La Buena Noticia del Dgo. 2º-Adv.-A

Una voz grita en el desierto

Mt 3, 1-12

Preparad el camino del Señor

El tiempo de Adviento es tiempo de esperanza y de apertura al cambio para que todos puedan ver la salvación de Dios, el Reino que esperamos como promesa de Dios , el «Otro mundo posible», el «Nuevo orden de la humanidad» que Dios nos ofrece en Jesucristo y que podemos construir si cambiamos y nos convertimos.

Se necesitan cambios sociales, económicos y políticos, pero también una renovación espiritual y una conversión pastoral de la misma Iglesia.

¿Qué caminos tenemos que allanar en nuestra vida, en nuestra sociedad y en nuestra Iglesia para que nos venga ese Nuevo Orden de Dios? ¿Cómo tiene que ser ese cambio y esa conversión a nivel personal, a nivel social y a nivel eclesial?

Lectura de la Palabra

Mateo 3,1-12

                              Convertíos, porque está acerca el reino de los cielos

Por aquel tiempo, Juan Bautista se presentó en el desierto de Judea, predicando: «Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos.» Éste es el que anunció el profeta Isaías diciendo: «Una voz grita en el desierto: «Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos.» Juan llevaba un vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Y acudía a él toda la gente de Jerusalén, de Judea y del valle del Jordán; confesaban sus pecados y él los bautizaba en el Jordán.

Al ver que muchos fariseos y saduceos venían a que los bautizara, les dijo: «¡Camada de víboras!, ¿quién os ha enseñado a escapar del castigo inminente? Dad el fruto que pide la conversión. Y no os hagáis ilusiones, pensando: «Abrahán es nuestro padre», pues os digo que Dios es capaz de sacar hijos de Abrahán de estas piedras. Ya toca el hacha la base de los árboles, y el árbol que no da buen fruto será talado y echado al fuego. Yo os bautizo con agua para que os convirtáis; pero el que viene detrás de mí puede más que yo, y no merezco ni llevarle las sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego. Él tiene el bieldo en la mano: aventará su parva, reunirá su trigo en el granero y quemará la paja en una hoguera que no se apaga.»

Comentario de la lectura

PARAISO, CONVERSIÓN, ACOGIDA

Por José Luis Sicre

  1. De las ruinas de Jarkov al paraíso (Isaías 11,1-10)

El domingo pasado, la primera lectura nos situaba en un mundo utópico sin guerras ni carrera de armamentos. Este domingo, nos habla de la utopía de la paz universal, simbolizada por la vuelta al paraíso. El poema de Isaías podemos leerlo como un tríptico.

La primera tabla ofrece un paisaje desolador, parecido al de las ruinas de Ucrania. En este caso, el territorio de Judá, un bosque arrasado y quemado después de la invasión y la guerra. Pero en medio de esa desolación, en primer plano, hay un tronco del que brota un vástago: el tronco es Jesé, el padre de David; el vástago, un rey semejante al gran rey judío.

En la segunda tabla, como en un cuento maravilloso, el vástago vegetal adquiere forma humana y se convierte en rey, y sobre él vienen todos los dones del Espíritu de Dios y todos los pone al servicio de la administración de la justicia. El enemigo no es ahora una potencia invasora. Lo que disturba al pueblo de Dios es la presencia de malvados y violentos, opresores de los pobres y desamparados. El rey dedicará todo su esfuerzo a la superación de estas injusticias.

La tercera tabla da por supuesto que el rey tendrá éxito, consiguiendo reimplantar en la tierra una situación paradisíaca, que se describe uniendo parejas de animales fuertes y débiles (lobo-cordero, pantera-cabrito, novillo-león) en los que desaparece toda agresividad, y todos los animales aceptan una modesta dieta vegetariana («el león comerá paja con el buey») como proponía el ideal de Gn 1,30. Como símbolo admirable de la unión y concordia entre todos, aparece un pastor infantil de lobos, panteras y leones, además de ese niño que introduce la mano en el escondite de la serpiente. El miedo, la violencia, desaparecen de la tierra. Y todo ello gracias a que «está lleno el país del conocimiento del Señor». Ya no habrá que anhelar, como en el antiguo paraíso, comer del árbol de la ciencia del bien y del mal. Hay una ciencia más profunda, el conocimiento de Dios, y ésa no queda recluida dentro de unos límites prohibidos, sino que inunda la tierra como las aguas inundan el mar.

Esta esperanza del paraíso no se ha hecho todavía realidad. Pero el Adviento nos anima a mantener la esperanza y hacer lo posible por remediar la situación de injusticia.

  1. Conversión (Mateo 3,1-12)

El evangelio del primer domingo nos invitaba a la vigilancia. El del segundo domingo exhorta a la conversión, que implica el doble aspecto de vuelta a Dios y cambio de vida, basándose en la predicación de Juan Bautista. Pero el evangelio de Mateo introduce unos cambios muy significativos en el relato de Marcos.

En Marcos, todo tiene un tono muy positivo. Juan Bautista predica un bautismo de conversión y la gente se bautiza. Juan no es un loco; su forma de vestir y de alimentarse recuerda al profeta Elías. Pero no anuncia un castigo, sino la venida de uno muy superior a él, que bautizará con espíritu santo.

Mateo, que escribe décadas más tarde, cuando existe un claro enfrentamiento entre los cristianos y las autoridades judías, divide el relato en dos partes.

En la primera, Juan predica la conversión, pero añade como motivo la cercanía del reinado de Dios, tema que será fundamental en la predicación de Jesús. Un mensaje exigente pero muy positivo, bien acogido por la gente.

En la segunda, los protagonistas son los fariseos y saduceos, representantes de las autoridades judías opuestas a los cristianos. A ellos Juan se dirige de forma insultante (“camada de víboras”) y con tono amenazador. El hacha está dispuesta a cortar el árbol que no dé buen fruto, y no les servirá de nada decir que pertenecen al pueblo elegido, que son hijos de Abrahán. Incluso cuando habla del personaje superior a él, no dice simplemente que bautizará con espíritu santo, sino con espíritu santo y fuego, porque separará el trigo de la paja y ésta la quemará en un fuego inextinguible.

Este pasaje nos obliga a examinar si producimos buenos frutos o si nos refugiamos en la cómoda confesión de que somos cristianos, católicos, y no necesitamos convertirnos. Por otra parte, plantea la duda de si Jesús actuará de esa forma terrible que anuncia Juan Bautista. La respuesta a esta pregunta la ofrecerá el evangelista más adelante.

  1. Acogida (Romanos 15,4-9)

Las primeras comunidades cristianas estaban formadas por dos grupos de origen muy distinto: judíos y paganos. El judío tendía a considerarse superior. El pagano, como reacción, a rechazar al cristiano de origen judío. En este contexto se mueve la lectura de Pablo. Hoy día no existe este problema, pero pueden darse otros parecidos, que dividen a los cristianos por motivos raciales, políticos o culturales.

Reflexión final

Las lecturas de Adviento nos dan un nuevo baño de utopía y realismo. Ante los numerosos problemas de todo tipo que se dan en el mundo, hay que mantener la esperanza del paraíso, sabiendo que eso se logrará mediante gobernantes justos. Pero también debe darse un compromiso personal de conversión, buenas obras, vuelta a Dios y acogida de los demás, incluso los que pueden resultarnos más ajenos y contrarios.

Testigos de la Palabra

Antonio de Montesinos

Antonio de Montesinos formó parte del primer grupo de misioneros dominicos que llegó a la isla de La Española en 1510. La comunidad religiosa vio las duras condiciones en que vivían los indios, sometidos a los malos tratos de los encomenderos. Denunciaron la situación y eligieron a Montesinos como su representante.
El 21 de diciembre de 1511 pronunció un sermón comenzando con la frase  evangélica Ego vox clamantis in deserto, ante los encomenderos y el virrey Diego Colón. Abrió el proceso crítico a la conquista de América por parte de los mismos españoles. Entre los oyentes estaba también Bartolomé de Las Casas, entonces encomendero, a quien el sermón impactó profundamente y que es quien nos lo ha conservado. El sermón censuraba duramente las injusticias contra los indios condenando los repartimientos de indios y  dudando de la legitimidad de los títulos de soberanía de la Corona de Castilla sobre aquellas tierras.
Las autoridades instaron a los religiosos para que fray Antonio se retractara el domingo siguiente, en lugar de hacerlo, Antonio de Montesinos reiteró su denuncia y la apoyó con nuevos argumentos. El rey Fernando el Católico convocó la Junta de Burgos, formada por teólogos y juristas, para estudiar y pronunciarse sobre el tema. Montesinos viajó a España para participar en las deliberaciones.
Entre 1512 y 1513 se publicaron las Leyes de Burgos, que reglamentaban y suavizaban el trabajo de los indios. Fundó canónicamente el Convento de Santo Tomás de Aquino en la ciudad de San Juan de Puerto Rico.

Se cree que fray Antonio de Montesinos murió mártir en Venezuela el 27 de junio de 1540.
Llegado el domingo y la hora de predicar, subió en el púlpito el susodicho padre Antón Montesinos, y tomó por tema y fundamento de su sermón, que ya llevaba escripto y firmado de los demás: «Yo soy la voz que clama en el desierto» (cf. Mt 3,3). Hecha su introducción y dicho algo de lo que tocaba a la materia del tiempo del Adviento, comenzó a encarecer la esterilidad del desierto de las conciencias de los españoles desta isla y la ceguedad en que vivían, diciendo así: «Para os los dar a cognoscer me he sobido aquí, yo que soy la voz de Cristo en el desierto desta isla»… «Esta voz, dijo él, que todos estáis en pecado mortal y en él vivís y morís, por la crueldad y tiranía que usáis con estas inocentes gentes. Decid, ¿con qué derecho y con qué justicia tenéis en tan cruel y horrible servidumbre aquestos indios? ¿Con qué auctoridad habéis hecho tan detestables guerras a estas gentes que estaban en sus tierras mansas y pacíficas, donde tan infinitas dellas, con muerte y estragos nunca oídos, habéis consumido? …
«¿Estos, no son hombres? ¿No tienen ánimas racionales? ¿No sois obligados a amallos como a vosotros mismos? ¿Esto no entendéis? ¿Esto no sentís? ¿Cómo estáis en tanta profundidad de sueño tan letárgico dormidos? Tened por cierto, que en el estado que estáis no os podéis más salvar que los moros o turcos que carecen y no quieren la fe de Jesucristo.» Finalmente, de tal manera explicó la voz que antes había muy encarecido, que los dejó atónitos, a muchos como fuera de sentido, a otros más empedernidos y algunos algo compungidos, pero a ninguno, a lo que yo después entendí, convertido…

(Las Casas «Historia de las Indias» cap. 4. En BAE, t.96, 176)

2 respuestas a “La Buena Noticia del Dgo. 2º-Adv.-A

  1. Francisca Sánchez Sanchez 8 diciembre, 2019 / 6:47 pm

    Me parece muy importante el tema del descubrimiento de América y los abusos y esclavitud que los españoles sometieron a los indios. De esto se habla poco. Es necesario publicarlo en honor a la verdad.

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  2. danielsbarbero 10 diciembre, 2019 / 8:15 am

    Sí, Francisca, por eso el Papa Francisco ha querido dar voz a los indígenas en el Sínodo de la Amazonía…aunque a veces…la historia camina hacia atrás como está ocurriendo ahora en Bolivia…

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