Francisco Javier, patrono de las Misiones

San Francisco Xabier, Arrupe y Francisco-Bergoglio: un evangelio global

San Francisco Javier, patrono de las misiones

Hoy, día de San Francisco de Jaso yAzpilikueta, llamado también Javier o Xabier, como él firmaba (por la Casa Fuerte, Etxa-berri de su padre, al sur-este de Navarra) marca una etapa clave en la evangelización cristiana (católica) de Asia y del mundo.

Muchos dicen que la misión católica ha quedado allí donde él la dejó en muerte (el 3 del XII del 1552), cuando quería pasar de Japón a China, para evangelizar el gran continente y volver desde allí hacia Europa, por los caminos de la seda y las especias (como había soñado 1600 años antes Julio Cesar), atravesando el interior de Asia, el imperio turco, el reino de los zares…

Por Xabier Pikaza

Quiso realizar la vuelta misionera al mundo del oriente (a todo Eurasia, como Pablo había querido realizar la vuelta al mundo de occidente).Murió en el intento, como Pablo (con 46 años), pero la semilla de su gran ideal sigue sembrada en la Iglesia, llamada a realizar de nuevo su camino, de Europa a la India y a Japón, para volver por China nuevamente a Europa, a fin de que se expanda el evangelio, a fin de que los pueblos puedan dialogar y comunicarse desde el Cristo universal.

Uno de los que mejor ha entendido y seguido ese camino en el siglo XX ha sido el P. Arrupe (1907-1991), que fue al Japón y que volvió a Europa, para iniciar desde Roma, como General de la Compañía de Jesús (la de Francisco de Xabier), una de las más audaces e intensas tareas de evangelización del siglo XX.  En esa línea quiere avanzar Francisco Papa. Los tres jesuitas (Xabier, Arrupe y Francisco Papa) siguen marcando un camino de evangelización que es comunicación y comunión de vida, desde el evangelio de Jesús.

1.La primera clave de la misión de los tres ha sido  la relación y encuentro profundo, personal con nuestro Señor Jesucristo, para seguirle y amarle más (como reza la fórmula espiritual ignaciana). Ésta es la esencia de la misión cristiana: El encuentro personal con Jesús misionero, la experiencia de una  vida abierta en amor a los demás, en comunión con el  Cristo misionero, que supera las leyes cerradas del dinero que se impone, de la violencia que triunfa matando y del puro espectáculo o “diversión” que nos vincula a todos de un modo superficial, sin piedad, sin amor concreta y universal, dede los pobres. En este mes de la globalización ficticia del mundo desde Qatar (por donde pasaban los barcos portugueses que llevaron a Xabier a la India, Japón y China) quiero ofrecer la reflexión que sigue.

2. La segunda clave de la misión de Xabier, Arrupe y Francisco Papa ha sido y es el encuentro concreto con el pueblo, es decir, con los diversos pueblos de la tierra. Francisco Xabier fue el mayor testigo de la identidad y tarea misionera del comienzo de la modernidad. Era el momento en que los portugueses abrieron el primer camino de globalización de la tierra, pasando por el sur de África y la India, por Japón y China, para volver de forma renovada a Europa. Los portugueses (con españoles, ingleses y holandeses) fueron los adelantados de una globalización comercial. Francisco de Xabier, con Arrupe y Fancisco Papa, ha querido ser testigo y promotor de una comunión de pueblos, de una nueva humanidad, desde el evangelio, no desde el puro comerció y el dinero, que terminan esclavizando a hombres y pueblos, si que no se vinculan con el amor del evangelio.

3. Contra la globalización del puro comercio y de la Bomba. Francisco Xabier ha sido el primer santo de la globalización desde el evangelio; asumió los caminos del mar del primer comercio mundial, pero quiso transformarlos desde el evangelio, al servicio de la comunión universal en el amor de Cristo. Pedro Arrupe ha sido testigo privilegiado de los riesgos de esa globalización unida a la disputa por el poder y el dinero…, la globalización de la bomba atómica, que él vivió en du propia carne. En la línea de Xabier y de Arrupe, el Papa Francisco quiere promover y promueve la más honda globalización del evangelio, en línea sinodal, una globalización que sea glocalización, que respete los valores de cada cultura local, en diálogo de libertad, de enriquecimiento mutuo, desde un Cristo Universal.

4. Los tres quisieron poner de relieve la exigencia de una inculturación del diálogo, en amor, reinterpretando para ello el evangelio (que es de Jerusalén y de Roma, de la India y China, de Japón, del mundo entero…). Han buscado y buscan una cultura superior, tejida de muchas cultura, en diálogo de gracia, superando la imposición de un imperio (de unos imperios) de la guerra, la esclavitud de un imperios (unos imperios) del dinero y del comercio. Ellos fueron y siguen siendo pioneros de la gratuidad de la vida, del amor concreto, abierto a todos, desde los más pobres. Un mensaje esencial, en este adviento 2022 que nos está introduciendo en un tipo de globalización del fútbol, desde las costas del dinero de Arabia (Qatar), que son costas de imposición, del dinero hecho espectáculo, no humanidad.   

5. No hemos avanzado mucho desde el tiempo de Xabier, navarro universal, vinculado a París (su estudio) y a Lisboa (fue misionero  “portugués”) y, al mismo tiempo, a la India, Japón y China… En su camino hemos seguido… Pero en vez de la globalización de amor del evangelio estamos corriendo el riesgo de caer en la globalización del puro dinero y de la Bomba…, una globalización del fútbol, que puede ser camino hermoso para conocernos mejor unos y otros, pero que puede caer en el riesgo de un mercantilismo fácil desde el dinero fácil de Qatar,  que puede hacernos olvidar (dejar a un lado) los grandes temas de humanización que están al fondo del evangelio de los  tres grandes jesuitas (SJ) que son a mi entender Xabier, Arrupe y Francisco Papa.

Profetas: el porvenir de la Iglesia

marcha en El Salvador en memoria de Ignacio Ellacuría y jesuitas asesinados 1989 mártires de la UCA 2017
Por Rafael Narvona

Se considera profetas a los intermediarios entre Dios y la humanidad. En el pasado, este concepto se hallaba asociado a un planteamiento mitológico que implicaba una experiencia sobrenatural, una especie de misticismo pagano con ciertos signos de teatralidad. En la actualidad, un profeta no es un taumaturgo, sino alguien clarividente, un visionario cuya lucidez no se vincula a estados alterados de conciencia, sino a una comprensión profunda del Evangelio y el misterio de Dios. Profetas son Óscar Romero, Ignacio Ellacuría –dos mártires– o el papa Francisco, que con ‘Fratelli tutti’ y sus reformas, firmemente comprometidas con los pobres y con una mayor presencia de mujeres y laicos en la iglesia, ha encendido la esperanza entre creyentes y no creyentes. Profetas son también Leonardo Boff, Pedro Arrupe, reformador de la Compañía de Jesús o Jon Sobrino, superviviente de la matanza de la UCA en El Salvador. Frente a los sabios, más concentrados en el trabajo intelectual y el estudio, los profetas vuelcan su atención en la actualidad, intentando identificar los signos de los tiempos y denunciando las conductas que atentan contra la dignidad y los derechos del ser humano.


Los profetas de las últimas décadas del siglo XX sufrieron mucho con Juan Pablo II, que interpretó la teología de la liberación como una infiltración marxista en el seno de la iglesia. Su experiencia en Polonia con una dictadura comunista le impidió apreciar que ninguno de los teólogos adscritos a esa tendencia exaltó el marxismo. Simplemente, lo utilizó como una herramienta de análisis para denunciar los abusos del capitalismo. Ignacio Ellacuría repitió muchas veces que el marxismo había alertado sobre las intolerables desigualdades sociales provocadas por la economía de mercado, pero su alternativa no era ética y humana, pues pasaba por la violencia y desembocaba en un Estado totalitario. Juan Pablo II no mostró interés por comprender a los teólogos que esgrimían la “opción preferencial por los pobres”. Se limitó a silenciarlos y marginarlos. Afortunadamente, corren otros tiempos y la iglesia ha vuelto a recuperar ese espíritu profético que impregna todo el Evangelio. El gesto de Francisco de suspender las sanciones contra el poeta y sacerdote Ernesto Cardenal, otro profeta, puso de manifiesto que se abría una nueva época. Aunque todavía hacen mucho ruido los movimientos y las publicaciones integristas, los vientos de renovación y apertura parecen imparables. ¿Podría involucionar la iglesia? ¿Un nuevo Papa podría desmontar todo lo que ha hecho Francisco e imponer un modelo tradicionalista, aliado con las corrientes más intransigentes de la sociedad? Es imposible saberlo, pero si la iglesia diera eligiera ese camino, se hundiría en la insignificancia, convirtiéndose en algo marginal y anacrónico.

El camino estrecho

Hace años, dos sacerdotes se acercaron a mí mientras contemplaba la fachada de la catedral de Astorga y hablaron conmigo durante casi dos horas. Una y otra vez me repitieron que la iglesia no era el clero, sino el pueblo de Dios, la comunidad que sigue las enseñanzas del Evangelio. Pienso que esa es la razón por la que Francisco ha incrementado con sus reformas la presencia de las mujeres y los laicos, intentando restaurar la atmósfera de las primeras comunidades cristianas, cuando aún no existían las diferencias jerárquicas y el espacio de encuentro no era un rito solemne, sino la mesa compartida.

¿Qué puede aportar el Evangelio en nuestros días? ¿Cuál es hoy el papel de los profetas? Como señala José Antonio Pagola en ‘Jesús. Una aproximación histórica’, “el reino de Dios se va gestando allí donde ocurren cosas buenas para los pobres”. El Evangelio es una buena noticia porque aboga por un porvenir más justo, sin parias, explotados, ofendidos ni marginados. Como apunta Pagola, “¡Dios defiende a los que nadie defiende!”. Los profetas intentan mantener vivo ese mensaje, escogiendo el camino estrecho que tomó Óscar Romero, asesinado por luchar contra la actitud inhumana de las oligarquías. El arzobispo de San Salvador siguió el ejemplo de Jesús, que alzó la voz en favor de los campesinos pobres, los arrendatarios y los jornaleros de Galilea, con graves problemas de subsistencia por culpa de los terratenientes, partidarios de promover el comercio de trigo, vino y aceite en vez del cultivo de cebada, judías y otros productos necesarios para la subsistencia de las familias más modestas. Jesús vivió como los pobres, durmiendo a la intemperie y sin un trabajo estable. Desafiando a los ricos y poderosos, anunció que el reino sería de los olvidados y los oprimidos, de los humillados y los desamparados, de los que tienen sed y hambre de justicia. En cambio, los más prósperos y adinerados quedarían fuera. Su entrada en el reino sería más improbable que el tránsito de un camello por el ojo de una aguja.

Solidaridad con el vulnerable

Algunos sostienen que –conforme a su sustrato arameo– las bienaventuranzas deberían ser traducidas en primera persona. En realidad, Jesús habría dicho: “Dichosos nosotros que no tenemos nada… Dichosos los que ahora tenemos hambre… Dichosos los que ahora lloramos”. No es extraño que los políticos, oligarcas y militares salvadoreños que organizaron el asesinato de Romero llegaran a pensar que la Biblia era un panfleto revolucionario e interpretaran su posesión como un gesto subversivo. Jesús no habla de un amor retórico, como señala Pagola, sino de alimentar al hambriento, vestir al que está desnudo, visitar al que está en la cárcel, compartir con el que no tiene nada. Exalta la misericordia, no la penitencia. La salvación no es un privilegio de los que observan los ritos religiosos, sino de los que ayudan a los necesitados. Lo esencial no es el culto o la obediencia, sino la compasión.

Jon Sobrino se pregunta si es humano un mundo donde una minoría acumula insolidariamente y otra muere de escasez. Los medios de comunicación encubren esa realidad, logrando que los pobres sean invisibles e irrelevantes. Sobrino afirma que lo cristiano es prestar la voz a los que carecen de ella. Hay que contrarrestar las campañas de desinformación de “los que tienen demasiada voz”. La resignación, el fatalismo o la complicidad con los poderes establecidos no son opciones cristianas. Lo cristiano es solidarizarse con el más débil y vulnerable. Sobrino comenta con pesar que niño del Primer Mundo consume los recursos de más de 400 niños etíopes y que todos los años mueren cincuenta millones de personas a causa del hambre. Frente a esta iniquidad, aboga por la creación de “un mundo que llegue a ser un hogar para el hombre”, según las palabras del filósofo Ernst Bloch. Escribe Sobrino: “Desde la fe cristiana, tal como la actualizaron entre nosotros monseñor Romero e Ignacio Ellacuría, las víctimas son más que víctimas. Son el pueblo crucificado, el siervo doliente de Yahveh, el Cristo crucificado de nuestro tiempo”.

El porvenir de la iglesia depende de la aparición de nuevos profetas. Profetas que irriten tanto como Jesús, crucificado por la Roma imperial. Profetas como monseñor Romero, que pidió a la Guardia Nacional que no disparara contra sus hermanos (“En nombre Dios, ¡cese la represión!”). Profetas como Ellacuría, que afirmó que nadie tenía derecho a lo superfluo mientras todos no tuvieran lo esencial. Sin profetas, la iglesia solo será una institución, más preocupada por su supervivencia que por el legado del Evangelio. “La gloria de Dios –apuntó monseñor Romero– es que el pobre viva”. Lo contrario es impiedad, blasfemia. Ojalá el siglo XXI nos depare nuevos santos como Romero, testigo de Cristo entre sus hermanos.

El sueño del P. Arrupe sigue vivo

Cuarenta años de Servicio Jesuita a los Refugiados: el sueño de Arrupe sigue vivo
Anualmente el JRS atiende a 700,000 personas en todo el mundo, 250.000 en programas educativos. En la actualidad el JRS está presente en 56 países
El Papa Francisco ha mandado su ánimo al apostolado del JRS
Hoy, sábado a las 15:00 h estamos invitados a participar del evento central del 40 aniversario. El P. Arturo Sosa, Superior General de la Compañía de Jesús presidirá una misa de aniversario a las 17:30 h. En este enlace podremos asistir a todo el evento: http://bit.ly/40yearsofaccompaniment
14.11.2020 | Alberto Ares Director del Instituto Universitario de Estudios sobre Migraciones y adjunto a la coordinación del Servicio Jesuita a Migrantes en España
Hoy celebramos el 40 Aniversario de la creación del Servicio Jesuita a los Refugiados. En momentos complejos como los que vivimos hoy en día, el Padre Arrupe, tremendamente sacudido por la trágica situación que vivían los «boat people» lidera a la Compañía de Jesús hacia una respuesta que se convertiría en global, convencido de que Dios estaba llamando a los jesuitas a acompañar, servir y defender la vida de las personas migrantes.
Los “boat people” y los telegramas de Arrupe
El padre Pedro Arrupe los vio en los barcos, arriesgando sus vidas, cruzando aguas peligrosas en pequeñas e inestables embarcaciones – sus hermanos y hermanas que no tuvieron más remedio que huir. Su corazón se conmovió por estos «boat people» que huían de la guerra en Vietnam y se sintió obligado a responder. El Padre Arrupe, entonces Superior General de la Compañía de Jesús, pidió a sus hermanos jesuitas de todo el mundo a golpe de telegrama que respondieran a las necesidades de las personas refugiadas y desplazadas. Este fue el comienzo del Servicio Jesuita a Refugiados en 1980.
Desde 1980, el JRS ha estado acompañando, sirviendo y defendiendo a los refugiados y desplazados. Ha sido un viaje a través de las lágrimas de los boat people de Vietnam, los campos de exterminio de Camboya, la marcha silenciosa de millones de personas en África, la guerra y la destrucción en Irak y Siria, los disturbios e inestabilidad en Colombia y luego en Venezuela, la violencia de las pandillas en el Triángulo Norte de América Central, y las traicioneras aguas del Mediterráneo. Ha sido un camino lleno de penas y dolores compartidos, pero también de reconciliación y alegría.
JRS à Bangui, #RépubliqueCentrafricaine a commencé aussi la célébration du 40ème anniversaire du JRS aujourd’hui. Avec votre soutien nous continuons à accompagner, servir et défendre les droits des personnes réfugieés et en déplacement forcé. Merci. #40years@JesuitRefugeepic.twitter.com/FNcdbwHxtP
Misión del JRS
La esencia del servicio del JRS es el compromiso de caminar con las personas refugiadas a lo largo de su experiencia de desplazamiento. Si bien los numerosos proyectos del JRS (centros educativos, seguridad alimentaria, capacitación en medios de vida, reconciliación, etc.) pueden requerir de una planificación práctica, negociaciones políticas y sostenibilidad financiera, nuestra misión arraiga en un amor por los refugiados, profundamente relacionado con el inagotable amor de Dios por nosotros. Nuestro servicio a los refugiados es una expresión de nuestro deseo de acompañar fielmente a aquellos que sufren tanto rechazo y vacío en sus vidas.
Anualmente el JRS atiende a 700,000 personas en todo el mundo, 250.000 en programas educativos. En la actualidad el JRS está presente en 56 países. En su 40 aniversario el JRS quiere reconocer camino recorrido y honrar a aquellas personas que han sido nuestros compañeros – beneficiarios, benefactores, voluntarios, personal, líderes y socios en países de todo el mundo.
«Ante estas graves desigualdades, el JRS tiene un papel clave que desempeñar en la sensibilización sobre la difícil situación de los desplazados forzosos.» El @Pontifex_es conmemora el 40 aniversario del JRS: https://t.co/lm76mYJz5Xpic.twitter.com/kuhO8FPmAx
— JRS International (@JesuitRefugee) November 13, 2020
El Papa Francisco
En estas semanas el Papa Francisco envía una carta al P. Tom Smolich, SJ como director internacional del JRS, de la que extraigo algunos elementos:
“Mis pensamientos se dirigen de manera especial a los muchos hombres, mujeres y niños que buscan refugio y asistencia del JRS. ¡Que ellos y sus familias tengan siempre presente que el Papa está cerca y reza por ellos! En su búsqueda por renovar y profundizar su compromiso de responder a las múltiples y complejas necesidades de los refugiados y otras personas desplazadas por la fuerza, rezo para que todos ustedes sigan sacando ánimo y sabiduría de la visión y del ejemplo de su fundador. Pongo todo el apostolado del JRS en manos de la amorosa intercesión de María, Madre de la Esperanza y Consuelo de los Migrantes, les imparto de corazón mi Bendición Apostólica como promesa de alegría y paz en Cristo Nuestro Señor.”
Celebraciones en distintos rincones del mundo
El aniversario del JRS no se circunscribe a un solo día y por eso se multiplican los actos conmemorativos del JRS en todo el mundo. Un hito importante fue el galardón del Premio Padre Arrupe a los Derechos Humanos en el Instituto Universitario de Estudios sobre Migraciones de la Universidad Pontificia Comillas. El P. Tom Smolich como director del JRS recibió este premio de la mano del Cardenal M. Czerny, junto a unas palabras con las que se hacia presente el Papa Francisco: “Abrid los ojos, los oídos y las manos a los que sufren hambre, injusticia y violencia”.
Por su parte el JRS Europe también celebró conjuntamente en su Asamblea Anual hace pocas semanas. Ayer hubo una gran celebración en Estados Unidos donde el presidente electo Joe Biden participó y tuvo unas palabras de agradecimiento y apoyo a la labor del JRS: “Celebró la labor del JRS/USA como una organización fundada para servir a las necesidades de algunos de los más vulnerables entre nosotros, los refugiados y los desplazados. En el extranjero, nos encontramos con nuestro vecino, y que cada sociedad es juzgada en última instancia por la forma en que tratamos a los más necesitados». Concluyó: “May God bless the work of the Jesuit Refugee Service”.
Acompañar, servir y defender | Participamos con @FundacEllacuria en el homenaje al Servicio Jesuita a Refugiados (JRS @JesuitRefugee) por su 40ª Aniversario.

Lunes 16 de noviembre.
A partir de las 17.00h.
En directo: https://t.co/iYgP2Yd230

¡Súmate! pic.twitter.com/zVDMCvTAlB
— SJM España (@migrantes_sj) November 12, 2020
Hoy, sábado a las 15:00 h estamos invitados a participar del evento central del 40 aniversario. El P. Arturo Sosa, Superior General de la Compañía de Jesús presidirá una misa de aniversario a las 17:30 h. En este enlace podremos asistir a todo el evento: http://bit.ly/40yearsofaccompaniment.
El próximo lunes 16, el Sector Social de la Compañía en España ha organizado un evento a las 5 pm en el que se escucharán las voces e historias de algunas personas con las que hemos caminado a lo largo de estos años y que son testimonio de nuestro servicio. Participa: http://aniversario.jrs.jesuitas.social
Asimismo, la Red Jesuita de Justicia y Ecología de África (JENA) en colaboración con el Servicio Jesuita a Refugiados (SJR) y el Instituto Universitario de Estudios sobre Migraciones (IUEM) de la Universidad P. Comillas organizan un evento a las 3 pm destacando el impacto de la pandemia sobre la realidad de las personas refugiadas, migrantes y desplazadas internas y cómo el JRS y otros ministerios de la Iglesia Católica están respondiendo a esta difícil situación en distintos rincones del mundo. Inscríbete: bit.ly/3pni2gJ
No hay excusa para no participar en alguno de los distintos eventos que se desarrollaran en estas semanas.
Desde Casa Mambré nos unimos a la celebración del 40 aniversario del Servicio Jesuita a Refugiados @JesuitRefugee siempre fieles a su lema: Acompañar, Servir y Defender a los más vulnerables de nuestro convulso mundo. Os invitamos a participar este sábado 14, online. (ver foto) pic.twitter.com/QYj15lckxO
— Casa Mambré Sevilla (@CasaMambre) November 12, 2020
Tender la mano de la amistad
El Papa Francisco nos recuerda que “son demasiadas las personas en el mundo las que todavía se ven obligadas literalmente a aferrarse a balsas y botes en un intento por encontrar refugio frente a los virus de la injusticia, la violencia y la guerra. Ante estas graves desigualdades, el JRS tiene un papel clave que desempeñar en la sensibilización sobre la difícil situación de los desplazados forzosos”.
Asimismo, Francisco anima al JRS a seguir fieles en la misión encomendada: “Les corresponde a ustedes la tarea vital de tender la mano de la amistad a los que están solos, separados de sus familias, o incluso abandonados, acompañándolos y dándoles voz, especialmente ofreciéndoles oportunidades para crecer a través de programas educativos y de desarrollo. Su testimonio del amor de Dios al servir a los refugiados y migrantes es, además, esencial para construir la «cultura del encuentro» (cf. Fratelli Tutti, 30), que es la única que puede sentar las bases de una solidaridad auténtica y duradera por el bien de nuestra familia humana (cf. ibid., 216-2 17).”
«Continue to draw encouragement and wisdom from the vision and example of your founder.» Read @Pontifex’s letter to JRS https://t.co/FbkmxZwuHl#40yearspic.twitter.com/5RML0FuWmi