Asamblea Sinodal del Cono Sur:

“Rescate de toda la belleza del Bautismo que nos une»

Padre Patriky Samuel Batista

Un encuentro en clave sinodal que será realizado de 6 a 10 de marzo en la Casa Mons. Luciano Mendes de Almeida de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB), en Brasilia, capital de Brasil

«Es una ocasión propicia para que podamos empezar a transformar toda esta escucha en un camino»

«Una oportunidad singular para compartir buenas prácticas y experiencias de escucha de otros países, de otras conferencias»

«Bella expresión de la Iglesia que es comunión»

«Es una Iglesia profundamente ministerial y aquí viene toda esta reflexión sobre el sacramento del Bautismo, no sólo la fuente común para todos nosotros, sino el trampolín que realmente nos lanza a la misión»

Por Luis Miguel Modino, corresponsal en Latinoamérica

La Etapa Continental en América Latina y el Caribe del Sínodo 2021-2023 da un paso más esta semana, con la cuarta y última asamblea de las programadas para llevar a cabo esta fase. Un encuentro en clave sinodal que será realizado de 6 a 10 de marzo en la Casa Mons. Luciano Mendes de Almeida de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB), en Brasilia, capital de Brasil.

Testimonios y experiencias de las Iglesias del Cono Sur

Casi 200 representantes del pueblo de Dios de las 5 conferencias episcopales que forman parte de la Región Cono Sur del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam): Uruguay, Argentina, Chile, Paraguay y Brasil, se encuentran para compartir testimonios y experiencias de la Iglesia en el continente, una oportunidad para socializar y caminar juntos, en sinodalidad, siguiendo la metodología de la conversación espiritual.

Un tiempo para a partir de esas experiencias del pueblo de Dios poder hacer realidad aquello que el Papa Francisco nos pide: construir una Iglesia sinodal, una Iglesia de comunión, participación y misión.

Transformar la escucha en camino

«Acoger la asamblea del Cono Sur, para nosotros como equipo sinodal, como Iglesia en Brasil, es en primer lugar un momento de acción de gracias por todo lo avanzado hasta ahora, y también de expectativa de lo que será el Sínodo de los Obispos», según el Padre Patriky Samuel Batista. El secretario general adjunto de la CNBB afirma que «es una ocasión propicia para que podamos empezar a transformar toda esta escucha en un camino».

El presbítero brasileño recuerda las palabras del Papa Francisco, para quien «la sinodalidad es el camino que Dios quiere para la Iglesia de hoy». Desde ahí insiste en que «ahora pues, atentos a los signos de los tiempos, en esta escucha comprometida, ahora podemos celebrar cara a cara en el encuentro con la Iglesia en América Latina, en el Cono Sur. Es un momento de acción de gracias, de recuerdo y de renovación de la esperanza».

Un encuentro que es visto por el padre Patriky como «un compartir experiencias que nos está ayudando a percibir desafíos comunes, pero también horizontes que se presentan para superar estos desafíos, tanto en la perspectiva eclesial como en los desafíos que afectan directamente a la sociedad». Insiste en que «es también una oportunidad singular para compartir buenas prácticas y experiencias de escucha de otros países, de otras conferencias. Este compartir basado en la escucha del Espíritu es un momento muy especial para todos nosotros», subrayando que «es una nueva dinámica».

Una bella expresión de la Iglesia que es comunión

Un momento en el que participan todos los estamentos del pueblo de Dios, lo que el Secretario General Adjunto de la CNBB considera una «bella expresión de la Iglesia que es comunión». Una dinámica que, por encima de todo, es «ese rescate de toda la belleza del Bautismo que nos une». El sacerdote brasileño no duda en definir este encuentro como «un hermoso testimonio que ofrecemos al mundo, donde todos, cada uno con su vocación, con su ministerio, estamos llamados a ser esa Iglesia en salida, pero en salida juntos, ese es el gran horizonte».

Recordando de nuevo las palabras del Papa Francisco, el padre Patriky afirma que «hay momentos que los pastores están delante, en medio, a veces detrás». Desde ahí destaca «esta movilidad, esta voluntad de caminar juntos, pero también de ir valorando a cada miembro del pueblo de Dios, especialmente a los laicos, es un momento singular». De hecho, «todo este camino sinodal, este proceso de escucha y esta asamblea del Cono Sur es también una oportunidad para redescubrir la Teología del Bautismo».

Estamos ante «una Iglesia que desea más que nunca caminar juntos, escuchándose, transformando esta escucha en camino. Es una Iglesia profundamente ministerial y aquí viene toda esta reflexión sobre el sacramento del Bautismo, no sólo la fuente común para todos nosotros, sino el trampolín que realmente nos lanza a la misión, independientemente de la vocación, del ministerio que ejercemos, la importancia y la belleza del sacramento del Bautismo».

Entrevista a Mons. Mario Antonio da Silva

Mons. Mario Antonio da Silva: «Hay muchos discursos en defensa de la vida, pero poca práctica en defensa de la vida frágil»

Mons. Mario Antonio da Silva

«Lo que también intenté compartir con las comunidades de la Diócesis de Roraima es que necesitamos tener una fe que sea más que normas, ya sean católicas o bíblicas»

«Queremos que se respete la dignidad humana de cada ser humano, que se reconozcan sus valores, que se cumplan sus derechos para que también puedan cumplirse sus deberes, sin traumas, sin sacrificios, sin opresión y sin injusticia»

«Un gran reto con este caso es que abramos más los ojos, que tendamos más la mano, que ejerzamos un poco más de sensibilidad hacia la realidad de los pueblos indígenas»

«Es importante que como católicos nos unamos en defensa de la vida y de la vida concreta. Hoy hay muchos discursos en defensa de la vida, desde la fecundación hasta la muerte natural, pero poca práctica en defensa de la vida concreta que existe ante nuestros ojos, sobre todo cuando es frágil»

Por Luis Miguel Modino, corresponsal en Latinoamérica

Durante casi seis años, de 2016 a 2022, el actual arzobispo de Cuiabá fue Obispo de la Diócesis de Roraima, afirmando que vivió ese tiempo desde el aprendizaje y el compartir con las comunidades, también con los pueblos indígenas.

La situación en la que vive el pueblo yanomami le lleva a subrayar el trabajo realizado con este pueblo por la Iglesia en Roraima, especialmente por los Misioneros y Misioneras de la Consolata. Es una labor de defensa que «se da por la omisión de las autoridades, quienes tienen la competencia para atender a los pueblos indígenas«.

Ante este momento de tristeza y luto, Mons. Mario Antonio aboga por una verdadera ecología integral. El vicepresidente 2º de la Conferencia Nacional de Obispos Brasileños (CNBB), hace un llamamiento para que «como católicos nos unamos en defensa de la vida y de la vida concreta». Según él, «hoy hay muchos discursos en defensa de la vida, desde la fecundación hasta la muerte natural, pero poca práctica en defensa de la vida concreta que existe ante nuestros ojos, sobre todo cuando está frágil«.

Usted fue Obispo de la Diócesis de Roraima durante casi seis años. Vayamos donde vayamos, un trozo de nuestro corazón permanece. ¿Qué ha dejado en la Diócesis de Roraima?

Mi período en Roraima, casi seis años, fue un período de muchos desafíos, pero también un período de mucho aprendizaje, de aprendizaje con las comunidades, especialmente las que estaban más alejadas del gran centro que es la capital. Pero una experiencia única de aprendizaje con los pueblos y comunidades indígenas.

Una de las muchas cosas que aprendí allí e intenté devolver es la cercanía con la gente, la cercanía en el aspecto de estar juntos, no sólo para celebrar misa, sino también para vivir juntos. Y la convivencia se daba en las fiestas, en las kermeses, incluso en los momentos de comidas, eran momentos muy bonitos.

Lo que también intenté compartir con las comunidades de la Diócesis de Roraima es que necesitamos tener una fe que sea más que normas, ya sean católicas o bíblicas. Pero nuestra fe es adhesión a Jesucristo y esta adhesión se hace visible siguiéndole, en la práctica de la paz, la justicia y la solidaridad. Esto es lo que he intentado compartir con la gente, recibiendo de ellos impulso y motivación para una misión frente a tantos desafíos.

Usted habla de la importancia de vivir con la gente. La diócesis de Roraima está presente entre los yanomami a través de los misioneros y misioneras de la Consolata en la misión de Catrimani, que se lleva a cabo desde la convivencia con este pueblo. ¿Cuál es la importancia de esta presencia como Iglesia entre el pueblo yanomami y de esta manera de anunciar el Evangelio?

La Diócesis de Roraima siempre ha tenido en su historia, especialmente con los obispos anteriores, una gran preocupación por los pueblos indígenas y también específicamente por el pueblo yanomami, con la presencia de los misioneros de la Consolata, una presencia heroica, de hombres y mujeres, en la convivencia con las comunidades del pueblo yanomami, en el respeto a la cultura, en el respeto a la religión, en la convivencia, en la promoción de valores y en la valoración de la sabiduría del pueblo yanomami. En el cuidado de la propia cultura, de la propia humanidad, de los miembros de cada maloca, de cada comunidad, así como en el cuidado de la naturaleza, con el cuidado del bosque, de los ríos, de la obra del Creador.

Es una manera de vivir juntos muy respetuosa y con semillas del Evangelio, que revela realmente lo más humano y divino del ser, en el diálogo y en la confrontación. Por eso, la Diócesis de Roraima tiene una contribución sin igual en toda la Iglesia, para todo el mundo, a través del testimonio de los Misioneros de la Consolata, una presencia de respeto, de aprecio, digna de ser llamada también del Reino de Dios a la luz de lo que nos dice San Pablo, de la gracia, la paz y la justicia del Espíritu Santo.

Una presencia que fue también de defensa ante los numerosos ataques que los pueblos indígenas y especialmente el pueblo yanomami han sufrido en las últimas décadas. ¿Por qué es importante esta actitud de defensa de la Iglesia asumida por la Diócesis de Roraima en favor de los pueblos indígenas, del pueblo yanomami?

Queremos que se respete la dignidad humana de cada ser humano, que se reconozcan sus valores, que se cumplan sus derechos para que también puedan cumplirse sus deberes, sin traumas, sin sacrificios, sin opresión y sin injusticia. Pero desgraciadamente es fantasioso pensar que la Iglesia no necesita estar en la lucha por los más empobrecidos. La Iglesia de Roraima, como toda la Iglesia católica, cuando se coloca del lado de los indefensos, de los más pobres, ha sido el gran testigo de Jesucristo.

En el caso del pueblo yanomami, los misioneros y misioneras de la Consolata nos abren las puertas y los ojos a una actitud fundamental, aunque específica, ante los retos del pueblo yanomami, para luchar por la dignidad de su vida, su salud, su religión, preservando y escuchando su propia sabiduría.

La defensa de la Iglesia se debe a algo que nos da mucha tristeza, la omisión de las autoridades, que tienen la competencia de velar por los pueblos indígenas, la omisión del Gobierno Federal, del Gobierno Estatal y de otras instituciones que tienen la competencia de velar por los pueblos indígenas. Este abandono, esta negligencia, este desmantelamiento de los derechos ha llevado a los pueblos yanomami a una oscuridad aún mayor, a una oscuridad que no merecían. Me parece que ahora viene una nueva luz, hay una nueva luz que emerge. Una luz que la Iglesia siempre ha intentado mantener, incluso de forma limitada, con su fuerza y con su misión allí con el pueblo yanomami.

Una actitud que no es exclusiva de la Iglesia de Roraima, sino que podríamos decir que es asumida por la Iglesia de Brasil e incluso de la Iglesia universal con el apoyo expreso del Papa Francisco a los pueblos indígenas. Como vicepresidente 2º de la CNBB, ¿cómo cree que la Iglesia de Brasil está impulsando esta defensa y cómo lo que está ocurriendo con el Pueblo Yanomami desafía a la Iglesia Católica de Brasil en esta misión con los pueblos indígenas?

De hecho, toda la actividad de la diócesis de Roraima ha estado siempre acompañada por la Iglesia de Brasil, al igual que las diócesis de otros países, incluida Europa. Instituciones relacionadas con la defensa de la causa indígena y de los más pobres siempre han colaborado con este protagonismo de la Iglesia de Roraima. La CNBB ha seguido muy de cerca toda la cuestión de los pueblos yanomami. Incluso diversas entidades vinculadas a nuestra Conferencia, como la Red Eclesial Panamazónica, en comunión con la REPAM-Brasil, se han manifestado en este momento crucial para los pueblos Yanomami.

Un gran reto con este caso es que abramos más los ojos, que tendamos más la mano, que ejerzamos un poco más de sensibilidad hacia la realidad de los pueblos indígenas. En esta sensibilidad, no sólo de compasión en los momentos de sufrimiento, sino también de promoción, de reconocimiento en todos los demás momentos, en los momentos de conquistas y victorias de los pueblos indígenas.

Es necesario transformar este momento de tristeza, este momento de luto incluso, por tantos niños indígenas que murieron como consecuencia de esta devastación de derechos, devastación de la naturaleza, así como el envenenamiento de los ríos y todo lo que ha causado la destrucción del medio ambiente, pero consecuentemente por la bebida, las drogas, la prostitución, la invasión de la minería ilegal, la devastación total del ser humano, de las personas.

Cuidar a través de una ecología integral, el gran reto es poner en práctica lo que nos dice el Papa Francisco en Laudato si’, una verdadera ecología integral, que promueva la vida en su conjunto, con prioridad para los seres humanos más necesitados.

La Iglesia de Brasil ha recibido críticas y descalificaciones en los últimos días, en las últimas horas, incluso de personas que se dicen católicas. ¿Qué podemos decir a estas personas y cómo podemos mostrarles que la defensa que la Iglesia está haciendo del pueblo yanomami, de los pueblos indígenas, es algo que nace de la fe, del Evangelio, como una exigencia ante lo que Jesucristo nos pide como discípulos misioneros?

El mismo Jesucristo, cuando inicia su misión, además de invitar a la conversión a los valores del Reino de Dios, dice claramente que ha venido a evangelizar a los pobres, a anunciar el año de gracia del Señor, a liberar cautivos y prisioneros, en definitiva, a hacer el bien a los enfermos y necesitados. Desgraciadamente causa extrañeza en muchos cuando la Iglesia abraza esta causa, desgraciadamente. Debería ser normal, pero parece que cuando una Iglesia defiende la causa de los más pobres es algo extraordinario, como si fuera algo anormal. Esto simboliza que estamos huyendo un poco de nuestra misión.

Pero es importante, a pesar de las críticas que vengan, incluso de católicos conocidos y renombrados, a veces incluso influyentes, que demos un testimonio coherente de lo que es el Evangelio de Jesucristo, especialmente Jesús en su programa misionero. Abandonar el programa misionero de Jesús, según Lucas 4, sería una locura por nuestra parte y algo que no encajaría con la Iglesia de Jesucristo. No dejarán de hacerse críticas, pero que también las personas que critican se sensibilicen ante la vida humana que tienen ante sus ojos.

Es importante que como católicos nos unamos en defensa de la vida y de la vida concreta. Hoy hay muchos discursos en defensa de la vida, desde la fecundación hasta la muerte natural, pero poca práctica en defensa de la vida concreta que existe ante nuestros ojos, sobre todo cuando es frágil. La crítica nos hace darnos cuenta de que el cuidado de la vida humana sigue estando lejos del Evangelio de Jesucristo.

¿Cuál es su palabra de esperanza para los indígenas de Roraima, especialmente para el Pueblo Yanomami en estos momentos de tanto dolor?

Mi palabra de esperanza va en lo que escribe el profeta Isaías en uno de sus pasajes, los indígenas merecen una luz, merecen una gran luz. De hecho, los pueblos indígenas nos ofrecen esta gran luz en su forma de ser y hay que respetarlos. Mi mensaje es de respeto, de aprecio y gratitud por la perseverancia de las comunidades indígenas en sus luchas, en sus nobles causas.

Incluso en Roraima, en estos 50 años del Consejo Indígena de Roraima, el CIR, junto con el Cimi, también en todo Brasil, 50 años de existencia y testimonio en la lucha por las causas de los pueblos indígenas. Mi palabra no es de mucho, sino de motivación para que sigan con nuestro reconocimiento y nuestra comunión. Espero que como Iglesia Católica podamos ejercer un paso de verdadera sinodalidad con los pueblos indígenas hacia el Reino de Dios.

Elecciones en Brazil

Mons. Walmor Oliveira de Azevedo: “Discernir para reconocer qué candidatos son capaces de fortalecer y practicar la mejor política”

Mons. Walmor Oliveira de Azevedo
Mons. Walmor Oliveira de Azevedo

“Construir un mundo con el sabor del Evangelio, porque somos ciudadanos y ciudadanas del Reino de Dios en camino”

El presidente de la CNBB llamó al “voto consciente para que podamos encantar la política y hacerla siempre y cada vez más una bonita expresión de la caridad, camino para la construcción de una sociedad más justa, solidaria y fraterna

Una Iglesia brasileña que siempre fue signo de profetismo y hoy es desafiada a hacer realidad las palabras del Papa Francisco que ve la política como la mejor expresión de la caridad, todavía más en tiempos polarizados, de fake news, con mucho odio y radicalización, despreciando la lógica de Fratelli tutti

“Construir las leyes para la superación de las desigualdades sociales

Por Luis Miguel Modino, corresponsal en Latinoamérica

Brasil vive este domingo 2 de octubre unas elecciones generales que se vislumbran de vital importancia para el futuro del país. En una sociedad cada vez más polarizada y enfrentada, reflexionar sobre la importancia del voto puede ser algo decisivo. Para ello la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil organizaba este 29 de septiembre un debate.

Eleeciones Brasil 2022

Dimensión profética de la fe cristiana

El programa “CNBB orienta por una política de paz: Fe y Política para un Brasil mejor”, transmitido por la TV Aparecida y Pai Eterno, televisiones católicas, ha pretendido reflexionar para que los electores puedan elegir con conciencia y con el deseo de un país para todos. El programa contó con la presencia del padre Paulo Renato Campos, asesor político e institucional de la CNBB, el padre Toninho Alves, licenciado en Ciencias Sociales, y Carlúcia María Silva, de la Comisión Nacional de Fe y Política del Consejo Nacional del Laicado de Brasil.

El programa comenzó con un mensaje de Mons. Walmor Oliveira de Azevedo, quien insistió en la dimensión profética de la fe cristiana, que desafía a “construir un mundo con el sabor del Evangelio, porque somos ciudadanos y ciudadanas del Reino de Dios en camino”. Asumiendo la condición de peregrinos en camino del Reino definitivo, el presidente de la CNBB resaltó que “no podemos cruzar los brazos actuando con indiferencia con relación a las injusticias que manchan la sociedad donde vivimos”.

Edificar una sociedad más justa, solidaria y fraterna

El arzobispo de Belo Horizonte afirmó que “es tarea cristiana asumir la ciudadanía adecuadamente, buscando contribuir para edificar una sociedad más justa, solidaria y fraterna”, una tarea que exige compromiso consciente con el otro. Insistiendo en que la Iglesia no indica candidatos y respeta la autonomía de cada ciudadano, hace un pedido: “Vote conscientemente, pues el proceso electoral es muy importante”. Eso porque el voto “impacta decisivamente el presente y el futuro” del país.

Reflexionando sobre lo que es votar conscientemente, el presidente del episcopado brasileño señaló que “es discernir para reconocer qué candidatos son capaces de fortalecer y practicar la mejor política”, recordando lo que el Papa Francisco propone en Fratelli tutti, donde dice que “la mejor política es la que está al servicio del bien común”. Desde ahí hizo ver a los electores que merecen su voto “los candidatos y candidatas que en vez de buscar responder a intereses personales o de grupos privilegiados, están al servicio de la vida, y no solo en una de sus etapas, sino en todas, de la concepción a la muerte con declino natural”.

Finalmente, Mons. Walmor Oliveira de Azevedo recordó que “hoy muchas personas enfrentan el hambre en nuestro país, hay un descaso en el tratamiento de la casa común, amenazando el futuro de todos nosotros”. El presidente de la CNBB llamó al “voto consciente para que podamos encantar la política y hacerla siempre y cada vez más una bonita expresión de la caridad, camino para la construcción de una sociedad más justa, solidaria y fraterna”.

Candidatos a la presidencia de Brasil

La mejor política

Una Iglesia brasileña que siempre fue signo de profetismo y hoy es desafiada a hacer realidad las palabras del Papa Francisco que ve la política como la mejor expresión de la caridad, todavía más en tiempos polarizados, de fake news, con mucho odio y radicalización, despreciando la lógica de Fratelli tutti, que no ve al otro como adversario político y sí como enemigo, que genera violencia. Ante esto debe buscarse el bien común, como aquello que favorece el pleno desarrollo de la persona, una idea del Papa Juan XXIII, como inclusión social, en palabras del Papa Francisco.

El padre Toninho Alves llamó a preguntarse sobre el proyecto político que está por detrás de los candidatos, una cuestión importante en “un país tremendamente jerarquizado”, como afirma Carlúcia Alves, lo que imposibilita el acceso a oportunidades de gran parte de la población. Buena parte de esa población hoy pasa hambre o vive sin seguridad alimentaria en un país que alimenta al mundo con la exportación de granos, pero no alimenta a su población, una cuestión que será abordada en la Campaña de la Fraternidad de 2023. A esto se unen las deficiencias en la educación, en la sanidad y en otros campos, lo que demanda políticas públicas más justas y distributivas, que ayuden al desarrollo del país.

Estructurar políticas públicas

Una política que tiene que llevar al encuentro con los sectores más pobres y vulnerables, como señala el Papa Francisco en Fratelli tutti. Algo que la Iglesia brasileña “hace y siempre hará”, según el padre Paulo Renato Campos, ante la falta de políticas públicas en el país, lo que demanda “representantes con condiciones de estructurar políticas públicas” que hagan que los impuestos lleguen a las personas y sea creado el estado de bienestar.

El debate también abordó cuestiones relacionadas con la situación ambiental en Brasil, cada vez más preocupante, sobre todo en la Amazonía, donde la deforestación aumentó exponencialmente en los últimos años, creciendo también el número de asesinatos entre los defensores ambientales. Cuestiones ambientales que impactan en la vida de los pobres, como recoge Laudato Si´, lo que desafía a construir una cultura diferente.

Hambre en Brasil

Leyes para superar las desiguldades sociales

Un voto que es importante para que todo ciudadano “se sienta incluido, se sienta participante”, en palabras de Mons. Giovane Pereira de Melo, presidente de la Comisión Episcopal para el Laicado de la CNBB. Gobernantes llamados a “construir las leyes para la superación de las desigualdades sociales”, según el obispo, que llamó a participar conscientemente de las elecciones, buscando fortalecer la democracia y superar las desigualdades sociales.

Por eso, la sociedad brasileña es desafiada a creer que es posible una mejor política y la Iglesia a fomentar una formación política continua que ayude a pensar en las consecuencias del voto y a ver la política como avance en el bien común

Congreso internacional virtual de teólogos

Teólogos de América Latina, convocados a reflexionar sobre la vigencia de Aparecida

15 años de Aparecida

Participarán en el congreso internacional virtual que ha organizado Conferencia de Instituciones Católicas de Teología

Este 12 de septiembre inicia el Congreso internacional virtual “Aparecida, 15 años después, a la luz del Magisterio del Papa Francisco”, que ha organizado la Conferencia de Instituciones Católicas de Teología de América Latina y el Caribe (COCTI).


Waldecir Gonzaga, presidente de esta instancia, ha señalado que “esperamos reunir a los teólogos del continente en torno a los temas de Aparecida y los desafíos que nos ha señalado el Papa Francisco”.

El presbítero brasileño también indicó que este congreso busca “hacer una retrospectiva sobre el Documento y la realidad de la presencia de la Iglesia en el continente, reflexionando sobre los temas propuestos a partir de la visión de una conversión pastoral de una iglesia en salida”.

 Este evento también cuenta con el apoyo y organización de Universidades de todo el continente, Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam), Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB), Instituto Nacional de Paz (INAPAZ), Ecclesia en América, INSECTOS, entre otros.

Pasado, presente y futuro de la Iglesia

Para el sacerdote “la realidad cambió en estos últimos 15 años, sobre todo con la pandemia del nuevo coronavirus (COVID-19) en términos sociales, políticos y religiosos”.

Por tanto, “esperamos analizar el presente manteniendo el pasado ante nuestros ojos y mirando hacia el futuro de la Iglesia en el Continente”.

También ha dejado muy claro que “este congreso no quiere evaluar la Asamblea Eclesial, que es de fundamental importancia para la Iglesia latinoamericana y caribeña. Sin embargo, es innegable que habrá comentarios y menciones sobre ella”.

No obstante, “no hay forma de mirar a la Iglesia católica en el continente y no tomar en cuenta los pasos dados por las Conferencias antes de Aparecida, desde Medellín hasta Santo Domingo, los avances del Sínodo de la Amazonía y los logros de la Asamblea Eclesial”.

Participar del Congreso

 El congreso culminará el 14 de septiembre, será totalmente virtual y podrán ingresar en este link https://puc-rio.zoom.us/j/97393265858?pwd=L1JFenIyR3hraEFOR3dibC83SWRvQT09

 Asimismo podrán seguir el evento por el canal de Youtube de la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro https://youtu.be/CUnKfOO8NXY

 Gonzaga aseguró que todo quedará grabado y se podrá ver más tarde, lo que ampliará aún más el abanico de personas que tendrán acceso al contenido del congreso”.

Asesinados en el Río Javari, frontera entre Brasil y Perú

La Iglesia brasileña muestra su indignación ante el asesinato de Bruno Pereira y Dom Phillips

Dom Phillips y Bruno Pereira
Dom Phillips y Bruno Pereira

Según el episcopado brasileño, “estas muertes forman parte de la lista de dramas vividos en la región amazónica

«La realidad de inseguridad y amenazas en la que viven las personas que defienden los derechos de los pueblos indígenas y sus territorios y que están comprometidas con el cuidado y la preservación del bioma amazónico»

El Cimi exige investigaciones, “alcanzando a todos los actores que se benefician y participan en los esquemas de invasión y explotación ilegal del Territorio Indígena del Valle del Javari”, que vive “una situación permanente de acoso, violencia e inseguridad

 Luis Miguel Modino, corresponsal en Latinoamérica

Bruno Pereira y Dom Phillips

La Iglesia brasileña a través de diferentes organismos se ha manifestado expresando su indignación y solidaridad con las familias del activista indígena Bruno Pereira y del periodista Dom Phillips. La presidencia de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB), ha resaltado que “no podemos aceptar la agresión a los seres humanos, la falta de respeto al medio ambiente y a nuestra Casa Común, ni el encubrimiento de la verdad y la justicia”.

Según el episcopado brasileño, “estas muertes forman parte de la lista de dramas vividos en la región amazónica”, como recoge Querida Amazonía, donde el Papa Francisco afirma que «los intereses colonizadores que, legal e ilegalmente, han provocado -y siguen provocando- el aumento de la tala y la minería, y que han expulsado y arrinconado a los pueblos indígenas, ribereños y afrodescendientes, provocan un clamor que clama al cielo». Desde ahí han reafirmado los sueños expresados por el Santo Padre.

Desde la Red Eclesial Panamazónica (REPAM-Brasil) en una nota, firmada por la nueva presidencia: Dom Evaristo Spengler, Dom Pedro Brito Guimarães e Dom José Ionilton Lisboa de Oliveira, han expresado su preocupación e indignación, destacando que «la realidad de inseguridad y amenazas en la que viven las personas que defienden los derechos de los pueblos indígenas y sus territorios y que están comprometidas con el cuidado y la preservación del bioma amazónico».

Mostrando su solidaridad con las organizaciones indígenas y de periodistas comprometidos con los derechos humanos y las causas de la Amazonía, así como los los pueblos indígenas del Vale del Javari, insisten en su indignación por las constantes amenazas y asesinatos de líderes indígenas, quilombolas y líderes ribereños, así como la violación de los derechos fundamentales de las personas de buena voluntad, que se han puesto al servicio de la vida humana y del medio ambiente”.

También desde la REPAM-Brasil piden “encarecidamente a las autoridades para que pongan fin a la ilegalidad y a la explotación de la naturaleza en la Amazonía, lo que ha provocado constantes muertes”. Igualmente piden el compromiso del poder político, social y económico, nacional e internacional, “para convertirse en guardianes de la Creación, del plan de Dios inscrito en la Naturaleza, guardianes de los demás y del ambiente. No permitamos que los signos de destrucción y muerte guíen el camino de nuestra sociedad nuestra sociedad en relación con la querida Amazonia, parte indispensable de nuestra Casa Común”.

Desde el Consejo Indígena Misionero (Cimi), muestran su “inmensa tristeza y profunda indignación”, ante el asesinato, expresando su “solidaridad y sintonía a las familias y amigos de Bruno y Dom”. En ellos reconocen su “convicción en la defensa de la vida y los derechos de los pueblos indígenas”.

En su nota, el Cimi exige investigaciones, “alcanzando a todos los actores que se benefician y participan en los esquemas de invasión y explotación ilegal del Territorio Indígena del Valle del Javari”, que vive “una situación permanente de acoso, violencia e inseguridad”, lo que se ve favorecido por el hecho de que “la inacción sistemática del gobierno brasileño y su política antiindígena estimulan y empoderan a los invasores de tierras indígenas para que actúen libremente, alentados por la certeza de la impunidad, haciendo que el ambiente sea cada vez más peligroso para los pueblos indígenas, sus líderes y sus aliados”.

Teología de la prosperidad

Presidente CNBB: «Un cristianismo basado en la teología de la prosperidad es un cristianismo torcido»

Mons. Walmor en estrevista a Vatican News
Mons. Walmor en estrevista a Vatican News

«Un cristianismo que no se basa en la solidaridad y la fraternidad universales es un cristianismo torcido. Un cristianismo que no contempla la experiencia profunda de llegar a los pobres y a los que sufren es un cristianismo torcido. Un cristianismo que no arroja luz sobre la reorganización de la sociedad es un cristianismo torcido. Un cristianismo que no devuelve la esperanza y la alegría de vivir en una fe profunda está torcido”

«El gran reto es precisamente una fe como experiencia, una experiencia que toque la vida de las personas»

«La fe es una experiencia, una experiencia que responde a las exigencias que todos nosotros, sea cual sea nuestra cultura y nuestra condición, buscamos«

Por Luis Miguel Modino, corresponsal en Latinoamérica

Pentecostalismo

Estudios recientes demuestran que, en América Latina, especialmente en Brasil, se está produciendo un desplazamiento del catolicismo hacia el pentecostalismo, debate abordado en una entrevista concedida por Mons. Walmor Oliveira de Azevedo a Radio Vaticano-Vatican News.

Según el presidente de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB), éste «es un movimiento que lleva décadas», que define como «una gran transformación cultural y religiosa«. Sin embargo, el arzobispo de Belo Horizonte ve la necesidad de un análisis más profundo, dado que «es un tema importante y fundamental en la labor de evangelización».

Estamos ante «un movimiento de tráfico religioso, de mayor salida, pero también de retorno», insiste Mons. Walmor. Afirmando que es un tema que se está estudiando y que preocupa, «la preocupación no es simplemente desde la perspectiva de los números». Los obispos de Brasil, según su presidente, «queremos que Brasil sea cristiano, católico de manera especial», diciendo con respeto que «hay un crecimiento pentecostal de un cristianismo torcido«, destacando la necesidad de «proponer el cristianismo en su autenticidad».

El arzobispo de Belo Horizonte continuó explicando lo que sería un cristianismo torcido: «un cristianismo basado en la teología de la prosperidad es un cristianismo torcido. Un cristianismo que no se basa en la solidaridad y la fraternidad universales es un cristianismo torcido. Un cristianismo que no contempla la experiencia profunda de llegar a los pobres y a los que sufren es un cristianismo torcido. Un cristianismo que no arroja luz sobre la reorganización de la sociedad es un cristianismo torcido. Un cristianismo que no devuelve la esperanza y la alegría de vivir en una fe profunda está torcido”.

Según el presidente de la CNBB, «Brasil y América Latina tienen ante sí el reto de ser cristianos». Para ello insiste en que «en el centro de la experiencia cristiana, evangélica o católica, está el tema de la autenticidad». Propone como gran trabajo a realizar, «que muchos vivan la experiencia, la fe cristiana católica«, algo que ve como «un enorme desafío y que la CNBB, como servicio a la Iglesia en Brasil, tiene como tarea primordial». Para ello, se necesitan nuevas respuestas, «a partir de las Directrices Generales para la Acción Evangelizadora de la Iglesia en Brasil».

Siguiendo la riqueza de la tradición de la Iglesia en Brasil, el presidente del Episcopado plantea el desafío de «un cambio de mentalidad, de modo de ser, de dinámica misionera«, insistiendo en la importancia del «modo de ser en la experiencia de fe de quien es misionero». Destacando que la Iglesia en Brasil tiene un horizonte y una dirección, dijo que «lo que necesitamos es fortalecer una gran experiencia de fe».

Mons. Walmor recordó la respuesta que dio al principio de este siglo a una pregunta sobre el gran reto de la Iglesia en el tercer milenio, cuando dijo que «el gran reto es la fe como experiencia«. Según el arzobispo de Belo Horizonte, «no es la fe sólo como conservación intelectual, racional y doctrinal». Destacando la importancia del tesoro de más de dos mil años que porta la Iglesia, insistió en que «el gran reto es precisamente una fe como experiencia, una experiencia que toque la vida de las personas».

Además de la organización y la gestión, es necesario «promover en la red de comunidades, en la vida de todas nuestras Iglesias particulares, en el modo de ser de cada ministro, una experiencia de fe que sea auténtica, que toque los corazones, que responda a las exigencias». Por ello, volvió a insistir en que, frente al pentecostalismo o el ateísmo, la Iglesia debe insistir en que «la fe es una experiencia, una experiencia que responde a las exigencias que todos nosotros, sea cual sea nuestra cultura y nuestra condición, buscamos«. El reto es «encontrar respuestas en este camino para que la gente pueda vivir la fe como una experiencia», concluyó Mons. Walmor

55ª Jornada Mundial Comunicaciones Sociales

Mons. Joaquim Mol: “La Iglesia consigue hablar mucho más dentro de sí misma que fuera”

«Hay que hacer un esfuerzo para entender que la comunicación no debe ser neutral»

«Tengo la impresión de que hay un exceso de formalidad en la vivencia de la fe cristiana, lo que significa buscar excesivamente ser políticamente correcto en todos los aspectos»

«El Papa reconoce el valor que tienen las redes sociales, y por eso dice, aprovechemos las oportunidades. El Papa dice que es un instrumento formidable, fuera de lo común, y que podemos crecer y disfrutar de esta tecnología, de estos vehículos de comunicación, para hacer una verdadera comunicación»

«La Iglesia ha preferido hablar hacia adentro, y esto es peligroso, porque corremos el riesgo de estancar el camino de la Iglesia»

Luis Miguel Modino, corresponsal en Brasil

Con motivo de la 55ª Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, entrevistamos a Mons. Joaquim Giovani Mol Guimarães, presidente de la Comisión Episcopal Pastoral para la Comunicación de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB).

El Obispo Auxiliar de Belo Horizonte, analiza el mensaje del Papa Francisco para este día, diciendo que «no podemos hacer comunicación, y más aún comunicación de la Iglesia, desde el despacho, desde la oficina, porque la comunicación no es la recolección de información pura y dura”. La comunicación «no debe ser neutra», según Mons. Mol, destacando la valentía de muchos periodistas «para hacer un reportaje que genere una nueva conciencia».

Poniendo como ejemplo al Papa Francisco, el obispo insiste en la necesidad de ser «intrépidos en lo que hablamos, en los valores que predicamos, que nacen del Evangelio, de la persona de Jesús». Defiende la necesidad de que la Iglesia invierta más en comunicación y advierte «que quienes practican» la insidia en la comunicación, incluso contra el Papa Francisco, no pueden llamarse católicos. Para Mons. Mol es necesario en la comunicación de la Iglesia cuidar los lenguajes, estar en comunión con la Iglesia, comprometerse, liberar y no ser pasiva.

En la 55ª Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, el Papa Francisco nos llama a comunicar saliendo al encuentro de las personas donde están y como están. ¿Qué significa esto para la comunicación de la Iglesia?

Creo que es una intuición muy interesante y contemporánea del Papa Francisco, es decir, es una exigencia de los tiempos actuales. No se puede hacer comunicación, y más aún la comunicación en la Iglesia, desde la oficina, desde el despacho, porque la comunicación no es una simple recogida de información. La comunicación requiere el establecimiento de una relación con los demás. Por eso el Papa Francisco, creo que, de forma muy perspicaz, dice que hay que ir. Ven y verás, tenemos que ir al encuentro de la gente.

Es en este encuentro donde obtenemos la información, los datos. Tenemos que entender que es una intuición muy bonita, a partir de un encuentro que se produce cuando vamos para ver, un encuentro de personas con personas, es que luego hacemos comunicación, y a partir de la comunicación también informamos a toda la sociedad.En el mensaje del Papa Francisco, agradece la valentía de muchos periodistas que, asumiendo ese valor de ir al encuentro, ayudan a dar a conocer los abusos e injusticias contra los pobres y contra la creación. ¿Cómo debería moldearse esto, si no se está moldeando ya, en la comunicación de la Iglesia, especialmente en Brasil?

Esto debe ser moldeado en la Iglesia de Brasil, principalmente por un esfuerzo que hay que hacer, un esfuerzo para entender que la comunicación no debe ser neutral. La comunicación neutral, que muchos pretenden hacer, es una comunicación que, pretendiendo no tener ningún bando, acaba posicionándose a favor del bando de los que tienen más poder, poder político, poder económico y cualquier tipo de poder, incluido el religioso.

Para moldear esto en la práctica eclesial brasileña, es necesario entender que la comunicación debe ser comprometida, un compromiso con el otro, un compromiso con la posibilidad, que debe ser alimentada por la propia comunicación, de una nueva sociedad, no una sociedad con remiendos, en la que todo permanece más o menos como está, sino otra sociedad posible.

Me gusta mucho un pensador camerunés, negro, historiador, filósofo, Achille Mbembe. Dice que la era del humanismo se ha acabado, y se ha acabado porque nada indica que el poder, por ejemplo, de Estados Unidos sobre muchos otros países, se vaya a enfriar, que en muchos países vaya a cesar la persecución y el asesinato de negros. El humanismo se acabó porque la Franja de Gaza es la mayor prisión al aire libre del mundo. El humanismo se acaba porque el hambre aumenta, porque la desigualdad es cada vez mayor, es decir, más pobres, sin recursos para defenderse y vivir con dignidad, mientras una minoría, cada vez más pequeña en el mundo, tiene cada vez más. Aquí hay una indicación muy interesante de Thomas Piketty, quien escribió «El Capital del Siglo XXI», donde hizo un análisis del impuesto a la renta en varios países, donde dice que la desigualdad ha llegado a un nivel que es difícil de resolver ahora.

La comunicación no puede existir de forma neutral, debe comprometerse con la posibilidad de una nueva sociedad. Por eso el Papa eligió a muchos periodistas, el mensaje del Papa utiliza la palabra muchos periodistas, no todos, porque hay periodistas que están para mantener el statu quo, y son famosos, ganan mucho dinero con el periodismo, pero no están al servicio de lo que dice el Papa. Me parece interesante que mencione a otros profesionales de la comunicación, camarógrafos, editores, cineastas, que trabajan, incluso sufren grandes riesgos, y que están ahí para mejorar la sociedad, defender la condición humana, mostrar las desigualdades, defender el derecho de los pobres, los derechos humanos, etc.

Hay muchos periodistas que lo hacen, y lo hacen con competencia, y lo hacen con mucho amor, porque incluso se arriesgan muchas veces, de hecho, para hacer un reportaje que genere una nueva conciencia. Junto con el Papa, hay que agradecer también la valentía de muchos periodistas. Dice que no se puede comunicarse sin compromiso. Podríamos decir que el Papa Francisco es alguien que con sus palabras siempre muestra el camino a seguir, y generalmente no deja indiferente a nadie, recibiendo alabanzas y ataques, muchas veces despiadados. ¿Cómo debe estar presente el ejemplo del Papa Francisco en la vida de los periodistas, de los comunicadores, pero también en la vida de todos los bautizados, de la jerarquía, de los obispos, que suelen ser los más escuchados dentro de la Iglesia?

Tenemos que revisar nuestra forma de seguir a Jesús. La cuestión de ser, siguiendo el ejemplo del Papa Francisco, intrépidos en lo que decimos, en los valores que predicamos, que nacen del Evangelio, de la persona de Jesús, la paz, la justicia del Reino, el perdón. Tengo la impresión de que hay un exceso de formalidad en la vivencia de la fe cristiana, lo que significa buscar excesivamente ser políticamente correcto en todos los aspectos. Y luego, por supuesto, la comunicación que hagamos nunca será como la del Papa Francisco, que no teme ser calumniado, maltratado sin piedad, atacado irrespetuosamente, sin educación, en todos los sentidos.

Si nosotros como Iglesia, los ministros ordenados, nosotros los obispos, los sacerdotes, los diáconos, los seminaristas, los que están en proceso de formación, no incorporamos en nuestra vivencia de la fe esta intrepidez, porque somos seguidores de Jesucristo Crucificado, Resucitado, incluso después de haber anunciado el Reino de Dios, no avanzaremos. El Papa Francisco dice que la Iglesia tiene que ser como un hospital de campaña, y como hospital de campaña la Iglesia no puede preocuparse por estar bien vestida. Se pasa esta imagen, y no la de alguien que tiene sus manos en el otro, sus manos en la carne del otro, en la herida del otro, en el dolor del otro, del otro individual y del otro colectivo.

Por lo que he leído y escuchado, este es uno de los peores momentos para las comunidades indígenas de Brasil, porque los indígenas han sido elegidos como enemigos del Gobierno Federal de Brasil, y todos los que están de su lado. Si la Iglesia no se acerca y pone la mano en la carne indígena, en el dolor indígena, en el sufrimiento de cada uno de ellos, y así con tantos otros pueblos, tantos otros segmentos de la sociedad, va a hacer una comunicación lineal, no tiene altos ni bajos, no tiene nada que ver con la vida, que está llena de altibajos.

En resumen, tenemos que convertirnos a Jesucristo. La verdadera comunicación en la Iglesia brotará ciertamente, frondosa, exuberante, de las personas convertidas a Jesucristo. Esto es bueno para los laicos y para nosotros, los ministros ordenados. Esta conversión a Él, a la centralidad de su mensaje en nuestras vidas, es fundamental.

Nos damos cuenta de que muchas veces los ministros ordenados tienen cierto miedo a los periodistas. ¿Es la Iglesia de Brasil, la jerarquía brasileña, realmente consciente del poder de la comunicación para poder dar testimonio de la Buena Noticia del Evangelio?

No es plenamente consciente de ello, del poder de la comunicación. Puedo decir esto bajo el aspecto de la inversión, muchos no invierten en esto. Muchas cosas en el campo de la comunicación son precarias, incluidos los equipos de comunicación importantes. No es que sean caros, pero es una cuestión de elección, como si se invirtiera en algo que no merece la pena. Y esto tiene un efecto secundario terrible. Hay segmentos de la Iglesia que descubren que la comunicación es importante y utilizan la comunicación y las herramientas de comunicación para hacer un anuncio extraño del Evangelio. Tenemos un buen número de cristianos católicos fundamentalistas, que se han convertido en influencers digitales, que salen incluso en la televisión, etc. Son formados, son preparados por personas, católicas, que utilizan la comunicación, pero la utilizan para esto, para formar fundamentalistas. Sabemos que en Brasil hay muchas personas así, sacerdotes, instituciones, que utilizan la comunicación en este sentido.

Hay muchas cosas que descubrir, a veces es difícil encontrar a una persona de la Iglesia que conceda una entrevista, parece que tienen miedo de los periodistas. Creo que algunos tienen miedo, otros no, por supuesto, están muy bien preparados. Muchos tienen miedo porque no se han preparado, ni siquiera para saber escuchar al periodista y responder a la pregunta que les hace. Hermanos en el episcopado, he visto incluso que algunos maltratan a la prensa porque hacen preguntas que a veces son difíciles de responder, y en lugar de responder, atacan al periodista.

Otra razón no es porque no se hayan preparado, sino porque hay, por así decirlo, un excesivo retraimiento del mensaje de Jesús. La Iglesia consigue hablar mucho más dentro de sí misma que fuera. Y esto es muy malo para cualquier institución, más aún para la Iglesia. Cuando se especializa en hablar hacia adentro, sólo a los iniciados, sólo a los suyos, se está negando, en realidad, de hecho, a establecer un diálogo con el mundo, con los liderazgos, se está negando a interactuar con las fuerzas que se humanizan y están dentro de la sociedad. Es una actitud muy mala, que revela que la persona se ha acostumbrado y ha elegido hablar sólo para el interior y cerrar el micrófono al exterior.El mensaje del Papa Francisco habla de una realidad muy presente en el mundo, incluido Brasil. Se trata de lo que llama insidias en la web, presentes en los grandes medios de comunicación, pero también en los medios de la Iglesia, donde vemos a ciertos grupos cristianos, católicos, que muchas veces se ponen como ejemplo, no buscan el debate e insisten en insultar al Papa Francisco, a la CNBB, a la propia Iglesia. ¿Qué hay que hacer para superar estas actitudes y descubrir lo que el Papa Francisco llama oportunidades, fomentando el diálogo y generando debates positivos en los medios de comunicación católicos?

Con toda libertad, y debo decir esto, y lo digo muy conscientemente, de manera muy sobria, que los que practican lo que acabas de decir no pueden llamarse católicos. Incluso llenos de sí mismos, ensimismados, se presentan como mejores que los demás, sabiéndolo todo. Veo que algunas personas que hablan en medios de comunicación, incluso de inspiración católica, como si fueran los doctores, conocedores de todas las leyes y normas, cuando toman la palabra, en primer lugar, se ponen detrás del cumplimiento de la ley, de la norma, personas que directa o directamente atacan o rechazan el Magisterio del Papa Francisco, que por cierto ya ha colaborado con todo el cuerpo de la Doctrina Social de la Iglesia, con Querida Amazonía, con Laudato Si’, con Fratelli tutti, que están en contra del Papa, e incluso se empeñan en ridiculizar el Magisterio del Papa, esta gente no se puede llamar católica, en realidad no lo son.

Aunque se presenten así, hay que entender claramente que la Iglesia debe tomar, creo que empieza a hacerlo, medidas muy claras, no tanto para hacer una disputa de información, de comunicación, no es un debate de ideas, de proyecto, de Evangelio, de forma de vivir la vida cristiana. La Iglesia necesita tomar medidas internas, incluso canónicas, algunas en el ámbito de la justicia civil, por la calumnia, la difamación.

Al Papa no le molestan estas cuestiones, es un hombre iluminado por el Espíritu, aunque sufra estas calumnias, injurias, incluso por parte de personas de la jerarquía de la Iglesia, puede dormir tranquilo. Precisamente propone aprovechar las oportunidades de expansión, a través de la web, a través de otros medios de comunicación, para expandir el Reino de Dios. La tecnología digital, no puede ser demonizada. El Papa hace serias críticas, porque muchas veces, los medios de comunicación, las redes sociales, que alguien ya ha llamado tierra de nadie, tierra sin ley, o como dijo otro gran pensador, con la llegada de Internet, aunque la expresión sea fea o agresiva, los idiotas han ganado un espacio, un escenario muy grande.

El Papa hace serias críticas a esto, pero el Papa reconoce el valor que tienen las redes sociales, y por eso dice, aprovechemos las oportunidades. El Papa dice que es un instrumento formidable, fuera de lo común, y que podemos crecer y disfrutar de esta tecnología, de estos vehículos de comunicación, para hacer una verdadera comunicación.Como todo lo que se hace en la Iglesia, la misión fundamental de la comunicación es dar testimonio del Evangelio. ¿Qué deben hacer los medios de comunicación de la Iglesia en Brasil para llegar a los que están fuera de la Iglesia, a los que están alejados, pensando sobre todo en los jóvenes?

Hay varias cosas, y una se remonta a la otra. Una de ellas es mejorar el lenguaje, la Iglesia ha preferido hablar hacia adentro, y esto es peligroso, porque corremos el riesgo de estancar el camino de la Iglesia. Y la Iglesia tiene un anuncio que hacer, por obligación, que es el anuncio del Evangelio del Reino, esta es su misión, es la misma misión de Jesús, y no puede renunciar a ella. Si sólo habla para el interior, se siente incapaz de encontrar lenguajes adecuados, y el lenguaje para los de fuera debe ser otro, el lenguaje para los más jóvenes, otro, el lenguaje para los que forman parte de comunidades muy específicas que conforman diversos segmentos de la sociedad, otros lenguajes.

Hay que ejercitar diferentes lenguajes, son aprendizajes. Ejercitarse significa hacer el ejercicio varias veces, repetirlo, mejorarlo, reelaborarlo, hasta llegar a un entendimiento entre el mensaje que tenemos que anunciar, que es el Reino, y los que están abiertos a recibir este anuncio.

Lo segundo, que es muy importante, es comprender que quienes practican la comunicación a través de los medios católicos necesitan comulgar con la Iglesia, estar en comunión con la Iglesia. Cuando un vehículo de comunicación, una televisión, por ejemplo, está muy distante de lo que orienta la Iglesia, de lo que orienta la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil, cuando está distante en la comunicación, está distante en la vida. Cuando ese grupo, en el fondo, no acepta la orientación de la Iglesia, comulga con su proyecto personal y no con el proyecto de la Iglesia.

Lo tercero es hacer entender a los comunicadores que, si la comunicación no es verdaderamente comprometida, no libera, no revela la verdad, los valores del Evangelio, la justicia y la paz, se vuelve pasiva y aliena. Enajenar es ocuparse de su mundo, incluso reunir a la gente en torno a su mundo, pero despreocuparse de los demás, de esa persona individual con la que necesito relacionarme, de ese grupo al que pertenezco, con el que necesito establecer relaciones. Los otros son también la colectividad, la comunidad, la sociedad, la humanidad.

Si los comunicadores católicos no entienden que la comunicación debe ser siempre liberadora, seguramente alejarán a la gente. La cuestión del lenguaje, la cuestión del posicionamiento, al igual que pienso que la comunicación no debe ser neutra, sino que tiene que estar comprometida, tiene un lado, la comunicación tampoco debe ser genéricamente verdadera, sino que debe revelar la verdad de los pequeños y de los pobres. Ante la masacre de Jacarezinho en Río de Janeiro, si se escucha a la policía, ellos dirán una verdad, entre comillas. Si se escucha a la población, a la familia que estaba allí, ellos dirán otra verdad. ¿Qué verdades pondrán en el aire, qué verdades publicarán, qué verdades transmitirán en la radio, qué verdades dirá el comunicador católico?

Si le preguntas a un gran terrateniente la visión que tiene de la Amazonía, y le preguntas a una comunidad local, autóctona, que vive dentro de la Amazonía, son cosas completamente diferentes. La comunicación, al igual que no es neutra, tampoco puede ser genéricamente verdadera, necesita ocuparse de la verdad de los pobres, de la verdad de los oprimidos, de la verdad de los desposeídos, de la verdad de los excluidos, como parte de esta verdad. Porque es esta verdad, que acoge la verdad que Jesús anuncia sobre la persona humana, hombres y mujeres, es esta verdad que acoge.

Pero tampoco puede ser pasiva, entonces alguien dirá, mira, estás estimulando el odio. La comunicación debe ser una defensora, una luchadora por la vida, no espera a que las cosas sucedan. El proceso de comunicación que se hace, que practica la Iglesia, todas las oficinas de comunicación de todas las diócesis, de la CNBB, del Celam, de la Iglesia en todo el mundo, todas estas personas necesitan entender que la comunicación no es pasiva, la comunicación es pacífica, construye la paz, pero no es pasiva. Ayuda a construir la paz siendo una luchadora por la vida y una luchadora por la paz. Necesita remangarse, una comunicación decidida en la construcción, en la aplicación de los valores del Reino.

Hay mucho que hacer, tenemos que crecer mucho, en nuestras televisiones, radios, que son cerca de 1.400 en Brasil, radios católicas, sobre todo en las redes sociales, que es lo que más se utiliza hoy en día, es accesible a muchas personas. Creo mucho en la comunicación, pero soy consciente de que lo que hacemos en comunicación como Iglesia en este momento es sólo un grano de arena en la playa. Todavía tenemos muchas cosas que practicar en la comunicación para que esté al servicio de la vida.

Por una estructura sinodal y misionera

Los obispos brasileños apuestan por una estructura sinodal y misionera

  El nuevo Estatuto debe reflejar una Iglesia que reconozca la necesidad de ser sinodal y misionera, conscientes de que estas dos características no se excluyen ni se superponen, sino que son interdependientes e indispensables

29.08.2020 | Alina Tufani

(Vatican News).- La Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB) inició la elaboración de un nuevo estatuto, de modo que su estructura y funcionamiento reflejen el rostro de la Iglesia hoy, con una mayor  conciencia sinodal y misionera. El proyecto se realizará en seis etapas que deben concluir con la discusión y aprobación del texto, durante la 58ª Asamblea General  del episcopado, en abril del próximo año, y una etapa final, que requiere la aprobación del nuevo estatuto por parte de la Santa Sede.

El anuncio fue hecho por el arzobispo de Belo Horizonte y presidente de la CNBB, monseñor Walmor Oliveira de Azevedo, en la última reunión del Consejo Pastoral Episcopal, el 26 de agosto, cuando aseguró que, no obstante la pandemia, es urgente emprender la enorme tarea de la renovación estatutaria para la repensar el horizonte futuro de la obra y misión de la Iglesia en Brasil.  Por su parte, el  secretario general de la CNBB, el obispo auxiliar de Río de Janeiro , monseñor Joel Portella Amado afirmó que se trata de un proceso “arduo y denso”, porque desde el último estatuto de la institución aprobado en 2002, la Iglesia ha adquirido nuevas referencias en su labor pastoral, como el Documento de Aparecida de 2007 y el propio pontificado del Papa Francisco, los cuales  respaldan la propuesta de la CNBB sobre sinodalidad y misión.

Reconocer necesidad que Iglesia sea sinodal y misionera

Un primer documento elaborado por la Comisión estatutaria explica que el nuevo Estatuto debe reflejar una Iglesia que reconozca la necesidad de ser sinodal y misionera, conscientes de que estas dos características no se excluyen ni se superponen, sino que son interdependientes e indispensables. «En un mundo cada vez más plural, en el que la persona y el mensaje de Jesucristo necesitan ser anunciados incansablemente, es fundamental que la Iglesia abrace las diferentes realidades en sus estructuras, porque la misión requiere sinodalidad”, subraya el documento que fue entregado a los obispos para emprender la primera etapa de reflexiones sobre el nuevo ordenamiento.

El texto advierte que en un mundo cada vez más polarizado, donde las diferencias, que además de no ser siempre valoradas corren el riesgo de convertirse en enemistad, la búsqueda continua de un camino común se convierte en una condición fundamental para el testimonio misionero .

La nota publicada en el portal de la CNBB explica que el proceso se inició en julio con la producción de material de reflexión que acaba de ser enviado a los obispos.  La segunda etapa del proceso será la reflexión de los temas en bloques regionales que enviarán sus aportes a los secretarios ejecutivos. Una vez procesada esta información, inicia la tercera etapa con el estudio de las propuestas por parte del Secretario General y el Subsecretario de Pastoral junto a los secretarios ejecutivos de cada región.

La cuarta etapa está dedicada al estudio del marco jurídico, entre diciembre de este año y enero de 2021, y luego, en febrero, la presentación de la propuesta estatutaria y reglamento a los obispos, con una nueva participación de los bloques regionales. La quinta y sexta etapa serán, en marzo, cuando se realizarán las correcciones y la presentación al  Consejo Permanente para su aprobación previa y luego, en abril, con la discusión final y aprobación del texto durante la Asamblea Plenaria de la CNBB. Los nuevos estatutos entrarán en vigor solo tras la aprobación de la Santa Sede.

 

Apoyo a la Carta de los Obispos al Pueblo de Dios

Más de mil padres brasileños lanzan mensaje de apoyo a la Carta de los Obispos al Pueblo de Dios

«Expresamos nuestra gratitud y apoyo a los obispos por la Carta al Pueblo de Dios. Afirmamos que representa nuestros pensamientos y sentimientos. Lo consideramos un documento profético»

«Nos sentimos desafiados por esta realidad a dar nuestra palabra como sacerdotes comprometidos en el seguimiento de Nuestro Señor Jesucristo. El Evangelio ilumina nuestro camino y profundizamos nuestro compromiso en la Iglesia, signo e instrumento del Reino, al servicio de la vida y la esperanza»

«Hacemos un llamamiento a todos los cristianos, iglesias y comunidades, y a todas las personas de buena voluntad para renovar, junto con los obispos, la opción por el Evangelio y la promoción de la vida, esparciendo las semillas del Reino de Dios»

30.07.2020 Luis Miguel Modino, corresponsal en Brasil

Una carta de agradecimiento y apoyo a la Carta al Pueblo de Dios, firmada en principio por 152 obispos, luego se han añadido más obispos, con 1.058 firmas de sacerdotes y diáconos, acaba de ser lanzada este jueves 30 de julio. Los sacerdotes que la firman definen la Carta al Pueblo de Dios como un documento profético, «ofreciendo al Pueblo de Dios luz para el discernimiento de los signos en estos tiempos tan difíciles de la historia de nuestro país».

«El documento es una lectura lúcida y valiente de la realidad actual a la luz de la fe», según los firmantes, que, en línea con la carta de los obispos, piden a gritos los cambios necesarios, afirmando «que los que nos gobiernan tienen el deber de actuar en nombre de toda la población, especialmente de los más pobres», actitud que no está siendo asumida por el actual gobierno. Por esta razón, los sacerdotes dicen estar «profundamente indignados por las acciones del Presidente de la República en desfavor y desprecio por la vida».

Frente a esto, los sacerdotes aceptan la invitación de los obispos para cuidar de la vida, ¡para cuidar de este país enfermo! Al mismo tiempo, se solidarizan «con todas las familias que han perdido a alguien por esta enfermedad que cobra vidas y aterroriza a todo el mundo», consecuencia de la falta de políticas de combate del gobierno, que no tiene Ministro de Sanidad. Finalmente, reafirman «con alegría, ánimo y esperanza la fidelidad a la misión que nos ha sido confiada y apoyamos a los obispos firmantes de la Carta al Pueblo de Dios y en sintonía con la CNBB en su misión de testimoniar y reforzar la colegialidad».

«CAMINAMOS POR EL CAMINO DE JESÚS»

CARTA DE SACERDOTES DE APOYO Y ADHESIÓN A LOS OBISPOS QUE FIRMARON LA CARTA AL PUEBLO DE DIOS

«Mientras las ganancias de unos pocos crecen exponencialmente, las de la mayoría se quedan cada vez más lejos del bienestar de esa minoría feliz. Este desequilibrio proviene de ideologías que defienden la autonomía absoluta de los mercados y la especulación financiera. A veces sentimos la tentación de ser cristianos manteniendo una prudente distancia de las llagas del Señor. Pero Jesús quiere que toquemos la miseria humana, que toquemos la carne sufriente de los demás» (EG 56 y 270).

Nosotros, «Padres de la Caminada», «Padres contra el Facismo», diáconos permanentes y muchos otros hermanos sacerdotes, comprometidos en diferentes partes de Brasil al servicio del Evangelio y del Reino de Dios, expresamos nuestra gratitud y apoyo a los obispos por la Carta al Pueblo de Dios. Afirmamos que representa nuestros pensamientos y sentimientos. Lo consideramos un documento profético de una parte significativa de los obispos de la Iglesia Católica de Brasil, «en profunda comunión con el Papa Francisco y su Magisterio y en plena comunión con la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil», ofreciendo al Pueblo de Dios luz para el discernimiento de los signos en estos tiempos tan difíciles de la historia de nuestro País.

El documento es una lectura lúcida y valiente de la realidad actual a la luz de la fe. Es la confirmación de la misión y el desafío permanente para la Iglesia: hacer presente el Reino de Dios en el mundo, anunciando la esperanza y denunciando todo lo que destruye la esperanza de una vida mejor para el pueblo. Es como una gran tormenta que está cayendo sobre nuestro país. Los obispos advierten del peligro de que «la causa de esta tormenta sea la combinación de una crisis sanitaria sin precedentes, con un colapso abrumador de la economía y con la tensión que está cayendo sobre los cimientos de la República», impulsada principalmente por el Presidente.

También nos sentimos desafiados por esta realidad a dar nuestra palabra como sacerdotes comprometidos en el seguimiento de Nuestro Señor Jesucristo. El Evangelio ilumina nuestro camino y profundizamos nuestro compromiso en la Iglesia, signo e instrumento del Reino, al servicio de la vida y la esperanza. Cada vez más vemos la vida de las personas amenazada y su sufrimiento, especialmente de los pobres, los vulnerables y las minorías. Esta realidad hace que nuestros corazones ardan, nuestros brazos luchen y nuestra voz clame por los cambios necesarios. Como los obispos recuerdan, no estamos motivados por «intereses partidistas, económicos, ideológicos o de cualquier otro tipo. Nuestro único interés es el Reino de Dios».

Los obispos expresan muy bien en su carta, recordando al Santo Padre, el Papa Francisco, que «la propuesta del Evangelio no consiste sólo en una relación personal con Dios. Nuestra respuesta de amor no debe entenderse como una mera suma de pequeños gestos personales en favor de algunos individuos necesitados […], una serie de acciones destinadas sólo a tranquilizar la conciencia. (Lc 4:43 y Mt 6:33) (EG. 180)».

Sabemos que los que nos gobiernan tienen el deber de actuar en nombre de toda la población, especialmente de los más pobres. Este no ha sido el proyecto del actual Gobierno, que «no pone en el centro la persona humana y el bien de todos, sino la defensa intransigente de los intereses de una «economía que mata» (Alegría del Evangelio, 53), centrada en el mercado y el lucro a cualquier precio». Por esta razón, también estamos profundamente indignados por las acciones del Presidente de la República en desfavor y con desprecio por la vida de los seres humanos y también por la de «nuestra hermana, la Madre Tierra», y por tantas acciones que van en contra de la vida del pueblo y la soberanía de Brasil.

La reconstrucción de las relaciones sociales es urgente, porque «este escenario de peligrosos atolladeros, que pone a prueba a nuestro país, requiere mucho más diálogo por parte de sus instituciones, líderes y organizaciones civiles que los discursos ideológicos cerrados. […] Esta realidad no permite indiferencia». La CNBB se ha pronunciado de manera contundente en los últimos tiempos; en una toma de posición del 30 de abril, expresó perplejidad e indignación ante el desprecio en la lucha contra el nuevo coronavirus y por los acontecimientos que atentan contra el orden constitucional. En otro momento, los 67 obispos de la Amazonía publicaron otro documento, expresando una inmensa preocupación y exigiendo una mayor atención y cuidado de los poderes públicos en relación con la Amazonía y sus pueblos originarios. En la carta abierta al Congreso Nacional del 13 de julio de 2020, la CNBB denunció los 16 vetos del Presidente de la República al Plan de Emergencia para Confrontar el Covid-19 en los Territorios Indígenas, las comunidades quilombolas y otros pueblos y comunidades tradicionales (PL nº 1142/2020, actualmente Ley nº 14.021) diciendo: «Estos vetos son éticamente injustificables e inhumanos porque niegan los derechos y garantías fundamentales a la vida de los pueblos tradicionales». Otras comisiones de la CNBB se han puesto decididamente del lado de los pueblos tradicionales de Brasil «doblemente vulnerables: al contagio del coronavirus y a la amenaza constante de expulsión de sus territorios».

En este tiempo de «tormenta perfecta», la voz del Espíritu resuena en posiciones valientes de la Iglesia, que renueva cada día su compromiso «en la construcción de una sociedad estructuralmente justa, fraterna y solidaria», como indican los obispos en su carta.

Reafirmamos nuestro compromiso de defender y cuidar la vida. A la invitación de los obispos queremos dar nuestro ¡sí! «Estamos llamados a presentar propuestas y pactos objetivos para superar los grandes desafíos a favor de la vida, especialmente de los segmentos más vulnerables y excluidos en esta sociedad estructuralmente desigual, injusta y violenta”. ¡Queremos esforzarnos por cuidar de este país enfermo!

Nos solidarizamos con todas las familias que han perdido a alguien por esta enfermedad que cobra vidas y aterroriza a todos. Cerca de llegar a 100.000 muertes en esta pandemia, es inaceptable que no haya un Ministro de Salud en este gobierno que pueda llevar a cabo políticas para combatir el nuevo coronavirus.

Hacemos un llamamiento a todos los cristianos, iglesias y comunidades, y a todas las personas de buena voluntad para renovar, junto con los obispos, la opción por el Evangelio y la promoción de la vida, esparciendo las semillas del Reino de Dios.

Nosotros, «Padres de la Caminada», «Padres contra el Fascismo», diáconos permanentes y tantos otros hermanos sacerdotes, reafirmamos con alegría, ánimo y esperanza la fidelidad a la misión que se nos ha confiado y apoyamos a los obispos firmantes de la Carta al Pueblo de Dios y en sintonía con la CNBB en su misión de dar testimonio y fortalecer la colegialidad.