MANIFIESTO POR EL DIA INTERNACIONAL DE LAS PERSONAS MIGRANTES

 En el día Internacional de las personas migrantes, salimos a la calle para revindicar nuestro legítimo derecho a buscar una vida mejor. Según la estimación mundial actual de Naciones Unidas, en 2022 había en el mundo cerca de 300 millones de migrantes internacionales -personas que viven en un país distinto al que nacieron-, migrar es una forma de adaptación, de respuesta a las condiciones del medio, condiciones de vida, oportunidades, pobreza, injusticia, violencia, necesidades primarias insatisfechas, inseguridad alimentaria, cambio climático, y en no pocas ocasiones persecución o desesperación. Sea por obligación-o sea pura supervivencia-o elección propia, no es nada fácil dejar atrás su país, su familia sus amigos, su casa.

El modelo de desarrollo neoliberal mundial, está pensado solo para el beneficio de unos pocos, y la obscena distribución de la riqueza en el mundo, propicia grandes injusticias y desigualdades económicas, que se a su vez se traducen en grandes desigualdades en las condiciones de vida de las personas, afectando a casi la mitad de la población mundial. Basta decir que una minoría de la población, el 10% más rico del mundo, acapara el 76% del total de la riqueza mundial, mientras a otros se le condena a una vida de privaciones, y desesperanza, por lo que migrar se convierte en el único y último recurso para alcanzar una vida mejor.

España fue hasta hace pocos años un país de inmigrantes, aun hoy muchos españoles y españolas, migran en busca de otras oportunidades, pero con una diferencia sustancial, estos no necesitan exponerse a peligros en su experiencia migratoria, ni correrán el riesgo de acabar en unas cárceles llamadas CIE,s donde se priva de libertad a seres humanos sin haber cometido ningún delito. Ese Norte llamado rico y civilizado sigue extrayendo riquezas y materias primas, de los países del Sur, esquilmando así sus recursos, empobreciendo a los países e impidiéndoles un crecimiento económico que facilite su desarrollo. Y mientras el dinero especulativo, de ese capitalismo financiero global atraviesa fronteras impunemente, beneficiándose del sufrimiento ajeno, y engendrando pobres por donde quiera que pasa, esas mismas fronteras impiden el paso a las personas, propiciando que se vean sometidas a mafias sin escrupulosos, y a rutas migratorias cada vez más peligrosas, -son incontables las muertes y las fosas sin nombre de personas desaparecidas en el mar y en el desierto-.

Cuando se derribó el muro de Berlín, el mundo contaba con una docena de muros, hoy en este mundo injusto estas vallas y muros pasan de los 90, y en Europa al menos diez estados tienen algún tipo de fortificación para impedir el paso de personas migrantes. Hacen falta menos muros y más puentes. Son fronteras que solo reproducen las desigualdades globales, y que son consecuencia de una política de control migratorio criminal implantada por la unión europea UE y su Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas llamada Frontex . Esta concepción mezquina de la política migratoria, no es fruto de la casualidad, sino de una estrategia bien definida, que tiene muchos efectos colaterales, y que propicia infames tragedias como nos recuerdan aquí en España los nombres de Tarajal en 2014, donde quince personas murieron ahogadas mientras nadaban para alcanzar la costa, rodeados por tierra y por mar, y bajo una lluvia de pelotas de goma y botes de humo lanzadas por agentes de la guardia civil, o las 37 muertes ocurridas en junio de 2022, entre la valla que separa Nador y Melilla, que sufrieron un grupo de subsaharianos, personas que tenían las mismas razones para obtener asilo, que lo ciudadanos ucranianos que han sido recibidos recientemente en España. Ellos en cambio fueron hostigados sin compasión, sufriendo una violencia inusitada y desproporcionada por parte de fuerzas policiales marroquíes y españolas que finalmente acabo con estas 37 vidas.

Muertos y amontonados como animales, fueron enterrados si identificar en fosas anónimas, así no solo les robaron la vida, también el derecho a que los familiares se despidieran, les enterrasen, y elaboraran un duelo con dignidad, para no tener que llorarles cada día con la incertidumbre de no saber dónde están. Ese mismo día, se produjeron muchas devoluciones en caliente incluso de menores, y ninguna de las personas que lograron cruzar, tuvo derecho a una asistencia legal. Algunos de los sobrevivientes se encuentran internados en el CETI (Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes de Melilla) pero la mayoría están en cárceles marroquíes acusados de delitos graves. Que no se nos olviden.

 Algunos se empecinan en ver la migración como algo negativo, como una amenaza, la llegan a criminalizar incluso asimilándola a la delincuencia. En este punto no olvidamos las recientes palabras, del ex inspector jefe de la Comisaría Centro de València, Ricardo Ferris que, incitando al odio hacia las personas extranjeras, aseguró que “los inmigrantes eran delincuentes”. De esta manera se alimentan los bulos, insinuando que los migrantes invadimos y robamos los trabajos, que por cierto los nacionales suelen desdeñar. Ignoran que las migraciones han sido y serán algo consustancial en la historia de la humanidad, a pesar de las vallas, los muros y las barreras.

Ignoran las potenciales ventajas que brinda la migración supliendo las necesidades que tienen los países, participando y contribuyendo al crecimiento y la prosperidad de los mismos, y construyendo una sociedad multicultural, igualitaria, y diversa que hace más rica y más tolerante a esa sociedad.

Aunque se logre sobrevivir al calvario migratorio, llegar al país de acogida no es el final de las penalidades, el migrante se enfrenta a una nueva realidad: una situación administrativa irregular que los arroja a la precariedad y a la exclusión social. El hecho de “no tener papeles”, los obliga a sobrevivir como pueden en la economía sumergida, sometidas a abusos de todo tipo, sin contratos, con empleos de muy baja calidad, sin horarios, con salarios miserables, y en condiciones de trabajo precarias. Esto lo sufren muchas mujeres migrantes trabajadoras de hogar. Los migrantes también sufren la indiferencia de parte de la sociedad de acogida, así como actitudes racistas, o tienen que oír que se les relacione demasiadas veces con la delincuencia. Sufrir ese odio, el de esos que gritan “nuestra gente primero”, ese discurso xenófobo que algunos políticos sin escrúpulos saben explotar, mata tanto como las penurias a las que se ven sometidas las personas migrantes.

Es una vergüenza que la caridad se vista de Ayuda al Desarrollo -solo 4 países en el mundo cumplen el compromiso que se marcó hace unas décadas de destinar el 0,7% de su Renta Nacional a la misma- y que mucha de esa ayuda se utilice por los países del Norte como parte de su política exterior, no destinándose a combatir las verdaderas causas de las desigualdades estructurales que perpetúan el empobrecimiento. Existen determinantes, estructurales sociales y políticos en este injusto mundo, que permiten que la riqueza de unos tenga una relacion directa con el empobrecimiento de otros. No se nace pobre porque uno quiere, y no se elige el lugar de nacimiento, pero en la mayoría de los casos, esto va a condicionar la vida de las personas, porque si naces en un país empobrecido, probablemente nunca saldrás de pobre. ¿Habría que preguntarse con más frecuencia y con más conciencia, si el bienestar de las naciones llamadas avanzadas tiene que ver con el malestar de las personas empobrecidas y olvidadas? Para buscar un futuro y una vida mejor, a las personas migrantes nos sobran los motivos. Que no nos nieguen el derecho a visibilizar nuestra lucha y a elegir nuestro destino y un lugar en el mundo.¡¡¡¡ —————-

– Proclama.

-Declaramos con vehemencia que “ser inmigrante no es un delito”¡¡¡¡ y que ¡¡¡¡ningún ser humano es ilegal¡¡¡¡¡

-Denunciamos -El trato vejatorio y el racismo institucional que sufren las personas migrantes desde las administraciones e instituciones de los países europeos.

 -Las vulneraciones de los derechos más elementales que sufren las personas, privadas de libertad en los centros de internamiento (CIE), en donde malviven en condiciones insalubres, con una atención sanitaria deficiente, y en ocasiones siendo objeto de abusos y malos tratos. -La discriminación por cualquier motivo entre las que sobresalen la discriminación racial y la criminalización de las personas migrantes

– Que la única política migratoria de la UE, sea el control de fronteras y su externalización a terceros países, olvidando la necesidad de mecanismos que permitan una migración segura, ordenada y predecible. No existen por desgracia políticas migratorias de integración e inclusión para las personas migrantes, ni tampoco una política de asilo común en la UE. –

Exigimos

– El cierre incondicional y definitivo de todos Centros de Internamiento para extranjeros en España y en la Unión Europea.

-El cese de los retornos indiscriminados, que violan artículos de la Declaración Universal de Derechos Humanos.

– Frenar la propagación de los discursos del odio y de la incitación a la violencia contra las personas migrantes, y contra todos los grupos vulnerables. Exigimos que la justicia sea contundente contra los responsables de esta violencia.

-La regularización de las personas extranjeras que viven en España en situación irregular. Esta irregularidad, los arroja a la economía sumergida y les impide acceder a un mercado de trabajo regularizado donde se aprovechen sus capacidades, y de esta forma contribuir con sus aportaciones fiscales directas (Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas: IRPF) y cotizaciones sociales a la riqueza del país. La irregularidad hace a las personas más vulnerables frente a la explotación y los abusos, situación que favorece solo a los explotadores.

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