Horror en El Salvador

Un exhaustivo informe saca a la luz los brutales métodos de Bukele contra las organizaciones criminales y también contra personas inocentes

Imagen de la presidencia de El Salvador en la que aparecen presos de maras en un centro penitenciario para terrorismo en Tecoluca, el pasado 15 de marzo.AP

Los detalles que revela un exhaustivo informe de Cristosal, la principal organización de El Salvador en defensa de los derechos humanos, resultan estremecedores y confirman que el presidente, Nayib Bukele, está dispuesto a sortear cualquier límite que pueda frenar su guerra sin cuartel contra las organizaciones criminales. La investigación muestra el desproporcionado número de inocentes a quienes han alcanzado las brutales medidas desplegadas contra las llamadas maras —detenciones arbitrarias, torturas— y los relatos recogidos, tras entrevistar a cientos de personas detenidas por error o que permanecieron encerradas durante meses antes de ser declaradas inocentes por un tribunal, documentan muertes por asfixia o estrangulamiento, descargas eléctricas, falta de atención médica, desapariciones forzadas. Durante el primer año de régimen de excepción —que se cumplió en marzo— fallecieron 153 presos, al menos 29 por muerte violenta y otros 46 por “probable muerte violenta” o “sospechosa de criminalidad”.

Bukele desprecia abiertamente las denuncias de las ONG, a las que insulta sin reservas, los organismos multilaterales e incluso Naciones Unidas. El presidente ha logrado frenar la expansión de las pandillas, especialmente la Mara Salvatrucha-13 y el Barrio 18, pero la otra cara de la moneda de esta guerra sin escrúpulos es el profundo deterioro del Estado de derecho y del respeto a los derechos humanos. Gobierna a golpe de tuit, ha hecho de las políticas de Estado un repertorio de eslóganes efectistas y está decidido a perpetuar el régimen de excepción a costa de una gravísima restricción de las libertades y de abusos constantes. A este angustioso panorama se suman los ataques sistemáticos a las voces críticas. El periódico digital El Faro, un medio de referencia en la región, tuvo que trasladar sus operaciones administrativas a Costa Rica ante el asedio de las autoridades. Ese diario fue testigo del giro de la estrategia de Bukele con las pandillas. Al principio buscó un acercamiento con estos grupos criminales y negoció con ellos. Tras la ruptura del pacto, las maras perpetraron una matanza que dejó casi 90 muertos en un solo fin de semana. Y comenzó el régimen de excepción.

Las motivaciones de ese giro son eminentemente políticas. A pesar de las denuncias, Bukele goza de una elevada popularidad, ha logrado aplastar a la oposición y, tras cambiar las reglas de juego constitucionales que prohibían la reelección, se prepara para mantenerse en el poder presentándose a las próximas elecciones, previstas para febrero de 2024. Bukele, que ya es un modelo explícito para la ultraderecha latinoamericana, está instalado en una profunda carrera autoritaria. No bastan las denuncias, es urgente la articulación de un frente político y de la sociedad civil capaz de actuar como muro de contención y convertirse en contrapoder.

Marcos Ana

Los 10 momentos que marcaron la vida de Marcos Ana

Marcos Ana pasó a la historia por ser uno de los presos que más tiempo estuvo encarcelado debido a sus ideas políticas durante la dictadura franquista. Cien años después de su nacimiento y con sus memorias como guía, un repaso a los momentos más cruciales de su vida acercan una realidad que nunca debería ser olvidada.

Marcos Ana.

Por GUILLERMO MARTÍNEZ @Guille8Martinez

Un 20 de enero de 1920 nacía en Alconada, una pequeña aldea de Salamanca, Fernando Macarro Castillo, la persona que unos años después llegaría a internacionalizar la lucha de los presos políticos de la dictadura franquista bajo el nombre de Marcos Ana. El primer centenario de su nacimiento ocurre tres años después de su muerte, cuando este comunista que estuvo encarcelado a lo largo de casi 23 años por sus ideas políticas fue recordado en multitud de rincones de España, donde tronaron sus poemas que cantaban a la libertad y que empezó a escribir durante su presidio. 

Marcos Ana entró en prisión con 19 años y salió de ella con 41, a finales de 1961. Fue uno de los primeros presos políticos españoles defendidos por Amnistía Internacional. Tras su excarcelación, el poeta y militante comunista recorrió Europa y gran parte de América acercando a otros territorios la cruenta realidad que se vivía en España bajo el yugo de Franco. Gran precursor de la solidaridad internacional para con las familias de los encarcelados antifascistas, fundó y dirigió en París el Centro de Información y Solidaridad con España (CISE), presidido por Picasso. Dos libros imperecederos honran su vida y obra: Decidme cómo es un árbol. Memoria de la prisión y la vida (2007) y Poemas de la prisión y la vida (2011).

  1. Primer contacto con la Segunda República

Lo que caracterizó a Marcos Ana a lo largo de toda su vida fue la lucha incasable por la emancipación de la clase obrera, un deseo que mucha gente percibió cercano al proclamarse la Segunda República Española y que el poeta, afincado en Alcalá de Henares por aquél entonces, recuerda así en sus memorias: 

«Conservo un recuerdo festivo de la proclamación de la República en abril de 1931. Mi hermana Margarita me fue a recoger a casa, me regaló un gorro frigio, me lo puse sin saber bien lo que representaba y nos fuimos al centro de la ciudad, a la Plaza de Cervantes y a la calle Mayor donde había música y muchísima gente festejando la victoria.

 En unas mesas mi hermana me compró una bandera tricolor y una tarjeta con los rostros fosforescentes de Galán y García Hernández y me contó que eran dos héroes republicanos.  Me explicó que primero debía mirar fijamente la tarjeta y después elevar mi vista al cielo. Cosa de magia y para mí casi religiosa, allí, en la atmósfera celeste, aparecían los rostros de los héroes, hasta que se iban desvaneciendo poco a poco. Cuando mi hermana me devolvió a casa, mis padres, asustados, me quitaron y ocultaron la bandera y el gorro frigio. No mucho más recuerdo de aquella alegría popular. Tenía 11 años y no podía imaginarme cuánto me iba a tocar luchar y sufrir en un futuro no muy lejano por aquella República que el pueblo recibió con tanto júbilo». 

2- Fernando Macarro en la Guerra Civil

«La contienda me sorprendió en Alcalá de Henares, donde los militares también se sublevaron. La resistencia del pueblo, ayudada por una columna de milicianos que llegó de Madrid, nos permitió recuperar la ciudad en veinticuatro horas». Así es como describe el joven comunista el inicio de una guerra que duraría tres años durante los cuales llegaría a ir al frente, pese a que tuvo que retirarse de las trincheras debido a su minoría de edad. En este tiempo, Fernando Macarro se dedicó a trabajar para las Juventudes Socialistas Unificadas, de las que sobresalía por ser uno de sus dirigentes.

3-Detención y condena a pena de muerte

A pesar de los diferentes intentos tanto de sus familiares como del Partico Comunista de España (PCE) de hacer desaparecer por un tiempo a Marcos Ana después del fin de la contienda, la policía le acaba apresando en Madrid en 1939. Ello le llevó a ser objeto de insufribles torturas, tal y como las describe en sus memorias: «En este lugar yo fui también bárbaramente torturado con los procedimientos más vejatorios y despiadados. Uno consistía en meterte un gran embudo en la boca y echar agua hasta que te sentías morir con una sensación de ahogo. Otro, colocarte una máscara de gas, con los conductos de oxigenación cerrados, hasta que era imposible soportar la angustia de la asfixia y caías al suelo sin conocimiento».

«Se mataba, fría, sistemáticamente. No era el acaloramiento de las pasiones desatadas»

Ingresó a primeros de mayo de 1939 en la prisión de Porlier. Fue el principio de su larga reclusión: «Miles de hombres y mujeres eran conducidos como rebaños a las cárceles, a los centros de tortura o sacrificados masivamente en improvisados mataderos. Se mataba, fría, sistemáticamente. No era el acaloramiento de las pasiones desatadas. Era un genocidio frío y calculado», explicita en el texto que publicó en 2007. 

Fue condenado a muerte en 1941, tras un juicio sumarísimo en el que el régimen franquista le atribuyó el asesinato de tres personas: un sacerdote, un cartero militante de Acción Popular y un campesino católico. Asó lo relata él: «En mi caso personal quedé impresionado y perplejo por las acusaciones del fiscal. Me hacían responsable de hechos sucedidos en Alcalá de Henares por los que ya habían sido juzgados muchos compañeros y algunos de ellos fusilados. Era la práctica habitual en aquella época confusa, especialmente en los pueblos: imputar a los dirigentes más conocidos la responsabilidad de todo lo ocurrido en el lugar».

4- La vida dentro de la prisión

Por aquél entonces, las cárceles estaban repletas de antifascistas, muchos de ellos viejos conocidos entre sí, otras veces extraños, pero que siempre se encontraban unidos por la misma circunstancia: «Uno de los recuerdos más emotivos de esa época tan dura fue la solidaridad entre los presos que nos llevó a agruparnos por comunas, un movimiento que se fue perfeccionando con el tiempo, para compartir el hambre o el pan entre nosotros», rememora el propio Marcos Ana.

5- Pena de muerte por 60 años de prisión

Un 6 de abril de 1944, en el penal de Ocaña, le llegaría el indulto: «Casi todos los días, al atardecer, leían los telegramas llegados de Madrid con los indultos y conmutaciones»,  recuerda el poeta en sus memorias. Un hecho indescriptible fue el que le sucedió antes de conocer la conmutación de su pena. Su compañero de expediente había conseguido librarse de la muerte la noche anterior, lo que hizo que Marcos Ana pensara que a él no le habían perdonado la vida, y es que la comunicación en la que se recogía que no debía enfrentarse al pelotón de fusilamiento fue leído mucho después de lo debido: «El telegrama había sido secuestrado, un crimen inexpiable, para hacerme vivir y sufrir la última noche de un condenado a morir».

6- Los inicios poéticos

«Fue en una celda de castigo donde inicié una creación adolescente y temblorosa. Los amigos me pasaron lecturas, introduciendo en mi petate unas hojas sueltas con poemas de Alberti, Neruda, Machado… Los leía y releía mil veces. Me los aprendí de memoria y me los recitaba en voz alta, llenando de ritmo y de imágenes la soledad y el silencio de mi celda. Y, en aquel clima, comencé a escribir, o a construir memorizando, sin apenas conocer la carpintería del poema, dejándome llevar por una cadencia musical que subía de mí mismo». Con estas palabras el propio Marcos Ana relata su génesis en la creación literaria, un acontecimiento que le engrandecería tanto dentro de la prisión como de barrotes para fuera y que terminaría condensándose en la antología publicada décadas después Poemas de la prisión y de la vida.

7- Liberación y giras mundiales

El tiempo pasaba y ya en la década de los 60, gracias a la gran presión internacional sobre la situación de los presos antifranquistas, pequeñas victorias como el dormir en literas y no acurrucados unos a otros en el suelo se hacían hueco en una España aún por despertar. Dentro de estos nuevos acontecimientos, a Marcos Ana le llega la noticia de que Fidel Castro había propuesto al Gobierno español un canje por su libertad. Fue ahí, en la prisión de Burgos, donde el militante comunista internacionalizado, aunque él no lo supiera, consiguió la libertad en noviembre de 1961 tras casi 23 años de presidio. 

Tras la capital francesa le seguirían innumerables lugares en los que fue aclamado por miles de personas

París fue la primera ciudad fuera de España que visitó tras conseguir escapar clandestinamente de la dictadura franquista. Tras la capital francesa le seguirían innumerables lugares en los que Marcos Ana fue aclamado por miles de personas. Después de un homenaje de bienvenida en la UNESCO en el que asistieron algunos firmantes del Llamamiento a favor de la Amnistía en Españade la talla de Louis Aragón, Jean Paul Sartre, Simone de Beauvoir o Althuser, llegarían viajes por toda Europa un año después de su liberación, desde Inglaterra hasta Rusia, pasando por Suiza, Italia, Holanda, Bélgica o Rumanía. 

Para ir a América y entrar en contacto con notables camaradas que le esperaban, como fue el caso de Nicolás Guillén, Rafael Alberti, Pablo Neruda, María Teresa de León o el Che, el poeta tendría que esperar hasta el otoño de 1963, ocasión en la que visitaría enclaves como Cuba y otros de América Latina: Brasil, Uruguay, Chile y Argentina, a los que llevar el testimonio de las calamidades que el régimen fascista de Franco aún seguía infringiendo a aquellos que un día lucharon por la libertad en España.

8- Vida Sender y su hijo

«Vida, de ahí su hermoso nombre, era hija de unos viejos anarquistas aragoneses, gente muy entrañable y con ellos y con su hermana más pequeña, siendo una niña, cruzó la frontera francesa al terminar la guerra de España. Era una mujer muy atractiva y una gran persona, a mí me sedujo desde el primer momento. Y sin saber cómo, quizás porque yo salía dispuesto a ‘conquistar la vida’ y como Vida era su nombre, nos enamoramos y terminamos viviendo juntos. Disfrutamos años inolvidables de intenso amor y felicidad». Así describe el incipiente poeta la forma en la que encontró el amor, en Francia.

A pesar de los años que llevaba en libertad no estaba preparado para asumir la estabilidad de una pareja

El enamoramiento fue tan fructífero que tuvieron un hijo, Marquitos, y como Vida Sender estaba divorciada y tenía dos hijos, Marcos Ana se vio en una situación que jamás hubiera imaginado: «A los dos años de salir de libertad, me encontré de pronto, casi sin enterarme, al frente de una familia numerosa. Claro que quien cargaba con el peso de esa responsabilidad —acepta Marcos Ana— era Vida, pues yo me pasaba el tiempo cruzando el cielo sin cesar, de un país a otro». 

A pesar de todo, la abultada mochila del pasado que le habían impuesto hacía más de 20 años y de la que no se podía deshacer Marcos Ana acabó por quebrar la relación. Así es como lo cuenta él mismo en sus memorias: «Hubo un tiempo en el que Vida y yo nos separamos. Había amor entre nosotros, pero la convivencia se fue haciendo difícil por problemas de carácter y por las circunstancias tan especiales de mi vida. A pesar de los años que llevaba en libertad no estaba preparado para asumir la estabilidad de una pareja. Afortunadamente fue una separación civilizada, salvamos del naufragio el respeto y el cariño que había entre nosotros y una amistad que sigue viva y se hace más serena y más profunda cada día».

9- Trabajo por la solidaridad internacional

Asimismo, la vida de Marcos Ana fuera de prisión fue un continuo ir y venir de distintos países en los que acercaba, con su testimonio en primera persona, la realidad sufrida en España. Gracias al Socorro Popular Francés, el militante comunista pudo coordinar la defensa de los procesados por el Tribunal de Orden Público del régimen franquista. Poco a poco, los diferentes comités de solidaridad internacional concienciados con la causa española adquirieron fuerza, consolidándose la creación del Centro de Información y Solidaridad con España (CISE), que presidió Marcos Ana y dirigió Pablo Picasso. Desde este nuevo organismo se promulgarían diferentes comunicados que firmaban personalidades de la cultura a nivel internacional o se coordinaban los actos de protesta alrededor del mundo para reclamar el fin del autoritarismo en España, como ocurrió con el caso de Julián Grimau, Salvador Puig Antich, el de los acusados del proceso 1001 – el juicio contra los dirigentes de las entonces clandestinas Comisiones Obreras– o el proceso de Burgos contra los jóvenes vascos.

10- «El principio del fin»

Este es el título, nada inocente, con el que Marcos Ana termina sus memorias. La muerte de Franco no apaciguó lo más mínimo la fuerza que el escritor aún tenía de seguir luchando. Su autobiografía señala que la represión no terminó en septiembre de 1975 con los últimos ejecutados de ETA y el FRAP, sino que fue más allá, esta vez persiguiendo a todos aquellos que comenzaban a salir a la calle por hacer que la luz entrara dentro de un túnel que duraba ya casi 40 años: «Fue una represión contra la clase obrera y los estudiantes, contra las huelgas y manifestaciones que agitaban el país. La Guardia Civil, la Policía Armada y grupos de pistoleros provocaron en esas fechas más de cuarenta muertos y centenares de heridos», escribe el propio Marcos Ana al final de sus memorias. 

Más tarde, en julio de 1976, llegaría el momento de convocar la primera reunión pública del PCE, que tuvo lugar en Roma debido a la imposibilidad de hacerlo legalmente en Madrid, ya que aún no se había legalizado el partido. El sábado santo rojo, o el 9 de abril de 1977 según el calendario, se legalizaba al Partido Comunista de España. Este hecho, que Marcos Ana recordaba a los 87 años de edad, momento en que rubrica sus memorias, cierra un libro plagado de enseñanzas y solidaridad: «Quedaba mucho trabajo por hacer, porque la libertad es algo más que una hermosa palabra».

Sigue la difícil situación de Haití

La Iglesia de Haití lo tiene claro: “La violencia no tendrá la última palabra”

El obispo Pierre André Duas aporta su visión sobre la situación actual

El obispo haitiano de Anse à Veau, Pierre André Dumas: “La violencia no tendrá la última palabra”. Así lo ha expresado en una entrevista concedida a Vatican News en la que ha explicado la situación actual del país y el papel de la Iglesia católica en él.

Un país en el que, por desgracia, las bandas armadas se han convertido en un grave problema, sobre todo en su capital, Puerto Príncipe, y otras zonas urbanas. De hecho, la situación es tan grave que la ONU está presionando para que se envíe una fuerza internacional, aunque el Consejo de Seguridad aún no ha cerrado ningún acuerdo al respecto.

Salir adelante

“Hay una violencia que afecta a todos los estratos, a todos los sectores de la población, y son los más pobres los que pagan las consecuencias”, ha explicado el prelado, señalando, además, que “a nivel de Iglesia local, intentamos estar entre la gente y tranquilizarla”, trabajando “para que haya muchos lugares donde escuchar, compartir y dialogar, y para que la gente recupere la confianza”.

“Durante mucho tiempo, Haití ha vivido una situación política extremadamente delicada. No había estabilidad y toda la dinámica del sector turístico estaba un poco rota. Ahora, creo que hay que acompañar más al pueblo haitiano, no decidir por él y hacer que las soluciones vengan de dentro”, ha señalado el obispo, convencido de que, ante esta situación, “el pueblo debe asumir su responsabilidad, convertirse en protagonista de su propia historia y aceptar allanar el camino a las generaciones futuras. Siempre que se impone una solución desde fuera, dura un tiempo y luego vuelven a aparecer los problemas originales”.

Sudán. La importancia geopolítica del conflicto actual

Resumen Latinoamericano

El 15 de abril de este año, comenzó una confrontación armada entre las Fuerzas Armadas de Sudán (SAF, por sus siglas en inglés), comandadas por el también actual líder general Abdel Fatah al Burhan y la formación paramilitar Fuerzas de Respuesta Rápida (RSF, por su siglas en inglés) bajo el mando de Mohamed Hamdam Dagalo, conocido también por su sobrenombre Hemedti, socio «junior» de la coalición que de facto gobierna al país desde finales de octubre de 2020, luego de un golpe de Estado llevado a cabo por el SAF, con apoyo de las RSF contra el Consejo de Transición propiamente, en octubre de 2022.

Tras el derrocamiento del gobierno de Omar al Bashir, en abril de 2019 en el que el país pasó a manos de un consejo de transición conformado por cinco militares y cinco civiles, estos últimos representantes de las clases profesionales de las principales ciudades, Jartúm (la capital) y Omdurman (la segunda ciudad), con lo que se pudiera decir una formación bajo la horma occidental más que una representación efectiva de las complejas y diversas fuerzas políticas del extenso, a pesar de balcanizado, país.

Ambas figuras, hasta hace nada aliadas, conformaban el Consejo Soberano, encabezado por al Burhan. Al menos, en principio, la entidad encargada de dar los pasos a «la transición» hacia un gobierno civil basado en el Acuerdo Marco firmado en diciembre de 2022 y promovido por la ONU, Estados Unidos e Inglaterra. No obstante, el factor que condujo al conflicto está directamente relacionado con la manera en que se estableció el acuerdo y las presiones, en un marco temporal sumamente corto, para que las RSF se asimilasen a la estructura formal del ejército sudanés.

Esto, en la superficie, degeneró en el enfrentamiento armado de ambas formaciones por casi 15 días en plena capital, donde una serie de roces enturbiaron las discusiones entre ambos escalando hasta la actual confrontación armada, de forma traumática, no sólo por lo que de suyo representa hasta ahora con su alta cifra de muertos, heridos, desplazados y destrucción sino que se dan, a diferencia del patrón histórico habitual, en plena capital en vez de en las acostumbradas periferias geográficas (Darfur, Kondorfán, el Nilo Azul o las montañas nubias)*.

Al corte de caja del 2 de mayo se dio la noticia de un cese al fuego de siete días promovido y transmitido por un comunicado del ministerio de exteriores de Sudán del Sur, mediado por Salva Kiir, su presidente, quien conversó directamente con ambas partes anunciando también el inicio de diálogos entre las partes en Riad, Arabia Saudita bajo el formato del IGAD, acrónimo de la Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo de África Oriental.

Los combates han sido particularmente cruentos puesto que se han librado fundamentalmente en zonas residenciales más allá de una que otra base militar, en las que las RSF se han atrincherado también en hospitales y otros edificios civiles. La ONU ya comienza a hablar de 100 mil desplazados hacia otros países vecinos, con el riesgo de que ascienda a 800 mil, con su consiguiente número de muertos y heridos, además de los daños materiales. Mientras tanto, en regiones volátiles como Darfur, el conflicto se traslada reflejando en gran medida parte del cuadro sociológico que se proyecta en la capital.

EL TRASFONDO

La matriz básica y promovida, como de costumbre, se limita, en esencia, a la pugna de poder entre el SAF y las RSF, puesto que este último, una estructura paramilitar que emergió y se consolidó tras la guerra de Darfur con Hemedti como su líder es de suyo un actor de poder.

El presunto punto principal del desencuentro radica, según dicen, en el tiempo en el cual se daría la asimilación, con al Burhan apostando a un periodo de dos años mientras que Hemedti, de diez.

Imposible ahondar en ello, pero se hace obligatorio apuntar, al menos, que en la turbulenta historia de Sudán, con sus periódicos ciclos de intentos de unidad, choque por diferencias con el subsiguiente golpe de Estado que conduce al país a décadas de gobierno militar expresan también las diferencias estructurales de la relación centro-periferia en la cual en el primero se encuentra la elite ribereña (por el Nilo) y en segundo, el resto de expresiones regionales.

En la primera se concentran los principales centros de poder, riqueza y control sobre los recursos, una impronta que ha evolucionado de esta manera desde la colonia, pasando por la descolonización y permaneciendo en ese estatus por décadas mientras que en la segunda, encarnada en este caso por Hemedti, una de las expresiones regionales, tratándose de un líder militar que proviene de clanes árabes de Darfur.

Esa división histórica tiene una modificación con el ascenso al poder de las RSF que de suyo, con su líder, fueron adquiriendo su propio lugar levantando su propia estructura de poder. Estructura que replicaba la ya instalada por las fuerzas políticas de Jartúm basados en un consenso militar-empresarial en donde mediante industrias, firmas comerciales, y el poder político administran los distintos flujos de renta y riqueza. En el caso de las RSF esto se ha manifestado mediante la extracción de oro pero también en los servicios militares que ofrecen como compañía militar privada, mercenarios, que tuvieron una importante cuota de mercado en la agresión saudita y emiratí en Yemen, al servicio de estos últimos dentro de la Coalición que desde Adén se enfrentaba a los Hutíes y el ejército yemení.

En pocas palabras, se trata de un actor con un peso político y militar específico que no puede ser ignorado ni nariceado, luego de que durante los años inciertos que van de 2019 a nuestros días, han logrado establecer un juego de poder que replica al de la élite ribereña, quienes ven con malos ojos a Mohamed Hamdam Dagalo – Hemedti por no representar los círculos tradicionales y considerarlo un arribista.

Pero, por supuesto, esto en sí mismo no tendría por qué explicar el desequilibrio provocado que ha conducido a las hostilidades abiertas entre ambos, tal como quisiera fotografiar el «sentido común» de los medios mainstream. En el fondo dos elementos fundamentales operan: en primer lugar la reciente mediación/actuación de la ONU y los actores occidentales, por el otro los múltiples y complejos vectores geopolíticos en juego que además atestiguan los dramáticos movimientos regionales pero también globales, primero en el mundo árabe y, segundo, en el proceso de conformación de la multipolaridad.

Sudán, otrora el país más grande de África y entre los primeros del mundo, desde su independencia formal en 1956 siempre ha estado en la mira de las dinámicas del poder geopolítico en donde juegan una serie de factores de división y un juego muy pesado en materia de intervención extranjera. Tampoco existe espacio para glosar la división norte-sur que condujo a la balcanización del país en 2011 con un sur subsahariano, agrario y cristiano/animista (donde se encuentra 75% de las reservas petroleras, ahora en manos de Sudán del Sur) y el norte árabe, islámico con la mirada puesta en esa dirección.

Lo cierto es que al menos hasta 2019 la alineación sudanesa en sus relaciones internacionales reproducía una serie de posiciones que se alinearon primero con Irán (con quien posteriormente rompe relaciones en 2016) ubicándose luego en la órbita arábiga, lo que implicaba el no-reconocimiento del estado de Israel sien, o, además, un promotor activo (hasta hace unos años) incluso con apoyo militar a la causa palestina. No obstante, el proceso de realineación que se ajustó a las estipulaciones saudíes, emiratíes y egipcias por un lado, a la dinámica del Cuerno de África por el otro, lo fue conduciendo a una posición distinta.

Aquí también operaron en sus distintas etapas las consecuencias del régimen de sanciones impuesto por Estados Unidos tipificando a Sudán como país promotor del terrorismo y con Darfur a sus gobernantes por crímenes de guerra procesados por la Corte Penal Internacional; la producción y extracción de commodities más allá del petróleo (en particular el oro) toda vez que se trata de un país pletórico en recursos hídricos y minerales, además de una posición geográfica decisiva, de cara al Mar Rojo y al Estrecho de Bab el Mandeb.

Todos estos elementos se le hacen imposible a todos los grandes poderes hacerse la vista gorda. Desde 2019 hasta nuestros días se han provocado diversos virajes de importancia y con su innegable serie de consecuencias. Por un lado, existe una relación particular con Egipto desde los tiempos coloniales. Por el otro, los distintos círculos militares y económicos ejercen sus propios esquemas de relaciones con los jugadores pesados del Golfo Pérsico, donde Arabia Saudita tiene un papel preponderante (cercano, en este caso, a al Burhan y el SAF), pero en el que no se pueden escapar ni el rol de los Emiratos (en los cuales Hemedti goza de una relación privilegiada), toda vez que aquí también influye el juego de otros actores como Turquía y Qatar, representando de suyo otra corriente islamista que hasta hace poco se encontraba en una situación agria respecto a Riad y Abu Dhabi.

Pero, además, el principal socio comercial de Jartúm sigue siendo China, goza de buenas relaciones con Rusia y desde que las potencias occidentales interiorizaron que no podían lograr establecer del todo, o al menos como querían, un gobierno civil bajo la horma liberal (excluyendo la infinidad de matices y dinámicas interconectadas) más «western friendly».

Aún así, Sudán ha dado pasos dramáticos en el proceso de apertura hacia esa dirección, reabriendo una embajada estadounidense tras 25 años de no tenerla mientras que, aún más dramático, estableciendo una hoja de ruta activa en el reconocimiento del estado de Israel bajo el paraguas de los Acuerdos de Abrahám que promovió la administración Trump mediante los cuales los países árabes emprenden el proceso paulatino de reconocimiento a Tel Aviv.

Es en función de ese acto de reconocimiento por el que Estados Unidos levanta el régimen de medidas coercitivas unilaterales quitándole a Sudán el estatus de país promotor del terrorismo. Como de costumbre, estas decisiones nunca vienen solas y con esa compuerta ingresa a la dinámica del país todo el rosario de mecanismos no solo de intervención y cooptación, sino las lógicas del esquema liberal occidental y también el «orden basado en normas».

Así, la principal causa del actual conflicto no se puede circunscribir a una vulgar pugna de poder entre al Burhan y Dagalo, no sólo aliados político-militares sino amigos, como a la actuación «mediadora» en este caso de la ONU.

Si por un lado Hemedti y las RSF buscan preservar instancias de poder en el lugar que paulatinamente construyó y que por lo tanto propugna por su reconocimiento, por el otro se refleja la lógica simplificadora, ansiosa y básica de los tótems liberales de la formación de un nuevo gobierno bajo «administración civil», la «transición a la democracia» y las «elecciones libres» como elementos sine qua non para la «normalización» de Sudán. En el centro de esto opera el enviado de la ONU, Volker Perthes, un «think-tanker del establishment alemán, encendido por la ideología neocon».

Concentrando las presiones, como se reflejó en la última reunión del organismo multilateral el 15 de marzo, en la transición del poder y la conformación del gobierno civil, en lugar de considerar las distintas dinámicas, matices y procesos sociopolíticos en curso generando las condiciones básicas para conducir un proceso exitoso, el poco vuelo diplomático exacerbó la crisis en vez de contribuir al establecimiento de pasos que garantizaran la estabilidad en el rumbo de lo discutido, confirmando, según el decir de M.K. Bhadrakumar, la preferencia del actual secretario general de la organización, Antonio Guterres, de enviar actores angloeuropeos a los focos críticos «donde están en juego los intereses geopolíticos occidentales».

La poca altura diplomática es sin lugar a dudas una de las causas principales de la intensificación de este conflicto, mas no necesariamente la única. Pareciera haber sido una sorpresa así como motivo de apuro y alarma, para todos los actores implicados sin excepción dado lo cacofónico, a veces errático, de las distintas iniciativas de mediación y los distintos desplomes de cese al fuego. A este último que se le estableció lo precedía uno en el marco del Eid al Fitr, el final del mes sagrado del Ramadán que sencillamente ninguna de las partes cumplió.

No obstante, un examen con algo de aumento incrementado permite vislumbrar una serie de vectores no menores.

LOS MOVIMIENTOS GEOPOLÍTICOS MÁS ALLÁ DE LA SUPERFICIE

Conviene apuntar de primero la presión que dentro de los requisitos occidentales juega la transición a un gobierno civil contemplado en el reconocimiento de Israel como quid pro quo para el levantamiento de las sanciones, mientras que en el centro de esta exigencia se encuentra, del lado de Tel Aviv, el que dicho reconocimiento no provenga de un gobierno militar. Pero en el centro de esta jugada, se ha dicho, se contraviene de suyo todas las dinámicas intrínsecas e históricas de la administración del poder, los recursos y el dinero, lo que incluiría la alineación en materia de relaciones internacionales del país. Proceso que no se resolvería por arte de magia liberal.

Luego, en un plano más constante, están las relaciones propias relaciones con los actores regionales de mayor poder e influencia económica: Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos. En la última década, Sudán se ha embarcado en las distintas agendas internacionales de estos países mientras que se establecen acuerdos de naturaleza comercial, infraestructural y económica.

A pesar de que Jartúm no tuvo una posición al calco y rajatabla respecto a la guerra contra Siria (como por ejemplo no apoyar la expulsión del país levantino de la Liga Árabe), su posición no contravenía la de Riad o Abu Dhabi. Igualmente, y de forma más clara, se manifestó en Yemen, mientras que asumía una de carácter intermedio con Qatar y Turquía, otros actores políticos y económicos de importancia pero en la órbita ideológica de los Hermanos Musulmanes en oposición a las del sistema saudita, con su banca islámica, sus madrasas y sus organizaciones caritativas.

Precisamente esto condujo a Sudán a seguir la pauta (también lo hizo Chad) de sumarse a los Acuerdos de Abrahám, como uno de los primeros movimientos del gobierno de transición que emergió de la caída de al Bashir en 2019.

En el medio de esto están las propias apuestas saudíes y emiratíes, algo que ha supuesto de suyo el reajustarse a la nueva orientación que han tenido estos países en materia de estilo diplomático, políticas de resolución de conflicto y adhesión a la propuesta económica en torno a los BRICS con el petroyuan como centro gravitacional emergente. Países que de haber emprendido posiciones beligerantes y aventuras de intervención extranjeras fallidas (Siria, Yemen e Irán) que ahora bajo nuevos auspicios se realinean y que este conflicto suponen una nueva nueva prueba de sus capacidades diplomáticas, resolutivas y comerciales.

Durante la administración Trump, el Departamento de Estado en vez de asumir una política directa con Sudán decidió delegar todos los mecanismos de esta naturaleza, precisamente, en estos aliados históricos (incluyendo a Etiopía) en lugar de la acción directa, algo que había comenzado a modificarse con el ejercicio de la administración Biden, que tampoco establece una política particular y clara más allá de los postulados habituales ya mencionados.

Los intereses geoeconómicos de las potencias regionales árabes son intensos, y la posición más o menos general sobre este conflicto, en particular para Riad, es de una resolución rápida, ahora con tanto en juego. El Mar Rojo juega un papel preponderante en los proyectos de transición del príncipe Mohamed Bin Salman con su mega proyecto de ciudad del futuro, NEOM, asentado en la costa norte del país. Además de esto, Riad ha creado dos zonas económicas especiales precisamente en esa línea costera con Sudán como parte de su estrategia de transición económica y energética.

Por otro lado, los Emiratos, hasta ahora más cercanos a Hemedti, forma parte del grupo conocido como el «Quad» junto a Estado Unidos y Reino Unido en apoyo a una transición democrática en Sudán. Pero incluso se considera que dentro de ese cálculo de apoyo un conflicto de esta magnitud no estaba considerado o deseado dentro de su mano de cartas, puesto que su propia inversión multimillonaria en proyectos de agricultura y en una cadena de interconexión marítima se encuentra igualmente comprometido.

En el medio de esto, Egipto, por un lado alineado a Riad, también tiene sus propios intereses y preocupaciones, manifestando su apoyo a un ejército nacional unificado, por lo tanto favoreciendo la posición de al Burhan pero también promoviendo una inserción coherente de las RSF a las estructuras estatales.

Luego, no menos importante y en gran medida un factor visible, está la propia relación con la Federación Rusa. En febrero el canciller Sergei Lavrov realizó una visita a Sudán donde se reunión con ambas partes dejando claramente establecido su papel a favor de la estabilidad política en el país, cosa que se reflejó en el comunicado de su cancillería el propio 15 de abril, cuando comenzaron las hostilidades, donde conminaba a las partes a manifestar voluntad política y encontrar una solución política al conflicto.

Si Moscú tuviese algún interés en provocar un desencuentro que derivase en las armas no hubiese reactivado en septiembre del año pasado un acuerdo de 2017 donde se contemplaba la construcción de una base naval de la armada rusa en Port Sudan, en el Mar Rojo, cosa que no provocó ninguna estridencia en los que para entonces eran el mando político del país y que hoy se enfrentan.

Pero esto nos lleva directamente al comentario/amenaza que enunció el cuasi flamante embajador de los Estados Unidos en Sudán tras 25 años de hiato de representación diplomática, cuando a finales del propio septiembre declaró en una entrevista que «todos los países tienen el derecho soberano de decidir con cuáles países asociarse, pero estas elecciones, por supuesto, tienen consecuencias», advirtiendo en la misma entrevista que esa decisión podría aislar a Sudán «en un momento en el que los sudaneses quieren acercarse más a la comunidad internacional».

Vale destacar que Hemedti estaba el 22 de febrero de 2022 en una visita oficial en Moscú, el día que Moscú le dio inicio a la Operación Militar Especial (OME), en Ucrania.

Otro filón que ha acompañado a la versión simplista del conflicto ha sido la de un presunto «acuerdo» entre la (para occidente) controversial compañía militar privada Wagner que presuntamente realizó un acuerdo con Hemedti y las RSF, convirtiéndose en uno de los motivos por el cual Estados Unidos e Inglaterra convocan al Consejo de Seguridad, internacionalizando aún más el conflicto (¿occidentalizándolo?) en aras de inhibir las posibles vías de solución con actores regionales.

Pero es que, además, la archi-halcona Victoria Nuland estuvo en Sudán el 9 de marzo de este año para discutir sobre la «transición democrática». A esto se le debe agregar que desde 2011, el año en que se divide Sudán en dos la NED y la USAID han incrementado considerablemente su presencia en el país, sugiriendo un poco la composición tecnocrática y oenegera del gobierno de transición de primera hora en 2019.

EL CONFLICTO Y EL EQUILIBRIO INESTABLE: CONCLUSIONES

Al recrudecer el conflicto en la capital sudanesa un número considerable de delegaciones diplomáticas (incluyendo la venezolana) comenzaron a evacuar su personal. Una revelación no desdeñable fue el descubrimiento de la cifra que compone el «personal diplomático» de la embajada de Estados Unidos, una planta de 70 funcionarios. Una cifra altísima para un país que no goza de relaciones políticas y comerciales intensas con Washington.

Para ponerlo en perspectiva, la delegación estadounidense en Ucrania la compone una nómina de 71 funcionarios, más allá de los elementos militares fuera del encuadre diplomático formal. Y hablando desde ese mismo encuadre, volviendo a Sudán, atrás quedaron tras la evacuación 16 mil ciudadanos estadounidenses, algo que no hace falta leer tan entrelíneas para entender ahí un potencial conflicto internacional y materia prima para la intervención directa.

Más aún cuando la única explicación para una embajada con un número tan alto de funcionarios no encuentra su explicación precisamente en el interés político formal, sino que se hace imposible de especular que esto hable más de una base de inteligencia avanzada que un ejército de actores comerciales.

El cuadro político interno en Sudán puede parecer frágil y complejo, aún más cortesía de occidente, pero eso no lo hace menos dinámico, aún menos cuando se pone en perspectiva los numerosos juegos internacionales en los que Jartúm, con su choque de vectores internos, ha decidido emprender.

Sean cuales sean las razones que pueden considerarse en la naturaleza de las decisiones de apertura tanto a oriente como occidente por parte de Sudán en el marco de este proceso ciertamente de transición política, cuya sustancia y contenido está en el meollo del conflicto según puede concluirse, independientemente de los más que guiños a Israel y Estados Unidos tiene aún más peso el otro frente.

Sudán no sólo se acomoda al realineamiento político en el Medio Oriente en el cual China (el principal socio comercial del país del Cuerno de África) ha emprendido mediante acuerdos de paz y transformaciones profundas en materia de comercio e inversión, sino que se encuentra entre los últimos 19 países que se postularon para incorporarse al BRICS+ en días recientes, estableciendo claramente la impronta que también se ha venido reflejando no solo en los proyectos económicos y portuarios de los países del Golfo sino también con los de infraestructura a gran escala en materia hidrológica y ferroviaria bajo la misma lógica ganar-ganar de la Franja y la Ruta.

Frente a esto, el 23 de abril, el presidente Joe Biden anunció una Resolución de Poderes de Guerra a las presidencias del Congreso y el Senado que habilita a Estados Unidos a desplegar tropas en Sudán, Yibuti y Etiopía, aproximadamente hace diez días antes de donde nos encontramos ahora, como que si eso explicara la función que pueden tener aquellos presuntos 16 mil ciudadanos de su país en Sudán, a los que se le deben agregar en los otros países, en particular Etiopía, que por poco degenera, también, en una guerra civil entre el gobierno y fuerzas proxy de las regiones Tigray.

El otro foco de potencial conflicto lo representa el trasvase en Darfur tanto de lo que ocurre en las principales ciudades, en particular en Jartúm, toda vez que la propia dinámica regional supone un riesgo en el que se desborde mediante alianzas, clanes y otros vínculos hacia las fronteras de Chad y Libia, suponiendo el peligro de un escenario de caos violento aún mayor.

Con un resultado de pronóstico donde queda claramente establecido por qué Sudán importa tanto en la apuesta multipolar y el Sur Global, emerge una pregunta: ¿Cuánto de pase de factura se está expresando aquí de Estados Unidos a Arabia Saudita luego de sumarse de forma contundente y dramática al cambio de paradigma que rápidamente emerge este año rumbo a la desdolarización?

Catástrofe y pesadilla en Sudán

Sacerdote mexicano en Sudán: «Siento miedo, impotencia, tristeza, coraje pero, sobre todo, esperanza»

Misionero mexicano en Sudán

Por razones de seguridad y prudencia, el sacerdote mexicano ha preferido omitir su nombre y detalles de su ubicación

«Soy misionero en el Norte. Desde el 2000 llegué a la capital. En el 2009 la división del país me obligó a pertenecer al Sur, pues la misión en la que trabajaba se encontraba del otro lado de la línea en disputa»

«El conflicto que ocasionó la independencia de Sudán del Sur fue uno de los más largos, sangrientos y tristes en la historia de este país africano. Una guerra civil entre el Sur -en su mayoría cristiano animista-, y el Norte, arabo-Islámico»

La población en el Norte es joven. Los niños y jóvenes no habían tenido experiencias bélicas similares a ésta, no así los niños en el Sur, generaciones que crecieron con las hostilidades del Norte, con bombardeos a sus aldeas y pueblos

Hoy le toca al Norte vivir esta pesadilla. La población que más está sufriendo esta guerra sin sentido es la infantil

Como mexicano, sigo con tristeza también el deterioro social y de seguridad en México. A donde quiera que vaya, ahí estarán hombres y mujeres, sistemas y estructuras que no respetaran la dignidad humana y justificaran sus medios para lograr sus fines.

Recemos y actuemos responsablemente por una sociedad más justa, más humana donde sea que nos encontremos

(DLF).-  Por razones de seguridad y prudencia, omito nombres personales y detalles de ubicación.

Desde 2011, el mapa geográfico mundial distingue un nuevo país: Sur Sudán, una región que se independizó de Sudán, país cuyo territorio geográfico era el más grande de África del norte, con 2 millones 600 mil kilómetros cuadrados. Hoy por hoy, vivo en Sudán o Sudán del Norte. En mi experiencia misionera de más de 20 años, tres los he trabajado en Sur Sudán, el resto en Sudán en el norte.

Un pasado sangriento

El conflicto que ocasionó la independencia del Sur fue uno de los más largos, sangrientos y tristes en la historia de este país africano. Una guerra civil entre el Sur -en su mayoría cristiano animista-, y el Norte, arabo-Islámico.

Una vez lograda la independencia, todos los residentes sureños fueron prácticamente deportados; sin embargo, pocos permanecieron en el Norte, haciendo que la presencia cristiana en este país musulmán fuera todavía menor.

La Iglesia llevó al Sur los seminarios, mayor y menor, aunque el clero local y algunos institutos religiosos seguimos presentes en el Norte, dando servicio pastoral a los pocos cristianos que continúan esparcidos por el país, y servicio humanitario al resto de la población, en las áreas de educación, salud y desarrollo humano.

En todo este largo caminar, la Iglesia ha estado muy de cerca con la población sufriente, no solamente dando asistencia humanitaria durante los años de guerra, sino también formativa; se abrieron escuelas y universidades para formar un liderazgo humanista, profesionales y catequistas que construyeran una mejor sociedad.

Ahora aquí en el Norte seguimos con la misma visión y misión dando, sobre todo en nuestro trabajo humanitario, atención a toda la población a través de nuestras instituciones educativas y sanitarias. Y por supuesto, atención pastoral a nuestras comunidades cristianas.

Yo dirijo una secundaria y preparatoria con más de mil alumnos, y vivo en la única parroquia católica en esta extensa región, es un estado entero del país, probablemente equivale a una diócesis mexicana.

La crisis actual en el Norte

La división del país no solucionó problemas estructurales. Ambas partes arrastraron problemas internos. En el Sur, guerrillas tribales y confrontaciones por el poder político siguen azotando a la población. En el Norte, la población se cansó de la dictadura militar de más de 30 años. Un movimiento civil, con la ayuda del ejercito oficial, depusieron al “presidente” en el 2019.

Sin embargo, la nueva administración, con la promesa de una transición a un gobierno civil democrático, se apoyó en el ejército oficial y se creó un cuerpo paramilitar; la intención era que este cuerpo sería integrado al ejercito oficial en un determinado tiempo.

Pero el ejército oficial dio un golpe de Estado, asumiendo otra vez una administración militar. La población ha demostrado su descontento con manifestaciones regulares a lo largo del país, pues se sintieron traicionados. Estas manifestaciones han sido duramente sometidas.

De nuevo las armas

El pasado 15 de abril, a las nueve de la mañana, mientras en todo el país se vivía la vida ordinaria, fuertes confrontaciones bélicas se desataron sobre todo en la capital de Sudán del Norte, confrontaciones entre la facción paramilitar y el ejército oficial.

Ese día también hubo confrontaciones en las ciudades estratégicas a lo largo del país. Las dos facciones se culpan una a otra de haber iniciado el conflicto. Hasta ahora estas confrontaciones han provocado un desastre sin precedentes en la capital y una crisis humanitaria.

«Muchos religiosos extranjeros han abandonado el país. Las dos facciones contendientes, como la población, a falta de orden, y al ver nuestras instituciones desprotegidas, las han saqueado, incluso la Catedral misma»

No se han respetado las treguas, los servicios públicos y sanitarios han colapsado. Miles y miles de capitalinos han arriesgado sus vidas tratando de escapar hacia los países vecinos. La Iglesia ha sido muy afectada en la capital.

Muchos religiosos extranjeros han abandonado el país. Las dos facciones contendientes, como la población, a falta de orden, y al ver nuestras instituciones desprotegidas, las han saqueado, incluso la Catedral misma.

El Obispo se encuentra en mi comunidad, llego solo un día antes de que se desatara el conflicto para celebrar las confirmaciones. Ahora desde aquí sigue con tristeza e impotencia los acontecimientos en su diócesis.

La Iglesia, en este conflicto, es víctima; sin embargo, desde nuestras posibilidades tratamos de apoyar a la población sufriente; nuestras escuelas aquí se han convertido en albergues para todos los que están tratando de salir vía marítima.

Pero este 1 de mayo hemos iniciado las labores escolares regulares, tuvimos que improvisar tiendas para la gente que se albergó en nuestras escuelas, normalmente están saliendo del puerto después de tres o dos días de procedimientos diplomáticos y administrativos.

La Iglesia y su aporte educativo a la comunidad musulmana

El Sur es en su mayoría cristiano y animista, por eso creo que la figura del Papa Francisco y sus propuestas tengan cierta resonancia en aquella región, no así aquí en el Norte, una república oficialmente islámica.

Sin embargo, la presencia de la Iglesia Católica acá tiene cierto peso precisamente por las instituciones educativas y sanitarias que administramos. Es así que como Iglesia podemos ofrecer alternativas de formación y servicio a la población a pesar de ser en su gran mayoría musulmana.

«La comunidad internacional no ha sido contundente ni proactiva en propuestas de diálogo. Se ha limitado a acciones de evacuación de sus connacionales. Es muy notable la ausencia de acción diplomática de las potencias internacionales, especialmente la del Norte de América»

La comunidad internacional no ha sido contundente ni proactiva en propuestas de diálogo. Se ha limitado a acciones de evacuación de sus connacionales. Las dos facciones contendientes están siendo apoyadas por fuerzas extranjeras que tienen intereses políticos en la región. Es muy notable la ausencia de acción diplomática de las potencias internacionales, especialmente la del Norte de América.

Sudán vive una pesadilla

La población en el Norte es joven. Los niños y jóvenes no habían tenido experiencias bélicas similares a ésta, no así los niños en el Sur, generaciones que crecieron con las hostilidades del Norte, con bombardeos a sus aldeas y pueblos.

Hoy le toca al Norte vivir esta pesadilla. La población que más está sufriendo esta guerra sin sentido es la infantil. Todas las instituciones educativas en la capital están interrumpidas; escuelas y universidades han sido afectadas en sus estructuras. En general se vive una catástrofe.

Por eso el éxodo de civiles, tratando de encontrar una vía de escape. Hasta hoy no se ve un posible escenario de paz, por el contrario, ahora, sin ley ni orden, el vandalismo se une a los destrozos de la guerra.

Como dije antes, yo soy misionero en el Norte. Desde el 2000 llegué a la capital. En el 2009 la división del país me obligó a pertenecer al Sur, pues la misión en la que trabajaba se encontraba del otro lado de la línea en disputa.

«La población en el Norte es joven. Los niños y jóvenes no habían tenido experiencias bélicas similares a ésta, no así los niños en el Sur, generaciones que crecieron con las hostilidades del Norte, con bombardeos a sus aldeas y pueblos. Hoy le toca al Norte vivir esta pesadilla»

Ahora tuve la oportunidad de regresar al Norte, siendo la misión la única parroquia católica en una gran región en la costa del Mar Rojo. Por supuesto me tocó vivir el éxodo de Sureños en el Norte, siendo deportados al Sur, ocasionando crisis sociales y humanitarias en el Sur, con inmensos campos de refugiados en las fronteras con los países colindantes con el Sur.

La Iglesia en el Sur y los institutos religiosos han jugado hasta hoy un rol importante en la asistencia de emergencia y sustentable en el Sur.

Dos realidades con conflictos propios

El Norte y el Sur son ahora dos realidades y entidades geográficas con sus propias demandas sociales y políticas, con cierta diferencia, incluso cultural y religiosa.

El Sur está siendo asistido por diversas organizaciones no gubernamentales. También la Iglesia, como institución, apoya a través de organizaciones como Cáritas, Save the Children, Manos unidas, etc.

Acá en el Norte el escenario de cooperación internacional es muy precario, tal vez por las restricciones y sanciones internacionales al país. No hay presencia significativa de organizaciones no gubernamentales, excepto por algunos proyectos en el área sanitaria del gobierno italiano.

Cuando estuve en el Sur, viví en carne propia las hostilidades del Norte, fui testigo de bombardeos a aldeas y de saqueos por parte de sicarios apoyados por el Norte para desestabilizar la región. Varias de nuestras misiones fueron destruidas, ya sea por bombardeos o por los sicarios.

La espiritualidad comboniana

Mi última misión en el Sur fue borrada literalmente a un año de mi destinación a la provincia mexicana. ¿Que sentía entonces y que siento hoy en este nuevo conflicto?

Un aspecto de nuestra espiritualidad Comboniana es hacer causa común en la misión que nos encontramos, y eso es precisamente los que siento, siento lo mismo que la gente tanto en el Sur como en el Norte siente: miedo, impotencia, tristeza, coraje, pero sobre todo, siento esperanza.

No nos damos por vencidos; siempre que haya una posibilidad hay que aprovecharla, hoy aquí en esta ciudad, lejos del conflicto, pero en una paz que puede ser frágil y volátil, nos aferramos a la convicción de que este pueblo merece una vida que valga la pena, y nuestra presencia representa esa posibilidad, no podemos negar al pueblo sudanés esto poco que ofrecemos.

«Siento lo mismo que la gente tanto en el Sur como en el Norte siente: miedo, impotencia, tristeza, coraje, pero sobre todo, siento esperanza»

Un llamado a la comunidad internacional

Mi llamado a la comunidad internacional es que se deje de lado los intereses de hegemonía regional, política y comercial, y que vuelquen su mirada a la gente, pues tengo la impresión de que a falta de intereses, cuales quiera que fuesen, abandonan al pueblo en sus propias circunstancias, esto es una actitud muy egoísta e irresponsable.

«A donde quiera que vaya, ahí estarán hombres y mujeres, sistemas y estructuras que no respetaran la dignidad humana y justificaran sus medios para lograr sus fines»

Como mexicano, sigo con tristeza también el deterioro social y de seguridad en México. Ahora que estuve de vacaciones no había sentido miedo al andar por las calles de mi ciudad. Creía que haber vivido situaciones límite y extremas de terrorismo y guerra en África me habían preparado para soportar “cualquier” situación.

Pero me equivoqué, no me puedo acostumbrar a la muerte y destrucción. Las ejecuciones y enfrentamientos que dejan víctimas mortales en mi vecindario me hacían querer regresar a África, escapar de situaciones amenazantes… pero a donde quiera que vaya, ahí estarán hombres y mujeres, sistemas y estructuras que no respetaran la dignidad humana y justificaran sus medios para lograr sus fines.

Recemos y actuemos responsablemente por una sociedad más justa, más humana donde sea que nos encontremos. Un fuerte abrazo y saludos desde este lugar en la costa del Mar Rojo…

Ante el cambio sobre el Sahara Occidental

Carta a Pedro Sánchez: “La sociedad civil no abandonará al pueblo saharaui”

La Coordinadora Estatal de Asociaciones Solidarias con el Sáhara señala la sumisión del presidente del Gobierno, que cede a los chantajes de Marruecos.
En una carta a Pedro Sánchez, CEAS afirma que las relaciones con Marruecos no pueden ser a costa del legítimo derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación e independencia.

La Coordinadora Estatal de Asociaciones Solidarias con el Sáhara (CEAS-Sáhara) afirma que la sociedad civil española nunca abandonará al pueblo saharaui, al que ni traicionará ni antepondrá los beneficios económicos en detrimento de sus derechos.

Es el mensaje que CEAS-Sáhara ha enviado al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al que recrimina el “inesperado y unilateral viraje” por el que apostó sobre el Sáhara Occidental y que dinamitó “un consenso histórico en todo el arco parlamentario”.

En una carta abierta, la Coordinadora dice al presidente del Gobierno que en su comparecencia del 19 de abril en Congreso de los Diputados quedó patente, una vez más, su soledad y la de su partido ante el cambio sobre el Sáhara Occidental.

Se recuerda que fue acusado por todos los partidos, “de manera absolutamente justificada”, de `sumisión´ y de ceder a los `chantajes´ de Marruecos, y que las `excelentes´ relaciones con Marruecos “no pueden ser a costa del legítimo derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación e independencia”.

CEAS hace referencia. a la afirmación que hizo Sánchez referente a que `España no está sola´ en la postura que mantiene sobre el Sáhara Occidental ya que 11 países de la Unión Europea sostienen la misma opinión, entre ellos Alemania o Francia, y que la propuesta defendida por Marruecos `está reconocida en las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU´.

Aclara que este argumento no es nuevo y que fue difundido por un periódico afín a la Casa Real marroquí en octubre de 2022, recogiendo el discurso reiterado una y otra vez por el ministro de Asuntos Exteriores marroquí, puntualizando que sobre esta base justificó un giro “rechazado por las Cortes Generales españolas y condenado en los términos más enérgicos por la sociedad civil española”.

Concreta CEAS que ninguno de los 11 paises ha llegado tan lejos en sus posicionamientos como España, ni ha calificado la propuesta marroquí como la “más seria, creíble y realista” (palabras de Sánchez en la carta que mandó al rey de Marruecos, Mohamed VI), ni siquiera Francia o Alemania, países que no ostentan la consideración jurídica de potencia administradora del Sáhara Occidental.

Se recuerda a Sánchez que Josep Borrell, Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, declaró recientemente que la Unión aboga por “ la realización de una consulta para que sea el pueblo saharaui quien decida cómo quiere que sea su futuro”.

“El énfasis introducido en la carta que usted dirigió al rey de Marruecos supone una desviación total del camino seguido por la política exterior española en más de medio siglo. Además, es de especial gravedad teniendo en cuenta que España es la potencia administradora del Territorio No Autónomo del Sáhara Occidental”, puntualiza.

“La sociedad civil española –agrega- nunca va a abandonar al pueblo saharaui, nunca les va a traicionar ni va a anteponer los beneficios económicos en detrimento de los derechos del pueblo del Sáhara Occidental. Tenga por certeza que el pueblo saharaui nunca caminará solo en su camino para ejercer su derecho a la libre autodeterminación e independencia”.

CEAS afirma que la solución “más seria, creíble y realista” “será aquella que el pueblo saharaui decida a través del referéndum de autodeterminación que debería haberse celebrado tras la firma de los acuerdos de 1991, y cuyo principal cometido tiene desde entonces la MINURSO (Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental).

La situación cada día más grave en Haití

Las bandas que dominan el país ya entran en los templos a secuestrar a la gente

Haití: Cuando los fieles tienen que negociar con las pandillas para poder ir a misa

Haití, una violenta guerra entre bandas rivales.

 “Estamos en un proceso de destrucción de todo lo que configuraba un poco la vida del pueblo haitiano: la convivencia, la confianza, las relaciones de buena vecindad. Estamos perdiendo todo eso. La gente que iba a la iglesia sabía que estos eran lugares más o menos seguros. Hoy, incluso en la iglesia, la gente viene a secuestrar a la gente, lo que hace que muchos templos cierren”

“En la zona de Martissant, en la parroquia de Santa Bernadette y otras zonas sin ley, es casi difícil practicar el culto, hacer celebraciones, celebrar la Eucaristía en paz, con calma”, lamenta el obispo

Por José Lorenzo

“Estamos en un proceso de destrucción de todo lo que configuraba un poco la vida del pueblo haitiano: la convivencia, la confianza, las relaciones de buena vecindad. Estamos perdiendo todo eso. La gente que iba a la iglesia sabía que estos eran lugares más o menos seguros. Hoy, incluso en la iglesia, la gente viene a secuestrar a la gente, lo que hace que muchos templos cierren”.

Son las palabras de Pierre Dumas, obispo de Anse-à-Veau y Miragôane, en Haití, un país a la deriva, sacudido no solo por la naturaleza en forma de varios seísmos devastadores, sino también por una descomposición política e institucional tras la caída del régimen autocrático de los Duvalier, en 1986, y la indiferencia internacional.

Zonas sin ley

“En la zona de Martissant, en la parroquia de Santa Bernadette y otras zonas sin ley, es casi difícil practicar el culto, hacer celebraciones, celebrar la Eucaristía en paz, con calma”, lamenta el obispo en declaraciones recogidas por Rezonodwes. “Cuando los fieles van a las iglesias, tiene que haber casi un acuerdo con las pandillas para poder participar en el culto. Esto es muy repugnante. Es todo el país el que está viviendo esta situación”, subraya.

Haití

De hecho, en algunos lugares de culto han tenido que cerrar sus puertas, como el oratorio San Charbel, tras el secuestro de dos fieles durante la misa, en lo que es un paso más contra las instituciones, en este caso, la Iglesia católica, hasta ahora muy respetada. “Las pandillas siguen al mando y reinan en muchos barrios llamados ‘zonas sin derechos’”, afirma monseñor Dumas.

Situación catastrófica en Haití

Un escenario brutal: la misionera Boschetti habla de la situación catastrófica de Haití

Haití, una violenta guerra entre bandas rivales.

A merced de la violencia y sin la ayuda de otros países. Esto es lo que sienten los haitianos, enfrentados a una guerra de bandas y en medio de una grave crisis humanitaria

Maddalena Boschetti, fidei donum desde hace más de 20 años, testimonia: «Los ciudadanos no ven respetados sus derechos, y la Iglesia también es víctima de esta situación»

A pesar de todo, la Iglesia permanece al lado la población que sufre terriblemente: «Estamos aquí para decir que la vida tiene valor, que estamos en el lugar adecuado y que estamos aquí porque la gente y los pobres nos necesitan»

Por | Benedetta Capelli

(Vatican News).-Es un escenario brutal, difícil de contar porque es demasiado cruel, por eso la voz de Maddalena Boschetti, misionera laica fidei donumen Haití desde hace casi 20 años, se agita, a veces se escandaliza pero se empeña en sostener que en este país tribulado y abandonado, la Iglesia permanece al lado de una población que sufre terriblemente. «Estamos aquí – explica – para decir que la vida tiene valor, que estamos en el lugar adecuado y que estamos aquí porque la gente y los pobres nos necesitan».

«Todos contra todos»

Las crónicas de estos días hablan de violencia entre bandas, entre estas bandas y la policía. “Es un todos contra todos», dice Magdalena. El 25 de abril en Puerto Príncipe, la capital, trece personas, sospechosas de pertenecer a una banda, fueron primero bloqueadas por la policía y luego golpeadas con neumáticos empapados en gasolina por la multitud, antes de ser incendiadas.

«Niveles similares a los de los países en guerra»

Según un informe de la ONU, sólo entre el 14 y el 19 de abril, la violencia de las bandas causó la muerte de casi 70 personas, entre ellas 18 mujeres y dos niños. Pero se trata de una cifra desfasada. Los enfrentamientos se concentran en el barrio de Brooklyn de Cité Soleil, cerca de la capital, con las bandas G9 y Gpep subiendo el tono. “La inseguridad  – reza el documento de la ONU publicado hace unos días – ha alcanzado niveles similares a los de los países en guerra».

ONU: «La inseguridad ha alcanzado niveles similares a los de los países en guerra»

«Los señores del mal»

Maddalena Boschetti también confirma este escenario, habla de la imposibilidad de la policía de controlar la situación, la violencia, de hecho, se produce simultáneamente en diferentes zonas de la capital. Asimismo, al igual que la ONU, la misionera hace referencia a la guerra y subraya cómo la violación se utiliza, precisamente, como «arma de desprecio y de terror para la población».

La gente suele tomarse la justicia por su mano

«Los asesinatos son bárbaros, incluso se hacen con un machete, se reduce a la gente a la nada. Es una forma de mostrar a otras bandas de qué están hechas, de mostrar que no se detienen ante nada, que recurren a la tortura, que no hay respeto por la vida humana»

En esta terrible situación, explica la misionera, la gente suele tomarse la justicia por su mano, la mayoría de la gente va por ahí armada, algunos se reúnen en grupos para defender su territorio de los «señores del mal».

Es necesaria una acción decisiva

En un contexto tan difícil, con una anarquía creciente debido al asesinato del presidente Jovenel Moïse, en julio de 2021, es evidente la falta de solución, pero también del interés del mundo. Subraya Maddalena:

«Se sigue golpeando con sanciones a la élite política y financiera del país, se bloquean los activos en el extranjero, pero es un camino que no tiene salidas»

Todo está vinculado al mercado negro

«Los haitianos no ven respetados sus derechos, no tienen la posibilidad de salir porque no pueden conseguir pasaporte ni visado. El precio del pasaporte está por las nubes, todo está vinculado al mercado negro, es muy difícil incluso acercarse a las oficinas que se ocupan de esto. A menudo hay colas muy largas fuera, e incluso hay víctimas por los disturbios que se crean. Es muy complicado conseguir el visto bueno para ir, yo diría que es imposible, y por eso la gente se ve obligada a quedarse, a permanecer en condiciones en las que un ser humano no puede vivir».

«Estar donde se necesita a Dios»

«La Iglesia también es víctima de esta situación – explica ll misionera – y es una voz que molesta porque sigue reiterando que el bien existe y lo sigue diciendo con hechos y palabras. De ahí la firme convicción de permanecer y estar presentes y de modo concreto ante las necesidades de las personas”.

«Los padres y madres de familia trabajan duro, se parten la espalda intentando dar de comer a sus hijos. Los jóvenes están al límite y no tienen salidas, los niños tienen miedo de ir a la escuela, están aterrorizados y traumatizados por los tiroteos que oyen cada día en casa y fuera de ella»

Magdalena habla de ellos como de «víctimas inocentes» a las que los misioneros tienen el deber de dar amistad, confianza y esperanza.

«El Señor está en ellos y por ellos y nosotros estamos aquí por ellos, esto no me da miedo, cada vez estoy más convencida de que por eso estoy aquí, porque siempre le he pedido al Señor estar donde más se lo necesita. Estoy en el lugar adecuado, como misioneros estamos en el lugar adecuado».

Haití ya es “un país en situación de guerra”

La misionera Curín García Calvo denuncia que “el 70% de la capital está en manos de las bandas”

En apenas dos semanas, “Puerto Príncipe registra al menos 208 muertos y más de 150 heridos”violencia

La espiral de la violencia en Haití, que lleva ya muchos años alimentándose desde la exclusión, la incapacidad de un Estado sin recursos y la implosión de las bandas, que se enfrentan cruelmente para asegurar respectivamente sus parcelas de dominio, ha llegado a un punto de aparente no retorno.

Así lo lamenta la misionera española Curín García Calvo, religiosa de Jesús-María que se encuentra junto a su comunidad en Jean Rabel, al noroeste del país caribeño. Desde ahí, describe un panorama casi apocalíptico: “La situación en Haití se agrava por momentos. Podemos hablar de un país que está en situación de guerra. El 70% del territorio de la capital está en manos de las bandas. En tan solo dos semanas, Puerto Príncipe registra al menos 208 muertos y más de 150 heridos por la violencia de pandillas. Secuestros, robos, asesinatos y violencias de todo tipo son cada día más frecuentes y cruentos. La moneda se ha devaluado más de un 30% en menos de un año. Las principales rutas terrestres están controladas por las bandas. Y todo esto en una rueda de muerte y violencia que conduce a mayor pobreza y miseria que recae sobre inocentes que luchan y pelean la vida”.

¡Quitad a losa!

De ahí que la religiosa acuda al Evangelio en búsqueda de esperanza: “¡Quitad a losa! Esto, que lo dijo Jesús para que su buen amigo Lázaro pudiera salir de la tumba resucitado, es lo que se nos ha propuesto a todos los cristianos en el último domingo de Cuaresma. Y este mensaje, escuchado en tierras haitianas en este momento preciso de la historia, cobra una densidad radical. ¡Quitad la losa! ¿Quiénes? Los que desde dentro y desde fuera del país estáis machacando a este pueblo por intereses egoístas y codiciosos que mueven vuestras vidas”.

Desde Jean Rabel, “somos testigos de la vida de esas personas inocentes que, con todas sus fuerzas, siguen haciendo esfuerzos infinitos por quitar la losa que permanentemente recae sobre ellas en forma de hambre, sed, enfermedad y falta de derechos básicos”. De ahí que su llamada a la acción sea enérgica: “No podemos mirar hacia otro lado. ¡Las vidas de las personas haitianas importan! Pero, al observar el tablero internacional, ¡realmente no lo parece! Desde Haití lanzamos un grito desesperado para que la violencia cese. Las armas que siguen entrando en el país cada semana provienen de otros países que se benefician de la muerte de este pueblo. Lo que ocurre en Haití y en tantos otros países afecta a toda la humanidad”.

Una Cuaresma demasiado dura

En clave de fe, García Calvo reconoce que, “en este camino hacia la Pascua, no podemos más que afirmar que la Cuaresma de Haití es demasiado dura y pesada. Trabajemos conjuntamente desde dentro del país y desde fuera para poner fin a este calvario. ¡Quitemos la losa! ¡Comprometámonos con las víctimas de esta guerra! No permitamos que la muerte continúe ganando batallas. Lo que está claro es que la resurrección de Haití no va a caer del cielo, aunque, ciertamente, desde este contexto y ante la pasividad internacional, solo nos queda denunciar y rezar”

El neoliberalismo nos mata –

Por Pedro Pierre

No se cansa de repetirlo el papa Francisco: “Este sistema nos mata… porque es terrorista. Detrás de las guerras está la industria armamentística, esto es diabólico. Que las grandes potencias dejen de ahogar y saquear a África. El mundo está dirigido por el supuesto determinismo de una economía sin ética, sin Dios, sin dignidad humana …”

El papa pone el dedo en la llaga de nuestras desgracias y tocar los privilegios de los poderosos y la ceguera de los que buscan sólo su bienestar individualista. Por eso cada vez menos los grandes medios de comunicación no dan al papa el lugar que se merece al nivel internacional. Lo mismo pasa en nuestra Iglesia católica:

Es silenciado, criticado y calumniado por los tradicionalistas de siempre y los menos tradicionalistas que buscan en su poder clerical privilegios y tranquilidad.

La conocida y respetada organización internacional de defensa de los Derechos Humanos, Amnisty Internacional, con sede en Inglaterra, acaba de publicar su informe anual sobre la situación de estos derechos al nivel internacional. Sigue la situación de 153 países sobre 191 que cuenta nuestro planeta.

Denuncia la destrucción de Ucrania y la falta de decisión de parte de los gobiernos de Estados Unidos y Europa para lograr la paz. Señala “el doble rasero de los Estados occidentales que se han levantado contra la ofensiva rusa mientras hacen la vista gorda ante graves violaciones de derechos humanos en otros lugares del mundo, o incluso han sido cómplices”.

Nombra en particular al Estado de Israel resaltando que “2022 fue el año más mortífero desde 2006: En lugar de exigir el fin del sistema de apartheid vigente en Israel, muchos gobiernos occidentales han preferido atacar a quienes lo denuncian».

Frente a la catástrofe de las migraciones masivas hacia Europa, Amnisty Internacional reconoce el esfuerzo hecho para acoger a los ucranianos que huyen de su país. Pero lamenta que no pase lo mismo con los que provienen de Medio Oriente y de África, en particular de Libia, Siria o Afganistán que se mueren por centenas ahogados en el mar Mediterráneo, negándoles poder acostar en algún puerto de Europa.

“Los Estados no pueden criticar estas violaciones un día y al siguiente tolerar actos similares en otros países sólo porque sus intereses están en juego”.

Por otra parte, Amnisty Internacional denuncia las violencias sistemáticas y excesivas de la policía y el ejército contra los manifestantes de 85 países del planeta que reclaman pacíficamente por sus derechos: Perú es uno de ellos. Estos últimos días hemos visto estas violencias por parte de policías franceses… La organización lamenta el abandono de Haití a su triste suerte de miseria y violencia generalizadas mientras no se sabe si existe un gobierno
constituido…

Esta violencia generalizada de los gobiernos contra su población nos demuestra que estos defienden un sistema perverso que la gran mayoría de los ciudadanos del mundo rechaza porque los empobrece, los condena al desempleo, les niegan la salud y la educación y por encima los mata cuando protestan legítimamente.

Es ahora evidente que el sistema neoliberal es de lo más perverso: lo vemos en Perú, en Ecuador y en Guatemala contra los Indígenas cuya población es mayoritaria en ese país. Lo hemos visto en Brasil con Bolsonaro, en Honduras, en Colombia. Y Chile no cesa de perseguir y marginar a los Mapuches.

El sistema neoliberal no va más… pero preferimos nuestro pequeño bienestar individual y material que nos aporta. Nos hace cómplices de este sistema que destruye mental y socialmente. Cerramos los ojos sobre la corrupción y participamos de ella, sin darnos cuenta que el neoliberalismo sobrevive y crece por nuestra indiferencia y nuestra insolidaridad. El sistema neoliberal se beneficia del comercio de la droga y de la violencia que genera.

Los bancos se enriquecen extraordinariamente del dinero del negocio de las drogas, la trata de personas, la corrupción, las cuevas de ladrones que son los paraísos fiscales y la venta de armas.

En vano nos aconseja la Biblia: “No te hagas amigo de uno más fuerte y más rico que tú. Juntarías un cántaro de arcilla y una olla de fierro. El uno golpearía a la otra y la quebraría”, dice el libro de Sirácides. O “El pan que mendigan es la vida de los pobres; el que se lo quita es un asesino. Mata a su prójimo el que le quita los medios para sobrevivir; retener el salario de un trabajador es lo mismo que derramar su sangre.” San Pablo escribe a su amigo Timoteo:   “El origen de todos los males es la codicia del dinero”.

Y Jesús nos orienta sabiamente al decirnos como utilizar correctamente nuestro dinero: “Con ese maldito dinero, háganse amigos”… ¡Cuánto tiempo más tendremos de sufrir y lamentarnos para entender estas cosas y decidirnos a cambiar: cambiarnos y cambiar este maldito sistema neoliberal! … porque ‘no es el pan que hace falta, sino la voluntad de compartirlo juntos’.