8 de marzo:Día internacional para todas las mujeres

«Los muchos feminicidios que siguen ocurriendo, muestran que en el imaginario patriarcal, la mujer es propiedad del varón y si no cumple con sus expectativas, él puede agredirla hasta matarla»

«La conmemoración del Día Internacional de la Mujer, cada 8 de marzo, no ha de pasarse de largo o banalizarse convirtiéndola en un día comercial en el que se tienen detalles con las mujeres»

«El esfuerzo de Francisco todavía es demasiado pequeño para desmontar la mentalidad patriarcal de clérigos y laicado que siguen entendiendo la iglesia como una pirámide, donde el clero manda y el pueblo obedece»

Por | Consuelo Vélez teóloga

Muchas mujeres creen que por el hecho de tener oportunidades laborales o de que en la cotidianidad se vea a tantas mujeres actuando a nivel social en múltiples esferas y logrando tantas realizaciones personales y sociales, ya no hay discriminación hacia ellas. Pero eso no es así. Los muchos feminicidios que siguen ocurriendo, muestran que en el imaginario patriarcal, la mujer es propiedad del varón y si no cumple con sus expectativas, él puede agredirla hasta matarla. En Colombia se registraron más de 600 feminicidios el año pasado y en lo que va corrido de este año, ya van diez.

La violencia contra la mujer no se ejerce solo en los feminicidios. Hay demasiadas violencias en múltiples esferas. Todavía se oye decir que se prefiere un varón para muchas profesiones o se pone en tela de juicio lo que provenga del género femenino. Esto no significa que todo lo que las mujeres realizan esté bien. Habrá que descalificar a esta o aquella -con razones justificadas, por supuesto- pero no a todas las mujeres, como si fueran un grupo homogéneo, con las mismas cualidades -en la que se destaca el rol materno, servicial, cuidador- y con los mismos defectos -que se asocian, muchas veces, a querer salir del rol que la sociedad patriarcal les asignó- cuestionando cualquier intento de ser reconocidas en su igual dignidad con los varones y, por tanto, con los mismos derechos.

Por eso la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, cada 8 de marzo, no ha de pasarse de largo o banalizarse convirtiéndola en un día comercial en el que se tienen detalles con las mujeres. Ese día recuerda las largas y difíciles luchas que a lo largo de la historia se han dado para conseguir el reconocimiento de la dignidad de las mujeres, con los derechos que conlleva y, mientras esto no sea realidad en todas las circunstancias y en todos los lugares, es necesario seguir trabajando por ello.

A nivel social los movimientos feministas siguen defendiendo los derechos de las mujeres. Pero la pregunta que podemos hacernos es, si a nivel eclesial, hay una consonancia con esas luchas o, si por el contrario, la iglesia se desentiende de esa realidad e incluso la retrasa. Cada vez es más evidente que la práctica de Jesús en su tiempo, fue la inclusión de las mujeres en su círculo de discípulos y defendió su dignidad en múltiples ocasiones. Las mujeres que acompañaron a Jesús durante su vida pública (L 8, 1-3), entre las que se destaca María Magdalena, muestran que Jesús incluyó en su grupo a las mujeres y, ellas, dejando sus roles asignados por la sociedad, lo siguieron a la par con los discípulos.

Fue tal su protagonismo que, Jesús después de resucitado, se aparece a una mujer, María Magdalena, y le confía el anuncio de esa Buena Noticia (Jn 20, 11-18). Además, varios son los relatos de curación donde las mujeres dialogan con Jesús -cosa inaudita en la sociedad judía de ese tiempo-, entre ellos la mujer cananea que prácticamente “le exige” a Jesús que cure a su hija, aunque ella no sea judía (Mt 15, 21-28). La exégesis bíblica actual no tiene duda de la comunidad de varones y mujeres que surgió en torno a Jesús y la igualdad de roles y servicios que desempeñaron.

Sin embargo, la iglesia se acomodó a la sociedad patriarcal e introdujo dentro de ella, las mismas limitaciones que dicha sociedad establece para la mujer. Por eso, dentro de la Iglesia, también se han de revisar los estereotipos femeninos y transformarlos. No está bien que no se denuncie desde los altares, toda la violencia contra las mujeres. La justicia de género hay que impulsarla desde los púlpitos, no por moda o acomodo a la sociedad, sino porque es una de las buenas noticias del reino anunciado por Jesús. Pero también en los altares no debería haber ninguna discriminación contra las mujeres. Un ejemplo que sigue mostrando que no se acepta por igual la presencia de la mujer, es la actitud frente a las ministras de la comunión.

Los fieles que se acercan a recibir la comunión con ellas, son muy pocos; mientras que las filas de los presbíteros son interminables. Y no debería extrañarnos que cada vez más los altares, los púlpitos, las clases de teología, las homilías, las administraciones parroquiales y muchos otros ministerios, fueran ocupados por mujeres y su palabra y acción tuviera el mismo valor que la de los ministros ordenados. Aunque la mayoría de fieles que asisten a la liturgia y que realizan las pastorales parroquiales son mujeres, no son la mayoría de los que deciden, ni son reconocidas como tales en el servicio eclesial.

Francisco, desde el inicio de su pontificado, ha sido consciente de la necesidad de que las mujeres ocupen puestos de decisión en la Iglesia. Ha intentado hacer algunos cambios, nombrando a mujeres en la curia vaticana, en lugares que antes solo eran ocupados por clérigos. Pero su esfuerzo todavía es demasiado pequeño para desmontar la mentalidad patriarcal de clérigos y laicado que siguen entendiendo la iglesia como una pirámide, donde el clero manda y el pueblo obedece. La iglesia ha de ser “Pueblo de Dios”, donde todos han de ser corresponsables de su devenir y, ninguno, por cuestión de género, debe ser excluido o no reconocido en su protagonismo eclesial.

Por todo esto, la conmemoración del Día internacional de la mujer ha de permear también la vida eclesial y llevarnos a una revisión del lugar que ocupan las mujeres en la Iglesia; de los discursos y prácticas que de allí surgen con respecto a las mujeres y; sobre todo, del testimonio que la Iglesia da de que en la comunidad eclesial las mujeres ocupan un lugar igual con los varones y no existe ninguna discriminación en razón de su sexo. Esta es una difícil tarea por todos los cambios que habría que dar para hacerlo realidad, pero las transformaciones han comenzado y no podemos detenernos hasta conseguirlo

En la Iglesia con voz y voto

Revuelta de mujeres 2022: «En la Iglesia con voz y voto»

Este año en España la presencia de la Revuelta en las calles tiene un marcado carácter estatal por su extensión y estrategias de preparación: será el domingo 6M en torno a las 12:00 a.m (la mayoría participamos en las manifestaciones del 8M y, desde el inicio, decidimos no solapar ambas celebraciones).

En redes y otros medios están las convocatorias, hora y lugar de cada concentración/encuentro, y ya son dieciséis las ciudades “en Revuelta”: Vigo, Madrid, Valencia, Santiago de Compostela, La Rioja, Sevilla, Badajoz, Santander, Bilbao, Barcelona, Granada, Zaragoza, Vitoria, Gran Canaria, Almería, Córdoba.

Ya son dieciséis las ciudades en «Revuelta de mujeres en la Iglesia»

Invitamos con alegría a cuantas mujeres quieran incorporarse a este caudal de esperanza imparable y a los hombres, cómplices del mismo, que entienden que el reconocimiento de la dignidad y la igualdad de las mujeres es un bien comunitario que permite generar una Iglesia nueva, al estilo de Jesús, para todas y todos.

Como proclama una de las canciones de las revoltosas, elevada a himno.

¡REMAMOS!

UNA HISTORIA CORTA PERO FECUNDA

Cuando el 1 de marzo de 2020 en diferentes lugares del Estado nos congregamos, delante de catedrales y otros templos significativos, grupos de mujeres (y varones cómplices) que nos reconocíamos cristianas y feministas, no sabíamos qué sucedería a partir de entonces pero sentíamos una fuerza que no nos pertenecía aunque sí nos habitaba: era la Revuelta de Mujeres en la Iglesia/Alcem la Veu.

En aquellos momentos nos acompañaron algunos medios de comunicación interesados por el acontecimiento y hubo que recordar (les) que, desde siempre, había habido en nuestro país y en muchos otros, mujeres en la Iglesia que estaban en desacuerdo profundo con el lugar y el papel que tenían en la institución, que se reconocían bautizadas y que, desde ahí, su anhelo (y nuestro anhelo) de igualdad, como punto de partida hacia otros sueños, era irrenunciable.

En la Revuelta, la fundamentación teológica está acompañada de una indignación ética

La Revuelta, ayer y hoy, se reconoce heredera y profundamente agradecida a esas mujeres y a sus vidas.

El tiempo de pandemia nos ha permitido conocernos más y reconocernos, compartir momentos de reflexión, formación y celebración; nos ha dado oportunidad de generar redes con mujeres de otros países y continentes, hemos experimentado el enriquecimiento mutuo a partir de la diversidad y la utopía compartida, en camino hacia una Iglesia nueva.

La Revuelta ha ganado en hondura y extensión. Queremos seguir abiertas a la acción y aliento del Espíritu/Ruah en nosotras, al tiempo que lúcidas en nuestros análisis de la realidad: denunciando tantas situaciones de desequilibrio y desigualdad en que vivimos las mujeres en la Iglesia y en la sociedad, teniendo especialmente presentes a las más vulneradas que, en tantas ocasiones, ni siquiera pueden alzar su grito.

EL SÍNODO DE LAS MUJERES y EL SÍNODO DE FRANCISCO

Al tiempo que se inauguraba en octubre de 2021 el Sínodo de la sinodalidad, convocado por Francisco para caminar juntas y juntos los bautizados y cuantos quieran acompañarnos, a nivel internacional, hemos iniciado un Sínodo de mujeres, convocado por el Catholic Women’s Council (Consejo de mujeres católicas, CWC) que culminará en Roma, en octubre de este año 2022. La Revuelta de mujeres en la Iglesia/Alcem la Veu participamos intensamente en el mismo.

En octubre, Francisco recibirá las conclusiones del Sínodo de las Mujeres.

Para este proceso se han elaborado materiales, ofrecido metodologías y articulado talleres, grupos de trabajo y encuentros abiertos en diferentes países y continentes para compartir experiencias con cuantas mujeres están interesadas en trabajar y alcanzar el pleno reconocimiento de su dignidad e igualdad en la comunidad eclesial.

El lema elegido para el Sínodo de las mujeres 2022 es: “Nosotras somos el cambio. Ven a construirlo”.

Para alcanzar los objetivos se ha organizado el trabajo de reflexión e intercambio de experiencias en torno a cinco ejes: “Situación de las mujeres en la Iglesia”, “Poder, participación y representación”, “Transparencia y rendición de cuentas”, “Vida sacramental”, “Resistencia y esperanza”. La metodología de trabajo se basa en el ver, juzgar y actuar, con perspectiva de género. 

La fundamentación teológica de los temas planteados está acompañada de una indignación ética que nos permite cuestionar la situación y lugar de las mujeres en la institución, y a concientizarnos, a nosotras y a otros, de que las cosas en la Iglesia pueden y deben ser de otra manera.

Las reflexiones y propuestas generadas en este proceso se entregarán a Francisco en octubre de 2022 en Roma. Creemos que lo recogido en el Sínodo de las mujeres puede ser un aporte indispensable para el Sínodo de la sinodalidad, aunque es necesario distinguir entre ambos para saber, en cada momento, en qué contexto estamos trabajando y moviéndonos. 

Manifiesto de la Revuelta de Mujeres en la Iglesia

«Imaginamos y construimos una Iglesia nueva, donde las mujeres ya somos, y nos reconocemos con autoridad y liderazgo»

"Imaginamos y construimos una Iglesia nueva, donde las mujeres ya somos, y nos reconocemos con autoridad y liderazgo"
«Imaginamos y construimos una Iglesia nueva, donde las mujeres ya somos, y nos reconocemos con autoridad y liderazgo»

«Venimos de una larga tradición feminista que ha luchado por la dignidad de las mujeres, que ha exigido la igualdad de derechos, poder votar, libertad sexual y reproductiva, y en el siglo XXI se reconoce diversa, se muestra con una fuerza joven y renovada, y hoy volvemos a salir a la calle para alzar la voz y decir ¡Basta!»

«Son incontables las congregaciones de religiosas que trabajan día a día por los derechos de los más vulnerables. ¿Quién constituye una parte importante de la Iglesia en el siglo XXI? ¡Nosotras!»

«Decimos basta a que se nos niegue el sacerdocio debido a nuestro cuerpo, un cuerpo que siempre está bajo sospecha»»Basta a una imagen de un Dios exclusivamente masculino»

06.03.2022

En el marco de las jornadas feministas del 8 de marzo, las mujeres creyentes, de movimientos y comunidades, salimos a la calle para alzar nuestra voz y decir que queremos estar en la Iglesia ¡con voz y voto!

VENIMOS DE LEJOS.

– Venimos de una larga tradición feminista que ha luchado por la dignidad de las mujeres, que ha exigido la igualdad de derechos, poder votar, libertad sexual y reproductiva, y en el siglo XXI se reconoce diversa, se muestra con una fuerza joven y renovada, y hoy volvemos a salir a la calle para alzar la voz y decir ¡Basta!

– Venimos de las mujeres valientes y libres de las primeras comunidades cristianas, y de todas las que a lo largo de la historia se han negado a quedar recluidas en los roles secundarios e invisibles a que la tradición eclesial y teológica las quería someter.

– Venimos de la buena noticia de un Jesús que transgrede las normas de una sociedad profundamente patriarcal. Venimos de una Iglesia que en sus inicios hizo de la igualdad entre hombres y mujeres, una de las aportaciones más radicales del cristianismo a la historia de la humanidad. ¡Recuperémosla!

Venimos de una Iglesia que en sus inicios hizo de la igualdad entre hombres y mujeres, una de las aportaciones más radicales del cristianismo a la historia de la humanidad. ¡Recuperémosla!

SOMOS MUCHAS

– Somos muchas las que en todo el mundo alzamos la voz. Somos mayoría en las tareas de voluntariado, en las celebraciones religiosas, como catequistas, en los consejos parroquiales, somos muchas en los movimientos, asociaciones, centros recreativos y en el mundo educativo de la infancia y juventud.

– Son incontables las congregaciones de religiosas que trabajan día a día por los derechos de los más vulnerables. ¿Quién constituye una parte importante de la Iglesia en el siglo XXI? ¡Nosotras!

DECIMOS BASTA

– Decimos basta a ser invisibilizadas y silenciadas.

– Decimos basta a ser tratadas con condescendencia como si fuéramos menores de edad. Decimos basta a la discriminación por razón del sexo o del género.

– ¿Cuántas mujeres vemos representando la institución? ¿Cuántas pueden tomar parte en la toma de las decisiones? ¿Cuántas teólogas trabajan en las facultades de teología, cuántas acompañan espiritualmente, cuántas son formadoras de los seminarios?

¿Cuántas mujeres vemos representando la institución? ¿Cuántas pueden tomar parte en la toma de las decisiones? ¿Cuántas teólogas trabajan en las facultades de teología, cuántas acompañan espiritualmente, cuántas son formadoras de los seminarios?

– Decimos basta a que se nos niegue el sacerdocio debido a nuestro cuerpo, un cuerpo que siempre está bajo sospecha.

– Basta a una visión negativa de la sexualidad, que crea sufrimiento.

– Basta a una imagen de un Dios exclusivamente masculino.

IMAGINAMOS Y CONSTRUIMOS UNA IGLESIA NUEVA

– Una Iglesia que es comunidad de iguales, donde la mujer es reconocida como sujeto de pleno derecho, con voz y voto en todas partes, donde la mujer es valorada por los propios talentos, carismas y aportaciones a las comunidades.

– Una Iglesia donde el liderazgo es compartido entre mujeres y hombres, laicos, laicas, personas consagradas y sacerdotes. Una iglesia paritaria, más plural y menos jerárquica.

– Una Iglesia que acompaña sin juzgar toda la diversidad de las familias, de identidades y orientaciones sexuales.

– Una Iglesia donde las mujeres ya somos, y nos reconocemos con autoridad y liderazgo. Una Iglesia que ya hoy es semilla de futuro.

– Venimos de lejos, somos muchas, y alzamos la voz para decir basta y exigir una Iglesia nueva que este 6 de marzo de 2022 da un nuevo paso adelante

8-M mantiene el pulso

El 8M mantiene el pulso: de parar el mundo a mostrar cómo moverlo

Entre la protesta y la celebración, con menos afluencia que los dos años anteriores pero con una capacidad movilizadora incuestionable, el feminismo saca a la calle a miles de personas en toda España

FOTOS | El feminismo sale a la calle en el 8M para plantar cara al patriarcado

Ana Requena Aguilar Follow @RequenaAguilar    08/03/2020

Una niña sostiene una pancarta en la que se lee «Con una pueden, con todas no» en la manifestación de Madrid de este 8M. Olmo Calvo

Esta crónica podría empezar por el final o por el principio del 8M. Por el final porque a última hora de la tarde del domingo las calles ya habían confirmado que el 8M había mantenido el pulso en una jornada de protesta muy descentralizada, entre la reivindicación y la celebración, con menos afluencia que los dos años anteriores, pero con una capacidad movilizadora incuestionable y al alcance de ningún otro movimiento a día de hoy. Por el principio, porque el día comenzaba con la expectación de quien sabe que el listón está alto y teme que la dispersión de las últimas semanas -los debates internos, el revuelo por la aprobación de la Ley Libertad Sexual, el reto de afrontar la efeméride sin una huelga estatal, y hasta el coronavirus- afectara especialmente a la protesta. Volviendo al final: la revuelta feminista es grande, mucho, y tiene de lo que presumir; garra, propuestas, una intergeneracionalidad que se constata en la calle y un eco internacional que se escucha en varias orillas.

Este 8M no había huelga estatal, pero la semilla de los dos últimos años se dejó sentir. Las manifestaciones ya no son suficiente y, desde temprano, las mujeres se reunieron en las ciudades para ocupar juntas los espacios públicos en forma de desayunos populares, bicicletadas, pasacalles, ‘flashmob’ o lectura de manifiestos. Pilar, de 67 años, y Alicia, de 71, recorrían el centro de Madrid y recordaban los viejos tiempos. «Estoy muy contenta de cómo ha avanzado esto, me acuerdo de las manifestaciones feministas del 77, que es la primera vez que fui a una», decía Pilar. «Estoy en esto desde que era jovencita y la incorporación masiva de las jóvenes me parece muy importante, pero igual de importante es que no olviden a sus ancestras», apuntaba Alicia. A su lado, cientos de mujeres cortaban varias calles del centro con cacerolas, pitos y carracas.

Las más mayores se encontraban con las más pequeñas. Elisa, de 43 años, escuchaba junto a su hija Claudia, de 8, la lectura del manifiesto feminista convocada en la plaza de Lavapiés al mediodía. «Para mí es muy importante que vea que se puede hacer algo y que juntas somos más fuertes. Y que cuantas más seamos más podremos hacer. Inculcarle también unos valores que tengan que ver con todo esto». La lectura del manifiesto terminaba y Claudia aplaudía con las demás y , con timidez, se sumaba al grito que atronaba la plaza: «Revuelta, revuelta, revuelta feminista».

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Manifestación del 8-M en Madrid

       «Con una pueden, con todas, no»: una de las pancartas en la manifestación del 8M en Madrid.

  El movimiento feminista de Madrid lee el manifiesto del 8M al final del recorrido: “Somos un grito global dispuesto a dar la batalla para construir vidas mejores”

Pasadas las 19.30 de la tarde la cabecera de la manifestación ha llegado a Plaza España entre gritos, aplausos y música. “Nos queremos vivas, libres y diversas todos los días del año, ha comenzado una activista, micrófono en mano, desde encima del escenario. Acto seguido, las representantes del movimiento feminista ha comenzado a leer el manifiesto de este 8M: “Somos un grito global de distintos pensamientos, unidas contra el patriarcado y dispuestas a dar la batalla para construir vidas mejores”. Las manifestantes han exigido que todas las violencias machistas sean consideradas cuestión de Estado, también las más cotidianas y en todos los ámbitos. Así, han reclamado medidas contra “la justicia patriarcal” y en favor del aborto “seguro y gratuito”. Una de las intervenciones más aplaudidas ha sido la que ha reclamado que “la sociedad valore la diversidad sexual y de identidad” y ha exigido el fin de la discriminación y la “violencia” de las mujeres trans. “Nuestros procesos de vida no son enfermedades”, han señalado. El fin de la precariedad, de la brecha salarial en el empleo y las pensiones, la corresponsabilidad en los cuidados, el cierre de los CIE o la ratificación del Convenio 189 de la OIT para ampliar los derechos de las trabajadoras domesticas han sido otras de las demandas concretas. Informa Marta Borraz.

 

 

 

8-M: Día del feminismo en CLM

Por un 8 de marzo más social y garantista. Por los derechos de las mujeres

«Generemos igualdad, por los derechos de las mujeres»

  • María José Romero Rodenas –

Nos acercamos a un nuevo 8 de marzo un año especial 2020 de reivindicación y lucha por la consecución de la igualdad material entre mujeres y hombres en todos los ámbitos y circunstancias de la vida.

Este próximo 8 de marzo será un nuevo día cargado de sororidad y reivindicación de nuestros derechos como mujeres. La sororidad y concordia entre mujeres, que implica un reconocimiento plural y recíproco lo venimos utilizando para referirnos a una nueva forma de relación entre mujeres que rompe con las relaciones que tienen como base la ética de la competencia que el orden patriarcal ha establecido como modelo entre los seres humanos.

Alcanzar la plena igualdad en el plano de las relaciones económicas y laborales tiene un impacto directo en nuestros derechos como mujeres, que no podremos alcanzar sin el fortalecimiento y reconocimiento de un ordenamiento jurídico imprescindible como es el Derecho del Trabajo y Seguridad Social para avanzar en una sociedad más democrática y más garantista.

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¿Huelga feminista el 8-M en CLM?

La Asamblea Regional se reúne este sábado, 15 de febrero, para valorar los pros y contras de la convocatoria debido a que este año el Día de la Mujer cae en domingo

Bárbara D. Alarcón

La localidad ciudadrealeña de Alcázar de San Juan se tiñe de morado este fin de semana con la celebración del Encuentro Feminista de Colectivos y Asociaciones de Castilla-La Mancha. La cita será el sábado, 15 de febrero, con el objetivo de definir las actuaciones, eventos, manifestaciones o huelgas a celebrar el próximo 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer.

“Desde el 7 de noviembre de 2015, en aquella macromanifestación, el feminismo no ha parado de crecer y de consolidarse con actividades muy intensas”. Así describe la cuarta ola feminista, nacional y castellanomanchega, Rosa Zafra, portavoz de la Coordinadora del Movimiento Feminista Regional.

Según Zafra, el feminismo de Castilla-La Mancha “se ha fortalecido” con un crecimiento que ha sorprendido a las propias activistas. “Nos encontramos ante un movimiento imparable reforzado por la presencia de jóvenes que han terminado sus estudios, han vuelto a sus pueblos y han querido convertirlos en lugares más igualitarios”.

Esta parece ser una de las causas del auge de colectivos y asociaciones dedicadas a la lucha por la igualdad de género. Desde el 8 de marzo de 2019, la región ha sido escenario del surgimiento de agrupaciones como la Asociación Feministas de Pueblo de Almagro, la suellamina Milenrama o el Colectivo Harticas de Puertollano.

Se trata de una crecimiento que podrá verse este sábado en un encuentro al que acudirán más de 20 agrupaciones feministas de toda Castilla-La Mancha. Junto a las surgidas durante el último año estarán las más consagradas como Las Violeteras de Campo de Criptana; Las Quijotas de Villarrobledo; Las Galanas de Valdepeñas; o los cuatro colectivos surgidos en Ciudad Real Capital (Arda, Ecofeministas, Asamblea Feminismos y el Colectivo Espinas).

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