¿Cambio en los Seminarios?

Aradillas: «A los seminarios clásicos y de siempre, no les bastará con cambiar. Habrán de ser ‘otros'»

Requiem por los seminarios
Requiem por los seminarios

Los seminarios- son las referencias primeras –“piedra angular” como se nos catequizó- del edificio de la Cristiandad, o “Nuestra Santa Madre la Iglesia”

Sus perfiles ultramontanos se han mantenido con la mayor, más fervorosa , incuestionable y ortodoxa de las versiones posibles, con explícito y sistemático olvido, en no pocos de ellos, del axioma eclesial de “Ecclesia semper reformanda”

Evangelizar jamás podrá ser una carrera lucrativa y de cuyos oficios-beneficios se viva, alardee y presuma con báculos, títulos y mitras, y todo ello “en el nombre de Dios”

Hace muy bien el papa Francisco al mandar revisar los seminarios y, en su caso, borrarlos del mapa eclesiástico

Por Antonio Aradillas

La Iglesia-institución está mal. Así lo creen y confiesan la mayoría del pueblo, y más si este es, “se predica” y confiesa ser pueblo de Dios. Es de sentido común y deber asumible, la investigación por parte del mismo y de sus responsables jerárquicos, de las causas que provocaron y mantienen situación lamentable y preocupante, no solo para él sino para la convivencia que en general se conoce y se denomina sociedad “occidental”.

Y en este contexto incuestionable científicamente, avalado por las estadísticas, y las tendencias, los seminarios demandan urgente atención, revisión y cuidado, tal y como en reciente reflexión hemos apuntado ya en las páginas de RD. Y es que, en definitiva, ellos -los seminarios- son las referencias primeras –“piedra angular” como se nos catequizó- del edificio de la Cristiandad, o “Nuestra Santa Madre la Iglesia”. En ellos se educaron los obispos que en mayor proporción rigen las diócesis, previa “toma de posesión” (¡¡) de sus cátedras –“catedral”-, de las que fueron y son sus “pastores”, con tan pingües dosis de olores a incienso, hasta su jubilación o traslado a otros rebaños, más suculentos, dicho con todo respeto y en el más pulcro y sublime sentido pastoral que diseñará el Sínodo.

Trento
Trento

De los seminarios educadores y constructores de gran parte de la Iglesia actual, es suficiente con recordar que fueron obra predilecta del Concilio de Trento, y que sus perfiles ultramontanos se han mantenido con la mayor, más fervorosa , incuestionable y ortodoxa de las versiones posibles, con explícito y sistemático olvido, en no pocos de ellos, del axioma eclesial de “Ecclesia semper reformanda”, que acaparan para sí los tridentinos y sus sucesores y sanseacabó, además y sobre todo, nada menos que en el “nombre de Dios”. A la CEE, reunida en Asamblea Plenaria, no le pasa desapercibida preocupación tan notoria.

¿Pero no han cambiado los tiempos, o los cambios, por cambios, siempre han de ser malos, malísimos por y para la Iglesia y, por supuesto, rechazables por naturaleza divina y humana? Sí, los tiempos han cambiado. La Iglesia, no tanto. A los seminarios apenas si les llegó el aroma, y estímulo del cambio y menos del intercambio, en pedagogía, psicología, modos, criterios, modales, y estilos de vida, en conformidad sacrosanta con lo que hoy es mundo, campo del pastoreo, en el que los seminaristas, en su día, habrán de ejercer el ministerio, con la aplicación de los principios y ejemplos del santo Evangelio.

La Iglesia surgida del Concilio de Trento, y la respuesta de salvación-liberación pergeñada en los seminarios, no es homologable con parte notable de la actualizada en el Vaticano II. Si no es “otra”, porque habrá de ser siempre fiel a su naturaleza inspirada por Jesús, pero a muchos “cristianos de toda la vida”, con inclusión de curas, obispos, arzobispos, algún papa, les asombrará que se siga llamando Iglesia a la del citado Vaticano II, “franciscanamente” aseada y urgida por Bergoglio.

Gracias sean dadas a Dios, pasó ya a mejor vida aquello de la Iglesia-papa-poder, eje y centro del mundo, infalible, única y excelsa referencia ético-moral para el resto de los mortales -todos pecadores y con el “por mi grandísima culta” en el corazón y en los labios- , masivamente dispuestos a seguir manifestándose en solemnes actos de culto, rayanos en la adoración -“papalatría”- más que dudosa, con tan acentuada visión feudal de la institución eclesiástica y de la concepción del poder que choca con el Evangelio, y con semblante y ritos más de maestro y menos o nada, de pastor.

Y, pasado felizmente tal tiempo, a los seminarios clásicos y de siempre, no les bastará con cambiar. Habrán de ser” otros”. Los que todavía existen, y cuentan entre los quehaceres y preocupaciones diocesanas, están abocados a su desaparición. Es lo que demandan los tiempos y las estructuras de la propia Iglesia. ¿Para qué sirven y qué hacen la mayoría de los clérigos, que no puedan hacer, y hagan, los laicos, al igual que las laicas?

Los seminarios llamados “Menores” se convirtieron en otros tantos colegios, necesariamente mixtos -con coeducación-, por aquello de las ventajas económicas que reportan los “conciertos”, con el “Visto Bueno” de los expertos sobre todo en pedagogía y psicología.

A los seminarios “Mayores” les esperan soluciones similares o idénticas. Las “carreras eclesiásticas” que se estudian en ellos, por “carreras” y por “eclesiásticas”, habrán de exiliarse de cualquier planteamiento sinodal. Si es ”carrera”, como desgraciadamente lo es, lo de “eclesiástica” le sobra, afrenta, humilla e insulta.

Evangelizar jamás podrá ser una carrera lucrativa y de cuyos oficios-beneficios se viva, alardee y presuma con báculos, títulos y mitras, y todo ello “en el nombre de Dios”.

Que cada cual estudie la carrera que quiera y le guste, viva de ella, y que, en su caso, se matricule además en cursos, cursillos y “masters” de pastoral, Biblia, Vida Religiosa, historia eclesiástica, oración y meditación, liturgia, y que evangelice desde la propia experiencia, célibe o casado, pero con el convencimiento y vivencia propia de lo que es y demanda el mundo en el que vive, que por cierto tiene poco o nada que ver con el que se enclaustra en los seminarios , con sus hábitos talares, directores espirituales, horarios, silencios y habladurías clericales.

¿En que estarían pensando los señores obispos, que mandaron construir los grandiosos edificios de sus seminarios -Mayor y Menor- que“okuparían “ sus seminaristas? ¿Estarían convencidos de que el mundo, y más la Iglesia, habrían de perdurar sempiternamente con los predicamentos y estructuras propias y específicas del Nacional-Catolicismo, únicos y acaparadores centros de culto y cultura? ¿Qué visión de futuro tuvieron, y tienen no pocos obispos –“vigilantes y previsores de futuro”?

Hace muy bien el papa Francisco al mandar revisar los seminarios y, en su caso, borrarlos del mapa eclesiástico. Cuanto se relaciona con planteamientos pederastas, es preferible su aplazamiento para otra ocasión. En los internados, sin exclusión y hasta preferentemente, -seminarios, noviciados y demás-, anidan -ocupan y “okupan” bandadas de desviaciones, tendencias y hábitos.

Faltaba Federico García Lorca

Mártires de Granada
Mártires de Granada

«El ‘Christus vincit, Christus regnat’ y otros himnos triunfales tachonaron de loas y alabanzas  los episodios litúrgicos»

«A otros les causó extrañeza   que en el grupo no se haga referencia  a ninguna mujer,   pese a que  tantas   pertenecieran  entonces  también a organizaciones y cofradías religiosas, frecuentando más que los hombres  los actos de piedad y de culto»

«En Granada, en la misma fecha y ‘cruzada’, mártir de la misma, por citar un caso, es considerado y venerado Federico García-Lorca , a quien pudiera y debiera habérsele  acondicionado en el retablo  de la catedral un hueco u hornacina»

García Lorca

«Federico fue poeta. Poeta excepcional. Místico. En perseverante estado de común-unión con el pueblo y la divinidad, por medio del amor»

Por Antonio Aradillas

Muy recientes las solemnes ceremonias de la celebración de la Eucaristía con ocasión de la beatificación de los 16 nuevos mártires “por odio a la fe”, pertenecientes a la archidiócesis de Granada, durante la “Cruzada Española”, considero sacrosanto deber del informador -comentarista religioso, apuntar, entre otras, estas sugerencias, con el presentimiento de que a algunos puedan parecerles ominosas, a la vez que laudatorias a otros .

El grupo de los 16 nuevos beatos   está compuesto mayoritariamente por sacerdotes diocesanos, un seminarista y un seglar, miembro de la Acción Católica.  El grupo es litúrgicamente conocido   como el de “Cayetano Giménez y otros quince”.

En la historia de la catedral granadina pocas celebraciones podrían superar   a la referida. Con la presidencia del Eminentísimo Cardenal Marcello Semeraro, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, asistieron y participaron en tan televisada ceremonia el arzobispo de Granada,  otros de las diócesis cercanas  y el Nuncio de SS. en España , sacerdotes, seminaristas  y autoridades  autonómicas, provinciales y municipales  civiles y militares,  junto  con familiares y amigos de los beatificados, además del  pueblo fiel. 

El ”Christus vincit, Christus regnat” y otros himnos triunfales tachonaron de loas y alabanzas  los episodios litúrgicos . Algunos de los asistentes, para sus adentros, llegarían a preguntarse el por qué Pablo VI  no facilitara, sino todo lo contrario, los  procesos   de beatifiación-canonización   de los “mártires” de la “Cruzada Española”.  A otros les causó extrañeza   que en el grupo no se haga referencia  a ninguna mujer,   pese a que  tantas   pertenecieran  entonces  también a organizaciones y cofradías religiosas, frecuentando más que los hombres  los actos de piedad y de culto.

Pocos dudan que los nuevos beatos granadinos   llegaran a serlo sin respetar todos y cada uno de los requisitos canónicos exigidos en la elaboración de sus respectivos procesos, con exactas referencias a los episodios de sus “vidas y milagros”, pudiendo ser presentados públicamente como ejemplos y como mediadores ante Dios. Por tanto, acuerdo unánime, canónico y devoto por parte de la mayoría de feligreses y de feligresas. 

Pero donde pudo no haber coincidencia   fue y es en la interpretación de los porqués, todos los miembros del grupo  beatificado   pertenecieron  a la “Iglesia de derechas” y ninguno  a la ”Iglesia de izquierdas” , en la que por cierto también se registraron   casos similares  o exactamente idénticos. 

DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En Granada, en la misma fecha y “cruzada”, mártir de la misma, por citar un caso, es considerado y venerado Federico García-Lorca , a quien pudiera y debiera habérsele  acondicionado en el retablo  de la catedral un hueco u hornacina. 

¿Méritos para ello? Digamos que, al menos, los mismos, y así nos comportaríamos y ejerceremos como cristianos y como personas de verdad,  al proponerlos omo “mártires», es decir, testigos y testimonios de ejemplos de vida para el resto de la colectividad.

Estatua de Lorca

Federico fue poeta. Poeta excepcional. Místico. En perseverante estado de común-unión con el pueblo y la divinidad, por medio del amor. Fiel cultivador de la vida espiritual y del conocimiento y dirección del espíritu, con claras y nítidas referencias a Fray Luís de León, a santa Teresa de Ávila y a san Juan de la Cruz. Místico y asceta. Y además, en grupo, es decir, en común- unión.

Comprometido con la naturaleza. Amante de la libertad para sí y para los demás. La libertad es palabra, actitud, actividad y ministerio que destaca   y define su obra, comprometido con los más vulnerables, como los pobres, los gitanos y los perseguidos y perseguidas por razones de “sexo” . Novio de la belleza y del arte.  Educador de una y otra disciplina en la rica pluralidad de versiones. Respetuoso en todo y con todos. Con gestos y palabras sublimes e intransferibles.  Todo arte y todo poesía. Todo drama. Con su muerte se nos frustró, al menos un “Premio Nobel”. Siempre en las periferias. Menos en las del alma, en la que residía en su Plaza Central.  Permanentemente niño.  Palabra de honor.  Buena parte de su obra poética y de su vida es palabra y parábola del santo Evangelio.

Federico rehuiría las canonizaciones oficiales al uso, que a no pocas de ellas idearon, planificaron, fraguaron y pagaron el poder y el dinero de una Iglesia y la  jerarquía, que sustituyera el Evangelio  por cánones y  bendiciones al servicio   de las clases sociales más  poderosas y ricas.

Las balas que mataron a Federico, idénticas a las que acabaron con la vida terrenal de los nuevos mártires, como él granadinos, carecían de alma.  A unas y a otras les sobraban armas y armamentos, con lo que parte importante del “odio a la fe” canónico, tendría que suplirse por  e,  “¡ordeno y mando¡” de la autoridad, exceso de envidia y, en ocasiones, hasta por el hambre que definía a los mineros, a la fuerza alistados en los pelotones de ejecución.

La figura de Federico y de tantos bautizados con otros nombres, se echa de menos  en el martirologio de la Iglesia  en los tiempos de  la llamada “Cruzada Española”. Su improrrogable revisión-reforma corregirá algún día defectos tan notables e irreligiosos.

Algunos de los datos   eminentemente “católicos, apostólicos y romanos” de la vida social y familiar de Federico, son estos: 

El nombre de ”Federico“ significa “ gobernador pacífico o pacificador”, con el añadido en este caso de “Federico del Sagrado Corazón de Jesús”, tal y consta en su partida bautismal. El posible día de su santo sería el de su fusilamiento, el 18 de agosto de 1936.  Repetidamente Federico manifestó en declaraciones públicas “ser y pertenecer al partido de quienes no tienen nada”. Entre los alegatos que justificarían su sentencia de muerte está el ”pecado” de su homosexualidad . Fue devoto de la Semana Santa popular en la que alguna vez participó en Sitges acompañando a su buen amigo Salvador Dalí. Fue fervoroso promotor de “La Barraca Ambulante”, fuente de difusión de la cultura popular, con especial atención para los niños, con obras como “Los títeres de Cachiporras”, “Amor de Don Perlimplín”,” Doña Rosita la Soltera o el Lenguaje de las Flores”.

Lorca

El “cante jondo” popular, enseñado y difundido por Federico, forma parte importante del repertorio de los villancicos, desde que el poeta universal granadino se avecindara en los cielos.

Con los mejores augurios: «¡Gracias sean dadas a Dios por el regalo pontificio que hizo a la Iglesia!»

Por Antonio Aradillas

La de “los mejores augurios” es fórmula sagrada de origen romano al uso, a emplearse a propósito del cumpleaños, también del papa Francisco , con alados recuerdos  del vuelo de las aves , en las que  significativamente  puede vislumbrarse la presencia del Espíritu Santo … 

¡Gracias sean dadas a Dios por el regalo pontificio  que hizo a la Iglesia   con la elección para Obispo de Roma  del Cardenal Bergoglio, llegado de allende los mares y con lo  que, en principio,  miembros del Colegio Cardenalicio   mostraron su desacuerdo , reciente  la experiencia excepcional  extranjera    de sus antecesores, -no italianos-   Juan Pablo II y Benedicto XVI , este último, por más señas,  uno de los pocos  papas registrados  con el título de “emérito” en la historia eclesiástica!

Felicidades, Papa

Gracias en primer lugar, por haber contribuido con eficacia, respeto, Espíritu Santo y Evangelio, a que el Concilio Vaticano II comenzara a abrirse paso , transcurrido el tiempo  del programado silencio  jerárquico  al que lo habían sometido sus antecesores, con lo que todo o casi todo en la Iglesia   había quedado exactamente igual  y como si no hubiera pasado nada  o casi nada.  Si Juan XXIII y Pablo VI  tuvieron la honra y el mérito de su convocatoria,   de idéntica consideración  es merecedor su re-creador , que es fue y es el papa Francisco..

Gracias por haber elegido llamarse Francisco, sin ningún sobrenombre imperial  del I, II, III   y así sucesivamente….Francisco y ya está, con amplia y  devota referencia   al “pobre” de Asís,  es todo un programa inédito  de estilo, de vida, de comportamiento   y de renovación eclesiástica.

Gracias por intentar ya desde el principio, confirmar la idea de que desde el Concilio de Trento habían transcurrido largos siglos, tantos o más que desde los del Vaticano I, no lejano en el tiempo real,  pero con cuyas decisiones  la Iglesia había perdido el tren de la historia  en la totalidad  de sus direcciones, sin apenas haber descubierto  otro AVE  que el del “Ave, María Purísima”.  La Iglesia “oficial” viajaba en diligencia y condenaba (sic) a instigadores de velocidades superiores a las del caballo, equivalente a los 20 kilómetros/hora.

Pues a seguir con la urgencia  y las prisas que lo  permitan, siempre con misericordia,  los tiempos y las personas, con expresa mención  para toda clase de Curias -romana y diocesanas- , con firme confianza de que el Evangelio  , y solo él,   sea  guía, referencia,  justificación y razón de ser  de la institución eclesiástica , a la que el mismo Jesús ,  difícilmente reconocería  como obra suya,  propinándole idénticos denuestos que a los Sumos Sacerdotes , escribas y fariseos, tachándolos, como hace Francisco,  de hipócritas  con domicilio curial en “cuevas de ladrones”.

De la larga y dolorosa letanía –“Via Crucis”-, de intenciones que avala el papa Francisco, destaco por mi cuenta el reconocimiento de la existencia y mayoría de edad del laicado.  El de la discriminación “constitucional” de la mujer en la Iglesia, tanto en su Código como en su práctica “religiosa”,  es pecado grave e imperdonable, constituyendo una ofensa para la humanidad

El capítulo de los obispos, con el apartado de sus nombramientos -que no elección- como Dios manda, es petición urgente, y profunda, al igual que la revisión penitencial del concepto  y praxis de la autoridad , desaparecida, tachada y borrada  desdichadamente la   identificación esencial con  la capacidad de servicio. 

La liturgia está a la espera de los deseos “franciscanos”, para que se tornen normas y artículos canónicos y litúrgicos mínimamente fiables e inteligibles. Las misas no son misas. Y menos, las misas solemnes y televisadas. Jesús no las celebraría, ni con-celebraría.

Vestidos y revestidos con “ornamentos” paganos – mitras, báculos, anillos,- y entre espesas nubes de incienso, no es posible rezar, adorar a Dios  y estar atentos a las necesidades del prójimo. 

Por favor, papa Francisco, exprese con mayor claridad, y sin temor a ser malinterpretado, que la política -la verdadera política- no habrá de ausentarse del pensamiento y de la acción pastoral. Si estuviera empadronado en España, me permitiría sugerirle que por razones ciertamente religiosas, “católicas, apostólicas y romanas”, con el Evangelio en las manos, no emitiera su voto  a favor del PP y de VOX, a cuyas urnas suelen  destinarse los votos católicos ”de toda la vida,” con inspiración y ejemplo además de la jerarquía. 

Sea su discurso más explícito en relación con el celibato de los curas y con los matrimonios también de los obispos casados o por casar, dado que lo que de verdad sacramentaliza ante los ojos de Dios es el amor. 

Contribuya, sin más, papa Francisco a desclericalizar los “lugares sagrados”, comenzando por las catedrales, en cuyos marcos pletóricos de riqueza no caben las misas.

Colabore también a desvelarnos de una santa vez, que la pobreza, la transparencia, la humildad, la humanidad, la sencillez, la cercanía, la hospitalidad, la alegría, la Común-Unión… están por encima de las ceremonias, los ritos  y los preceptos, a la hora definitiva   de valorar  lo que religiosamente es o pretende se,  espiritual y sagrado

A título personal, le agradecería que, nacido yo en Extremadura, Comunidad Autónoma de España, -patria de Hernán Cortés, Francisco Pizarro, Pedro de Alvarado y la mayoría de descubridores, conquistadores y evangelizadores- ,“llamara a careo”, al actual arzobispo de Toledo, primado de España,  para que devuelva el santuario y la imagen de la Virgen de Guadalupe a la jurisdicción de la provincia eclesiástica de Extremadura, de la que es su patrona, tanto civil como  religiosa.

Es petición popular hace muchos años, y la explicación de su  insólita pertenencia a Toledo y exilio, solo radica en el extinto poderío que exhibían los todopoderosos arzobispos primados de las Españas, además de  a la largueza y generosidad de sus colectas “devocionales”, con olvido  de que a  los euros, por euros, y a sus poseedores  jerárquicos   jamás les  será permitido su  ingreso y pertenencia al Reino de Dios 

Teología feminista

Teología feminista” (para principiantes)’, de Silvia Martínez Cano

¿Pero es que también hay “teología machista”?.  Sí, la hubo, la hay y, al paso que vamos, seguirá habiéndola y por muchos años

Ya está de más que el lenguaje de la teología cristiana  siga siendo tan patriarcal  y privilegie  el pensamiento abstracto  desde una perspectiva  masculina

 Antonio Aradillas

El libro y cuya reseña, con “sumo gusto”,  me corresponde presentar lleva el sagrado título de  ‘Teología feminista” (para principiantes)’ con el subtítulo  orientador  de “ voces de mujeres en la teología actual ”.Está editado por “San Pablo”, con sus 202 páginas de texto.. Lo firma Silvia Martínez Cano “doctora en Educación y Licenciada en Teología  Fundamental y Pastoral en el Instituto Superior  de la UPSA. Está especializada en estética teológica y Misterio de Dios e investiga interdisciplinariamente sobre arte, teología  y género,  temas sobre los que ha editado diversas obras”.

Tengo la seguridad de que tales títulos universitarios, y con las debidas licencias, hace tan solo un puñado de años, pre y aun post, conciliares , hubieran resultado inverosímiles  y con ellos se habrían indigestados  gravemente una buena parte  del pueblo de Dios, con mención  jerarquizada  para los correspondientes “pastores”, inscritos en el listado, tanto del “Alto” como del “Bajo” clero.

El título del libro lo dice todo o casi todo. “Teología- teología” y además “Feminista”. ¿Pero es que también hay “teología machista”?.  Sí, la hubo, la hay y, al paso que vamos, seguirá habiéndola y por muchos años.  La Teología, como casi todo en la Iglesia, es lo perfecto, pero perfecto es Dios, siempre y cuando este Dios sea, se presente y se explique como varón, del género y sexo masculino,  omnisciente y todo poderoso, poco dado a la misericordia e inclinado  más al reproche y a la condenación  en esta vida y en la “otra”. De “Padre-Madre”, nada de nada. Y quien piense o predique lo contrario, “hereje por los siglos de los siglos, Amén.

El hombre es hombre, es decir, “dios “, y la mujer es mujer, o “pecado”, que además equivale a asegurar su condición esencial de sierva y esclava “por esencia, presencia y naturaleza” . Así aseveran que lo radoctrina la Biblia , defendiéndolo  los biblistas , todos ellos varones, antifeministas y redomadamente  machistas, con favorables argumentos  patrísticos de autoridad , los “Nihil Obstat” e “Imprimatur” diocesanos y hasta con serios temores  de que vuelvan a encenderse las hogueras inquisitoriales, con colaboración  y aquiescencia de los poderes civiles…De entre todos los  términos que componen  el título del libro  de Silvia Martínez Cano,  por mi cuenta y riesgo destaco  lo de ”Teología feminista”, pero para “principiantes”..

¿En quién o quienes pensaba y piensa la autora al escribir y describir tal palabra “principiantes”, como destino y destinatarios? ¿Acaso pensaba en los -nuestros- obispos, y en la mayoría del clero católico , sin exclusión de doctrinas pontificias, Cartas Pastorales, Hojas Parroquiales, homilías y prédicas de cualquier signo y condición catequística , en  cuyo  adoctrinamiento  no ha lugar alguno para la mujer lo mismo dentro que fuera de la Iglesia , si no es para servir de esclava del hombre , limpiar los lugares sagrados, bancos y suelos y, sobre todo, para estar en permanente actitud de decir a todo -casi todo- Amén?

Es verdad que en Teología, y más en la feminista, los “principiantes” son muchos y muy notables, sobre todo cuando están revestidos de ornamentos sagrados y falazmente “asistidos por carismas sobrenaturales”

¡Felicidades para la autora y la editorial que han hecho posible la publicación de este libro! Y es que  es imprescindible revisar cuanto, antes, por ejemplo,  la definición de “ley natural”, que tanto dolor genera en el cuerpo y en el alma de la mujer , vocacionada  exclusivamente  “para la maternidad  o para la virginidad .  Ya está de más que el lenguaje de la teología cristiana  siga siendo tan patriarcal  y privilegie  el pensamiento abstracto  desde una perspectiva  masculina.

Discriminación de la mujer en la Iglesia

Antonio Aradillas: «Todas las mujeres son anatemas; una discriminación legalizada»

Mujeres sacerdote

«Por un quítame allá este canon del Código de Derecho Canónico», está abocada la Iglesia a afrontar uno de los problemas de mayor gravedad que se le ha planteado en la historia

El canon es el 1024 en el que sin ambages se proclama y define que “solo el varón bautizado recibe válidamente la ordenación sacerdotal»

Tal discriminación, además de absurda, produce el riesgo de que la mitad de la clientela, que es femenina, borre sus nombres del listado, o del libro parroquial de partidas del santo bautismo

En religión, llegar tarde es siempre pecado. Es no llegar. Y esto incluye consecuencias aún más cuando la mujer es su protagonista, como madre, esposa, hermana, monja o religiosa. Es sobre todo, una descortesía

Son ya muchas las mujeres, teólogas o no, los teólogos y parte importante del pueblo de Dios, que lamentan y no “pasan” ya de la discriminación “religiosa” que la mujer por mujer padece en la Iglesia

Los señores curiales, doctores en misoginia, van a tener que hacer horas «extras» firmando actas de anatemas a diestro y a siniestro… Por poner un ejemplo cercano, los lectores/as de RD son –somos- muchos…

07.08.2020 Antonio Aradillas

Simple y llanamente, y “por un quítame allá este canon del Código de Derecho Canónico”, está abocada la Iglesia a afrontar uno de los problemas de mayor gravedad que se le ha planteado en la historia, con dramática y particular mención para los presentes. El canon es el 1024 en el que sin ambages se proclama y define que “solo el varón bautizado recibe válidamente la ordenación sacerdotal”. Seguir leyendo

El Papa es mejor percibido por los medios «profanos» que `por la COPE o TRECE

Antonio Aradillas: «Francisco es mejor percibido en medios ‘profanos’ que en la Cope o TRECE»

«Los medios de comunicación pertenecientes con carácter oficial al grupo de «prensa católica», no son hoy por hoy instrumentos y espacios ni de ‘prensa’ ni de ‘católica'»

«Es en el ámbito eclesiástico en donde hoy se producen más casos de falta de ‘libertad de prensa’. Los aborrecibles llamados ‘Rituales de sumisión’ prevalecen en la ‘prensa católica’, larga y litúrgicamente sobre los de ‘ascética y mística'»

15.07.2020 Antonio Aradillas

Es posible que la sola inserción de los signos ortográficos de interrogación (¿?) en el titular de esta reflexión, les resulte ofensiva a algunos. En proporciones similares es también posible que a otros tal inserción les parezca temeraria, y aún carente de la audacia que reclaman los tiempos en feliz disponibilidad de la Iglesia “en salida”. Desde diversas perspectivas la reflexión es de actualidad y urgencia. Y más si académicamente se parte de la base de que “prensa” hace referencia no solo “al conjunto de publicaciones periódicas y de personas que se dedican al periodismo”, sino a la “buena o mala prensa” -según- que se identifica con “fama, situación o estado de lo que es muy conocido y apreciado por sus cualidades o por sus defectos”

Acerca de la prensa-prensa llamada –bautizada- de “católica”, hay mucho que reflexionar, con humildad, con sinceridad, con estadísticas y además, y sobre todo, con los valores expuestos y vividos por Jesús en los versículos y episodios de los santos evangelios.

Comenzando por el principio, que siempre es y será, garantía de acierto, a la definición de “prensa” le acompañará de por vida y testimonialmente el concepto de “libertad”. Sin libertad, no hay prensa posible. La libertad –“condición o situación de que no se es esclavo o no se está sometido”, le confiere su sagrada razón de ser a la prensa y más a la que se considere, o se diga de ella, que es “prensa católica”.

“Prensa” y “católica” son términos difíciles de coordinar, de vivir y de practicar en la Iglesia. Los primeros en experimentarlo son sus profesionales, aunque no sean pocas las razones que les asistan para reconocerlo, pero no para así predicarlo, y menos, “coram populo”, es decir, “en público”. Como en la Iglesia todo –casi todo- es y se nos presenta como dogmático, la prensa- prensa está de más por definición. No pasaría de ser otro “catecismo” o “calendario litúrgico”.

Pero, como acontece que lo católico, y en general, lo religioso, interesa hoy, y de modo singular, con constante y creciente número de lectores, de radio-oyentes y televidentes, precisamente por eso es de lamentar aún más que en el planteamiento de la relación prensa- católica e Iglesia, se registren tantas y tan graves discusiones y faltas de acuerdo, hasta haberse llegado a considerar y adjetivar a la prensa, ensambenitándola con el hábito de “impía y blasfema” de las últimas témporas.

Los medios de comunicación pertenecientes con carácter oficial al grupo de “prensa católica” – Conferencia Episcopal Española_ (CEE) en sus ramificaciones diocesanas, aún parroquiales y determinadas asociaciones y movimientos “religiosos”-, no son hoy por hoy instrumentos y espacios ni de “prensa” ni de “católica”. Nutrir la educación en la fe con las programaciones de la Cope, de la TV.TRECE, de las hojas parroquiales o diocesanas …constituiría una infeliz, ineficaz e inoperante aspiración poco o nada religiosa. Seguir leyendo

¿Una Iglesia sin futuro?

«La Iglesia –esta Iglesia- no tiene futuro. Se acaba»

Aradillas: «La Iglesia es mucho más que los templos que la albergan y los burócratas que la sirven»

Mitras, báculos,  anillos, cetros, tronos, capas pluviales, sillas gestatorias, ceremonias  litúrgicas o para- litúrgicas, ornamentos  que se dicen  sagrados, privilegios, broches de oro o de plata, piedras preciosas, inciensos, tratamientos, gestos regios o imperiales, mansiones palaciegas…

Mitras episcopales

23.05.2020 Antonio Aradillas

Una vez más, ni quiero,  ni debo dejar de proclamar, con legitimidad, evangelio, buen gusto y sentido común,  algunas de las reacciones que sienten y padecen  los cristianos ante estampas  tan absurdamente clericales como las que se nos prodigan  sobre todo en las ceremonias litúrgicas …A todas ellas, y a tantas otras más, las definen  el poder, la soberbia, el sentirse poseedor  de la verdad  y, sobre todo y por encima de todo,  su tan cuestionada sacralidad, por su condición de “ministros sacramentalizados” del único y verdadero Dios, Creador y Señor del cielo y la tierra

Representada, revestida, predicada y propuesta la Iglesia  de esta manera,  automáticamente dejó de ser  la Iglesia de Jesús, para convertirse en otra cosa, institución, organización o en un contubernio cualquiera. Sus protagonistas dimitieron “ipso facto” de toda consideración y estigmatización  religiosas, para no pasar de siervos y esclavos de intereses personas o de grupos, en provecho exclusivo de satisfacciones  plenarias en esta vida    y hasta en la otra, aún cuando tal satisfacción exigiera manipular no pocos textos, y buena parte de la doctrina  impartida y vivida en los santos evangelios. Seguir leyendo

«La revuelta de las mujeres» en la Almudena

Antonio Aradillas: «La ‘revuelta de las mujeres’ es un movimiento interactivo e itinerante»

Pepa Torres y otras teólogas, religiosas y laicas en la ‘revuelta’ de mujeres en la Almudena

«Con seguridad que, al menos en grados universitarios, estas mujeres superan en número y condición al de los diplomas que pueden exhibir los obispos en sus santos y doctos despachos»

«En muy pocas otras esferas distintas a las eclesiásticas, se expresa y exhibe la burda e indolente desafección al mensaje evangélico, relacionando a la mujer con “pecado” y objeto de pecado»

06.03.2020 Antonio Aradillas

“La revuelta de las mujeres en la Iglesia” es eslogan y punto de referencia que abandera, y abanderará, de modo interactivo e itinerante multitud de actividades ya programadas  dentro y fuera de España y de las que se hacen eco los medios de comunicación “intra” y extra eclesiales. “Somos mujeres creyentes, vivimos con pasión el seguimiento de Jesús de Nazaret, comprometidas con su causa y alzamos la voz y nos manifestamos una vez más, porque vivimos una  profunda discriminación en la Iglesia, habiendo llegado el momento de decir “¡basta ya!”, cansadas de incoherencias y autoritarismos  jerárquicos…”.

Reflexionar sobre el tema de tan transcendental importancia en la Iglesia, es artículo de primera necesidad y parte del primero y principal mandamiento.

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