En un contexto en el que las Sentencias del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) está resolviendo las demandas planteadas por el Frente Polisario, la presidencia española del Consejo y las citas electorales se vuelven inminentes; el Presidente del Gobierno de España y su Ministro de Exteriores siguen actuando premeditadamente, de espaldas a las Cámaras y a la sociedad civil española, para seguir dando pasos en dirección a su errática decisión sobre el Sáhara Occidental. Deciden seguir caminando a contrarreloj en contra de la legalidad internacional.
Este hecho demuestra la desesperación del Gobierno de España ante la ausencia de resultados significativos traídos por la «nueva etapa» de relaciones con Marruecos. El Gobierno ha perdido toda posibilidad de iniciativa, es Marruecos quien maneja el ritmo, fija y determina los tiempos de las relaciones entre ambos países.
Es sumamente preocupante que en vez de rectificar su decisión y volver a la senda del Derecho Internacional, el presidente del Gobierno siga tomando decisiones como la de negociar con la potencia ocupante del Sáhara Occidental, Marruecos, cuestiones que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea ya estableció –entre otros extremos– en sentencia del 27 de febrero de 2018. El Tribunal concluyó que Marruecos carecía de soberanía –además de sobre el espacio terrestre– sobre las aguas y el espacio aéreo del Sáhara Occidental.
Mientras no concluya el proceso de descolonización que permita ejercer al pueblo saharaui su legítimo e inalienable derecho a la autodeterminación e independencia, España seguirá siendo la responsable de cuanto ocurra en el territorio ocupado
Por lo tanto, aunque el Gobierno de Sánchez pretenda ahora atribuirle una «gestión» del espacio aéreo, la soberanía del espacio aéreo del Sáhara Occidental, desde un punto de vista jurídico, pertenece al pueblo saharaui y corresponde en última instancia a España –tal y como la OACI atribuye hasta el momento– la gestión de este por ser la potencia administradora del territorio del Sáhara Occidental.
En ese sentido, mientras no concluya el proceso de descolonización que permita ejercer al pueblo saharaui su legítimo e inalienable derecho a la autodeterminación e independencia, España seguirá siendo la responsable de cuanto ocurra en el territorio ocupado ilegalmente por Marruecos.
Asimismo, la idea de la apertura de una extensión del Instituto Cervantes en la ciudad ocupada de El Aaiún es cuestionable jurídicamente y ensombrece la credibilidad de una institución como el Instituto Cervantes, que de este modo se pone al servicio de Marruecos para blanquear la ocupación militar del SO, a sabiendas de la naturaleza política y jurídica del territorio y la extensa documentación que atestigua las constantes violaciones de Derechos Humanos que sufre el pueblo saharaui por parte de las fuerzas marroquíes en la parte ocupada del Sáhara Occidental
El Polisario advierte que no habrá paz mientras no se descolonice el Sáhara Occidental
El Movimiento de Liberación Saharaui asegura que la escalada de tensiones en la región terminará cuando el pueblo saharaui ejerza su derecho a la autodeterminación.
El Frente POLISARIO insiste en que el conflicto del Sáhara Occidental esuna cuestión de descolonización inconclusa por parte de España, que sigue siendo potencia administradora del territorio.
El delegado del Frente POLISARIO en España, Abdulah Arabi, ha recodado al Gobierno de España que “no habrá ningún atisbo de estabilidad, paz y seguridad en el norte de África si no se resuelve la descolonización del Sahara Occidental”.
“Mientras no se permita ejercer al pueblo saharaui su Derecho a la autodeterminación e independencia no cesará la escalada de tensiones en la región, ha insistido.
En un comunicado sobre la Reunión de Alto Nivel hispano-marroquí, el delegado del POLISARIO ha manifestado que el perseguido encuentro solo ha sido posible por el beneplácito del régimen marroquí en respuesta “al posicionamiento del presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, con respecto al Sáhara Occidental, al defender la idoneidad de la solución propuesta por Marruecos, obviando “que se trata de una cuestión de descolonización inconclusa por parte de España, la cual sigue siendo potencia administradora del territorio”.
En este sentido, Arabi señala que España debería abanderar el apoyo a Staffan De Mistura en su labor como Enviado Especial del Secretario General de Naciones Unidas y “asumir la centralidad que le corresponde en la descolonización del territorio”.
“No obstante, -añade- el presidente del Gobierno y 11 ministros de su mismo partido han firmado varios acuerdos en diferentes materias. Entre los acuerdos comerciales y la política migratoria, no ha habido tiempo para hablar de la alarmante situación de los Derechos Humanos en el territorio ocupado del Sahara Occidental”.
Ante esta situación, para el F. Polisario solo existen dos posicionamientos posibles: por una parte, el apoyo sin ambigüedades a los procesos políticos de Naciones Unidas y la Unión Africana para llegar a una solución política, justa y definitiva, o, por otra, ignorar las imposiciones del Derecho Internacional y continuar supeditando los intereses de España a los deseos caprichosos del Reino de Marruecos”.
Sin embargo, Arabi apunta que el presidente del Gobierno de España parece haber optado por la segunda según sus declaraciones: “(…) compromiso de respeto mutuo en nuestro discurso y en nuestra práctica política vamos a evitar todo aquello que sabemos que ofende a la otra parte, especialmente lo que afecta a nuestras respectivas esferas de soberanía”. Desde el Frente POLISARIO entienden que “se trata de una alusión que afecta de manera directa al estatuto distinto y separado del Sáhara Occidental respecto de Marruecos, el cual ha sido, entre otros, reconocido por reiterada jurisprudencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea”.
El POLISARIO insiste en que “mientras no se permita ejercer al pueblo saharaui su derecho a la autodeterminación e independencia, no cesará la escalada de tensiones en la región”, que “la RASD es una garantía de estabilidad” y que un Estado saharaui libre e independiente es la solución, entre otros aspectos,” porque reconocer su existencia, implicará dejar de supeditar las relaciones con Marruecos al chantaje y la corrupción”.
Así ha cambiado el conflicto del Sáhara Occidental desde el último Congreso del Frente Polisario
En los últimos tres años se ha roto el alto al fuego con Marruecos y España ha cambiado su posición histórica. Desde este viernes, el Polisario debate su estrategia a corto y medio plazo para avanzar en una solución a un conflicto enquistado.
El presidente de la RASD y líder del Polisario, Brahim Gali, durante un discurso en el campamento de Djala con motivo del Día de la Unidad Nacional saharaui. —
Por MIGUEL MUÑOZ
Era diciembre del año 2019. La localidad de Tifariti, en los denominados territorios liberados del Sáhara Occidental, acogía el XV Congreso del Frente Polisario. En la parte orgánica, seguía al frente Brahim Gali, secretario general desde 2016, tras la muerte de Mohamed Abdelazziz. En lo político, más allá de la apuesta incansable por la autodeterminación, se ponía el foco también en la lucha judicial a nivel europeo por el asunto de la explotación de los recursos naturales de su territorio por parte de Marruecos. Tres años después, el campamento de Dajla acoge la XVI edición del Congreso. Entre medias, una sucesión de acontecimientos en torno al conflicto sin precedentes en las últimas décadas.
Ya desde hace unos cuantos años atrás el Frente Polisario dejaba caer la posibilidad de la vuelta a la lucha armada ante el enquistamiento de un conflicto que se alarga cada vez más en el tiempo. Pero ese paso todavía no se había dado. Se quedaba únicamente en la dialéctica, también durante el último Congreso. Todo iba a cambiar menos de un año después del XV Congreso. El foco se situaba en Guerguerat, una zona situada en el límite sur del territorio ocupado del Sáhara Occidental, entre el muro marroquí y la frontera con Mauritania.
Esta zona está considerada como «tapón», ya que, según los acuerdos de paz de 1991 ninguna de las partes del conflicto puede usarla. Sin embargo, desde el año 2017 Marruecos había comenzado una obra de asfaltado en la carretera del lugar para conectarse con el norte de Mauritania. Ocurrió entonces que varios activistas saharauis, en octubre de 2020, organizaron una protesta para bloquear la carretera y las obras.
El 13 de noviembre el Polisario denunciaba públicamente que Marruecos había roto el alto el fuego, vigente desde 1991, al intervenir militarmente para sofocar la protesta de los saharauis. Dos días después, Gali oficializó la ruptura del alto el fuego y declaró en nombre del Frente Polisario el estado de guerra. El Ejército saharaui comenzaba entonces a movilizarse, a desplazar tropas y a localizar objetivos militares de Marruecos.
En paralelo, la situación de los campamentos saharauis, al otro lado del muro y en el territorio argelino de Tinduf, vivían una situación complicada. La pandemia de coronavirus había paralizado el mundo a principios del año 2020, poco después del XV Congreso. La ayuda humanitaria se resintió sobremanera al estar cerradas las fronteras. Miles de personas refugiadas notaron cada vez más la falta de suministros. Además, durante ese año (también en 2021) se interrumpió el programa Vacaciones en Paz, mediante el cual miles de niños y niñas viajan en verano a España para hacerse reconocimientos sanitarios y escapar del infierno climático del verano en el desierto. El coronavirus iba a tener también un protagonismo especial más adelante para el Polisario.
Pero no solo la guerra iba a remover los cimientos del conflicto. En diciembre de 2020 irrumpía por sorpresa en escena el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Ya había perdido las elecciones de su país y saldría del Gobierno poco después. Pero mediante un tuit anunciaba que reconocía la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental. El acuerdo incluía que los marroquíes, con el rey Mohamed VI a la cabeza, establecieran de nuevo relaciones diplomáticas con Israel.
La jugada a nivel geopolítico fue sorprendente. Y un regalo envenenado para el presidente electo, Joe Biden. Ningún país reconocía de forma explícita la soberanía marroquí sobre el Sáhara. De hecho, según diferentes expertos jurídicos, es algo que va contra el Derecho Internacional, ya que la ONU considera el territorio saharaui como pendiente de descolonización. La decisión de Trump, sumada a la declaración de guerra, volvió a poner el foco en un conflicto largo que en muchas ocasiones ha pasado de puntillas a nivel mediático y político. El Factor EEUU en el conflicto iba a ser usado más adelante para justificar decisiones del Gobierno español.
El ‘caso Gali’, Ceuta y el aval a la autonomía
El coronavirus, como se mencionaba anteriormente, seguía campando a sus anchas a lo largo del mundo. También llegó a los propios dirigentes saharauis. En concreto, al propio Gali. Mediante una filtración en los medios de comunicación se conoció que en abril, el líder del Frente Polisario y presidente de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), viajó a España con nombre falso e ingresó en un hospital de Logroño para ser tratado de la covid.
Aquello fue una bomba política. Marruecos pidió explicaciones y advirtió que la acogida tendría consecuencias. El PP de Pablo Casado quiso desgastar al Gobierno de Pedro Sánchez con este asunto. Una serie de personas con vínculos claros con Marruecos, como fue informando Público de forma puntual, judicializó el asunto y llevó también a los tribunales a la ministra de Exteriores, Arancha González Laya.
Marruecos retiró incluso a su embajadora de España. La crisis diplomática creció y en mayo se produjo un acontecimiento especialmente llamativo. El país vecino permitió y alentó la entrada en Ceuta de miles de personas, muchas de ellas menores de edad. Fue quedando claro, por diferentes declaraciones de cargos políticos marroquíes, que esa acción estaba relacionada con Gali. En realidad, no solo con la acogida del líder del Polisario, sino con la posición histórica del Gobierno español respecto al Sáhara Occidental. La llamada «neutralidad activa» en la que no se apostaba de manera clara por ninguno de los actores en contienda y se mantenían buenas relaciones con ambos y también con otro actor clave como Argelia.
Aquella situación enfadó mucho a Sánchez. En unas declaraciones que han quedado para la historia de la hemeroteca por todo lo que iba a suceder el año siguiente, el presidente afirmó: «Me parece absolutamente inaceptable, porque no es aceptable decir que se atacan las fronteras por desavenencias en política exterior», afirmó entonces.
Pero en julio llegó la reestructuración del Gobierno de España, en el que cambiaron a siete ministros. Entre ellos, González Laya, cuyo cese se achaca a la gestión de la crisis con Marruecos. Entró en su lugar una persona muy cercana a Sánchez y con perfil diplomático: José Manuel Albares. Su misión principal iba a ser reconducir las relaciones con Marruecos. En paralelo, durante el mes de octubre, el secretario general de la ONU, António Guterres, designó al diplomático italosueco, Staffan de Mistura, como nuevo enviado especial para el Sáhara. El puesto estaba vacante desde la renuncia del alemán Horst Köhler en 2019.
Albares ya se había puesto en marcha de manera discreta. El Gobierno saludó con entusiasmo la llegada del enviado especial de la ONU. Mientras, tejía una nueva estrategia con Marruecos de la que poco o nada se sabía públicamente. La crisis era profunda, no había embajadores y las fronteras de Ceuta y Melilla no se habían reabierto desde el comienzo de la pandemia. Todo saltó por los aires en la tarde del viernes 18 de marzo. La Casa Real de Marruecos desveló una carta de Sánchez a Mohamed VI en la que destacaba el plan de autonomía que propone Marruecos para el Sáhara Occidental como la opción «más seria, realista y creíble» en la solución del conflicto.
Aquello cayó como una bomba política y desató diferentes críticas. También el desconcierto en el propio PSOE, un partido con muchos integrantes vinculados a la causa saharaui. Las críticas llegaron de todos los grupos parlamentarios, de izquierda a derecha, incluidos los socios de Unidas Podemos. También de Argelia, que poco después anunció la ruptura de relaciones. El Frente Polisario hizo lo propio más adelante alejándose del PSOE pese a que sus contactos habían sido bastante estrechos durante décadas.
El foco sobre el Sáhara Occidental se fue perdiendo poco a pocos tras meses en el candelero. La guerra, por su propia naturaleza, no se encuentra en primer plano. Y en Marruecos además es ignorada de forma deliberada. En este principio de año, con la celebración del XVI Congreso del Polisario y poco después la Reunión de Alto Nivel (RAN) entre Marruecos y España, el asunto vuelve a estar sobre la mesa. Ambas citas serán clave en el futuro inmediato de un conflicto cuya solución no parece estar cerca tras más de 45 años.
Comunicado urgente del Frente Polisario tras la confirmación del idilio Mohamed VI y Pedro Sánchez
COMUNICADO
A raíz de las palabras del rey de Marruecos Mohamed Vi, el Frente Polisario reitera que el territorio del Sáhara Occidental sigue siendo uno de los 17 Territorios No Autónomos pendientes de descolonización y, por consiguiente, España sigue siendo la potencia administradora de la última colonia de África, según una nota de la Delegación saharaui en España.
Asimismo, el Frente Polisario recuerda que la Resolución 34/37 de la Asamblea General de la ONU, de 21 de noviembre de 1979, califica de ocupación la presencia de Marruecos en el Sahara Occidental.
«España debe asumir la claridad y contundencia del derecho internacional respecto a la cuestión del Sáhara Occidental pero lamentablemente, ha optado por ignorar y desacatar lo establecido por el derecho internacional y la legalidad internacional», reza la breve nota de la delegación saharaui en España. Y agrega: «ningún país del mundo puede modificar la naturaleza jurídica del Sáhara Occidental mientras no se pronuncie el pueblo saharaui mediante un referéndum de autodeterminación tal y como estipulan y reclaman las resoluciones de las Naciones Unidas.
La delegación del Frente Polisario subraya que cualquier «posicionamiento contrario al derecho internacional, lejos de agilizar la resolución de la cuestión del Sáhara Occidental, lo complica aun mas y aleja cualquier posibilidad de paz y estabilidad en una región de vital importancia para Europa y España»
Sáhara Occidental. Entrevista a Alisalem Babeit, representante del Frente Polisario: «Aunque Marruecos intente negarla, la guerra existe y no hay otra alternativa» (audio)
Por Carlos Aznárez y María Torrellas, Resumen de Medio Oriente, 20 de julio de 2022.
Alísalem Babeit actúa como representante del Frente Polisario en Cantabria (Estado español) y es uno de los tantos saharauis que están convencidos que la guerra que libran contra la monarquía marroquí es justa, ya que no les han dejado otra opción a su pueblo. Durante años han buscado un referéndum, pero ni España, ni Francia ni la ONU han colaborado para que se dé esa instancia, de allí que ahora solo hablan las armas.
-Puedes darnos un cuadro de situación sobre en qué momento está la guerra que enfrenta nuevamente al Frente Polisario y a Marruecos
-Después de tantas provocaciones de Marruecos y de la ruptura del alto el fuego por parte de dicho país, mientras la misión de la ONU seguía mirando a otro lado, el presidente saharaui Brahim Galli hizo un decreto y a partir de ahí se empezaron a realizar ataques puntuales. Eso ocurrió hace casi dos años y hoy esta lucha prosigue. Claro está, que a Marruecos ni a sus aliados les interesa visbilizar esa información. Desde España se intentó llevar una delegación con periodistas, para que ellos sean los primeros, después de un año, en sacar a la luz que hay una guerra.
-Una guerra con todas sus consecuencias…
Hay una guerra real, existe, todos los días nuestros combatientes están atacando puntos estratégicos del enemigo, tanto al sur como al norte, esto en la prensa nuestra sale todos los días con balances militares. La guerra está aunque Marruecos intenta ocultarla, junto con sus medios lacayos. Existe, hay bajas diarias, hay ataques en zonas donde ellos tienen concentradas una mayor cantidad de bases y comandos. Diariamente están sometidos a bombardeos, a ataques con artillería y de momento no se hizo una gran operación, pero con el tiempo seguramente ya sabrán nuestros estrategas militares cómo y cuándo hacerlo. Esto está en sus manos. Respecto de la información, nuestros enemigos intentan negarla, prácticamente todos los medios occidentales no quieren decirlo ni mencionar lo que realmente ocurre. La guerra es un hecho real, si alguien quisiera demostrarlo con pruebas, puede venir a los campamentos y el Polisario les llevará al frente para verlo y documentarlo. Como se hizo con la delegación que salió de Madrid con nuestra delegación central.
-Hay un tema que no me queda claro en esta guerra: Marruecos tiene aviones, tiene helicópteros, todo lo que no tiene el Frente Polisario, ¿cómo hacen para eludir la ofensiva militar aérea, cómo hacen para moverse en el desierto frente a este tipo de armamento objetivamente superior?
-Nuestros guerrilleros, nuestros combatientes son expertos en ese ambiente geográfico, pero Marruecos sólo ataca civiles, los drones los utiliza contra civiles. Rara vez atacaron zonas donde no teníamos defensa antiaérea, es decir que hemos tenido víctimas porque estaban fuera de la zona de defensa de nuestro ejército. Pero nosotros sí tenemos buena defensa antiaérea, de momento han atacado la frontera con Mauritania, dejando un saldo de muchas víctimas civiles. Nuestras tropas están a salvo porque se autodefienden y tienen su defensa para evitar esos ataques, sin embargo, Marruecos ataca a civiles saharauis y también han atacado a mauritanos y argelinos. Han atacado a camiones argelinos, han quemado los camiones de civiles que eran comerciantes, pero en la zona nuestra, pegada al muro, hasta el momento, no han sido capaces de atacar a nuestras unidades del ejército. Por esa razón nuestro ejército se desplaza y controla para atacar, cuándo y donde.
-¡En algún momento se ha planteado el Frente Polisario llevar la guerra al interior de Marruecos, y por otra parte cómo se vive esta guerra en las zonas saharauis ocupadas, como El Aaiún y otras similares?
-Realmente, respecto de ir al interior, no te puedo responder, porque está en mano de los estrategas militares, y eso lo decide el gobierno saharaui. Pero no es imposible. En tiempos anteriores lo han hecho, son capaces de hacerlo, el muro no impide la penetración de los soldados saharauis, de los guerrilleros. Respeto de los ciudadanos saharauis en la zona ocupada, la manera de resistir, como habeis visto el caso de Sultana Jaya que ha estado encerrada más de 500 días en su propia casa. Han habido otros casos que les amenazan, les encarcelan, y a pesar de ello, siempre encuentran manera de manifestarse en contra de lo que les están haciendo, en algunos medios y en las manifestaciones que se dan en las calles. Hay una resistencia organizada en el interior, y hay activistas que expresan las cosas que se hacen, mediante algunos periodistas que nos pasan la información de las manifestaciones y reivindicaciones. Pero una vez que hay contacto con delegaciones que vienen del exterior, siempre se ha expresado ese grado de resistencia a través de testigos Ahí está el cado de los norteamericanos que estuvieron con Sultana, que vieron con sus propios ojos lo que le estaba sucediendo, y Sultana Jaya es un caso de los miles que están ocurriendo. Ella fue más visible para el mundo del activismo, de los derechos humanos, pero hay muchos casos parecidos, incluso otros que están encarcelados solo por el hecho de expresar que son saharauis. y esa es la condena que vive nuestro pueblo en la zona ocupada.
-Vamos a hablar un poco de los campamentos de refugiados y refugiadas, vamos a explicar que es allí, que cuando empieza el éxodo desde los territorios realmente saharauis, del Sahara Occidental hacia Mauritania y Argelia se forman estos campamentos hace muchos años. Luego hubo una pausa de la guerra esperando un referéndum de la ONU que nunca se dio, y ahora estamos en guerra nuevamente. La situación sabemos que es difícil después de la pandemia, de haberse cerrado las fronteras.
-La situación de los campamentos pasa porque hay carencia de alimentos, de medicamentos. Después de la apertura de fronteras se empezó a recuperar un poco pero hay mucha carencia realmente, cuando empieza la guerra cambia la mentalidad, cambia el movimiento, cambia absolutamente todo. Ahora estamos en situación de guerra, por lo tanto, vuelve el terror a las mujeres, los hombres se están yendo al frente y esa es la situación, se vuelve a los años de principio del exilio. Claro, ahora las mujeres está jugando un rol fundamental en los campamentos, en el reparto de alimentos, distribución de agua, control de las enfermedades, ya que hay comisión sanitaria y se han reactivado y son las que llevan todas las gestiones relacionadas con el campamento.
Como en los 80 cuando estaba la guerra…
Si, se ha vuelto a la situación de los años 80, hay como una alerta nacional, todo el mundo está preparado por la guerra
¿Cómo ha impactado la decisión del gobernante español Pedro Sánchez de dejar de lado al Frente Polisario, a la República Árabe Saharaui Democrática, y volver a las relaciones carnales con Marruecos?
El primer paso que hizo el Frente Polisario fue romper las relaciones con el actual gobierno de España. Es decir ellos han roto, hicieron una ruptura con el derecho internacional. Es decir, Sánchez le ha dado la espalda al derecho internacional y con todo el descaro del mundo empieza a hablar de Ucrania, habla del derecho internacional, de que Ucrania necesita armamento para defenderse. Sin embargo, a nosotros, les venden armas a Marruecos, equipan a Marruecos y es una hipocresía absoluta, es el político mas hipócrita y cínico de las políticas del Estado español actualmente
Ahora, esto ha repercutido de alguna manera negativa en los grupos de solidaridad que militan en España.
No, ha habido una reacción de la población en contra incluso de lo que ha hecho el Gobierno, incluso las dos cámaras están en contra de lo resuelto por Pedro Sánchez porque ni siquiera consultó a su partido ni a las cámaras. A la cámara alta y la cámara baja, el senado y el Congreso, ni siquiera se les consultó. Por lo tanto, es una decisión unipersonal, unilateral y tendrá sus consecuencias. Lo mismo la reacción de Argelia: había un trato de hermanamiento a favor de España, siempre y cuando se respete el derecho internacional. Al romper ellos, al darle la espalda al derecho internacional, Argelia congela todas las relaciones, porque es basado en el derecho internacional ese trato, ese convenio. Claro, ahora mismo están pagando el precio de haber dado la espalda al derecho internacional, todos lo critican, todos los partidos, todas las comunidades autónomas, todo el movimiento solidario y está entre la espada y la pared. Pero no reacciona, como se dice por muchos medios, no se sabe cuál es la razón que ha llevado a Sánchez a tomar esta mala postura o posición.
-Hay un chantaje que permanentemente hace Marruecos con abrir o cerrar la puerta de la llegada de migrantes hacia España. Recientemente, ocurrieron hechos muy graves en Merilla. Quería que nos des una reflexión sobre qué fue lo que ocurrió allí.
-Esto de utilizar a los migrantes no es nuevo para Marruecos, y lleva haciéndolo hace muchos años, a medida que el gobierno español le da algo, frena, cuando le dan subvenciones, frena, cuando se le apoya con armas, frena un poco, pero después lanza, Es una manera de colonizar a sus propios súbditos, porque yo no les llamo ciudadanos. Para todos los marroquíes el rey es su dueño y eso mucha gente no lo entiende, ellos hacen un contrato real para la casa real marroquí, ellos pertenecen como propiedad al rey de Marruecos, él les manda, les ordena, hace y deshace lo que les da la gana y no hay ninguna norma o ley que le impida no hacer eso. Por lo tanto, si una sociedad feudal se guía por eso, hay que pagar las consecuencias de tratar con ello. Por lo tanto, el Estado español, tiene que pagar esa factura. Si no lo hace, Marruecos le envía a Canarias, como ocurrió en el año 2020, más de 20 mil migrantes, gente con pasaportes nuevos. Fue un hecho intencionado, después de la declaración de Trump era la primer a amenaza, luego, al producirse la llegada de nuestro presidente Galli a España para tratarse de Covid, empezaron a acusar a España de que recibían al líder del Polisario, ese es el chantaje de siempre. Más inmigrantes, eso le soluciona el problema a ellos como país, mandar y sacar gente que después revierte en riqueza para ellos, dinero que deviene del trabajo migrante en Europa.
-¿Quiénes son los responsables de la reciente masacre en Melilla? ¿Marruecos o España, o ambos?
-Los dos países son responsables, eso es a cambio de la famosa carta de Sánchez, el acuerdo al que llegó Sánchez es que no le manden más inmigrantes y así fue precisamente la reacción de ambos. No te puedo decir en detalle cómo sucedió, pero hay que hacer una investigación. Fueron ambas policías de ambos bandos y fue una actuación contra gente indefensa, causando la muerte a más de 30 personas. Fue un crimen de lesa humanidad.
-Ahora que empezó el verano europeo, vuelve al Estado español y a Euskal Herria esa misión humanitaria y solidaria que se realiza desde los años 80 y que consiste en que vengan los niños y niñas saharauis a pasar las vacaciones con familias de Euskal Herria, de Catalunya, de Galicia, de Canarias. ¿Puedes contarnos los objetivos de esta campaña?
-Es una práctica que forma parte de movimientos solidarios. Desde que empezó el COVID dos veranos no se pudo hacer, pero esta vez se ha hecho un esfuerzo y a pesar del ocurrido con el gobierno de Pedro Sánchez respecto de cuestión del Sahara se retrasó la salida en el boletín oficial del estado. A partir de ahí se comenzaron a hacerse los visados y creo que esta semana van a llegar.
-¿Qué supone eso de que vengan a pasar los veranos con una familia de estas tierras?
-En primer lugar, como tenemos pocos medios para hacerles controles a las infancias, acá vienen y se les hace una revisión médica. La mayoría de los niños sufren problemas de la vista, es una enfermedad endémica del desierto donde vivimos, y acá se evita, entonces se les hace un control y seguimientos, se hacen gafas, también se les hace otra revisión pero si tienen otra enfermedad. Hay un control, hay un seguimiento a lo largo de la llegada de los niños, en los primeros 15 días, luego si tiene alguna enfermedad y es preciso que se queden, se hace el tratamiento. Si necesitaran revisiones anuales, a la vuelta, en el año siguiente regresan también y están con familias. Hemos creado puentes entre las familias. Porque vivir con familias españolas, cristianas o no, de otra cultura, de otro color, hace que los niños tengan una visión global distinta del mundo. Venir del desierto les abre la mente en todo sentido.
También nos decías que algunos niños o niñas ya adolescentes se quedan a estudiar y que luego viajan a pasar los veranos en los campamentos para luego pasar con sus familias y su cultura, cuéntanos eso
-Sí, también hacemos un programa al revés, con la llegada de los niños de los campamentos, organizamos a los niños que estudian a lo largo del año en el estado español, y viajan a los campamentos, están con sus padres biológicos para vivir en situ la realidad de los refugiados, viven la carencia del agua, de los alimentos, esos dos meses están allí viviendo la realidad y eso les hace reflexionar y aprovechar cuando vuelven, para estudiar bien y estar a la altura de la expectativa de vida de los saharauis.
-Para terminar, qué mensaje les quieres enviar a nuestra audiencia de Resumen de Medio Oriente a aquellas personas que nos siguen y nos escuchan, qué le dirías a esas personas sobre el Sáhara Occidental y de la lucha por su independencia de la última colonia de África
-Efectivamente, somos la última colonia de África, el último residuo, la lacra del colonialismo, pero, a pesar de eso, no nos quieren dejar elegir nuestro destino. Lo que pedimos es que la gente tenga conciencia de que nosotros los saharauis queremos decidir por nosotros mismos. Que nadie decida por nosotros, ni Sánchez, ni Trump, ni nadie, nosotros somos dueños de nuestro destino y queremos elegir lo que nos convenga. Somos un país muy rico pero también somos un país que aprecia la diversidad de los pueblos. Luchamos por esa diversidad, para que tengan oportunidades y no estén empujados a la pobreza. Nos oponemos a este neocolonialismo, este neoliberalismo que está machacando a los pueblos, que está creando guerras, que han destruido Irak y Libia, han intentado destruir Siria, y machacan al pueblo palestino día y noche y nadie dice nada. Nos machacan a nosotros, nos han creado una guerra a la fuerza, nos obligan a vivir en el medio del desierto a ver si bajamos la guardia. Pero seguimos adelante, somos luchadores natos, somos corredores de fondo, conocemos los ideales del Che y otros héroes populares, llevamos unos ideales a los que nadie puede poner una barrera. No pueden impedir que sigamos adelante y conseguir nuestro objetivo que es vivir en nuestro Sáhara independiente, y ayudar a los pueblos que están en nuestra misma situación. Nuestras riquezas queremos compartirlas con todo aquel que lo necesite. Somos generosos por naturaleza, somos hospitalarios, somos hombres del desierto.
Abdulah Arabi, el delegado del Frente Polisario en España, no oculta su decepción con la actitud del Gobierno español después de que este viernes Marruecos revelase la apuesta de España por la autonomía del Sáhara y rompiese así su tradicional equidistancia para resolver el conflicto que vive su antigua provincia desde hace casi medio siglo.
¿Les avisó el Gobierno español de lo que iba a hacer?
No, para nada. Pero tampoco era de esperar, si casi la mitad del Gobierno no lo sabía. Me imagino que son cosas que se coordinan más con la otra parte [en referencia a Marruecos].
Es extraño, ¿no? Porque ustedes son la parte más afectada.
Me atrevería a decir que ellos interpretan que no ha habido ningún cambio. Que simplemente han expresado que esa opción [la autonomía del Sáhara dentro de Marruecos] podría ser la solución. Pero desde luego el lenguaje utilizado significa que apuestan por eso como la única solución.
España está intentando imponer la opción de una de las partes como única solución al conflicto del Sáhara Occidental
El Gobierno español sostiene que la vía que se abre sobre el Sáhara es la que ya defendieron en las Reuniones de Alto Nivel los gobiernos de Zapatero y de Rajoy, que está condicionada al acuerdo de las partes y siempre respetando las resoluciones de la ONU. ¿Está dispuesto el Frente Polisario a explorar esa vía que se abre?
Son conversaciones bilaterales con Marruecos y me imagino que para tener acuerdos tuvieron que vender algo a Marruecos. Lo que le venden es eso, que ellos apoyan la autonomía. Pero, desde luego, en Naciones Unidas y en sus pronunciamientos públicos España siempre había defendido el marco de la centralidad de las Naciones Unidas. Y eso se contradice enormemente con la autonomía. La autonomía es solamente una opción propuesta por Marruecos frente a la independencia. Apostar por la primera es abandonar la segunda.
Pero el Gobierno de Pedro Sánchez dice que mantiene la política de Zapatero y de Rajoy.
Rajoy no, pero Zapatero sí que ha defendiendo la autonomía, no lo ha ocultado. Ha ido a las ciudades ocupadas del Sáhara Occidental. Pero eso es ponerse al lado de Marruecos.
El plan de paz firmado en 1991 y en vigor hasta el 13 de noviembre de 2020 recoge las dos opciones. Es un referéndum de autodeterminación en el que nosotros, generosamente, hemos hecho la concesión de pasar de reclamar única y exclusivamente la independencia a aceptar que la otra parte, Marruecos, proponga su alternativa, que es la autonomía.
El plan de paz recoge esas dos opciones como base de un referéndum mediante el que el pueblo saharaui tenga la opción de decidir entre la independencia que defiende el Frente Polisario y la autonomía que propone Marruecos. Quedarse con una de ellas por parte de España, potencia administradora, responsable política y jurídicamente de la situación del Sáhara, cuando el marco legal ya está diseñado y pactado, es apostar por una parte y por una sola solución.
Por lo tanto, España está intentando imponer la opción de una de las partes como única solución al conflicto del Sáhara Occidental. Ahí es donde está el cambio de postura de del Gobierno de España. Con respecto a Naciones Unidas, pero también con respecto a un consenso que ha existido en la política exterior española en los últimos 46 años. Los partidos que se han alternado en el poder siempre han respetado ese marco legal.
Apostar por la autonomía es lo que venía pidiendo Marruecos desde la época de Zapatero, diciendo también que no van a aceptar el referéndum de autodeterminación. Es la postura de la parte agresora, del invasor. Algunos países no se han atrevido a decirle [a Marruecos] que eso está mal y han intentado complacerle, pero no de manera pública y destacada como ha hecho España.
¿Teme el Polisario que el cambio de opinión de España abra la puerta a una modificación de la posición del conjunto de la Unión Europea?
No lo creo, porque para eso primero tienen que pasar muchas cosas, como sacar el tema del Sáhara Occidental de la cuarta comisión de Naciones Unidas que se ocupa de la descolonización. En todo caso, la autonomía como única solución se contradice con ese espíritu que tienen ahora los países de la Unión Europea que intentan defender precisamente la legalidad internacional, la no agresión, la no invasión, ante una guerra que estamos viendo en Europa.
La posición de España pone en evidencia su hipocresía. Lo que defiende en un sitio lo intenta ignorar en el otro. Quita cualquier contenido al discurso que hemos escuchado de los políticos españoles en los últimos días.
¿Se sienten traicionados por el Gobierno español por la “nueva etapa” que ha abierto en las relaciones con Marruecos?
El pueblo saharaui ha sufrido muchas traiciones en estos 46 años. Esta es una más y realmente es, sobre todo, una traición al compromiso de solidaridad y de apoyo al pueblo saharaui que tiene una gran parte de la sociedad española.
La posición de España pone en evidencia su hipocresía; lo que defiende en Ucrania lo intenta ignorar en el Sáhara
Es una decisión no sólo equivocada sino que tiene como único objetivo por parte del Gobierno de España pagar un peaje para intentar recuperar sus relaciones con Marruecos. Nosotros tenemos la determinación total de continuar con nuestra lucha.
Se supone que Argelia mantiene una comunicación fluida con España. ¿Les consta que Argelia apoye o al menos haya estado informada de los acuerdos anunciados por Marruecos y España para abordar el futuro del Sáhara?
La postura de Argelia es clara: apoya la independencia del pueblo saharaui y el marco de Naciones Unidas. Son principios inamovibles de su política exterior y no han cambiado. Ahora bien, es un socio estratégico para España, sobre todo en plena crisis energética mundial. Argelia es un país muy serio, que respeta sus compromisos y sus acuerdos. Nosotros entendemos que seguirá defendiendo la causa saharaui con más ahínco, pero también seguirá trabajando por sus relaciones bilaterales con los países de la Unión Europea, incluida España.
¿Qué espera de los acontecimientos en los próximos días?
Hemos expresado al Gobierno español que inclinarse hacia una parte es traicionar el marco de las Naciones Unidas y de la legalidad internacional. España, como Gobierno, se autoexcluye de cualquier posibilidad de moderación entre las partes y sobre todo del apoyo al esfuerzo del actual enviado especial de las Naciones Unidas. España se inclina hacia Marruecos en aras de garantizar el restablecimiento de las relaciones bilaterales entre los dos países. Nosotros no tenemos nada en contra de esas buenas relaciones, pero entendemos que, una vez más, lamentable y tristemente, se ha hecho sacrificando al pueblo saharaui.
Comunicado del Goierno Saharauí ante el apoyo del Gobierno Español al plan de autonomia marroquí para el Sáhara
Con mucho asombro, el gobierno de la República Saharaui y el Frente Popular para la Liberación de Saguia El-Hamra y Rio de Oro (Frente POLISARIO) se informaron esta tarde del contenido de las dos declaraciones emitidas por el ocupante marroquí y el Gobierno de la potencia administradora española, y en consecuencia quieren expresar lo siguiente:
1.La posición expresada por el gobierno español está absolutamente en contradicción con la legitimidad internacional. Las Naciones Unidas, la Unión Africana, la Unión Europea, la Corte Internacional de Justicia, la Corte Europea de Justicia y todas las organizaciones regionales y continentales no reconocen, todas ellas, ninguna soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental.
Es España además, junto con Francia, el país que trazó las fronteras entre el Sáhara Occidental y sus tres vecinos, Marruecos, Argelia y Mauritania, tiene más responsabilidades jurídicas y políticas que otros en la defensa de las fronteras internacionales reconocidas y repeler la expansión marroquí además de sus responsabilidades. hacia el pueblo saharaui y las Naciones Unidas juntos. Esta responsabilidad no caduca mientras el pueblo saharaui no haya podido ejercer su derecho inalienable a la libre determinación y la independencia.
La posición emitida en las dos declaraciones carece de credibilidad, seriedad, responsabilidad y realismo, porque es una desviación peligrosa, contradice la legitimidad internacional, apoya la ocupación, alienta la agresión y la política de los hechos consumados y la huida hacia delante , y pretende legitimar la represión, crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y el saqueo de riquezas que Marruecos continúa empleando contra el pueblo saharaui en violación de las resoluciones de legitimidad internacional.
Esto se produce en un contexto muy grave por el que atraviesa el conflicto del Sáhara Occidental tras el estallido de la guerra en noviembre de 2020, y el estado de tensión en la región por la persistencia del Reino de Marruecos en sus políticas expansionistas y planes para perturbar la seguridad y la estabilidad de la región.
2. Esta transformación parece ser el resultado de intensos meses de chantaje marroquí contra España para restablecer las relaciones diplomáticas a su estado anterior. Desgraciadamente, en lugar de que Madrid pretendiera restablecer sus relaciones bilaterales con su vecino del sur sobre bases fuertes y sólidas, optó por someterse, una vez más, al chantaje marroquí.
3. La posición expresada contiene elementos muy peligrosos, como referirse a la propuesta marroquí como “la más seria, realista y objetiva… etc., para resolver el conflicto del Sáhara Occidental”, en claro apoyo al enfoque unilateral, en contradicción con la legitimidad, el derecho internacional y la libre práctica democrática por parte del pueblo saharaui de su derecho inalienable a la autodeterminación y la independencia. La declaración del Gobierno español no se quedó ahí, sino que fue más allá, al referirse al acuerdo de “respeto a la integridad territorial de los dos países”, que, en el contexto del conflicto del Sáhara Occidental, no es sino una clara adopción de la tesis expansionista marroquí.
4. Esta posición, de forma significativamente negativa, afecta a cualquier posible papel de España en la solución del conflicto y en la descolonización del Sáhara Occidental, y los esfuerzos actuales para reactivar y revitalizar el proceso de paz por parte de las Naciones Unidas. Esperábamos que España, por imparcialidad y sentido de sus responsabilidades legales e históricas, acompañe a las dos partes y al nuevo enviado personal para revitalizar el proceso político. Es lamentable que Madrid opte, una vez más, por someterse al chantaje marroquí y disipar las esperanzas que existían, alimentando la tensión, la escalada y empujando hacia más desatinos.
5. A pesar de todo ello, España no puede despojarse unilateralmente de sus responsabilidades jurídicas para con el Sáhara Occidental y su pueblo, siendo potencia administradora del Territorio a la espera de la descolonización del mismo. Tampoco puede dar la espalda a sus responsabilidades políticas, ya que es el principal responsable del sufrimiento del pueblo saharaui, y de hecho de todos los pueblos de la región, que hasta ahora no han podido disfrutar de la estabilidad debido a la herida sangrante dejada por España en 1975, y que sigue envenenando las relaciones de los pueblos y países de la región.
6. El pueblo saharaui, su gobierno y el Frente POLISARIO hacen un llamamiento urgente a las fuerzas políticas españolas y a todos los pueblos de España, para que presionen al gobierno español para que corrija este lamentable error, y obliguen a Madrid a asumir sus responsabilidades originarias , que no prescriben , en la erradicación del colonialismo del Sáhara Occidental de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas, especialmente en lo que respecta al disfrute del derecho de los pueblos coloniales a la libre determinación y la independencia.
El nuevo episodio de violencia de Marruecos contra activistas saharauis -debería decir contra activistas, en general- lo han contado en Público con hechos e imágenes las periodistas Beatriz Asuar y Amanda García. Violaciones, amenazas, vigilancia extrema, tortura física y psicológica… contra Sultana Jaya, su familia, amigos y toda persona que intente ayudarlas. El motivo de esta tortura es la lucha de Jaya por los derechos humanos de los saharauis y contra la explotación de los recursos naturales que Marruecos hace en la antigua colonia española, a la que todos nuestros gobiernos han abandonado a su suerte.
Para Montaigne, «la cobardía es la madre de todas las crueldades». Sí, ya hemos tratado aquí muchas veces y por diversos temas las penalidades que provoca a largo plazo la indiferencia antes ataques injustificados, como el de Marruecos contra cualquier intento que hagan los saharauis solo de pedir su libertad, no digamos de intentar conquistarla. La dictadura (DICTADURA) marroquí lanzó a sus propios niños al mar en masa para que nadaran hasta Ceuta y decretar con carne tierna una crisis con España por haber acogido a Brahim Ghali, líder del Frente Polisario con pasaporte español, en un hospital de La Rioja. Todavía hay un proceso judicial abierto contra la exministra de Exteriores, Arancha González Laya, en un claro ejercicio de injerencia del poder judicial en el Ejecutivo por parte del Juzgado de Instrucción número 7 de Zaragoza. La historia la conocen ustedes bien.
Ahora, pese a los intentos de Mohamed VI por silenciar el conflicto, el Frente Polisario batalla desde hace un año contra Marruecos en un intento del Sáhara por visibilizar su frustración ante la última resolución de la ONU, que ignora el referéndum de autodeterminación para la excolonia española y prefiere hablar de una solución «realista». Lo resume muy bien Carlos Palomino en un análisis de la situación en El Orden Mundial (EOM).
La represión de los invasores contra los saharauis se ha recrudecido, precisamente, porque en redes sociales, medios independientes y plataformas alternativas, las justas reivindicaciones del Sahara están cogiendo fuerza, potenciadas además, por la decisión de su principal valedor, Argelia, de cerrar el gasoducto que va a Europa pasando por Marruecos. Una decisión que a la indiferente o cobarde España le ha explotado en la cara en plena crisis energética. No será la última.
Marruecos tiene secuestradas a España y a Europa (no se atreven ni a llamarla dictadura en público) con el tema de los migrantes y la seguridad contra el terrorismo islamista, ejerciendo como ejerce el vecino africano de sicario de la UE y de nuestro país. Pero las vergüenzas al aire de ambas administraciones empiezan a sonrojar a demasiados votantes progresistas del actual Gobierno de coalición ante una situación bien conocida y agravada conforme pasa el tiempo por el enfrentamiento armado y desigual entre el ejército y paramilitares marroquíes y el Frente Polisario, así como por las brutales violaciones de derechos humanos contra los saharauis y cualquier ciudadano/a residente en Marruecos que se atreva a denunciarlas, como algunos periodistas.
Estos días los informativos y la prensa abren sus portadas con el chantaje de la dictadura (también) de Bielorruisa a Polonia usando a migrantes y refugiados como munición. El mismo modus operandi de Marruecos en distintas circunstancias: vidas humanas convertidas en balas para las guerras modernas. En una de las tertulias de Ágora 25 en la Ser, que dirige Aimar Bretos, uno de los contertulios, el exvicepresidente Pablo Iglesias, recordó a los otros dos, la exvicepresidenta Carmen Calvo y el exministro y eurodiputado José Manuel García Margallo, que Bielorrusia es tan dictadura como Marruecos y su estrategia de presión a Polonia y a la UE es la misma que la que Mohamed VI empleó contra el Gobierno de España en Ceuta. Calvo intento desmentirle enseguida diciendo que no era lo mismo y que estas cosas de Marruecos son mucho más «complejas», pero aún no sabemos si se refería a las tragaderas con el sátrapa alauita que tiene que tener el Ejecutivo al que perteneció o al papelón de Josep Borrell, del mismo PSOE que Calvo, como alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad.
Organizaciones de todo el mundo, como Amnistía Internacional, nos señalan día sí, día también por nuestro papel en el abandono del Sáhara y la complicidad del indiferente con Marruecos. España debe abanderar ya la petición de un referéndum seguro en el Sáhara a la comunidad internacional, ONU y/o UE, antes de que el conflicto armado se recrudezca y para impedir más violaciones de derechos humanos. La crueldad de los cobardes es hoy demasiado evidente, escuchen por favor a Sultana.
La responsabilidad de España, presente en la manifestación saharaui
Piden a España que, como potencia responsable, proceda a la descolonización del Sáhara Occidental.
Los jóvenes se muestran dispuestos a seguir el camino de sus mayores
La responsabilidad de España en la situación que se vive en el Sáhara Occidental y su obligación para que se llegue a una solución al conflicto que enfrenta al Frente Polisario con Marruecos ha centrado la masiva manifestación pro saharaui celebrada en Madrid.
La manifestación se celebra todos los años coincidiendo con el aniversario de la firma del acuerdo tripartito de Madrid, por el que España entregó la que había sido su provincia 53 a Marruecos y a Mauritania. El 46 aniversario de la salida de España coincide en esta ocasión con un año de la reanudación de la guerra en el Sáhara Occidental, al romper Marruecos el alto el fuego que se mantenía desde septiembre de 1991.
Varios miles de personas llegadas de distintos puntos de España, entre saharauis y simpatizantes de su causa, han ido desde la plaza de España, por la Gran Vía, hasta la Puerta del Sol, tras una gran pancarta con el lema “No a los acuerdos tripartitos de Madrid” y “Stop a la vulneración de los Derechos Humanos en el Sáhara Occidental”.
Tras la pancarta, entre otros, Luke Uribe-Echebarria, senador del Partido Nacionalista Vasco; Enrique Santiago, el secretario general del PCE, diputado y secretario de Estado para la Agenda 2030; Jon Rodríguez Forrest, responsable de la Comisión de Relaciones Internacionales de Izquierda Unida para Oriente Medio y el Norte de África; Xavier Serra , presidente de la Coordinadora Estatal de Asociaciones Solidarias con el Sáhara, organización convocante de la manifestación, y Abdulah Arabi, delegado del Frente Polisario para España.
La traición a las promesas hechas al pueblo saharaui por parte de España ha sido destacada en el manifiesto leído por el atleta navarro Joseba Alzueta, que ha recorrido 460 km para llegar a Madrid desde Pamplona y pedir que se ponga fin a la vulneración de los DDHH en el Sáhara Occidental.
En el manifiesto se señala la “perseverante y heroica resistencia del pueblo saharaui” contra la ocupación ilegal de su país por Marruecos, y se destaca la responsabilidad de España según el derecho Internacional: los Acuerdos de Madrid son nulos “ya que no cabe legalmente ceder de forma unilateral la soberanía de un territorio pendiente de descolonizar, sin el consentimiento de sus habitantes”, por lo que “el Estado español sigue siendo la potencia responsable de la Descolonización del territorio según Naciones Unidas”.
En las diversas intervenciones se ha expresado la solidaridad con los presos políticos saharauis y los activistas perseguidos en el Sáhara Occidental bajo ocupación marroquí, destacando el caso de Sultana Jaya y su familia, que llevan un año de confinamiento y agresiones en su casa, en la ciudad de Bojador.
También ha habido palabras de reconocimiento y agradecimiento por parte de los intervinientes para la actriz Pilar Bardem y el coronel Javier Perote, grandes exponentes del movimiento solidario español, que fallecieron en julio y septiembre de este año, respectivamente.
Dos jóvenes, una mujer y un hombre, han mostrado su disposición a seguir el camino de sus predecesores y han hecho un llamamiento para responsabilizarse de lo que está ocurriendo con su pueblo: “nuestros mayores nos necesitan, ellos llevan luchando por todos nosotros, entregándose en cuerpo y alma para darnos una vida digna. Es nuestra responsabilidad que sigamos con esta lucha para que todo el esfuerzo de nuestros abuelos y padres no haya sido en vano”.
“Queremos recordar a algunos medios de (des)información, que el Frente Polisario es reconocido como tal por la ONU y otros muchos organismos internacionales y países, entre los cuales se encuentra España. Es por ello por lo que exigimos un periodismo objetivo y de calidad, alejado de bulos teñidos de intereses económicos y políticos, como los que hemos visto, sobre todo, en estos últimos meses”, han afirmado.
Abdulah Arabi, el delegado saharaui, ha recordado al Gobierno español su responsabilidad en la descolonización del Sáhara Occidental y ha calificado de “decepcionante” la posición de los respectivos ejecutivos españoles desde 1975 hasta la actualidad.
Tras afirmar que “hay una deuda pendiente con el pueblo saharaui ya que los Acuerdos Tripartitos son ilegales, por lo que a ojos del Derecho Internacional España sigue siendo potencia administradora del territorio”, ha pedido al Gobierno de Pedro Sánchez una posición más activa en la resolución del conflicto y “valentía” para cerrar una “página vergonzosa para la historia del país”.
A esto ha añadido que “el derecho a la autodeterminación no es negociable” y que “el pueblo saharaui y su legítimo responsable, el Frente Polisario, adoptarán todas las medidas que sean necesarias para garantizarlo
La nueva guerra en el Sáhara silenciada por Marruecos
Desde que el Polisario dio por roto el alto el fuego el 13 de noviembre, los soldados saharauis han disparado más de mil proyectiles contra el muro que divide la antigua provincia española, según la ONU. La prensa internacional ha podido observar por primera vez uno de estos ataques sobre los que el régimen de Mohamed VI mantiene un total hermetismo.
Soldados saharauis lanzan un cohete de 120 mm contra una base militar marroquí en el muro que divide el Sáhara Occidental, el 15 de octubre de 2021. —JAIRO VARGAS
Los misiles Grad de 120 milímetros y fabricación soviética salen disparados y aún pasan varios segundos antes de que el oído lo advierta. Esta tarde han sido dos los proyectiles lanzados por una unidad del Ejército de Liberación Popular Saharaui antes de que el sol cayera del todo en la zona de Mahbes, al norte de los llamados territorios liberados, en la sexta región militar de esta histórica guerrilla. El lejano murmullo de las bombas llega un minuto después de su impacto, a unos ocho kilómetros, y dos columnas de humo comienzan a ascender en el horizonte de cielo y arena. Se supone que han caído sobre el muro defensivo que Marruecos empezó a construir en los 80 ante las repetidas incursiones saharauis en sus territorios ocupados. Quizás más allá. No importa demasiado si han alcanzado el objetivo, lo importante para el Frente Polisario es que la prensa pueda ver por primera vez en casi un año que los ataques existen y que son respondidos.
Pocos minutos después suenan las detonaciones de la réplica marroquí, mucho más numerosas. Han de hacer frente al ataque coordinado y simultáneo de otras dos reducidas unidades saharauis apostadas a tres y cuatro kilómetros respectivamente. La artillería alauí se percibe más cercana y el oficial al mando saharaui, el veterano Bali Hamudy, inquieto ante la presencia del grupo de periodistas, da la orden de alejarse y volver a los vehículos. La operación ha terminado por hoy. Solo falta regresar a cualquier lugar desierto adentro y rezar para que los drones marroquíes no sobrevuelen los oxidados y vetustos Land Rover de los atacantes, que se mueven sin luces en plena oscuridad, sorteando piedras y dunas en el vasto páramo del Sáhara Occidental.
Tras el breve bombardeo, Hamudy explica que así son la mayoría de las escaramuzas que los soldados de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) llevan a cabo con frecuencia desde que el pasado 13 de noviembre el Frente Polisario diera por roto el alto el fuego pactado con Marruecos en 1991. Tras casi un año de la vuelta a las hostilidades, en total silencio mediático y político, el Polisario quiere probar que la guerra no son solo los cientos de partes que ha emitido en estos meses; que es real, aunque no se perciba, aunque no lo parezca.
Esta es la primera vez que la prensa independiente —con las ausencias de los medios públicos RTVE y Agencia Efe— puede ser testigo de un ataque en este frente intermitente. O tal vez, demasiado amplio. Se extiende de norte a sur sobre los más de 2.000 kilómetros de muro. Marruecos lo fue adelantando y sembrando de minas mientras menguaban las posibilidades de celebrar el ansiado referéndum de autodeterminación saharaui, y después de casi tres décadas de tensa e improductiva calma para los refugiados de la RASD, el Polisario trata de forzar un cambio por la vía que, para la mayoría de los entrevistados, nunca debió interrumpir, la lucha armada.
Esta en su llamada de atención ante la indiferencia internacional que les ha envuelto, y llega en pleno auge de las tensiones entre Marruecos y Argelia, el eterno aliado saharaui, el país que les cedió un pedazo de desierto en el que levantar sus jaimas tras la masacre marroquí. Ya son de adobe y ladrillo, y en ellas vive una generación que no había conocido la guerra, pero tampoco un presente digno. Menos aún pueden pensar en un futuro siquiera aceptable. «Hemos crecido como refugiados, con una parte de la familia separada en los territorios ocupados. Como joven saharaui sentí que tenía una responsabilidad moral y un deber nacional. Mi pueblo está en guerra y no dudé en participar«, dice Omar. Tiene 22 años y tras una etapa de estudios en Cuba y otra en Libia, el fin del alto el fuego le pilló estudiando en Argelia. Acudió a la formación en la escuela militar y varios meses después carga su AK-47 con orgullo. Está pendiente de otra beca para estudiar ingeniería en Rusia. Si se la dan y aún no ha sido herido o ha caído «mártir», dejará el ejército. No es obligatorio, y voluntarios no faltan. Tanto es así que la escuela militar ha tenido que readaptarse para poder formar a tantos jóvenes que no ven otra alternativa.
A la espera de una escalada
También lo ve así Hamudy, para quien la tregua fue «una trampa que duró demasiado». Él nació cuando el Sáhara Occidental era provincia española, era hijo de un alcalde local y su diploma de estudios lo firmó el rey emérito. Formó parte de la policía nómada hasta que en el 74 se unió al clandestino frente Polisario. Luchó sin descanso desde el 75, primero contra Mauritania, después contra Marruecos y fue herido hasta en siete ocasiones. «El Polisario tendrá difícil convencer a nuestros militares de una nueva tregua. Aunque haya una solución política, solo será forzada por la acción militar», asevera. «Ahora nos centramos en la guerra de desgaste, pequeñas acciones contra bases marroquíes. Pero es un calentamiento, estamos preparados para penetrar el muro, tomar bases, hacer prisioneros y obtener material militar marroquí», dice. «Solo esperamos una orden política», afirma con resignación impaciente.
Pero enfrente tiene a una potencia militar en el Magreb con armamento moderno, drones, antenas y radares que dirigen la artillería y una eficaz influencia política en Europa que se mueve a caballo entre el chantaje migratorio, el control del yihadismo y los acuerdos comerciales. Los saharauis, en cambio, muestran a la prensa sus viejas baterías y proyectiles rusos, sus kalashnikov desconchados y sus viejos Land Rover Santana o Nissan Patrol reconvertidos en pick ups a base de radial. Pese a su superioridad militar, Marruecos prácticamente se limitar a responder, «está casi siempre a la defensiva» y es del todo hermético sobre la suerte de sus bases y tropas en el muro.
Tan solo un reciente informe del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, detalla que Marruecos reportó desde el 13 de noviembre al 31 de agosto más de mil bombardeos contra sus posiciones, 22 intentos de cruzar el muro y 724 incursiones de drones de reconocimiento en su espacio aéreo. El 83% de los ataques se concentran en la región del Mahbes, la que dirige Hamudy. El militar saharaui da por buena la cifra, aunque niega que tengan drones.
Las víctimas
Tampoco hay en su región militar bajas o heridos, dice, pese a ser la zona donde más proyectiles se intercambian. Nadie se atreve a dar un balance de muertos en combate, aunque hay cifras aproximadas que se repiten en las conversaciones y que oscilan entre los nueve o diez «mártires» y poco más de 20 heridos.
Pero las víctimas de esta vieja y, a la vez, nueva guerra en el desierto son más que rumores no confirmados oficialmente. Arabia Sidahmed recibe a Público en su jaima casi por sorpresa. La última vez que hubo periodistas en su casa fue para entrevistar a su hermano Chej, un corpulento militar de 37 años que volvía orgullo del frente tras un mes de escaramuzas en el muro. La televisión saharaui acudió para entrevistarle y grabar un recibimiento digno de héroe en el campamento de refugiados de Bojador. «Ahí dijo que podía ser que muriera, pero estaba muy ilusionado», recuerda su hermana.
La siguiente visita de la televisión fue para hablar con ella tras conocerse que Chej había caído a finales de junio en un bombardeo cerca de Tifariti, al noreste del Sáhara, en los territorios liberados. «No pude decir ni una palabra, no podía hablar», confiesa. Pero la pérdida de su único hermano no ha hecho que Sidahmed cambie de parecer sobre la guerra. «Es triste, pero también un orgullo. Cayó por su tierra», afirma. Y en esa tierra yace, cerca del campo de batalla en el que murió, como marca la tradición nómada de este pueblo. Ella lo acompañó al ayuntamiento el primer día que se fue a combatir. Recuerda que antes de partir le pidió que cuidara de su hijo de cinco años, que vive con su madre en otra wilaya. «Desde que murió mi hermano solo me interesa la causa saharaui, la vida que hay alrededor no me importa mucho», afirma.
En el mismo campamento, Lahsan Salek, de 48 años, prepara té tumbado en un colchón a la sombra de su jaima. Mantiene la pierna en alto mientras uno de sus siete de hijos se coloca en su regazo con cuidado de no rozar el hierro que lleva atornillado de su tibia. Se la fracturó el pasado 22 de noviembre, una semana después de la vuelta a las armas. Fue durante uno de los 22 intentos de traspasar el muro que Marruecos ha reconocido ante la ONU. «Atacamos en pleno día, a las 11 de la mañana, y varias unidades al mismo tiempo. Íbamos a tomar varias bases», recuerda. Pero no salió bien. «Cayeron varias bombas y cuando cruzamos, nos emboscaron unos soldados escondidos en un foso», describe. Hubo intercambio de disparos y él recibió varios. Uno en la rodilla izquierda, otro en la mano y otro que le atravesó la tibia. Lograron sacarlo del frente junto a otro compañero herido de mayor gravedad en el abdomen, pero ambos salieron de aquella, la base fue destruida y los marroquíes tuvieron que retroceder, asegura.
Durante la primera guerra, Salek era estudiante y no tuvo tiempo de combatir. Ha sido militar durante casi todo el alto el fuego, por eso solo espera recuperarse para volver a la acción. Casi un año después, los huesos no están bien soldados y apenas da unos pasos apoyado en su muleta. Después tendrá que recuperarse de la rodilla, pero tiene fe en que volverá a conducir a sus compañeros hasta el bern marroquí. A su lado, su mujer, Zruga Mohamed, de 40 años, le da el pecho al más pequeño mientras su marido insiste en ir al frente. «Me asusta, como a cualquiera, pero es una realidad que tengo que aceptar», concede. Él insiste: «Llevaba años esperando a que volviesen los combates. Nada estaba mejorando sin pelear».
Antes de que Salek pueda subirse al Land Rober otra vez pueden pasar muchas cosas, aunque la historia no es halagüeña para los saharauis. Tras años en parálisis, el pasado septiembre, el Consejo de Seguridad de la ONU informó de que Marruecos aceptaba el nombramiento de un nuevo enviado especial para el Sáhara al que tanto el Polisario como Argelia dieron su visto bueno. Staffan de Mistura tiene por delante una tarea que no ha logrado ningún antecesor en casi cuatro décadas debido al veto de Francia, tradicional protector marroquí, y la cerrazón alauita a un diálogo real. Mohamed VI ya dejó claro en 2018 que un referéndum en el Sáhara Occidental según los planes de la MINURSO no es una opción, y el reconocimiento de Donald Trump del Sáhara Occidental como territorio marroquí hace pocos meses fue un espaldarazo internacional. Para el oficial al mando en la región de Mahbes, cualquier negociación que pueda darse debe ir acompañada de garantías de cumplimiento, y pocos son los países que pueden confiar en la palabra de Marruecos. Por eso sus hombres siguen durmiendo al raso cada noche y preparando el té a pocos kilómetros del muro que atacarán al día siguiente. Mientras, el conflicto saharaui se vuelve a sumir una vez más en la bruma arenosa del desierto.