La Buena Noticia del Dgo. 4º Cuaresma-A

La luz nueva

Jn 9, 1.6-9.13-17.3438

Ciegos que ven con una luz nueva

Hoy es el domingo de la luz, el domingo de la alegría porque Cristo es nuestra luz.  Jesús cura a un ciego de nacimiento; y ese encuentro del ciego con Jesús va a cambiar su vida, va a ver también con los ojos de la fe.

A veces vivimos ciegos, sin ojos para mirar la vida como la miraba Jesús. Solo escuchando a Jesús y dejándonos conducir interiormente por él, vamos caminando a una fe más plena. Solo la experiencia personal del encuentro con Jesús nos abre los ojos y el corazón

Lectura de la Palabra

Juan 9,1-41

                                                                                             Fue, se lavó, y volvió con vista

En aquel tiempo, al pasar Jesús vio a un hombre ciego de nacimiento. [Y sus discípulos le preguntaron: «Maestro, ¿quien pecó, éste o sus padres, para que naciera ciego?» Jesús contestó: «Ni éste pecó ni sus padres, sino para que se manifiesten en él las obras de Dios. Mientras es de día, tenemos que hacer las obras del que me ha enviado; viene la noche, y nadie podrá hacerlas. Mientras estoy en el mundo, soy la luz del mundo.»

Dicho esto,] escupió en tierra, hizo barro con la saliva, se lo untó en los ojos al ciego y le dijo: «Ve a lavarte a la piscina de Siloé (que significa Enviado.» Él fue, se lavó, y volvió con vista. Y los vecinos y los que antes solían verlo pedir limosna preguntaban: «¿No es ése el que se sentaba a pedir?» Unos decían: «El mismo.» Otros decían: «No es él, pero se le parece.» Él respondía: «Soy yo.»

[Y le preguntaban: «¿Y cómo se te han abierto los ojos?» Él contestó: «Ese hombre que se llama Jesús hizo barro, me lo untó en los ojos y me dijo que fuese a Siloé y que me lavase. Entonces fui, me lavé, y empecé a ver.» Le preguntaron: «¿Dónde está él?» Contestó: «No sé.»]

Llevaron ante los fariseos al que había sido ciego. Era sábado el día que Jesús hizo barro y le abrió los ojos. También los fariseos le preguntaban cómo había adquirido la vista. Él les contestó: «Me puso barro en los ojos, me lavé, y veo.» Algunos de los fariseos comentaban: «Este hombre no viene de Dios, porque no guarda el sábado.» Otros replicaban: ¿Cómo puede un pecador hacer semejantes signos?» Y estaban divididos. Y volvieron a preguntarle al ciego: «Y tú, ¿qué dices del que te ha abierto los ojos?» Él contestó: «Que es un profeta.»

[Pero los judíos no se creyeron que aquél había sido ciego y había recibido la vista, hasta que llamaron a sus padres y les preguntaron: «¿Es éste vuestro hijo, de quien decís vosotros que nació ciego? ¿Cómo es que ahora ve?» Sus padres contestaron: «Sabemos que éste es nuestro hijo y que nació ciego; pero cómo ve ahora, no lo sabemos nosotros, y quién le ha abierto los ojos, nosotros tampoco lo sabemos. Preguntádselo a él, que es mayor y puede explicarse.» Sus padres respondieron así porque tenían miedo los judíos; porque los judíos ya habían acordado excluir de la sinagoga a quien reconociera a Jesús por Mesías. Por eso sus padres dijeron: «Ya es mayor, preguntádselo a él.»

Llamaron por segunda vez al que había sido ciego y le dijeron: «Confiésalo ante Dios: nosotros sabemos que ese hombre es un pecador.» Contestó él: «Si es un pecador, no lo sé; sólo sé que yo era ciego y ahora veo.» Le preguntan de nuevo: ¿Qué te hizo, cómo te abrió los ojos?» Les contestó: «Os lo he dicho ya, y no me habéis hecho caso; ¿para qué queréis oírlo otra vez?; ¿también vosotros queréis haceros discípulos suyos?» Ellos lo llenaron de improperios y le dijeron: «Discípulo de ése lo serás tú; nosotros somos discípulos de Moisés. Nosotros sabemos que a Moisés le habló Dios, pero ése no sabemos de dónde viene.» Replicó él: «Pues eso es lo raro: que vosotros no sabéis de dónde viene y, sin embargo, me ha abierto los ojos. Sabemos que Dios no escucha a los pecadores, sino al que es religioso y hace su voluntad. Jamás se oyó decir que nadie le abriera los ojos a un ciego de nacimiento; si éste no viniera de Dios, no tendría ningún poder.»]

Le replicaron: «Empecatado naciste tú de pies a cabeza, ¿y nos vas a dar lecciones a nosotros?» Y lo expulsaron. Oyó Jesús que lo habían expulsado, lo encontró y le dijo: «¿Crees tú en el Hijo del hombre?» Él contestó: «¿Y quién es, Señor, para que crea en él?» Jesús les dijo: «Lo estás viendo: el que te está hablando, ése es.» Él dijo: «Creo, señor.» Y se postró ante él.

[Jesús añadió: «Para un juicio he venido ya a este mundo; para que los que no ve vean, y los que ven queden ciegos.» Los fariseos que estaban con él oyeron esto y le preguntaron: «¿También nosotros estamos ciegos?» Jesús les contestó: «Si estuvierais ciegos, no tendríais pecado, pero como decís que veis, vuestro pecado persiste.»]

Comentarios a la Palabra

CAMINOS HACIA LA FE

El relato es inolvidable. Se le llama tradicionalmente la «curación del ciego de nacimiento», pero es mucho más, pues el evangelista nos describe el recorrido interior que va haciendo un hombre perdido en tinieblas hasta encontrarse con Jesús, «Luz del mundo».

No conocemos su nombre. Solo sabemos que es un mendigo, ciego de nacimiento, que pide limosna en las afueras del Templo. No conoce la luz. No la ha visto nunca. No puede caminar ni orientarse por sí mismo. Su vida transcurre en tinieblas. Nunca podrá conocer una vida digna.

Un día Jesús pasa por su vida. El ciego está tan necesitado que deja que le trabaje sus ojos. No sabe quién es, pero confía en su fuerza curadora. Siguiendo sus indicaciones, limpia su mirada en la piscina de Siloé y, por primera vez, comienza a ver. El encuentro con Jesús va a cambiar su vida.

Los vecinos lo ven transformado. Es el mismo, pero les parece otro. El hombre les explica su experiencia: «Un hombre que se llama Jesús» lo ha curado. No sabe más. Ignora quién es y dónde está, pero le ha abierto los ojos. Jesús hace bien incluso a aquellos que solo lo reconocen como hombre.

Los fariseos, entendidos en religión, le piden toda clase de explicaciones sobre Jesús. Él les habla de su experiencia: «Solo sé una cosa: que era ciego y ahora veo». Le preguntan qué piensa de Jesús, y él les dice lo que siente: «Que es un profeta». Lo que ha recibido de él es tan bueno que ese hombre tiene que venir de Dios. Así vive mucha gente sencilla su fe en Jesús. No saben teología, pero sienten que ese hombre viene de Dios.

Poco a poco, el mendigo se va quedando solo. Sus padres no lo defienden. Los dirigentes religiosos lo echan de la sinagoga. Pero Jesús no abandona a quien lo ama y lo busca. «Cuando oyó que lo habían expulsado, fue a buscarlo». Jesús tiene sus caminos para encontrarse con quienes lo buscan. Nadie se lo puede impedir.

Cuando Jesús se encuentra con aquel hombre a quien nadie parece entender, solo le hace una pregunta: «¿Crees en el Hijo del hombre?», ¿crees en el Hombre nuevo, el Hombre plenamente humano precisamente por ser encarnación del misterio insondable de Dios? El mendigo está dispuesto a creer, pero se encuentra más ciego que nunca: «¿Y quién es, Señor, para que crea en él?».

Jesús le dice: «Lo estás viendo: el que te está hablando, ese es». Al ciego se le abren ahora los ojos del alma. Se postra ante Jesús y le dice: «Creo, Señor». Solo escuchando a Jesús y dejándonos conducir interiormente por él vamos caminando hacia una fe más plena y también más humilde.

Por José Antonio Pagola

Testigos de la Palabra

El poeta nicaragüense Ernesto Cardenal, figura clave de la Teología de la Liberación

Voz moral de la revolución sandinista y crítico del Gobierno de Daniel Ortega, ha muerto a los 95 años en Managua

El poeta y sacerdote nicaragüense Ernesto Cardenal ha fallecido el pasado uno de marzo en Managua a causa de daños renales y cardiacos, informaron fuentes cercanas al literato, uno de los principales exponentes de la poesía latinoamericana. Cardenal era uno de los más destacados representantes de la llamada teología de la liberación. Su compromiso político lo hizo apoyar la lucha armada contra la dictadura de Somoza, una dinastía que gobernó Nicaragua por más de 40 años, y más recientemente plantar cara al Gobierno del presidente Daniel Ortega, cuyos desmanes y arbitrariedades denunciaba allá donde viajaba a presentar su poesía. Su compromiso con los más pobres y contra las injusticias lo convirtieron en la voz moral de la revolución sandinista, un proyecto con el que se comprometió a fondo y le valió la reprimenda del Papa Juan Pablo II, para quien un sacerdote no podía inmiscuirse en los asuntos políticos. “¡Nicaragua sin Guardia Nacional, veo el nuevo día! Una tierra sin terror. Sin tiranía dinástica”, había escrito en uno de sus poemas más celebrados, Canto Nacional.

Nació en Granada (Nicaragua), el 20 de enero de 1925. Heredero de una sólida tradición poética –con poetas prominentes como Rubén Darío–, Cardenal estudió literatura en Managua y México y cursó otros estudios en Estados Unidos y Europa. En 1965 fue ordenado sacerdote y más tarde se asentaría en el Archipiélago de Solentiname, localizado en el Gran Lago de Nicaragua, donde fundó una comunidad de pescadores y artistas primitivistas que se hizo mundialmente famosa. Fue ahí donde escribió su célebre El Evangelio de Solentiname. El archipiélago es un sitio de peregrinación de los fieles lectores y seguidores del poeta. Cardenal pasaba sus vacaciones en esas islas, donde leía las obras completas de Darío, escribía o dirigía la misa de Semana Santa en la pequeña iglesia de la localidad. Allí será despedido.

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La «dictadura grosera» de Nicaragua

El Papa afirma que Nicaragua vive una “dictadura grosera” fomentada por el “desequilibrio” de Ortega

“El celibato en la Iglesia podría revisarse”, ha defendido Francisco en una entrevista con Infobae

“Con mucho respeto, no me queda otra que pensar en un desequilibrio de la persona que dirige. Ahí tenemos un obispo preso, un hombre muy serio, muy capaz. Quiso dar su testimonio y no aceptó el exilio. Es una cosa que está fuera de lo que estamos viviendo, es como si fuera traer la dictadura comunista de 1917 o la hitleriana del 35, traer aquí las mismas… Son un tipo de dictaduras groseras”. Así ha respondido el papa Francisco, durante su entrevista con Infobae, a la situación por la que atraviesa Nicaragua actualmente con la dictadura de Daniel Ortega.

El Papa ha hablado de muchos temas diferentes en esta amplia entrevista, en la que también ha revelado su deseo de “viajar a Argentina” y que nunca ha pensado en quién no le votó como Pontífice, hace ya 10 años. “Yo no me voté, eso estoy seguro”, ha dicho, “pero los demás no sé nada”.

El Papa también ha reconocido que “de vez en cuando” llora “a escondidas”. “En público una vez no pude reprimirme, fue por la guerra: estaba diciendo un discurso y ahí me salió eso, y no pude reprimirme. Pero a escondidas. Que los psiquiatras interpreten, yo no me interpreto”, ha explicado entre risas.

Acogida a todos

El Papa también ha recordado las veces que ha hablado sobre la acogida de las personas homosexuales en la Iglesia, y ha subrayado que, sobre esta (y otras) realidades, “la gran respuesta la dio Jesús: todos. Todos. Adentro todos. Cuando los exquisitos no quisieron ir al banquete: vayan ahí al cruce de caminos y llamen a todos. Buenos, malos, viejos, jóvenes, chicos: todos. Todos. Y cada uno resuelve sus posturas ante el Señor con la fuerza que tenga”.

“Esta es una iglesia de pecadores”, ha continuado el Papa. “La iglesia de santos no sé dónde está, acá somos todos pecadores. ¿Y quién soy yo para juzgar a una persona si tiene buena voluntad? Si es más bien de la pandilla del diablo, bueno, a defender un poquito. Pero hoy día se pone mucho la lupa sobre este problema. Creo que hay que ir a lo esencial del evangelio: Jesús llama a todos y cada uno resuelve su relación con Dios como puede o como quiere. A veces uno quiere y no puede, pero el Señor espera siempre”, ha aseverado.

En cuanto al celibato, ha recordado que en la Iglesia católica de rito oriental los sacerdotes “pueden casarse”. “El celibato en la Iglesia podría revisarse”, ha subrayado, llegando, incluso, a señalar que “el machismo es malo. Y a veces el celibato te puede llevar a ser machista”.

Asimismo, en cuanto a las resistencias y distintos pareceres dentro de la Iglesia, el Papa ha señalado directamente el caso “de algún obispo americano, uno muy conocido, que fue nuncio”. Así, apuntando previsiblemente a Carlo Maria Viganò, ha dicho que “uno no sabe si ese hombre es católico o no es católico, está ahí en el borde. Esas resistencias mal manejadas. En la Iglesia desde el inicio hubo resistencias”.

La ONU pide la liberación de Mons Ronaldo Álvarez

La ONU pide la liberación del obispo encarcelado en Nicaragua por Daniel Ortega

El obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez
El obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez Vatican Media

Ante la crisis socio-política que vive el país, las Naciones Unidas observan los acontecimientos con preocupación, piden liberar de inmediato a todas las personas detenidas, entre ellas menciona a Monseñor Rolando Álvarez. A su vez, instan a la comunidad internacional a iniciar acciones legales contra los responsables de las violaciones documentadas

(Vatican News).- El Grupo de Expertos en Derechos Humanos sobre Nicaragua, un organismo independiente mandatado por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, sostiene que el gobierno del país centroamericano está cometiendo violaciones generalizadas de los derechos humanos que constituyen crímenes de lesa humanidad contra civiles motivados por razones políticas. Lo afirma en un informe publicado este 2 de marzo de 2023, en el que pide a la comunidad internacional que imponga sanciones a las instituciones o personas involucradas.

Las violaciones y abusos a los derechos humanos “se perpetran de manera generalizada y sistemática por motivos políticos, y constituyen crímenes de lesa humanidad de asesinato, encarcelamiento, tortura, incluida la violencia sexual, deportación y persecución por motivos políticos”, expresó el experto independiente Jan Simon, añadiendo: “La población nicaragüense vive con temor de las acciones que el propio Gobierno pueda tomar en su contra”.

Al menos 60 religiosos han huido o han sido expulsados de Nicaragua desde 2018
Al menos 60 religiosos han huido o han sido expulsados de Nicaragua desde 2018

Según la ONU, “el informe identificó un patrón de ejecuciones extrajudiciales realizadas por agentes de la Policía Nacional y miembros de grupos armados progubernamentales que actuaron de manera conjunta y coordinada durante las protestas que tuvieron lugar entre el 18 de abril y el 23 de septiembre de 2018. El Gobierno obstruyó cualquier investigación sobre estas y otras muertes”.

“El informe también señaló -se lee en el comunicado- que agentes de la policía y del Sistema Penitenciario Nacional y miembros de grupos armados progubernamentales cometieron actos de tortura física y psicológica, incluida violencia sexual y de género en el contexto de la aprehensión, interrogatorio y detención de opositores”.

“La situación sigue empeorando”

“Desde diciembre de 2018, prosigue la ONU, al menos 3.144 organizaciones de la sociedad civil han sido clausuradas y prácticamente todos los medios independientes y organizaciones de derechos humanos operan desde el exterior”.

“En febrero de 2023 -dice el texto- las autoridades nicaragüenses despojaron a 222 personas de diversos perfiles de su nacionalidad y las expulsaron del país, acusándolas de ser ‘traidores a la patria’”. “El mismo mes, añaden, la Corte de Apelaciones de Managua declaró traidores a la patria a otras 94 personas residentes en Nicaragua y en el extranjero y resolvió imponer la pérdida de la nacionalidad y ordenar el decomiso de sus bienes a favor del Estado”.

El obispo Rolando Álvarez sale a la calle de rodillas para clamar el fin de los ataques
El obispo Rolando Álvarez sale a la calle de rodillas para clamar el fin de los ataques

El reporte insta al Gobierno a “liberar de inmediato a todas las personas privadas arbitrariamente de su libertad, poner fin a las violaciones, abusos y delitos, en particular la persecución por motivos políticos, y emprender investigaciones exhaustivas, independientes y transparentes de violaciones, abusos y delitos documentados para responsabilizar a los perpetradores”.

También, se exhorta a la comunidad internacional “a iniciar acciones legales contra las personas responsables de las violaciones documentadas y extender las sanciones a instituciones e individuos involucrados en la comisión de violaciones y crímenes de derecho internacional”.

Encarcelamiento del obispo de Matagalpa

Además, en una declaración de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, se hace “un llamado al Estado de Nicaragua para que libere incondicionalmente a las 37 personas que aún se encuentran privadas arbitrariamente de su libertad, entre ellas Monseñor Álvarez, cuyo estado de salud se desconoce, y a restituir la nacionalidad y demás derechos civiles, políticos, sociales y económicos a las más de 300 personas afectadas por las recientes decisiones”.

Asimismo, instan a Nicaragua “a derogar toda legislación que impide el ejercicio de la participación política, las libertades de expresión, reunión y asociación, el derecho a la nacionalidad y el derecho a la propiedad con seguridad jurídica”.

Preocupación del SEDAC por el obispo Rolando Álvarez

Preocupa a la Iglesia el trato inhumano que pueda recibir el obispo Rolando Álvarez en prisión

El secretario general del Secretariado Episcopal de América Central aseguró que el gobierno de Daniel Ortega podría hacer sufrir al obispo de Matagalpa para hacerlo desistir de su postura y menguar su ánimo

El secretario general del Secretariado Episcopal de América Central (Sedac), el obispo de la diócesis de Danlí (Honduras), José Antonio Canales, manifestó su preocupación por el trato inhumano que pudiera estar recibiendo el obispo de Matagalpa (Nicaragua), Rolando Álvarez, en la cárcel.

El obispo Álvarez ha sido una de las voces más críticas del gobierno de Daniel Ortega, por lo que en agosto del año pasado fue aprehendido y, el pasado 11 de febrero la justicia de Nicaragua lo condenó a 26 años y cuatro meses de prisión tras negarse a subir a un avión para ser exiliado a los Estados Unidos. Se le acusa de delitos considerados “traición a la patria”, por lo que también se le ha despojado de la nacionalidad nicaragüense.

En entrevista con Vatican News, el obispo hondureño José Antonio Canales aseguró que el gobierno de Ortega ha golpeado precisamente a la Iglesia porque “no quieren oposición, no aceptan ninguna crítica, no aceptan ninguna voz que sea contraria a lo que él hace y dice”.

Sin embargo –dijo- la voz de la Iglesia católica es la única que el gobierno no ha podido callar, aunque la intención es tenerla “sumergida en el silencio”.

Tras lamentar la sentencia a 26 años de prisión para el obispo Rolando Álvarez, dijo: “en realidad fue un secuestro del obispo, y pues lo hemos sentido con mucho pesar en todo Centroamérica y, más nosotros aquí en Honduras y mi diócesis que es fronteriza con Nicaragua”.

Preocupación permanente

El obispo Canales expresó la preocupación del episcopado centroamericano y del mismo pueblo católico nicaragüense por el trato que pudiera estar recibiendo el obispo Rolando Álvarez en prisión, pues en días pasados trascendió que se le tenía en una celda de máxima seguridad conocida como ‘el infiernillo’.

Nos preocupa que “puedan darle un trato tan inhumano que lo hagan colapsar, y ya se lo había manifestado a mis hermanos obispos de las conferencias de Centroamérica, mi preocupación por el trato que pueda recibir el obispo y que en este momento que estoy hablando esté sufriendo para hacerlo desistir de su postura y menguar su ánimo, estoy muy preocupado”.

No obstante, hizo un llamado a la Iglesia en Nicaragua para “no desmayar, a mantener el ánimo en alto, y que la Iglesia pueda, aun con todas las dificultades y trabas que le han puesto estas autoridades, continuar adelante con su misión evangelizadora“.

Nicaragüenses huyen del régimen sandinista

Al referirse a una mayor presencia de migrantes nicaragüenses en Honduras, el obispo Canales comentó: “nosotros al principio recibíamos migrantes venezolanos, haitianos y cubanos que era la gran mayoría de los que cruzaban el territorio de nuestra diócesis de Danlí, y tristemente ya también se ha sumado un fuerte contingente nicaragüense, que, por cierto, era un país de Centroamérica que pocos migrantes emitía, pero ya con esta situación tan dura de persecución”.

En ese sentido destacó: “nosotros aquí pues ayudando a todos los migrantes que entran, independientemente de la nacionalidad, pero sí lamentablemente hemos visto que los nicaragüenses son ahora también otro fuerte contingente cruzando el territorio de nuestra diócesis”.

Rolando Álvarez: un buen candidato al Nobel de la Paz

Rolando Álvarez

«Traición a la patria ha sido el negarse a permanecer callado ante los atropellos del gobierno contra cualquier oposición»

«Menoscabo de la integridad nacional porque esa procesión dejó de ser un sacramental religioso para pasar a ser una expresión de resistencia que mandó al régimen un mensaje demasiado molesto: “no tenemos miedo”

«Cuando se impuso el silencio en la Archidiócesis de Managua, Monseñor Rolando no dejó de denunciar toda clase de violaciones a los derechos humanos»

«Ahora Monseñor Rolando se encuentra en la penumbra. No hay certezas de su condición de salud, ni de si verdaderamente está donde han asegurado que se encuentra»

05.03.2023

A solo dos días de haberse negado a aceptar el exilio forzado a Estados Unidos junto a 222 presos políticos, clamando “que ellos se vayan, yo pago su condena”, se le impuso al arzobispo de Matagalpa Rolando Álvarez la pena de 26 años de cárcel. Le acusa el régimen Ortega-Murillo de “traición a la patria, menoscabo a la integridad nacional, propagación de noticias falsas…”.

Traición a la patria ha sido el negarse a permanecer callado ante los atropellos del gobierno contra cualquier oposición. Ya en agosto del 2022 dieron la vuelta al mundo las imágenes del arzobispo que, con el Santísimo Sacramento en la mano, se enfrentó a policías armados con AK-47 y escudos de protección. No se atrevieron a apresarlo entonces. Y Msr. Rolando, -con las manos en alto y de rodillas en las afueras de la Curia de Matagalpa (tomada desde entonces por la policía)-, se convirtió en el icono de cómo viven la mayoría de los nicaragüenses que permanecen en el país: como rehenes.  Traición a la patria debió ser el que, cuando en la diócesis de León se prohibía al clero hacer cualquier tipo de denuncia contra el gobierno, Monseñor Rolando armó un equipo de curas para llevar adelante una organización de defensa legal de los perseguidos.

Menoscabo de la integridad nacional (en un país en el que progresivamente se han prohibido las procesiones, las manifestaciones públicas y cualquier evento multitudinario no organizado por el gobierno), fue el encabezar en julio de 2022 -apenas un mes antes de su apresamiento–, la tradicional peregrinación al Divino Niño en Matagalpa con miles de personas que caminaron 12 kilómetros, gritando consignas en favor de la paz en Nicaragua. Desde el 2018 nadie había convocado una expresión pacífica tan multitudinaria.

Menoscabo de la integridad nacional porque esa procesión dejó de ser un sacramental religioso para pasar a ser una expresión de resistencia que mandó al régimen un mensaje demasiado molesto: “no tenemos miedo”. Menoscaba la integridad nacional el que Matagalpa con su obispo a la cabeza haya sido la diócesis más perseguida: el obispo preso, 2 seminaristas y 7 presbíteros encarcelados (ahora desterrados), más otros 10 exiliados y salidos del país de forma clandestina, y laicos apresados y extorsionados para que hicieran denuncias contra Monseñor Rolando. Más un sinnúmero de profanaciones, asedios y robos a iglesias, aparte de los más de 30 muertos en las protestas del 2018.

Noticias falsas deben ser el que, desde el 2018, él y otros presbíteros, laicos y colaboradores de su diócesis han sido acosados, atacados física y verbalmente. O el que llamara “ayuno” a la huelga de hambre en la Parroquia Santo Cristo de Las Colinas en Managua y que culminó con su apresamiento y el de las personas que le acompañaban. O que cuando se impuso el silencio en la Archidiócesis de Managua, Monseñor Rolando no dejó de denunciar toda clase de violaciones a los derechos humanos. O el que no permitieron entrar ropa, comida, o medicamentos en las cárceles, evidenciando cómo el régimen estaba dispuesto a someterlos al hambre, enfermedad y aislamiento físico.

Las transmisiones por Facebook días previos a su secuestro quedarán como la preparación espiritual al trago amargo que se avecinaba. ¿Por qué? ¿Qué está defendiendo Monseñor Rolando? ¿Cuál es la causa que le mantiene en el lugar y las condiciones en que se encuentra hoy? Monseñor defiende su derecho y el de todos los nicaragüenses a ser libres, no donde el régimen decida sino en Nicaragua. No es un pulso de poder ni un acto de soberbia como acusó Daniel Ortega. Es un modo de resistir, de afirmar categóricamente que aunque el gobierno podrá tener de su lado leyes manipuladas y armas, él tiene de su parte unos valores y una convicción mucho más fuertes.

Monseñor Rolando se encuentra hoy en la Cárcel Modelo de Tipitapa, centro de tortura desde los años de Somoza, donde el pastor Eddy Montes en 2019 fue asesinado a golpes por parte de los custodios del centro penitenciario; donde fueron encarcelados, torturados y violados jóvenes que participaron en las protestas cívicas del 2018; donde se obligaba a los estudiantes a cantar el himno del Frente Sandinista (hoy traicionado) y se les marcaban con navajas las 4 letras “FSLN” en el cuerpo. En esa cárcel, en una celda de máxima seguridad conocida como El Infiernillo, está el obispo de Matagalpa, totalmente aislado, sin recibir asistencia legal, visitas familiares ni acompañamiento espiritual.

Y está ahí no porque le encontraron armas, por movilizar al pueblo contra el gobierno o por algún delito administrativo. En la explicación que brindó Ortega el día del destierro de los 222 presos políticos, le llamó energúmeno, desquiciado, soberbio y terminó asegurando que “él es un hombre más, la sotana no hace al monje, es un delincuente”. Delincuente por luchar contra la sinrazón de este régimen y que ahora, sin pronunciar palabras, dice mucho más que los discursos gubernamentales y alocuciones de mediodía de Rosario Murillo[1]. Delincuentes son también personas tan respetables como Sergio Ramírez y Dora Mª Téllez (fundadora del Movimiento de Renovación Sandinista). Gentes que, despojadas de sus derechos, no cesan de defenderlos para todos los nicaragüenses[2].

La comunidad internacional es el principal instrumento para lograr algo: la Cancillería de Colombia pidió a la presidenta de la Cruz Roja Internacional Mirjana Spoljaric, solicitar autorización para constatar las condiciones en que se encuentra Monseñor Rolando Álvarez y los 35 que aún siguen encarcelados. También el Papa Francisco en el Ángelus del 12 de febrero expresó su tristeza por la condena de Monseñor Rolando, “a quien quiero tanto”, dijo. Más de 50 Conferencias Episcopales de distintas latitudes se han pronunciado en solidaridad con él y exigen lo que la Conferencia Episcopal Nicaragüense se ha negado rotundamente a pedir.

Varias congregaciones religiosas han sufrido los coletazos del régimen, que niega la renovación de permisos de residencia y sigue impidiendo la entrada a sacerdotes, religiosos y religiosas al país. El CALIDH[3] y diversos organismos están moviendo su postulación al Premio Nobel de la Paz: decisión a la que creo que deberíamos sumarnos todos. Lo más escandaloso de todo es cómo han quedado las “negociaciones” que afirmó Monseñor Carlos Herrera, presidente de la Conferencia Episcopal, se mantenían con el gobierno y de lo que poco o nada ha trascendido públicamente.

Ahora Monseñor Rolando se encuentra en la penumbra. No hay certezas de su condición de salud, ni de si verdaderamente está donde han asegurado que se encuentra, solo los rumores de que los testimonios que dieron a la prensa otros detenidos de que lo mantienen sedado. Su hermana Vilma Álvarez ha pedido a la juez permiso para llevarle alimentación y poder visitarle, “como se le permite a los demás reos” sin tener aún respuesta. Si intentamos volar con la imaginación, hasta el año 2045, hemos de pensar que allí seguirá el obispo Rolando, a menos que haya muerto de debilidad. Pero, parafraseando a Ernesto Cardenal, podemos decir: no saben los dictadores, que al no decir el sitio donde se encuentra nos hacen encontrarlo en toda Nicaragua. Creen que lo entierran y lo que hacen es sembrar una semilla.

Ojalá la solidaridad internacional, católica y laica, siga haciéndose eco de los miles de voces que exigen, no solo que sea libre, sino que sea libre en Nicaragua. Y al gobierno de los Estados Unidos quizá cabe recordarle en paráfrasis, aquellos versos que otro poeta nicaragüense Rubén Darío, dirigió al presidente Roosevelt:

Eres los Estados Unidos, eres el actual invasor

de la fiel Nicaragua que aún reza a Jesucristo y aún habla el español:

Ante el clan de Somozas: silencio protector.

Tras la revolución, diste a “La Contra” favor.

Y hoy de nuevo te inhibes ante Ortega el traidor.

Junto al culto de Hércules, el culto de Mammôn

Y cerrando los ojos si no hay lucro a la vista,

y alumbrando el camino de la fácil conquista,

la libertad levanta su antorcha en Nueva York

[1] Sin hablar de ella con el tono con que han hablado los libros Loca de Poder de Dolores Cuesta y Yo soy la mujer del comandante del periodista Carlos Salinas.

[2] No debe ser delincuencia en cambio lo que testimonio su hijastra Zoilamérica Narváez en 1998: “afirmo que fui acosada y abusada sexualmente por Daniel Ortega Saavedra, desde la edad de 11 años»…

[3] Centro de Asistencia Legal Interamericano para los Derechos Humanos, con sede en Argentina, y que ha denunciado la supresión de la libertad de prensa y la persecución a la iglesia católica en Nicaragua.

Exigir el restablecimiento de la democracia en Nicaragua

Los países deben exigir el restablecimiento democrático en Nicaragua, dice un experto

Edgardo Riveros Marín

Historia de Agencia EFE

Santiago de Chile, 18 feb (EFE).- La comunidad internacional debe activar todos los mecanismos, particularmente multilaterales, para exigir el restablecimiento de los principios democráticos en Nicaragua y el respeto a los derechos humanos de los nicaragüenses que han sido declarados apátridas, dijo a EFE el profesor de derecho internacional y constitucional de la Universidad Central de Chile, Edgardo Riveros Marín.

El experto, que fue vicecanciller de Chile entre 2014 y 2018, advierte que Nicaragua vive «en un contexto de dictadura» con el Gobierno del presidente Daniel Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, donde «hay una persecución a los opositores políticos», expulsiones, desnacionalizaciones y decomiso de bienes inmuebles a los disidentes.

Ante este escenario, el especialista plantea que el sistema interamericano de protección de estos derechos no puede claudicar y más bien debe seguir actuando a través de sus órganos competentes, como la Comisión y el Tribunal Interamericano de Derechos Humanos.

«Las resoluciones de este último tienen fuerza jurídica vinculante y en tal sentido debe seguir exigiendo el cumplimiento de sus sentencias», explica.

También, en el marco de Naciones Unidas, el Consejo de Derechos Humanos debe ejercer sus atribuciones e implementar la resolución de marzo de 2022 que creó un grupo de expertos con el objeto de «emprender investigaciones exhaustivas e independientes de todos los presuntos abusos y violaciones de los derechos humanos cometidos en Nicaragua desde abril de 2018», indica.

«Ese grupo de expertos debe presentar su informe en marzo próximo. A partir de ello el Consejo debe emitir su pronunciamiento», recomienda.

URGE MOVILIZACIÓN DE AMÉRICA LATINA

A lo multilateral -continúa- debe agregarse la opinión y gestión de los gobiernos, «que en materia de derechos humanos deben tener siempre presente su condición universal, sin hacer depender su actitud -frente a violaciones flagrantes y sistemáticas- de la posición ideológica del gobierno violador».

A juicio del profesor de derecho internacional y constitucional, también es urgente movilizar a la sociedad civil y a las fuerzas políticas democráticas desde América Latina para que Nicaragua pueda volver a tiempos donde la ciudadanía se exprese en forma libre y soberana.

«Es preciso tener presente que los cambios van a depender básicamente de la evolución que tengan los acontecimientos en el plano interno de los Estados. Pero, en todo caso, la solidaridad internacional es imprescindible con aquellos que defienden los principios democráticos y la vigencia de los derechos humanos en los Estados que sufren violaciones sistemáticas a ellos, como es el caso de Nicaragua», razona.

«En esto puede ser eficaz la sumatoria de pronunciamientos no solo de las organizaciones internacionales y de los gobiernos, sino también de los partidos políticos, organizaciones no gubernamentales, foros especializados y entidades académicos, entre otros», valora.

ORTEGA «HA TRAICIONADO LA HISTORIA» DEL FRENTE SANDINISTA

Sobre lo que simboliza Ortega – un exguerrillero que luchó contra la dictadura de Anastasio Somoza Debayle que fue derrocada por la revolución sandinista, en julio de 1979 – en el mapa mundial, Riveros Marín, es enfático: ha traicionado la historia.

«A mi juicio simboliza la condición de un dictador que ha traicionado la historia de un movimiento del cual formó parte y que luchó contra una dictadura como la de Somoza. Sus ansias de poder han extremado su conducta y ha hecho lo posible, recurriendo a la fuerza, para permanecer en el poder», reflexiona.

«Como todo dictador, es refractario a los pronunciamientos de condena de la comunidad internacional ante las violaciones sistemáticas a los derechos humanos, alegando que se está violando el principio de no intervención en los asuntos internos», critica.

Con ello, advierte el experto, Ortega «pretende ignorar que dicho principio no opera en materia de derechos humanos, precisamente porque dichos derechos quedan fuera del concepto de jurisdicción interna de los Estados, entregándose a la comunidad internacional organizada, no solo la facultad sino el deber de actuar cuando en un Estado no se cumple con el deber de resguardo de ellos»

La dictadura de Daniel Ortega en Niaragua

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¿A qué esperan los obispos europeos para pasar de las palabras a los hechos y manifestarse ante las embajadas de Nicaragua en sus respectivos países? Y a los nuestros si les importa su hermano obispo ya tardan en hacer algo más que escritos y discursos. ¿No se les ocurre nada a las cabezas pensantes de nuestro episcopado para forzar su liberación y la de tantos disidentes? Promuevan una acción conjunta con el gobierno y la oposición para hacer algo, por favor.

Por José Luis Ferrando Lada

Eran tiempos de esperanza en toda Latinoamérica. El 17 de julio de 1979, el dictador Anastasio Somoza abandonó Nicaragua. La fuerzas sandinistas capitaneadas por Ortega habían terminado con una de las dictaduras más sangrientas. El aplauso por este acontecimiento era global.  El comandante guerrillero, Daniel Ortega, hablaba con sencillez, de la guerra en su país, de los sufrimientos de la gente. Lo veíamos en la televisión, planteando su estrategia, buscando el apoyo de la comunidad internacional, clamando contra la injusticia. Hablaba de la guerra, pero también de la imprescindible ayuda de los otros países de la región para lograr la caída de la dictadura de Somoza. Nos parecía un héroe convincente.

Pero, la primera vez que nos defraudó fue durante la visita de Juan Pablo II en 1983. El mismo Papa la calificó como “una noche oscura”. El Papa polaco llegaba a un país que estaba al borde de la guerra civil. En el aeropuerto había una pancarta que decía “Bienvenido a la Nicaragua libre gracias a Dios y a la revolución”. En Managua esperaban al Papa las autoridades de la Junta de Gobierno sandinista, entre quienes estaba el coordinador, Daniel Ortega, quien con su esposa Rosario Murillo lidera la actual dictadura de Nicaragua. En ese marco, Ortega pronunció un discurso favorable al régimen sandinista. En su discurso inaugural, San Juan Pablo II dijo que llegaba a Nicaragua “en nombre de Aquel que por amor dio su vida por la liberación y redención de todos los hombres, querría dar mi aporte para que cesen los sufrimientos de pueblos inocentes de esta área del mundo; para que acaben los conflictos sangrientos, el odio y las acusaciones estériles, dejando el espacio al genuino. En la crónica de aquel viaje quedó el gesto del Papa saludando a Ernesto Cardenal, sacerdote, que era ministro de cultura del régimen. Cuando se acercó a él se quitó la boina y dobló la rodilla para besarle el anillo. No permitió que se lo besara, y blandiendo el dedo como si fuera un bastón le dijo en tono de reproche: Usted debe regularizar su situación.

Cuentan que Juan Pablo II, estuvo a punto de eliminar Nicaragua de su viaje a Centroamérica, llegó a Managua tenso y visiblemente irritado. A partir de aquella escena, que dio la vuelta al mundo, toda la jornada estuvo cargada de tensión. El medio millón de personas llegadas de todo el país para asistir a la misa del Papa, con el viaje costeado por el Gobierno, tenía orden de aplaudirle durante la misa, dijera lo que dijera. Así empezó la ceremonia en una tarde que casi acabó en tragedia. En el altar improvisado estaban en pie los gerifaltes sandinistas junto a Daniel Ortega. La misa fue un claro ejemplo de manipulación política a todos los niveles. Juan Pablo II acabó la misa deprisa y corriendo. El arzobispo Miguel Obando lo llevó directamente al aeropuerto para volver a Roma. El chófer narró que el Papa estuvo mudo durante todo el trayecto.

Daniel Ortega ha iniciado su cuarto mandato consecutivo embebido de poder. Lo más parecido  a la dictadura somocista, Ahora, entre amenazas de sanciones internacionales, el líder sandinista sigue haciendo oídos sordos. El 7 de noviembre de 2021 había ganado unas elecciones sin garantías democráticas, observadores internacionales ni prensa foránea acreditada, y precedidas de una ola represiva que terminó con siete precandidatos retenidos y revocados de la carrera presidencial. Según los datos oficiales, Ortega obtuvo el 75% de los votos en una jornada con el 65% de participación, lejos de los números del observatorio nicaragüense independiente aunque algunos hablan de una abstención por encima del 81%.

Cuatro décadas después, sin embargo, se ha convertido en el nuevo Somoza que ahora oprime salvajemente a Nicaragua. Ahora, Ortega, actúa hacia adentro con absoluta impunidad y desvergüenza. y parece no importarle ni la opinión internacional, ni unas posibles sanciones. Parece increíble. Ha enviado a un grupo de disidentes a los Estados Unidos, les ha quitado la nacionalidad…,y en su país las cárceles están atiborradas de disidentes.

Entre ellos se encuentra el obispo de  Matagalpa, Rolando Alvarez, encarcelado en condiciones infrahumanas. ¿A qué esperan los obispos europeos para pasar de las palabras a los hechos y manifestarse ante las embajadas de Nicaragua en sus respectivos países? Y a los nuestros si les importa su hermano obispo ya tardan en hacer algo más que escritos y discursos. ¿No se les ocurre nada a las cabezas pensantes de nuestro episcopado para forzar su liberación y la de tantos disidentes? Promuevan una acción conjunta con el gobierno y la oposición para hacer algo, por favor.

No es posible consentir tanta prepotencia y desfachatez. Estamos ante una dictadura químicamente pura. Ningún líder debería de acercarse, ni recibirlo. Sanciones económicas no, que las paga el pueblo con su sufrimiento.

Solidaridad con los nicaragüenses reprimidos

Más de 450 intelectuales divulgan un manifiesto en apoyo a los nicaragüenses desterrados por Ortega

Historia de EL PAÍS 

La persecución sistemática con la que responde el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo a quienes se oponen a su Gobierno en Nicaragua alcanzó nuevas cotas el 9 y el 15 de febrero, cuando decidieron retirarle la nacionalidad a más de 300 ciudadanos del país. Entre ellos se encontraban periodistas, activistas y escritores de reconocido prestigio como Gioconda Belli y Sergio Ramírez. La acción ha despertado la indignación de numerosas personalidades alrededor del mundo, que se han unido para divulgar un manifiesto bajo el título Son y serán nicaragüenses. Entre los 466 firmantes de la misiva pueden leerse nombres como el de los Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa y Orhan Pamuk, o el de los expresidentes de Costa Rica Luis Guillermo Solís (2014-2018) y Carlos Alvarado Quesada (2018-2022), entre otros.

“Estos hechos violan el derecho humano fundamental a tener una nacionalidad y la prohibición a que se prive arbitrariamente de ella a cualquier ser humano, consignada en el artículo 13 de la Declaración Universal de Derechos Humanos y en el artículo 20 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos”, denuncian en la carta, que abren expresando su “preocupación por las recientes acciones” del Ejecutivo del país centroamericano.

En la publicación, de apenas tres párrafos, recopilan un historial de hechos que han servido de caldo de cultivo hasta el estallido de esta semana. “En los últimos años al menos dieciocho universidades han sido canceladas arbitrariamente como una forma de control ante la rebelión estudiantil de 2018 que dejó 328 muertos, cerca de 2 mil heridos y cientos de detenidos”, comienzan enumerando. A este hecho le sigue la cancelación “del estatus legal de más de 3.000 organizaciones que defienden los derechos humanos” y el cierre de 26 medios de comunicación. “Por si fuera poco”, recalcan indignados, “desde 2018 se prohíbe la entrada a organismos internacionales de derechos humanos, incluyendo la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos”.

Vídeo relacionado: Intelectuales divulgan manifiesto en apoyo a los desterrados por el gobierno de Daniel Ortega (Dailymotion)

La lista de signatarios es larga e incluye a numerosos periodistas, como la argentina Leila Guerriero o la mexicana Carmen Aristegui; y escritores, como los hispanohablantes Elena Poniatowska y Luis García Montero, o los estadounidenses Salman Rushdie, Siri Hustvedt y Paul Auster. Además, suscriben la carta la destacada fotógrafa Susan Maiselas, que retrató los episodios de la revolución sandinista; el cantautor panameño Rubén Blades; y Suzanne Nosse, directora del Pen America.

Tras la exposición de hechos y la denuncia, el documento termina con una petición: “Exhortamos a la comunidad internacional a que se pronuncie y asuma un papel activo en todas las acciones que puedan llevar al cese de los abusos y las violaciones a los derechos humanos cometidos por el régimen Ortega-Murillo. Exhortamos también al Gobierno nicaragüense a que detenga la represión contra su pueblo”.

Se ofrece nacionalidad española a otros 94 nicaragüenses

España ofrece la nacionalidad a los 94 opositores a los que se la ha quitado Daniel Ortega

Los escritores Gioconda Belli y Sergio Ramírez, a los que el régimen de Ortega ha despojado de la nacionalidad nicaragüense.

El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha ofrecido la ciudadanía española a los 94 nicaragüenses —entre ellos destacados escritores, políticos, intelectuales, activistas o religiosos— a los que el régimen de Daniel Ortega ha despojado de la nacionalidad, tal como hizo con los 222 expresos políticos que fueron desterrados a Estados Unidos el pasado día 10.

Entre los afectados por la medida se encuentran los escritores Sergio Ramírez, Premio Cervantes, y Gioconda Belli, ambos en el exilio; el periodista nicaragüense Carlos Fernando Chamorro; la escritora y feminista Sofía Montenegro; la activista Azahalea Solís; el obispo Silvio Báez, una de las voces más críticas de la Iglesia, y la activista Vilma Núñez, presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH). La mayoría de ellos están en el exilio, pero el Tribunal de Apelaciones de Managua, controlado por Ortega, los ha declarado “traidores” y “prófugos” y ha ordenado la incautación de todos sus bienes en el país.

El jefe de la diplomacia española se lo ha comunicado telefónicamente al propio Sergio Ramírez, quien había remitido una carta al presidente Pedro Sánchez planteándole este problema, aunque él no necesita la nacionalidad española, ya que la adquirió en 2018.

A través de un comunicado, el Ministerio de Asuntos Exteriores ha confirmado la oferta y la ha hecho extensiva “a cualquier ciudadano de Nicaragua que en el futuro pueda quedar en situación de apátrida por las decisiones del Gobierno de Daniel Ortega”.

España ya ha entrado en contacto con varios de los 222 nicaragüenses desterrados en Estados Unidos para trasladarles la oferta e iniciar los trámites de nacionalización, a través del Consulado General en Washington.

La concesión de la ciudadanía española se hará por “carta de naturaleza”. Se trata de un procedimiento excepcional por el cual, atendiendo a las circunstancias y méritos del peticionario, el Consejo de Ministros puede otorgar la nacionalidad a un extranjero mediante la aprobación de un real decreto y sin necesidad de un expediente previo, aunque el interesado debe presentar la correspondiente solicitud. El Ministerio español de Asuntos Exteriores, según fuentes diplomáticas, se ha coordinado con el Departamento de Estado estadounidense antes de dar este paso.

La decisión de Ortega de despojar de la nacionalidad nicaragüense a las voces críticas se ha convertido en una nueva forma de represión e intimidación. Desde 2018, cuando estallaron masivas protestas contra el Gobierno en la capital y otras ciudades importantes del país, el régimen desató una feroz represión que inició reventando las manifestaciones, con el asesinato de más de 360 manifestantes, muchos de ellos jóvenes universitarios, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). A esto siguió la cacería contra quienes eran vistos como líderes de las movilizaciones y más tarde la realización de juicios considerados espurios contra los disidentes. Además, decenas de miles de nicaragüenses han dejado el país por la persecución política y el deterioro de la economía.

Historia de Francesco Manetto ,Miguel González López 

Otros 94 nicaragüenses despojados de la nacionalidad

Ortega despoja de la nacionalidad a otros 94 nicaragüenses, entre ellos los escritores Sergio Ramírez y Gioconda Belli

Sergio Ramírez

Historia de Carlos Salinas Maldonado • 

El régimen de Daniel Ortega ha despojado este miércoles a otras 94 personas de la nacionalidad nicaragüense. Entre los afectados están los escritores Sergio Ramírez, Premio Cervantes, y Gioconda Belli, ambos en el exilio; el periodista nicaragüense Carlos Fernando Chamorro, la escritora y feminista Sofía Montenegro, la activista Azahalea Solís, el obispo Silvio Báez, una de las voces más críticas de la Iglesia, y la activista Vilma Núñez, presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CIDH). El despojo ha sido notificado por el presidente del Tribunal de Apelaciones de Managua, Ernesto Rodríguez, y según el fallo sobre las personas afectadas pesan cargos de “traición a la patria” y son considerados “prófugos de la justicia”. Además de retirarles la nacionalidad nicaragüense, la justicia bajo el control de Ortega ordena que se incauten todas las propiedades a nombre de los afectados. Entre las personas que pierden su nacionalidad está también el periodista Wilfredo Miranda, colaborador de EL PAÍS.

Esta decisión se da una semana después de que el régimen ordenara la expulsión de Nicaragua de 222 presos políticos, a quienes además se les despojó de la nacionalidad. Estas personas fueron trasladadas la mañana del pasado jueves en un avión fletado por Estados Unidos hasta un hotel en las afueras de Washington, donde los liberados recibieron apoyo del Departamento de Estado para iniciar un proceso que les permita lograr un estatus legal en el país. España también ha ofrecido entregarles la nacionalidad, una decisión a la que varios de los detenidos se han acogido. Entre las personas liberadas la semana pasada estaba la exguerrillera sandinista Dora María Téllez, Comandante Dos de la revolución nicaragüense, quien afirmó a este diario que “cada día que no me ahorcaba era un triunfo sobre Ortega”.

La decisión de hoy afecta a religiosos, activistas, políticos, intelectuales, periodistas que siguen su cobertura de Nicaragua desde el extranjero, principalmente desde Costa Rica, epicentro del exilio nicaragüense, feministas y algunas de las voces más críticas contra el régimen de Ortega. “Son unos ladrones, pero Dios me va a devolver una casa mejor que esa que se están robando”, ha dicho la periodista Lucía Pineda Ubau, parte del exilio en Costa Rica. Ubau fue detenida en diciembre de 2018 después de que la Policía asaltara y ocupara las instalaciones del canal de televisión 100% Noticias, en Managua, y apresara también a su director, Miguel Mora. “Esa casa me costó mucho. Planté más de 100 arbolitos. La mejoré con la herencia que dejó mi papá”, ha contado Ubau esta tarde a periodistas. “Yo sigo siendo nicaragüense y eso no me lo puede quitar la dictadura. Hemos sido avasallados por ellos. Lo robado tendrán que regresarlo a todos los nicaragüenses, a estas personas que han tenido posiciones claras, firmes y valientes”, ha afirmado la periodista. “Esto ya lo esperaba desde que nos robaron el canal de televisión. ¿Creen que nos van a callar a los periodistas en el exilio? Están locos, están desesperados. Están en sus últimos días”, ha dicho Ubau.

Entre los afectados por el fallo de este miércoles está Arturo McFields, ex-embajador de Nicaragua ante la Organización de Estados Americanos (OEA), quien el año pasado denunció las arbitrariedades de lo que considera la “dictadura” de Daniel Ortega y había abogado por la liberación de los presos políticos del régimen. En una comparecencia ante el Consejo Permanente de la OEA, McFields Yescas dijo que en su país no hay libertad de prensa, separación de poderes, que se han registrado confiscaciones de universidades y se han cancelado 130 organizaciones de la sociedad civil. “La dictadura me ha declarado traidor a la patria, ha ordenado la confiscación de bienes, me ha inhabilitado, pero esto significa que estamos haciendo la lucha para que Nicaragua vuelva a la democracia. Vamos a seguir adelante”, ha dijo el ex-diplomático en un video publicado en su perfil de Twitter.

La decisión de Ortega de despojar de la nacionalidad nicaragüense a las voces críticas se ha convertido en una nueva forma de represión e intimidación. Desde 2018, cuando estallaron masivas protestas contra el Gobierno en la capital y otras ciudades importantes del país, el régimen desató una feroz represión que inició reventando las manifestaciones, con el asesinato de más de 360 manifestantes, muchos de ellos jóvenes universitarios, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). A esto siguió la cacería contra quienes eran vistos como líderes de las movilizaciones y más tarde la realización de juicios considerados espurios contra los disidentes. Además, decenas de miles de nicaragüenses han dejado el país por la persecución política y el deterioro de la economía.