Entrevista a Fernando Cordero

Fernando Cordero: “La sinodalidad no es una moda, sino un modo de ser Iglesia”

El religioso de los Sagrados Corazones nos acerca más a ese caminar juntos

Fernando Cordero es miembro de la Comisión de Comunicación del Sínodo de la Sinodalidad. Aunque no ha estado presente durante la Asamblea General de la CONFER, la realidad es que ha sido también participe de la corriente de sinodalidad desplegada por parte de Cristina Inogés y María Luisa Berzosa, pues, como ellos dicen entre risas, son la “pandilla sinodal”.

El religioso de los Sagrados Corazones conversa con Somos CONFER desde Roma para acercarnos aún más a ese caminar juntos.

RESPUESTA.- Ojalá fuera un paso más. Desde hace años hablamos y diseñamos proyectos intercongregacionales. Tras la planificación de los mismos, vienen momentos de alguna turbulencia y, por fin, el más difícil todavía: el aterrizaje, con las emergencias concretas de cada cual, que nos hacen activar los frenos del aparato estructural.

En esto, la vida religiosa femenina lleva la delantera, por ejemplo, en la Amazonía o en el trabajo conjunto en tantos barrios de las periferias. Confío en que la apertura que supone la Iglesia sinodal, nos anime a un discernimiento también entre unos carismas y otros, unidos a la única raíz. Esto posibilitará comunidades más ligeras de equipaje que sean signo visible del Reino.

P.- En las cuatro comisiones hay mucha presencia de Vida Religiosa. ¿Qué aportan?

R.- Cuando nos reunimos presencialmente, en las reuniones formales y en los momentos privilegiados de convivencia, como es en torno a una taza de café, más que diversos carismas, que los hay, lo que se desprende es un aroma de apasionada y apasionante eclesialidad. Un quererse dejar la piel por la Iglesia, por la fraternidad que soñó Jesús. Hay diversos tipos de café entre nosotros, que se complementan con los de tantos laicos y pastores, porque lo que importa es servir la taza a los otros y generar diálogos.

Cada cual, desde su competencia, intenta aportar de manera propositiva. Los comunicadores hemos hecho propuestas, para desarrollar la comunicación, en la constitución apostólica Episcopalis communio sobre el Sínodo de los Obispos. Consideramos la importancia de un uso del lenguaje que sea accesible a la mayor parte del Pueblo de Dios, es decir, que cualquier miembro de la Iglesia pueda percibir los conceptos teológicos que se tratan con mayor facilidad. El contexto comunicativo puede ayudar a viabilizar aquello a lo que el Sínodo nos invita.

Un antídoto

P.- El clericalismo sigue instalado en la Iglesia. ¿Cómo puede convivir con la sinodalidad?

R.- El clericalismo es un quiste a extirpar, como la cizaña. Una escucha sincera, abierta al frescor del Espíritu, puede preparar el proceso hacia la sala de quirófano. El Jueves Santo, Francisco nos regaló a los sacerdotes un libro del franciscano Francisco Javier Bustillo, donde nos emplaza a no levantar muros de protección y a no reaccionar como Calimero, desde una actitud pesimista y pasiva. El cuidado de la formación inicial y permanente, en clave sinodal, puede ser un antídoto.

P.- Todavía hay quien ve en la sinodalidad una moda…

R.- Una “moda” vigente en el primer milenio, queriéndose recuperar desde el Concilio Vaticano II. Estoy convencido de que más que una moda es un “modo” u otra manera de ser Iglesia, en la que, desde nuestro bautismo, se nos brinda un lugar en la mesa compartida. La sinodalidad ha generado gran entusiasmo. Impresionante que en Kenia, en un campo de casi un cuarto millón de refugiados, se esté haciendo un proceso inclusivo, de la mano de salesianos y de la familia espiritual de Foucauld. Al mismo tiempo despierta miedos y hostilidad. No todo va a ser inmediato. Es un proceso espiritual en el que vamos creciendo unos y otros.

P.- En estos últimos tiempos estamos viviendo una polarización en la Iglesia propia de la política… ¿Cómo revertir esta tendencia de aquí a la celebración del Sínodo en Roma?

R.- Soy un convencido del valor de la conversación espiritual que nos propone el vademécum. De ahí que la recomiende a unos y a otros vivamente. Escuchar en ambiente de oración al otro que, en ocasiones, no tiene nada que ver conmigo o que piensa de manera diametralmente opuesta. Escuchar cómo actúa el Espíritu en cada persona es un ejercicio que transforma.

Lo hagas en un grupo lingüístico en la inauguración del Sínodo en el Vaticano o en una reunión de tu comunidad religiosa junto a los hermanos. Por ahí puede ir la transformación y no tanto en el afán compulsivo de rellenar encuestas que, en el fondo, no nos tocan ni nos remueven o, por otro lado, en el dejarnos llevar por ideologías al margen de lo que es un verdadero itinerario espiritual.

No hay temas tabúes

P.- Alemania está viviendo ahora un proceso sinodal. Hay voces que les acusan de alejarse de Roma. ¿Hay límites a la sinodalidad?

R.- ¿Hay límites a la santidad, a la catolicidad o a la apostolicidad? ¿Nos pone el Evangelio dichos límites? Me resuena simplemente el “ama y haz lo que quieras”, al más fiel estilo agustiniano. A mí, desde el principio, en la Secretaría General del Sínodo, me han indicado que no hay temas tabúes. Otra cosa, pienso, será ver los procesos, el consenso y la toma de decisiones.

La situación de la Iglesia alemana es muy compleja. Están atravesando una crisis de credibilidad enorme, con un gran escándalo de abusos sexuales y diferentes controversias. Los obispos intentan plantear las preguntas de manera sinodal. No podemos olvidar que en el proceso hay una fase local, específica, que cada Iglesia ha de tratar en comunión con la Iglesia universal.

A mí me preocupa, más que la realidad alemana, la división que se palpa en la Iglesia de Estados Unidos. Y de eso se habla menos, siendo quizá más preocupante. Sin embargo, lo que más me atrae es el proceso sinodal en América Latina, con la experiencia de la reciente Asamblea Eclesial, signo profético y testimonio concreto de sinodalidad. Lo expresa muy bien el presidente del CELAM, el franciscano Miguel Cabrejos: “Todo el Pueblo de Dios anuncia el Evangelio; por eso, cada bautizado es convocado a ser protagonista en la misión con un énfasis ministerial

Criminalización de los migrantes

Los religiosos españoles alzan su voz ante la “desprotección” de los migrantes tras la última tragedia en la valla de Melilla

“Manifestamos nuestra preocupación ante la creciente criminalización de migrantes”, afirman la CONFER

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“Estamos profundamente consternados ante la desprotección que viven las personas migradas y refugiadas en la frontera sur y manifestamos nuestra preocupación ante la creciente criminalización de migrantes”. Así lo expresa la Conferencia Española de Religiosos (CONFER) en un comunicado ante la última tragedia vivida en la valla de Melilla el pasado viernes 24 de junio con la muerte de 37 personas además de otros tantos heridos.


“La CONFER ha apoyado y se ha manifestado en diversas ocasiones en favor de la vida, la dignidad y la hospitalidad ante la situación de las personas migradas y refugiadas que intentan buscar un futuro mejor y un lugar donde poder desarrollar sus proyectos en libertad. Rechazamos categóricamente el incumplimiento de los tratados internacionales a los que España está adscrito”, señalan en el mismo escrito.

Asimismo, “nos hacemos uno con la Iglesia de Melilla en su quehacer en favor de los migrantes y queremos unir nuestra voz a la de aquellos que trabajan por recuperar la dignidad y los derechos humanos de nuestros hermanos y hermanas migrantes”.

Málaga, contra al trato inhumano

La CONFER se adhiere también al comunicado emitido por la Delegación Diocesana de Migraciones de Málaga y Melilla, quienes el mismo viernes mostraban su preocupación por “la situación que se está viviendo en Nador: el trato inhumano que están recibiendo estas personas, mientras se les impide solicitar asilo”.

“Tanto Marruecos como España han optado por eliminar la dignidad humana en nuestras fronteras, sosteniendo a toda costa que hay que evitar la llegada de personas migrantes, olvidando las vidas que se desgarran por el camino. Las autoridades no pueden eludir su responsabilidad ante estos hechos, muchas de estas personas vienen huyendo de la guerra, de persecuciones y conflictos, la falta de vías seguras para solicitar asilo han ocasionado estas muertes, los heridos y la alarma social”, denuncia la diócesis malagueña. Por eso, exigen a las autoridades “la protección de los refugiados, como marcan los tratados internacionales”.

Por otro lado, manifestaban su preocupación por “la criminalización a los migrantes por parte de la sociedad. No son considerados suficientemente dignos para participar en la vida social como cualquier otro, se ha olvidado que tienen la misma dignidad que nosotros”. Y agregaron: “Nuestra actitud se debe regir por la ley suprema del amor fraterno”.

La Iglesia en Melilla está “atenta, socorriendo al ‘extraño en el camino’. Desde la Delegación seguiremos denunciando la vulneración de derechos en nuestra frontera sur y acompañando a las personas para restituir su dignidad como hijos de Dios”, subrayaron.

Justicia y paz, contra la cultura de la muerte

Por su parte, Justicia y Paz ha denunciado “la cultura de la muerte que hay detrás de la política migratoria europea y española que cada año se cobra miles de vidas”.

“Los gravísimos sucesos no deben calificarse como un episodio más en la gestión de flujos migratorios en el que se asume como normal la represión con extrema dureza por parte de fuerzas policiales, en el que se practican devoluciones en caliente y en el que se intenta desviar la atención de la opinión pública poniendo el énfasis en actuaciones de tipo violento que puedan haberse producido por parte de algunos migrantes”, afirman.

Y añaden: “No debe obviarse que la guerra, el hambre y las persecuciones están detrás de todas y cada una de las historias de las personas que salen de sus países. Tampoco debe obviarse que todos los países de la Unión Europea, además de los países en tránsito, son signatarios de la Convención de Ginebra sobre el estatuto de los refugiados que obliga a los estados miembros a proporcionar protección”.

Asimismo, “exigimos una investigación exhaustiva a los gobiernos español y marroquí sobre su actuación en estos hechos, al tiempo que lamentamos profundamente la falta de empatía que el presidente del Gobierno español ha mostrado en todo este lamentable episodio”.

Día del Migrante

Confer denuncia las “situaciones de injusticia que se viven en las fronteras”

Los religiosos y religiosas españoles se unen a la celebración del Día Internacional del Migrante

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El Consejo Asesor de CONFER Migraciones, que trabaja en el ámbito de la movilidad humana y del refugio se une a la celebración del Día Internacional del Migrante, ha reconocido en un comunicado “la riqueza del aporte de las personas migrantes a nuestra sociedad” y, por ello, ha denunciado “la sistemática vulneración de sus derechos” en las fronteras.



En el comunicado, con el cual la Confer se une a la celebración del Día Internacional del Migrante, señala, además, “la reciente visita del papa Francisco a Lesbos” como signo de “fraternidad, hospitalidad y acogida a los más vulnerables”.

No callar ante las injusticias

“Esta es otra clara invitación a seguir construyendo puentes y no levantando muros que nos separen o dividan”, continúan los religiosos y religiosas, quienes entienden que, en ese sentido, “la Vida Religiosa en España tiene una gran responsabilidad: continuar participando activamente en procesos de acompañamiento, integración y sensibilización de tal manera que vayamos sintiendo dentro y fuera de la Iglesia que todos somos hermanos”. Para ello, continúan impulsando la campaña ‘+Hospitalidad: caminos de esperanzas compartidas’, la cual busca contribuir a la construcción de una Cultura del Encuentro en el entorno de las entidades, comunidades y sociedad civil.

“Creemos que no debemos, bajo ningún motivo, acostumbrarnos a las vulneraciones de derechos, como tampoco podemos legitimar con el silencio lo que sucede de un lado y otro de la frontera“, subraya la Confer. “Desde el Consejo Asesor de CONFER Migraciones entendemos que la vida de las personas es un don sagrado, que la Vida Religiosa está llamada a asumir su vocación profética desde los pobres y que los derechos humanos de las personas migradas y refugiadas no deben entrar en conflicto con una adecuada gestión de las fronteras”, aseveran.

El liderazgo de los cuidados

El nuevo presidente de la CONFER inicia el liderazgo de los ‘cuidados’ 

El dominico resalta la importancia de cuidar las presencias, a las personas, la intercongregacionalidad y sinodalidad, la integración carismática y la pluralidad y diversidad regional. 

 “Habernos escuchado de tú a tú durante la Asamblea nos ha permitido percibir muchos matices que los simples papeles o programas no necesariamente recogen”, ha señalado Jesús Díaz Sariego, OP, nuevo presidente de la CONFER, durante la clausura de la XXVII Asamblea General. 

Según ha explicado, durante estos días han “percibido una mayor toma de conciencia (racional y afectiva) comunitaria de la necesidad que tenemos de ‘caminar juntos’ como CONFER para servir mejor a la vida religiosa desde ella”. Asimismo, ha expresado la necesidad de “abrir procesos y de acertar a acompañarlos”. 

‘Dios nos cuida’ 

“En este camino constatamos que ‘Dios nos cuida’ y que nosotros debemos también ‘cuidarnos los unos a los otros’. En este sentido, ha destacado los cinco ‘cuidados’ que “queremos preservar y que, de una manera o de otra, han surgido durante la Asamblea”. 

  1. Cuidar a las personas: “Cuidar con más atención a todas las generaciones, pero especialmente a la generación intermedia. Generación sobre la que recae el mayor peso y responsabilidad en estos momentos”. 
  1. Cuidar las presencias y los modos de hacerse presentes: “Durante la Asamblea nos hemos orientado en la necesidad de resignificarnos (de ser o, de volver a ser significativos), ya que no se trata solamente de discernir el lugar donde debemos estar, sino también el cómo estar donde debemos estar”. 
  1. Cuidar la integración carismática: “De vivir la integración carismática y misión compartida. Una dimensión sobre la que debemos reflexionar aún más. Perfilar mejor la misión compartida con los laicos”. 
  1. Cuidar la intercongregacionalidad y la sinodalidad: “Reformular mejor la intercongregacionalidad, un camino sin duda, de sinodalidad. Pensando su desarrollo más desde ‘abajo’, desde la proximidad geográfica, el encuentro orante, festivo, etc. que desde una programación que venga más desde ‘un despacho’… ‘desde ‘arriba’”. 
  1. Cuidar la pluralidad y diversidad regional: “El espacio que nos hemos dado para reflexionar y tomar el pulso a las CONFER regionales y diocesanas ha resultado especialmente valioso. Hemos traído a la Asamblea ‘la vida religiosa vaciada’. En las reestructuraciones de provincias que venimos haciendo estos últimos años no hemos escuchado del todo, quizás, los ecos del Espíritu cuando siguen reclamando nuestra presencia en los distintos lugares, en las diferentes Iglesias locales. Una mayor o mejor coordinación de los procesos de reestructuración que hemos realizado nos hubiera llevado, sin duda, a una mayor creatividad a la hora de configurar nuestras decisiones. Porque, hemos de ser creativos no solamente para generar nuevas fundaciones apostólicas, sino también para cerrarlas o transformarlas”. 

“De nuevo hemos de volver a la pregunta Lema de la misma: ‘Señor, ¿qué quieres de nosotros hoy?’. Esta pregunta ha de seguir acompañándonos durante estos próximos años, al menos hasta la próxima Asamblea. Os invitaría a que en cada instituto la tengamos en cuenta. Podemos asumir el compromiso, como superiores mayores, de seguir reflexionándola para dar mejor forma a lo que somos y a lo que hacemos. Las respuestas que podamos dar a esta pregunta son el camino de futuro por el que debemos transitar. Sus respuestas nos abren mucho horizonte, a cada congregación en particular y a la CONFER en general”, ha resaltado el dominico. 

Por su parte, la vicepresidenta, Lourdes Perramon, ha agradecido la confianza de los superiores. “Estos días hemos oído decir que la CONFER es la casa de todos y yo espero que seamos hogar”, ha indicado. “La Vida Religiosa está llamada a hacer un brindis por la vida”, ha finalizado. 

Mensaje pascual de la CONFER

Mensaje de Pascua de la presidenta y el vicepresidente de Confer Los religiosos españoles invitan a «poner rostro» y «acompañar soledades» en tiempos de coronavirus

  • Mariña Ríos y Jesús Díaz Sariego, junto a los cardenales Osoro y Bocos Confer

«Se nos dan ojos nuevos, mirada honda para reconocer (…) poner rostro, a los vecinos a los que tal vez nunca habíamos mirado a los ojos, y con los que nos hermanamos cada día en el aplauso de la tarde; el permanecer al lado de los sufrientes, el acompañar soledades, el servicio menudo y posible a los más frágiles»

Con un sentido recuerdo a “tantos hermanos y hermanas nuestras que están experimentando la enfermedad y la muerte causada por la pandemia (…) en propia carne” -el coronavirus está afectando, y mucho, a la vida religiosa-, los responsables de Confer ponen la mirada en la Pascua

Abogan por «vendar corazones desgarrados» en un mundo «herido»

13.04.2020 Jesús Bastante

«Se nos dan ojos nuevos, mirada honda para reconocer (…) poner rostro, a los vecinos a los que tal vez nunca habíamos mirado a los ojos, y con los que nos hermanamos cada día en el aplauso de la tarde; el permanecer al lado de los sufrientes, el acompañar soledades, el servicio menudo y posible a los más frágiles; la creatividad evangélica para buscar nuevas formas, en esta situación, de tender la mano a los otros, de compartir la fe y la oración”. La presidenta de Confer, Mariña Ríos, odn, y el vicepresidente, el dominico Jesús Díaz Sariego, han enviado un mensaje de Pascua, y esperanza, a la vida religiosa española.

En su escrito, Ríos y Díaz Sariego apuntan cómo hemos vivido una Cuaresma y una Semana Santa “singular”, con “una conciencia diferente” que les ha permitido reconocer a Jesús “en el rostro de nuestros hermanos”.

La vida religiosa, diezmada

Con un sentido recuerdo a “tantos hermanos y hermanas nuestras que están experimentando la enfermedad y la muerte causada por la pandemia (…) en propia carne” -el coronavirus está afectando, y mucho, a la vida religiosa-, los responsables de Confer ponen la mirada en la Pascua, en el sentido de la Resurrección para la vida hoy.

CONFER apuesta por el compromiso con los sufrientes “Se nos dan ojos nuevos, mirada honda para reconocer, seguir reconociendo, los signos de vida nueva que este tiempo de dolor nos va entregando: la conciencia más fuerte de ser familia humana; las señales de gratuidad, generosidad, vida entregada… en tantas personas; la cercanía a los demás a pesar de la distancia física; el cuidado mutuo desde la responsabilidad cotidiana; la posibilidad de reconocer, de poner rostro, a los vecinos a los que tal vez nunca habíamos mirado a los ojos, y con los que nos hermanamos cada día en el aplauso de la tarde; el permanecer al lado de los sufrientes, el acompañar soledades, el servicio menudo y posible a los más frágiles; la creatividad evangélica para buscar nuevas formas, en esta situación, de tender la mano a los otros, de compartir la fe y la oración, que nos hace vivenciar de modo nuevo ser comunidad eclesial a través de los medios de comunicación…”, sostiene el mensaje.

Tejer comunidad y fraternidad

“Hoy experimentamos con alegría que el Resucitado nos envía a proclamar que está entre nosotros, que nos da aliento para ir a nuestros hermanos”, proponen los responsables de la vida religiosa española, “en nuestro mundo herido, donde comunicar su presencia pasa por ‘vendar corazones desgarrados’, ‘consolar a los afligidos’, tejer comunidad y fraternidad, reconocerlo en el compartir y partir pan y vida, anunciar que Él es el Señor de la Vida”.

“Después de la Pascua nada es lo mismo”, sostienen desde Confer. “Después de la experiencia pascual que estamos viviendo, nada será lo mismo”, añaden, apuntando que “está en nuestras manos que la vuelta a Galilea no sea la vuelta a lo anterior, a la ‘normalidad’; que este misterio de muerte y vida que vivimos no sea un paréntesis, sino que lo que se nos está revelando experiencialmente, lo que se nos está desvelando de nuestro mundo, de nuestro modo de vivir, de nosotros mismos… sean brújulas en el camino nuevo que estamos llamados a recorrer como humanidad y como creyentes”.

 

 

Las mujeres católicas «se rebelan»

Las mujeres católicas “se revelan” y se lanzan a la calle “hasta que la igualdad sea una costumbre»

Colectivos cristianos feministas de toda España se concentrarán frente a las catedrales de Madrid, Barcelona, Sevilla, Valencia o Zaragoza el próximo 1 de marzo para exigir plena igualdad hombre-mujer en la Iglesia católica

Jesús Bastante Follow @@BastanteJesus – en religiondigital.com

Organizadoras de la concentración del próximo 1 de marzo en La Almudena

«Hasta que la igualdad se haga costumbre«. Este es el lema de las mujeres indignadas en la Iglesia que, cansadas de vivir como ciudadanas de segunda, apartadas al servicio de curas y obispos o a la limpieza, han dicho «Basta». Y lo han hecho reuniéndose en torno a la denominada ‘Revuelta de mujeres en la Iglesia‘, que el próximo 1 de marzo se congregará ante la catedral de La Almudena en Madrid para exigir la plena igualdad de hombres y mujeres en la institución.

Zaragoza, Sevilla, Barcelona o Valencia también acogerán iniciativas similares, convocadas por docenas de colectivos, como Mujeres y Teología de Madrid, Red Miriam de Espiritualidad Ignaciana Femenina, Colectivo Agar, Mujeres de Alandar, de la JEC y de Profesionales cristianas de Madrid, Asociación de Teólogas de España… «y muchos otros colectivos de mujeres de parroquias» y avalada, entre otros, por la Conferencia de Religiosos Españoles (Confer).

¿Qué pretenden estas mujeres? «Alzamos la voz y nos manifestamos porque vivimos una profunda discriminación en la Iglesia y ha llegado el momento de decir «‘¡Basta ya!’ Ni podemos, ni queremos callarnos», asumen en su manifiesto. «Estamos cansadas de las incoherencias y autoritarismo que percibimos a diario» en la institución, lamentan, denunciando «las múltiples formas de injusticia e invisibilización que sufrimos en la Iglesia».

«La institución, con su estructura y organización, está quedando al margen de las conquistas sociales en igualdad y corresponsabilidad y está cometiendo un error», cuestiona el escrito, que destaca «la dolorosa violencia ejercida sobre mujeres, religiosas y laicas, además de otras formas de violencia lamentables».

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