puede significar que el Espíritu de Jesús no está entre nosotros…

    El Espíritu de Jesús es afable, comprensivo, bondadoso, acogedor, un tono vital de entendimiento:

(Lo que nos separa a los humanos no son los idiomas, sino el espíritu que tenemos)

el espíritu de Jesús brota de su costado: de su amor.

    San Juan va por otros derroteros y narra Pentecostés como a dos tiempos:

+   Juan 19,14: a la muerte de Jesús dice que: Al pie de la cruz estaba la iglesia naciente: María, algunas mujeres y el Discípulo Amado. La Iglesia nace del costado de Cristo del que brota agua y sangre: bautismo y Espíritu. Es el mismo simbolismo de las bodas de Caná: agua y vino. Del costado de Cristo brota su espíritu santo, espíritu bueno de amor.

Jesús al morir, entregó su espíritu a la Iglesia naciente.

(Leamos estas cosas desde la sensibilidad teológico-poética cristiana).

+   San Juan (cp 20) dice que la venida del Espíritu de Jesús aconteció la tarde del domingo de Pascua sobre una comunidad apagada, asustada y triste: (los Once), como la nuestra. Jesús exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo.

    Cuando Cristo está presente en una comunidad allí está su espíritu de vida, paz, serenidad-alegría, audacia, misión, perdón.

¿Qué es el Espíritu de Cristo, el Espíritu de Dios?

    Recordemos que a Dios nadie le ha visto nunca, (Jn 1,18 / 1Jn 4,12). Nos quedamos en que Jesús es expresión, Palabra (hijo) de Dios Padre y que ambos tienen un estilo, un modo de ser, un tono, un espíritu bueno.

No es lo mismo ser espiritual que ser religioso.

Que los humanos seamos espirituales no significa que tengamos un temperamento algo melifluo y dado a ciertas prácticas religiosas, cuando no mágicas o supersticiosas. Ser espiritual tampoco significa que una persona milite en una religión.

Ser espiritual significa que somos abiertos a todo lo que “se produce o se pueda dar en la historia”.[1]

En las lenguas románicas (provenientes del latín), las palabras que llevan la componente “sp”, “spc” ó “xpc” hacen referencia al futuro, a la apertura del ser humano hacia el futuro: espera, esperanza, expectativa, expectación, espíritu, etc. miran hacia el futuro.

    Somos seres siempre en búsqueda, en camino, abiertos al futuro. La persona espiritual está siempre abiertas.

Se puede ser muy religioso, pero muy poco o nada espiritual y se puede ser poco religioso pero de gran hondura espiritual.[2]

Estamos viendo y padeciendo fundamentalismos religiosos dentro y fuera del mundo eclesiástico. Eso no es ser espiritual, sino fanáticos de unos ritos, dogmas o costumbres religiosas, cuando no de un mundo supersticioso.

    Somos seres espirituales en la medida en miramos al futuro, al horizonte, siempre en búsqueda, en camino, abiertos… La persona espiritual está siempre abierta.

El Espíritu Santo no es el “tío de América”.

    El Espíritu no es un señor que siempre está fuera, siempre está para llegar, pero nunca lo hace.

    El Espíritu del Señor estará en la iglesia, en los pueblos y en las personas en tanto en cuanto esté en nosotros. Si la bondad, la honradez, la libertad, el tono de conciliación están en nosotros habrá llegado el espíritu y será Pentecostés en nosotros, en nuestro pueblo, en las comunidades, en la Iglesia.

Ahora en nuestra diócesis parece como que se intenta llegar a alguna comprensión tras el “tsunami” de poder fanático que durante años hemos vivido. Nos hace falta el espíritu de Jesús: amor a la verdad, a la libertad, a la justicia, a los pobres. De lo contrario quizás sigamos sin entendernos, sin espíritu

Exhaló su aliento sobre ellos

Jesús pronuncia sobre la comunidad las mismas palabras que Dios pronunció sobre el barro humano en el Génesis. El ser humano somos poco más que barro. Si el ser humano es algo o llega a ser algo, es porque tiene o cultiva un tono diverso del mundo animal y más humanitario.

Dios el Señor formó al hombre, de la tierra misma, sopló en su nariz y le dio vida (nefesh). Así el hombre comenzó a vivir. (Gn 2,8).

Hace unos días nos conmocionaba la noticia de que dos niñas gemelas se suicidaban en Asturias. El suicidio es un problema que va en aumento.

Enseguida echamos mano de la medicina y decimos que es una enfermedad mental, una enajenación… ¿No será una falta de sentido de la vida, una carencia de siembra de ganas de vivir, una falta de espíritu vital que mire al futuro? Si no sembramos aliento vital, esperanza, acogida, afecto, ¿qué podemos esperar y recoger?

En términos bíblicos habremos de exhalar aliento vital esperanza, ganas de vivir en la familia, en la educación, en la sociedad, en nosotros mismos y en las nuevas generaciones

Cuando acogemos en nosotros el universo de valores que forman el espíritu cristiano, llegamos a ser seres vivientes.

Recibid Espíritu Santo

[1] Decía K, Rahner que ser espíritu-espiritual significa que el hombre es absoluta apertura hacia toda “palabra” que se produce en la historia, (Oyente de la palabra, 73).

[2] Los fanatismos son muy religiosos pero nada espirituales.

Mala gente

Por Antonio Zugasti

La noche del debate ante las elecciones a la Comunidad Autónoma de Madrid, me acordaba de esos versos de Machado que Serrat cantaba de una forma impresionante: mala gente que camina y va apestando la tierra. Allí, en la pantalla del televisor, allí estaba la mala gente. En ese momento no caminaban, estaban muy formalitas de pie ante su atril, pero lo de mala gente se traslucía en cada una de sus palabras.

Repetían de mil maneras la gran mentira de que se preocupan del bienestar de todos los madrileños. Cuando los partidos de la derecha, PP y VOX, están claramente al servicio de una élite económica que progresa precisamente acosta de la gran mayoría de madrileños.

Pero no eran los programas que exponían –más o menos lo esperado– lo que invitaba a reflexionar, sino el hecho de que millones de madrileños voten a esta mala gente. ¿Es que son también mala gente? Por supuesto que la gran mayoría no lo son. Pero tradicionalmente las derechas se han presentado como los defensores del orden y la tranquilidad –menos la tranquilidad de tener un trabajo seguro y decente, claro–, y del respeto a la propiedad privada, incluso como los más identificados con los sentimientos religiosos de buena parte de la población. Lo que en la sociedad se tenía como las características de la buena gente. Pero lo que la derecha considera como característica de la buena gente es algo que de bueno tiene bastante poco.

Los votantes de las derechas son gente engañada y muy bien engañada. Se les ofrece un futuro amable, que se concreta en libertad y cervecitas. No aparecen los cientos de miles de madrileños que tienen que dedicar la mitad o más de sus ingresos para tener una vivienda, muchas veces indecente. De poca libertad y cervecitas pueden disfrutar los amenazados por un despido o un desahucio.

También se fomenta el temor a la inseguridad: ¡Cuidado con los okupas! ¡Que vienen los emigrantes a quitarnos el trabajo! En el fondo de su discurso se encuentra una sutil invitación al egoísmo y a la indiferencia ante los problemas de los demás. Y al servicio de este engaño están los grandes medios de comunicación, propiedad de ese capital al que sirve la derecha política. Además aprovechan de una manera incansable los errores de la izquierda: fomentan el miedo al comunismo –que sí, la Unión Soviética fue algo totalmente rechazable, pero hace más de treinta años que despareció–. O vuelven a agitar el fantasma de la ETA, que también pertenece al pasado.

El gran problema de la izquierda es cómo se desmontan todas las mentiras de la derecha. El ministro de propaganda de Hitler decía que una mentira cincuenta veces repetida se convierte en verdad. Y eso no es cierto, una mentira puede llegar a convencer a la gente, pero sigue siendo mentira. Y una mentira siempre puede acabar descubriéndose. El discurso de la izquierda tendría que insistir más en poner de manifiesto las mentiras de la derecha.

Y recalcar los valores éticos –y también cristianos– que hay en el fondo del discurso de izquierdas. Se busca el bienestar de todos, y se busca a través del diálogo, el consenso, la solidaridad y la cooperación. Se pueden cometer errores y dejarse arrastrar por el propio ego a posturas inaceptables, pero en el fondo siguen esos valores humanos y éticos que constituyen la última razón de ser de la izquierda

Las mujeres y el poder en la Iglesia

Las mujeres en la Iglesia

«Repaso las tomas de posición de muchas personas y colectivos estos ultimos días ante la disposición, tomada por el Papa Francisco, de incorporar -con voz y voto- un grupo de setenta laicos y laicas (la mitad de ellos, mujeres) al Sínodo mundial de obispos»

«¿No se están confundiendo las churras con las merinas? subrayan las voces críticas»

«Estrechos colaboradores de Francisco están tratando de paliar la agitación indicando que tales laicos no llegan al 25 % del aforo sinodal. Por tanto, no hay riesgo alguno de una revolución laical»

«Creo que ya ha llegado la hora de poner en su sitio tal modelo unipersonal, absolutista y monárquico, y empezar a implementar, por fidelidad a lo aprobado en 1964, que todo el pueblo de Dios -por tanto, no solo los obispos y los curas- es infalible cuando cree»

Por Jesús Martínez Gordo

Es difícil -y más en una institución tan enorme y diversa como la Iglesia católica- que una decisión, por limitada que sea, no se preste a diferentes y enfrentadas reacciones. Es lo que, de nuevo, compruebo cuando repaso las tomas de posición de muchas personas y colectivos estos ultimos días ante la disposición, tomada por el Papa Francisco, de incorporar -con voz y voto- un grupo de setenta laicos y laicas (la mitad de ellos, mujeres) al Sínodo mundial de obispos que se va a celebrar el próximo mes de octubre en Roma para afrontar el siempre peliagudo asunto de cómo se ha de gobernar y estructurar la Iglesia e impartir magisterio.

Las voces críticas han subrayado la contradicción (otra más, han enfatizado) que presenta la decisión de Francisco. ¿Cómo se explica que en una asamblea de obispos haya laicos con voz y con voto? ¿No se están confundiendo las churras con las merinas?

Conviene tener presente que quienes formulan éstas o parecidas críticas lo hacen porque sostienen que el poder en la Iglesia católica lo detentan única y exclusivamente los ministros ordenados y, de manera particular, los obispos; y solo ellos. Y lo detentan por “mandato o institución divina”, es decir, porque, por voluntad de Jesús de Nazaret, el poder y su ejercicio descansarían -así lo entienden- en los apóstoles y, a partir de ellos, en los obispos, sucesores suyos; por supuesto, todos varones. Para nada en los laicos; y menos, en las mujeres. Éstos solo pueden “participar” de dicho poder si los obispos tienen a bien concederles tal “participación”. De ahí brota y hasta ahí llega -en el mejor de los casos- el poder del laicado en el gobierno y magisterio de la Iglesia. Y, por supuesto, los de las mujeres.

Tampoco están faltando quienes subrayan la puerta abierta por el Papa Francisco con esta decisión, calificándola, incluso, de “histórica” por incorporar -aunque sea en términos de participación- a los laicos en este órgano de gobierno eclesial y por determinar que la mitad de ellos tengan que ser mujeres. Ya sabemos, se les oye decir, que su número no es gran cosa: 70 personas de entre unos 250 posibles miembros. Pero es un primer paso que “abre” -como gusta decir Francisco- un proceso llamado a más; a pesar de que sean muchos los católicos a los que les parezca una gota en un océano. En todo caso, prosiguen, tampoco se puede descuidar que no son pocos los católicos a los que esta puerta abierta les resulta -en su indudable timidez- demasiado rompedora; en particular, por la irrupción (cierto que muy timorata) de las mujeres en puestos de gobierno y decisión eclesial y a pesar de que Francisco haya dicho, por activa y por pasiva, que él no va a promover el sacerdocio de la mujer.

Finalmente, me encuentro con quienes siendo estrechos colaboradores de Francisco, están tratando de paliar la agitación provocada por esta decisión papal. Y lo intentan indicando que tales laicos no llegan al 25 % del aforo sinodal. Por tanto, no hay riesgo alguno de una revolución laical en el gobierno, magisterio y organización de la Iglesia católica. Además, por si ese dato no les resultara suficiente, indican seguidamente, son los obispos -por medio de los siete encuentros continentales de las Conferencias Episcopales- quienes van a tener un papel determinante en la presentación de las personas laicas que estimen idóneas para que, al final, las nombre el Papa. Van aser, por tanto, laicos y laicas de confianza episcopal. Estas y otras consideraciones buscan “tranquilizar” a quienes vienen cuestionando desde hace años el pontificado de Francisco.

«Reconociendo la importancia de incorporar tal número de laicos -y, particularmente, de mujeres- a una asamblea mundial de obispos, entiendo que un asunto de fondo que abordar es el modelo unipersonal de gobierno, magisterio y organización de la Iglesia en todos los niveles»

Reconociendo la importancia de incorporar tal número de laicos -y, particularmente, de mujeres- a una asamblea mundial de obispos, entiendo que un asunto de fondo que abordar -si se pretende que la Iglesia sea creíble en el siglo XXI- sigue siendo el de la gestión del poder en su seno. Es cierto que la llamada “institución divina” de dicho poder, entregada por Jesús a Pedro, admite diferentes interpretaciones: la unipersonal, promulgada en el Vaticano I (1870); pero tambien la colegial y corresponsable, aprobada en el Vaticano II (1962-1965). Sin embargo, durante la mayor parte del tiempo transcurrido desde la finalización del último de los Concilios se ha seguido primando el modelo unipersonal de gobierno, magisterio y organización de la Iglesia en todos los niveles (curia vaticana, diócesis y parroquias).

Creo que ya ha llegado la hora de poner en su sitio tal modelo unipersonal, absolutista y monárquico, y empezar a implementar, por fidelidad a lo aprobado en 1964, que todo el pueblo de Dios -por tanto, no solo los obispos y los curas- es infalible cuando cree. La Iglesia alemana (obispos, presbíteros, religiosos, religiosas, laicos y laicas) ya ha abierto una vía importante en esta dirección con su llamado Camino sinodal “vinculante”, por más que haya quienes –tan solo escuchando tal calificativo- se crispen y hasta pierdan los nervios. Veremos qué hace (y puede hacer) Francisco.

«Creo que ya ha llegado la hora de poner en su sitio tal modelo unipersonal, absolutista y monárquico, y empezar a implementar, por fidelidad a lo aprobado en 1964, que todo el pueblo de Dios -por tanto, no solo los obispos y los curas- es infalible cuando cree»

Semana «Laudato Si»

Cinco provocaciones de Francisco para vivir la Semana Laudato si’

Del 21 al 28 de mayo se celebra el aniversario de la publicación de la encíclica

Este domingo, 21 de mayo –y hasta el próximo día 28– se celebra en todo el mundo la Semana Laudato Si’, con la que la Iglesia universal celebra la publicación de la encíclica. Un evento que, impulsado por el Movimiento Laudato Si’, concluirá el próximo domingo 28 con la celebración de Pentecostés y en el cual se promoverá, por todo el mundo, la reproducción de la película ‘La carta’, en la cual varios protagonistas de la lucha contra la crisis climática hablan con el papa Francisco.

Pero, ¿cuáles son las cinco provocaciones del Papa que nos acercan a vivir desde la fe la Semana Laudato Si’?

1. La familia humana, en peligro

“La familia humana en su conjunto está en peligro y ya no es el momento de esperar o posponer. La crisis ecológica, especialmente el cambio climático, no es una exageración o una fantasía de alguien que disfruta de la desestabilización”. Así lo advierte el papa Francisco en la nota introductoria del libro ‘El alfabeto verde del papa Francisco. Salvar la tierra y vivir felices’ (San Paolo), de la vaticanista italiana Franca Giansoldati.

2. Acogida a los refugiados climáticos

El Papa ha recordado en múltiples ocasiones que “estamos inundados de noticias e imágenes que muestran a pueblos enteros desarraigados de sus tierras a causa de desastres naturales provocados por el clima, por lo que se ven obligados a migrar”. De ahí su llamada a que estas historias tengan un hondo “efecto” personal “en nosotros”, desembocando en acciones y compromisos concretos y no “respuestas fugaces”.

3. “Escuchar el grito de los pobres y de la tierra”

Una de las principales llamadas que hace en la encíclica es la de “escuchar el grito de los pobres y de la tierra”. “Se ha hecho cada vez más evidente que nuestro compromiso actual de salvaguardar la creación, un don de Dios, debe insertarse en un esfuerzo más amplio para promover una ecología integral, que respete la dignidad y el valor de cada persona humana y reconozca los efectos trágicos de los daños ambientales y degradación de la vida de los pobres”, ha recordado.

Por ello, para el Papa, “es necesario reconocer que las crisis ambientales y sociales de nuestro tiempo no son dos crisis separadas, sino una sola crisis”

4. Nuevos modelos de consumo

Ante esta situación, no han sido pocas las veces que Francisco ha animado a adoptar nuevos modelos de consumo. Por ejemplo, el Papa subraya la necesidad de “superar la cultura del usar y tirar, la cultura del descarte, generada por el consumismo y la indiferencia globalizada, que inhibe los esfuerzos por abordar estos problemas humanos y sociales desde la perspectiva del bien común”.

5. Revertir la situación

A pesar de todo, Francisco ha insistido muchas veces en que aun se está a tiempo de revertir esta situación. “En la encíclica ‘Laudato si’’ hemos ilustrado las coordenadas para caminar todos juntos, de la mano, en dirección a la salvación, pero necesitamos una revolución desde abajo hacia arriba, empezando por las elecciones diarias, desde el momento en que se va de compras hasta el momento en que se invierten los ahorros, por ejemplo, orientándolos hacia bancos éticos, respetuosos de la balanza de la solidaridad”.

Por ello, afirma: “Es hora de que los cristianos empiecen a trabajar en red, a pensar colectivamente, sabiendo que cualquier elección, incluso la más pequeña, hace la diferencia y que juntos, unidos, podemos cambiar las cosas y revertir el curso que conduce a la destrucción de la Casa común“.

Ascensión, la otra cara de la Pascua

La Ascensión no es el final de la historia de Jesús de Nazaret, sino el punto de partida de la misión de la Iglesia. La Ascensión no es tampoco la ausencia de Jesús. Es su nuevo modo de presencia.

Por | Martín Gelabert

¿Ascensión y Pentecostés, culminación de la Pascua? Culminación en el sentido de terminar, no. Porque la Pascua es un acontecimiento permanente. Por eso los cristianos prolongamos cada domingo la celebración de la Pascua. Culminación en el sentido de plenitud, quizás. Y digo quizás, porque más que plenitud, Ascensión y Pentecostés son las otras caras del acontecimiento pascual. Se trata de un acontecimiento único y permanente, aunque nosotros, para entenderlo mejor, lo celebremos por etapas.

Viernes Santo, Pascua, Ascensión y Pentecostés son la misma realidad. Se puede hablar de cuatro momentos, pero en realidad, son distintas perspectivas del mismo acontecimiento. ¿Cuándo sube Jesús al cielo, cuándo entra en el mundo de Dios para nunca más morir? El día de su resurrección. La resurrección es la subida de Jesús al cielo. Y desde el cielo asegura la perenne efusión del Espíritu, que él mismo entregó el día de su Crucifixión: al morir, dice el evangelio de Juan, entregó su espíritu. Y al morir, ¿qué ocurrió? Pues eso, que Dios le acogió para siempre en su seno.

La Ascensión no es el final de la historia de Jesús de Nazaret, sino el punto de partida de la misión de la Iglesia. Esa fue la recomendación de Jesús a los suyos en el momento mismo de subir al cielo: “Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación”. El tiempo de esta misión va desde la Ascensión hasta la Parusía, cuando Cristo vuelva glorioso para juzgar a los vivos y a los muertos.

La Ascensión no es tampoco la ausencia de Jesús. Es su nuevo modo de presencia: “yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”, dice también Jesús en el momento de su despedida de la tierra. Sigue estando con nosotros de una manera distinta a como lo estaba durante su vida terrena, pero no menos real. Se hace presente en su Iglesia y en sus discípulos por medio del Espíritu. Jesús resucitado envía su Espíritu, de forma que cada cristiano puede decir con toda verdad: “es Cristo quién vive en mí”. Y como Cristo vive en mi, yo soy el modo como hoy Cristo se hace presente en esta sociedad.

Gracias al Espíritu que la guía y la conduce, la Iglesia puede llegar “hasta los confines de la tierra” y proclamar el Evangelio en todos los tiempos. La presencia terrena de Jesús de Nazaret estaba limitada a un tiempo y a un lugar por sus condicionamientos terrenos. Pero esta presencia puso en marcha un movimiento que, a lo largo de toda la historia, despliega sus múltiples virtualidades y potencialidades. El Espíritu es el que hace posible que hoy Cristo llegue a todos los lugares y tiempos por medio de su Iglesia, o sea, por medio de los cristianos. Esa es nuestra tarea y nuestra responsabilidad. Responsabilidad, sí, porque si la presencia de Jesús de Nazaret estaba condicionada por sus posibilidades físicas y temporales, la presencia de Cristo resucitado está también condicionada por las debilidades y pecados de los creyentes

La Ascensión del Señor al Cielo

«No nos quedemos plantados mirando al cielo. Volvamos con Cristo Jesús a los caminos de la vida»

Ascensión

«Es siempre Pascua, Cristo resucitado está siempre con nosotros, pero hoy lo celebramos elevado más allá de nosotros, al cielo, a su Dios, a nuestro Dios»

«Hoy, la nube de la divinidad aparta a Jesús de nuestra vista, que no de nuestra vida. De ahí que no nos quedemos plantados mirando al cielo, sino que volvamos con Cristo Jesús a los caminos de la vida»

«Si quieres entender qué significa ‘ser levantado’, ‘ser enaltecido’, ‘subir’, has de aprender primero qué significa ‘bajar’, ‘descender’, ‘rebajarse a sí mismo’, ‘encarnarse'»

«Feliz ascensión desde la encarnación, Iglesia cuerpo de Cristo»

Por Santiago Agrelo

Es siempre Pascua, Cristo resucitado está siempre con nosotros, pero hoy lo celebramos elevado más allá de nosotros, al cielo, a su Dios, a nuestro Dios.

Hoy, la nube de la divinidad aparta a Jesús de nuestra vista, que no de nuestra vida. De ahí que no nos quedemos plantados mirando al cielo, sino que volvamos con Cristo Jesús a los caminos de la vida.

Hoy la Iglesia contempla a Jesús enaltecido en Dios y lo aclama con las palabras del salmista: “Dios asciende entre aclamaciones, el Señor al son de trompetas”.

Contempla lo que celebras e imita lo que contemplas: el que ahora asciende es el mismo que ha descendido; el que ahora es enaltecido es el que antes se ha rebajado a sí mismo; aquel de quien hoy celebras con gritos de júbilo la ascensión es el mismo de quien has celebrado junto con los ángeles la encarnación.

Si quieres entender qué significa “ser levantado”, “ser enaltecido”, “subir”, has de aprender primero qué significa “bajar”, “descender”, “rebajarse a sí mismo”, “encarnarse”.

Éste es el misterio de la fe: “Cristo, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz”.

Ese camino hacia lo hondo, hacia “lo profundo de la tierra”, ese “despojarse”, “rebajarse”, “someterse”, es el camino que lleva al “enaltecimiento”, como si no hubiese otro modo de acceder a él, como si el “vaciamiento de sí” fuese el seno natural donde se genera el señorío de Cristo Jesús.

El cántico de la fe lo expresa así: “Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el nombre sobre todo nombre, de modo que, al nombre de Jesús, toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre”.

Cristo Jesús “fue levantado” porque “se abajó”; se le dio “un nombre sobre todo nombre” porque a sí mismo se dio un nombre bajo todo nombre; fue constituido Señor porque asumió la condición de esclavo.

Hoy contemplas y celebras al que es primero porque se hizo último, al que es rico porque se hizo pobre, al que “es Señor” de todos porque se hizo “siervo” de todos.

Tú, Iglesia de Cristo, sabes y confiesas que él “no se ha ido para desentenderse de nuestra pobreza, sino que nos precede el primero como cabeza nuestra, para que nosotros, miembros de su cuerpo, vivamos con la ardiente esperanza de seguirlo en su reino”.

Tú sabes y confiesas que el destino de Cristo Jesús es tu destino.

Y no olvidas que el camino de quien es cabeza nuestra, es también el camino de los miembros de su cuerpo; no olvidas que has de bajar con Cristo Jesús hasta los hambrientos de pan y de justicia, hasta el peregrino, el forastero y el emigrante, hasta el enfermo, hasta el encarcelado y el okupa, hasta el que no es como tú, el que no es de los tuyos, el que está en lo más hondo. No olvidas que has de bajar con Cristo Jesús hasta Cristo Jesús.

Si bajas, él te llevará consigo a lo alto, más allá de la nube que lo apartó de tu vista.

Él te llevará hasta Dios.

Feliz ascensión desde la encarnación, Iglesia cuerpo de Cristo

Carta del Papa al G7

El Papa escribe al G7 para pedirles que eviten un rearme nuclear y renuncien a su arsenal

El Papa ha escrito una carta a los líderes mundiales del G-7 para que eviten un rearme nuclear y renuncien uso de arsenal de destrucción masiva, como estrategia para garantizar la paz mundial.

«Las armas nucleares y otras armas de destrucción masiva representan un multiplicador de riesgos que sólo da una ilusión de paz», ha subrayado Francisco en una carta dirigida al obispo de Hiroshima, Alexis-Mitsuru Shirahama.

Así, ha instado a «no subestimar los efectos del persistente clima de miedo y sospecha» entre potencias nucleares que dificulta el diálogo, en un mensaje por la cumbre del G7 que tiene lugar en la ciudad japonesa de Hiroshima.

Para el Pontífice, Hiroshima es como un «símbolo de memoria» que proclama con fuerza que las armas nucleares «no son adecuadas para responder eficazmente a las grandes amenazas actuales a la paz y para garantizar la seguridad nacional e internacional».

Vídeo relacionado: El G7 expresa su preocupación por la acumulación de arsenal nuclear por parte de China (Dailymotion)

Los líderes de las siete democracias más industrializadas del mundo -Estados Unidos, Alemania, Francia, Reino Unido, Canadá, Italia y Japón- mantienen una cumbre en Hiroshima, la primera ciudad arrasada por una bomba nuclear en 1945, en la Segunda Guerra Mund

En el encuentro, marcado por las relaciones con Rusia y China, también participa el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski.

Francisco ha avisado del «impacto humanitario y medioambientalmente catastrófico que resultaría del uso» del armamento nuclear, pero también del «derroche por el mal uso de recursos humanos y económicos que implica su producción». «No debemos subestimar los efectos del persistente clima de miedo y sospecha generado por el mero hecho de poseerlas (las armas nucleares) que amenaza el crecimiento de un clima de confianza recíproca y de diálogo», ha advertido.

De este modo, ha señalado que «las armas nucleares y el resto de armas de destrucción masiva representan un multiplicador del riesgo que solo da una ilusión de paz».

La entrada El Papa escribe al G7 para pedirles que eviten un rearme nuclear y renuncien a su arsenal se publicó primero en Qué!.

El Papa con los Espiritanos

Francisco: «El viejo y cansado Occidente» se ha convertido ya en «tierra de misión»

Francisco, en la audiencia con los religiosos de la Congregación del Espíritu Santo
Francisco, en la audiencia con los religiosos de la Congregación del Espíritu Santo Vatican

Al recibir a los miembros de la Congregación de los Espiritanos, con motivo del 175 aniversario de su refundación, el Papa los animó a continuar su misión de «evangelizar a los pobres, aceptando las misiones donde nadie quiere ir». Y recomendó: «Ante los urgentes desafíos actuales de interculturalidad e inclusión, miren a cada uno con los ojos de Jesús, que desea encontrarse con todos»

Por Salvatore Cernuzio

(Vatican News).- Ante todo, anunciar el Evangelio. Porque también hoy, en un mundo en el que «el desafío de la interculturalidad y de la inclusión está vivo y es urgente», dentro y fuera de la Iglesia, «hay muchos hombres y mujeres que siguen necesitando el Evangelio». Y «no sólo en las llamadas ‘tierras de misión’, sino también en el viejo y cansado Occidente».

Lo dijo el papa Francisco al reunirse con los llamados Espiritanos, la Congregación del Espíritu Santo bajo la protección del Inmaculado Corazón de María, nacida, y de hecho renacida, de la fusión de dos institutos religiosos: la Congregación del Espíritu Santo (establecida en 1703) y la Sociedad del Sagrado Corazón de María (de 1841). 175 años después de la «refundación», el Santo Padre recibió a sus miembros en el palacio apostólico con quienes bromeó acerca de la escasa presencia de mujeres: “Queridos hermanos y hermanas, pero no veo ninguna, ¿dónde están?”, les dijo.

Los orígenes de la Congregación

El Pontífice se detuvo en la historia de la primera fundación y en los valores fundamentales que están en la base del carisma de los Espiritanos: “Valentía, apertura y abandono a la acción del Espíritu para que haga una cosa nueva”. Asimismo, recordó la figura de Claude-François Poullart des Plac, el joven diácono fundador de la Congregación del Espíritu Santo quien, junto con doce compañeros del seminario, «impulsado por el Espíritu, se lanzó valientemente a una aventura inesperada”.

Renunció a la perspectiva de un futuro tranquilo –podría haber sido un buen sacerdote de familia acomodada– por una misión aún por descubrir, exponiéndose a sacrificios, incomprensiones y oposiciones, con una salud muy frágil que lo llevaría a una muerte prematura, antes de poder ver su sueño plenamente realizado”.

Un «sí» valiente

Muchos imprevistos y obstáculos, destacó el Papa,  pero su «docilidad a la acción del Espíritu» transforma todo en un «sí» valiente, gracias al cual «Dios inicia cada vez algo nuevo en él, y a través de él, también en los demás». Es decir, «sin dejarse atemorizar ni siquiera por la persecución religiosa desatada por la Revolución Francesa».

Todos aquellos hermanos que continúan su obra «dispuestos a responder a los nuevos signos de los tiempos», de ahí el servicio a los seminaristas pobres, las misiones populares, el anuncio ad gentes en diversas partes del mundo

Una historia «bella y rica», señaló el Papa, de la que recordó «otro momento especial, en el que todo vuelve a ponerse en juego»: la segunda fundación, en 1848, con la unión con la Sociedad del Sagrado Corazón de María por obra del Venerable François Libermann, también todos ellos misioneros, pero con una historia diferente. Fue necesario entonces «superar miedos y celos», dijo Francisco, pero «los hermanos de las dos familias aceptaron el reto, uniendo sus fuerzas y compartiendo lo que tenían en un nuevo comienzo».

2.600 religiosos en 60 países

De hecho, después de más de un siglo y medio, los frutos pueden verse, empezando por la amplia presencia de la Congregación en 60 países de los cinco continentes, con unos 2.600 religiosos y la implicación de muchos laicos.

“Gracias a su disponibilidad a cambiar y a su perseverancia, han permanecido fieles al espíritu de sus orígenes: evangelizar a los pobres, aceptar las misiones donde nadie quiere ir, dando preferencia al servicio de los más abandonados, respetar a los pueblos y las culturas, formar al clero y a los laicos locales para el desarrollo humano integral, y todo ello en fraternidad y sencillez de vida y en asiduidad de oración”

Oración, coraje y libertad interior

Sobre todo el Papa evidenció la oración, distanciándose del texto escrito: «Es importante: rezar, no dejar la oración y no sólo la oración formal, bla, bla, bla… ¡rezar! Rezar en serio!». Igualmente es importante no renunciar a la «valentía» y a la «libertad interior», que hay que cultivar y hacer «un rasgo vivo de su apostolado», sobre todo en este mundo tan necesitado del anuncio del Evangelio.

“Miren a cada uno con los ojos de Jesús, que quiere encontrarse con todos, ¡con todos! No lo olvidéis, ¡a todos, a todos! haciéndose especialmente cercano a los más pobres, tocándolos con sus manos, fijando su mirada en ellos”

Dejarse guiar por el Espíritu

A partir de aquí, una última recomendación para dejarse guiar por el «soplo fresco y vital» del Espíritu, el «verdadero protagonista» de toda misión: “Dejen que Él los ilumine, los oriente, los impulse donde quiere, sin poner condiciones, sin excluir a nadie, porque es Él quien sabe lo que se necesita en cada época y en cada momento”.

Entrevista al Director Ejecutivo de la Academia de Líderes Católicos de Europa

-Javier de Cendra: «Desgraciadamente, la política hoy no es un espacio de comunión»

Javier de Cendra, en los estudios de Religión Digital

«Queremos formar a los líderes católicos, a los presentes y a los futuros, en la Doctrina Social de la Iglesia y en todo lo que la Doctrina Social de la Iglesia tiene que aportar al ejercicio del liderazgo social, con un enfoque no exclusivo, pero particular, en el ámbito de la política»

«La pandemia fue una oportunidad inmensa porque dieron un salto a la formación online y consiguieron pasar de unos nueve mil alumnos, que habían pasado por aulas presenciales, a treinta y pico mil alumnos en programas puramente online en muy poco tiempo, dos años»

«El Consejo, con el cardenal Carlos Aguiar Retes a la cabeza y con un apoyo muy fuerte del arzobispo de Madrid y cardenal, don Carlos Osoro, pensaron que tenía mucho sentido el cambiar su estrategia, que pasaba por centrarse en las Américas, para incluir Europa y convertirse ya, de hecho, en una academia internacional»

«La polarización lo que hace es espantar a la gente. Viendo eso, uno se desvincula de los polítcos. La política tiene sus propias dinámicas y es bueno conocerlas, pero estás lejos»

«La clave aquí está en entender que lo que nos une es la Doctrina Social de la Iglesia. Es la Iglesia. Y que puede haber un político católico en un partido de izquierda o más progresista, otro en un partido más conservador, pero que esas etiquetas, que están bien el ámbito político, no son categorías teológicas»

«Tenemos una Europa débil desde el punto de vista moral, ético y social, cada vez más fragmentada y siempre se ha salvado y ha evolucionado a golpe de crisis»

Por Jesús Bastante

«Plural, popular y profundamente fiel al papa». Así pretende ser la Academia de Líderes Católicos, que está comenzando su andadura en Europa, de la mano de su presidente, Carlos Osoro y su director ejecutvio, Javier de Cendra, con quien conversamos en RD.

Un proyecto que pretende formar a líderes políticos, no a fundar un partido político católico, «ni mucho menos», aclara, y que buscar dar respuestas a la creciente polarización en el Viejo Continente y, también, en España. «La polarización lo que hace es espantar a la gente. Viendo eso, uno se desvincula de los polítcos», lamenta De Cendra.

¿Qué es la Academia?

-La Academia surgió en el año 2006 en Chile. En ese momento era la Academia Latinoamericana de Líderes Católicos. Surgió porque el fundador, José Antonio Rosas, de nacionalidad y chilena y mexicana, había tenido un pasado en el ámbito de la política en México y se dio cuenta de que en un momento de turbulencia en ese país, de muchas revuueltas sociales, la voz de los católicos no era claramente identificada. Él echó en falta algo en ese marco de la soiedad civil y quiso remediarlo. Entonces lanzó una academia con la idea de formar a los líderes católicos, a los presentes y a los futuros, en la Doctrina Social de la Iglesia y en todo lo que la Doctrina Social de la Iglesia tiene que aportar al ejercicio del liderazgo social, con un enfoque no exclusivo, pero particular, en el ámbito de la política.

-No solo en los partidos políticos, sino también en lo que es la política.

-Su idea era la formación de católicos para que pudieran participar en el ámbito de la sociedad civil, y especialmente en el ámbito de la política, a través de plataformas políticas y, en su caso, de los partidos políticos. Pero lo hizo centrándose en la formación, más que en la participación directa. Entendiendo, además, que su misión era la de formar a los católicos que tenían vocación para entrar en la política, de manera que pudieran aportar la luz que da la fe católica y el Evangelio y la doctrina, en ese ámbito.

Entonces, separó muy bien lo que era la formación del ejercicio posterior de la política. Y eso empezó en el año 2006 y, poco a poco, se fue extendiendo con una fórmula que ha probado ser muy sabia y que ha tenido mucho éxito por el tiempo. Que empezó despacio, pero luego se ha ido acelerando, y que fue el buscar, primero, el apoyo explícito de los pastores, de los obispos de las diócesis en las que quería entrar para formar a los jóvenes de esa de esa diócesis.

Y luego, el apoyo de universidades que pudieran dar la garantía, el rigor, de que la formación no solamente era una buena formación en el ámbito de la Iglesia, sino que era una buena formación en el ámbito del ejercicio liderazgo, con esa metodología que luego se ha ido cristalizando en tres dimensiones: formar la cabeza, formar el corazón y formar las manos. Las manos, en el sentido de desarrollar las habilidades necesarias con eficacia.

-Muy al día de lo que dice el papa.

-Eefectivamente. Aquello fue creciendo, al principio, poco a poco, y luego se fue extendiendo por toda Latinoamérica. Y llegó el momento de la pandemia, que fue un momento difícil porque todos sus programas habían sido presenciales. Considera que para formar a las personas hace falta hacerlo en comunidad, de maestros y de profesores.

Sin embargo, la pandemia fue una oportunidad inmensa porque dieron un salto a la formación online y consiguieron pasar de unos nueve mil alumnos, que habían pasado por aulas presenciales, a treinta y pico mil alumnos en programas puramente online en muy poco tiempo, dos años. Y eso, además, también facilitó la internacionalización. Al poder hacer programas online, podían invitar a ponentes de todo el mundo, y cada vez a más a gente que estaba interesada en participar en esos programas y que no podía desplazarse, pero que podía, perfectamente, conectarse a través de la red.

Con programas de buena calidad y con una buena difusión gracias a medios como este, que me invita y que es un placer y un honor, fueron dándose a conocer.

El año pasado dieron el salto a Estados Unidos, sobre todo pensando en atender a las comunidades latinas en Estados Unidos. Lo hicieron en Washington de la mano de la Universidad Católica de América y de la mano de la Conferencia de Obispos de Estados Unidos, que está al otro lado de la calle de la sede de la CUA, con lo cual, fue magnífico.

Tuvieron mucho apoyo y eso les abrió el camino, gracias también a algunos de los miembros del Consejo Internacional, a ofrecer programas en Nueva York y en Chicago.

Después de la pandemia y habiendo comprobado el éxito de la formación online, vimos que tenía mucho sentido el plantear la entrada en Europa. Y ahí, el Consejo, con el cardenal Carlos Aguiar Retes a la cabeza y con un apoyo muy fuerte del arzobispo de Madrid y cardenal, don Carlos Osoro, pensaron que tenía mucho sentido el cambiar su estrategia, que pasaba por centrarse en las Américas, para incluir Europa y convertirse ya, de hecho, en una academia internacional, que era un nombre que tenía desde el principio, pero que en fondo no había pasado de ser un deseo.

Una Europa, Javier, que no pasa por sus mejores momentos en cuanto a política. Estamos hablando de una Europa, y de una España también, extremadamente polarizadas en lo político y en lo social. Hay mucho blanco y mucho negro. Mucha falta de capacidad de encontrarse, y probablemente la Academia pueda cumplir una función en ese sentido.

-Absolutamente de acuerdo. La Academia europea es parte de la Academia Internacional. Participa de su carisma fundacional y de su identidad. Y, por supuesto, de todos de todos los aprendizajes, que son muchos.

Uno de los aprendizajes ha sido cómo crear comunidades en las que haya mucha pluralidad dentro de la iglesia, incluso con personas de buena voluntad que están fuera de ella. Un enfoque muy popular, en el sentido de no hacer distinciones por clases sociales, por clases económicas o clases políticas, y muy fiel al papa. Muy fiel a la Iglesia.

Con esas tres ‘P’; plural, popular y profundamente fiel al papa, ha conseguido crear espacios de comunión donde hay un diálogo que va de corazón a corazón. Porque va de corazón a corazón, pasa por la cabeza también y ayuda a todos a andar en verdad, a avanzar juntos en la verdad y a corregirse mutuamente.

Eso lo ha demostrado la Academia en estos años en América Latina. Y nosotros esperamos que ahora lo demuestre en Europa.

Europa está muy polarizada en el ámbito político, España lo está también. Estamos en un momento en el que la política, desgraciadamente, no es un espacio de comunión ni de promoción del bien común.

Hay que defender la vigencia y la oportunidad de la política porque nos construye, también, como sociedad. Esto no se soluciona echando a los políticos y dejando un vacío.

-El papa Francisco, el papa Juan Pablo II, Pablo VI, todos, hablan de la política como la forma más alta de ejercer la caridad social y la caridad que atañe a las estructuras políticas, económicas, jurídicas.

El papa Francisco, en ‘Fratelli tutti’, de manera magistral, explica la vinculación, muy cercana, entre la la caridad de la familia y la caridad social como dos dimensiones de la misma realidad, que es el amor. Y, por tanto, anima a todos los políticos de buena voluntad, no solo creyente, pero en particular a los cristianos, a trabajar para bien común. Y para trabajar para bien común, hay que haber descubierto una llamada a hacerlo.

Entonces, lo que está haciendo el papa Francisco es decir que ejercer la política es la respuesta a una llamada, a una vocación primera que nosotros creemos que es una llamada de Dios a servir a los hermanos. Eso es lo que hay que recuperar. Y hay que formar a los jóvenes y acompañar a los que ya tienen experiencia política para que descubran o redesdescubran esa vocación y sean capaces de llevarla a la realidad. Porque, lo vemos mucho, la polarización lo que hace es espantar a la gente. Viendo eso, uno se desvincula de los polítcos. La política tiene sus propias dinámicas y es bueno conocerlas, pero estás lejos.

La Doctrina Social de la Iglesia, lo que hace es leer los signos de los tiempos y plantear una serie de principios que luego hay que ver cómo se llevan a la realidad de cada momento y que permiten, y no sólo permiten, sino fomentan maneras distintas de abordarlo desde sensibilidades distintas. La Iglesia es enormemente diversa porque es universal

-Y, salvando las distancias, lo que ha ocurrido con la Iglesia después de algunos escándalos es que mucha gente de buena voluntad ha decidido apartarse. Mantienen su fe, pero no se fían de la institución. Entonces, igual que hay que salvar a la Institución, también hay que salvar el ejercicio de la política. ¿Se puede ser creyente, responsable y constructor de Iglesia en sociedad perteneciendo a cualquier partido político?

-Sí. Estoy convencido, y la razón de fondo es la sigiente. El corpus de la Doctrina Social de la Iglesia, lo único que hace es poner especial atención a las realidades sociales, políticas y económicas para leerlas a la luz de la relación y para poder dar orientación a los católicos en el ámbito social.

La Doctrina Social de la Iglesia, como se basa en los Evangelios, en las enseñanzas de Cristo y en la continuidad de la Iglesia, lo que hace es leer los signos de los tiempos y plantear una serie de principios que luego hay que ver cómo se llevan a la realidad de cada momento y que permiten, y no sólo permiten, sino fomentan maneras distintas de abordarlo desde sensibilidades distintas. La Iglesia es enormemente diversa porque es universal.

Entonces, la traslación de la Doctrina Social de la Iglesia al ámbito de la política permite que se lleve a través de partidos políticos de todo el arco ideológico, por decirlo así. Pero con una clave, que es fundamental, y es que la Doctrina Social de la Iglesia, casi, casi, por definición, nunca puede estar completamente plasmada y respetada en ninguna opción política. Más bien, lo que le toca a los católicos en la política es hacer que la opción política en la que han entrado refleje cada vez con mayor fidelidad los principios y la doctrina. Luego, cada uno, según su sensibilidad y sus circunstancias, lo hará con unos acentos o con otros.

La clave aquí está, pienso, en entender que lo que nos une es la Doctrina Social de la Iglesia. Es la Iglesia. Y que puede haber un político católico en un partido de izquierda o más progresista, otro en un partido más conservador, pero que esas etiquetas, que están bien el ámbito político, no son categorías teológicas.

-Y que no sean barreras para el encuentro.

-Y que si se convierten en barreras, entonces hay que hacer una reflexión personal. Primero está la persona. La Doctrina Social de la Iglesia nos habla de redes sociales; las personas, por delante.

La dignidad del otro exige escuchar mucho, reconocer todo lo bueno, y cuando uno encuentre qué puede aportar al otro, esté también abierto a que el otro le aporte también. Es una conversión permanente. Eso es lo que la Academia considera su misión fundamental, animar a los jóvenes a, teniendo vocación para no meterse en líos en la calle, como dice Francisco, ‘entrar en el lío’. Y luego, a los que están en la política, invitarles a regenerar su vocación, a reilusionarse y a trabajar en el sitio en el que estén tratando de impregnar la realidad.

Y a recordar por qué es necesaria la política, que no es otra cosa que intentar cambiar la realidad y hacer un mundo más vivible para todos. En este sentido, la conexión con el Evangelio es evidente.

-Eso es. Y luego, yo creo que ya es cuestión de cada cual. Está en el ámbito de la conciencia bien formada el que cada uno tenga que decidir si, en un momento dado, el partido en el que está ha entrado en una dinámica que hace que ya no pueda continuar ahí.

-El otro gran trabajo, mucho más de fondo, tal vez, es entender que los partidos deberían dejar de ser estructuras tan monolíticas que obligan a cualquiera de sus miembros a votar a ciegas. La imagen en el Congreso del portavoz o el responsable parlamentario levantando un dedo, dos o tres, es sumamente clarificadora de lo que a veces pasa.

-Sí. O sea, en España, desde luego, y en las democracias avanzadas, los miembros del Congreso de los Diputados o del Senado, de alguna manera tienen libertad. Otra cosa es que sea lógico, en toda institución humana, que haya orden. Que haya unas líneas. Es lógico porque si no hubiera esto, sería imposible crear una sociedad que funcionase. Pero siempre respetando la libertad, y más en el ámbito de la primaria donde la libertad de conciencia es fundamental. Y un partido sano es un partido en el que hay mucho debate en amistad, riguroso y en el que se busque siempre consenso dentro del partido. Pero que cuando no hay consenso, el tema de conciencia sea de libertad y que no haya consecuencias de multas o de expulsiones. Eso es algo que, con mucha claridad y con mucho realismo, hay que denunciar. O hay que plantear que eso no debe ser así. Y desde el punto de vista de la Constitución Española no debe ser así. Es una deriva que reduce la calidad de la asistencia.

La respuesta es NO, no va a formar una plataforma política y, desde luego, no va a vincularse a partidos en concreto. Lo que hace es, con personas concretas, generar mancomunidad. Mancomunidad epistémica y mancomunidad de amistad. Una comunidad de amistad, además, en torno al Señor. En torno a Cristo, que para eso es una academia católica

-No te quiero robar mucho más tiempo, pero entiendo que la Academia no se plantea en ningún momento la creación de un partido político católico por antonomasia, ni nada por estilo, precisamente porque lo que pretende es los contrario; que haya presencia de lo católico en todos los puntos.

-Exacto. La Academia, una vez que ha ayudado a que los que tienen vocación se acerquen a la Academia, y que los que están ejerciendo la política la descubran y quieran acercarse a ella, lo que busca es formar en Doctrina Social de la Iglesia. Formar en grandes dilemas que hay que abordar en el ámbito de la política, en habilidades de negociación, y muchas otras que son necesarias. Y luego, crear una comunidad en la que todos los que están puedan sentirse acompañados, puedan ir formándose y puedan ir o bien decidiendo cómo quieren ejercer esa vocación, o si ya están en un partido que puedan sentir el aliento, el apoyo de la Academia.

Por lo tanto, la respuesta es NO, no va a formar una plataforma política y, desde luego, no va a vincularse a partidos en concreto. Lo que hace es, con personas concretas, generar mancomunidad. Mancomunidad epistémica y mancomunidad de amistad. Una comunidad de amistad, además, en torno al Señor. En torno a Cristo, que para eso es una academia católica.

Y aclarado este punto, la Academia quiere entrar en Europa y esto es importante. Desde Latinoamérica viene una corriente muy fuerte de impulso espiritual, porque Europa es un gran continente que llega a unos niveles de progreso extraordinarios. Es un sitio extraordinario y muchos quisieran tener este nivel de vida.

Y aquí vamos a un tema muy de fondo, pero dicho de una manera muy rápida, muy sencilla y a riesgo de simplificar demasiado. Nosotros, como cristianos, creemos que la historia tiene teleología, y que la historia va verdaderamente avanzando, a grandes rasgos, en alguna dirección, porque para eso Cristo ha muerto, ha resucitado, ha envíado a su espíritu y nos lleva. Dios quiere salvar a toda la humanidad. Pero en la historia eso no predestina a nada. La historia tiene sus momentos buenos y sus momentos malos. Las sociedades, las civilizaciones, se crean, maduran, entran en declive y desaparecen. Todo eso ocurre.

Europa está en un momento, desde el punto de vista económico, político y cultural extraordinario. Llevamos 70 años, esencialmente, en paz. 70 años con un crecimiento económico extarordinario, con un crecimiento tecnológico extraordinario, con una consolidación democrática extraordinaria

Europa está en un momento, desde el punto de vista económico, político y cultural extraordinario. Llevamos 70 años, esencialmente, en paz. 70 años con un crecimiento económico extarordinario, con un crecimiento tecnológico extraordinario, con una consolidación democrática extraordinaria.

¿Qué es lo que ocurre? Que llevamos tanto tiempo en esta situación extraordinaria que la sociedad se va debilitando. Ya lo decía Aristóteles hace 2.500 años. Decía: tiempos malos dan lugar a personas fuertes que se ponen sobre los hombros la tarea de revitalizar una sociedad. Personas fuertes crean sociedades buenas. Sociedades buenas tienden a crear personas débiles, no porque sean malas, sino porque están acostumbradas a la abundancia. Y personas débiles crean sociedades débiles, fragmentadas. Es en lo que estamos.

Europa, siendo muy fuerte en todos los indicadores, se ha acomodado. Habla de valores muchas veces, pero ya no se plantea cuáles son. Ha desvirtuado mucho sus valores, que están en el Tratado de la Unión Europea y se interpretan de una manera muy laxa. No se llevan a las últimas consecuencias. A veces, se les da la vuelta… Y eso tiene como consecuencia una sociedad débil.

Tenemos una Europa débil desde el punto de vista moral, ético y social, cada vez más fragmentada y siempre se ha salvado y ha evolucionado a golpe de crisis. Lo que ahora buscamos, y es nuestra aportación en humildad y reconociendo todo lo bueno que se ha conseguido, ojo. Pero como ya dijo Juan Pablo II en Santiago de Compostela: «no te olvides tus raíces», que el árbol es espectacular, pero hemos visto árboles muy grandes caer. Porque las raíces se pudren, eso no lo ve nadie, pero, de repente, el árbol enferma y muere.

¿Y a qué nos referimos nos referimos con morir? No nos referimos a que el proyecto político o social muera. Nos referimos al punto de vista espiritual de Europa, a la Unión Europea, sobre todo, que se construyó después de la Segunda Guerra Mundial, cuyos padres eran cristianos, extraordinarios en lo político, extraordinarios sabios, capaces, eficaces, eficientes, generadores de consensoa… Si Europa se olvida de eso y se olvida de sus raíces, que son judeocristianas, que son griegas, que son romanas, y entra en el relativismo, en el pensamiento débil, que es lo que estamos, en poner poca atención a la demografía, a la familia, a la vida; la crisis demográfica es impresionante, si europa se debilita en eso, tendrá que aceptar la inmigración grande, que es una riqueza, pero si es porque hay una descuidada demografía, vamos a encontrar que lo que podía haber sido un regalo, de repente es un problema.

Es la solución a un problema, no es nada de oportunidad.

-Aquí tenemos temas duros y en los que es muy fácil caer en la controversia y en la polarización. Y lo que qiuiere la Academia es analizarlos con rigor, en profundidad y en comunidad. Escuchando todos los puntos de vista, pero constantemente diciendo, como es academia en el sentido propio de Platón, de una institución dedica a la verdad, queremos fomentar de manera particular ese debate, y que luego cada uno lo lleve a la arena principalmente política. Y no sólo, porque también formamos a líderes en la sociedad civil o en la empresa. Y que lo lleve como considere según su conciencia, pero sabiendo que lo hace en comunidad, que me parece muy importante, también. O sea, es muy difícil entrar a las bravas en un partido político, si uno no tiene en ese partido relaciones de amistad o no tiene una visión compartida con unos cuantos. Si no tiene el apoyo económico de otros.

Con esto, y lo dejo muy claro, no me refiero a entrar en política por la puerta de atrás, o entrar con estrategias para tratar de encontrar poder. No; la Academia es formación en el ámbito estrictamente prepolítico. Lo insisto para que no se nos malinterprete. Y el ámbito de la Academia es el ámbito de la libertad.

-¿Dónde os podemos encontrar?

-La Academia tiene, de alguna manera, una sede, ahora mismo, como doble. Por una parte, y como es obvio, en el Arzobispado de Madrid. El cardenal Carlos Osoro es el presidente de la sede de Europa, por tanto esa es la sede. Pero es verdad que yo, como director ejecutivo, he aportado la sede física de la Universidad Francisco de Vitoria, con la Facultad, que aporta, además del cariño, un espacio físico, un equipo de personas que le dedican tiempo, unos ciertos recursos… Dicho esto, no es de la Universidad Francisco de Vitoria. La Universidad da este paso y espera que haya muchos que se sumen. Y el que Religión Digital haga esta entrevista me alegra muchísimo porque se ve que la Academia es plural y que queremos que haya muchos más espacios.

-Nos queremos sumar a un proyecto abierto de políticos y de constructores de sociedad. Nosotros, del mundo de la comunicación, que no deja de ser también política en algún sentido, pero apoyando también desde el Evangelio y desde nuestra visión, que es muy plural también, a una construcción de un mundo mejor.

-Ya añado, quiero decirlo, dónde está y cómo hemos conseguido que esto avance rápido. Muchas veces los proyectos que son de Dios avanzan más rápido de lo que somos capaces de pensar y planificar. Se han dado algunas condiciones. Una de ellas, es que dentro de la UFV y de la Facultad de Derecho, Empresa y Gobierno, se ha constituido una Escuela de Gobierno y Liderazgo, la escuela de Liderazgo Isabel la Católica, que participa en esta misión, en este deseo de crear la política y que ha confiado en nosotros y ha puesto unos recursos que nos permiten, por ejemplo, formar a muchos de los alumnos de este primer programa de líderes católicos europeos, unos 40 de toda la Comunidad de Madrid, de universidades públicas y privadas, y también jóvenes profesionales, que están todos juntos durante nueve sábados aprendiendo en esta metodología de manos cabeza y corazón, y complicarse gracias a la generosidad.

Es decir, que se crea esta autopista. Esta corriente en la que hay muchos, y que nos alegra el poner nuestro granito de arena al principio, para que esto vaya creciendo.

Jubileo 2025: «peregrinos de esperanza»

El Jubileo ya tiene sitio web y un primer calendario de actividades

Jubileo 2025

Fisichella y Bell dieron a conocer algunas iniciativas para el Año Santo dedicado a la esperanza

En un año se sabrá la fecha exacta de inicio de la celebración que lleva por lema «peregrinos de esperanza»

«Nuestro objetivo es que el peregrino se vuelva turista», se propuso Fisichella, tras destacar las obras que lleva adelante el Gobierno de Roma para mejorar la ciudad

«El Jubileo ordinario iniciará con la apertura de la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro en el mes de diciembre de 2024»

Por Hernán Reyes Alcaide, corresponsal en el Vaticano

«Peregrinos de esperanza», el Jubileo convocado para 2025 por el papa Francisco ya se va convirtiendo en una realidad cada vez más cercana. Mañana, sin ir más lejos, el Vaticano activará el sitio dedicado a los «millones de peregrinos» que lleguen a Roma para la celebración, con información y guías online para la experiencia, en medio de una serie de actividades que incluirán, entre otras, una muestra de El Greco con obras jamás salidas de España.

«Millones de peregrinos llegarán a Roma para el Jubileo», anunció hoy el pro-prefecto del Dicasterio para la Evangelización, monseñor Rino Fisichella, al presentar en el  Vaticano una primera serie de actividades que se harán hasta el inicio de la celebración que lleva por lema «peregrinos de esperanza».

«Nuestro objetivo es que el peregrino se vuelva turista», se propuso Fisichella, tras destacar las obras que lleva adelante el Gobierno de Roma para mejorar la ciudad y luego de anunciar una serie de muestras en ocasión del Año Santo, incluida una del artista español EL Greco que nunca antes salieron de España y que desde septiembre llegarán a la denominada «ciudad eterna».

Fisichella planteó en ese marco que «para la fecha de apertura y de clausura se deberá esperar la Bula de Convocación del Jubileo, que será publicada, según la tradición, en la fiesta de la Ascensión, el próximo 9 de mayo de 2024».

«El Jubileo ordinario iniciará con la apertura de la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro en el mes de diciembre de 2024», añadió.

En enero, el papa Francisco había recibido al alcalde de Roma, Roberto Gualtieri, para sentar algunos temas comunes de trabajo para el que será el segundo Jubileo del Pontificado de Bergoglio: el primero fue el Año Santo de la Misericordia proclamado mediante la Bula «Misericordiae Vultus» y se llevó a cabo del 29 de noviembre de 2015 al 20 de noviembre de 2016.

Según cifras vaticanas, en el Jubileo de 2016 pasaron por Roma unos 20 millones de fieles, pese a que se habían abierto también de modo simbólico otras «Puertas Santas» en el mundo.

Celebrados cada 25 años, los Jubileos ordinarios concentran gran cantidad de eventos destinados a los fieles de la tradición católica, y se inician con la apertura por parte del pontífice de la denominada Puerta Santa de la Basílica de San Pedro, habitualmente cerrada.

Dentro del cronograma de actividades, el subsecretario del Dicasterio para la Evangelización, monseñor Graham Bell, anunció este martes que «el sitio del Jubileo estará activo al público a partir de mañana con el link www.iubilaeum.2025.va» y que «el portal en 9 idiomas es funcional y presenta ya algunos de los contenidos más importantes para conocer el evento jubilar».

«Se trata de una ventana al Jubileo ágil y fácilmente utilizable por todos, adolescentes, jóvenes y adultos», adelantó Bell, quien agregó luego que «a partir de septiembre, haciendo clic en el botón ‘Participa’ ya será posible inscribirse a los eventos y a la peregrinación hacia la Puerta Santa».

Bell agregó luego que «a partir de septiembre estará activa el Área del peregrino, que es la página personal a la cual se accede después de haber efectuado la inscripción» con la que se accederá a una «Tarjeta del peregrino, en versión digital, con un QR Code personal necesario para tener acceso a los eventos jubilares y para organizar la peregrinación hacia la Puerta Santa» y que dará también «especiales descuentos en el período de la peregrinación».

Al repasar el trabajo hecho en los primeros meses desde la convocatoria del Jubileo en 2022, Fisichella sostuvo que «se han instituido en los meses pasados cuatro Comisiones y un Comité técnico que han apoyado al Dicasterio al delinear el programa general», una dedicada a lo pastoral, una cultural, una de comunicación y una ecuménica.

«Otro objetivo logrado fue el de involucrar a las Diócesis de todo el mundo. Nos hemos
encontrado ya con los 212 delegados de las Diócesis italianas y los 90 representantes de todas las Conferencias Episcopales, con el objetivo de crear una conexión entre el Dicasterio y las instancias locales, involucrando directamente las realidades locales», agregó Fisichella.

«Finalmente, puedo comunicar que, a partir del próximo 1 de junio, en los locales de Vía de la Conciliación 7, será inaugurado el Centro de peregrinos – Info Point»; al que describió como «un punto de referencia abierto a cuántos deseen ser informados sobre el Año jubilar, las modalidades de participación, y también para tener noticias sobre cómo ser voluntario o cómo organizar la propia peregrinación».

A mediados de abril, la primera ministra italiana Giorgia Meloni y el secretario de Estado vaticano Pietro Parolin encabezaron la primera reunión bilateral de alto nivel para la preparación del Jubileo.

Según plantearon fuentes oficiales, el Gobierno romano trabaja en un plan urbanístico que incluye la peatonalización total de la famosa Via della Conciliazione, la amplia avenida que une el Castel Sant’Angelo de la capital italiana con la Basílica de San Pedro y es la principal vía de acceso peatonal al Vaticano.

Entre el plan de obras, Gualtieri prometió además que «para 2024» estará terminada la parada «Coliseo» de la línea C del subte local, hace años detenida por los delicados trabajos arqueológicos en las excavaciones en torno al milenario monumento símbolo de la «ciudad eterna».

A fines de 2022, el Vaticano presentó el logo oficial del Jubileo de 2025, que fue elegido por el Papa en base a una terna creada tras recibir 294 propuestas de 213 ciudades y 48 países diferentes, de artistas de un rango de edad de los participantes fue de 6 a 83 años.