Un Plan de Paz para Ucrania

La Santa Sede ya cuenta con un Plan de Paz para Ucrania: Kiev renunciaría a la OTAN e ingresaría en la UE

  • Elaborado por la Pontificia Academia de Ciencias Sociales, su presidente, Stefano Zamagni, desgrana sus claves
  • Se trata de un programa muy ambicioso y que, más allá del conflicto, plantea “nuevas reglas de gobernanza mundial”

El compromiso de la Santa Sede con la paz en Ucrania va mucho más allá de los contundentes discursos del papa Francisco o las exploraciones en la vía diplomática de sus principales colaboradores. El Vaticano, a través de la Pontificia Academia de Ciencias Sociales, cuenta con un propio Plan de Paz que ofrecer a Kiev y Moscú. Concretamente, es un ‘Plan para una paz justa y duradera en Ucrania’.

En una profunda entrevista con el vaticanista Marco Politi en ‘The Post Internazionale’, el economista italiano Stefano Zamagni, presidente del organismo eclesial y el gran artífice del documento, que remató en septiembre, explica que “la iniciativa nació en los primeros meses del año en un grupo de trabajo sobre la paz de la Academia Pontificia de las Ciencias, liderado por el economista estadounidense Jeffrey Sachs. Durante las reuniones se decidió presentar en septiembre una propuesta de paz negociada creíble”.

Causas del conflicto

En un intento por comprender lo ocurrido, Zamagni apunta a un “componente ideológico-identitario representado por las declaraciones del patriarca Kirill, centrado en el contraste con un Occidente desprovisto de valores y por tanto en el hecho de que se trata de una guerra santa, metafísica. Una dimensión más fuerte de la que podemos imaginar en Occidente, si ya en el siglo XIX Fedor Dostoievskij, y otros intelectuales después de él, defendían que sólo un país en el mundo podrá conservar el legado del cristianismo: Rusia”.

Otro factor a tener en cuenta es que Putin es consciente de que “Rusia es económicamente pobre estructuralmente”, basando su poderío “en los recursos naturales: gas, petróleo, uranio”. Puesto que, “en materia de gas, no se han descubierto nuevos yacimientos y por ello se ha calculado que el país tiene una autonomía de producción de sólo 60 años”, no se puede pasar por alto que “el Donbás, en disputa, es una importante área industrial con importantes recursos minerales”.

Posición de neutralidad

Ahora, con el fin de “salir de la situación en la que nos encontramos”, la Santa Sede ofrece un plan que, en primer lugar, propone “la neutralidad de Ucrania, que renuncia a formar parte de la OTAN, pero entrará en la Unión Europea (UE), con todo lo que sigue. Luego, un sistema de garantías internacionales sobre la soberanía, la independencia y la integridad territorial del estado ucraniano. Garantías aseguradas por los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, así como por la Unión Europea y Turquía”.
Respecto a Crimea, anexionada por Rusia hace ocho años, “la situación se congela. Rusia retiene el control de facto durante un cierto número de años; luego, las dos partes negociarán una solución permanente”.

Futuro de Lugansk y Donetsk

Respecto a las regiones tomadas ahora y que Putin ha reconocido como parte del territorio ruso, la propuesta vaticana es que “las regiones de Lugansk y Donetsk seguirán siendo parte integral de Ucrania, pero se les garantizará la autonomía económica, política y cultural. Al mismo tiempo, tanto Ucrania como Rusia deberán tener garantizado el acceso a los puertos del Mar Negro para sus actividades comerciales”.

En cuanto a la reconstrucción de la devastada Ucrania, se ofrece “crear un Fondo Multilateral para la Reconstrucción y el Desarrollo de las zonas destruidas y dañadas de Ucrania. Una especie de Plan Marshall. Y, por supuesto, Rusia está llamada a contribuir a este Fondo”.

La primera guerra global

Consciente de que “esta es la primera guerra global en la historia de la humanidad”, pues las consecuencias las pueden sufrir países “inocentes” y no solo “beligerantes”, como ocurrió en las dos contiendas del siglo XX consideradas “mundiales”, el vaticano está convencido de que hay que apostar por “nuevas reglas de gobernanza mundial”.

Y con medidas concretas: “En primer lugar, debe eliminarse el derecho de veto de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Quien tiene el derecho de veto, tiene un poder de monopolio que limita la libertad de los demás. Es un elemento de presión y corrupción. Además, se debe abrir el camino a la participación de la sociedad civil, asociaciones y voluntarios. Por supuesto, con reglas y normas precisas. Pero, ¿por qué presencias internacionales como la Comunidad de Sant’Egidio o Médicos sin Fronteras no deberían poder expresarse en Naciones Unidas? Además, se deben reformar instituciones como el Fondo Monetario Internacional, la Organización Mundial de la Salud, el Banco Mundial, la Organización Mundial del Comercio. Nacieron en Bretton Woods en 1944 con unos estatutos acordes a los intereses occidentales, en una época en la que todavía existían colonias”.

Un nuevo orden económico internacional

También se pide “enfrentar la cuestión de un nuevo orden económico internacional. Necesitamos nuevos organismos al nivel de la ONU: para gestionar la ayuda, para hacer frente al flujo de migraciones, para dedicarnos a la cuestión del medio ambiente. Y de nuevo, hay que eliminar los paraísos fiscales que alimentan la especulación financiera”. Y es que “también existen en la UE: Malta, Irlanda, Holanda, Luxemburgo”. Sin olvidar que “se debe prohibir el acaparamiento de tierras cultivables y recursos hídricos”.

Además, Zamagni, que entiende que “la paz debe construirse, ladrillo a ladrillo, eliminando también las causas de la guerra”, recuerda que es necesario no olvidar “que Rusia pertenece a Europa; obviamente, con sus propias características. ¿O queremos arriesgarnos a arrojárselo a los brazos de China?”.

Zelenski debe comprometerse

Sin olvidar que el hecho de que Europa apoye a Zelenski no significa respaldar su rotundo rechazo de toda negociación con Putin: “Una cosa es señalar que la culpa del conflicto la tiene Rusia. Suya es la responsabilidad de romper las reglas. Pero esto no debe impedir la razonabilidad. No debe conducir a la denegación de la negociación”.

En definitiva, en este momento transcendental en el destino de la humanidad, el Vaticano defiende que “es hora de encomendar a un mediador apartidista, dotado de características de sensatez y respetabilidad reconocidas por todos, la tarea de hacer una propuesta de negociación”. Sin duda, el candidato idóneo es quien tiene “una personalidad que no tiene intereses en juego, con un capital reputacional universalmente atestiguado y, finalmente, la sabiduría necesaria”. Es decir, “el papa Francisco”.

Causas y consecuencias de la guerra en Ucrania

Fernando Bermúdez: «Esta guerra se podía haber evitado con diálogo y respeto a los acuerdos firmados»

Ucrania sangra
Ucrania sangra

«La invasión de Ucrania por el ejército ruso es una violación del derecho internacional y un acto criminal contra la población civil»

«Esta guerra se podía haber evitado si la OTAN no hubiera rodeado a Rusia con misiles tal como se acordó con Gorbachov en 1991»

«En la guerra de Ucrania existe dos relatos contrapuestos. Uno el que se da desde el Kremlin y otro el que se da en Occidente. Ninguno de los dos dice toda la verdad»

«Esta guerra se podía haber evitado con diálogo y respeto a los acuerdos firmados y con una ONU eficiente y libre frente a las grandes potencias»

Por Fernando Bermúdez López

La invasión de Ucrania por el ejército ruso es una violación del derecho internacional y un acto criminal contra la población civil. Los bombardeos del ejército de Putin están ocasionando millares de muertos y más de 5 millones de personas refugiadas, sobre todo mujeres y niños. Toda guerra genera un cúmulo de sufrimiento. Es una tragedia humana, un absurdo de la humanidad.

Esta guerra se podía haber evitado si la OTAN no hubiera rodeado a Rusia con misiles tal como se acordó con Gorbachov en 1991.  Sin embargo, Estados Unidos, a través de su maquinaria de guerra, la OTAN, instaló misiles en los países de la antigua URSS en las fronteras con Rusia. Incluso el presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, estaba haciendo gestiones para entrar también en la OTAN. Esto exasperó a Rusia, provocando la intervención militar.  Recordemos que en 1962 la URSS comenzó a instalar misiles en Cuba y el presidente estadounidense John Kennedy lo consideró como una grave amenaza para Estados Unidos. Entonces, para evitar un conflicto bélico mundial, la URSS suspendió el proyecto.  ¿Cómo hubiera reaccionado hoy Estados Unidos si México instalara misiles en su frontera norte?

Otan y Ucrania

Pero hay algo más. En el verano de 2021  (junio y julio) la Armada ucraniana y la Sexta Flota  de la Armada de Estados Unidos realizaron ejercicios militares conjuntos en el Mar Negro, que consistieron en adiestramientos y operaciones  navales, terrestres y aéreos, frente a Rusia, señalando a este país como un oponente en un futuro conflicto. No hay duda de que esta guerra obedece en gran medida a una provocación de Estados Unidos y la OTAN, que va buscando expandirse por los países de la antigua URSS. Barak Obama reconoce que Rusia carece de la vasta red de alianzas y bases militares que le permite proyectar su poder en todo el globo, mientras que Estados Unidos y su brazo armado busca hundir a sus rivales para controlar el planeta (Obama. Una tierra prometida, Madrid 2020).

Otra causa de la guerra es la violación sistemática de los derechos humanos por parte del gobierno de Ucrania contra la población ruso-parlante de Donbass. En el año 2014 Estados Unido apoyó el golpe de estado en Ucrania contra el gobierno de Viktor Yanukovich, elegido democráticamente. Los protagonistas de este golpe fueron agrupaciones de carácter fascista y marcadamente supranacionalistas. Asumió el poder Poroshenko, una de las personas más ricas de  Ucrania. Ilegalizó el partido socialista y el partido comunista y prohibió hablar ruso en todo el país.

Grupos armados neonazis asesinaron a destacados líderes sindicales e incendiaron las sedes de los sindicatos de Odesa. Estas políticas generaron un profundo malestar en la región de Donbass, cuyos habitantes son ruso-parlantes y muchos de ellos de tendencia socialista, troskista y antiimperialistas tanto frente a Rusia como frente a USA-OTAN. Es por ello que lucharon por la proclamación de la independencia de Donetsk y Luhansk en el Donbass.

Zelenski visita el Este de Ucrania
Zelenski visita el Este de Ucrania

En 2019 Poroshenko deja el poder y le sucede Zelenski, quien ha gobernado utilizando el batallón Azov, marcadamente neonazi, para reprimir a la población de Donbass, utilizando la tortura y el asesinato de líderes de la región. Desde 2014 más de13.000 personas fueron asesinadas. Putin dice que trata de proteger a las personas de esta región que son objeto de abusos y del genocidio del régimen de Kiev durante ocho años, desde el golpe de estado ucraniano.

Cito la editorial de Redes Cristianas, que señala que  “Ucrania, apoyada por la OTAN, dio el golpe de Maidan (2014) contra Victor Yanukovich. Desde entonces, grupos neonazis (batallón Azov) integrados en la Guardia Nacional han mantenido una guerra sangrienta en la región rusófila de Donbass, (Donetsk y Luhansk). Ucrania ha incumplido los acuerdos firmados en Minsk (Bielorrusia) con Rusia, Francia y Alemania, el 12 de febrero de 2015…  Asimismo, la OTAN, brazo armado de Estados Unidos, incumplió el pacto con la “perestroika” y “glasnost” de Gorbachov interviniendo, desde los años 90, en Yugoslavia, Kuwait, Irak, Libia, Siria, Afganistán, Yemen, en nombre de la presunta “seguridad” y “libertad” y dejando tras de sí una estela de millones de civiles heridos, mutilados, muertos, mucha hambre…¡y mayor contaminación del planeta!”.

En la guerra de Ucrania existe dos relatos contrapuestos. Uno el que se da desde el Kremlin y otro el que se da en Occidente. Ninguno de los dos dice toda la verdad, ambos ponen el acento en sus  intereses y los medios de comunicación irradian la información de sus amos.

ONU y Ucrania

Ante esta crítica situación la Unión Europea no supo o no quiso mediar. Le faltó capacidad y voluntad política para favorecer el diálogo en el conflicto entre los gobiernos de Rusia, Estados Unidos, la OTAN y el gobierno de Ucrania.  Analistas independientes de prestigio internacional, incluidos varios norteamericanos, señalan que esta guerra es una confrontación entre Estados Unidos y Rusia, dos imperios que se disputan la hegemonía militar y la geopolítica mundial. Y Europa en medio, como un  perrito faldero de Estados Unidos, en palabras de González Faus.

Por otra parte, Naciones Unidas -ONU- no tienen autoridad moral ni poder físico para resolver este conflicto. Su organización, controlada por el Consejo de Seguridad, en donde Estados Unidos, Rusia y China tienen poder de veto, no puede condenar coherente y éticamente a Rusia sin condenar a la vez otras invasiones como la de Irak, Siria, Palestina, Yemen, Somalia, Libia, entre otras muchas. Todo ello nos está indicando que la ONU necesita con urgencia una refundación, tal como la propuso en su día Miguel d’Escoto Brortmann, siendo presidente de la asamblea de Naciones Unidas.

Hoy Estados Unidos y los países de la Unión Europea están enviando armamento bélico y grandes sumas de dinero para la guerra de Ucrania. Este no es el camino. La paz no se construye con armas sino con el diálogo, que es la única vía para la resolución de conflictos. No es enviando armas a Ucrania como se apaga la guerra. Es echar más leña al fuego y generar una espiral de violencia que, incluso, puede llegar a la utilización de armas nucleares y esto sería una catástrofe mundial.

Armas nucleares
Armas nucleares

Entre las consecuencias de esta guerra (como de todas las guerras) es la muerte y sufrimiento de multitud de ciudadanos, sin dejar de lado el incremento del odio entre las diferentes etnias dentro del mismo país de Ucrania. A nivel socioeconómico la guerra está afectando además a todo el mundo, particularmente a los ciudadanos europeos por la subida del coste de la vida, debido al encarecimiento del petróleo, gas y electricidad. La guerra la pagamos todos.

La gran ganadora en toda guerra es la industria armamentista. Este es uno de los negocios más exitosos del mundo. No solo ha creado un sistema económico que sigue creciendo, sino que ha normalizado la guerra y las respuestas de seguridad a todas las crisis sociales, como señala Waldo Fernández.

Las grandes empresas europeas de armas son Thales (francesa), Leonardo (italiana), Indra Sistemas (española) y Airbus (Países Bajos). Las cuatro empresas cuentan entre sus accionistas con estos cuatro estados y con los mismos fondos de inversión estadounidenses que poseen acciones de la industria armamentística de Estados Unidos. Esto crea una creciente concentración de armamentos en manos de unos pocos gigantes. Solo Estados Unidos tiene 800 bases e instalaciones militares en el planeta y representa el 46% del gasto militar en todo el mundo.

Rusia, China y Estados Unidos tienen miles de armas nucleares, mucho más potentes que las que arrasaron Hiroshima y Nagasaki en 1945. Cada uno de esos países tiene unas 1.600 armas capaces de alcanzar objetivos en todo el mundo. Otros muchos países tienen cientos de armas nucleares: Francia, el Reino Unido, Corea del Norte, Israel, India… Una guerra nuclear podría acabar con la vida en el planeta. Este es el riesgo que corremos.

Papa y Ucrania

Ante la escalada armamentista, el 24 de marzo el Papa Francisco dijo:

“Me avergüenzo de los Estados que incrementan el gasto militar al 2%. ¡Están locos! La verdadera respuesta no está en más armas, más sanciones y más alianzas político-militares, sino en una actitud diferente, una forma diferente de gestionar un mundo ya globalizado, no para enseñarnos los dientes, sino para establecer relaciones internacionales… El mundo sigue siendo tratado como un ‘tablero de ajedrez’ donde los poderosos estudian los movimientos para extender su dominio en detrimento de los demás”.

Es lamentable que en el mundo se destine 195 veces más dinero en armas que para las inversiones sociales de salud, educación, investigación o apoyo a las familias y superación de la pobreza. Las guerras, y en concreto la que hoy vivimos en Ucrania, es una dolorosa tragedia que hiere el alma de todo ser humano y que se podía haber evitado con el diálogo y la conciencia ética del respeto a la vida y al derecho internacional.  Pero Putin y los dirigentes de Estados Unidos y la OTAN y, de alguna manera también la Unión Europea, están demostrando una falta de humanidad, llevando al mundo a un conflicto bélico de incalculables consecuencias.

Finalmente, termino esta reflexión, lanzando un grito:

¡No al odio,

No a las armas,

No a la guerra,

No a los imperios,

No a la opresión y explotación de los seres humanos

No al patriarcalismo

No a la discriminación entre refugiados,

No al racismo y a la xenofobia,

No a los fanatismos ultranacionalistas,

No a la depredación de la Naturaleza y contaminación del medio ambiente.

Sí al dialogo,

Sí al respeto y a la convivencia pacífica entre etnias, culturas y religiones,

Sí al respeto y promoción de los derechos humanos

Sí a la igualdad social y de género

Sí a la libertad con justicia social,

Sí a la amistad entre los pueblos,

Sí a la solidaridad con la humanidad sufriente,

Sí a la fraternidad universal,

Sí a la paz que nace del respeto al diferente,

Sí al cuidado de la Casa Común,

Sí a la vida!

“Por utópico que sea soñar,

hay situaciones en la vida

en que solo soñando se consigue algo”

(J.Moltmann)

El nuncio en Ucrania:

“Esta guerra no se puede ganar, lo único que queda es detenerla”

soldados heridos Ucrania

El arzobispo Visvaldas Kulbokas aplaude “la cohesión y el diálogo” entre todas las confesiones presentes en Ucrania

El arzobispo lituano Visvaldas Kulbokas, nuncio apostólico en Kiev volvió a hacer un llamamiento a alcanzar la paz en Ucrania “cuanto antes”, y acabar con una guerra “que no se puede ganar”. El prelado, que no abandonó la ciudad ni siquiera en los peores momentos de los ataques rusos, y testigo de excepción del horror, pidió que las balas y las bombas dejen paso a la diplomacia y el diálogo.


Kulbokas lamentó que todavía haya países que sigan hablando de “cómo ganar la guerra”. El nuncio, sin embargo, se remite a su experiencia propia sobre el terreno para explicar que esto es imposible: “¿Qué significa “ganar” cuando hay decenas de miles de muertos? Lo único que queda es detenerla, la guerra. Si alguien tiene la oportunidad de hacerlo, que lo haga ahora. La guerra mata a todos”.

Desbordados por las urgencias

La situación provocada por el conflicto, les lleva al límite cada día. “Estamos desbordados por las urgencias, empezando por las cuestiones humanitarias, a veces con intervenciones puntuales sobre el terreno, a veces -y este es el ámbito de competencia de la nunciatura- las que requieren el uso de los canales diplomáticos…”

No obstante, es realista sobre su capacidad para influir en las partes: “No tenemos la fuerza de las superpotencias políticas y militares, habría que preguntarles a ellos. Somos pequeños. Pero lo que podemos hacer es quedarnos aquí y hacer nuestra parte, nuestra labor de persuasión moral, que tiene muchas facetas y que obviamente debe ser confidencial. Estar ahí y recordar lo esencial”.

Ejemplo de unión ecuménica contra la guerra

En este aspecto, el lituano quiso destacar la comunión entre las distintas confesiones que están en Ucrania. “Un aspecto alentador es la cohesión entre los hombres de fe. Aquí en Ucrania existe un Consejo de Iglesias y Organizaciones Religiosas que reúne a representantes de las principales confesiones, cristianas y no cristianas, y que constituye un importante ejemplo de cohesión y diálogo. Un arma espiritual y positiva que muestra cómo toda la humanidad debe estar unida en la lucha contra la guerra“.

Al ser cuestionado por la esperanza de que la guerra se detenga pronto, Kulbokas abrió una ventana a la esperanza con la ayuda de Dios. “Humanamente hablando, parece que no hay posibilidades. Pero, como hombres de fe, tenemos la vocación de esperar contra viento y marea, porque sabemos que Dios está ahí e intervendrá en cuanto hayamos hecho nuestra parte”.

A propósito de Ucrania: ¡Hagamos la paz!

Queremos acercarnos a este drama humano que está desarrollándose en Ucrania desde estas dos cuestiones: ¿Qué podemos saber de lo que está ocurriendo actualmente y qué deberíamos hacer para desterrar esta forma antihumana de resolver los conflictos?

¿Qué podemos saber? Podemos saber que

* Las Naciones Unidas (ONU) no tienen autoridad moral ni poder físico para resolver este tipo de conflictos. Su organización, sometida al poder omnímodo de los vetos, minoritarios pero omnipotentes, no puede condenar colectiva, coherente y éticamente hoy a Rusia sin condenar a la vez otras invasiones como la de Irak, Siria, Palestina, Yemen, Somalia… Tampoco tiene una fuerza física como para parar la destrucción que a todos los niveles estos conflictos provocan. ¡Pero debe seguir promoviendo acuerdos de paz!

* Rusia ha incumplido todos los acuerdos que ella misma ha apoyado y firmado en el seno de la ONU. Esto es un sarcasmo digno de la mayor condena (porque Rusia tiene veto en esta nada democrática organización). Pero este desprecio es el mismo que han tenido el Pentágono y su fuerza visible, la OTAN, cuando han invadido Irak, Siria, etc. o siguen apoyando a Israel en su invasión y colonización de Palestina.

Ucrania, apoyada por la OTAN, dio el golpe de Maidan (2014) contra Victor Yanukovich, prorruso, elegido democráticamente, y, desde entonces, grupos neonazis (batallón Azov) integrados en la Guardia Nacional han mantenido una guerra sangrienta en la región rusófila de Donbass, (Donetsk y Luhansk). Ucrania ha incumplido los acuerdos firmados en Minsk (Bielorrusia) con Rusia, Francia y Alemania, el 12 de febrero del mismo 2015) … Y la OTAN, brazo armado de EE. UU ha incumplido el pacto con la “perestroika” y “glasnost” de M. Gorbachov interviniendo, desde los 90, en Yugoslavia, Kuwait, Irak, Libia, Siria, Afganistán, Yemen, en nombre de la presunta “seguridad” y “libertad” y dejando tras de sí una estela de millones de civiles heridos, mutilados, muertos, hambre… ¡y mayor contaminación del planeta!

* Que en este conflicto/guerra/invasión de Ucrania existen “oficialmente” dos relatos contrapuestos (el que se da desde el Kremlin y el que se da en Occidente). Ninguno de los dos dice toda la verdad, ambos ponen el acento en lo que les interesa a sus medios y, “salvo algunas cosas” (principalmente lo que dicen algunos reporteros independientes y ONG), no son fiables.

* Que, al acoger con humanidad a estas víctimas, desplazadas y refugiadas, no podemos olvidar las murallas que estamos levantando en el Unión Europea (UE) para defendernos del resto de personas victimadas por las mismas causas. En la UE no disponemos del mismo “estatuto de acogida a refugiados” que nos están llegando de las otras guerras y migraciones. ¡No somos un referente ético, aunque nos presentemos como la patria de la razón, de los Derechos Humanos y de la acogida!

* Que en este conflicto somos muchos y muchas los que perdemos. Ucrania (víctimas humanas, jóvenes guerreros improvisados y muertos, desplazamientos, ruptura de las familias, y destrozos de todo tipo de su historia); Rusia (los muertos y las sanciones, el aislamiento del mundo occidental); los países más pobres (que van a ver sensiblemente mermada la ya exigua cooperación al desarrollo y sus exportaciones); y la misma UE (con la crisis energética, la inflación y la dedicación al armamentismo de parte del presupuesto). Y, muy principalmente perdemos toda la humanidad y la tierra con el olvido de la respuesta al cambio climático.

*  Que quien está ganando, cuando ya andaba sumido imperialmente en una gran crisis, es Estados Unidos y su brazo militar la OTAN: mayor producción, exportación y venta de armas (ya cuenta con 750 bases militares para controlar más de la mitad del planeta) y envío multimillonario del gas natural para cubrir la ausencia del gas ruso, ahora penalizado. Indudablemente, también está ganando China, como imperio emergente, ¡que podría hacer algo más para parar esta guerra!

¿Qué podríamos/deberíamos hacer? Como seres humanos, estamos llamados a buscar alternativas que aseguren la solución de los conflictos entre los pueblos sin necesidad de acudir a los extremos, la violencia, la destrucción y la muerte.

 El proceso de evolución humana, darwinista, no está en la vuelta al pasado del “ojo por ojo” del Código de Hammurabi, sino en la utopía de una convivencia en paz. No podemos hablar de paz donde falta humanidad.  “Bienaventurados/as, proclamó Jesús, quienes trabajan por la paz” (Mt 5).

 Desde esta utopía de la paz,  podemos afirmar que otra forma de convivencia es posible en todos los planos de la existencia: políticos, socioeconómicos, culturales, religiosos. Desde esta referencia nos proponemos dos iniciativas que tienen, al menos, un valor profético-cultural:

 * En primer lugar, el rechazo absoluto al armamentismo y a su recurso como solución de los conflictos entre los humanos. Este rechazo debería llegar hasta la condena púbica de las industrias constructoras de armamentos y de los pueblos que trafican y hacen grandes negocios con las armas. ¡Consideramos un imperativo ético, rechazar todas las armas, y, en especial, las atómicas!

 * Y, en segundo lugar, apoyar la iniciativa del papa Francisco de visitar Kiev durante este conflicto.  Invitamos a todos los cristianos y cristianas a apoyar esta iniciativa, reuniéndonos ese mismo día y haciendo algún gesto colectivo y significativo orientado a establecer la paz. Sería deseable que esa visita de Francisco facilitara también un encuentro con Kirill, patriarca de Moscú y representante de los cristianos y cristianas ortodoxos.

 Finalmente, recordamos con nostalgia pero con esperanza, el preámbulo de la Carta de constitución de las Naciones Unidas en 1948:  Nosotros los pueblos estamos resueltos a preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra que dos veces durante nuestra vida ha infligido a la Humanidad sufrimientos indecibles, a reafirmar la fe en los derechos fundamentales del hombre,  en la igualdad  de las naciones grandes y pequeñas, a crear condiciones bajo las cuales puedan mantenerse la justicia y el respeto a las obligaciones emanadas de las fuentes del derecho internacional, a promover el progreso social y a elevar el nivel de vida dentro de un concepto más amplio de la libertad.

Llamamiento a parar la guerra

La CEE y la Iglesia ortodoxa rusa hacen un llamamiento conjunto al fin «de la invasión de Rusia a Ucrania»

Paz
Paz

Apelan a «todos aquellos que tienen el poder de detener la violencia y la barbarie a que escuchen en su conciencia la voz de Dios, que rechaza el mal y la guerra, y llama a reconstruir la fraternidad universal»

«Desde la segunda guerra mundial, Europa no se ha enfrentado a una catástrofe de tal magnitud»

Por Jesús Bastante

«Apelamos a todos aquellos que tienen el poder de detener la violencia y la barbarie a que escuchen en su conciencia la voz de Dios, que rechaza el mal y la guerra, y llama a reconstruir la fraternidad universal». La Iglesia ortodoxa rusa en España y Portugal y la Conferencia Episcopal Española hacen público hoy, una Declaración conjunta por la Paz en Ucrania.

En la misma, católicos y ortodoxos muestran «el dolor y el sufrimiento provocado a tantos hermanos nuestros, ortodoxos, católicos y personas de todas las creencias, por la invasión de Rusia a Ucrania«.

Intensificar la oración por la paz

«Desde la segunda guerra mundial, Europa no se ha enfrentado a una catástrofe de tal magnitud«, señala la nota, en la que los obispos de ambas confesiones «invitamos a todos nuestros fieles a intensificar la oración por la paz en todo el mundo, especialmente en Ucrania, para que la luz radiante de la Pascua no quede oscurecida por las lágrimas de los que lloran a sus muertos, víctimas de la guerra».

«Agradecemos los gestos de caridad hacia las víctimas de la guerra y la acogida generosa a todos los refugiados. La solidaridad con el hermano que sufre es expresión del consuelo y la misericordia del Padre celestial hacia todos sus hijos», concluye la carta, que muestra «nuestro compromiso para seguir trabajando por la reconciliación entre los pueblos como auténticos pastores que desean ser instrumentos de paz y de comunión».

Foto de familia tras el encuentro
Foto de familia tras el encuentro

Texto íntegro

Bienaventurados los que trabajan por la paz

Declaración Conjunta por la Paz de la Iglesia ortodoxa rusa en España y Portugal y la Conferencia Episcopal Española

Nuestras Iglesias se unen ante el dolor y el sufrimiento provocado a tantos hermanos nuestros ortodoxos, católicos y personas de todas las creencias, por la invasión de Rusia a Ucrania. Desde la segunda guerra mundial, Europa no se ha enfrentado a una catástrofe de tal magnitud, que agrava la ya difícil crisis provocada por la pandemia de Covid-19. En este contexto desolador, nuestras Iglesias quieren recordar juntas las palabras de nuestro Señor Jesucristo, el Príncipe de la Paz: «Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios» (Mt 5,9).

En este tiempo de Cuaresma, en el que nos preparamos para celebrar el triunfo de la Vida sobre la muerte, invitamos a todos nuestros fieles a intensificar la oración por la paz en todo el mundo, especialmente en Ucrania, para que la luz radiante de la Pascua no quede oscurecida por las lágrimas de los que lloran a sus muertos, víctimas de la guerra.

Agradecemos los gestos de caridad hacia las víctimas de la guerra y la acogida generosa a todos los refugiados. La solidaridad con el hermano que sufre es expresión del consuelo y la misericordia del Padre celestial hacia todos sus hijos.

Apelamos a todos aquellos que tienen el poder de detener la violencia y la barbarie a que escuchen en su conciencia la voz de Dios, que rechaza el mal y la guerra, y llama a reconstruir la fraternidad universal.

Mostramos nuestro compromiso para seguir trabajando por la reconciliación entre los pueblos como auténticos pastores que desean ser instrumentos de paz y de comunión.

Madrid, 6 de abril de 2022

– Mons. Néstor Sirotenko, arzobispo de Madrid y Lisboa – Patriarcado de Moscú

– Mons. Francisco Javier Martínez, arzobispo de Granada – Presidente de la Subcomisión Episcopal para Relaciones Interconfesionales y Diálogo Interreligioso.

Una «tregua pascual» en Ucrania, pide el Papa

Francisco propone una “tregua pascual” por el fin de la guerra en el ángelus del Domingo de Ramos

El pontífice preside la oración mariana al concluir la eucaristía en la que se han bendecido las palmas y proclamado la lectura de la Pasión de Cristo

En la guerra “se vuelve a crucificar a Cristo”, clama Francisco en la misa del Domingo de Ramos

Tras concluir la celebración de la eucaristía en el Domingo de Ramos en la Pasión del Señor, el papa Francisco ha rezado junto a los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro el ángelus al comienzo de la Semana Santa de este 2022. Han sido muchos los que han participado en la primera gran celebración que se desarrolla desde que comenzara la pandemia.


Una tregua de paz definitiva

A partir de la celebración litúrgica del día, el pontífice saludó a todos los peregrinos presentes y a quienes han seguido la celebración desde los medios de comunicación. Además mostró su cercanía a todos los peruanos que “están atravesando un difícil momento de tensiones sociales”. Francisco prometió sus oraciones y animó a todos los sectores a encontrar “una solución pacífica por el bien del país, especialmente por el de los más pobres en el respeto de los derechos de todos y de las intuiciones”.

Dirigiéndose a la Virgen María le pidió el fin de la guerra en Ucrania, “una guerra que cada día nos pone frente a los ojos imágenes de una crueldad atroz por los hechos cometidos contra civiles desarmados”. Propuso el ejemplo de Cristo para que cese los acontecimientos armados “liberados del dominio del mal” para que “reine la vida y la paz”. Hizo un llamamiento así a una “tregua pascual” para llegar a paz total tras las negociaciones aunque esto suponga algún sacrificio “por el bien de la gente” frente a “la victoria de plantar una bandera en un montón de escombros”. “Nada es imposible para Dios”, sentenció.

Nuevo llamamiento del Papa a parar la guerra

El Papa: la guerra es un acto bárbaro que debe ser abolido

El pensamiento del Pontífice se dirige siempre a Ucrania: «Es necesario repudiar la guerra, un lugar de muerte donde los padres y las madres entierran a sus hijos, donde los hombres matan a sus hermanos sin siquiera haberlos visto, donde los poderosos deciden y los pobres mueren».

Ciudad del Vaticano

Un nuevo llamamiento del Papa Francisco por la paz en Europa del Este. El Pontífice, que el 25 de marzo presidió el Acto de Consagración de Rusia y Ucrania al Inmaculado Corazón de María en la Basílica de San Pedro, vuelve a alzar su voz para que se silencien las armas y se detenga el conflicto. «Ha pasado más de un mes -recuerda el Papa tras la oración mariana del Ángelus- desde la invasión de Ucrania, desde el inicio de esta guerra cruel y insensata que, como toda guerra, representa una derrota para todos, para todos nosotros. Es necesario repudiar la guerra, un lugar de muerte donde los padres y las madres entierran a sus hijos, donde los hombres matan a sus hermanos sin siquiera verlos, donde los poderosos deciden y los pobres mueren».

Escuche el informe con la voz del Papa

La guerra no sólo devasta el presente, sino también el futuro de una sociedad. He leído que desde el comienzo de la agresión contra Ucrania, uno de cada dos niños ha sido desplazado del país. Esto significa destruir el futuro, causando un trauma dramático en los más jóvenes e inocentes de entre nosotros. ¡Esto es la bestialidad de la guerra, un acto bárbaro y sacrílego! La guerra no puede ser algo inevitable: ¡no debemos acostumbrarnos a ella! En cambio, debemos convertir la indignación de hoy en el compromiso de mañana. Porque, si salimos de esta situación como antes, todos seremos culpables de alguna manera. Ante el peligro de la autodestrucción, que la humanidad comprenda que ha llegado el momento de abolir la guerra, de cancelarla de la historia de la humanidad antes de que sea ella la que cancele al hombre de la historia.

Que callen las armas

Francisco vuelve a vincular el llamamiento a la paz con la oración: «¡Ruego a todo dirigente político a que reflexione sobre esto, a que se comprometa con esto! Y, mirando a la martirizada Ucrania, comprendamos que cada día de guerra empeora la situación para todos. Por eso renuevo mi llamamiento: ¡basta, basta, que callen las armas, que se negocie seriamente por la paz! Recemos de nuevo, sin cansarnos, a la Reina de la Paz, a la que hemos consagrado a la humanidad, y en particular a Rusia y Ucrania, con una gran e intensa participación, por la que les doy las gracias a todos».

El Papa y los peregrinos y fieles reunidos en la Plaza de San Pedro procedieron al rezo de un Avemaría, implorando el fin de esta masacre.

Manifiesto contra la invasión de Ucrania y lo que hay detrás

Leonardo boff- Juan Torres – Benjamín Forcano – Joaquín García Roca – Nidia Arrobo – Víctor Codina – Jaume Patuel – Argentina Méndez – Jonny Pereira – Timoteo Cruces- José Mª Castillo – Avelino Seco (Grupo promotor)

Manifestamos nuestra plena solidaridad con el pueblo ucranio; exigimos a las autoridades rusas que detengan inmediatamente sus ataques y acaben con la invasión de un Estado soberano; y apoyamos las medidas justas que tomen los gobiernos europeos para ayudar con eficacia a ponerle fin. Todo ello, sin perjuicio de recordar que es muy difícil que los conflictos se resuelvan mediante escaladas de violencia y sin ausencia de la mediación adecuada.

Tenemos la firme convicción de que la invasión rusa de Ucrania liderada por Putin no tiene justificación y que es moralmente condenable desde cualquier punto de vista. La consideramos un acto criminal porque es cruel, inhumano, contrario a todas las normas del derecho internacional, innecesario y de consecuencias y riesgos extraordinarios y graves, pues puede provocar una guerra mundial que acabaría con nuestra civilización.

Sin embargo, con la misma convicción y firmeza creemos que no se puede condenar este acto criminal sin contextualizarlo; olvidando acciones similares, por no decir idénticas, que se han realizado en el pasado o incluso en estos mismos días, por otros Estados; utilizando la mentira y la manipulación para combatir al contrario; o mientras se sigue haciendo negocios con el patrimonio de los oligarcas rusos.

No lo podemos callar: la acción criminal que está ocurriendo en Ucrania es gravísima pero no un hecho aislado. Estados Unidos y otras potencias han invadido y ocupado también Estados soberanos declarando guerras ilegales en las que han muerto millones de personas; han promovido golpes de Estado contra gobiernos democráticos; han masacrado población civil en diversos países; han consentido y consienten la anexión de territorios por Marruecos o Israel, y la criminal guerra no declarada de este último país contra Palestina.

Casi todos los medios de comunicación occidentales se han convertido en un eficaz instrumento para despertar la solidaridad y difundir el justo clamor global contra el crimen del ejército ruso.

Pero también es cierto que se está manipulando la información, que constantemente se vierten mentiras para hacer creer que la comisión de ese tipo de crímenes es solo de ahora y propio tan solo de una de las partes; incluso se ha impuesto la censura de los medios cuya información no cuadra con la oficial. Condenamos también ese tipo de respuesta y nos oponemos a cualquier límite a la libertad de expresión, aunque sí exigimos rendición de cuentas y castigo a los medios, de cualquier parte, que difundan falsedades para confundir a la población e impedir que decida y actúe con libertad efectiva.

No aceptamos que Rusia ponga como excusa de la invasión los ataques del gobierno ucranio a la población rusófila de la Ucrania oriental, o las promesas de neutralidad de Ucrania o de no expansión de la OTAN hacia el este que no hayan sido cumplidas. Ni aún cuando fueran ciertas se puede justificar la invasión de un Estado soberano y el sufrimiento y la muerte, por su causa, de millones de personas.

Condenamos también que los gobiernos occidentales hayan alentado y armado a milicias claramente totalitarias e incluso nazis en Ucrania y que hayan callado ante los desmanes allí ocurridos. Denunciamos que la OTAN ha antepuesto los intereses estratégicos de Estados Unidos a la creación de condiciones proclives al entendimiento y la paz en Europa; y lamentamos que las autoridades europeas no hayan sido capaces de erigirse en un vector de diálogo y arbitrio que frene el afán imperial de las demás potencias.

Condenamos con toda nuestra fuerza y sin fisuras la acción criminal de Putin, pero tenemos la obligación de señalar que no es un acto aislado sino una expresión más del idioma de violencia, guerra, prepotencia e impunidad con que las grandes potencias se han acostumbrado a plantear los conflictos en los que se ven inmersas (casi siempre, por cierto, por una egoísta ambición neocolonial e imperialista).

Condenamos la invasión de Rusia como un acto criminal y creemos que sus responsables deben ser denunciados ante la Corte Penal Internacional cuya misión es juzgar a las personas acusadas de cometer crímenes de genocidio, guerra, agresión y lesa humanidad. Pero ¿cómo y con qué fuerza moral se puede llevar eso a cabo con Putin, si Estados Unidos no reconoce dicha Corte, precisamente porque sabe que algunos de sus máximos dirigentes ha sido responsable de acciones tan abyectas como los que ahora se están cometiendo?

Nuestra radical condena de la invasión rusa de Ucrania va unida, finalmente, a un doble y urgente llamamiento.

En primer lugar, contra la ingenuidad de creer que nos encontramos ante un conflicto circunscrito al espacio ucranio-ruso. Se trata, en realidad, del primer episodio de una tensión de mucho mayor alcance y peligro entre Estados Unidos y China. La potencia oriental está decidida a poner fin a la era de Estados Unidos como “la nación indispensable y necesaria”, “ancla de la seguridad global” o “único poder” que domina el planeta.

Y Estados Unidos, por su parte, quiere debilitar a China generando en Ucrania una especie de nuevo Vietnam que acabe con el régimen de Putin como su principal aliado. Nuestra posición es clara: no queremos la sustitución de un imperio por otro, sino que llamamos a luchar por un mundo multipolar, libre y comprometido con la práctica efectiva de la cultura de la paz y el desarme, la justicia y el buen gobierno.

En segundo lugar, llamamos a nuestros compatriotas y hermanas y hermanos de todo el mundo a ser conscientes de que es materialmente imposible que nuestra civilización sobreviva si nos seguimos gobernando por el totalitarismo, en cualquiera de sus formas, y por su otra cara, la avaricia y el afán de lucro. Son esos dos monstruos los que obligan a multiplicar constantemente el armamento, incluido el nuclear, y a renunciar a las instancias de acuerdo, consenso y administración de justicia internacionales; los que concentran cada día más la riqueza y el poder y hacen caso omiso de las leyes del cuidado y la naturaleza, destruyendo así las relaciones humanas, el medio ambiente y el futuro de la vida en el planeta

Oración por la Paz en Ucrania

¿Cómo acompañar al Papa en el acto de consagración al Corazón Inmaculado de María?

Papa Francisco 

Sigue en directo a través de Vatican News, el Acto de Consagración de Rusia y Ucrania al Corazón Inmaculado de María. El mismo acto, el mismo día, será realizado en Fátima por el Cardenal Konrad Krajewski

Lo realizará el Santo Padre este viernes 25 de marzo, a las 17.00 horas en la Basílica de San Pedro, Solemnidad de la Anunciación del Señor

Será una oración pública y coral, que une a toda la Iglesia, para implorar la paz y consagrar al Corazón Inmaculado de María a la humanidad entera y en especial a Rusia y Ucrania

25.03.2022 | Renato Martinez

(Vatican News).- “El viernes 25 de marzo, durante la Celebración de la Penitencia que presidirá a las 17.00 horas en la Basílica de San Pedro, el Papa Francisco consagrará a Rusia y Ucrania al Inmaculado Corazón de MaríaEl mismo acto, el mismo día, será realizado en Fátima por el Cardenal Konrad Krajewski, Limosnero Pontificio, como enviado del Santo Padre», este era el anuncio que realizó el Director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, el pasado 15 de marzo anunciando que el Santo Padre realizaría este Acto de Consagración de Rusia y Ucrania en el día de la Solemnidad de la Anunciación del Señor.

¿Qué es el Acto de Consagración?

El Acto que realizará este viernes el Papa Francisco será una oración pública y coral, que une a toda la Iglesia, para implorar la paz y consagrar al Corazón Inmaculado de María a la humanidad entera y en especial a Rusia y Ucrania. Como escribió el Santo Padre en su Carta a los Obispos para el Acto de Consagración al Corazón Inmaculado de María, este 23 de marzo, “la Iglesia, en esta hora oscura, está fuertemente llamada a interceder ante el Príncipe de la paz y a estar cerca de cuantos sufren en carne propia las consecuencias del conflicto”.

Este Acto previsto en torno a las 18:30, hora de Roma, lo realiza el Papa Francisco acogiendo las numerosas peticiones del Pueblo de Dios, para invocar la paz renovados por el perdón de Dios, y “quiere ser un gesto de la Iglesia universal, que en este momento dramático lleva a Dios, por mediación de la Madre suya y nuestra, el grito de dolor de cuantos sufren e imploran el fin de la violencia, y confía el futuro de la humanidad a la Reina de la paz”.

¿Dónde poder seguir el Acto de Consagración?

Por esta razón, el Santo Padre invita a todo el pueblo de Dios a unirse a este Acto consacratorio, convocado para este viernes 25 de marzo, a las 17.00, hora de Roma, para que el Pueblo santo de Dios eleve la súplica a su Madre de manera unánime y apremiante. Después de la celebración penitencial, con el rito de reconciliación de varios penitentes con la confesión y absolución individual, el Papa Francisco realizará el Acto de Consagración que lo puedes seguir a través de Vatican News en:

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El Papa quiere acabar con la guerra

Francisco sobre la guerra: “La humanidad se ve amenazada por un perverso abuso de poder”

“La sangre y las lágrimas de los niños sacuden nuestra conciencia”, ha dicho el Papa sobre los menores ucranianos

“Una vez más, la humanidad se ve amenazada por un perverso abuso de poder y por los intereses de parte, que están condenando a personas indefensas a una violencia brutal“. Así se ha expresado el papa Francisco sobre la guerra en Ucrania en su mensaje con motivo de la tercera edición de las Jornadas Sociales Católicas Europeas, que tienen lugar en Bratislava (Eslovaquia) del 17 al 20 de marzo


En un mensaje dirigido a Gintaras Grušas, arzobispo de Vilnius y presidente del Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa (CCEE), ha pedido oraciones para que “quienes tienen en sus manos el destino de las naciones no dejen de intentarlo todo para detener la guerra y abrir un diálogo constructivo que ponga fin a la inmensa tragedia humanitaria que está provocando”.

En este texto enviado al evento –organizado por la CCEE, la Comisión de las Conferencias Episcopales de la Unión Europea (COMECE), y el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral–, el Pontífice ha señalado que “lo que estamos viviendo en estas últimas semanas no es lo que esperábamos después de la difícil emergencia sanitaria provocada por la pandemia, que nos hizo experimentar un signo de impotencia y miedo, junto a la fragilidad de nuestra existencia”.

Asimismo, ha indicado que “la tragedia de la guerra que está teniendo lugar en el corazón de Europa nos deja atónitos; nunca habríamos pensado volver a ver tales escenas, que recuerdan a los grandes conflictos bélicos del siglo pasado”.

Agradecimiento por la solidaridad

Por otro lado, ha mostrado su agradecimiento a las Iglesias locales cercanas a Ucrania por su “respuesta unánime” para ayudar a los refugiados, “garantizando la ayuda material, la acogida y la hospitalidad”.

“El grito desgarrador de ayuda de nuestros hermanos ucranianos nos insta, como comunidad de creyentes, no solo a una seria reflexión, sino también a llorar con ellos y a hacer algo por ellos; a compartir la angustia de un pueblo herido en su identidad, en su historia y en su tradición”, ha señalado, para luego rematar: “La sangre y las lágrimas de los niños, el sufrimiento de las mujeres y los hombres que están defendiendo su propia tierra o huyendo de las bombas sacuden nuestra conciencia”.

Por último, Jorge Mario Bergoglio ha instado a Europa a refundar “una arquitectura de paz a nivel global, donde la casa europea, nacida para garantizar la paz después de las guerras mundiales, tenga un rol principal”.