Asamblea General del CELAM

Por una Iglesia en la comunión, la eclesialidad y la sinodalidad

39ª Asamblea General Ordinaria del Celam
39ª Asamblea General Ordinaria del Celam

“Esa Asamblea rinda abundantes frutos en favor de la Iglesia que peregrina en Latinoamérica y en el Caribe, para que esté siempre dispuesta al servicio, sobre todo de los pobres y descartados, discerniendo las inspiraciones del Espíritu Santo, en sinodalidad con todo el pueblo santo de Dios”

Cómo se ha llevado a cabo el proceso de renovación y reestructuración, siguiendo el llamado del Papa Francisco a servir con pasión, lo que ha ido concretando en la nueva estructura, que busca mayor eficiencia y calidad, trabajo en red, animación de procesos, no de eventos, colegialidad y sinodalidad

Los participantes de la 39ª Asamblea General Ordinaria del Celam han participado de la Eucaristía de abertura, presidida por Mons. Miguel Cabrejos, presidente del organismo, que ha agradecido por lo vivido a lo largo del último cuatrienio

Por Luis Miguel Modino, corresponsal en Latinoamérica

Una oportunidad para hacer memoria agradecida del camino recorrido, pero también para pedir el don del Espíritu para seguir su llamado. Así puede ser vista la 39ª Asamblea General Ordinaria del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño que se ha iniciado este 16 de mayo en Puerto Rico y que se prolongará hasta el viernes 19 de mayo.

Mons. Cabrejos 39 asamblea

Mensaje del Papa Francisco

Un momento para hacer balance de cómo ha avanzado la concretización del mandato recibido por la actual presidencia en la 37ª Asamblea realizada en Tegucigalpa (Honduras) en 2019, que pedía llevar a cabo la renovación y reestructuración del Celam, un organismo necesario y actual, capaz de promover y liderar la comunión, la misión y el servicio en el continente, una escuela de sinodalidad, que escucha a las Conferencias Episcopales y aporta a la reconstrucción del tejido social en América Latina y el Caribe, como recordaba Mauricio López, director del Centro de Redes y Acción Pastoral del Celam. Eso haciendo realidad una Iglesia menos clericalista y con mayor protagonismo femenino.

Una Asamblea a la que el Papa Francisco a través del Cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado Vaticano, ha enviado un mensaje en el que pidió que “esa Asamblea rinda abundantes frutos en favor de la Iglesia que peregrina en Latinoamérica y en el Caribe, para que esté siempre dispuesta al servicio, sobre todo de los pobres y descartados, discerniendo las inspiraciones del Espíritu Santo, en sinodalidad con todo el pueblo santo de Dios”.

Acogida a los participantes

Se trata de ser “constructores, arquitectos del Templo Vivo, espiritual del Santo Pueblo de Dios, con la guía del Espíritu, bajo la protección de la Santa Madre de Dios”, como decía en sus palabras de acogida Mons. Miguel Cabrejos, presidente saliente del Celam, que destacaba la importancia del Pueblo de Dios, “el único sujeto activo y fundamental de toda la acción y misión de la Iglesia”, que lleva a asumir la corresponsabilidad y la escucha como actitud y ha ido creando una “eclesiogénesis”, un nuevo modelo eclesial, en la que la Iglesia se enriquece desde la comunión, la eclesialidad y la sinodalidad.

Los participantes también fueron acogidos por Mons. Rubén González, obispo de Ponce y presidente de la Conferencia Episcopal Puertorriqueña, mostrando la gran alegría que supone para la Iglesia del país acoger esta asamblea. Desde ahí mostraba su deseo de que “disfrutemos plenamente en estos días de oración, encuentro fraternal y trabajo que abren para nosotros un camino nuevo lleno de retos y esperanza a la luz del Magisterio del Papa Francisco”. Una oportunidad para “acrecentar e impulsar con nuevo ardor la colegialidad, la eclesialidad y sinodalidad que caracterizan la gran familia del Celam”.

Una asamblea que tiene su programa y reglamento a ser seguido, como explicitó Mons. Jorge Eduardo Lozano, secretario general del Celam, y que estará marcada por la elección de la nueva presidencia: presidente, primer y segundo vicepresidentes, el responsable de asuntos económicos y el secretario general para el periodo 2023-2027, así como los obispos coordinadores de cada uno de los cuatro centros pastorales en que se estructura el Celam actualmente.

Informe de la presidencia

Como es costumbre en este tipo de eventos, están siendo presentados los respectivos informes, comenzando por el de la presidencia saliente, que fue relatando a través de diferentes vídeos los pasos dados en este cuatrienio. Cómo se ha llevado a cabo el proceso de renovación y reestructuración, siguiendo el llamado del Papa Francisco a servir con pasión, lo que ha ido concretando en la nueva estructura, que busca mayor eficiencia y calidad, trabajo en red, animación de procesos, no de eventos, colegialidad y sinodalidad, ampliando la participación del Pueblo de Dios, para la superación de la auto referencialidad y el clericalismo.

Un cuatrienio marcado por algunos momentos destacados, no sólo para la Iglesia del continente como para la Iglesia universal, como fue la Primera Asamblea Eclesial de América Latina y del Caribe, una propuesta del Papa Francisco en busca de retomar y aprovechar la riqueza de la Conferencia de Aparecida. En segundo lugar, el Sínodo 2021-2024, un proceso en el que el Celam ha ofrecido como principal aporte la organización y realización la Etapa Continental del Sínodo en las cuatro Asambleas Regionales en las cuales se ha privilegiado el discernimiento comunitario haciendo uso del método de la conversación espiritual.

En los últimos cuatro años se ha inaugurado la nueva sede del Celam, un espacio que está “al servicio de las 22 Conferencias Episcopales del continente y de la Iglesia latinoamericana y caribeña que nos permite testimoniar una Iglesia en salida, más sinodal, que asume los desafíos de este tiempo ofreciendo integralmente mejores servicios pastorales”. Junto con ello la Conferencia Eclesial de la Amazonía, un aporte pionero de la Iglesia del continente a la Iglesia universal, la política del Celam para la prevención y el cuidado, y el Fondo Populorum Progressio, confiado al Celam por el Papa Francisco para ayudar en el análisis de los proyectos y su realización, continuando el trabajo conjunto con la Curia Romana a través del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral.

Realidad financiera marcada por la pandemia

Un informe que también ha llevado a cabo el Consejo de Asuntos Económicos, un organismo colegial, según Mons. Rogelio Cabrera, arzobispo de Monterrey (México), que destacó del último cuatrienio, marcado por la pandemia del Covid-19 y sus consecuencias financieras, lo que llevó al Celam a tener una política de ahorro, dado la realidad de un continente empobrecido. Así mismo insistió en la importancia de la rendición de cuentas y la auditoría permanente, además de la auditoría externa. La situación financiera del Celam fue presentada por Pedro Ceballos, director administrativo, algo que forma parte del planeamiento financiero del Celam, como mostró Humberto Ortiz, director de planeación.

Tras una reunión por regiones, los participantes de la 39ª Asamblea General Ordinaria del Celam han participado de la Eucaristía de abertura, presidida por Mons. Miguel Cabrejos, presidente del organismo, que ha agradecido por lo vivido a lo largo del último cuatrienio. Empezando por el Papa Francisco, a quien agradeció por “por su sabio y decidido apoyo que nos ha brindado a lo largo del cuatrienio, por su cercanía y orientación”, fue relatando un gran número de personas, instituciones, organismos y departamentos del propio Celam, a quienes ha mostrado su gratitud. Unas palabras que ha encerrado con el Cántico de las Criaturas de San Francisco de Asís, para con él pedir que “alaben y bendigan a mi Señor y denle gracias y sírvanle con gran humildad”.

39º Asamblea del CELAM

Puerto Rico recibirá a los obispos de América Latina y el Caribe

El Celam se prepara para renovar a sus autoridades para el cuatrienio 2023-2027 en la 39.ª Asamblea general

Mayagüez – costa oeste de Puerto Rico – recibirá a presidentes y secretarios generales de las conferencias de obispos de América Latina y el Caribe para celebrar la 39.ª Asamblea general del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam), que tendrá carácter electivo.

Rubén González, obispo de Ponce y presidente de la Conferencia de obispos de Puerto Rico, ha confirmado que  del 15 al 20 de mayo recibirán a los miembros del Celam y al término de esta “los obispos de Puerto Rico, lanzaremos un trienio de preparación al 50 aniversario de la coronación canónica de la Venerable Imagen Original de Nuestra Señora Madre de la Divina Providencia como patrona principal de toda la nación puertorriqueña”.

La imagen que se encuentra en el camerín de la catedral de San Juan será traída y celebrarán una eucaristía en el Centro de Espiritualidad Nuestra Señora Madre de la Consolación en Aguada el viernes, 19 de mayo a las 7:00 p.m. hora local.

Desafíos pastorales en desarrollo

González ha invitado a vivir esta asamblea desde “una experiencia de oración y compartir nuestra vida de fe y comunión eclesial desde nuestra condición de discípulos y pastores”.

Por tanto, “como pastores nos corresponde reflexionar sobre las grandes tendencias de la realidad en América Latina y el Caribe y los desafíos para la labor pastoral de la Iglesia” como también “debemos de compartir la realidad nacional y regional de la Iglesia”.

El Celam se prepara para renovar a sus autoridades para el cuatrienio 2023-2027. Desde 2019, iniciaron un proceso de renovación a partir de su 37ª. Asamblea en Honduras, ello los llevó a replantearse su quehacer pastoral.

Actualmente la directiva es encabezada por Miguel Cabrejos, arzobispo de Trujillo (Perú) como presidente, y por Jorge Eduardo Lozano, arzobispo de Cuyo (Argentina) como secretario general.

Luego de la petición de Francisco de organizar una Asamblea eclesial, el Celam organizó este evento continental, en el que apalancó el concepto de sinodalidad. Estos aportes han resonado en el actual camino sinodal, que culminará en 2024.

La doctrina social de la Iglesia (DSI)

América Latina, interpelada a la práctica urgente de la doctrina social de la Iglesia

800 participantes –de manera remota y virtual– han reafirmado su fidelidad al magisterio social de Francisco

Culminó el Congreso de doctrina social de la Iglesia en la sede del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño en Bogotá, este 23 de abril. Unas 800 personas de toda la región, de manera remota y presencial, fueron interpeladas para llegar con efectividad a las periferias, porque fe sin obras es muerta.

Han reafirmado su comunión con Francisco “fieles a su magisterio social”, que “es texto y gesto”. Reflexionaron sobre la cruda realidad latinoamericana sobre los cuatro sueños amazónicos del Papa: eclesial, cultural, social y ecológico.

Por supuesto, celebran la esperanza de este tiempo pascual que “nos invita a no tener miedo y caminar en la paz del Señor resucitado” en un comunicado que según el equipo organizador “no pretende ser una conclusión o síntesis formal”.

En un balance preliminar, destacaron que en el encuentro han vivido “una experiencia concreta de sinodalidad en torno a la doctrina social de la Iglesia” y se presentaron más de 50 experiencias “compartidas por hermanas y hermanos de toda la región”.

Mensaje evangélico, corazón de la acción

Cardenal Michael Czerny, prefecto del Dicasterio para el servicio del desarrollo humano integral, fue una de las figuras importantes de este evento. De él rescatan la práctica social del Evangelio, que “no puede ser una consecuencia sino parte de su esencia auténtica, puesto que se sitúa en el corazón del mensaje evangélico”.

Además apuntó que “la solución al clericalismo no pasa por perpetuar un modelo de gobierno vertical y autoritario, sino por promover y formar a los laicos en un auténtico y genuino espíritu de pertenencia y participación eclesial”.

En estas resonancias iniciales quieren evitar caer “en una mirada simplista” o “sacar conclusiones apresuradas”, por eso, se han animado a incorporar en los desafíos de este congreso “el camino sinodal y de la Asamblea Eclesial Latinoamericana y Caribeña”.

Dejan la puerta abierta para “las interpelaciones, retos y desafíos”. De esta manera intentando descubrir y encarnar la praxis de Jesús, como él la sueña para nuestro continente”.

Entre los problemas que han identificados –que siguen vigentes – están: el clamor de la tierra, el grito de los pobres y el vía crucis de los migrantes, y “fueron ejes vertebradores de la escucha y el discernimiento”.

El compromiso de la Iglesia latinoamericana es “buscar respuestas a los retos sociales y éticos de las nuevas tecnologías, así como a las secuelas de la pandemia, entre otros”.

“Renovamos la opción por ser una Iglesia profética y samaritana que logra mediar aportando sus convicciones siendo, a la vez, fermento de transformación de las situaciones de muerte en condiciones de vida”, finalizaron

Mujeres de la Iglesia en América Latina:

“Afirmamos la igual dignidad conferida por el bautismo”

La Comisión del eje de mujeres en la Iglesia y sociedad ha suscrito un manifiesto al cierre de su encuentro latinoamericano, realizado en Bogotá

Al cierre de su encuentro latinoamericano, realizado en Bogotá, la Comisión del eje de mujeres en la Iglesia y sociedad, ha suscrito un manifiesto en la que destacaron la igualdad entre hombres y mujeres para “vivir la plena ciudadanía eclesial”.


“Afirmamos la igual dignidad conferida por el bautismo, asumiendo el compromiso de la triple misión: sacerdotal, profética y regia para vivir así la plena ciudadanía eclesial – participación en las instancias de decisión – como Discípulas Misioneras de Cristo”, han señalado.

Las mujeres de la Iglesia de “diversos lugares, historias, estados de vida e identidades que representamos diferentes procesos e instancias” aspiran a “transformación eclesial, para lo cual es necesaria la conversión personal y comunitaria animada por el Espíritu Santo”.

También urge de “un cambio de mentalidad y el compromiso de todas las personas, miembros de la Iglesia. Este es el camino de una Sinodalidad Encarnada”.

Una Iglesia con rostro femenino

Han destacado “la fortaleza, la capacidad de resistencia y resiliencia de las mujeres como semilla de esperanza”, porque “esta escucha nos ha ensanchado el corazón para acogernos con profunda misericordia, a imagen de Dios Padre y Madre, dando lugar a una genuina sororidad”.

Apuestan “en este tiempo de primavera eclesial animada por el papa Francisco” por “una Iglesia con rostro femenino plural, sinodal y con ministerios compartidos que reflejen los carismas sembrados por el Espíritu Santo”.

Se han comprometido a seguir posicionando “la dignidad bautismal, el ejercicio pleno de nuestra ciudadanía eclesial, la participación amplia y diversa, la conversión y el no callar”, en torno a un plan estratégico que “desarrolle las líneas de acción e incidencia priorizadas: organización del proceso del eje y trabajo en red, participación en instancias eclesiales y sociales”.

Por ahora, “hemos saboreado los gozos y las esperanzas emergidas de las historias y experiencias de cada participante en sus realidades, transformadas en vida abundante para sí mismas y para las demás personas”.

Esta Comisión ha surgido por la articulación entre la Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosos/as (CLAR), Cáritas Latinoamérica y el Consejo episcopal Latinoamericano (CELAM).

¿Un replanteamiento de los sacramentos?

La misionera Birgit Weiler, desde la Amazonía: “Aquí las religiosas confesamos, aunque no podamos absolver”

La teóloga y consultora del CELAM hace un llamamiento para que se haga un replanteamiento de los sacramentos

La religiosa y teóloga alemana Birgit Weiler, consultora del CELAM, ha reclamado que se repiense la teología de los sacramentos desde la realidad que está viviendo en América Latina. Un replanteamiento que pasa, entre otras cosas, por una mayor presencia de las mujeres incluyendo cuestiones tan delicadas como absolución sacramental.

Valorar los sacramentos

La confesión es “para la gente de las zonas rurales y urbanas de la Amazonia algo muy importante en sus vidas y un valor central”, señala en declaraciones al portal kath.ch.    Además, añade que debido a la falta de sacerdotes, las religiosas a menudo asumen alguna función de los presbíteros como escuchar a la gente y rezar con ellos pidiendo el perdón de Dios. “Son confesiones ‘de facto’ que escuchamos. Pero formalmente no podemos dar la absolución”, explica sin disimular cierta sensación de frustración.

Y es que la cuestión de la escasez de sacerdotes hace que la misa no forme parte de muchas comunidades. En algunas zonas se ha autorizado a algunas mujeres a bautizar y administras la unción de los enfermos. “Hay obispos en la región amazónica que, por razones pastorales, consideran que no hay otro camino: porque sencillamente no hay sacerdotes en muchas parroquias. Y cuando hay enfermos graves y las religiosas están en el lugar, administran el sacramento que piden los enfermos y sus familias”, explica Weiler.

Unas tareas que asumen incluso laicos en algunas regiones.“No debe haber un sacerdocio de vía estrecha”, reclama la misionera. “Especialmente en la Amazonia, los ‘viri probati’ se reclutan entre las filas de los indígenas. Debido a la larga experiencia histórica de exclusión, aquí hay que ser especialmente sensible desde el punto de vista cultural”, explica

El Congreso de Doctrina Social de la Iglesia L.A.

Luego de 16 años vuelve el Congreso de doctrina social de la Iglesia en América Latina

El Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam) ultima detalles de este evento que busca leer las novedades de la realidad social, económica, cultural y política del continente

Han pasado 16 años desde que México fue sede de la segunda edición del Congreso de doctrina social de la Iglesia en 2006 como antesala a la Conferencia de Aparecida.


Ahora, en medio del proceso sinodal, el Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam) está ultimando detalles del tercer congreso, que se realizará en Bogotá, de manera híbrida: presencial-virtual, del 21 al 23 de abril.

Bajo el lema “la dimensión social de la sinodalidad: el clamor de los empobrecidos y de la tierra”, según sus organizadores buscan “leer las novedades de nuestra realidad social, económica, cultural y política a la luz del Evangelio, el magisterio del Papa Francisco, aportando miradas e ideas nuevas desde la perspectiva del Evangelio, en clave sinodal. Es también una respuesta a demandas planteadas durante la Primera Asamblea Eclesial”.

Está dirigido a quienes estén vinculados con la acción pastoral de la Iglesia, especialmente a jóvenes, cuestión que no es limitativa.

Formas de participación

Asimismo han informado que esperan la participación 120 personas en forma presencial y está abierto ampliamente de manera telemática, tanto por zoom (participantes) como por redes sociales (asistentes).

El costo en modalidad presencial será de 100 USD incluye hospedaje durante tres días y los traslados a y desde el aeropuerto en Bogotá, así como la certificación de la asistencia, mientras que la participación virtual es de 10 USD.

Para el proceso de inscripción deberán ingresar en https://celam.org/congreso-dsi/ , donde podrán ver la programación, normas de envío de las ponencias, temario, entre otros.

Recuento histórico

La historia de los congresos en 1991, cuando Santiago de Chile se realizó este evento con motivo de los 100 años de Rerum Novarum del papa León XIII, encíclica que fundamenta los principios de la doctrina social de la Iglesia.

El Pontificio Consejo de Justicia y Paz del Vaticano y el Consejo Episcopal Latinoamericano convocaron en esta ocasión  a 440 delegados, entre cardenales, obispos, sacerdotes, religiosos, agentes pastorales, universitarios, empresarios y sindicalistas.

La segunda edición se realizó 15 años después en Ciudad de México, bajo el tema “Imaginar un continente para todos. Justicia, solidaridad y testimonio cristiano frente a los nuevos retos sociales de América Latina y el Caribe”. Fue organizado, en ese entonces, por el departamento de Justicia y Solidaridad del Consejo Episcopal Latinoamericano.

En este Congreso de México participaron todas las estructuras internas de las 22 conferencias episcopales de la región cuyas tareas pastorales contemplan, directa o indirectamente, la pastoral social.

También fue propicio para preparar el camino a la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, porque despertó la conciencia viva de la Iglesia en el Continente, para realizar la llamada a una ‘nueva fantasía de la caridad’.

Paraguay: nuevo impulso al encuentro con Cristo

Se interpeló a los mismos catequistas, su proceso de conversión y el redescubrimiento de su vocación para el anuncio

La Coordinación Nacional de Catequesis de la Conferencia Episcopal Paraguaya organizó la 2ª Semana Nacional de Iniciación a la Vida Cristiana, en la Casa Scalabrini en Santa Rita Alto Paraná. Hubo una importante participación de más de 180 representantes de las distintas delegaciones diocesanos.

La ponencia principal estuvo a cargo del sacerdote mexicano Omar Osiris, quien es miembro del equipo de Laboratorio de Catequesis del CELAM.

Ofreció indicaciones para vivir el “Proceso de Iniciación” a la vida cristiana. Asimismo, los catequistas y agentes pastorales fueron interpelados en su encuentro con Cristo, tomando como modelo el proceso de la conversión de Saulo, y el  anuncio del kerigma de Esteban a Saulo y su transmisión a los demás interlocutores. Esta introspección ayudó a los participantes a redescubrir la vocación, el encuentro con Cristo y el servicio al que fueron llamados.

Necesidad de formación

Otro de los puntos destacados fue el de la necesidad de la formación que deben tener los catequista para poder cumplir la misión.

Las dimensiones que se analizaron fueron:

  • el “ser” del catequista, como testigo de la fe y custodio de la memoria de Dios;
  • el “saber estar con”, que le permite al catequista desarrollar las habilidades para hacer de la catequesis un acto educativo comunicativo;
  • el “saber”, que manifiesta que el catequista es el maestro que enseña la fe y que necesita tener una formación pedagógica allí donde le corresponda actuar: parroquia, centro de formación, colegios.

El último tema analizado se centró en la creación de la pastoral de conjunto donde todas las pastorales se articulen para su renovación, a partir de la iniciación a la vida cristiana, y la corresponsabilidad de la misión y la evangelización para la renovación de las estructuras parroquiales.

La Asamblea Sinodal del Cono Sur

Jorge Blake: “Una Iglesia en crisis necesita volver a sus fuentes”

El sociólogo chileno, que participa en la Asamblea Sinodal del Cono Sur, describe el proceso de preparación para llegar a Brasilia

Entre el lunes 6 y el viernes 10 se reúnen en Brasilia representantes de Argentina, Paraguay, Uruguay, Brasil y Chile en la Asamblea Sinodal del Cono Sur. Es la cuarta y última que completa las 4 regiones en que se organiza el Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM).

El grupo de Chile lo integran 21 personas. Entre ellos, Jorge Blake, laico de 30 años, magíster en sociología de la Pontificia Universidad Católica de Chile y diplomado en Acompañamiento Psicoespiritual de la Universidad Alberto Hurtado. Es director ejecutivo de Fundación MAGIS, de la Compañía de Jesús, que desarrolla un trabajo pastoral con jóvenes de 16 a 18 años desde la espiritualidad ignaciana. Además, es profesor universitario y colabora con diversas instancias eclesiales, especialmente con jóvenes.

Reimaginar con audacia y creatividad nuestro modo de ser iglesia

Antes de salir a Brasilia, Jorge Blake respondió así a Vida Nueva:

PREGUNTA.- ¿Qué destacas de este proceso sinodal que vive la Iglesia y cuál crees que será su mayor aporte?

RESPUESTA.- Que es una oportunidad histórica que nos regala el Espíritu Santo para que como Pueblo de Dios podamos reimaginar con audacia y creatividad nuestro modo de ser Iglesia, bajo la clave renovadora de la sinodalidad. Darnos la oportunidad de vivir este proceso es, a la vez, respuesta urgente a un profundo clamor de justicia y verdad que está latente en la sociedad. Segundo, que el camino sinodal ya vivido, ha traído abundantes gracias y frutos a todas las iglesias locales a lo largo del mundo, por su capacidad de incluir de manera significativa voces diversas y temas complejos y desafiantes.

P.- ¿Cómo llegaste a integrar la delegación a esta asamblea en Brasilia?

R.- He tenido la oportunidad de participar en diversos procesos eclesiales y también de acompañar a diversas organizaciones de Iglesia desde mi experticia como sociólogo. Esto lo vivo con mucha gratitud. Trato de vivir un laicado comprometido, haciendo disponible lo que está dentro de mis posibilidades a las necesidades de mi Iglesia. Esto debe vivirse como un servicio, con humildad y responsabilidad. Espero aprender mucho y aportar ‘un granito de arena’.

P.- Describe, por favor, el proceso de preparación que ha habido en Chile.

R.- Ha sido un proceso largo. No quisiera enfocarme en detalles metodológicos relativos a etapas, instrumentos y demás. De ello ha habido mucho y de gran calidad. Preferiría destacar, en cambio, tres características transversales que me parecen claves: se ha dado un trabajo territorial muy intensivo, donde comunidades de base a lo largo de todo el país se han congregado y se han dado el espacio para lograr una escucha y un discernimiento profundo del llamado que Dios no hace como pueblo fiel a vivir más sinodalmente.

Segundo, se ha logrado hacer partícipe a una importante diversidad de voces y sensibilidades, destacando por ejemplo las juveniles y las femeninas, a las que se ha permitido expresar su identidad y su punto de vista con libertad, siendo acogidos con respeto y valoración.

Tercero, ha sido un proceso honesto y transparente, sin temas prohibidos, sin omisiones, sin miedo a la expresión natural de conflictos y disensos. Eso lo ha hecho un proceso más auténtico.

Formación en la sinodalidad

P.- ¿Cuáles son los temas principales de la Iglesia chilena para aportar a esa asamblea?

R.- Como Iglesia chilena, en base a la síntesis de los aportes recogidos a nivel nacional, destacaría cinco temas. Primero, la necesidad de avanzar en una orgánica eclesial animada por la sinodalidad. Esto implica revisar nuestras estructuras. Segundo, contar con formación en sinodalidad. Tenemos que renovar la formación laical y del clero en pos de la sinodalidad. Tercero, buscar caminar para relevar y fortalecer el rol de las mujeres y los jóvenes en la Iglesia. Cuarto, salir al encuentro de la diversidad, en todas sus formas: niños y jóvenes, adultos mayores, migrantes, personas con discapacidad, personas de otros credos, etc. y de la diversidad sexual, en particular. Quinto, recuperar celebraciones litúrgicas más participativas, que permitan la plena participación de todos los fieles.

P.- ¿Por qué esos temas son relevantes?

R.- En buena medida estos temas surgen como respuestas discernidas a la luz de la crisis que hemos vivido. En ese sentido, cada tema invita a una renovación eclesial y esa renovación responde a su vez al diagnóstico de una Iglesia que en muchas ocasiones se ha presentado como poco participativa, poco transparente, poco diversa, etc. Por tanto, la relevancia de los temas viene dada por la coherencia con el diagnóstico y con el contenido mismo del diagnóstico: una Iglesia en crisis que necesita volver a sus fuentes, que necesita aire fresco, nueva vida, cambio, esperanza: conversión profunda.

P.- ¿Cómo continuará tu participación en este proceso?

R.- Ahora el corazón y la cabeza están en Brasilia, en la asamblea. El compromiso está en aportar de la mejor manera posible todo el discernimiento hecho en Chile al encuentro con otras Iglesias de nuestro continente. El proceso sinodal continuará después de la fase continental. Seguiré disponible en lo que pueda aportar, pero al final del día son las comunidades las que van solicitando el servicio y participación de uno.

Inicio de la Asamblea Sinodal del Cono Sur:

“La dignidad bautismal como criterio estructurante”

Asamblea Sinodal Cono Sur

“Portavoces de las demandas de cientos de pueblos amenazados por un crecimiento económico desenfrenado que no respeta la dignidad del ser humano, de los pueblos originarios y que daña profundamente la naturaleza, nuestra Casa Común”

Opción de los padres conciliares por reconocer la participación de todos los miembros del Pueblo de Dios, “estableciendo, así, la igualdad de todos por medio de la dignidad bautismal como criterio estructurante para la configuración de la identidad de todos los sujetos eclesiales”. La escucha recíproca es “elemento constitutivo de una Iglesia sinodal”, que lleva a “consultar, dialogar, discernir en común, tomar consejos, elaborar decisiones y rendir cuentas”

Por Luis Miguel Modino, corresponsal en Latinoamérica

Casi 200 representantes de las conferencias episcopales de Brasil, Uruguay, Argentina, Chile y Paraguay han iniciado este 6 de marzo la Asamblea Sinodal del Cono Sur, la última de las cuatro en que el Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam).

Un encuentro de experiencias eclesiales

Mons. Joel Portella Amado, en nombre de la presidencia de la CNBB y de todo el equipo que, en el silencio de su trabajo, busca acoger de la mejor manera posible, saludó «a cada hermano y hermana que, viniendo de sus tierras natales, con sus experiencias eclesiales, traen la alegría de ser Iglesia y el sueño de que esta misma Iglesia sea siempre más sinodal». El secretario general de la CNBB dijo que «Brasil se alegra con la presencia de todos y cada uno», pidiendo «que Dios-Comunión nos conceda una semana fecunda».

Vida Religiosa portadora de demandas de los pueblos

En nombre de las Conferencias de Religiosos y Religiosas del Cono Sur, la Hna. Eliane Cordeiro, saludó a los participantes de la asamblea sinodal. La Vida Religiosa se dice “hijas e hijos de esta tierra que sufre y comparte el dolor de tantas personas que se han visto obligadas a salir de su tierra, buscando un mejor futuro”. Desde ahí quieren ser “portavoces de las demandas de cientos de pueblos amenazados por un crecimiento económico desenfrenado que no respeta la dignidad del ser humano, de los pueblos originarios y que daña profundamente la naturaleza, nuestra Casa Común”.

En unidad con el Papa Francisco, se suman en la construcción de “una comunidad de hermanas y hermanos capaz de acoger la vida, mirar su pecado, asumir sus errores, pedir perdón y reparar el daño causado a los más vulnerables”, siendo fieles al Proyecto de Jesús. Una Vida Religiosa que ha hecho el camino sinodal, que se ha “sentado a la mesa con otras y otros para escuchar y discernir la llamada del Señor Jesús, que nos habla a través de nuestra historia, una historia llena de luces y sombras que nos desafía a ser cada vez más proféticos, coherentes con el mensaje del Evangelio y corresponsables en la labor de la Iglesia”.

La presidenta de la Conferencia de Religiosos de Brasil insistió en que “miramos con mucha esperanza el camino realizado y los que se nos abren como Iglesia”, llamando a vencer miedos y crecer en confianza, a “responder al desafío al que el Espíritu nos llama: Ser profecía y comunión: una Iglesia verdaderamente sinodal”.

La Iglesia somos nosotros

El arzobispo local, el cardenal Paulo César Costa, acogió a los recién llegados a Brasilia, una ciudad y una Iglesia joven, que definió como una síntesis de todo Brasil. Una Iglesia con un laicado participativo y un clero numeroso, en una ciudad que acoge los tres poderes de la República y los organismos de la Iglesia de Brasil. Siguiendo el texto de la Transfiguración, el cardenal insistió en que la Iglesia, la túnica de Cristo, somos nosotros, que la hacemos más bonita o más fea. En sus palabras destacó la importancia del Concilio Vaticano II como momento en que se inició el camino de la sinodalidad y da la comunión, un camino asumido por la Iglesia de América Latina y el Caribe.

Finalmente insistió en ser una Iglesia de servidores, destacando la capacidad que el Papa Francisco tiene para leer la realidad, para descubrir lo que el Espíritu está haciendo entre nosotros, algo presente en la vida de la Iglesia desde el principio. Una realidad que desafía a la Iglesia a encontrar nuevos ministerios en pro de la evangelización que respondan a lo concreto de la vida de la gente y de la propia Iglesia, desde su fidelidad al Señor.

Igualdad de todos por medio de la dignidad bautismal

Un encuentro del Pueblo de Dios, una categoría cuya incorporación al caminar de la Iglesia puede ser considerado el gran giro en la eclesiología durante el Concilio Vaticano II, afirmó Mons. Miguel Cabrejos. El presidente del Celam resaltó la opción de los padres conciliares por reconocer la participación de todos los miembros del Pueblo de Dios, “estableciendo, así, la igualdad de todos por medio de la dignidad bautismal como criterio estructurante para la configuración de la identidad de todos los sujetos eclesiales”.

Con el Vaticano II los sujetos eclesiales “quedaban definidos a partir de la dignidad bautismal compartida y la participación de todos/as en el sacerdocio común”. Con el camino sinodal se quiere “poner en práctica una nueva hermenéutica inspirada en la lógica del conjunto”, organizada desde el todos (el Pueblo de Dios), algunos (los Obispos) y finalmente uno (el Obispo de Roma). No son tres sujetos eclesiales afirmó el presidente de la Conferencia Episcopal Peruana, sino uno único, el Pueblo de Dios, el único sujeto activo y fundamental de toda la acción y misión de la Iglesia.

La consecuencia de esto es la corresponsabilidad que se deriva para cada uno de sus miembros. Se establece un ministerio jerárquico vinculado con la comunidad, algo ya presente en la Iglesia primitiva, siendo que el obispo “debe volver a situarse en el pueblo de Dios que le ha sido confiado”.

Profundizar en la dimensión pneumatológica

Para Mons. Cabrejos la recuperación y profundización de la dimensión pneumatológica ayuda en la actual recepción del sensus fidei, algo apuntado por el cardenal Grech. Desde ahí afirmó que “escuchar al Pueblo de Dios es escuchar verdaderamente lo que el Espíritu le dice a la Iglesia”. La escucha es más que una encuesta, es asumir una dinámica comunitaria y espiritual en el sensus fidei fidelium, es entender que “el depósito de la fe está confiado a la totalidad del Pueblo de Dios, quien lo conserva, profesa y transmite”, insistió.

La escucha recíproca es vista por el prelado peruano como “elemento constitutivo de una Iglesia sinodal”, que lleva a “consultar, dialogar, discernir en común, tomar consejos, elaborar decisiones y rendir cuentas”. Son dinámicas que “crean el ambiente propicio para generar procesos de conversión”, especialmente de la jerarquía, que lleven a entender que “es precisamente a nivel   de los procesos decisionales y la construcción de consensos, donde se juega nuestra capacidad de imaginar y construir un nuevo modelo eclesial institucional para la Iglesia sinodal del Tercer Milenio”.

Mons. Cabrejos destacó la inspiración del Espíritu al Papa cuando decidió que este Sínodo debía celebrarse a todos los niveles y contextos. Desde ahí insistió en que la sinodalidad a nivel Continental da a América Latina y el Caribe es la oportunidad de enriquecer su propia identidad como Iglesia, llamando a “proporcionar el sentido de la dirección para nuestra Iglesia latinoamericana y caribeña de hoy y de mañana”

Encuentro Continental CAMEX

Mons. Cabrejos: “Sinodalidad, el punto en el que converge misteriosa, pero realmente, la Trinidad en la historia”

Misa Abertura Encuentro Continental CAMEX

Ante la tumba de San Óscar Romero pedirle “la gracia de esa capacidad de diálogo, de conservar hilos o no romper hilos que tanto se necesita hoy en día en nuestra sociedad”

La cruda realidad, especialmente de algunos países, “nos interpela a seguir siendo una Iglesia samaritana, encarnada en la preferencia por quienes Jesús más ama, una Iglesia que manifieste firmeza en las huellas de Cristo por la humanidad y que alimente nuestra esperanza”

Necesidad de “fortalecer la cultura del diálogo tan necesaria, socialmente, políticamente, eclesialmente”

“Vivir la existencia cristiana de una forma más humana, como Dios la quiere”

Por Luis Miguel Modino, corresponsal en Latinoamérica

Buscar como caminar juntos para anunciar el Evangelio de acuerdo a la misión confiada y qué pasos se deben dar animados por el Espíritu para crecer como Iglesia sinodal es lo que guía el proceso sinodal que la Iglesia está viviendo y que ahora avanza en su fase continental. En América Latina, los representantes de México y Centroamérica, reunidos de 13 a 17 de febrero en San Salvador, celebraban la Eucaristía, movidos por un espíritu de comunión y de escucha, en un lugar santo, bajo la guía de un hombre de Dios, San Romero, que aprendió a sentir con la Iglesia.

Un momento eclesial, como hacía ver Mons. Miguel Cabrejos al inicio de la celebración, que ante la tumba de San Óscar Romero invitaba a pedirle la fuerza de la oración para que llegue a toda América Latina y a la Iglesia universal, y junto con eso pedirle “la gracia de esa capacidad de diálogo, de conservar hilos o no romper hilos que tanto se necesita hoy en día en nuestra sociedad”.

El presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam), se refería a la situación política social y económica del continente, que no es fácil, ante lo que insistió en que es el Evangelio el que nos ilumina. Así fue citando textos del Magisterio de la Iglesia y de la Palabra de Dios para iluminar la realidad del continente, buscando que el Dios que está en medio de nosotros esté presente en medio de América Latina y del mundo, “para que reine la paz, se caigan los odios, las muertes, las venganzas, las enemistades”.

Que nuestros pueblos tengan vida plena en Jesucristo

En su homilía, Mons. Miguel Cabrejos comenzó preguntándose sobre los dos desafíos para la región de Centroamérica y México. “Los desafíos a la luz de Aparecida, de la Asamblea Eclesial, del Magisterio del Papa Francisco y de los signos de los tiempos que nos llaman, nos interpelan, nos invocan, nos preguntan”, insistió Mons. Cabrejos. Desde ahí llamó a preguntarse “cómo podemos renovar una vez más nuestro compromiso para que nuestros pueblos tengan vida plena en Jesucristo, caminando eclesial y sinodalmente”.

También hizo ver que la cruda realidad, especialmente de algunos países, “nos interpela a seguir siendo una Iglesia samaritana, encarnada en la preferencia por quienes Jesús más ama, una Iglesia que manifieste firmeza en las huellas de Cristo por la humanidad y que alimente nuestra esperanza”, enfatizó el presidente del episcopado peruano. Junto con ello, “una Iglesia evangelizadora y en camino a la escucha del clamor de los pobres, una Iglesia que concretice nuestra opción discipular misionera en el momento actual contexto histórico que nos toca vivir”.

Fortalecer la cultura del diálogo

Mons. Cabrejos hizo ver que “necesitamos igualmente una conversión a la experiencia sinodal eclesial, porque somos parte del Pueblo de Dios”. Algo que demanda la necesidad de “fortalecer la cultura del diálogo tan necesaria, socialmente, políticamente, eclesialmente”, y junto con ello “de la escucha recíproca, del discernimiento del consenso y comunión”, insistiendo en no dar las espaldas al pueblo, en escucharle. Desde ahí resaltó que “la conversión sinodal implica comprender que la sinodalidad se expresa en la circularidad dinámica del consenso de los fieles, de la colegialidad episcopal y del Primado del Obispo de Roma, para lo cual la Iglesia está llamada a activar la escucha de todos los sujetos eclesiales que en su conjunto forman el Santo Pueblo de Dios”.

En relación con el Celam, su presidente señaló que en los últimos 4 años ha enfatizado el Magisterio del Papa Francisco, especialmente en los 4 sueños de Querida Amazonía, esparcidos en el proceso de renovación y reestructuración del Celam. Desde ahí llamó a profundizar en la Teología del Pueblo de Dios, “aceptando la unción del Espíritu Santo en los bautizados que constituye el sentido de la fe de los fieles”, destacando la importancia del sensus fidei que ayuda a los fieles a “discernir lo que viene realmente de Dios”.

Comunión trinitaria

“En la sinodalidad podemos localizar el punto en el que converge misteriosa, pero realmente, la Trinidad en la historia”, destacó Mons. Cabrejos, que hizo ver que “sinodalidad no define un método más o menos democrático y mucho menos populista de ser Iglesia. Sinodalidad es la dimensión dinámica, la dimensión histórica de la comunión eclesial, fundada por la comunión trinitaria que tiene el sensus fidei del Pueblo de Dios, la colegialidad apostólica y la unidad con el sucesor de Pedro”. Finalmente, el presidente del Celam hizo ver el reto permanente de ser una Iglesia encarnada y servicial, insistiendo en que “todo lo humano debe tener resonancia en el corazón de los discípulos de Cristo”, llamando, al ejemplo del Divino Maestro, a “estar al servicio de la vida”, lo que implica “denunciar a presencia del mal y anunciar la buena noticia de la liberación integral”. Desde ahí resaltó que “el camino de la Iglesia es el ser humano”, algo recogido en Aparecida, donde aparece que “la opción por los pobres es Cristo céntrica”.

Por eso, la necesidad de “vivir la existencia cristiana de una forma más humana, como Dios la quiere”. Pues como recordó el presidente del episcopado peruano, “Cristo es el camino de Dios al hombre y es el camino del ser humano a Dios”, algo que se concreta en el momento histórico que nos toca vivir.