Migrantes abandonados en el Mediterráneo

Mil personas esperan en el mar tras la negativa del Gobierno de Meloni a acoger a rescatados por ONG extranjeras

El 'Ocean Viking' desembarcará este domingo en Sicilia a los más de 500 migrantes rescatados a bordo
Migrantes rescatados por el «Ocean Viking», en una imagen de archivo.   Flavio Gasperini / 

Las organizaciones humanitarias advierten de que entre ellas hay menores y que están totalmente exhaustos, deshidratados, con angustia psicológica y que precisan atención médica inmediata.

ROMA EFE

Alrededor de mil migrantes rescatados en el Mediterráneo central por tres embarcaciones de otras tantas ONG esperan desde hace días en el mar después de que el nuevo Gobierno italiano, presidido por Giorgia Meloni, haya advertido de que no dejará desembarcar a las personas rescatadas por barcos de organizaciones humanitarias extranjeras. 

La ONG Sos Mediterranee, que opera en el Mediterráneo en colaboración con la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR), ha lamentado que las 234 personas rescatadas por su barco, el Ocean Viking, llevan once días aguardando para desembarcar en un puerto seguro.

«Los bloqueos cada vez mayores a los que se enfrentan los barcos de rescate en esta parte del mar desde 2018 son discriminatorios e inaceptables. Mantener a los sobrevivientes a bordo de los barcos por más tiempo, rehenes del debate político, sería el resultado de un amargo fracaso por parte de los miembros de la Unión Europea y los Estados asociados «, declaró en un comunicado Sophie Beau, directora general de la ONG.

El responsable de la operación por parte de la FICR, Frido Herinckx, informó de que «las personas rescatadas están totalmente exhaustas, deshidratadas, con angustia psicológica y algunas necesitan atención médica inmediata». «Les proporcionamos atención sanitaria y primeros auxilios psicológicos, comida y agua, artículos de higiene y la posibilidad de llamar a familiares para ponerse en contacto con ellos. Pero no pueden esperar más, esta incertidumbre hace que la situación sea insoportable y el estrés aumenta día a día. Necesitan urgentemente un puerto seguro», añadió.

El mismo llamamiento hizo Médicos sin Fronteras, pues su barco, el Geo Barentes, lleva también varios días esperando un puerto con 572 migrantes a bordo después de haber pedido poder desembarcar hasta cuatro veces a Malta.
También llevan más de una semana en el mar las 179 personas rescatadas por la ONG Humanity. «Entre ellos se encuentran un bebé de 7 meses y más de 100 menores no acompañados que sufren particularmente la tensión psicológica», agregó la ONG que comunicó que se ha solicitado once veces a Italia y Malta un puerto.

Humanity explica que los menores de edad presentan «además de signos de violencia física, incluidas las cicatrices de disparos y cortes, las secuelas de las experiencias traumáticas en sus países de origen y durante la huida son evidentes».

El vicepresidente del Gobierno y ministro de Infraestructuras y Transportes, Matteo Salvini, anunció que se volverán a cerrar los puertos a los barcos de ONG extranjeras, como cuando fue ministro del Interior entre 2018 y 2019.

Asimismo, el nuevo ministro de Interior, Matteo Piantedosi, que fue jefe de gabinete de Salvini cuando él ocupó el mismo cargo, confirmó que se aplicará la ley de seguridad y que por tanto «los estados de bandera (Alemania y Noruega ) son competentes para la asistencia y por lo tanto para la recepción» de las personas rescatadas.

En lo que va de año, han llegado a las costas italianas 82.384 migrantes, frente a los 53.189 del mismo periodo del año anterior, según los datos actualizados por el Gobierno de Roma el pasado 28 de octubre.

El cementerio del Mediterráneo

Agrelo: «En las costas de Almería el mar está arrojando a las playas cadáveres de hombres, mujeres, niños, que son cuerpo de Cristo» 

Mons. Agrelo

«Queremos comulgar con él, queremos que él sea en nosotros, que él viva en nosotros, que él ame en nosotros, que él continúe en nosotros su lucha contra el mal que aflige a la humanidad» 

«La fe nos pedirá mucho más: reclamará nuestra vida para la salvación de los verdugos, de los que esclavizan, de los que crucifican, de los que asisten al espectáculo, de los que desprecian el dolor de los crucificados» 

24.09.2021 Santiago Agrelo 

El hecho es que sólo quiero hablar de Cristo Jesús, de aquel a quien confieso “Señor mío y Dios mío”, aquel a quien reconozco como mi salvador, mi redentor, mi luz, mi vida. 

Sólo quiero hablar de él; pero en realidad eso significa que quiero escuchar sus palabras, fijarme en lo que hace, imitar su vida, seguir sus pasos

También lo podríamos decir así: queremos comulgar con él, queremos que él sea en nosotros, que él viva en nosotros, que él ame en nosotros, que él continúe en nosotros su lucha contra el mal que aflige a la humanidad. 

Por el misterio de la encarnación, fue él quien buscó primero esa comunión con nosotros, ese encuentro con los necesitados de salvación. 

No hay fe cristiana si no reconocemos la comunión de Cristo Jesús con nosotros y nuestra comunión en Cristo con la humanidad entera. 

Las dos pertenecen al corazón de nuestra fe: la “comunión de Cristo Jesús con nosotros”, y “nuestra comunión con la humanidad”. Pero ninguna de ellas sería posible si la palabra comunión se quedase fuera del vocabulario del amor, fuera del amor que Cristo Jesús nos tiene, fuera del amor que Cristo Jesús nos pide tener a toda la humanidad: un amor verdadero, eficaz, poderoso para expulsar demonios; un amor humilde para dar a beber un vaso de agua a quien tenga sed. 

En las costas de Almería el mar está arrojando a las playas cadáveres de hombres, mujeres, niños, que son cuerpo de Cristo, que son nuestra propia carne. 

En lo que va de año, en el mar que une África y las Islas Canarias han muerto o han desaparecido más de 1.900 personas, hombres, mujeres, niños, que son cuerpo de Cristo, que son nuestra propia carne. 

No veo cómo podamos ser creyentes sin solidaridad con las víctimas de la iniquidad fratricida, de la indiferencia deshumanizada, de la violencia homicida. 

Esa solidaridad no debiera resultarnos difícil. Pero la fe nos pedirá mucho más: reclamará nuestra vida para la salvación de los verdugos, de los que esclavizan, de los que crucifican, de los que asisten al espectáculo, de los que desprecian el dolor de los crucificados

“En esto hemos conocido el amor de Dios: en que él dio su vida por nosotros. También nosotros debemos dar nuestra vida por los hermanos”. 

Esa es nuestra vocación: Amar a todos, como Jesús. Salir en busca de todos, como Jesús. Dar la vida por todos, como Jesús. 

Cristo Jesús es la ley perfecta, el precepto fiel, el mandamiento verdadero. Él es descanso del alma

Para nosotros la vida está en aprender a Jesús, en comulgar con Cristo Jesús, en ser de Cristo Jesús. 

Ojalá escuchemos hoy su voz. Que él abrace hoy con nuestros brazos a la humanidad que sufre. Que él se ofrezca hoy en nuestras vidas a los necesitados de salvación. 

Feliz comunión con el amor de Dios en Cristo Jesús 

Más migrantes varados en el Mediterráneo

Más de 500 personas migrantes, a la deriva en el Mediterráneo ante la pasividad de la Unión Europea

Misma situación, pero diferente año. El verano devuelve de nuevo la imagen de barcos con migrantes a bordo varados en el mar. Las ONG denuncian que Europa «lleva demasiado tiempo negando sus obligaciones legales y morales» en materia migratoria. Unos 89 migrantes en una embarcación de madera esperan a ser rescatados a unas 63 millas náuticas al suroeste de la isla italiana de Lampedusa, en el mar Mediterráneo, el 2 de agosto de 2021. 

MARÍA G. ZORNOZA@@MARIAGZORNOZA

Hace poco más de tres años, la noticia de que España daba la autorización al buque Aquarius para desembarcar en Valencia a sus 630 personas a bordo daba la vuelta al mundo. Se ponía así a ocho días de travesía y angustia en el Mediterráneo Central. Pero situaciones de este tipo, que han perdido atractivo mediático absorbidas por la vorágine de la pandemia, continúan produciéndose a las puertas de Europa.

El Ocean Viking suma hoy su quinto día a la deriva sin que ningún país le permite dejar en tierra a sus 553 rescatados. Es el patrón que se repite en Europa durante los últimos cinco años. La política europea desde el 2015 en las aguas del Mediterráneo es la ausencia de política. El bloque comunitario, incapaz de consensuar una postura común e intimidado por los discursos ultraconservadores, ha metido esta asignatura pendiente en el cajón de sastre.

La improvisación, los parches y las soluciones ad-hoc son la normalidad imperante en las fronteras marítimas de la UE de los últimos años. La ONG SOS Mediterree, responsable del Ocean Viking, lleva días pidiendo a las autoridades marítimas que le asignen un puerto seguro y a los países de la UE que establezcan un mecanismo de reparto para el medio millar de personas a bordo.

El Derecho Marítimo Internacional exige un desembarco rápido y seguro de las personas rescatadas en el mar. El Ocean Viking ha enviado seis solicitudes desde el domingo. Ninguna ha tenido respuesta. Las buenas noticias llegan desde sus compañeros del Sea Watch, que se dirigen hacia el puerto en Trapani en Sicilia para desembarcar a sus 257 rescatados, tras varios días bloqueados cerca del país transalpino.

Thank you for watching

Hace seis años, cuando el Viejo Continente enfrentó el mayor flujo migratorio en sus fronteras, la Comisión Europea y Alemania lideraron la iniciativa para distribuir a los solicitantes de asilo por los 27 Estados miembros atendiendo a parámetros proporcionales. Fue el principio del fin de la política europea migratoria. Países como Hungría no solo se negaron, sino que lo utilizaron para desacreditar a Bruselas y para acelerar su campaña anti-inmigración.

Entre las personas a bordo se encuentran 119 menores, 4 mujeres embarazadas y un bebé de tres años. El calor asfixiante en uno de los veranos más calurosos en el sur de Europa junto al cansancio y a la incertidumbre comienzan a hacer mella. Desde el Ocean Viking, sus tripulantes describen a Público una situación que se está volviendo «insostenible». Las heridas se están infectando, los menores han perdido el apetito y el mar comienza a ponerse bravo.

Los primeros desmayos, vómitos y deshidrataciones ya se han producido. «Las condiciones médicas de los supervivientes empeora por momentos: aumentan las heridas, el malestar general, la debilidad y los dolores de cabeza», denuncia la ONG a través de Twitter. 

«Hacer esperar a personas que se acaban de librar por poco de la muerte es poner su salud física y mental en riesgo», condena a través de un comunicado de prensa Luisa Albera, coordinadora a bordo del Ocean Viking, que advierte de los persistentes traumas psicológicos que pueden sucederse.

Un escritor yemení de 31 años narra cómo les golpearon con armas «más grandes que un brazo»

Algunas de las personas a bordo acumulaban tres días en alta mar antes de ser rescatados. No solo huían de Libia, el país que dejaban atrás, también lo hacían de sus guardacostas. Un escritor yemení de 31 años narra cómo les golpearon con armas «más grandes que un brazo» antes de conseguir escapar y quedarse sin agua y sin combustible en medio del mar, hasta que fueron avistados por la ONG. Y con todo, Zidane es un privilegiado. Buena parte de las personas que intentan escapar del Estado fallido en el que se ha convertido Libia desde 2011, acaba de regreso en el país tras ser interceptadas por sus guardacostas, entrenados y pagados con dinero europeo. Este cuerpo ha sido sistemáticamente denunciado por sus abusos de derechos humanos.

La devolución de personas a Libia, donde se han documentado prácticas como la compra-venta de migrantes, también es motivo de denuncia por parte de las organizaciones de derechos humanos. «Como testigo directo, hemos visto que los países europeos llevan demasiado tiempo negando sus obligaciones legales y morales. No podemos seguir dejando a Italia sola. Es una vergüenza para Europa y para nuestros valores humanitarios dejar a la gente vulnerables sufriendo de esta forma», señala a este periódico el equipo de Sos Mediterranee.

Los muros ya no son tabú

Las ONG en el Mediterráneo llevan meses pidiendo a Europa que establezca un sistema eficaz de búsqueda y rescate en el mar para salvar vidas humanas. La UE adopta la línea dura: los muros ya no son tabú. No hace tantos años desde que los líderes europeos recelaban y criticaban abiertamente las intenciones de Donald Trump de construir un muro en su frontera con México para evitar que los migrantes centroamericanos cruzasen a su país.

En paralelo, países del club comunitario como Hungría o Croacia levantaban los suyos propios para frenar el tránsito de refugiados en la ruta de los Balcanes Occidentales. Pero no ha sido hasta esta semana cuando un miembro de la Comisión Europea ha abierto el camino a la construcción de vallas fronterizas en suelo europeo.

De visita a Lituania, la sociademócrata sueca Ylva Johansson, responsable de Interior, aseguró que sería necesaria una barrera física en la frontera que Lituania comparte con Bielorrusia. Se trata de un cambio de tono que confirma la tendencia de mano hierro que se está asentando en Europa con la gestión migratoria. A día de hoy, la UE no ha financiado ninguna valla o muro fronterizo, algo que podría cambiar con la situación en Vilna.

Alexander Lukashenko, el conocido como último dictador de Europa, conoce las debilidades europeas. Erdogan en Turquía o Mohammed VI en Marruecos ya habían abierto el camino: la mejor manera de «castigar» a los europeos es azuzando los fantasmas migratorios y enviar a solicitantes de asilo a sus puertas. El turco abrió el año pasado la puerta de las islas griegas a miles de refugiados sirios; el monarca alauí empujó poco después a sus ciudadanos a Ceuta. Y ahora el bielorruso los ha lanzado a las puertas de Lituania. El mensaje de Bruselas siempre ha sido que no permitirá que se le chantajee con la instrumentalización de las personas migrantes.

Mientras Europa continúa paralizada, a los problemas anteriores se suman otros nuevos. La guerra en Afganistán se está recrudeciendo con una campaña de atentados por parte de los talibanes, que coincide con la retirada de las tropas occidentales del país tras varias décadas. Los primeros desplazamientos masivos de una población que huye del conflicto y de la miseria ya se están produciendo. Una nueva ola migratoria pillaría a Europa con los deberes sin hacer, pero con la meta de basar su política migratoria del futuro en fortalecer las fronteras externas y disuadir a las personas de alcanzar el Viejo Continente.

Comunicado de Comunidades Cristianas Populares sobre la tragedia en el Mediterráneo

Es una vergüenza, una injusticia y una canallada de parte de los gobiernos europeos, el dejar morir a tanta gente en el Mediterráneo cuando se puede hacer fácilmente y lo exigen las leyes internacionales de auxilio en los mares

¡Cese tanta muerte en la frontera y tantas vidas ahogadas, cese tal exterminio!

Como Comunidades Cristinas Populares de Andalucía, seguidoras del Evangelio de Jesús de Nazaret, queremos manifestar nuestra indignación por la política que se está llevando a cabo con los migrantes que llegan a la UE, una política a todas luces que viola continuamente los derechos humanos de aquellas personas que quieren alcanzar una vida más digna, los migrantes procedentes de los pueblos más empobrecidos y ultrajados de la tierra. Se nos viene a la mente y al corazón aquellas palabras del Maestro: “Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis”. (Mt 25, 41.43).

Mientras el Jefe del Estado veranea en el Palacio de Marivent en Palma de Mallorca y el Presidente del Gobierno en el Palacio de las Marismillas de Doñana, siguen las concertinas en las alambradas de las vallas de Ceuta y Melilla, cuando hace más de un año dijeron que las iban a eliminar. Mientras los altos mandatarios de nuestro país descansan en tan hermosas residencias palaciegas, la policía del país vecino se encarga de hacerles el juego sucio moliendo a palos o deportando al desierto a los migrantes que se acercan a las fronteras que limitan con el norte rico y acomodado. Mientras nuestros máximos representantes disfrutan de los mejores paisajes y estancias, muchos refugiados siguen sin la más mínima protección y con el miedo de ser devueltos a sus países con el riesgo de la muerte que ello conlleva. Ellos tiene la desvergüenza de gozar de las mejores comodidades con los impuestos pagados con el sudor de los trabajadores de España, mientras que centenares de migrantes se encuentran repartidos por los CIES de todo el país por el sólo hecho de estar indocumentados, sin haber cometido ningún acto criminal.

La política de la UE está tomando unos derroteros que la asemejan a los programas políticos de Salvini, Le Pen y Abascal. ¿Cómo podemos decir del viejo continente que es la cuna de los derechos humanos y de la democracia cuando se permite morir a personas en el mar por no estar en las aguas jurisdiccionales de los países miembros de la UE? ¿Cómo los políticos responsables de la UE sortean su responsabilidad no acogiendo en sus puertos a barcos como el Open Arms? ¿Cómo llegan a amenazar a las personas solidarias dispuestas a salvar de la muerte al herman@ con elevadas multas e incluso pena de cárcel? ¿Qué le ha pasado, señor Sánchez, de salvar al Aquarius a ignorar al Open Arms en solo un año?

Queremos y podemos alzar nuestras voces, como lo hizo Oscar Romero hace 40 años un día antes de ser asesinado: “debe prevalecer la ley de Dios. Una ley inmoral nadie tiene que cumplirla (…) La Iglesia, defensora de los derechos de Dios, de la Ley de Dios, de la dignidad humana, de la persona, no puede quedarse callada ante tanta abominación”. Posiblemente de vivir en estos tiempos viendo las políticas migratorias norteamericanas y europeas hubiese dicho: – ¡Cese tanta muerte en la frontera y tantas vidas ahogadas, cese tal exterminio!

CCPA Agosto de 2019