¿Cisma en Alemania?


El sector más ultra de la Curia vaticana pone trabas a la reformas progresistas impulsadas por la Iglesia alemana

Historia de Jesús Bastante 

Vientos de cisma en la Iglesia alemana. El sector más reaccionario de la Curia vaticana y los obispos más ultraconservadores de Alemania se han aliado para poner en jaque la evolución aperturista de de la Iglesia germana, una de las más avanzadas del mundo que pone en cuestión doctrinas supuestamente inamovibles como la bendición de parejas homosexuales, la comunión a los divorciados o una progresiva democratización en la Iglesia.

Esta evolución –su ‘Camino sinodal’– ha generado un pulso que enfrenta a tres poderosos cardenales vaticanos (que, además, aseguran tener detrás, sin pruebas, el respaldo del Papa) con la práctica totalidad de los obispos y laicos alemanes, que desde 2019, han emprendido un proceso de diálogo y consulta para contribuir, en la línea del Sínodo convocado por Francisco, a una Iglesia más participativa, abierta y con respuestas a los desafíos de hoy.

Un sector reaccionario del episcopado de Alemania ha logrado que Roma vuelva a negar legitimidad al órgano de debate de la Iglesia de Alemania. Esto ha llegado tras una polémica visita del noviembre pasado de los obispos alemanes a Roma donde se reunieron con el Papa Francisco. Pero, tras hablar con Bergoglio luego sufrieron una suerte de encerrona por parte del secretario de Estado, Pietro Parolin, el prefecto de Doctrina de la Fe, Luis Ladaria y el prefecto de la Congregación de Obispos, Marc Ouellet. Un trío conservador.

La visita acabó así sin acuerdo ya que los curiales, es decir, los conservadores, pidieron «suspender» el Camino Sinodal alemán, mientras que los obispos contestaron que el proceso seguía abierto, y no tenía por qué frenarse, .

La reciente nueva negativa vaticana hacia el camino alemán ha producido el bloqueo de toda posibilidad de acuerdo, a la espera de que Francisco consiga calmar la tempestad, o se pronuncie definitivamente.

¿Están obligados los obispos alemanes a participar en el Camino Sinodal? Esta fue la pregunta formal que presentaron, en diciembre, los obispos Rainer Maria Woelki, de Colonia; Bertram Meier, de Augsburgo; Stefan Oster, de Passau; Rudolf Voderholzer, de Ratisbona, y Gregor Maria Hanke, de Eichstätt, ante la Santa Sede. La respuesta, conjunta, de los cardenales Parolin, Ladaria y Ouellet fechada el 16 de enero no deja lugar a dudas: «Ni el Camino Sinodal, ni un organismo establecido por él, ni una conferencia episcopal tienen competencia para establecer el ‘Consejo Sinodal’ a nivel nacional, diocesano o parroquial». Bloqueo a la apertura germana.

Uno de los instigadores, el cardenal Woelki, que está siendo investigado por falta de precisión a la hora de gestionar casos de abusos y económicos en su diócesis, y que en 2022 estuvo medio año alejado de ella, acogió con satisfacción la carta de la Curia. El purpurado, en declaraciones a la prensa alemana, admitió haber pedido a Roma aclaración sobre si los obispos contrarios a la medida estarían obligados a participar en dicho proceso. Aunque admitió que las reformas planteadas por la Iglesia alemana «son sensatas y necesarias» aunque «sólo en determinadas condiciones».

En el otro lado, el grueso del episcopado alemán, cuyo presidente Georg Bätzing, reaccionaba publicando la nota de Parolin, Ladaria y Ouellet, y asegurando que «el Consejo Sinodal se moverá de acuerdo al mandato contenido, dentro del derecho canónico vigente». 

En el seno de la Iglesia alemana hay malestar por la iniciativa emprendida por los cinco prelados, pero también por la respuesta de los tres miembros de los dicasterios vaticanos con quienes la Plenaria del episcopado germano ya tuvo una tensa reunión el pasado mes de noviembre en Roma.

Y es que tanto Parolin como, especialmente, Ladaria y Ouellet, están en contra de los pasos aperturistas dados por el ‘Camino Sinodal Alemán’. Y la respuesta a unas «preguntas legítimas y necesarias» de estos cinco obispos, con el «conocimiento expreso y aprobación» del Papa Francisco, no hace sino ahondar la brecha existente entre quienes buscan una mayor libertad de opinión, y los que creen que eso significa romper con la comunión. 

Según la carta vaticana, los obispos habían preguntado si estaban obligados o autorizados a participar en el Comité Sinodal, porque la Santa Sede había dejado claro en junio pasado que ese foro no tenía poder «para comprometer a los obispos y a los fieles en la adopción de nuevas formas de gobierno y de nuevas orientaciones doctrinales y morales».

La misiva de Ladaria, Ouellet y Parolin añade que el Consejo Sinodal parece situarse «por encima de la autoridad de cada obispo en su diócesis», y se muestran «abiertos para la continuación de un diálogo más profundo» al que ya se inició durante la visita ad limina.

En respuesta, Bätzing tildó la preocupación vaticana de «infundada». «La Santa Sede ve el peligro de un debilitamiento del oficio episcopal, aunque yo experimento la consulta sinodal como un fortalecimiento de este oficio», señaló el presidente de los obispos alemanes, quien añadió que el debate con Roma se retomará «a su debido tiempo». 

Bätzing también reveló su asombro por el hecho de que el Vaticano hablara de «Concilio sinodal», aunque los obispos alemanes «todavía no han podido hablar con Roma sobre el contenido y los objetivos de la consulta sinodal a todos los niveles en la Iglesia de nuestro país».

«No se trata principalmente de cuestiones dogmáticas, sino de cuestiones de cultura sinodal vivida en la deliberación y la toma de decisiones conjuntas. Nadie cuestiona la autoridad del episcopado».

«Recogeremos la invitación de la carta para hablar oportunamente con Roma», finaliza la carta de Bätzing, que añade que «el proceso actual refuerza mi conciencia de que la cooperación iniciada en el Camino Sinodal debe continuar para adquirir experiencia de responsabilidad compartida. No podemos delegar estas experiencias. Por ello, agradezco que gran parte del Consejo Permanente haya reafirmado la voluntad de aplicar la decisión de la Asamblea Sinodal sobre el Comité Sinodal y de iniciar las consultas».

La mayoría de los obispos alemanes dispuestos a la reforma justificaron su participación en la «vía sinodal» y la consiguiente pérdida de poder diciendo que era una expresión de su autoridad episcopal renunciar voluntariamente al poder, argumento que no se recoge en los argumentos del Vaticano. Por el momento, la crisis parece lejos de cerrarse.

Paso histórico sobre el sacerdocio femenino

“Paso histórico” en el Camino Sinodal, que aprueba por abrumadora mayoría la solicitud

La Iglesia alemana pedirá a Francisco revisar la doctrina sobre el sacerdocio femenino

Presidencia del Camino Sinodal

Por primera vez en la historia una conferencia episcopal daba el paso de pedir al Vaticano que se revisase la doctrina existente para dar cabida al sacerdocio femenino

Tras horas de debates y de más de una cincuentena de intervenciones, el 92% de todos los delegados (laicos y consagrados) y el 81 de los obispos de Alemania aprobaron el texto base recoge el deseo de que las mujeres puedan también ser admitidas al ministerio ordenado

El documento aprobado en lo que ya se considera “un paso histórico” argumenta que «no es la participación de las mujeres en todos los ministerios y cargos de la Iglesia lo que requiere justificación, sino la exclusión de las mujeres del ministerio sacramental»

Por José Lorenzo

De las lágrimas y la profunda decepción del jueves a los aplausos y satisfacción del viernes por la noche. Ese es el ritmo vertiginoso por el que transita la cuarta asamblea del Camino Sinodal alemán, que ha pasado de un amago de cisma al ver rechazado por el voto de bloqueo de los obispos el texto para una actualización en la moral sexual a lanzar un mayoritario órdago a Roma tras aprobar por mayoría la solicitud de que las mujeres puedan ser ordenadas sacerdotes.

De esta manera, en la noche del viernes, tras horas de debates y de más de una cincuentena de intervenciones, el 92% de todos los delegados (laicos y consagrados) y el 81 de los obispos de Alemania aprobaron el texto base recoge el deseo de que las mujeres puedan también ser admitidas al ministerio ordenado.

Se trata ahora, en definitiva, de que la Santa Sede revise esta cuestión -cerrada por el papa Juan Pablo II- para que pueda ser aplicada a nivel de la Iglesia universal. El órdago es evidente ante una cuestión sobre la que el papa Francisco ha pasado de puntillas toda vez que otro pontífice dio un cerrojazo a esa cuestión.

Reunión de urgencia de los obispos

De ahí que, antes de la votación definitiva del texto, el presidente de la Conferencia Episcopal alemana, Georg Bätzing, convocase de urgencia una reunión entre los obispos para deliberar sobre las consecuencias del paso que estaban a punto de dar, de la que salió una propuesta de enmienda, para que el texto no apareciese como una exigencia, sino como una solicitud.

Así, tal y como informa Katolisch, “esta enmienda insertaba un pasaje en la introducción del documento en el que se pedía al Papa que reexaminara el documento magisterial «’Ordinatio sacerdotalis’, de 1994, que estipula la ordenación de sólo hombres al sacerdocio, para ver si era posible introducir cambios”.

El matiz, pues era importante, aunque no dejaba de significar que por primera vez en la historia una conferencia episcopal daba el paso de pedir al Vaticano que se revisase la doctrina existente para dar cabida al sacerdocio femenino.

Laicos y obispos liman asperezas

Y también fue importante que en ese arduo debate se llegasen a limar las asperezas surgidas la víspera tras el voto de bloqueo de los obispos que hizo descarrilar -a pesar de haber sido votado mayoritariamente por laicos y consagrados, e incluso por los obispos, aunque estos no llegaron a los necesarios dos tercios- el texto sobre la moral sexual, por los que se consideraba que un nuevo bloqueo podría hacer descarrilar todo el Camino Sinodal.

La aprobación de la enmienda también puso más fácil a los pastores el siguiente paso formal que habrán de dar con esta cuestión: trasladarla al Papa en su próxima visita ad limina en noviembre. Y es que no es lo mismo presentarse el Vaticano con una exigencia que con una solicitud, puesto que, como señalaron los obispos, aunque no existe obligación canónica para revisar la doctrina sobre la consagración, «hay una obligación moral» para que Francisco la estudie. «Cuando se habla tanto de sinodalidad, no se puede pasar de largo», señalaron los pastores.

El documento aprobado, en lo que ya se considera “un paso histórico”, argumenta que «no es la participación de las mujeres en todos los ministerios y cargos de la Iglesia lo que requiere justificación, sino la exclusión de las mujeres del ministerio sacramental». No existe «ninguna línea de tradición ininterrumpida» en la historia de la Iglesia para la exclusión de las mujeres de la predicación, añade.

El texto, pues, no formula una demanda explícita, pero invita a la Iglesia mundial a reconsiderar la cuestión de los ministerios y cargos de las mujeres en la iglesia. Ahora, la pelota vuelve a estar en el tejado vaticano, desde donde, en una declaración formal enviada el pasado mes de julio, se recordó que el Camino Sinodal «no estaba autorizado» a desarrollar nuevas formas de liderazgoni una nueva orientación de la enseñanza y la moral católica.

Una Iglesia Sinodal es otra cosa!

 

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Declaración de los presidentes del Camino Sinodal, Dra. Irme Stetter-Karp, Presidenta del Comité Central de los Católicos Alemanes (ZdK), y Mons. Dr. Georg Bätzing, Presidente de la Conferencia Episcopal Alemana (21 de julio de 2022).

Declaración sobre el Camino Sinodal presentado por la Santa Sede:

Acogemos con beneplácito que la Santa Sede una vez más enfatice lo que ya nos hemos comprometido en los Estatutos y Reglamentos antes del inicio del Camino Sinodal en 2019:

‘Resoluciones aprobadas por la Asamblea sinodal no tienen efectos jurídicos por sí mismos. La autoridad de la Conferencia Episcopal y de los Obispos diocesanos individuales para dictar normas legales y ejercer su magisterio dentro de sus respectivas esferas de competencia no se ve afectada por las resoluciones.

Las resoluciones cuyos temas están reservados a un reglamento de toda la iglesia se transmiten a la Sede Apostólica como un voto del Camino Sinodal ‘. (Artículos 11 y 12).

No nos cansamos de subrayar que la Iglesia en Alemania no seguirá un “camino alemán especial”. Sin embargo, consideramos que es nuestro deber indicar claramente dónde se evidencian que los cambios son necesarios. Al hacerlo, ya intuimos que los problemas y cuestiones que hemos nombrado son similares en todo el mundo.

También nos gustaría recordar que el Camino Sinodal es el resultado del estudio ‘Abuso sexual de menores por parte de sacerdotes católicos, diáconos y religiosos varones en el dominio de la Conferencia Episcopal Alemana’ (Estudio MHG) y agradecemos que los obispos y el ZdK están recorriendo juntos este camino y pueden estar seguros del apoyo y la cooperación activa del pueblo peregrino de Dios.

En 2021, el Papa Francisco abrió un proceso sinodal mundial. Por supuesto, como estaba previsto, y la declaración de hoy también nos anima a hacerlo, contribuiremos al sinodal de la Iglesia universal con las experiencias y los resultados obtenidos del Camino Sinodal. Siempre hemos enfatizado que queremos dar forma activa a este proceso a través de nuestro trabajo. Porque estamos convencidos de que esto conduce a un ‘enriquecimiento mutuo’ (declaración de la Santa Sede).

En el Reglamento y Estatutos del Camino Sinodal formulamos la comunicación con la Sede Apostólica que consideramos necesaria y que buscamos. El Nuncio Apostólico en Alemania está invitado a participar en el Camino Sinodal como observador permanente. Desde el comienzo del Camino Sinodal, el Comité sinodal se ha esforzado por encontrar vías directas de comunicación con los organismos romanos. En nuestra opinión, este sería el lugar adecuado para tales aclaraciones. Desafortunadamente, el Comité sinodal no ha sido invitado a una discusión hasta la fecha. Lamentamos con angustia que aún no se haya producido esta comunicación directa. ¡A nuestro entender, una Iglesia sinodal es otra cosa! Esto también se aplica a la forma en que se ha manejado la comunicación de hoy, que ha sido motivo de asombro para nosotros.

La próxima Asamblea sinodal será el lugar para retomar y discutir la preocupación de la Santa Sede.

Una vez más, como presidentes del Camino sinodal, nos gustaría enfatizar que estamos interesados ​​en una discusión directa con tantas autoridades dentro de la Curia romana como sea posible”.

Monseñor Georg Bätzing, presidente de la Conferencia Episcopal Alemana,

Irme Stetter-Karp, presidenta del Comité Central de Católicos Alemanes (ZdK).

El camino sinodal de la Iglesia alemana

La Iglesia alemana envía a Roma las primeras conclusiones de su ‘Camino Sinodal’

Iglesia alemana

La Iglesia es «una institución que define pero no escucha. Y lo hacen porque quieren que «el Evangelio pueda seguir siendo anunciado de forma creíble». Y para ello hacen falta reformas, discutidas, dialogadas… y encarnadas en la realidad

La Iglesia alemana lamenta el retroceso de la Iglesia a partir del pontificado de Juan Pablo II y la posterior secularización, con la consiguiente disminución de fieles, de ingresos, de sacerdotes y de colaboradores pastorales

«Hay temas tabú que no se pueden abordar, hay límites a la libertad de expresión en la Iglesia»

Por Jesús Bastante

La Conferencia Episcopal alemana ha enviado a la Secretaría General del Sínodo las primeras conclusiones del ‘Camino sinodal’, demostrando que, pese a las dudas de algunos sectores del Vaticano (no del Papa, como él mismo se encargó de aclarar en el vuelo de regreso de Canadá), los católicos del país quieren seguir participando dentro del proceso de reformas en la Iglesia universal.

No, no van por su cuenta, pese a que admiten en los resúmenes enviados a Roma, que la Iglesia es «una institución que define pero no escucha. Y lo hacen porque quieren que «el Evangelio pueda seguir siendo anunciado de forma creíble». Y para ello hacen falta reformas, discutidas, dialogadas… y encarnadas en la realidad.

Aplicar el Vaticano II

El documento que ha llegado al Vaticano consta de dos partes: una primera, en la que reflexiona sobre las experiencias sinodales en Alemania; y una segunda con un resumen de las reacciones de las diócesis del país al ‘Vademécum’ planteado por la Santa Sede.

Así, tras recordar los sínodos de Würzurg y Dresde, para «aplicar las decisiones del Concilio Vaticano II«, que configuraron «la cultura de la colaboración entre obispos, sacerdotes y laicos y permitieron una amplia participación», la Iglesia alemana lamenta el retroceso de la Iglesia a partir del pontificado de Juan Pablo II y la posterior secularización, con la consiguiente disminución de fieles, de ingresos, de sacerdotes y de colaboradores pastorales.

Encubrimiento «sistémico» de los abusos

Pero el verdadero punto de inflexión fue el estallido del escándalo de abusos sexuales, que -admiten los obispos-  demostraron que «no era una cuestión de fallos personales, sino de razones sistémicas que favorecían los abusos sexuales en la Iglesia y su encubrimiento».

De ahí surgió el Camino Sinodal alemán, que (pese a las dificultades y los intentos de boicot de los sectores ultraconservadores de la Curia) plantea temas «que deben ser sometidas a debate con la Iglesia universal». Por eso, «los católicos de Alemania miran con esperanza el Camino Sinodal de la Iglesia universal» como una oportunidad para integrar las experiencias sinodales y hacer su propia contribución. 

Que la Iglesia salga de su zona de confort

Dichas contribuciones han de integrarse dentro del Sínodo Mundial, se asegura en el documento enviado a Roma, que clama por lograr que la Iglesia «salga de la zona de confort del rol de anfitrión para convertirse en huésped en la vida de las personas”. Para los católicos alemanes, la Iglesia del futuro «será de pequeñas comunidades en las que los laicos tengan un papel protagonista». 

Pese a todo, las conclusiones denuncian que obispos, sacerdotes y responsables pastorales «no escuchan lo suficiente» a los fieles, que la Iglesia es «una institución que define pero no escucha«, y que si lo hace no es una «escucha compartida». «Hay temas tabú que no se pueden abordar, hay límites a la libertad de expresión en la Iglesia», concluye el documento.

La sinodalidad

«La sinodalidad no es una excursión de un grupo sino un caminar de todos»

¿Entre gálatas y corintios? A propósito de las noticias sobre la Iglesia alemana

El Sínodo es una forma de mantener vivo el espíritu de colegialidad que nació del Concilio
El Sínodo es una forma de mantener vivo el espíritu de colegialidad que nació del Concilio

Tras el Vaticano II hubo una serie de reacciones desaforadas, precipitadas o egoístas que dieron argumentos a los enemigos del Concilio y contribuyeron a retrasar su aceptación

El miedo (no cristiano) de las derechas y la impaciencia (poco cristiana) de las izquierdas son dos grandes causas que dificultan el buen funcionamiento de la historia. Ojalá eso no se repita hoy con la línea de Francisco

Yo siento que, en España, un amplio sector supuestamente católico, no acaba de aceptar ni el Vaticano II ni la vuelta al Evangelio del pontificado de Francisco, sobre todo en buena parte de su clero diocesano más joven y de algunos obispos

Por José I. González Faus

La intervención de Roma en el llamado camino sinodal alemán me hizo temer que hubiera allí algún desvío. Por otro lado, en estos casos desconfío siempre de los medios de comunicación: porque no les interesa la verdad sino la audiencia. Y la audiencia se consigue con asuntos de cama y peleas (ahí está ese bochornoso programa “Corazón” de nuestra TVE 1). Un amigo jesuita alemán me habló claramente de “tergiversaciones” y eso ya me tranquilizó. El camino sinodal alemán había nacido como intento de respuesta al drama de los abusos y hubiese sido una pena que eso se desvirtuara.

Esos días de dudas que pasé me han servido para una reflexión sobre los peligros que amenazan a la Iglesia y que luego encontré ya formulados en el Nuevo Testamento. Los llamaré: la tentación de Galacia y la de Corinto. Yo siento que, en España, un amplio sector supuestamente católico, no acaba de aceptar ni el Vaticano II ni la vuelta al Evangelio del pontificado de Francisco, sobre todo en buena parte de su clero diocesano más joven y de algunos obispos. Suelo comparar a ese sector con aquellos que en Galacia combatían la predicación de Pablo y les aplico las palabras del Apóstol a los gálatas: “si alguien (aunque sea un ángel) os anuncia otro evangelio, sea anatema”.

Sinodalidad
Sinodalidad

Esta tentación de Galacia me hizo pensar que las acusaciones de algunos contra el camino sinodal alemán (prescindiendo ahora de su verdad) podían evocar una situación de cierta impaciencia o ligereza como la que se daba en los cristianos de Corinto, cuando Pablo se sintió llamado a escribirles: “ante vosotros no quiero saber nada más que a Cristo y este crucificado”. La afirmación es unilateral: Pablo en otros momentos sabe más cosas. Pero ante los corintios recurre deliberadamente a esa unilateralidad para añadir que el Libertador en que creemos es “locura para los sabios y escándalo para los hombres religiosos” (1 Cor 1, 23). Es importante por eso que nuestro proceder y la impresión que damos sea siempre aquella que tan bién definió D. Bonhoeffer: “estar con Dios en su pasión”.

Evoquemos aquí esa palabra tan de moda: la sinodalidad[1]. Que la sinodalidad marca el camino de la Iglesia es algo de lo que no puede caber duda. Pero, usando el lenguaje de Jesús, habría que añadir que la sinodalidad es una senda estrecha y empinada y no una autopista de varios carriles. Pues la sinodalidad alude a la totalidad de la Iglesia: no es una excursión de un grupo sino un caminar de todos. Y no cabe que un grupo reducido (por valioso que sea) se identifique con ella, como cuando Pío IX dijo: “la Tradición soy yo” (y antes Luis XIV: “el estado soy yo”). La sinodalidad somos todos.

La Iglesia debe salir de su armario
La Iglesia debe salir de su armario

Ahí podría estar el contenido de la acusación que algunos han lanzado contra el camino alemán. Por discutible que sea la acusación, creo que sirve para esa otra reflexión más amplia sobre los peligros que pueden amenazar a la Iglesia. Y quiero rescatar esa acusación porque el mayor peligro para las reformas de Francisco no lo veo en la ceguera de los que intentan pisar el freno como sea, sino en la otra de quienes se empeñasen en apretar el acelerador a toda costa y por su cuenta. Y creo que ese mismo daño se lo hicieron algunos al Vaticano II, dando argumentos a todos los enemigos del Concilio. Permitidme contar un viejo recuerdo.

Hacia 1965 coincidí en Roma con Henri de Lubac (yo pobre alumno del Instituto Bíblico –tan denostado entonces- y él perito conciliar): algunos estudiantes salíamos con él luego del almuerzo de mediodía a tomar un café en un bar muy cercano a la Via del Seminario. Recuerdo cómo le gustaba a De Lubac el “capuccino”. Y recuerdo sobre todo con qué entusiasmo nos hablaba de las sesiones conciliares y de la constitución Dei Verbum a punto ya de aparecer. Por eso me dolió y me sorprendió que, poco después de terminado el Vaticano II, el mismo De Lubac levantara con dureza su voz contra determinadas explicaciones (o explotaciones) irresponsables que algunos católicos estaban dando de la apertura conciliar: como aquellos cristianos de Corinto que pretendían que “ya hemos resucitado” y que, por consiguiente, ya no había frenos para los deseos humanos.

Logo del Sínodo 2021-2023, 'Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión'
Logo del Sínodo 2021-2023, ‘Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión’

Yo sufrí desolado aquella reacción de De Lubac (y alguna otra parecida) como un descrédito del Vaticano II al que los jóvenes de entonces intentábamos activar a toda costa. Y recordé una anécdota de la historia de mi país: cuando en 1931 después de tantas voces y tantos deseos llegó por fin la república, al poco tiempo comenzaron a aparecer voces de intelectuales autorizados que clamaban: “no es eso, no es eso”…

Volviendo al Vaticano II, entonces parece que sí hubo algo de verdad en aquella reacción: quienes tengan mi edad recordarán la cascada de salidas de seminarios y de vocaciones abandonadas en aquellos primeros años posconciliares… (Algún caso he podido acompañarlo yo, años después, en su vuelta a la fe o a la práctica cristiana). Aquella reacción irresponsable contribuyó a fortificar las fuerzas hostiles al Concilio y ha retardado su asimilación y su digestión plena por el cuerpo eclesial. Y no sé si pudo contribuir a que, muy poco después, se produjera el error de la Humanae Vitae, contraria a la opinión de la gran mayoría de la comisión convocada, y debida al miedo que infundieron en Pablo VI los conservadores. Y que el entonces cardenal Luciani trató de evitar a toda cosa (y solo por eso ya merece ser beatificado).

Desde un punto de vista psicológico es tópico recurrir a la imagen de las aguas represadas a las que no se les fue dando salida y que cuando se desbordan provocan una inundación. Desde un punto de vista histórico yo aprendí entonces la lección que he citado en otro sitio: que el miedo (no cristiano) de las derechas y la impaciencia (poco cristiana) de las izquierdas son dos grandes causas que dificultan el buen funcionamiento de la historia. Ojalá eso no se repita hoy con la línea de Francisco: pues por mucho que se diga que “la historia es maestra de la vida”, parece evidente que los hombres no solemos aprender sus lecciones.

El Camino Sinodal alemán, por el celibato opcional y los ministerios para la mujer
El Camino Sinodal alemán, por el celibato opcional y los ministerios para la mujer

Tranquiliza saber que los problemas y dificultades de la Iglesia no son nuevos sino muy viejos, como sugerían las anteriores alusiones a la época neotestamentaria. Por eso puede ser útil evocar también la vía de solución que se dio entonces para mantener la unidad en medio de las divisiones, y que Pablo asegura haber cumplido plenamente: “acordarse de los pobres” (Gal 2, 10). Esa atención primaria a los pobres puede ser una fuente de paciencia. Nos ofrece además el verdadero fundamento de algunas reivindicaciones (celibato opcional, ministerio de la mujer[2]…): que no broten de un mero afán burgués individual, sino de la necesidad de que todo el pueblo de Dios pueda tener acceso a la eucaristía a la que tiene pleno derecho.

Recordemos una frase de las que más me impresionaron del diario de Etty Hillesum: “cuando dejo de sentirme pura por dentro no puedo abrirme a los demás” (14 enero 1942). Así no se oscurecerá el anuncio jesuánico del reinado de Dios: el de la libertad de hijos y la fraternidad de hermanos.

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[1] Traté un poquito más el tema en: “Sinodalidad eclesial (importancia, problemas, sugerencias)”, en Razón y Fe. n. 1454 (noviembre-diciembre 2021), pgs. 335-43.

[2] Por cierto, en este punto queda una pregunta para los que analizan documentos papales: tras haber leído el último sobre la liturgia me quedé con la impresión de que Francisco, al referirse a los curas, nunca usa la palabra “sacerdotes”: habla de presbíteros, de ministerio eclesial… pero, no sé si deliberadamente, parece rehuir el vocabulario sacerdotal en este campo concreto. Si es así, esta podría ser una de esas revoluciones secretas (y tan evangélicas) que Francisco deja ahí, para que fructifiquen algún día. No lo sé: el amigo Jesús Martínez, buen analista, tiene aquí una sugerencia

Espiritualidad versus religiosidad? 

por José Francisco Gómez Hinojosa  

Se lamenta el presidente de la Conferencia Episcopal Alemana: “Hay gente que quiere mantener su fe, pero no ve cómo puede hacerlo en esta Iglesia”. 

Georg Bätzing corrobora el secreto a voces: la Iglesia universal está en crisis, ya por los escándalos relacionados con el abuso de menores, ya por la dramática disminución de fieles y sacerdotes –causa que quizá depende de la anterior–. Pero, más allá de lo acertado de este análisis, me parece que hay otro elemento a considerar: la dificultad presentada en los últimos años para armonizar la espiritualidad con la religiosidad

Más espiritual 

Cada vez son más las personas, como lo sugiere el obispo germano, que no encuentran en la estructura eclesiástica, especialmente en lo relacionado con la liturgia y la doctrina moral, un respaldo a su espiritualidad. Más aún. El andamiaje institucional de la Iglesia, plagado de normas, reglamentos y trabas, hasta impide el desarrollo de esa espiritualidad. 

Y es que mientras se está dando una apertura a experiencias de meditación, de contacto con la naturaleza, de retiros con orientaciones místicas, de voluntariado en organizaciones de la Sociedad Civil, pareciera que la Iglesia endurece sus protocolos, se estanca en sus valoraciones morales y sigue apegada a liturgias muy distantes de los fieles, en especial de los más jóvenes. 

Ya sabemos que Jesús no vino a fundar una nueva institución religiosa. Más aún: se enemistó con los profesionales de la religión judía, confrontación que hasta le costó la vida. Si nuestra Iglesia quiere que regresen los fieles a sus templos, si se busca el aumento en el número de sus ministros, bien le haría en retornar a Jesús, a sus evangelios, para sacar de Él y de ellos la espiritualidad que tanto necesita proyectar. 

Pero si seguimos asfixiándonos en reglamentos y normas, si fortalecemos la estructura religiosa en detrimento del carisma espiritual, no sólo los fieles continuarán alejándose, sino la Iglesia misma traicionará su misión evangelizadora. 

Le urge a la Iglesia católica volverse más “espiritual” y menos “religiosa”

Pro-vocación 

Hoy celebramos la V Jornada Mundial de los Pobres, con el lema “A los pobres los tienes siempre con ustedes” (Marcos 14,7). Invito a leer el mensaje del Papa Francisco con motivo de esta celebración. Sólo anoto un párrafo del #2: “Los pobres de cualquier condición y cualquier latitud nos evangelizan, porque nos permiten redescubrir de manera siempre nueva los rasgos más genuinos del rostro del Padre”. 

El camino sinodal de la Iglesia alemana

Debate abierto en Alemania: del papel de la mujer y los laicos, a la abolición de los seminarios o el celibato

 

A la mayoría de los participantes les urge el que se tomen decisiones concretas sobre reformas de la Iglesia en Alemania: la presión es grande para alcanzar propuestas y soluciones
Muchos católicos esperan que la Iglesia hable con más libertad sobre las relaciones de pareja, la anticoncepción y la homosexualidad. Pero, al mismo tiempo, entre los miembros del sínodo prevalecía la opinión de que la Iglesia había perdido ya el contacto con la vida de muchos, especialmente de los jóvenes
07.02.2021 | José Luis Gómez de Segura, corresponsal en Alemania Seguir leyendo