La mejor política que propone Francisco

“Fratelli Tutti no es una utopía, pero no llegaremos en dos días a la fraternidad universal” 

Consuelo Madrigal, Alejandro Fernández y Carlos García de Andoin reflexionan sobre ‘La mejor política’ que propone Francisco en la encíclica dentro de las V Conversaciones PPC 

La tarde de las V Conversaciones PPC organizadas mano a mano entre la editorial y el Instituto Superior de Pastoral arrancó con una mesa redonda centrada en el quinto capítulo de ‘Fratelli Tutti’: ‘La mejor política’. 

La directora de la revista Eclessia, Silvia Rozas, moderó un coloquio en el que participaron la fiscal Consuelo Madrigal, el presidente del Partido Popular de Cataluña, Alejandro Fernández, así como el director del Instituto Diocesano de Teología y Pastoral de Bilbao y militante socialista Carlos García de Andoin. 

Fuerza expansiva 

La que fuera la primera mujer fiscal general del Estado, Consuelo Madrigal, defendió que “algunas de las propuestas de esta encíclicas son sueños que se parecen a los de la noche, pero tienen la fuerza expansiva para sostenerse en la vigilia y en los esfuerzos del día y son sueños capaces de cambiar el mundo”. 

“No solo es utópica la propuesta para los políticos, sino que la encíclica transita por un gran profetismo de esperanza, dando un aldabonazo a nuestra conciencia como humanidad”, expuso García de Andoin, que definió al Papa como “un pedagogo de movilizar a la gente”. El político vasco subrayó que “todas las conquistas logradas hoy, fueron sueños en un momento”. Así, recordó como hace un siglo solo estaba escolarizado un 20% de la población y ahora ya se supera el 85%, “aunque queda la asignatura pendiente de África”. 

Humanismo cristiano 

Alejandro Fernández se presentó como un “pragmático” ante el documento papal y se remitió a “aquellos proyectos colectivos” que se han llevado a cabo en las últimas décadas con éxito que “no tienen que ver con la izquierda o con la derecha”. “El humanismo cristiano fue el protagonista de la Transición española y la construcción de la Unión Europea”, apreció el presidente de los populares catalanes que sentenció: “’Fratelli Tutti’ no es una utopía, pero no llegaremos en dos días a esa comunidad mundial presidida por la fraternidad”. 

Al abordar los valores necesarios para hacer realidad esta amistad social que propone el Papa, Madrigal subrayó la pertinencia de promover “la artesanía de la paz” y una ética de valores comunes, una labor que para ella “no solo compete a los políticos sino a toda la ciudadanía”.  Para García de Andoin, urge “mirar el rostro de la persona, con entrañas de una misericordia”. “Cuando un ve al migrante en la patera de frente, se caen todas las ideologías”, añadió. En el día a día del ejercicio de la político, mantuvo la necesidad de no ver al otro como enemigo. 

Apostar por la concordia 

En esta misma línea, Fernández apeló a la necesidad de “concordia”. “La historia siempre premió al que apostó por la concordia y no por el cainismo, aunque ahora esté devaluada”, señaló, con la propuesta firme de “seguir apostando por la política al servicio del bien común”. 

Para huir precisamente de la polarización creciente en todos los ámbitos de la sociedad, Consuelo Madrigal animó a los presentes a “no centrarnos en la diferencia que podemos tener, porque tenemos en común la identidad del alma humana”. “La cultura del encuentro que defiende Francisco es una pauta indispensable a seguir”, suscribió. 

Sociedades fragmentadas 

García de Andoin alertó de que nos encontramos ante sociedades más “fragmentadas e individualistas”. La tendencia impuesta desde Estados Unidos de promover “la polarización de los valores e identidades” en España se ha traducido, según él, en la Guerra Civil, los nacionalismo o la diferencia entre vieja y nueva política. 

“Vender tu alma que culpa a otros seres humanos de tus desgracias se le llama ahora ser valiente y la moderación se ve como cosa de maricomplejines”, lamentó Alejandro Fernández, que llamó a superar esta dinámica

En el 1er Aniversario de la Fratelli Tutti

Fratelli tutti “en una asociación vecinal de barrio” 

Julio P. Pinillos de “La Ladera del Almendro” 

¡ HOMENAJE a la Carta-Encíclica del Papa en su primer Aniversario¡. 
Mil gracias al Papa Francisco por su contundente 
mensaje de que son necesarios los “Movimientos 
populares» y “Mvtos. políticos» para una acción 
transformadora y evangelizadora de la Sociedad. 

A penas se publicó (4-10-2020), leí con verdadera pasión la carta encíclica del Papa 
Francisco “Fratelli tutti». Emi y yo junto a otros seis vecinos del barrio, llevábamos ya un año enzarzados en la creación de una Asociación de vecinos en Rivas que pueda reconducir el atropello urbanístico que, de no corregirse, afectará negativamente al normal desenvolvimiento de unas tres mil familias de nuestro entorno. 

Cuando recibí de Ramón Alario su esquema y proyecto de trabajo sobre la carta del Papa 
–lúcido y sugerente, como acostumbra- para el número 164 de nuestra revista del Moceop”, me convencí del potencial enorme y sabiduría de “Fratelli tutti» para iluminar y alentar la acción socio-popular y la gestión y compromiso políticos en la sociedad actual y, desde luego, para nuestro proceso de Asociación ya que sugiere talante, actitudes y pasos claves para el proceso asociativo que estábamos intentando. 

Al sentir lo bien que se acompañaban las afirmaciones de «Fratelli tutti» con nuestro proyecto-búsqueda de Asociación Vecinal sugerí al Equipo Redactor de “Tiempo de hablar y de actuar» la idea de publicar en el mismo número, 164, estas dos miradas como complementarias –“reflexión y acción juntas-”. Pero, por razones de espacio y para que la “experiencia asociativa de barrio” tuviera un mayor rodaje y consistencia, pareció mejor se publicaran por separado. Así hago. 

Como me estoy refiriendo a lectores que ya tienen el magnífico trabajo de Ramón y 
colaboradores, a él les remito con la indicación que de que se detengan de modo especial en los apartados cuarto y quinto que iluminan y alientan fehacientemente los seis pasos de la experiencia vecinal que presento a continuación, en nombre de su Junta Directiva, como ejemplo de enriquecimiento práctico y operativo del mensaje de la Carta de Papa. 

LA “FT” EN LOS SEIS PASOS DE UNA ASOCIACION VECIAL DE BARRIO 

(“La Ladera del almendro”. Rivas. Madrid) 

1. El trato sencillo de vecindad empezó a convocarnos: -“¿Cómo le llamáis al perro?” 
–“Tobi”. Ya tiene trece años, va siendo viejecito y necesita mimos, como las personas 
mayores…” –“Yo tuve que sacrificar al mío a sus dieciséis, no se tenía…y es muy doloroso» -Por cierto: ¿Qué tal va la salud de tu suegra? -¿Sabes que nuestros hijos van al mismo colegio…? Yo vivo en la calle cerca del Mercadona…, me gustan mis convecinos de calle, nos llevamos bien, los veo con inquietud, estamos empezando a plantearnos alguna cosilla del barrio…en los días de Filomena nos lanzamos a limpiar juntos la nieve de la calle” …- 

“Me encanta subir al monte…sobretodo en noches de luna llena es un espectáculo…» –“A mí también me agrada, aunque veo que se está deteriorando mucho». A fondo: Lo concreto es lo que motiva, lo concreto de cada día: el colegio, la relación vecinal, los hijos, echarse una mano, departir con los de las puertas de al lado, confiarse la llave de casa ante posibles despistes, recoger los paquetes urgentes de los vecinos ausentes… La categoría surge de lo concreto que se acoge. Lo concreto es un regalo que alimenta la escucha-respeto-acogida-silencio-proceso… Es el cocido que cada día calentamos a la lumbre de nuestra propia trébede. 

2. Analizar lo que pasa: -¿Habéis caído en la cuenta de que por nuestra puerta pasan más de cien camiones al día…Y que así llevamos más de un año? -Y lo que nos queda hasta que aplanen el monte ¡aunque sea parte del Parque Regional del Sureste¡ y empiecen a construir la nueva fase de viviendas. -Lo vengo comentando con algunos de mis vecinos próximos: tendríamos que vernos para analizar por qué ocurre todo esto que nos está llenando de ruidos, polvo y barro y –¡lo más grave¡- está dificultando la tranquilidad de nuestra convivencia vecinal. 

A fondo: Surgió la preocupación por lo común: mejorar la peatonalización de nuestras 
calles, que la salida-regreso del trabajo no se colapse, atención con el embotellamiento en las horas punta de los colegios, reorganización del servicio de recogida de la basura. 
“Reunámonos y analicemos qué ocurre y por qué intereses ocurre. ¿Quedamos en mi casa 
el jueves a la seis de la tarde?”. Se fueron abriendo nuestras casas -aunque con las 
cautelas impuestas por la pandemia- y ampliando la mirada y la comunicación de posibles 
proyectos de mejora en nuestro barrio. 

3. Nace el núcleo asociativo, germen de la Asociación Vecinal: Al calorcillo de la mesa 
camilla se nota buen rollo. Abundan espontáneas las sugerencias: Deberíamos 
documentarnos más sobre el tipo de barrio que se asoma a este modo de construcción tan 
aglomerada y con evidente falta de planificación, de viales y de servicios sociales y 
vecinales. Rivas antes no era así. El tráfico se está poniendo difícil en las horas punta… 

“Sería bueno recoger más datos y contrastarlos con otras zonas de Rivas más veteranas y 
cuidadas”. Podríamos escribir algún artículo sereno y positivo en los medios de 
comunicación de Rivas explicando lo que estamos viendo, sintiendo y constatando ¡Así se 
hizo y con buen acierto¡ 

A fondo: Se va generando buen clima de confianza en hacer algo organizado cara a lo 
“asociativo, cultural y barrial”, muy animados por haber logrado –con 200 firmas 
vecinales- una rotonda que está facilitando la viabilidad en nuestro barrio. Apostamos 
claramente por mucha positividad contra el inmediatismo y el negacionismo, por el 
contraste en los análisis, atender a las distintas urgencias y velocidades posibles que nos aconsejan cuidar y reforzar algunas cautelas clave como cultivar el respeto y el 
pluralismo, calcular nuestras fuerzas, procurar no ser ingenuos o precipitados al actuar, reflexionar más a fondo el núcleo del problema y de su abordaje, procurar ampliar lentamente este grupo, ahondar en las actitudes personales y en lo que muchos veníamos urgiendo a los movimientos sociales, ciudadanos y culturales que trabajan en favor de ámbitos urbanos más habitables, abiertos, plurales y generadores de relación vecinal. 

4. ¡Dialoguemos con la Autoridad municipal¡ Porque este es un asunto del barrio, del 
municipio y de las corrientes políticas. Hasta este momento, nuestro «Núcleo 
Asociativo” se había dedicado fundamentalmente a analizar el grave problema de esta 
zona del barrio, a ahondar en sus causas y a procurar un grupo de personas conscientes de la gravedad del mismo y de la urgencia-dificultad de abordarlo. Al ir configurando el proyecto, nos ilusionamos con la tarea a medio y largo plazo y, sabedores de que superaría nuestras fuerzas, decidimos dar otro paso: implicar más e implicarnos más con la Autoridad municipal, crear juntos municipio al ritmo que las circunstancias –movimiento vecinal, leyes, corrientes políticas, etc- vayan permitiendo. 

A fondo: Un nuevo horizonte. 0ptamos por dialogar y confrontar con la autoridad 
urbana, municipal y política nuestros análisis al objeto de recabar datos y de contrastar dificultades, contraofertas, argumentos positivos y negativos cara a su viabilidad. Sin 
prisas porque será un proceso largo. Sin miedos y sin descalificaciones, con lucidez y 
firmeza en el diálogo con la Autoridad municipal que hemos elegido conscientes de que 
este es un asunto de orden municipal y político que va a exigir mucho temple y «saber hacer”, confiados en que interpretamos el deseo manifestado por muchos vecinos de nuestras calles. 

5. Cuáles nos parecen los problemas urgentes a abordar ahora en este barrio antes de 
presentarlos al Ayuntamiento como proyecto viable 
Los puntos mas importantes de nuestro proyecto pasan por: 
-Falta de previsión de infraestructuras que vayan en paralelo e, incluso, se anticipen al intenso desarrollo urbanístico de este barrio. 
-La movilidad es ya un grave problema con las obras y el tráfico de camiones pero lo será aún mayor cuando vengan los nuevos vecinos –que ya están llegando- y no tengan vías adecuadas de entrada y salida. 

-No hay zonas ni espacios de encuentro social-vecinal y cultural (un kiosco y algún local para reuniones-encuentros-charlas y algún local con servicios mínimos de proximidad) – 
-No hay zonas verdes (el «pre-Parque Regional del Sureste» no es zona verde de esta área, sino el parque de todo el Municipio. Y, además, presenta un estado de deterioro importante por lo que urge regular bien sus accesos y procurar su limpieza y reforestación). 

-No hay zonas donde pasear con los bebés en su carrito o “áreas infantiles», tampoco hay zonas deportivas para adolescentes-jóvenes o adultos, ni zonas para encontrarse las personas “mayores”. Faltan muchos árboles que den sombra a esta planicie y un carril bici en este perímetro y que una las parcelas “36” y “38″ de este proyecto urbanístico en las que «plantar» los servicios que faltan. 
– Necesitamos convertir esta vía y área impersona -C/José Isber- en la «plaza del pueblo» para tres mil familias de este entorno. 

Cuando dimos forma a estas reivindicaciones, se lo presentamos al Equipo de Urbanismo 
del Ayuntamiento y a los grupos políticos que lo conforman para su conocimiento, estudio y contraste. 
A fondo. El núcleo asociativo tomaba conciencia del salto cualitativo socio-político en el que entrábamos: los temas grandes de ámbito social y municipal han de abordarse en 
mutua relación y diálogo constructivo con la Autoridad social, municipal y política. Había llegado el momento de aquilatar bien lo que pedíamos y veníamos madurando hace tiempo, cómo presentarlo al Ayuntamiento y cómo defenderlo dentro de un clima que nos iba sonando propicio al diálogo y atento a un cierto número de propuestas viables, 
Percibimos, de entrada, que hubo escucha y buena sintonía –“para su estudio por el 
Equipo técnico».¡Un paso hacia delante muy positivo y alentador¡. 

6. “La solución al problema grave de este barrio pasa por destinar las fincas 
urbanizables adjuntas -«36” y «38”- a la creación de estos servicios» 
Lo dimos muchas vueltas, nos parecía casi un atrevimiento plantearlo así al 
Ayuntamiento. Sabíamos que se barajaban otros usos para estas parcelas. Los amigos 
técnicos a los que pedimos asesoramiento nos calificaban de ilusos y soñadores al tratarse de unos 15.000 metros de superficie. Pero nos atrevimos a “soñar” y se lo planteamos tal cual y formalmente al Equipo Municipal del Ayuntamiento por considerarlo 
imprescindible, si queríamos dar salida al gran problema que se está generando en este 
barrio con visos, incluso, de perdurar y si queríamos calmar un clamor reivindicativo “in crescendo”.Vimos claro que no había otra solución posible si queríamos reparar este 
entuerto-desaguisado de construcción. 

Cuando tuvimos todo diseñado, dibujado y hasta en diapositivas se lo pasamos al 
Ayuntamiento que nos concertó para días próximos una entrevista con el Sr. Alcalde y su 
Equipo. Fue un encuentro de trabajo largo –dos horas-, armonioso y con buena sintonía. 
Todos salimos de la reunión contentos, animados –“¡un gran paso hacia adelante»¡ y 
comprometidos con la tarea en la que nos sentimos embarcados con responsabilidad y 
gozo. Ya solo nos quedaba como tarea a reforzar: el crecimiento progresivo de nuestra 
Asociación «La Ladera del Almendro». Bonita tarea a mimar en la que seguimos. 
A fondo: Sonaba como demasiado ambicioso ¿Era posible y correcto formularlo así ante 
el Ayuntamiento? 

– Nos crecimos en nuestro argumentario y nos hicimos fuertes apelando a las convicciones y actitudes que este “Núcleo Asociativo» tiene como base de actuación. Y al talante dialogante adoptado por ambas partes. 
-Nos parece convincente y motivador este eslogan: “Convirtamos esta vía y área 
impersonal – C/José Isbert o “Montecillos”- en Plaza del pueblo para tres mil familias 
del entorno; convirtamos la distancia en «Encuentro”. 

-Hacemos urbanismo todos juntos: Vecinos Asociaciones, grupos políticos y Ayuntamiento, 
aunque cueste tiempo y sinsabores. 
Agradecimiento a la Encíclica y al Papa-hermano Francisco 
Con esta palabra he empezado mi reflexión, motivada por su contundente mensaje de que 
son necesarios los Movimientos populares y políticos para una acción transformadora y 
evangelizadora de la Sociedad… que contrasta a mi juicio con la “prudencia-cautela- 
matices” que se vienen utilizando en algunos ámbitos de Iglesia al hablar de los 
“Movimientos Populares” y -sobretodo- de los “Movimientos Políticos», de tal modo que mucha gente se siente invitada a no participar en ellos. 

Estos Movimientos, mientras agradecen la argumentación e invitación del Papa a 
comprometerse en el cambio social y eclesial porque “libera” ciertas conciencias, 
manifiestan que no es necesario esperar a que la doctrina sea «oficialmente clara y ortodoxa” para actuar, sino que debemos adentrarnos en el compromiso socio-político 
–también cara/en la comunidad eclesial en la convicción de que “se hace camino al andar 
juntos y revisando” (apelación al Ver-Juzgar y Actuar, como instrumento con el que 
ahondar para crecer buscando) conscientes de que si apelamos a la Revisión de Vida” como método, necesitamos gran lucidez. ¡y valentia-parresía¡ para intentar transformar tanto lo profundo personal como lo estructural de sociedad compleja que vivimos. 

“Ayudando y colaborando en esta Asociación vecinal en “cuarto creciente” invertiremos 
las pocas energías que nos van quedando, sobretodo a algunos ya en «cuarto menguante». 
¡Gracias “FT” . Gracias Papa hermano Francisco¡ ¡Feliz Aniversario¡ 

En el primer aniversario de la Fratelli Tutti

Prefacio del Papa al volumen “Fraternità Segno dei Tempi. Il magistero sociale di Papa Francesco” del Cardenal Michael Czerny y Don Christian Barone 

Francisco: «El Concilio Vaticano II es nuestro ecosistema eclesial y pastoral» 

«La fraternidad será más creíble -escribe el Pontífice- si empezamos también en la Iglesia a sentirnos «fratelli tutti» y a vivir nuestros respectivos ministerios como un servicio al Evangelio y a la construcción del Reino de Dios y al cuidado de la Casa Común» 

«Cada uno de nosotros puede contribuir a realizar la obra del Reino de Dios en el mundo, abriendo espacios de salvación y liberación, sembrando esperanza, desafiando las lógicas mortíferas del egoísmo con la fraternidad evangélica, comprometiéndonos con la ternura y la solidaridad a favor del prójimo» 

«El Reino anunciado por Jesús, por tanto, es una realidad viva y dinámica, que nos invita a la conversión y pide a nuestra fe que salga del estatismo de una religiosidad individual o reducida al legalismo, para ser, en cambio, una búsqueda inquieta y continua del Señor y de su Palabra» 

«En la historia de América Latina en la que he estado inmerso, primero como joven estudiante jesuita y luego en el ejercicio del ministerio, respiramos un clima eclesial que con entusiasmo ha absorbido y hecho propias las intuiciones teológicas, eclesiales y espirituales del Concilio y las ha inculturado y aplicado» 

«A los interrogantes y desafíos del mundo moderno, el Vaticano II quiso responder con el aliento de la Gaudium et Spes; pero hoy, continuando el camino trazado por los Padres conciliares, nos damos cuenta de que es necesaria no sólo una Iglesia en el mundo moderno y en diálogo con él, sino sobre todo una Iglesia que se ponga al servicio de los hombres» 

«El Magisterio del Santo Padre necesita siempre escuchar la historia y necesita la contribución de la teología» 

28.09.2021 | Papa Francisco 

El corazón del Evangelio es el anuncio del Reino de Dios, que es Jesús en persona, el Emmanuel y Dios con nosotros. En efecto, en Él, Dios realiza definitivamente su proyecto de amor para la humanidad, estableciendo Su señorío sobre las criaturas e introduciendo en la historia humana la semilla de la vida divina, que la transforma desde dentro.  

Ciertamente, el Reino de Dios no debe identificarse o confundirse con alguna conquista terrenal y política, pero tampoco debe imaginarse como una realidad puramente interior, personal y espiritual, o como una promesa que sólo concierne al más allá. En realidad, la fe cristiana vive de esta fascinante y convincente «paradoja», palabra muy querida por el teólogo jesuita Henri de Lubac: es lo que Jesús, unido para siempre a nuestra carne, realiza ya aquí y ahora, abriéndonos a la relación con Dios Padre y obrando una liberación continua en la vida y en la historia que vivimos, porque en Él se ha acercado ya el Reino de Dios (cf. Mc 1,12-15); al mismo tiempo, mientras estamos en esta carne, el Reino sigue siendo una promesa, un anhelo profundo que llevamos dentro, un grito que se eleva desde la creación todavía marcada por el mal, que gime y sufre hasta el día de su plena liberación (cf. Rm 8,19-24). 

El Reino anunciado por Jesús, por tanto, es una realidad viva y dinámica, que nos invita a la conversión y pide a nuestra fe que salga del estatismo de una religiosidad individual o reducida al legalismo, para ser, en cambio, una búsqueda inquieta y continua del Señor y de su Palabra, que cada día nos llama a colaborar en la obra de Dios en las distintas situaciones de la vida y de la sociedad. De diferentes maneras, a menudo silenciosas y anónimas, a menudo incluso dentro de la historia de nuestros fracasos y heridas, el Reino de Dios está teniendo lugar en nuestros corazones y en la historia que nos rodea; como una pequeña semilla escondida en la tierra (cf. Como una pequeña semilla escondida en la tierra (cf. Mt 13,31-32), como un poco de levadura que fermenta la masa (Mt 13,24-30), Jesús introduce en nuestra historia los signos de la vida nueva que vino a inaugurar y nos pide que colaboremos con Él en esta obra de salvación: cada uno de nosotros puede contribuir a realizar la obra del Reino de Dios en el mundo, abriendo espacios de salvación y liberación, sembrando esperanza, desafiando las lógicas mortíferas del egoísmo con la fraternidad evangélica, comprometiéndonos con la ternura y la solidaridad a favor del prójimo, especialmente de los más pobres. Nunca se debe neutralizar esta dimensión social de la fe cristiana. Como recordé también en la Evangelii Gaudium, el kerigma de la fe cristiana tiene en sí mismo un contenido social, que invita a construir una sociedad en la que triunfe la lógica de las Bienaventuranzas y un mundo solidario y fraterno.  

La fraternidad, clave 

El Dios amor, que en Jesús nos invita a vivir el mandamiento del amor fraterno, sana nuestras relaciones interpersonales y sociales por medio del amor y nos llama a ser artífices de la paz y constructores de fraternidad entre nosotros: «La propuesta es el Reino de Dios (Lc 4,43); se trata de amar a Dios que reina en el mundo.  

En la medida en que Él consiga reinar entre nosotros, la vida social será un espacio de fraternidad, justicia, paz y dignidad para todos. Por eso, tanto el anuncio como la experiencia cristiana tienden a provocar consecuencias sociales» (Evangelii Gaudium, 180). En este sentido, el cuidado de nuestra Madre Tierra y el compromiso de construir una sociedad solidaria en la que seamos «todos hermanos» no sólo no son ajenos a nuestra fe, sino que son una realización concreta de la misma. 

Este es el fundamento de la Doctrina Social de la Iglesia. No se trata de un simple aspecto social de la fe cristiana, sino de una realidad que tiene un fundamento teológico: el amor de Dios por la humanidad y Su diseño de amor y fraternidad que realiza en la historia a través de Jesucristo Su Hijo, al que los creyentes están íntimamente unidos por el Espíritu.  

Agradecimiento a Czerny y a Barone 

Por ello, estoy agradecido a Card. Michael Czerny y Don Christian Barone, hermanos en la fe, por esta contribución que ofrecen sobre la fraternidad y por estas páginas que, al tiempo que pretenden ser una introducción a la Encíclica Fratelli tutti, buscan sacar a la luz y explicitar el profundo vínculo entre el actual Magisterio social y las afirmaciones del Concilio Vaticano II. 

A veces este vínculo no surge a primera vista y trato de explicar por qué. En la historia de América Latina en la que he estado inmerso, primero como joven estudiante jesuita y luego en el ejercicio del ministerio, respiramos un clima eclesial que con entusiasmo ha absorbido y hecho propias las intuiciones teológicas, eclesiales y espirituales del Concilio y las ha inculturado y aplicado. Para nosotros, los más jóvenes, el Concilio se convirtió en el horizonte de nuestro credo, de nuestros lenguajes y de nuestra praxis, es decir, pronto se convirtió en nuestro ecosistema eclesial y pastoral, pero no teníamos la costumbre de citar con frecuencia los decretos conciliares ni de detenernos en reflexiones especulativas. Sencillamente, el Concilio había entrado en nuestra manera de ser cristianos y de ser Iglesia, y, en el transcurso de la vida, mis intuiciones, percepciones y espiritualidad se generaron sencillamente por las sugerencias de la doctrina del Vaticano II. No había tanta necesidad de citar los textos del Concilio. 

Hoy, probablemente, habiendo pasado varias décadas y encontrándonos en un mundo -también eclesial- profundamente cambiado, es necesario hacer más explícitos los conceptos clave del Concilio Vaticano II, los fundamentos de sus argumentos, su horizonte teológico y pastoral, los argumentos y el método que utilizó.  

El Cardenal Michael y Don Christian, en la primera parte de este precioso libro, nos ayudan mucho en esto. Ellos leen e interpretan el Magisterio social que trato de llevar adelante, sacando a la luz algo que está un poco sumergido entre líneas, es decir, la enseñanza del Concilio como base fundamental, punto de partida, lugar generador de preguntas e ideas y que, por ello, orienta también la invitación que dirijo a la Iglesia y al mundo entero hoy sobre la fraternidad. Porque la fraternidad, que es uno de los signos de los tiempos que el Vaticano II saca a la luz, es lo que necesita nuestro mundo y nuestra Casa común, en la que estamos llamados a vivir como hermanos y hermanas. 

En este horizonte, además, el libro que voy a presentar tiene la ventaja de releer en el presente la intuición conciliar de una Iglesia abierta, en diálogo con el mundo. A los interrogantes y desafíos del mundo moderno, el Vaticano II quiso responder con el aliento de la Gaudium et Spes; pero hoy, continuando el camino trazado por los Padres conciliares, nos damos cuenta de que es necesaria no sólo una Iglesia en el mundo moderno y en diálogo con él, sino sobre todo una Iglesia que se ponga al servicio de los hombres, cuidando la creación y proclamando y realizando una nueva fraternidad universal, en la que las relaciones humanas se curen del egoísmo y la violencia y estén fundadas en el amor recíproco, la acogida y la solidaridad.  

Si esto es lo que nos pide la historia de hoy, especialmente en una sociedad fuertemente marcada por los desequilibrios, las heridas y las injusticias, nos damos cuenta de que esto también está en el espíritu del Concilio, que nos invitó a leer y escuchar las señales que nos llegan de la historia de la humanidad.  

El libro del Card. Michael y de Don Christian tiene también este mérito: nos ofrece una reflexión sobre la metodología utilizada por la teología postconciliar y por el mismo Magisterio social, mostrando cómo está íntimamente relacionada con la metodología utilizada por el Concilio, es decir, un método histórico-teológico-pastoral, en el que la historia es el lugar de la revelación de Dios, la teología desarrolla las orientaciones a través de la reflexión y la pastoral las encarna en la praxis eclesial y social. 

En este sentido, el Magisterio del Santo Padre necesita siempre escuchar la historia y necesita la contribución de la teología. 

Por último, me gustaría dar las gracias al Card. Czerny también por involucrar a un joven teólogo, Don Barone, en este trabajo. Esta unión es fructífera: un cardenal, llamado al servicio de la Santa Sede y a ser guía pastoral, y un teólogo fundamental. Es un ejemplo de cómo se pueden combinar el estudio, la reflexión y la experiencia eclesial, y esto también nos indica un método: una voz oficial y una voz joven, juntas. Así debemos caminar siempre: el Magisterio, la teología, la práctica pastoral, el liderazgo. Siempre juntos. La fraternidad será más creíble si empezamos también en la Iglesia a sentirnos «todos hermanos» y a vivir nuestros respectivos ministerios como un servicio al Evangelio y a la construcción del Reino de Dios y al cuidado de la Casa Común. 

San Pedro, Roma, 3 de octubre de 2021 primer aniversario de los Fratelli tutti. 

Primer aniversario de la Fratelli Tutti

Cardenal Barreto: «‘Fratelli tutti’ nos invita a una solidaridad efectiva y afectiva» 

Francisco

 En el marco del I Aniversario de la Encíclica ‘Fratelli tutti’ del Papa Francisco, el Cardenal Pedro Barreto Jimeno, S.J., Arzobispo de Huancayo, y Presidente de la REPAM comenta los temas centrales de este documento 

«La Encíclica nos da un marco muy amplio de lo que queremos realizar en la misión de la Iglesia, en general, y de lo que nos corresponde en la Amazonia, en particular, ya que somos una Iglesia en movimiento, una Iglesia en salida» 

«Francisco nos pide que busquemos un camino para tener consensos, en que todos estamos en este mundo y en esta humanidad para buscar el bien común, no un interés personal o familiar o de grupo» 

Una encíclica que nos invita a «tomar conciencia de que nuestra historia, una historia de humanidad, de solidaridad efectiva y afectiva, que va a llevar a la humanidad por caminos de luz, de paz, y de justicia» 

27.09.2021 | Manuel Cubías / Renato Martinez 

(Vatican News).- “La Fratelli tutti nos llama a estar con los ojos abiertos para escuchar, discernir y buscar qué es lo que Dios quiere que nosotros hagamos en relación a nosotros mismos, a nuestros hermanos y a la creación”, lo dijo el Cardenal Pedro Barreto Jimeno, S.J., Arzobispo de Huancayo, Primer Vicepresidente de la Conferencia Episcopal Peruana (CEP) y Presidente de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), destacando la importancia de la “Fratelli tutti”, en el marco del I Aniversario de la Encíclica del Papa Francisco. 

El Presidente de la REPAM señaló que, la Encíclica nos da un marco muy amplio de lo que queremos realizar en la misión de la Iglesia, en general, y de lo que nos corresponde en la Amazonia, en particular, ya que somos una Iglesia en movimiento, una Iglesia en salida. 

¿Cuál es la figura de Jesús que nos muestra la Encíclica Fratelli tutti? 

R.- La figura de Jesús es una presencia viva del amor de Dios, personificado en Jesús el verdadero Dios y verdadero hombre. En la Fratelli tutti, el Papa Francisco nos presenta la parábola del Buen Samaritano. El Buen Samaritano, era un extranjero que pasa y ve por el camino a una persona que ha sido asaltada y se involucra en esta situación de sufrimiento, lo cuida y trata por todos los medios de que salga adelante. En cambio, algunos religiosos de ese tiempo pasaron de largo, porque pensaban que tenían cosas más importantes. Este es la llamada de la Fratelli tutti, de estar con los ojos abiertos para escuchar, discernir y qué es lo que Dios quiere que nosotros hagamos. 

La palabra “fraternidad” es central en la Encíclica, de hecho, lo vemos en el título. ¿Cómo el Papa llena de sentido esta palabra y cuáles son las realidades sociales, culturales y políticas a las que desafía con su planteamiento? 

R.- La figura que tiene el Papa Francisco en la Fratelli tutti, por el nombre mismo, es de San Francisco de Asís. Él es el hombre pobre, el hombre sencillo, el hombre que ama a la creación de Dios y que es un modelo por excelencia de una fidelidad y de una vida muy austera, esa pobreza que él vivía es un mensaje muy claro, porque la Fratelli tutti nos invita a tener una vida sobria, una vida fraterna, una vida en diálogo con los demás, para buscar el bien común de todos. 

Cuando leemos la Fratelli tutti, podemos identificar que la fraternidad entre los seres vivos y la memoria, como cultura, como historia, son dos elementos clave para el Papa Francisco a la hora de plantear la necesidad de sanar este mundo herido. ¿Cuál es la propuesta de Francisco para sanar este mundo al que el califica de herido? 

R.- Que busquemos un camino para tener consensos, en que todos estamos en este mundo y en esta humanidad para buscar el bien común, no un interés personal o familiar o de grupo. Por tanto, la Fratelli tutti tiene un llamado a la humanidad entera a preocuparse por los problemas como, por ejemplo, ahora con los efectos gravísimos del cambio climático que hace necesario que todos nos pongamos de acuerdo y esto deriva en un compromiso no solamente evangélico de parte nuestra, de personas de fe, sino un compromiso social de todas las personas de buena voluntad. Y el ejemplo es muy sencillo, en la pandemia tenemos que cuidarnos y cuidar a los demás y creo que este es la medida más acertada para poder paliar las consecuencias que tiene este, yo diría, terrible virus que nos ha afectado a toda la humanidad sin fronteras, igual también pasa con la propuesta mediante un diálogo de verdad, de respeto, y de búsqueda de lo que nos beneficia a todos cuidando la vida y cuidando la creación de Dios. 

Usted es el Presidente de la Red Eclesial Panamazónica, ha trabajado en ella desde los inicios. ¿Cuéntenos, desde la perspectiva de la Fratelli tutti,cómo está red, de la que usted es parte, ha ayudado a concretizar la idea de una Iglesia cada vez más sinodal? 

R.- En principio, la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), ya lleva 7 años muy bien vividos en una experiencia de articulación de los esfuerzos que la Iglesia Católica realiza en la Amazonía. Lo primero que ha hecho es despertar esta necesidad de escucha de la problemática que existe en este bioma, que son cerca de 8 millones de kilómetros cuadrados, con más de 33 millones de personas que viven en ella y 3 millones de miembros de las poblaciones originarias, esas poblaciones originarias a las cuales el Papa Francisco llamó en el 2018, cuando tuvo el primer encuentro con las comunidades amazónicas en Puerto Maldonado, en la Visita al Perú, les dijo: “ustedes son los guardianes de esta tierra sagrada que Dios ha dado con este bioma que somos”. 

Por tanto, yo creo que la Red Eclesial Panamazónica ha recorrido un camino de articulación, de escucha, de discernimiento y de acción que ha posibilitado que la REPAM con sus equipos de personas hayan podido preparar el Sínodo que se realizó en Roma sobre la Amazonia en octubre de 2019. 

Apartir de ahí, la REPAM también siguió en este proceso sinodal para la creación de la Primera Conferencia Eclesial de la Amazonia (CEAMA). Nunca antes en la Iglesia ha habido esta experiencia, yo diría única, una conferencia eclesial no es una Conferencia Episcopal, ahí se ha dado un salto muy grande, porque la iluminación de la eclesiología del pueblo de Dios que peregrina en el mundo con las caricias de Dios y los consuelos de Dios y también con las persecuciones del mundo, como dice San Agustín, va avanzando. Ahora estamos con esta propuesta a nivel de América Latina y que ha servido también de base para todo el proceso sinodal de la REPAM, que el CELAM va a tener que responder y está respondiendo a la convocatoria del Papa Francisco de realizar una Asamblea Aclesial de América Latina, a la luz del documento de Aparecida, en Brasil, en el 2007 y estamos en ese camino. 

El 2023 ya se realizará el Sínodo Universal sobre la sinodalidad. Entonces, estamos en ese camino, es una Iglesia en movimiento y, por tanto, creo yo que la fraternidad, la Fratelli tutti, en concreto, está dando el marco más amplio de lo que queremos nosotros realizar en la misión que nos corresponde en la Amazonia. 

Otro rasgo de nuestro Continente Latinoamericano son las migraciones, no es un fenómeno actual es un fenómeno que viene desde hace décadas, sin embargo, en los últimos días ha adquirido características particulares, como es el caso de Haití, Venezuela y otros países Centroamericanos. ¿Qué nos dice la Encíclica del Papa sobre el fenómeno migratorio que estamos viviendo en estos tintes tan dramáticos? 

R.- En primer lugar, afirma que Jesús fue un migrante, es decir, la migración es desde nuestra fe una experiencia que tenemos que mirar no solamente con los ojos de Jesús sino también de responder de manera efectiva, coordinada, para que esta avalancha de migración que por diversas causas se realiza, sea también parte de la misión evangelizadora de la Iglesia. 

La Iglesia Católica y la Fratelli tutti, por tanto, asume también que la humanidad tiene que comprometerse con este hecho migratorio, es el rostro yo diría, de dolor, de sufrimiento, de la humanidad, más allá también de todos los sufrimientos que causa esta pandemia con consecuencias muy graves en la vida social, familiar, económica. En este sentido, creo yo, que la mirada de Dios desde Jesús al migrante eterno porque está presente en estos hermanos y hermanas y porque tuvo que huir a Egipto habiendo nacido en Belén, porque había amenazas de muerte y ahí hay todo un caminar de la iglesia y un caminar de la humanidad en que todos estamos sumidos. 

En esta experiencia migratoria, hace décadas incluso siglos ha habido de Europa que iban a América Latina, de diversos lugares del mismo Italia, en toda América Latina y El Caribe hay de otros países y todos tenemos también algún antecesor llegado a la patria, donde nosotros hemos nacido, a veces nos olvidamos de eso y esos que protestan, que rechazan a los migrantes estoy seguro que tienen familiares que una vez han tenido que huir de sus propios países por cuestiones políticas, por cuestiones sociales y económicas. Entonces la Fratelli tutti es tomar conciencia de que nuestra historia, es una historia de humanidad, de solidaridad, porque por este camino de la solidaridad efectiva y afectiva, lógicamente, va a caminar la humanidad por caminos de luz, de paz, y de justicia 

Aportes culturales y espirituales de la Fratelli Tutti

Rafael Díaz Salazar: Aportes culturales y espirituales de la Fratelli Tutti para una ciudadanía global.
¿Seremos capaces los cristianos de tomar el programa de esta encíclica y contagiar en nuestros entornos, desde nuestras acciones cotidianas, esta cultura, esta forma de vivir de Jesús, el buen samaritano?
Contracultural porque nos enseña a mirar y ver la realidad de nuestro mundo desde la primacía de los últimos y las últimas; que no son pobres, insistía Rafa, sino “empobrecidos”, por un sistema económico, el nuestro capitalista, que explota, descarta y mata personas.
Contracultural porque nos invita a un amor más allá de la geografía y del espacio, sin fronteras, capaz de hacernos hermanos del extraño o caído en el camino, como lo hizo el buen samaritano.
Nuestro lugar por excelencia tiene que estar en la calle, allí donde el sufrimiento de las personas eleve su grito al cielo
La espiritualidad del buen samaritano es una espiritualidad del corazón, ese tercer ojo de la tradición hinduista, el único capaz de acercarnos al que sufre con entrañas, con misericordia.
“Los verdaderos avances históricos en la humanidad, se abonan con fracasos”
Por | Alberto Ares director del Instituto Universitario de Estudios sobre Migraciones y adjunto a la coordinación del Servicio Jesuita a Migrantes en España Seguir leyendo

Dialogar para construir una sociedad mejor

por Enrique Lluch Frechina
La encíclica ‘Fratelli Tutti’ vino a finales del año pasado para hablarnos, entre otras cosas, del diálogo, especialmente en la política. De hecho, su capítulo sexto se titula “sobre el diálogo y la amistad social”. El punto de partida de ‘Fratelli Tutti’ es afirmar que todos somos iguales en dignidad y que la diversidad es una riqueza. Amar a quien piensa diferente a nosotros es parte de nuestra vocación como cristianos y el encuentro con el discrepante es una manera privilegiada, a través del diálogo, para la amistad social y del encuentro con quien tanto nos puede enriquecer. Seguir leyendo

Charles de Foucauld: un santo Fratelli Tutti

Carlos de Foucauld: el santo ‘Fratelli Tutti’ que canonizará Francisco
El consistorio para la aprobación de las próximas canonizaciones por parte de los cardenales se celebrará el próximo 3 de mayo

La Oficina para las Celebraciones del Papa ha convocado para el próximo lunes, 3 de mayo, el Consistorio Ordinario Público para la autorización de la canonización de 7 beatos. Entre ellos, tras la aprobación de su milagro hace casi un año, está el sacerdote Carlos de Foucauld. En los últimos años estas canonizaciones se han celebrado entre el mes de octubre.
En el orden del día también están el laico mártir Lazzaro Devasahayam, el sacerdote César de Bus, el sacerdote y fundador Luigi Maria Palazzolo, también es el caso de Giustino Maria Russolillo; así como la beata Maria Francesca di Gesù y Maria Domenica Mantovani, ambas también fundadoras.
El hermano de todos
La pasión del Papa argentino por el sacerdote de origen francés es tal que lo situó como referente en la vigilia de oración por el Sínodo de la Familia, como símbolo de una nueva etapa en la pastoral eclesial. “Charles de Foucauld intuyó, quizás como pocos, el alcance de la espiritualidad que emana de Nazaret. Este gran explorador abandonó muy pronto la carrera militar fascinado por el misterio de la Sagrada Familia, por la relación cotidiana de Jesús con sus padres y sus vecinos, por el trabajo silencioso, por la oración humilde”, explicó sobre su biografía. “A través de la cercanía fraterna y solidaria a los más pobres y abandonados entendió que, a fin de cuentas, son precisamente ellos los que nos evangelizan, ayudándonos a crecer en humanidad”, añadió.
El papa Francisco, antes de ofrecer dos oraciones, también acude al nuevo santo en el cierre de su nueva encíclica ‘Fratelli Tutti’ con una mención a algunos referentes que son una inspiración en su vivencia de la “fraternidad universal” que propone a través de las páginas del documento. Lo define como “persona de profunda fe, quien, desde su intensa experiencia de Dios, hizo un camino de transformación hasta sentirse hermano de todos”.
De Foucauld escribe Francisco que “fue orientando su sueño de una entrega total a Dios hacia una identificación con los últimos, abandonados en lo profundo del desierto africano”. En este sentido, el Papa resalta su manera de evangelizar –tan lejana al proselitismo clásico– era poniendo en práctica su “deseo de sentir a cualquier ser humano como un hermano”; como cuando “pedía a un amigo: ‘Ruegue a Dios para que yo sea realmente el hermano de todos’”. Y, concluye Francisco: “Quería ser, en definitiva, ‘el hermano universal’. Pero solo identificándose con los últimos llegó a ser hermano de todos. Que Dios inspire ese sueño en cada uno de nosotros. Amén”.
Volver a la vida de Nazaret
El 1 de diciembre de 1916 unos forajidos atacaron la ermita en la que vivía en el desierto argelino el trapense Carlos de Faucauld. Tenía 58 años y en su vida había pasado etapas como la de militar –era vizconde de cuna– o geógrafo en Marruecos. Una peregrinación a Tierra Santa y otras experiencias en Francia –especialmente gracias a un sacerdote ejemplar– y el Itinerario Otomano le llevaron a una Trapa en la actual Turquía donde compondría su oración del abandono –“Padre, me pongo en tus manos…”–. Tras ordenarse sacerdote en 1901 se establece en el Sahara argelino donde combatirá la esclavitud de los bereberes y tuaregs…
En los 15 años que pasó en el desierto como ermitaño en Béni Abbès, en Hoggar y en Tamanraset estudió la lengua y la cultura tuareg y vivió su ministerio desde la vivencia de su vida consagrada, marcada por la experiencia de haber vivido 3 años en Nazaret donde fue jardinero en un monasterio de clarisas en el que reparó una caballa. En el desierto fraguó una idea de fraternidad que practicó con el ejemplo como único modo de evangelización o creó el ‘rosario del amor’ para cristianos y musulmanes.
Historia de una conversión
Siempre cuentan que en 15 años en Argelia, Carlos de Faucauld no convirtió ni a uno solo de los tuareg a los que tanto defendió y tanto quiso –y eso que hay quien cree que el pobre trapense fue hasta su último día un infiltrado de la colonización francesa–. Sin embargo está su propia conversión, su encuentro con el Dios vivo a través de la vuelta a Belén, a Nazaret y vivir la hospitalidad y siendo alabanza a Dios con su vida ante la humanidad a través de la pobreza y el amor al prójimo.
Sin embargo, quienes hoy beben de sus espiritualidad se cuentan por millares. “Carlos de Foucauld ha influido de modo notable en la espiritualidad del siglo XX, y sigue siendo, en este principio del tercer milenio, una referencia fecunda, una invitación a un estilo de vida radicalmente evangélico, y esto más allá incluso de quienes pertenecen a las diferentes agrupaciones que forman su numerosa y diversificada familia espiritual”, destacó el cardenal José Saraiva Martins en su beatificación.

Jornadas del FICRT

Silvia Martínez Cano: “La religión no es propiedad de algunos, es una experiencia de Dios, y es plural”

Jumaa AlKaabi: «La firma del documento entre el Papa Francisco y el gran imán de Al-Azhar ha fijado los cimientos de valores como la paz, la libertad de credo, la cultura de la tolerancia, la ética»
Juan García Gutiérrez: «El texto puede dar sentido y alma a nuestro tiempo. Casi a la altura de la Declaración de los Derechos Humanos”
Jesús Bastante: «La comunicación es esencial para un mundo cada vez más interconectado. Pero una comunicación sana, que no tenga miedo de contar la verdad, aunque duela, pero que no haga del dolor, del conflicto, de la tragedia, el motor de su trabajo. De lo contrario, mejor haríamos en apagar el ordenador y dejar de escribir»
“La religión no es propiedad de algunos, es una experiencia de Dios, y es plural. La convivencia juntos nos ayuda a esto. Así reducimos las expresiones fundamentalistas”. La teóloga Silvia Martínez Cano fue la encargada de abrir las jornadas de FICRT (Fundación for Islamic Culture and Religious Tolerance) sobre ‘El documento de la Fraternidad Humana: caminos de tolerancia y convivencia pacífica’ Seguir leyendo

Constituirnos en un nosotros

Es preciso recuperar hoy la centralidad de lo común
Nadie está a salvo, si todas y todos no estamos a salvo
No somos mercancía en manos de políticos y banqueros
Francisco en “Fratelli Tutti”, tras interpretar el tiempo presente, nos invita a la acción: “Esta pandemia obliga a repensar nuestras relaciones, la organización de nuestras sociedades” (33).
Los profetas del neoliberalismo proclamaron en los años ochenta: ”No existe eso que llamamos sociedad. Hay hombres y mujeres individuales, y hay familias” (Margaret Thatcher). El resultado han sido décadas de individualismo posesivo, privatizador que ha saqueado lo público. Es preciso hoy recuperar la centralidad de lo común.
“Se necesita una comunidad en la que nos ayudemos unos a otros a mirar hacia delante, como una única humanidad, como hijos de esta misma tierra… Esta pandemia obliga a pensar en los seres humanos, en todos, más que en el beneficio de algunos” (8). “Nadie está a salvo, si todos no estamos a salvo”, aseguran los epidemiólogos
Y hablar de “lo común” es hablar de “lo político”: el lugar donde se articulan los proyectos comunes con los intereses e ideologías particulares de personas, grupos y países diversos. Lo que la doctrina social de la iglesia define como “el más alto grado de caridad”: “Una caridad social y política. Para muchos la política hoy es una mala palabra. Pero, ¿puede funcionar el mundo sin política? ¿Puede haber un camino eficaz hacia la fraternidad universal y la paz social sin una buena política?” (176).
También en la opinión pública asistimos a este redescubrimiento: que la seguridad no es sólo una cuestión de orden público, sino de unas condiciones sanitarias, sociales, económicas, medioambientales que han de ser garantizadas por las instituciones. Las encuestas constatan una actitud cada vez más favorable a que el Estado asuma su papel. No es cierto que estemos ante el dilema entre morir por el virus o morir de hambre. Para resolver ese dilema están las políticas sociales.
”La política que necesitamos no debe someterse a la economía y ésta no debe someterse al paradigma eficientista de la tecnocracia» (177). Son la economía y la técnica las que deben ponerse al servicio de un proyecto que construya estructuras sociales donde todas las personas puedan vivir con dignidad. “La caridad implica una eficaz transformación que lo abarca todo: las instituciones, el derecho, la ciencia, la técnica, los procedimientos administrativos. No hay vida privada digna si no es protegida por un orden público, por un mínimo de bienestar» (164).
“Una sana política que no esté sometida al dictado de las finanzas, tenemos que llevar la dignidad humana al centro y que, sobre ese pilar, se construyan las estructuras sociales alternativas» (168). “No somos mercancías en manos de políticos y banqueros”, decía la pancarta inaugural del 15-M. La pandemia ha revelado que existen bienes y servicios que deben quedar fuera de las leyes del mercado.
Para lograrlo se hace necesario que los Estados recuperen su capacidad de acción política. “Asistimos a un debilitamiento del poder de los Estados nacionales, sobre todo porque la dimensión económico-financiera, de características transnacionales, tiende a predominar sobre la política” (172). Los grandes fondos de inversión, por su propia lógica, no tienen en cuenta los intereses sociales ni medioambientales, ya que no se responsabilizan más que de aumentar la cuenta de resultados. Para ellos, los derechos fundamentales a la salud, la vivienda, el agua, etc., sólo son activos financieros con los que especular y enriquecer a sus accionistas.
Son los Estados los que mejor pueden garantizar el bien común de los ciudadanos. Los Estados de Bienestar fueron posibles gracias a esta intervención pública para regular la vida económica al servicio del interés general. En su estela, nuestra Constitución proclama: “Toda la riqueza del país en sus distintas formas, y sea cual fuere su titularidad, está subordinada al interés general. Mediante ley se podrá reservar al sector público recursos o servicios esenciales, cuando así lo exigiere el interés general” (Art.128).
No se trata de establecer un capitalismo compasivo, benefactor, sino de organizar la vida económica de manera que todos puedan acceder a un trabajo decente y una vida digna. “El gran tema es el trabajo. Esa es la mejor ayuda, el mejor camino hacia una existencia digna. Ayudar a los pobres con dinero debe ser siempre una solución provisoria para resolver urgencias. El gran objetivo deberá ser permitirles una vida digna a través de un trabajo decente, con derechos» (162).
Asimismo, a nivel internacional: “No hay modo de resolver los graves problemas del mundo pensando sólo en formas de ayuda mutua entre individuos o pequeños grupos. La inequidad obliga a pensar en una ética de las relaciones internacionales” (126). “Son necesarias instituciones internacionales más fuertes y eficazmente organizadas, con autoridades designadas equitativamente por acuerdo entre los gobiernos nacionales, y dotadas de poder para sancionar» (172).
Instituciones que puedan decidir y regular sobre prácticas que, en la actualidad, obedecen a la ley del más fuerte: las “guaridas fiscales” que vulneran la justicia fiscal evadiendo impuestos, los “fondos buitre” que esquilman a países y grupos sociales vulnerables, los tratados llamados de “libre” comercio, las migraciones de trabajadores, “la deuda externa que, no sólo no favorece el desarrollo de los países pobres, sino que los limita y los condiciona, ya que compromete su subsistencia y crecimiento” (107).
“Sobre el cuidado de la casa común”, subtitulaba Francisco su carta sobre la ecología, “Laudato si”. En “Fratelli Tutti”, sobre la reconstrucción tras la pandemia, invita a hacerlo estableciendo instituciones políticas y económicas comunitarias: “Necesitamos constituirnos en un “nosotros” que habita la casa común” (17)

La fraternidad que apremia

Por Felisa Elizondo.
Fratelli tutti es la última encíclica del papa Francisco en la que, según lectores atentos, expresa un sueño. Pero un sueño que incita a actuar. Porque, a la denuncia de las formas graves de descartar o de ignorar a los otros, que se dan hoy mismo en la sociedad, contrapone la posibilidad de que el respeto y el amor reorienten las relaciones. Que la fraternidad y la amistad social se abran paso en los mundos de la religión, la política, la economía y la cultura. Seguir leyendo