La política del bien común

El Papa: todos debemos hacer política por el bien común


Ciudad del Vaticano. «El Pastor», el libro de los periodistas Francesca Ambrogetti y Sergio Rubin, que se publica estos días en Argentina, es el resultado de varias entrevistas con el Papa sobre los temas más importantes y urgentes de la Iglesia. De la política a la economía, de las reformas en la Curia Romana a las amenazas a la «casa común». También se da espacio a algunos aspectos personales, respecto a un viaje a Argentina Francisco dice que «es injusto decir que no quiero ir».

De ‘El jesuita’, escrito en 2010, a ‘Il Pastor’, un volumen que se publica actualmente en Argentina. Francesca Ambrogetti, ex directora de ANSA en el país sudamericano, y Sergio Rubin, del diario El Clarín, vuelven sobre la figura de Jorge Mario Bergoglio.

Si en el primer libro habían recogido el pensamiento del cardenal arzobispo de Buenos Aires, en este segundo
el enfoque es sobre el magisterio del Papa Francisco: los retos afrontados en los diez años de pontificado y
las perspectivas de futuro como «revitalizar el anuncio del Evangelio» – dice el Pontífice – «reducir el centralismo vaticano, proscribir la pederastia… y combatir la corrupción económica». Un programa de gobierno, subraya, que «es ejecutar lo declarado por los cardenales en las congregaciones generales en vísperas del cónclave».

Diecinueve capítulos en 346 páginas divididas en un prólogo firmado por el Papa en el que, escribe, «debo
reconocer una virtud en Francesca y Sergio: su perseverancia». Los periodistas ofrecen un análisis del magisterio a través de entrevistas periódicas realizadas a lo largo de 10 años. Se tratan muchos temas: desde cuestiones relacionadas con los inmigrantes, la defensa de la vida, el impacto de las reformas de la Curia Romana, hasta los abusos a menores.

En este punto, Francisco subraya que su pontificado «será evaluado en gran parte por cómo ha afrontado esta plaga». A continuación, el matrimonio y la familia, la «casa común» amenazada, el «genio femenino», el «arribismo» en la Iglesia. So-
bre la homosexualidad, subrayó que «aquellos que han sufrido el rechazo de la Iglesia, quisiera hacerles saber que son personas en la Iglesia».

El Evangelio para convertir una mentalidad La política es uno de los temas centrales. ‘Sí, hago política’, responde el Papa, ‘porque todos deben hacer política’. ¿Y qué es la política? Una forma de vida para la polis, para la ciudad. Lo que yo no hago, ni debe hacer la Iglesia, es política de partidos. Pero el Evangelio tiene una dimensión política, que es transformar la mentalidad social, incluso religiosa, de las personas» para que se oriente al bien común.

Otro tema fuerte se refiere a la economía, Francisco reitera que el faro a seguir es la Doctrina Social de la Iglesia, que la suya no es una condena del capitalismo sino que es necesario, como indicó Juan Pablo II, seguir una «economía social de mercado». Hoy, añade, prevalecen las finanzas y la riqueza es cada vez menos participativa. «En lo que todos podemos estar de acuerdo es en que la concentración de la riqueza y la desigualdad han aumentado. Y que hay mucha gente pasando hambre».

Claridad en las finanzas vaticanas Francisco se detiene después en los asuntos financieros del Vaticano, defendiendo la buena fe de la «inmensa mayoría» de los miembros de la Iglesia, «pero no se puede negar -dice- que algunos eclesiásticos y muchos,
yo diría, falsos laicos ‘amigos’ de la Iglesia han contribuido a malversar el patrimonio mueble e inmueble, no del Vaticano, sino de los fieles».

Refiriéndose luego al asunto de la propiedad londinense, subraya que fue precisamente en el Vaticano donde se detectó «la compra sospechosa». «Me alegré», dice el Papa, «porque significa que hoy la administración vaticana tiene los medios para hacer luz sobre las cosas feas que pasan dentro». Sobre las relaciones Estado-Iglesia, pues, dice defender «la laicidad del Estado, no
el laicismo que, por ejemplo, no permite imágenes religiosas en los espacios públicos».

Listo para ir a China

Sobre Argentina, el Papa subraya que «las acusaciones de peronismo son un lugar común» y pide a los sindicatos que defiendan la dignidad de los trabajadores y sus derechos. También sostiene que su intención de viajar al país «sigue siendo válida». ‘Es injusto decir que no quiero ir’. Respecto al acuerdo entre la Santa Sede y China, el Papa dice ser consciente de los problemas y
sufrimientos, mostrándose dispuesto a ir al país asiático: «¡Mañana mismo, si fuera posible!».

La Iglesia no es una madre «por correspondencia» Por último, el Papa confiesa haber tenido crisis de fe, superadas con la ayuda de Dios. «En cualquier caso – añade-, una fe que no nos pone en crisis es una fe en crisis. Igual que una fe que no nos hace crecer es una fe que debe crecer». Sobre la Iglesia del futuro, explica que la cercanía es la clave de todo. La Iglesia es una madre, y no conozco ninguna madre ‘por correspondencia’.

La madre da afecto, toca, besa, ama. Cuando la Iglesia no está cerca de sus hijos porque está ocupada con mil cosas o se comunica con ellos a través de documentos, es como si una madre se comunicara con sus hijos por carta».

El Papa Francisco en Kazajistán

Los ‘recados’ que deja Francisco desde Kazajistán a los gobiernos del mundo

Foto de familia del Congreso de Líderes Religiosos
Foto de familia del Congreso de Líderes Religiosos

«Las religiones no son un problema, sino parte de la solución para una convivencia más armoniosa»

«Es la hora de dejar sólo a los libros de historia los discursos que, por demasiado tiempo, aquí y en otros sitios, han inculcado sospechas y desprecio respecto a la religión»

«Este estilo político realmente democrático es la respuesta más eficaz a posibles extremismos, personalismos y populismos»

Por José Lorenzo

Era un encuentro de líderes de las religiones mundiales, pero, «en los tiempos oscuros que vivimos», como los calificó, en medio de «insensata y trágica guerra» en Ucrania, estaba claro que Francisco no olvidaría tampoco la ‘cuestión política’, entre otras cosas, porque la interrelación entre el cielo y la tierra sigue causando distorsiones interesadas que generan violencia.

Estas son las diez claves que pueden resumir los ‘recados’ que el Papa dejó desde un país cuyo sistema de integración plurirreligioso y multiétnico alabó en varias ocasiones, avisos para que los dirigente políticos mundiales, en un momento también de crisis de las democracias, no sirvan a otros intereses que a los del bien común de la humanidad y el cuidado de la Creación.

1.- «Yo llego aquí mientras está en curso la insensata y trágica guerra originada por la invasión de Ucrania, mientras otros enfrentamientos y amenazas de conflictos ponen en peligro nuestra época. Vengo para amplificar el grito de tantos que imploran la paz, camino de desarrollo esencial para nuestro mundo globalizado. Y la paz es esto, una vía de desarrollo esencial para nuestro mundo globalizado«.

Francisco, y el presidente de Kazajistán
Francisco, y el presidente de Kazajistán

2.- «Las religiones no son un problema, sino parte de la solución para una convivencia más armoniosa. La búsqueda de la trascendencia y el valor sagrado de la fraternidad pueden, en efecto, inspirar e iluminar las decisiones a tomar en el contexto de las crisis geopolíticas, sociales, económicas y ecológicas —pero, en la raíz, espirituales— que atraviesan muchas instituciones en la actualidad, también las democracias, poniendo en peligro la seguridad y la concordia entre los pueblos».

3.- «Es la hora de dejar sólo a los libros de historia los discursos que, por demasiado tiempo, aquí y en otros sitios, han inculcado sospechas y desprecio respecto a la religión, como si fuera un factor de desestabilización de la sociedad moderna. En este lugar es bien conocida la herencia del ateísmo de Estado, impuesto por decenios, esa mentalidad opresora y sofocante por la cual el simple uso de la palabra ‘religión’ era incómodo»

4.- «La libertad religiosa es un derecho fundamental, primario e inalienable, que es necesario promover en todas partes y que no puede limitarse únicamente a la libertad de culto. De hecho, es un derecho de toda persona dar testimonio público de la propia fe; proponerla sin imponerla nunca».

El imán de Al-Azhar saluda al Papa
El imán de Al-Azhar saluda al Papa Vatican Media

5.- «Es necesario —en todas partes— que la democracia y la modernización no se queden sólo en palabras, sino que confluyan en un servicio concreto al pueblo (…) Este estilo político realmente democrático es la respuesta más eficaz a posibles extremismos, personalismos y populismos, que amenazan la estabilidad y el bienestar de los pueblos».

6.- «Necesitamos líderes que, a nivel internacional, permitan a los pueblos entenderse y dialogar, y generen un nuevo ‘espíritu de Helsinki’, la voluntad de reforzar el multilateralismo, de construir un mundo más estable y pacífico pensando en las nuevas generaciones. Y para hacer esto es necesario la comprensión, la paciencia y el diálogo con todos. Repito, con todos».

7.-«El peso de la locura insensata de la guerra. Hay demasiado odio y divisiones, demasiada falta de diálogo y de comprensión del otro; esto, en el mundo globalizado, resulta aún más peligroso y escandaloso. No podemos salir adelante conectados y separados, vinculados y desgarrados por tanta desigualdad».

Papa, en Kazajistán
Papa, en Kazajistán

8.- «Cada vez es más apremiante la necesidad de extender el compromiso diplomático en favor del diálogo y del encuentro, porque el problema de algunos es hoy problema de todos, y quien ostenta más poder en el mundo tiene más responsabilidad respecto a los demás, especialmente a los países más expuestos a las crisis causadas por la lógica del conflicto. Esto es a lo que se debería mirar, no sólo a los intereses que redundan en beneficio propio».

9.- «Es precisamente la indigencia la que permite que se propaguen las epidemias y otros grandes males que prosperan en el ámbito de las necesidades y las desigualdades. El mayor factor de riesgo de nuestro tiempo sigue siendo la pobreza».

10.- «Que se mire el bien del ser humano más que a los objetivos estratégicos y económicos, más que a los intereses nacionales, energéticos y militares, antes de tomar decisiones importantes».