La Buena Noticia del Dgo. 5º de Pascua-A

El camino cristiano

Jn 14, 1-12

Yo soy el camino, la verdad y la vida

Para los primeros creyentes, el cristianismo no era propiamente una religión, sino una nueva forma de vivir. Lo llamaban «El camino», un camino nuevo y vivo para enfrentarse a la vida; es el camino inaugurado por Jesús y que hay que recorrer «con los ojos fijos en Él»

Jesús nos muestra que el camino hacia e Padre es el de la práctica de la caridad. Cristiano será aquel que va descubriendo en Jesús el camino más acertado para vivir.

¿En qué caminos nos movemos nosotros? ¿Cómo podemos hallar el camino del Señor en la situación que estamos viviendo?

Lectura de la Palabra

Yo soy el camino, y la verdad, y la vida

 Lectura del santo evangelio según san Juan 14, 1-12

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:

—«No perdáis la calma, creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas estancias; si no fuera así, ¿os habría dicho que voy a prepararos sitio? Cuando vaya y os prepare sitio, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo, estéis también vosotros. Y a donde yo voy, ya sabéis el camino».

Tomás le dice:

—«Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?».

Jesús le responde:

—«Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí. Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto».

Felipe le dice:

—«Señor, muéstranos al Padre y nos basta».

Jesús le replica:

—«Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: «Muéstranos al Padre»? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, él mismo hace sus obras. Creedme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mí. Si no, creed a las obras. Os lo aseguro: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores. Porque yo me voy al Padre».

Comentarios a la Palabra

Pagola: «Para los primeros creyentes, el cristianismo no era propiamente una religión,

sino una forma nueva de vivir»

Frescos de las primeras comunidades en las Catacumbas de San Calixto, en Roma

Frescos de las primeras comunidades en las Catacumbas de San Calixto, en Roma

Los cristianos de la primera y segunda generación nunca pensaron que con ellos estaba naciendo una religión. De hecho, no sabían con qué nombre designar a aquel movimiento que iba creciendo de manera insospechada. Todavía vivían impactados por el recuerdo de Jesús, al que sentían vivo en medio de ellos.

Por eso, los grupos que se reunían en ciudades como Corinto o Éfeso comenzaron a llamarse «iglesias», es decir, comunidades que se van formando convocadas por una misma fe en Jesús. En otras partes, al cristianismo lo llamaban «el camino». Un escrito redactado hacia el año 80 y que se llama carta a los Hebreos dice que es un «camino nuevo y vivo» para enfrentarse a la vida. El camino «inaugurado» por Jesús y que hay que recorrer «con los ojos fijos en él».

Primeros cristianos

No hay duda alguna. Para estos primeros creyentes, el cristianismo no era propiamente una religión, sino una forma nueva de vivir. Lo primero para ellos no era vivir dentro de una institución religiosa, sino aprender juntos a vivir como Jesús en medio de aquel vasto imperio. Aquí estaba su fuerza. Esto era lo que podían ofrecer a todos.

En este clima se entienden bien las palabras que el cuarto evangelio pone en labios de Jesús: «Yo soy el camino, la verdad y la vida». Este es el punto de arranque del cristianismo. Cristiano es un hombre o una mujer que en Jesús va descubriendo el camino más acertado para vivir, la verdad más segura para orientarse, el secreto más esperanzador de la vida.

Iglesia, comunidad

Iglesia, comunidad

Este camino es muy concreto. De poco sirve sentirse conservador o declararse progresista. La opción que hemos de hacer es otra. O nos organizamos la vida a nuestra manera o aprendemos a vivir desde Jesús. Hay que elegir.

Indiferencia hacia los que sufren o compasión bajo todas sus formas. Solo bienestar para mí y los míos o un mundo más humano para todos. Intolerancia y exclusión de quienes son diferentes o actitud abierta y acogedora hacia todos. Olvido de Dios o comunicación confiada en el Padre de todos. Fatalismo y resignación o esperanza última para la creación entera.

Testigos de la Palabra

Monseñor Gerardi
Monseñor Gerardi

Mons Juan José Gerardi Conedera

El 26 de abril ha hecho 22 años del martirio de Mons. Gerardi, obispo auxiliar de Guatemala y presidente de la Conferencia Episcopal, Defensor de los Derechos Humanos, (DDHH) Director del Proyecto Interdiocesano Recuperación de la Memoria Histórica (REMHI), que la Iglesia católica impulsó para conocer la verdad en el conflicto interno de Guatemala.
El resultado de dicho proyecto fue la publicación del informe “Guatemala nunca más”, que Mons. Gerardi documentó y denunció de los miles de testimonios de víctimas y familiares que sufrieron graves abusos y violaciones de los DDHH. El informe señalaba al Ejército guatemalteco, como responsable de la mayoría de los abusos cometidos por elementos de las fuerzas de seguridad del Estado contra la población civil desarmada.

Dicho informe presentado en la Catedral Metropolitana por el propio Gerardi el 24 de abril de 1998, significó que dos días después se cometiera su brutal asesinato, cometido por esbirros y siervos al servicio de intereses oligárquicos y militares, a quienes señalaba directamente el informe “Guatemala nunca más”. Los autores intelectuales del crimen aún siguen impunes.

.El legado de Rutilio Grande

El P. Rutilio Grande, primer sacerdote asesinado en El Salvador.En estos días se ha abierto en Roma el proceso de beatificación.
El P. Rutilio Grande, primer sacerdote asesinado en El Salvador.En estos días
se ha abierto en Roma el proceso de beatificación.

 El P. Rutilio Grande fue uno de los primeros sacerdotes asesinados en El Salvador, Fue el primero de los profetas y maestros en El Salvador… el hombre mejor preparado en la pastoral evangelizadora en aquellos momentos… rector del Seminario y maestro de los sacerdotes jóvenes que estaban liderando las comunidades cristianas y la formación de catequistas y celebradores de la Palabra.

Era el hombre de Iglesia mejor preparado y actualizado en la pastoral según la doctrina del Vat. II y las enseñanzas de la Asamblea de Obispos de Medellín, pues estuvo en Ecuador con Mons. Proaño, donde se comenzó a poner en práctica las conclusiones pastorales de Medellín.

Se suele decir que “no hay Romero sin Rutilio”, pues a Mons. Romero no sólo le influyó la amistad que tenía con Rutilio, sino su muerte anunciada y el ejemplo del martirio. Este acontecimiento le influyó tanto que se suele decir que es ahí donde Mons. Romero “se convirtió”…pues cambió totalmente su vida y su actuar hacia una pastoral más comprometida y más radical en servicio del pueblo pobre que sufría una terrible represión…

El Papa Francisco ha declarado mártires a Rutilio y compañeros, sin necesidad de tener milagros para ser beatificados, aunque también ha dicho que el verdadero milagro de Rutilio ha sido la conversión de Mons. Romero.

Con motivo de dar a conocer mejor al P. Rutilio Grande, ahora que va a ser beatificado, vamos a analizar cada domingo este legado que nos dejó Rutilio Grande, como “una luz muy clara en nuestro camino”, que nos diría Mons. Romero.

Aunque ya comenzamos el 12 de marzo, día de su aniversario; y hemos seguido todo este mes de abril recogiendo las homilías de Rutilio y lo que decía Mons. Romero de Rutilio, vamos a continuar recogiendo su enseñanza y su práctica pastoral en los próximos domingos en breves comunicados , comenzando en su participación de la Semana de Pastoral en julio de 1970 hasta su muerte martirial en marzo de 1977. Lo subiré los domingos a las 15:00 H.

Aunque pareciera que nos pilla un  poco lejos (casi 50 años), sin embargo yo creo que su enseñanza y su práctica son para nosotros cambiando los contextos  de mucha actualidad en estos momentos que estamos viviendo. De esta forma nos vamos preparando para celebrar la beatificación de Rutilio y compañeros mártires.

No es una pretensión de notoriedad por mi parte, pues bien sé que hay gente más preparada que yo para hacerlo, pero sí me siento obligado, al haber tenido el privilegio de ser párroco de El Paisnal por más de seis meses y haber tenido la oportunidad de aprender mucho del testimonio vivo y sincero de tantos campesinos  y campesinas de El Paisnal que mantienen muy viva la enseñanza del P. Rutilio Grande.

MATERIALES utilizados que pueden consultar los que quieran profundizar o tratar algunos temas más exhaustivamente:

Rutilio Grande, «una luz grande nos brilló», en el XX aniversario, Eqo MAIZ, 1997                                                                          -Rutilio Grande, mártir de la evangelización rural de El Salvador, R. Cardenal, UCA, 1978 (impreso 2015)                                        -Historia de una esperanza. Vida de Rutilio Grande. R. Cardenal UCA 1985.                                                                                         -Vida, pasión y muerte del jesuita R. Grande, R. Cardenal, UCA Ed. 2016

La Buena Noticia del Dgo. 5º Cuaresma-A

La vida verdadera

Jn 11, 3-7.17.20-27.33b-45

Dejadlo irse hacia la Vida de la vida

En el Evangelio de hoy Jesús se revela como la vida del mundo, después de haberse manifestado hace dos domingos como la fuente de agua viva que colma nuestra sed, y el domingo pasado como la luz que ilumina y orienta nuestra vida.

Jesús manda quitar la losa del sepulcro y las vendas que le atan. El quiere sacarnos de nuestros sepulcros y de las vendas y ataduras  que tenemos. También nos recomienda quitar las vendas y ataduras de tantos «Lázaros» que encontramos en nuestro camino.

Lectura de la Palabra

Juan 11,1-45

                                                            Yo soy la resurrección y la vida

En aquel tiempo, [un cierto Lázaro, de Betania, la aldea de María y de Marta, su hermana, había caído enfermo. María era la que ungió al Señor con perfume y le enjugó los pies con su cabellera; el enfermo era su hermano Lázaro.]

Las hermanas mandaron recado a Jesús, diciendo: «Señor, tu amigo está enfermo.» Jesús, al oírlo, dijo: «Esta enfermedad no acabará en la muerte, sino que servirá para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.» Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro. Cuando se enteró de que estaba enfermo, se quedó todavía dos días en donde estaba. Sólo entonces dice a sus discípulos: «Vamos otra vez a Judea.»

[Los discípulos le replican: «Maestro, hace poco intentaban apedrearte los judíos, ¿y vas a volver allí?» Jesús contestó: «¿No tiene el día doce horas? Si uno camina de día, no tropieza, porque ve la luz de este mundo; pero si camina de noche, tropieza, porque le falta la luz. Dicho esto, añadió: «Lázaro, nuestro amigo, está dormido; voy a despertarlo.» Entonces le dijeron sus discípulos: «Señor, si duerme, se salvará.» Jesús se refería a su muerte; en cambio, ellos creyeron que hablaba del sueño natural. Entonces Jesús les replicó claramente: «Lázaro ha muerto, y me alegro por vosotros de que no hayamos estado allí, para que creáis. Y ahora vamos a su casa.» Entonces Tomás, apodado el Mellizo, dijo a los demás discípulos: «Vamos también nosotros y muramos con él.»]

Cuando Jesús llegó, Lázaro llevaba ya cuatro días enterrado. [Betania distaba poco de Jerusalén: unos tres kilómetros; y muchos judíos habían ido a ver a Marta y a María, para darles el pésame por su hermano.] Cuando Marta se enteró de que llegaba Jesús, salió a su encuentro, mientras María se quedaba en casa. Y dijo Marta a Jesús: «Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá.» Jesús le dijo: «Tu hermano resucitará.» Marta respondió: «Sé que resucitará en la resurrección del último día.» Jesús le dice: «Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?» Ella le contestó: «Sí, Señor: yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo.»

[Y dicho esto, fue a llamar a su hermana María, diciéndole en voz baja: «El Maestro está ahí y te llama.» Apenas lo oyó, se levantó y salió adonde estaba él; porque Jesús no había entrado todavía en la aldea, sino que estaba aún donde Marta lo había encontrado. Los judíos que estaban con ella en casa consolándola, al ver que María se levantaba y salía deprisa, la siguieron, pensando que iba al sepulcro a llorar allí. Cuando llegó María adonde estaba Jesús, al verlo se echó a sus pies diciéndole: «Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano.»]

Jesús, [viéndola llorar a ella y viendo llorar a los judíos que la acompañaban,] sollozó y, muy conmovido, preguntó: «¿Donde lo habéis enterrado?» Le contestaron: «Señor, ven a verlo.» Jesús se echó a llorar. Los judíos comentaban: «¡Cómo lo quería!» Pero algunos dijeron: «Y uno que le ha abierto los ojos a un ciego, ¿no podía haber impedido que muriera éste?» Jesús, sollozando de nuevo, llega al sepulcro. Era una cavidad cubierta con una losa. Dice Jesús: «Quitad la losa.» Marta, la hermana del muerto, le dice: «Señor, ya huele mal, porque lleva cuatro días.» Jesús le dice: «¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?» Entonces quitaron la losa. Jesús, levantando los ojos a lo alto, dijo: «Padre, te doy gracias porque me has escuchado; yo sé que tú me escuchas siempre; pero lo digo por la gente que me rodea, para que crean que tú me has enviado.» Y dicho esto, gritó con voz potente: «Lázaro, ven afuera.» El muerto salió, los pies y las manos atados con vendas, y la cara envuelta en un sudario. Jesús les dijo: «Desatadlo y dejadlo andar.»

Y muchos judíos que habían venido a casa de María, al ver lo que había hecho Jesús, creyeron en él.

Comentarios a la Palabra

«Anhelamos una vida diferente, sin dolor ni vejez, sin hambres ni guerras»

El relato de la resurrección de Lázaro es sorprendente. Por una parte, nunca se nos presenta a Jesús tan humano, frágil y entrañable como en este momento en que se le muere uno de sus mejores amigos. Por otra, nunca se nos invita tan directamente a creer en su poder salvador: «Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque muera, vivirá… ¿Crees esto?».

Jesús no oculta su cariño hacia estos tres hermanos de Betania que, seguramente, lo acogen en su casa siempre que viene a Jerusalén. Un día Lázaro cae enfermo, y sus hermanas mandan un recado a Jesús: nuestro hermano «a quien tanto quieres», está enfermo. Cuando llega Jesús a la aldea, Lázaro lleva cuatro días enterrado. Ya nadie le podrá devolver la vida.

La familia está rota. Cuando se presenta Jesús, María rompe a llorar. Nadie la puede consolar. Al ver los sollozos de su amiga, Jesús no puede contenerse y también él se echa a llorar. Se le rompe el alma al sentir la impotencia de todos ante la muerte. ¿Quién nos podrá consolar?

Hay en nosotros un deseo insaciable de vida. Nos pasamos los días y los años luchando por vivir. Nos agarramos a la ciencia y, sobre todo, a la medicina para prolongar esta vida biológica, pero siempre llega una última enfermedad de la que nadie nos puede curar.

Tampoco nos serviría vivir esta vida para siempre. Sería horrible un mundo envejecido, lleno de viejos, cada vez con menos espacio para los jóvenes, un mundo en el que no se renovara la vida. Lo que anhelamos es una vida diferente, sin dolor ni vejez, sin hambres ni guerras, una vida plenamente dichosa para todos.

Hoy vivimos en una sociedad que ha sido descrita por el sociólogo polaco Zygmunt Bauman como «una sociedad de incertidumbre». Nunca había tenido el ser humano tanto poder para avanzar hacia una vida más feliz. Y, sin embargo, tal vez nunca se ha sentido tan impotente ante un futuro incierto y amenazador. ¿En qué podemos esperar?

Como los seres humanos de todos los tiempos, también nosotros vivimos rodeados de tinieblas. ¿Qué es la vida? ¿Qué es la muerte? ¿Cómo hay que vivir? ¿Cómo hay que morir? Antes de resucitar a Lázaro, Jesús dice a Marta esas palabras, que son para todos sus seguidores un reto decisivo: «Yo soy la resurrección y la vida: el que crea en mí, aunque haya muerto, vivirá… ¿Crees esto?».

A pesar de dudas y oscuridades, los cristianos creemos en Jesús, Señor de la vida y de la muerte. Solo en él buscamos luz y fuerza para luchar por la vida y para enfrentarnos a la muerte. Solo en él encontramos una esperanza de vida más allá de la vida.

Por José Antonio Pagola

 Testigos de la Palabra

San Romero de América, mártir de la justicia.
San Romero de América, mártir de la justicia.

San Romero de América, pastor y mártir nuestro: ¡nadie hará callar tu última homilía!    (P. Casaldáliga)

«Yo quisiera hacer un llamamiento, de

manera especial, a los hombres del

ejército… Hermanos, son de nuestro mismo

pueblo. Matan a sus mismos hermanos

campesinos. Y ante una orden de matar que

dé un hombre, debe prevalecer la ley de

Dios que dice: «No matar». Ningún soldado

está obligado a obedecer una orden contra

la Ley de Dios. Una ley inmoral, nadie

tiene que cumplirla. Ya es tiempo de que

recuperen su conciencia, y que obedezcan

antes a su conciencia que a la orden del

pecado. La Iglesia no puede quedarse

callada ante tanta abominación. En

nombre de Dios, pues, y en nombre de este

sufrido pueblo, cuyos lamentos suben hasta

el cielo cada día más tumultuosos, les

suplico, les ruego, les ordeno en nombre de

Dios: Cese la represión

Lo que Romero dijo de Rutilio

La sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos

 “Los que mataron al P. Rutilio pensaban que así podían truncar toda su predicación cristiana; lo que no se esperaban es que la muerte de un sacerdote suscita tempestades; suscita primaveras, como la que ha vivido El Salvador cristiano desde que le mataron. Lo que no sabían es ellos ponían en el surco una semilla que reventaría en grandes cosechas, como decía Cristo: “El grano de trigo muere no para quedarse sepultado”. No han triufado sobre él.La cosecha de la persecución ha sido muy abundante. Esta es la vida de este cristiano que por el bautismo emprendió unas perspectivas tan amplias que no las podemos abarcar desde la tierra” (Hom 5.03.1978)

Las homilías de Rutilio

Una voz que grita en el desierto

  1. Biblia y concientización en Aguilares

Aguilares es uno de esos lugares donde se inició lo que Mons. Romero llamó “un movimiento atrevido de un evangelio más comprometido” (19 de junio de 1977).     Allí Rutilio Grande, en equipo con otros sacerdotes, estudiantes, campesinos y campesinas, puso en marcha una pastoral liberadora. Lo central de esta pastoral es que hace de estos campesinos y campesinas personas adultas, críticas, capaces de dirigir su propio destino a tavés de la organización.

En Aguilares miles de campesinos y campesinas botaron la venda de la sumisión y de la ignorancia a la que habían sido sometidos, y se despertó en ellos todo el ingenio, inteligencia y capacidades que estaban allí escondidas y oprimidas.

Rutilio no hizo otra cosa que liberar esas mentes y despertar la conciencia. A partir de ahí, el pueblo comenzó a caminar, a organizarse, a exigir por sí mismo, a plantear sus derechos y también sus sueños, a luchar por su vida y dignidad.

Los campesinos y campesinas antes, o quizá al tiempo, que se tomaban las tierras, se tomaron las conciencias, sus propias conciencias, que antes estaban ocupadas por pensamientos extraños, ajenos. Expulsaron esos pensamientos y comenzaron a pensar con sus propias palabras y a partir de su propia realidad.

En esos momentos se estaba produciendo una verdadera revolución silenciosa, que más tarde daría paso a una revolución social sin precedentes: la organización de campesinos y campesinas adquirió tanta fuerza en cantidad y calidad como nunca en la historia de nuestro país.

La Buena Noticia del Dgo. 4º-A

Bienaventurados

Lectura de la Palabra

Mateo 5,1-12a

                                                            Dichosos los pobres en el espírituEn aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó, y se acercaron sus discípulos; y él se puso a hablar, enseñándoles: «Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados. Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la tierra. Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados. Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán los Hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo.

Comentario a la lectura

Mateo, al formular las Bienaventuranzas, se preocupa de trazar los rasgos que han de caracterizar a los seguidores de Jesús. De ahí la importancia que tienen para nosotros en estos tiempos en que la Iglesia ha de ir encontrando su propio estilo de vida en medio de una sociedad secularizada.

No es posible proponer la Buena Noticia de Jesús de cualquier forma. El Evangelio solo se difunde desde actitudes evangélicas. Las bienaventuranzas nos indican el espíritu que ha de inspirar la actuación de la Iglesia y de los cristianos en su peregrinación hacia el Padre.

Dichosa la Iglesia «pobre de espíritu» y de corazón sencillo, que actúa sin prepotencia, sin riqueza ni esplendor, sostenida solo por la autoridad humilde de Jesús.

Dichosa la que «llora» con los que lloran y sufre al ser despojada de privilegios y de poder, pues podrá compartir mejor la suerte de los perdedores y el destino de Jesús.

Dichosa la Iglesia que renuncia a imponerse por la fuerza, practicando siempre la mansedumbre de su Maestro y Señor.

Dichosa la Iglesia que tiene «hambre y sed de justicia», pues buscará su propia conversión y trabajará por una vida más justa y digna para todos.

Dichosa la Iglesia compasiva que renuncia al rigorismo y prefiere la misericordia antes que los sacrificios, pues acogerá a los pecadores y no les ocultará la Buena Noticia de Jesús.

Dichosa la Iglesia de «corazón limpio» y conducta transparente, que no encubre sus pecados ni promueve el secretismo o la ambigüedad, pues caminará en la verdad de Jesús.

Dichosa la Iglesia que «trabaja por la paz» y lucha contra las guerras, que aúna los corazones y siembra concordia, pues contagiará la paz de Jesús.

Dichosa la Iglesia que sufre la hostilidad y persecución a causa de la justicia sin rehuir el martirio, pues sabrá llorar con las víctimas y conocerá la cruz de Jesús

La sociedad actual necesita conocer comunidades cristianas marcadas por este espíritu de las bienaventuranzas. Solo una Iglesia evangélica tiene autoridad y credibilidad para mostrar el rostro de Jesús a los hombres y mujeres de hoy.       (José Antonio Pagola)

Testigos de la Palabra

Cristian Javá Ríos, mártir de la Amazonía

Cristian Javá Ríos era un indígena Kukama, defensor de su territorio y monitor ambiental en la comunidad indígena La Petrolera, ubicada en el distrito de Urarinas del departamento nororiental de Loreto en Perú. Murió a tiros tras ser emboscado por bandas criminales que estarían intentado expulsar a las comunidades indígenas de esa zona de la Selva Amazónica.

Según ACODECOSPAT, una asociación que agrupa a 64 comunidades indígenas Kukama y Urarina, el 17 de abril una delegación de la comunidad indígena La Petrolera se dirigió a una zona dentro de su territorio comunal que había sido invadida con el objeto de retomar posesión de ella; pero los invasores les tendieron una emboscada causando la muerte a Cristian Javá y dejando a otras cinco personas heridas.

Testimonios locales aseguran que las bandas llevaban meses amenazando a la población de La Petrolera; impidiendo incluso labores de remediación ambiental y vigilancia en zonas cercanas a sus asentamientos. Esto habría sido denunciado ante la Fiscalía de Nauta, pero según un boletín de prensa de ACODECOSPAT la institución no habría tomado ninguna acción.

ACODECOSPAT denuncia que las invasiones a los territorios comunales en el Chambira y Patoyacu responden a intereses de personas que acuerdan con la empresa y el Estado la implementación de proyectos de «desarrollo» (como sistemas de saneamiento) para lucrarse a través de ellos. La misma organización sugiere que habría un relación entre los ataques a los oleoductos de la zona y las empresas encargadas de remediación.

Cristian Javá era un joven esposo y padre de un bebé de seis meses

La Buena Noticia del Dgo. 3º-A

El seguimiento de Jesús

Mt 4, 12-24

Venid conmigo y os haré pescadores de hombres

Jesús comienza su misión anunciando el Reino de Dios y curando a los enfermos.  Y a la vez invita a los primeros discípulos a seguirle.

La fe cristiana no es solo adhesión doctrinal, sino conducta y vida marcada por nuestra vinculación a Jesús. Creer en Jesucristo es vivir su estilo de vida, animados por su Espíritu, colaborando en su proyecto del Reino de Dios y cargando con su cruz para compartir su resurrección.

Lectura de la Palabra

Mateo 4,12-23

                      Se estableció en Cafarnaún. Así se cumplió lo que había dicho Isaías

Al enterarse Jesús de que habían arrestado a Juan, se retiró a Galilea. Dejando Nazaret, se estableció en Cafarnaún, junto al lago, en el territorio de Zabulón y Neftalí. Así se cumplió lo que habla dicho el profeta Isaías: «País de Zabulón y país de Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles. El pueblo que habitaba en tinieblas vio una luz grande; a los que habitaban en tierra y sombras de muerte, una luz les brilló.» Entonces comenzó Jesús a predicar diciendo: «Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos.»

[Pasando junto al lago de Galilea, vio a dos hermanos, a Simón, al que llaman Pedro, y a Andrés, su hermano, que estaban echando el copo en el lago, pues eran pescadores. Les dijo: «Venid y seguidme, y os haré pescadores de hombres.» Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Y, pasando adelante, vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, que estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo, su padre. Jesús los llamó también. Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron. Recorría toda Galilea, enseñando en las sinagogas y proclamando el Evangelio del reino, curando las enfermedades y dolencias del pueblo.]

Comentario a las lecturas

La primera lectura parece haber sido escogida estrictamente por coincidir con la tercera lectura en la alusión geográfica a la zona de Zabulón y Neftalí, en la que Jesús se vino a establecer. La segunda -como hemos dicho que sucede casi siempre- va por sus caminos propios, siendo puramente aleatorio que alguna vez encaje con el mensaje de las otras dos. Diríamos que el evangelio de hoy –dada la altura a la que estamos en el año litúrgico– se adecúa bien a la altura que correspondería dentro de la vida de Jesús siguiendo un criterio simplemente cronológico: el inicio de su actividad pública, el comienzo del despliegue de lo que será el Jesús predicador del Reino en su plenitud.

Son bastantes los detalles que merecen comentario en este evangelio.

-Jesús comienza su actividad tomando como referencia los signos de los tiempos. Al menos el evangelista hace notar que no empezó Jesús sin más cuando quiso, sino al ver que habían encarcelado a Juan. Jesús reacciona ante los hechos de la historia que le rodea. No viene a cumplir una misión ya programada previamente y que ha de llevarse a cabo con la indiferencia del «pase lo que pase».

-Jesús «fue a vivir» a Cafarnaúm. Algunos teólogos (Nolan por ejemplo) hacen notar que «se estableció» allí, y que, probablemente, la que varias veces en los evangelios se cita como «su casa» sería casa no de Pedro, sino la casa de Jesús… No hay seguridad, pero no es improbable. Una duda sobre esa imagen tan fácil que nos hemos hecho del Jesús evangelizador itinerante.

-El contenido de lo que sería la «primera predicación» de Jesús, o más bien, la tónica dominante de la predicación de Jesús: la venida del Reinado de Dios, como buena noticia que invita al cambio… Hoy ya esto lo saben los niños en la catequesis parroquial, cuando hace cuarenta años lo ignorábamos todos los cristianos adultos, incluidos los predicadores: que el centro de la predicación de Jesús fue el «Reinado de Dios», un concepto entre profético y escatológico… O sea: que Jesús no fue un predicador doctrinal teórico, ni un maestro de sabiduría religiosa, ni un asceta… sino un profeta dominado por la urgencia de una pasión, la pasión por el Reinado de Dios que él creía inminente…

-No era sólo un anuncio, sino una con-moción: Jesús anunciaba para empujar al cambio, para animar la esperanza en el cambio que Dios mismo estaba a punto de empujar… Por eso, su anuncio era para la conversión: «cambien su vida y su corazón porque el Reino de los Cielos se ha acercado», traduce la Biblia Latinoamericana.

-Aquí hay una doble dirección: hay que cambiar (convertirse) «porque» viene el Reinado de Dios, y, también, hay que cambiar «para que» venga, para hacer posible que venga, porque cambiando, en nuestro cambiar, ya está viniendo ese Reinado… Son las dos dimensiones: activa y pasiva, receptiva y provocativa, de contemplación y de lucha… sin unilateralismos.

-El carácter concreto del tipo de praxis que Jesús adopta, que no es la de transformar la sociedad él mismo directamente, con sus propias prácticas, no es la de afrontar directamente la tarea, sino la de enrolar a otros, convencer a otros para sumarse a la tarea, y para ello, dedicarse a desbloquear las mentes, a iluminar los corazones, abrir la visión de los demás… para que puedan incorporarse a la transformación de la sociedad. Si se nos permite decirlo así, Jesús, más que una práctica, asume una práctica teórica y simbólica. Él no se hace médico ni se dedica a curar a los enfermos, sino a dar la Buena Noticia, aunque salpica su predicación constantemente con «signos» de curación: «predicaba y sanaba». Teoría y práctica. Esta práctica era apoyo de aquella teoría, y la teoría no era realmente tal, sino una práctica teórica: Jesús ejercía de abridor de mentes, iluminador de corazones, generador de esperanza, transmisor de energías…

-En esa línea se puede enmarcar mejor aún lo de convertir a sus más allegados en «pescadores de personas» (no «de hombres»), lo que él mismo estaba siendo, lo que cualquier discípulo debe también ser. El expansionismo evangelizador misionero proselitista, el querer extender el cristianismo a todo el mundo haciendo tabla rasa de las demás religiones, ya no tiene lugar en una visión a la altura de los tiempos actuales. El ser realmente «evangelizador» apasionado por la Utopía del Reino (utopía que no es enemiga de las demás religiones ni pretende imponer ninguna cultura) sigue teniendo plenamente sentido

Testigos de la Palabra

Aniversario de Marcos-Ana 

Autobiografía

Mi pecado es terrible;                                                                                                                                                                        quise llenar de estrellas                                                                                                                                                                           el corazón del hombre.                                                                                                                                                                        Por eso aquí entre rejas,                                                                                                                                                                         en diecinueve inviernos                                                                                                                                                                           perdí mis primaveras.                                                                                                                                                                             Preso desde mi infancia                                                                                                                                                                           y a muerte mi condena,                                                                                                                                                                           mis ojos van secando                                                                                                                                                                              su luz contra las piedras.                                                                                                                                                                    Mas no hay sombra de arcángel                                                                                                                                                  vengador en mis venas:                                                                                                                                                                  España es solo el grito                                                                                                                                                                           de mi dolor que sueña

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¡Marcos Ana vive!

Te fuiste Marcos Ana,                                                                                                                                                                   calladamente y sin ruido…                                                                                                                                                                 como siempre lo hacías todo,                                                                                                                                                             con dignidad y entereza,                                                                                                                                                                  dejándonos algo tristes,                                                                                                                                                                          pero llenos de valor                                                                                                                                                                               por tu ejemplo y valentía…                                                                                                                                                                   Tu memoria entre nosotros                                                                                                                                                                   siempre permanecerá…                                                                                                                                                                         Hoy adornan flores rojas                                                                                                                                                                          puestas por tus paisanos                                                                                                                                                                        en el monumento memorial                                                                                                                                                                   en San Vicente de Alconada…                                                                                                                                                             Estoy plenamente seguro                                                                                                                                                                          que tu ejemplo quedará                                                                                                                                                                       en nosotros bien marcado,                                                                                                                                                                        y nos compromete ya,                                                                                                                                                                                    a luchar por la igualdad,                                                                                                                                                                      la justicia y democracia,                                                                                                                                                                             como tu nos enseñaste…                                                                                                                                                                        Marcos Ana, poeta del pueblo,                                                                                                                                                                Hasta la victoria siempre!                                                                                                                                                          ¡Descansa en paz!                                                                                                                                                                             ¡Que viva Marcos Ana!

Daniel. S. Barbero

La Buena Noticia del Dgo: El Bautismo del Señor

El Bautismo de Jesús

Tú eres mi Hijo amado, mi predilecto

Mt 3, 13-17

El bautismo de Jesús va a ser un momento importante en su vida, le va a marcar como un antes y un después. Va a cambiar totalmente su vida. Jesús toma conciencia de su misión y se compromete totalmente a la construcción del Reino de Dios.                                                          Nosotros hemos sido bautizados en el Espíritu de Jesús para vivir como El: haciendo el bien y curando a los que nos encontremos heridos  en el camino. Renovemos hoy nuestras promesas bautismales de unirnos a Jesús en la construcción del Reino de la justicia, de la fraternidad y la paz verdadera

Lectura de la Palabra

                           Lectura del santo evangelio según san Mateo (3,13-17):

EN aquel tiempo, vino Jesús desde Galilea al Jordán y se presentó a Juan para que lo bautizara.
Pero Juan intentaba disuadirlo diciéndole:
«Soy yo el que necesito que tú me bautices, ¿y tú acudes a mí?».
Jesús le contestó:
«Déjalo ahora. Conviene que así cumplamos toda justicia».
Entonces Juan se lo permitió. Apenas se bautizó Jesús, salió del agua; se abrieron los cielos y vio que el Espíritu de Dios bajaba como una paloma y se posaba sobre él.
Y vino una voz de los cielos que decía:
«Este es mi Hijo amado, en quien me complazco».

Comentario de la Palabra

Hace dos días celebrábamos la primera manifestación de Jesús, en Belén, a los paganos. Hoy celebramos la segunda, a todos, en el Jordán, mediante la voz del cielo. Entonces nos decían que Jesús es el rey de los judíos; hoy, Dios Padre nos dice que es su Hijo amado, su predilecto.

El bautismo de Jesús (Mateo 3,13-17)

Los evangelios están plagados de silencios que casi irritan al lector. ¿Por qué Jesús decide ir al Jordán? ¿Cómo se enteró de lo que hacía y decía Juan Bautista? ¿Por qué le interesa tanto? Ningún evangelista lo dice. Todos ellos se centran en lo esencial, no en satisfacer nuestra curiosidad, incluso piadosa.

En el relato de Mateo podemos distinguir tres momentos: el diálogo con Juan, la venida del Espíritu y la voz del cielo.

El diálogo con Juan es exclusivo del evangelio de Mateo. Cuando Marcos escribió su evangelio, el hecho de que Jesús fuese bautizado por Juan no planteaba problemas. Sin embargo, Mateo entrevé en esta escena un auténtico escándalo para los cristianos: ¿cómo es posible que Jesús se ponga por debajo de Juan y se someta a un bautismo para el perdón de los pecados? Para evitar ese posible escándalo, introduce un diálogo entre los dos protagonistas, poniendo de relieve el motivo que aduce Jesús: “Está bien que cumplamos así todo lo que Dios quiere”. Así deja claro lo que para él será más importante a lo largo de su vida: cumplir la voluntad de Dios. Al mismo tiempo, aprendemos que su actuación será en ocasiones sorprendente, un misterio que nunca podemos penetrar del todo y que incluso puede provocar escándalo en las personas mejor intencionadas. Desde la primera escena, Jesús nos está desconcertando.

Precisamente en el momento de la mayor humillación tiene lugar su mayor exaltación. Marcos cuenta el episodio como una experiencia personal de Jesús: “Mientras salía del agua, vio rasgarse el cielo y al Espíritu bajar hacia él como una paloma. Se oyó una voz del cielo: Tú eres mi Hijo amado, mi predilecto” (Mc 1,10-11). Sólo Jesús ve rasgarse el cielo, y la voz se le dirige sólo a él: “Tú eres mi Hijo amado, mi predilecto”.  Mateo, en cambio, presenta la escena como un gran acontecimiento público. El cielo se abre para todos, y la voz proclama: “Este es mi Hijo amado, mi predilecto”. No se trata de que Jesús tenga una vivencia nueva, especial; son los presentes los que caen en la cuenta de la importancia de Jesús.

La venida del Espíritu sobre Jesús tiene especial importancia, porque entre algunos rabinos existía la idea de que el Espíritu había dejado de comunicarse después de Esdras (siglo V a.C.). Ahora, al venir sobre Jesús, se inaugura una etapa nueva en la historia de las relaciones de Dios con la humanidad. Porque ese Espíritu que viene sobre Jesús es el mismo con el que él nos bautizará, según las palabras de Juan Bautista.

La voz del cielo. En cualquier hipótesis, como experiencia personal o como proclamación pública, es importantísimo conocer el sentido de las palabras: “Tú/éste es mi Hijo amado, mi predilecto”. A un oyente judío estas palabras le recuerdan dos textos con sentido muy distinto. El Salmo 2,7: “tú eres mi hijo, yo te he engendrado hoy”, y el comienzo del primer canto del Siervo de Yahvé (Isaías 42,1). El salmo habla del rey, hijo de Dios, en el momento de su entronización. Isaías se refiere a un personaje que salva a su pueblo con enorme paciencia y sufrimiento. Parece que Mateo quiere evocarnos las dos ideas: dignidad de Jesús y salvación a través del sufrimiento. Todo esto, que ahora sólo queda insinuado, se irá confirmando a lo largo del Evangelio. En algún momento, el lector podrá sentirse escandalizado por las cosas que hace y dice Jesús, que terminarán costándole la muerte, pero debe recordar que no es un blasfemo ni un hereje, sino el hijo de Dios guiado por el Espíritu.

El programa futuro de Jesús (Isaías 42,1-4.6-7)

Las palabras del cielo no sólo hablan de la dignidad de Jesús, le trazan también un programa. Es lo que indica la primera lectura de este domingo, tomada del libro de Isaías (42,1-4.6-7).

El programa indica, ante todo, lo que no hará: gritar, clamar, vocear, que equivale a amenazar y condenar; quebrar la caña cascada y apagar el pabilo vacilante, símbolos de seres peligrosos o débiles, que es preferible eliminar (basta pensar en Leví, el recaudador de impuestos, la mujer sorprendida en adulterio, la prostituta…).

Dice luego lo que hará: promover e implantar el derecho, o, dicho de otra forma, abrir los ojos de los ciegos, sacar a los cautivos de la prisión; estas imágenes se refieren probablemente a la actividad del rey persa Ciro, del que espera el profeta la liberación de los pueblos sometidos por Babilonia; aplicadas a Jesús tienen un sentido distinto, más global y profundo, que incluye la liberación espiritual y personal.

El programa incluye también cómo se comportará: «no vacilará ni se quebrará». Su misión no será sencilla ni bien acogida por todos. Abundarán las críticas y las condenas, sobre todo por parte de las autoridades religiosas judías (escribas, fariseos, sumos sacerdotes). Pero en todo momento se mantendrá firme, hasta la muerte.

Misión cumplida: pasó haciendo el bien (Hechos 10,34-38)

La segunda lectura, de los Hechos de los Apóstoles, Pedro, dirigiéndose al centurión Cornelio y a su familia, resumen en estas pocas palabras la actividad de Jesús: “Pasó haciendo el bien”. Un buen ejemplo para vivir nuestro bautismo.

Por José Luis Sicre

Testigos de la Palabra

P. Octavio Ortiz Luna

Se desempeñaba como párroco de la iglesia » San Francisco de Asís«, en el barrio de Mejicanos en San Salvador, y también realizaba trabajo de evangelización en comunidades de San Antonio Abad. Su dedicación especial era el trabajo con los jóvenes obreros. Acostumbraba darles momentos especiales de formación en casas de retiros. En la madrugada del día 20 de enero de 1979 el ejército y otros grupos paramilitares invadieron el local en donde estaba dando un retiro y mataron al padre, así como a otros 4 jóvenes.

Un tanque pasó por encima de la cabeza del sacerdote, destruyéndole completamente el rostro. El Obispo Romero, en la misa de los funerales, subrayó este hecho diciendo: «El padre Octavio murió con el rostro destrozado. En la funeraria trataron de arreglarlo, pero no pudieron conseguirlo».

La Buena Noticia del Dgo. 31º-C

El cambio de Zaqueo

Lc 19,1-10

La hora de la Palabra

Hoy ha llegado la salvación a esta casa

Zaqueo era un hombre rico, jefe de recaudadores de impuestos. El tenía mucho interés de conocer a Jesús; y hasta se sube a un árbol para verle mejor pues era bajo de estatura.

Jesús le mira y le dice: «Zaqueo, baja enseguida porque hoy tengo que alojarme en tu casa». Este encuentro de Zaqueo con Jesús le lleva a cambiar de vida y a compartir lo que tiene con los pobres. Y así se convierte en discípulo y en seguidor de Jesús.

Lectura de la Palabra

Lucas 19, 1-10

El Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdidoEn aquel tiempo, entró Jesús en Jericó y atravesaba la ciudad.

Un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de distinguir quién era Jesús, pero la gente se lo impedía, porque era bajo de estatura. Corrió más adelante y se subió a una higuera, para verlo, porque tenía que pasar por allí.

Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y dijo: «Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa.»

Él bajo en seguida y lo recibió muy contento.

Al ver esto, todos murmuraban, diciendo: «Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador.»

Pero Zaqueo se puso en pie y dijo al Señor: «Mira, la mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres; y si de alguno me he aprovechado, le restituiré cuatro veces más.»

Jesús le contestó: «Hoy ha sido la salvación de esta casa; también este es hijo de Abrahán.

Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido.»

Comentario a la Palabra

Pagola: «Jesús ama a los ricos y no quiere que ninguno de ellos eche a perder su vida»

Zaqueo

El encuentro de Jesús con el rico Zaqueo es un relato conocido. La escena ha sido muy trabajada por Lucas, preocupado tal vez por la dificultad que encontraban algunas familias ricas para integrarse en las primeras comunidades cristianas.

Zaqueo es un rico bien conocido en Jericó. «Pequeño de estatura», pero poderoso «jefe de los recaudadores» que controlan el paso de mercancías en una importante encrucijada de caminos. No es un hombre querido. La gente lo considera «pecador», excluido de la Alianza. Vive explotando a los demás. «No es hijo de Abrahán».

Sin embargo, este hombre quiere ver «quién es Jesús». Ha oído hablar de él, pero no lo conoce. No le importa hacer el ridículo actuando de manera poco acorde con su dignidad: como un chiquillo más, «corre» para tomar la delantera a todos y «se sube a una higuera». Solo busca «ver» a Jesús. Probablemente ni él mismo sabe que está buscando paz, verdad, un sentido más digno para su vida.

Al llegar Jesús a aquel punto, «levanta los ojos» y ve a Zaqueo. El relato sugiere un intercambio de miradas entre el profeta defensor de los pobres y aquel rico explotador. Jesús lo llama por su nombre: «Zaqueo, baja enseguida». No hay que perder más tiempo. «Hoy mismo tengo que alojarme en tu casa y estar contigo». Jesús quiere entrar en el mundo de este rico.

Zaqueo le abre la puerta de su casa con alegría. Le deja entrar en su mundo de dinero y poder, mientras en Jericó todos critican a Jesús por haber entrado «en casa de un pecador».

Al contacto con Jesús, Zaqueo cambia. Empieza a pensar en los «pobres»: compartirá con ellos sus bienes. Se acuerda de los que son víctimas de sus negocios: les devolverá con creces lo que les ha robado. Deja que Jesús introduzca en su vida verdad, justicia y compasión. Zaqueo se siente otro. Con Jesús todo es posible.

Jesús se alegra porque la «salvación» ha llegado también a esa casa poderosa y rica. A esto ha venido él: «a buscar y salvar lo que está perdido». Jesús es sincero: la vida de quienes son esclavos del dinero son vidas perdidas, vidas sin verdad, sin justicia y sin compasión hacia los que sufren. Pero Jesús ama a los ricos. No quiere que ninguno de ellos eche a perder su vida. Todo rico que le deje entrar en su mundo experimentará su fuerza salvadora.

Testigos de la Palabra

Joan Alsina: un catalán mártir junto al pueblo chileno                            

“Joan Alsina es verdad, verdad cristiana ciertamente. Porque fue encarnación y muerte solidaria con los hermanos, como el Señor Jesús. Porque supo ‘educar la caridad haciendo crecer la simiente del bautismo según la medida del plan de Dios: hasta dar la vida’. Porque confió contra toda esperanza en aquél que ya ha vencido y consiguió hacer su propia ‘síntesis en Cristo crucificado y glorioso’”.

Obispo Pedro Casaldáliga

En septiembre de 1973, un grupo de jóvenes curas catalanes vivían en comunidad, compartiendo la fe junto a los pobladores de San Bernardo. Uno de ellos, Joan Alsina, había optado por ser cura obrero, y trabajaba en el Hospital San Juan de Dios. El 11 de septiembre de ese año no sólo marcaría para siempre al país, sino que también torcería los proyectos de estos sacerdotes. A sus 31 años, el padre Joan se encontraba trabajando cuando fue detenido por efectivos del Ejército junto a un grupo de obreros. El 19 de septiembre de 1973 sería fusilado. Quien le disparó era un joven soldado, que recibió las órdenes de un militar de rango más alto. Cuando lo acribillan, en la baranda del puente Bulnes, sobre el río Mapocho, el cura Alsina le otorgó el perdón al soldado a quien le dijo: «No me pongas la venda. Mátame de frente porque quiero verte para darte el perdón»                                    Su cuerpo fue rescatado después desde el río para ser sepultado en el cementerio parroquial de San Bernardo. Es el primer mártir de la OCSHA (Obra de Cooperación Sacerdotal Hispano Americana).

La Buena Noticia del Dgo. 29º-C

Orar y luchar por la justicia

Lc 18, 1-8

LA HORA DE LA PALABRA

Orar siempre sin desanimarse

 La oración ocupa un lugar esencial en la vida de Jesús. Le brota espontáneamente de esa relación profunda que vive con el Padre. Su confianza  en el Padre se mantiene firme en los momentos más difíciles de su vida.

Nosotros necesitamos también invocar a Dios como Jesús, de manera incesante y sin desanimarnos. Sin una profunda relación con Dios, ¿cómo podremos vivir con alegría la novedad radical del Evangelio, que es “contracultural” en nuestro mundo actual?

Dios no es sordo ante los gritos de los más abandonados. Orar es pedir justicia, pero es también implicarse de lleno en el compromiso por la justicia.

LECTURA DE LA PALABRA

Lucas 18, 1-8

Dios hará justicia a sus elegidos que le gritan

En aquel tiempo, Jesús, para explicar a sus discípulos cómo tenían que orar siempre sin desanimarse, les propuso esta parábola: «Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban los hombres.

En la misma ciudad había una viuda que solía ir a decirle: «Hazme justicia frente a mi adversario.»

Por algún tiempo se llegó, pero después se dijo: «Aunque ni temo a Dios ni me importan los hombres, como esta viuda me está fastidiando, le haré justicia, no vaya a acabar pegándome en la cara.»»

Y el Señor añadió: «Fijaos en lo que dice el juez injusto; pues Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos que le gritan día y noche?; ¿o les dará largas? Os digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?»

COMENTARIO:

 En la Iglesia el centro de las preocupaciones no son los últimos, sino la vida moral

Por José Antonio Pagola

 La parábola de Jesús refleja una situación bastante habitual en la Galilea de su tiempo. Un juez corrupto desprecia arrogante a una pobre viuda que pide justicia. El caso de la mujer parece desesperado, pues no tiene a ningún varón que la defienda. Ella, sin embargo, lejos de resignarse, sigue gritando sus derechos. Solo al final, molesto por tanta insistencia, el juez termina por escucharla.

Lucas presenta el relato como una exhortación a orar sin «desanimarnos», pero la parábola encierra un mensaje previo, muy querido por Jesús. Este juez es la «antimetáfora» de Dios, cuya justicia consiste precisamente en escuchar a los pobres más vulnerables.

«Dios no tiene los ojos vendados»

El símbolo de la justicia en el mundo grecorromano era una mujer que, con los ojos vendados, imparte un veredicto supuestamente «imparcial». Según Jesús, Dios no es este tipo de juez imparcial. No tiene los ojos vendados. Conoce muy bien las injusticias que se cometen con los débiles y su misericordia hace que se incline a favor de ellos.

Esta «parcialidad» de la justicia de Dios hacia los débiles es un escándalo para nuestros oídos burgueses, pero conviene recordarla, pues en la sociedad moderna funciona otra «parcialidad» de signo contrario: la justicia favorece más al poderoso que al débil. ¿Cómo no va a estar Dios de parte de los que no pueden defenderse?

«Es falso que seamos libres e iguales»

Nos creemos progresistas defendiendo teóricamente que «todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos», pero todos sabemos que es falso. Para disfrutar de derechos reales y efectivos es más importante nacer en un país poderoso y rico que ser persona en un país pobre.

Las democracias modernas se preocupan de los pobres, pero el centro de su atención no es el indefenso, sino el ciudadano en general. En la Iglesia se hacen esfuerzos por aliviar la suerte de los indigentes, pero el centro de nuestras preocupaciones no es el sufrimiento de los últimos, sino la vida moral y religiosa de los cristianos. Es bueno que Jesús nos recuerde que son los seres más desvalidos quienes ocupan el corazón de Dios.

Nunca viene su nombre en los periódicos. Nadie les cede el paso en lugar alguno. No tienen títulos ni cuentas corrientes envidiables, pero son grandes. No poseen muchas riquezas, pero tienen algo que no se puede comprar con dinero: bondad, capacidad de acogida, ternura y compasión hacia el necesitado

La Buena Noticia del Dgo. 27º-C

¡SI TUVIERAIS FE… !          

Lc 17, 5-10

LA HORA DE LA PALABRA

 Como un granito de mostaza…

La fe cristiana empieza por la fe-confianza, que es entrega y fidelidad a Jesús. Lo importante no es tanto creer cosas, sino creerle a él. Ponerse de parte de él en su conflicto con la injusticia del mundo y en la tarea de realizar el proyecto que los evangelios llaman “el Reino de Dios”.

Para ello necesitamos conocerlo de manera más viva y concreta, comprender mejor su proyecto, captar bien su intención de fondo, sintonizar con él, recuperar el fuego que él incendió en sus primeros seguidores, de contagiarnos de su pasión por Dios y su compasión por los últimos

LECTURA DE LA PALABRA

Lucas 17, 5-10

¡Si tuvierais fe … !En aquel tiempo, los apóstoles le pidieron al Señor: «Auméntanos la fe.» El Señor contestó: «Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera: «Arráncate de raíz y plántate en el mar.» Y os obedecería. Suponed que un criado vuestro trabaja como labrador o como pastor; cuando vuelve del campo, ¿quién de vosotros le dice: «En seguida, ven y ponte a la mesa»? ¿No le diréis: ‘Prepárame de cenar, cíñete y sírveme mientras como y bebo, y después comerás y beberás tú»? ¿Tenéis que estar agradecidos al criado porque ha hecho lo mandado? Lo mismo vosotros: cuando hayáis hecho todo lo mandado, decid: «Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer.»»

COMENTARIO

ORAR DESDE LA DUDA

 José Antonio Pagola

En el creyente pueden surgir dudas sobre un punto u otro del mensaje cristiano. La persona se pregunta cómo ha de entender una determinada afirmación bíblica o un aspecto concreto del dogma cristiano. Son cuestiones que están pidiendo una mayor clarificación.

Pero hay personas que experimentan una duda más radical, que afecta a la totalidad. Por una parte sienten que no pueden o no deben abandonar su religión, pero por otra no son capaces de pronunciar con sinceridad ese «sí» total que implica la fe.

El que se encuentra así suele experimentar, por lo general, un malestar interior que le impide abordar con paz y serenidad su situación. Puede sentirse también culpable. ¿Qué me ha podido pasar para llegar a esto? ¿Qué puedo hacer en estos momentos? Tal vez lo primero es abordar positivamente esta situación ante Dios.

La duda nos hace experimentar que no somos capaces de «poseer» la verdad. Ningún ser humano «posee» la verdad última de Dios. Aquí no sirven las certezas que manejamos en otros órdenes de la vida. Ante el misterio último de la existencia hemos de caminar con humildad y sinceridad.

La duda, por otra parte, pone a prueba mi libertad. Nadie puede responder en mi lugar. Soy yo el que me encuentro enfrentado a mi propia libertad y el que tengo que pronunciar un «sí» o un «no».

Por eso, la duda puede ser el mejor revulsivo para despertar de una fe infantil y superar un cristianismo convencional. Lo primero no es encontrar respuestas a mis interrogantes concretos, sino preguntarme qué orientación quiero dar a mi vida. ¿Deseo realmente encontrar la verdad? ¿Estoy dispuesto a dejarme interpelar por la verdad del Evangelio? ¿Prefiero vivir sin buscar verdad alguna?

La fe brota del corazón sincero que se detiene a escuchar a Dios. Como dice el teólogo catalán E. Vilanova, «la fe no está en nuestras afirmaciones o en nuestras dudas. Está más allá: en el corazón… que nadie, excepto Dios, conoce».

Lo importante es ver si nuestro corazón busca a Dios o más bien lo rehúye. A pesar de toda clase de interrogantes e incertidumbres, si de verdad buscamos a Dios, siempre podemos decir desde el fondo de nuestro corazón esa oración de los discípulos: «Señor, auméntanos la fe». El que ora así es ya creyente.

TESTIGOS DE LA PALABRA

Dora Salvador, Mártir de la Amazonía

Dora Salvador era enfermera, esposa, madre, activista y líder de la asociación comunitaria de su pueblo, pero para aquellos empeñados en explotar la Amazonía, ella era solo una cosa: un enemigo que se interponía en el camino de sus ganancias ilegales.

El valiente liderazgo de Dora había frustrado durante mucho tiempo los negocios ilegales de tierras en Portelinha, una comunidad del municipio de Iranduba en el estado brasileño de Amazonas. Este terreno, que se encuentra frente al mar, es popular entre los residentes adinerados de la cercana Manaus, que compran una parte de ésta tierra para construir casas de fin de semana allí.

El 12 de agosto de 2015, lo que Dora había temido se hizo realidad. Fue secuestrada en su casa por cinco intrusos, y su cuerpo maltratado fue encontrado junto a una carretera al día siguiente. Había sufrido 12 heridas de bala en la cabeza, en las extremidades y en el torso.

En octubre, el Vaticano celebrará el sínodo de la Amazonía. En los meses previos al sínodo, honramos a muchos mártires como Dora, que dieron su vida por la justicia ambiental y los derechos humanos en la Amazonía. Junto con los obispos de todo el mundo, rezamos para que las personas de la Amazonía sean tratadas con equidad y sus recursos se utilicen de manera justa y sostenible.

Haití necesita la solidaridad internacional

 

Cáritas moviliza sus recursos para paliar los efectos del terremoto, que provocó más de 2.000 muertos y miles de damnificados 

Eran las 8:30 de la mañana de un sábado cualquiera, cuando María Inés Alce, misionera del Inmaculado Corazón de Jesús, sintió en carne propia el terror. Un estruendo apocalíptico emergió desde las entrañas de la tierra, la pesadilla de 2010 se repetía. “Fue un momento de mucho miedo, lloré al ver, escuchar y sentir el sufrimiento de la gente, la desesperación”. Solo alcanzó a gritar en su lengua natal: “¡Virgem Santíssima!”. Así relata a Vida Nueva esta religiosa brasileña cómo vivió el seísmo de 7,2 grados que sacudió Haití el pasado 14 de agosto

Ella trabaja en el sur del país, la región más devastada. “Todo giraba: los árboles, las casas, los animales… incluso un par de ovejas rompieron sus cordeles y se nos acercaron buscando protección”. Su comunidad lleva 34 años en la isla. Desde 1987 trabajan con campesinos de la zona y con Comunidades Eclesiales de Base (CEBs). Por eso, “durante los días siguientes, atemorizadas por las réplicas, acogimos a dos familias que quedaron sin casa, salimos al barrio a brindar ayuda, compramos lonas, fuimos distribuyéndolas entre los más necesitados”. 

Ese mismo sábado, la vida religiosa de América Latina y el Caribe –que celebraba su congreso continental virtual, daba la triste primicia: “Acaba de temblar en Haití, hay muchos heridos, no sabemos cuántos a esta hora, nuestras oraciones”. Como un jarro de agua fría, la noticia sobrecogió a los 9.000 consagrados conectados. Daniela Cannavina, secretaria general de la Confederación Latinoamericana de Religiosos (CLAR), expresaba su solidaridad con el pueblo haitiano: “Nuestras hermanas de las Dominicas de la Presentación estaban ayer conectadas a nuestro congreso, hoy deben estar acompañando a muchos hermanos sufrientes en este país”. 

Respuesta de la Iglesia 

La repuesta al unísono de la Iglesia en el continente no se hizo esperar: el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), Cáritas Latinoamérica, la Red Clamor, la Confederación Interamericana de Educación Católica y la CLAR, además de una declaración solidaria, elaboraron un plan de articulación que llamaron ‘Juntos por Haití’, iniciativa solidaria con la que buscan captar donaciones “de manera organizada” a través de sus conferencias nacionales y/o federaciones, mientras que Cáritas Latinoamérica “ofrecerá los apoyos técnicos y operativos” a través de su oficina nacional en Haití, cuyo papel ha resultado clave en la respuesta a la emergencia. Por tanto, han asegurado que “deseamos desarrollar acciones pastorales conjuntas para responder a la coyuntura actual y encaminadas a la reconstrucción del tejido social, a la puesta en marcha de acciones humanitarias para el cuidado de la vida y a apoyar la misión evangelizadora de la Iglesia haitiana”. 

Jean Hervé François, director general de Cáritas Haití, en conversación con esta revista, hace balance de la situación, agravada por el paso de la tormenta Grace. El sacerdote lamenta: “El panorama es grave, los muertos siguen aumentando. De momento, se han oficializado 2.237 fallecidos y 12.838 heridos”. En cuanto a los daños materiales, señala: “98.265 casas dañadas, 142 iglesias destruidas, 115 iglesias dañadas, 56 escuelas católicas destruidas, 38 escuelas católicas dañadas. Con un total de 650.000 personas afectadas y 66.146 familias en refugios improvisados”. 

Para el sacerdote, la situación político-social del país desde hace varios meses –incluido el asesinato del presidente Jovenel Moïse y la hostilidad de grupos criminales– tiene en jaque a toda la población, a merced de los infortunios de la naturaleza: “Las familias habitan prácticamente en las calles de las ciudades y en los espacios vacíos de las zonas rurales, sin tener, en su mayoría, lo suficiente para protegerse del sol o de la lluvia”, lamenta. (…) 

Por un laicado sinodal

«Un modelo de Iglesia sinodal es lo que se espera para este tercer milenio, según las palabras del papa Francisco» 

«Ya Vaticano II inició este proceso de transformación al definir la Iglesia como Pueblo de Dios en el que Jerarquía, laicado y vida religiosa son miembros plenos de la Iglesia por la dignidad que da el bautismo « 

«La sinodalidad no es un mero sentimiento de estar todos reunidos, afecta a los sujetos, las estructuras, los procesos y los acontecimientos sinodales, supone demasiado desprendimiento y apertura, salir de esa zona de confort que ofrece una estructura ya consolidada» 

«Lo que más llama la atención o parece casi inconcebible es que en grupos de iglesia formados solo por laicado también se presente tanta resistencia a dar participación plena a todos los miembros que conforman aquellos grupos» 

«Un carisma que no asume los modelos eclesiales que el espíritu va suscitando, no puede mantener su vitalidad y significado y es sensato preguntarse si tiene sentido seguir manteniéndolo» 

«Si los fundadores o fundadoras hoy vivieran, seguramente no dudarían en acoger esta voz del Espíritu que clama al cielo por un cambio para que la Iglesia salga de su anquilosamiento y se disponga a ser signo creíble de un ‘caminar juntos’ de hecho y de derecho» 

06.09.2021 Consuelo Vélez 

Un modelo de Iglesia sinodal es lo que se espera para este tercer milenio, según las palabras del papa Francisco. Ya Vaticano II inició este proceso de transformación al definir la Iglesia como Pueblo de Dios en el que Jerarquía, laicado y vida religiosa son miembros plenos de la Iglesia por la dignidad que da el bautismo haciendo a todos, participes del sacerdocio, profetismo y realeza del mismo Jesucristo. A lo largo de estos más de cincuenta años -después de realizado el Concilio- no se ha podido consolidar tal modelo e, incluso se ha desvirtuado, con el clericalismoque tanto ha denunciado Francisco y que no parece fácil desmontarlo. Pero el papa sigue insistiendo, utilizando ahora este término -sinodalidad- que significa “caminar juntos”

La sinodalidad no es un mero sentimiento de estar todos reunidos. Como lo explicó la Comisión Teológica Internacional en su documento sobre “La sinodalidad en la vida y en la misión de la Iglesia” (2018) esta afecta a los sujetos, las estructuras, los procesos y los acontecimientos sinodales. Y aquí viene la dificultad de hacerlo realidad porque cambiarnos a nosotros mismos -los sujetos- supone demasiado desprendimiento y apertura; modificar -las estructuras- implica transformaciones reales que dan mucho miedo porque supone salir de esa zona de confort que ofrece una estructura ya consolidada y no digamos la dificultad que trae proponer -procesos y acontecimientos sinodales- que se realicen de manera diferente a lo que estábamos acostumbrados. 

Sinodalidad 

Superar la barrera de desigualdad que históricamente ha vivido la jerarquía y el laicado y que ha llevado a que no todos participen en los niveles de decisión eclesial, será una tarea muy ardua y difícil. Pero lo que más llama la atención o parece casi inconcebible es que en grupos de iglesia formados solo por laicado también se presente tanta resistencia a dar participación plena a todos los miembros que conforman aquellos grupos

Conozco algunas asociaciones de fieles laicos que, en sus orígenes, se constituyeron con diversos tipos de grupos: uno de ellos que centraliza las instancias de decisión y los otros que, compartiendo la misión, no participan en los niveles de gobierno. A lo largo de las últimas décadas se ha visto que un laicado activo -como se ha buscado vivir en el postconcilio- implicaba niveles de mayor participación de todos los miembros de cualquier grupo eclesial. Por eso, algunas de estas asociaciones han hecho procesos para dar mayor participación en los niveles de misión y de gobierno. 

Pero ante esa propuesta, se han levantado algunas voces invocando el carisma fundacional donde pareciera que el fundador o fundadora habría dispuesto esa jerarquía entre grupos como algo constitutivo y, por tanto, hacer cualquier cambio, sería atentar contra dicho carisma. Algunos procesos que llevaban un buen tiempo de reflexión y de puesta en práctica de un modelo mucho más sinodal se han parado por esas voces que no están dispuestas a cambiar. Valga este ejemplo para recordar que un carisma nace en el seno de la iglesia y tiene su vigencia en la medida que siga siendo significativo para los modelos eclesiales que los signos de los tiempos van configurando

Además, es importante saber que la tradición eclesial tiene tres funciones: (1) Función constructiva: es la forma fundacional en la que se sustenta y desarrolla un carisma. (2) Función de conservación: corresponde a la fidelidad de los seguidores para mantener la sustancia vital del carisma recibido (3) Función innovadora: que se refiere a la capacidad de apropiarse del carisma fundacional y, manteniendo la fidelidad, recrearlo en los nuevos contextos, de manera que responda verdaderamente a los desafíos de cada tiempo presente. 

Un carisma que no asume los modelos eclesiales que el espíritu va suscitando, no puede mantener su vitalidad y significado y es sensato preguntarse si tiene sentido seguir manteniéndolo

Muchas personas que apelan a la fidelidad carismática para no dejar que haya cambios, parecen olvidar, negar o no conocer la tercera función de toda tradición eclesial y, sobre todo, da la impresión de que divorcian el carisma del modelo de Iglesia que la actualidad reclama

Si es urgente que clero y laicado, caminen juntos, con más razón, es indispensable que todos los miembros de una asociación laical, por ejemplo, tengan voz y voto para dar testimonio de una iglesia capaz de bajar para que todos crezcan, de desprenderse para vivir el poder como servicio y no como honor, de mirar a la iglesia de los orígenes donde el ideal de “la mesa común” hizo posible vivir una fraternidad/sororidad, signo del Reino

En definitiva, toda la Iglesia ha de ponerse en camino para hacer posible un modelo de Iglesia sinodal. Como ya dije, está siendo muy difícil que la jerarquía dé un paso decisivo en ese sentido -ni siquiera el mismo papa Francisco ha logrado llevar a cabo la tan esperada reforma de la Curia-. Pero, ¿no podría el laicado empujar ese cambio? 

El Dicasterio para los laicos, la vida y la familia que coordina las asociaciones de fieles laicos decretó hace poco que “Todos los miembros “pleno iure” (pleno derecho) tendrán voz activa, directa o indirectamente en la constitución de las instancias que eligen al órgano central de gobierno a nivel internacional”. Ojalá que algunas asociaciones de fieles donde ese pleno derecho de todos sus miembros de participar en instancias de decisión y de gobierno no es una realidad, no se queden pensando y en el peor de los casos –argumentando desde el carisma fundacional– para resistirse a hacer visible una Iglesia sinodal que, en definitiva, si los fundadores o fundadoras hoy vivieran, seguramente no dudarían en acoger esta voz del Espíritu que clama al cielo por un cambio para que la Iglesia salga de su anquilosamiento y se disponga a ser signo creíble de un “caminar juntos” de hecho y de derecho