Jesús resucitado se aparece a sus discípulos
Jn 20, 19-31
El primer día de la semana, Jesús se hace presente en medio de sus discípulos y les muestra las llagas, que son las señales de su pasión. Son la prueba de que es el mismo, el que ha sufrido la pasión y la muerte, pero que ahora vive y está resucitado.
Jesús exhala su aliento sobre ellos y les dice: recibid el Espíritu Santo. Se llenan de alegría al ver al Señor y también de una gran fuerza para dar testimonio de que el Señor vive y está resucitado entre nosotros
Comentarios a la Palabra
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TESTIGOS DE LA PALABRA
Antonio Cano: sacerdote, periodista y hombre de Dios
Había nacido en Pedroche (Córdoba) en 1939, un pueblo que amaba y al que ha dedicado su último libro ilustrado y algunos comentarios en Facebook, glosando el sacramento de las cosas pequeñas: la cortina, la ventana, los matorrales del campo, la viejecita cosiendo en la puerta de su casa. Pronto entró en los carmelitas calzados, donde pasó por diversos destinos: Granada, Jerez, Canarias. Hasta que decidió, quizás buscando mayor libertad, pasarse al clero diocesano incardinándose pastoralmente en las parroquias de San Atanasio y San Juan María Vianney de Madrid, donde el pueblo de Dios pudo disfrutar de su corazón abierto, su compromiso con los pobres y sobre todo de esa sencillez evangélica que sin duda fue su característica más señalada. Fue mi sucesor en San Atanasio, en el Barrio de Tetuán donde vivía con su familia , cuando yo salí en 1983 para El Salvador como misionero diocesano. Siempre le recordamos con mucho cariño por su apertura y sensibilidad en servicio siempre de los más necesitados. Hacía algún tiempo que se encontraba mal por una avanzada diabetes; vivía en una residencia y tenía dificultades para caminar. Finalmente ha sido víctima fatal de la pandemia “Parece que el mismo Dios está detrás de la cortina -escribió-. Intuimos su silueta, porque no acaba de mostrarse del todo; se dibuja como aguardando, como deseando que pasemos y lo veamos de una vez»
DIOS, ¿VIVO O MUERTO?
Abiertas las ventanas,
ofrezco al viento
mis sufrimientos de creyente.
Tengo vivencias de Alguien.
Intuyo su realidad.
Pero no puedo comunicar lo que presiento.
Y me consta
hasta el extremo de no poder negarlo.
Dios vivo.
(Los otros Salmos, Joaquín Suárez Bautista, Sal Terrae, pág 232)
Lo que Romero dijo de Rutilio Grande
La tumba de Rutilio es gloria de la Iglesia
“En El Paisnal tenemos un Jesuíta mártir, su tumba es gloria de la Compañía de Jesús y es gloria de la Iglesia. Yo quiero agradecerles a la Compañía todo lo que trajeron hasta acá, a enseñar a esta gente; también a amar a Jesús y a darles un sentido de salvación, de liberación, de redención a su pobreza, a su sufrimiento.Pero el mayor sufrimiento del P. Grande sería no haber sido comprendido y que su mensaje liberador se mutilase. Hagámosle honor a él recogiendo su verdadero mensaje en Cristo Jesús sin el cual no hay liberación verdadera. Cristo es el único liberador sin el cual no se puede comprender toda la esperanza que él llevaba en su corazón y la cual le hace vivir alegre en su cielo porque sabe que vendrán días mejores para estas tierras”. (Hom.5.03.1978)
Las homilías de Rutilio
Una voz que grita en el desierto
La predicación de la Palabra de Dios: una palabra encarnada en la realidad
La predicación de Rutilio Grande pone en contacto la Biblia con la realidad que viven los campesinos y campesinas que lo escuchan. De lo que se trata en la predicación –para quien precica y para quien escucha- no es tanto de “entender” lo que dice la Biblia. Sino lo que “dice” Dios en la realidad actual, qué nos dice Dios ahora, qué nos dice hoy mismo. Por supuesto, para entender qué es lo que está pasando, para discernir los signos de los tiempos, es insustituible la palabra de Dis que ilumina como una lámpara. Pero la cuestión, repetimos, no es quedarse admirando la belleza de la lámpara (la Biblia), sino el camino que ilumina (nuestra realidad).