«La Iglesia está llamada a escuchar y ver los signos de los tiempos»

Papa: «Caminar juntos en la misma dirección. Estoy convencido de que es lo que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio»

Papa

«Con espíritu sinodal necesitamos aprender a escucharnos, reaprender el arte del hablar con el otro sin barreras ni prejuicios, incluso y de un modo particular, con quienes están fuera, en el margen»

«Tengan el oído atento para no dar respuestas a preguntas que nadie se hace ni decir palabras que a nadie le interesa escuchar ni sirven»

» Necesitamos ser una Iglesia vitalmente profética, desde los signos y los gestos, que muestren que existe otra posibilidad de convivencia, de relaciones humanas, de trabajo, de amor, de poder y servicio»

27.11.2022

Después de la elección de las nuevas autoridades del Foro Internacional de la Acción Católica (FIAC), en el marco de la VIII Asamblea del 26 al 27 de noviembre, el Papa felicita “a quienes han asumido el compromiso de llevar adelante la conducción durante el próximo período, que sigue el camino iniciado hace más de 30 años”. Lo hace en un mensaje escrito por él mismo en español, en el que recuerda:

“En aquel momento, el venerable Cardenal Eduardo Pironio intuyó la necesidad de crear este foro para que la vida de la Acción Católica contribuyera al desafío de la nueva la evangelización, enriquecida con la peculiaridad de cada lugar y cultura. Muchos de ustedes acompañaron decididamente esa intuición y pusieron sus capacidades y el deseo de anunciar el Evangelio en ese servicio, aun con las dificultades propias de la época, ya que no se contaba con los medios de comunicación y de acercamiento entre países que existen en la actualidad”. 

“¡Qué importante en la vida es ser signo!”

Tras constatar que “ciertamente, el contexto mundial que acompaña a la nueva etapa no es el mismo que el de hace treinta años, ni siquiera al de la conducción anterior” y referirse a las secuelas sociales y personales de la pandemia, Bergoglio afirma:

“En ciertos ámbitos se ha reavivado el individualismo de una salvación a medida; sin olvidar el azote de la violencia entre países y hermanos que van socavando el deseo de una fraternidad universal. Sin embargo, las épocas difíciles pueden ser desafiantes y convertirse en tiempos de esperanza. Como decía el Cardenal Pironio, hombre de la esperanza: “¡Qué importante en la vida es ser signo! Pero no un signo vacío o de muerte, sino un signo de luz comunicador de esperanza. La esperanza es capaz de superar las dificultades, las desavenencias, las cruces que se presentan en la vida cotidiana”.

Necesitamos aprender a escucharnos

“Al mismo tiempo, como Iglesia, recuerda, estamos transitando un tiempo en el cual necesitamos que el espíritu sinodal se vaya arraigando en nuestro modo de ser Iglesia; esto significa el ejercicio de caminar juntos en la misma dirección”.

El Santo Padre “está convencido de que es lo que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio”. Es decir, “que retome la conciencia que es un pueblo en camino y que debe hacerlo junto”. Por este motivo, pide a la Acción Católica que animen con este espíritu los grupos de acción católica en las diversas Iglesias locales.

Acción Católica

“Con espíritu sinodal necesitamos aprender a escucharnos, reaprender el arte del hablar con el otro sin barreras ni prejuicios, incluso y de un modo particular, con quienes están fuera, en el margen, para buscar la cercanía, que es el estilo de Dios” (cf. Video del Papa por una Iglesia abierta a todos, octubre 2022).

“Les pido que escuchen”

En este contexto, el Pontífice exhorta a las nuevas autoridades “a ser hombres y mujeres de la escucha”. Anhela “que no sean ‘dirigentes’ de escritorio, de papeles o de Zoom, y que no caigan en la tentación del estructuralismo institucional que planifica y organiza desde estatutos, reglamentos y propuestas heredadas, que fueron buenas y útiles en su momento pero que quizás hoy no sean significativas. Por favor, les pido que escuchen”.

Y la escucha que solicita Francisco es, primero, “a los hombres, mujeres, ancianos, jóvenes y niños concretos, en sus realidades, en sus gritos silenciosos expresados en sus miradas y en sus clamores profundos”

Texto íntegro de la alocución del Papa

Queridos hermanos del FIAC:

Después de la elección de las nuevas autoridades del Forum Internazionale di Azione
Cattolica, felicito a quienes han asumido el compromiso de llevar adelante la conducción durante el próximo período, que sigue el camino iniciado hace más de 30 años. En aquel momento, el venerable Cardenal Eduardo Pironio intuyó la necesidad de crear este foro para que la vida de la Acción Católica contribuyera al desafío de la nueva la evangelización, enriquecida con la peculiaridad de cada lugar y cultura.

Muchos de ustedes acompañaron decididamente esa intuición y pusieron sus capacidades y el deseo de anunciar el Evangelio en ese servicio, aun con las dificultades propias de la época, ya que no se contaba con los medios de comunicación y de acercamiento entre países que existen en la actualidad.

Ciertamente, el contexto mundial que acompaña a la nueva etapa no es el mismo que el de hace treinta años, ni siquiera al de la conducción anterior. Las secuelas sociales de la pandemia, así como las personales, siguen marcando el ánimo y la mirada frente a la vida y el futuro de muchos. En ciertos ámbitos se ha reavivado el individualismo de una salvación a medida; sin olvidar el azote de la violencia entre países y hermanos que van socavando el deseo de una fraternidad universal.

Sin embargo, las épocas difíciles pueden ser desafiantes y convertirse en tiempos de esperanza. Como decía el Cardenal Pironio, hombre de la esperanza: “¡Qué importante en la vida es ser signo! Pero no un signo vacío o de muerte, sino un signo de luz comunicador de esperanza. La esperanza es capaz de superar las dificultades, las desavenencias, las cruces que se presentan en la vida cotidiana”.

Al mismo tiempo, como Iglesia estamos transitando un tiempo en el cual necesitamos que el espíritu sinodal se vaya arraigando en nuestro modo de ser Iglesia; esto significa el ejercicio de caminar juntos en la misma dirección. Estoy convencido de que es lo que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio. Que retome la conciencia que es un pueblo en camino y que debe hacerlo junto. Por eso, quisiera pedirles que animen con este espíritu a los grupos de acción católica en las diversas iglesias locales. Con espíritu sinodal necesitamos aprender a escucharnos, reaprender el arte del hablar con el otro sin barreras ni prejuicios, incluso y de un modo particular, con quienes están fuera, en el margen, para buscar la cercanía, que es el estilo de Dios (cf. Video del Papa por una Iglesia abierta a todos, octubre 2022).

En este contexto, exhorto a la nueva conducción a ser hombres y mujeres de la escucha. Anhelo que no sean “dirigentes” de escritorio, de papeles o de Zoom, y que no caigan en la tentación del estructuralismo institucional que planifica y organiza desde estatutos, reglamentos y propuestas heredadas, que fueron buenas y útiles en su momento pero que

Primero: escuchen a los hombres, mujeres, ancianos, jóvenes y niños concretos, en sus realidades, en sus gritos silenciosos expresados en sus miradas y en sus clamores profundos. Tengan el oído atento para no dar respuestas a preguntas que nadie se hace ni decir palabras que a nadie le interesa escuchar ni sirven. Escuchen con oídos abiertos a la novedad y con un corazón samaritano.

Segundo: escuchen los latidos de los signos de los tiempos, la Iglesia no puede estar al margen de la historia, enredada en sus propios asuntos, manteniendo inflada su burbuja. La Iglesia está llamada a escuchar y ver los signos de los tiempos, para hacer de la historia con sus complejidades y contradicciones, historia de salvación. Necesitamos ser una Iglesia vitalmente profética, desde los signos y los gestos, que muestren que existe otra posibilidad de convivencia, de relaciones humanas, de trabajo, de amor, de poder y servicio.

Y, por último, para que esto sea posible necesitamos escuchar la voz del Espíritu. En cada época, el Espíritu nos abre a su novedad; «siempre enseña a la Iglesia la necesidad vital de salir, la exigencia fisiológica de anunciar, de no quedarse encerrada en sí misma» (Homilía del Domingo de Pentecostés, 5 junio 2022). Mientras que el espíritu mundano nos presiona para que sólo nos concentremos en nuestros problemas e intereses, en la necesidad de ser relevantes, en la defensa tenaz de nuestras pertenencias y de grupo, el Espíritu nos libra de obsesionarnos con las urgencias, y nos invita a recorrer caminos antiguos y siempre nuevos: los del testimonio, la pobreza y la misión, para liberarnos de nosotros mismos y enviarnos al mundo.

Quizás sientan que la propuesta de escuchar es poco, sin embrago, no es escucha pasiva; es la escucha activa que nos marca el ritmo de trabajo; es la inhalación necesaria para ser una Iglesia que respira misioneramente. Así lo hizo la Santísima Virgen, porque escuchó, se puso de pie y caminó para ir a servir.

Rezo para que puedan hacer de este período un tiempo de gracia, con la audacia de saber escuchar, la serenidad para poder discernir y el coraje para anunciar con la vida y desde la vida.

Muchas gracias por haber aceptado este desafío. Pido a Dios por cada uno de ustedes. Por favor, no dejen de rezar por mí.

Que Jesús los bendiga y la Virgen Santa los cuide. Fraternalmente, Francisco

El Plan de trabajo de la Acción Católica

El plan de la Acción Católica : “Transformar la vida de los más pobres”

La IV Asamblea General de la plataforma española de laicos apuesta por un giro social en sus ejes de trabajo para los próximos cuatro años

Durante cuatro días, Barcelona ha acogido la IV Asamblea General de la Acción General, donde la plataforma española de laicos ha establecido su hoja de ruta para los próximos cuatro años con un horizonte centrado en reformar la espiritualidad, la misión, la formación y la propia estructura organizativa.del encuentro. Entre sus desafíos, tal y como se expone en estos objetivos a los que ha tenido acceso ‘Vida Nueva’, se buscará “desde la parroquia, hacer posible que otros se encuentren con Jesucristo e impulsar compromisos personal y comunitarios que transformen la vida de las personas que tenemos alrededor, con especial atención a los más pobres”.

Aprender a comunicar

En materia de espiritualidad, desde la Acción Católica se proponen promover “el encuentro con Jesucristo” desde la vida comunitaria. “Aprender a comunicar la alegría del encuentro a los demás”, se presenta como desafío evangelizador. Para hacerlo posible, se buscará reforzar “itinerarios que nos impulsen a anunciar a Jesucristo con obras y palabras”, haciendo hincapié en el “acompañamiento de acompañantes”.

Bajo el lema ‘Anunciar a Jesucristo con obras y palabras’, la Asamblea y encuentro de laicos de parroquias ha reunido a más de 950 personas, entre adultos, niños y jóvenes, procedentes de 40 diócesis, que han contado con el respaldo, entre otros, del presidente del Episcopado, Juan José Omella, y del secretario general de los obispos, el arzobispo Luis Argüello. Además, también han participado para iluminar las diferentes sesiones de trabajo con laicos como el artista y educador Patxi Velasco, así como el dominico experto en marketing religioso, Carlos Luna.

Foro Internacional de Acción Católica

Carta al Foro Internacional de la Acción Católica por su 30 aniversario 

Papa: «Para escuchar los gritos del mundo, tenemos que ser Iglesia en salida» 

Audiencia papal a la Acción Católica

 “Sientan profundamente la urgencia de trabajar por la fraternidad y la amistad social” 

Del cardenal Pironio el Pontífice recuerda que “fue un hombre de raíces profundas, de memoria anclada en el dinamismo de la historia como un Kairos, tiempo fuerte de salvación, tiempo de trabajo, prueba, purificación y esperanza” 

“En el camino de la Acción Católica, como en el de la misma Iglesia, hubo, hay y habrá luces y sombras 

«Nos descubrimos iguales en la necesidad, aunque distintos en las posibilidades” 

“Todos, incluso yo mismo, hemos sentido esta experiencia de impotencia” 

26.11.2021 | Vatican News 

(Vatican News).- Esta tarde de 14.00 a 16.30 tiene lugar un evento online desde la Sala Armida Barelli de la Domus Mariae con ocasión del 30° aniversario de la Acción Católica. Con este motivo el Papa Francisco envió una carta, fechada en la Ciudad del Vaticano el pasado día 9, en la que manifiesta a estos queridos hermanos que esta celebración, que mira hacia un momento fundacional, “nos hace inevitablemente mirar hacia el pasado en contemplación agradecida”. Además, el Santo Padre escribe que en “ese mirar hacia atrás nos encontrarnos con soñadores que se atrevieron a mirar hacia a adelante con esperanza”. 

Una Iglesia en salida 

Antes de despedirse, el Santo Padre les pidió que “sientan profundamente la urgencia de trabajar por la fraternidad y la amistad social”, que siembren en los corazones “la auténtica espiritualidad cristiana que se hunde en el deseo de santidad” y que el espíritu “los anime en sus proyectos y trabajos para ser una Iglesia en salida que vive la alegría de evangelizar”. 

Mirar hacia el pasado en contemplación agradecida 

En cuanto a esta mirada, Francisco afirma que no se puede olvidar a “un soñador profundo que dio el inicio y el aliento a la creación de este foro; y que hoy goza al verlos celebrando estos 30 años”: El cardenal Eduardo Pironio; aquel que con un amor muy grande a la Acción Católica y una confianza plena en su misión dijo: 

“En el camino de la Acción Católica ha habido luces y sombras, desorientación y cansancio, el temor por ser tal vez superada por los nuevos tiempos y necesidades de la Iglesia. Creo que ahora es el momento providencial del Espíritu para una profunda renovación de su compromiso espiritual, doctrinal, apostólico y misionero. A esto sin duda ayudará la celebración de este Foro que quiere abrir a otros países la fertilidad de una experiencia asociativa muy rica en sus frutos y tan llena de esperanza” 

Los santos de la puerta de al lado 

Del cardenal Pironio el Pontífice recuerda que “fue un hombre de raíces profundas, de memoria anclada en el dinamismo de la historia como un Kairos, tiempo fuerte de salvación, tiempo de trabajo, prueba, purificación y esperanza”. Destaca asimismo que el purpurado argentino “amó la Acción Católica y creyó en su vocación laical misionera”. Y no duda en afirmar que: 

“La Iglesia puede dar testimonio de que la Acción Católica abrió nuevas perspectivas en el campo de la responsabilidad del laico en la Evangelización. Muchos evangelizados y formados por la Acción Católica pusieron verdad, profundidad y Evangelio en ámbitos civiles, muchas veces vedados a la fe. Los santos y beatos laicos de la Acción Católica son una riqueza para la Iglesia. Esos que fueron ‘los santos de la puerta de al lado’ de tantas comunidades”. 

Luces y sombras en la historia no lineal de la Iglesia 

Después de recordar que “la historia no es lineal” y que “en el camino de la Acción Católica, como en el de la misma Iglesia, hubo, hay y habrá luces y sombras, momentos de profunda desorientación, de cansancio, de indiferencia, de temor de haber quedado superados por las exigencias de los nuevos tiempos”, el Papa agrega: 

“La gran tentación en los momentos de crisis o dificultad es encerrarse para cuidar lo poco que se tiene, esperando, escondidos y acariciando recuerdos, la llegada de tiempos mejores. La parábola de los talentos es un fiel reflejo de lo que sucede cuando esta tentación se instala y se transforma en un modo de ser, de estar en el mundo viviendo la realidad de una irrealidad” 

No olvidar quiénes somos 

El Santo Padre escribe que “para no sucumbir a la tentación, para no olvidarnos de quienes somos y hacia dónde vamos”: se nos hace imprescindible recordar una y otra vez “de dónde venimos, cuál es nuestro origen”, y “conocer el corazón de la madre que un día nos dio a luz”. Además, de la Acción Católica Francisco recuerda que “tiene su origen en el mismo seno de la Iglesia Católica. No tiene ningún fundador ni carisma particularísimo. Su finalidad es la de la misma Iglesia: la evangelización. No asume como propio uno u otro campo de apostolado particular, sino la finalidad de la Iglesia: el anuncio del Evangelio, a todos los hombres y ambientes”. 

Dar una respuesta aquí y ahora a los gritos del mundo 

De modo que el “carisma propio” es no tener nada propio sino prestar disponibilidad a todas las necesidades de la Iglesia en cada lugar. Como Iglesia, experimentamos que, con la fuerza del Espíritu necesitamos dar una respuesta aquí y ahora a los gritos del mundo. Para escucharlos tenemos que salir, ser Iglesia en salida que se acerca samaritanamente a cada hombre y a cada mujer que sufre en su carne o en su espíritu el dolor de este tiempo. 

Primera pandemia global en la historia 

De la primera pandemia global en la historia de la humanidad que seguimos atravesando el Papa escribe que “ha quedado desvelado el estado de vulnerabilidad que padecen cientos de millones de hombres y mujeres en nuestro planeta”. Y añade que “la vulnerabilidad puso delante nuestro, el riesgo morir sin ningún tipo de previsión e independientemente del lugar donde vivamos, la condición moral, creencia religiosa o la posición socio-económica”. 

Iguales en la necesidad y distintos en las posibilidades 

De manera que, como afirma Francisco, “toda la humanidad está afectada por igual”. Y “la vulnerabilidad ha logrado superar todo aquello que nos dividía y hacía desiguales. Nos descubrimos iguales en la necesidad, aunque distintos en las posibilidades”. Además, el Papa recuerda lo que dijo al comienzo de la pandemia: 

La tempestad desenmascara nuestra vulnerabilidad y deja al descubierto esas falsas y superfluas seguridades con las que habíamos construido nuestras   agendas, nuestros proyectos, rutinas y prioridades. Nos muestra cómo habíamos dejado dormido y abandonado lo que alimenta, sostiene y da fuerza a nuestra vida y a nuestra comunidad. La tempestad pone al descubierto todos los intentos de encajonar y olvidar lo que nutrió el alma de nuestros pueblos; todas esas tentativas de anestesiar con aparentes rutinas “salvadoras”, incapaces de apelar a nuestras raíces y evocar la memoria de nuestros ancianos, privándonos sí de la inmunidad necesaria para hacerle frente a la adversidad”. 

Todo es global 

“Veníamos de un tiempo fuertemente marcado por la globalización; globalización económica, cultural, etc. … con sus aciertos, pero también con las estructuras de pecado que de ella han emergido. Todo es global, ¡hasta el virus se ha hecho global!” 
Por esta razón Francisco les dice que como foro de la Acción Católica “tienen una misión global y al cumplir sus primeros treinta años; celebrarlos es un desafío y una invitación”. 

Desafío e invitación que tiene la Acción Católica hoy 

Desafío a descubrir cada vez más y de un modo más fuerte por dónde pasa la vida y la historia de nuestros pueblos, sin prejuicios, sin miedos, sin clasificaciones y sin sentirnos reguladores de la fe de nadie. Invitación a estar allí, por dónde van sus intereses, sus preocupaciones, sus heridas más profundas y sus angustias más grandes.  

“Sabemos que no hay mayor pobreza que no tener a Dios, es decir vivir sin la fe que da sentido a la vida, sin esperanza que nos dé fuerza para trabajar, sin sentirnos amados por alguien que no defrauda. Ese es el lugar y el pueblo donde la Acción Católica debe realizar su misión” 

Ante la globalización de la indiferencia 

El Papa les pide que “frente a la globalización de la indiferencia, sientan que el trabajo de tender puentes y crear comunión es la llamada profunda que les está haciendo Dios”. Y pone de manifiesto que “la Iglesia es Comunión para la misión”, a la vez que destaca que “la Comunión no es una idea”, sino “una realización” y la “misión no es una actividad más”, sino “la esencia de la vida eclesial”. “Esto supone, para la Acción Católica comunión con la pastoral diocesana y sus pastores, una formación que se experimente en clave misionera”. 

“La Acción Católica no debe formar para el cristiano futuro, sino que debe y necesita acompañar el proceso de fe del cristiano presente, de acuerdo a las características propias de la etapa de la vida en la que se encuentra” 

Comunión como certeza de la presencia del Señor 

Francisco les recuerda que “la comunión no es acomodarse, sino certeza de la presencia del Señor para la misión”. De manera que “evangelizar debe ser la pasión de cada bautizado, de cada miembro de la Acción Católica”. “Vivir en una permanente salida para poder permanecer fieles a nuestra identidad”. Además, citando al Papa Pablo VI escribe: 

“La Acción Católica tiene que descubrir de nuevo la pasión por el anuncio del Evangelio, única salvación posible para un mundo que de otro modo caería en la desesperación” 

Agradecimiento a Dios y a sus miembros 

El Obispo de Roma agrega que “la Acción Católica necesita ir creando espacios de presencia, de testimonio, de evangelización misionera”. Puesto que “de este modo vive la misión de la Iglesia que es: ser servidora de la humanidad insertada en la Iglesia de Cristo que se realiza en nuestra Diócesis y en nuestra Parroquia, en comunión perfecta con la Iglesia Universal”. 

Por último, y tras dar gracias a Dios por todo el trabajo que han realizado en estos treinta años, y después de agradecer todas las iniciativas solidarias y de acompañamiento a las diócesis más periféricas, especialmente las del tercer mundo, el Papa manifiesta: 

“Soy consciente que la presencia de la Acción Católica es fuertemente misionera y sostiene el trabajo de las Iglesias locales” 

Antes de despedirse, el Santo Padre les pide tres cosas: “Que el foro sienta muy profundamente la urgencia de trabajar por la fraternidad y la amistad social como medios de reconstrucción de un mundo herido”. “Que siembren en los corazones de todos que la auténtica espiritualidad cristiana es la que se hunde en el deseo de santidad y este es un camino que arranca en las bienaventuranzas y que se realiza desde Mateo 25; amando y trabajando por nuestros hermanos más sufrientes”. Y “que el espíritu que anime todos sus proyectos y trabajos sea, el de ser una Iglesia en salida que vive la dulce y confortadora alegría de evangelizar; y que se note”