El Papa en Kazajistán

Francisco en Kazajistán: Vengo para amplificar el grito de tantos que imploran la paz

El Santo Padre pronunció un amplio discurso durante su encuentro con las autoridades, la sociedad civil y el Cuerpo Diplomático en el marco de su 38º Viaje Apostólico. Es una «peregrinación de paz», como él mismo la definió después del Ángelus del domingo 11 de septiembre.

Sebastián Sansón Ferrari – Vatican News

El dombra, un instrumento musical de Kazajistán, un emblema cultural y uno de los símbolos más importantes del país, es el elemento que Francisco eligió para articular su mensaje a las autoridades, la sociedad civil y el Cuerpo Diplomático, su primera alocución pública durante su “peregrinación de paz” a la nación asiática. El encuentro se realizó este martes 13 de septiembre en el Qazaq Concert Hall, un centro para las artes escénicas.

Francisco expresó su agradecimiento al Presidente de la República, Kasim-Yomart Tokaev, por las palabras que le dirigió. 

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“Estoy honrado de estar aquí con ustedes, en esta tierra tan extensa como antigua, a la que vengo como peregrino de paz, en busca de diálogo y unidad”, afirmó el Santo Padre. “Nuestro mundo lo necesita con urgencia, necesita volver a encontrar la armonía”, insistió, como ya lo había exteriorizado después de rezar el Ángelus del domingo 11 de septiembre en la Plaza de San Pedro. Según Bergoglio, la armonía en el país puede estar bien representada por el dombra.

El dombra, símbolo de continuidad

Francisco confesó que, preparándose para el viaje, descubrió que algunos modelos del dombra ya se utilizaban en la época medieval y que este, a lo largo de los siglos, acompañó con música los relatos de sagas y obras poéticas, uniendo el pasado y el presente. Este instrumento “acompasa por tanto la memoria del país, y evoca así la importancia, frente a los rápidos cambios económicos y sociales en curso, de no descuidar los vínculos con la vida de quienes nos han precedido, también por medio de esas tradiciones que permiten atesorar el pasado y valorar cuanto se ha recibido como herencia”. En este sentido, el Papa destacó la “hermosa costumbre” extendida de hornear, el viernes por la mañana, siete panes en honor de los antepasados.

Tras las huellas de Juan Pablo II

Para el Sucesor de Pedro, la memoria de Kazajistán, que el Papa Wojtyla al viajar definió como “tierra de mártires y creyentes, tierra de deportados y héroes, tierra de pensadores y artistas” en su discurso durante la ceremonia de bienvenida, “lleva impresa una gloriosa historia de cultura, humanidad y sufrimiento”, declaró Francisco.

“¿Cómo no recordar, en particular, los campos de prisioneros y las deportaciones en masa que han visto a tantas poblaciones oprimidas en las ciudades y en las vastas estepas de estas regiones? Pero los kazajos no se dejaron cautivar por esos atropellos; y de la memoria de la reclusión floreció la atención por la inclusión.”

Bergoglio auguró “que, en esta tierra, transitada desde la antigüedad por grandes movimientos de pueblos, el recuerdo del sufrimiento y de las pruebas experimentadas sea un bagaje indispensable para encaminarse hacia el futuro poniendo en primer lugar la dignidad del hombre, de todo hombre, y de todo grupo étnico, social y religioso”.

13/09/2022

Un puente entre Europa y Asia 

Una vez más, citando a su predecesor, Juan Pablo II, Francisco reconoció que «sobre todo, resuenan en el país las notas de dos almas, la asiática y la europea, que tienen una permanente «misión de conexión entre dos continentes», como había dicho el Papa Wotjyla en su discurso a los jóvenes el 23 de septiembre de 2001. «Las cuerdas del dombra, subrayó el Sucesor de Pedro, resuenan habitualmente junto a otros instrumentos de arco típicos de estos lugares».

“La armonía madura y crece en el conjunto, en la coralidad que hace armoniosa la vida social. «La fuente del éxito es la unidad», recita un hermoso proverbio local. Si eso vale en todas partes, aquí de modo particular. Alrededor de ciento cincuenta grupos étnicos y más de ochenta lenguas presentes en el país, con historias, tradiciones culturales y religiosas variadas, componen una sinfonía extraordinaria y hacen de Kazajistán un taller multiétnico, multicultural y multirreligioso único, revelando su vocación peculiar, la de ser país del encuentro.”

El rol de las religiones en la construcción de paz 

El Papa está en Kazajistán para subrayar la importancia y la urgencia de este aspecto, al que las religiones están llamadas a contribuir de modo particular, enfatizó el Sumo Pontífice, y, por ello, tiene el honor de participar en el séptimo Congreso de Líderes de las Religiones Mundiales y Tradicionales. «Oportunamente, evocó Bergoglio, la Constitución de Kazajistán, al definirlo laico, prevé la libertad de religión y de credo».

“Una laicidad sana, que reconozca el rol valioso e insustituible de la religión y se contraponga el extremismo que la corroe, representa una condición esencial para el trato equitativo de cada ciudadano, además de favorecer el sentido de pertenencia al país por parte de todos sus elementos étnicos, lingüísticos, culturales y religiosos. Las religiones, en efecto, mientras desarrollan el rol insustituible de buscar y dar testimonio del Absoluto, necesitan la libertad de expresión. Y, por tanto, la libertad religiosa constituye el mejor cauce para la convivencia civil.”

La tutela de la libertad, aspiración inscripta en el corazón de todo hombre 

El Santo Padre expresó su aprecio por la afirmación del valor de la vida humana mediante la abolición de la pena de muerte, «en nombre del derecho de todo ser humano a la esperanza». «Junto a eso, es importante garantizar la libertad de pensamiento, de conciencia y de expresión, para dar espacio al rol único y equitativo que cada uno ocupa en el conjunto».

Recapitulando el símbolo del dombra, Francisco reflexionó que en este punto el instrumento puede ser de estímulo, porque es principalmente un instrumento musical popular y, en cuanto tal, comunica la belleza de conservar el genio y la vivacidad de un pueblo. Como acotó el Sucesor de Pedro, «eso es lo que se confía en primer lugar a las autoridades civiles, primeras responsables en la promoción del bien común, y se realiza de modo especial en el apoyo a la democracia, que constituye la forma más adecuada para que el poder se traduzca en servicio a favor de todo el pueblo y no sólo de unos pocos». En esa línea, el Papa admitió su conocimiento del proceso de democratización, dirigido a reforzar las competencias del Parlamento y de las Autoridades locales y, en términos más generales, una mayor distribución del poder. Bergoglio lo calificó como «un camino meritorio y exigente que, ciertamente, no es breve y que requiere proseguir hacia la meta sin volverse atrás». «En efecto, la confianza en quien gobierna aumenta cuando las promesas no terminan siendo instrumentales, sino que se cumplen efectivamente», indicó. 

El papel de la democracia

Hablando sobre la democracia, el Papa resaltó la importancia de que la democracia y la modernización confluyan en un servicio concreto al pueblo, con una buena política de escucha a la gente y respuesta a su necesidades, de respuestas a sus necesidades legítimas, de una constante implicación de la sociedad civil y de las organizaciones no gubernamentales y humanitarias, con una atención particular respecto a los trabajadores, los jóvenes y los sectores más débiles. También bregó por la urgencia de implementar medidas para luchar contra la corrupción, puntualizando que esto es algo que todos los países del mundo necesitan.

Kazajistán, encrucijada de importantes intersecciones geopolíticas

El Sucesor de Pedro remarcó el «rol fundamental» del país en la atenuación de conflictos y recordó que Juan Pablo II viajó a Kazajistán después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, mientras que Francisco se encuentra en el país mientras está en curso «la insensata y trágica guerra originada por la invasión de Ucrania, mientras otros enfrentamientos y amenazas de conflictos ponen en peligro nuestra época». 

Francisco aludió a «la cada vez más apremiante la necesidad de extender el compromiso diplomático en favor del diálogo y del encuentro, porque el problema de algunos es hoy problema de todos, y quien ostenta más poder en el mundo tiene más responsabilidad respecto a los demás, especialmente a los países más expuestos a las crisis causadas por la lógica del conflicto».

Es la hora de evitar la intensificación de las rivalidades

Según el Pontífice, se necesitan líderes que, a nivel internacional, «permitan a los pueblos entenderse y dialogar, y generen un nuevo “espíritu de Helsinki”, la voluntad de reforzar el multilateralismo, de construir un mundo más estable y pacífico pensando en las nuevas generaciones. Y para hacer esto es necesario la comprensión, la paciencia y el diálogo con todos. Repito, con todos».

“Pensando precisamente en el compromiso global por la paz, expreso mi gran estima por la renuncia a los armamentos nucleares que este país ha emprendido con decisión; así como por el desarrollo de políticas energéticas y ambientales centradas en la descarbonización y la inversión en fuentes renovables, que la Exposición internacional de cinco años atrás puso de relieve.”

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La Santa Sede está cerca de ustedes en este itinerario

Hacia el final de su extenso mensaje, el Obispo de Roma se detuvo en la cercanía de la Santa Sede con la República de Kazajistán:  el Santo Padre dijo que «inmediatamente después de la independencia del país, hace treinta años, se establecieron las relaciones diplomáticas, y estoy contento de visitar el país en la proximidad de este aniversario. Aseguro que los católicos, presentes en Asia central desde tiempos antiguos, desean seguir testimoniando el espíritu de apertura y diálogo respetuoso que distingue esta tierra».

Gratitud por la acogida

El Pontífice agradeció el recibimiento dispensado, «que revela su bien conocido sentido de hospitalidad, además de tener la oportunidad de vivir estos días de diálogo fraterno junto a los líderes de muchas religiones».

“Que el Altísimo bendiga la vocación de paz y unidad de Kazajistán, país del encuentro.”

«A ustedes, que tienen la responsabilidad prioritaria del bien común, y a cada uno de los habitantes de este país, les expreso mi alegría por estar aquí y la voluntad de acompañar con la oración y la cercanía todo esfuerzo por un futuro próspero y armonioso de este gran país. Raqmét! [¡Gracias!] ¡Que Dios bendiga Kazajistán!», concluyó.

Las palabras del Presidente de la República

Antes del discurso del Papa Francisco, el mandatario se dirigió al Pontífice en un saludo en kazajo e inglés, en el que le compartió su sincera gratitud por la presencia en el país y por haber aceptado la invitación, agregando que hoy es un día histórico para Kazajistán. 

También le confió que prestan especial atención a este viaje, con la convicción de que la reunión de hoy elevará la cooperación en diversos campos a un nuevo nivel.

El Presidente también admitió el interés de escuchar el discurso pastoral del Papa.

La reconciliación que falta en España

Todo lo que a la Iglesia aún le queda por hacer en España para la “reconciliación” con el siglo XX que pide el papa 

POR: ÁNGEL MUNÁRRIZ  

La institución católica ha asumido pecados en el Holocausto, la dictadura argentina y la persecución de pentecostales, pero no por el golpe del 36, la Guerra Civil, las delaciones y la represión en España. 

El papa, en una entrevista en la Cope, ha pedido esta última semana a España que se reconcilie con su propia historia, especialmente del siglo XX. La pregunta de Carlos Herrera había sido sobre Cataluña, pero Francisco se desvió hacia la historia para señalar lo que a su juicio es la “clave”: “No sé si España está totalmente reconciliada con su propia historia, sobre todo del siglo pasado. Y si no lo está, tiene que hacer un paso de reconciliación con la propia historia”. Pero, ¿está la Iglesia “reconciliada” con su propio papel en el convulso siglo XX español? La trayectoria de la institución –cómplice de la represión y hermanada con el franquismo–, su estatus actual –erigido sobre privilegios con origen en la dictadura y a los que la jerarquía se aferra–, su trato a las víctimas y su resistencia a oficializar un perdón y reconocimiento de culpa que sí ha emitido en otros casos indican claramente que la propia Iglesia no está a la altura del listón que pone el propio pontífice. 

Complicidad con el franquismo 

La historia no sólo sitúa a la Iglesia del lado de los sublevados contra la República, sino que muestra su consustancialidad con el régimen franquista. La jerarquía católica fue un elemento determinante del bloque de fuerzas que socavó la República desde su proclamación. “Enemigos de la Iglesia y del orden social”, clamaba contra los republicanos en 1931 el cardenal primado y arzobispo de Toledo, Pedro Segura. “Cuando se produjo el levantamiento militar, salvo algunas excepciones, la Iglesia se apresuró a apoyar el pronunciamiento y a sacralizarlo, convirtiéndolo pronto en una Cruzada. Durante la guerra civil y a su término, la jerarquía denunció la cruenta persecución a que habían sido sometidos sus sacerdotes y religiosos en la España republicana durante la guerra, mientras silenciaba larepresión”, sintetiza el historiador Francisco Moreno Sáez. 

“España será católica o no será”, proclamó el cardenal Isidro Gomá durante la guerra, en otra frase imprescriptible. En 1937, la Carta Pastoral Dirigida a los Obispos del Mundo Entero consagró el apoyo sin ambages de la Iglesia a Franco: “Hoy por hoy, no hay en España más esperanza para reconquistar la justicia y la paz y los bienes que de ellas derivan, que el triunfo del movimiento nacional”. Acabada la guerra, Pío XII telegrafió un mensaje a Franco: “Levantamos nuestro corazón al señor y agradecemos la deseada victoria católica en España”. Más tarde, el papa nombró “protocanónigo” al “Caudillo”. 

El Vaticano aportó a Franco reconocimiento y legitimidad desde primera hora. El régimen respondió con una legislación educativa (1945) e hipotecaria (1946) a la medida de la institución católica. El hermanamiento culminó con el acuerdo bilateral de 1953, el Concordato, consagrando un régimen de total confesionalidad. Con este acuerdo bilateral, Franco “compraba un privilegio para él muy valioso”, el “título oficial de Estado católico respaldado por la Iglesia”, escribe en Las relaciones entre la Iglesia y el Estado en España (1953-1974)Alberto de la Hera, que fue director general de Asuntos Religiosos con José María Aznar. El general ferrolano arrancó además al Vaticano el artículo VI, que obligaba a los curas a elevar preces diarias por el Caudillo. 

Múltiples historiadores han acreditado la complicidad estructural de la jerarquía católica con Franco, como Francisco Espinosa y José María García Márquez en Por la religión y la patria (Crítica, 2014). La Iglesia fue parte del aparato represor. La justicia militar de posguerra se sirvió de curas junto a falangistas, guardias civiles y alcaldes. Julián Casanova, en La Iglesia de Franco (Crítica, 2001), narra cómo la Iglesia se apresuró a apoyar a los sublevados, ofreciendo su bendición a la política de exterminio. La guerra fue considerada por la Iglesia un “plebiscito armado”. Y ganó su candidato, Franco, “Caudillo de España por la Gracia de Dios”, como decían todas las monedas acuñadas desde 1946. 

Como escribe Casanova, la jerarquía participó desde 1943 en la “farsa” de las Cortes franquistas y se hizo presente en las más altas instituciones del Estado. Franco, añade el historiador, “murió bendecido por la Iglesia, sacralizado, rodeado de una aureola heroico-mesiánica que le equiparaba a los santos más grandes de la historia”. Benedictinos y dominicos pidieron su canonización. 

Cabría preguntar: ¿Está la Iglesia reconciliada con su historia en el siglo XX español?Herencias y privilegios 

Juan José Tamayo, profesor emérito honorífico de la Universidad Carlos III de Madrid, conecta las reticencias de la jerarquía a la petición de perdón por su papel en el franquismo con el hecho de que, aún hoy, disfruta de privilegios con raíz en la dictadura. “Es una causa fundamental”, señala el también secretario general de la asociación teológica Juan XIII. ¿Cómo interpreta el autor de La Internacional del odio las palabras del papa? A su juicio, “deberían ser entendidas” como una llamada de atención no sólo a la sociedad española, sino también a la propia jerarquía, que “dio apoyo al golpe de Estado y legitimó la dictadura durante casi 40 años”. “La jerarquía y los grupos integristas”, entre los que menciona a la Asociación Católica de Propaganidstas, el Opus Dei y los “movimientos cristoneofascistas” actuales, han sido, a su juicio, uno de los actores clave en el déficit de reconciliación en España. “Y no sólo –añade– en la sociedad española, sino también en el seno de la propia Iglesia, ya que la jerarquía ha rechazado el diálogo que desde los años 80 le ha ofreciendo el movimiento comunitario de base”. 

El actual estatus educativo, simbólico, económico e institucional de la Iglesia en España sería impensable sin el Concordato, reformado –jamás derogado– entre 1976 y 1979, cuando adoptaron la forma de cinco acuerdos. El primero es el marco jurídico, de 1976, es decir, preconstitucional y todavía vigente. Dionisio Llamazares, en su artículo Los Acuerdos del Estado español con la Santa Sede, considera “vértice del sistema” y raíz de su inconstitucionalidad, por generar de facto una confesionalidad encubierta y cincelar en el BOE que “la mayoría del pueblo español profesa la Religión Católica”. Jamás la jerarquía católica ha hecho amago de querer renunciar a un estatus erigido antes de la democracia.  

Los otros cuatro son temáticos: 1) jurídico, 2) Fuerzas Armadas, 3) educación y cultura y 4) economía. La casilla de la Iglesia –unos 300 millones anuales de dinero público para la Iglesia–, los profesores de Religión y capellanes pagados por el Estado, las múltiples exenciones fiscales… todo ello tiene origen en unos acuerdos cuya primera pieza es de 1976, mientras las tres siguientes están fechadas el 3 de enero de 1979, hace ahora 40 años, tan sólo 29 días después de la aprobación de la Constitución en referéndum. Aunque cronológicamente caen dentro de la democracia, lo cierto es que los contactos para el cambio del Concordato venían de finales de los 60 y obedecían a una lógica propia de relaciones Estado a Estado, como se concluye de la lectura del artículo Las relaciones entre la Iglesia y el Estado en España (1953-1976), de Alberto de la Hera. 

La parte del trato que corresponde a la Iglesia, la autofinanciación, sigue siendo un mero “propósito” incumplido. Los acuerdos también recogen la “voluntad” de la Iglesia de poner al servicio de la sociedad su “patrimonio documental” . No obstante, han sido frecuentes las quejas de historiadores, entre ellos los que investigan los crímenes del siglo XX. “A pesar de que funcionan con subvenciones, estos archivos son privados y el acceso está controlado y decidido por ellos”, señala el historiador Francisco Espinosa, especializado en la guerra y la represión. Emilio Silva, presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, pone el énfasis en el mismo punto: “La Iglesia, por su posición, debe tener gran cantidad de información sobre víctimas que no han dejado rastro judicial”.  

Las masivas inmatriculaciones de bienes de la Iglesia también tienen su origen en legislación franquistaconcretamente en la Ley Hipotecaria de 1946, rematada por su reglamento un año después. La normativa permitía a las autoridades de la Iglesia inscribir por vez primera en el registro –inmatricular– un bien, necesitando sólo para ello una certificación de la propia diócesis. Es decir, el obispo se convertía en fedatario público: parte sustancial, funcionarial, del Estado, con potestad para apropiarse de bienes públicos en virtud de su propia palabra. La Iglesia utilizó su privilegio al menos hasta 2015 y no ha renunciado a los frutos del mismo. Es más, se aferra con toda su fuerza a ellos. 

¿Aportaría algo a a “reconciliación” que defiende el papa una renuncia de la Iglesia a privilegios heredados del franquismo? 

Falta de perdón 

La Iglesia, que hasta 2019 mantuvo enterrado con honores a Franco y aún mantiene así a Queipo de Llano en Sevilla, se ha resistido a pedir oficialmente perdón por su papel como institución en la Guerra Civil, la represión y la dictadura. Estuvo cerca en 1971, en la Asamblea Conjunta de Obispos y Sacerdotes, que votó esta propuesta: “Reconocemos humildemente y pedimos perdón porque nosotros no supimos a su tiempo ser verdaderos ministros de reconciliación“. Hubo un voto favorable mayoritario, pero no se llegó a los dos tercios exigidos, con lo que la propuesta no se incorporó a las conclusiones. Hace 50 años.Desde entonces, la esencia de la versión oficial se resume en esta frase de 2000 de Juan José Asenjo, siendo portavoz de la Conferencia Episcopal (CEE): la Iglesia fue durante la guerra “sujeto paciente y víctima”. Bajo el liderazgo de Antonio María Rouco Varela, en 1999 fue aprobada la tesis episcopal sobre la guerra, que evitaba la autocrítica: “España se vio arrastrada a la guerra civil más destructiva de su historia. No queremos señalar culpas de nadie en esta trágica ruptura de la convivencia […]. Deseamos más bien pedir el perdón de Dios para todos los que se vieron implicados en acciones que el Evangelio reprueba, estuvieran en uno u otro lado de los frentes”. En 2006, durante el debate que desembocaría en la aprobación de la Ley de Memoria Histórica, la Conferencia Episcopal publicó sus Orientaciones morales ante la situación actual de España, en las que alertaba de una “mentalidad selectiva” que “abre de nuevo viejas heridas”

Algo más conciliador, Ricardo Blázquez, siendo presidente de la CEE en 2007, afirmó que “en el decenio de los treinta” hubo “actuaciones concretas” de miembros de la Iglesia contrarias al Evangelio. Y hasta ahí. Lo demás han sido declaraciones vagas o aisladas: en 2009 la Iglesia vasca pidió perdón por su silencio ante el fusilamiento de 14 sacerdotes nacionalistas entre 1936 y 1937. En 2013 el entonces cardenal arzobispo de Barcelona, Martínez Sistach, lanzó este tuit: 

De los errores que los miembros de la Iglesia hayamos podido cometer en un pasado más o menos lejano los obispos humildemente pedimos perdón 

— Cardenal Sistach (@sistachcardenal) October 25, 2013 

¿Suficiente para considerar que la Iglesia ha contribuido a la “reconciliación? No, a juicio de la plataforma por la Comisión de la Verdad, que agrupa a más de 100 asociaciones de memoria y solicitó en 2013 en una carta al papa Francisco que la Iglesia pida perdón por su apoyo a Franco. Además, acusó a la institución de “ensalzar a unas víctimas con beatificaciones y canonizaciones en masa y olvidar a las de la represión franquista”. El ensayo El resurgir del pasado en España. Fosas de víctimas y confesiones de verdugos(Taurus, 2018), de Paloma Aguilar y Leigh A. Payne, apunta a un diagnóstico parecido al señalar que “la jerarquía eclesiástica ha logrado que se reconozca a sus víctimas”, mientras –exceptuando salvedades en Navarra– “esa misma jerarquía se ha negado en repetidas ocasiones a apoyar los esfuerzos que las víctimas republicanas“. Emilio Silva, presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, explica que, por su experiencia, la Iglesia ha hecho una “lectura política” durante todo el proceso de recuperación de víctimas, dándose el caso de religiosos exhumados asesinados por los franquistas que no han recibido el tratamiento de “mártires” de las víctimas en suelo republicano. 

infoLibre preguntó a la Conferencia Episcopal cuál consideraba su “posicionamiento de referencia”, a lo que respondió remitiendo a su colección documental desde 1966. 

“En España, desde el intento del 71 que no salió adelante, se perdió la posibilidad” de una petición de perdón, opina Ángel Luis López Villaverde, autor de El poder de la Iglesia en la España contemporánea (Catarata, 2013). A su juicio, las palabras del papa son “correctas” y “bien intencionadas”. ¿Pero? “El problema es que son muy ambiguas, una buena iniciativa que no va más allá. Hay que darles contenido. Y no sé si en la jerarquía española alguien lo hará”, expone. “Roma –afirma– hace mucho tiempo que va por delante de la jerarquía católica española”. 

Las reticencias de la Iglesia a pedir perdón por el franquismo contrastan con su abundante caudal de autocrítica sobre otros episodios de la historia. ¿Ejemplos? Ha habido desde 1992 hasta cuatro públicos reconocimientos de culpa por los abusos cometidos contra los pueblos indígenas durante la colonización de América Latina. “Se han cometido muchos y graves pecados contra los pueblos originarios de América en nombre de Dios. Pido humildemente perdón”, solemnizó Francisco. Juan Pablo II hizo en 2000 la petición de perdón más profunda de la milenaria historia de la institución. 

“Los cristianos han incumplido el Evangelio y, cediendo a la lógica de la fuerza, violado los derechos de etnias y pueblos […]. Nunca más ofensas hacia ningún pueblo, nunca más recurso a la lógica de la violencia, nunca más discriminaciones, exclusiones, opresiones, desprecio hacia los pobres y los desposeídos”. No hubo referencias al caso español. En otras ocasiones sí ha habido asunciones de culpa por hechos particulares. En 1998 el Vaticano –otra vez con Juan Pablo II– hizo un “acto de arrepentimiento” por su insensibilidad ante el Holocausto. Más contundente aún fue la Iglesia argentina en 2000 en la autocrítica sobre sus “pecados” durante la dictadura de la Junta Militar (1976-1983). El papa actual, Francisco, pidió perdón en 2015 a los evangélicos pentecostales por las persecuciones que sufrieron durante la época fascista de Benito Mussolini. Cuatro años después pidió perdón al pueblo gitano durante un viaje a Rumanía. 

A España el papa le pide que se reconcilie ella misma con su historia. Pero es la Iglesia la que tiene margen para dar pasos por sí misma hacia ese propósito 

Pastoral Penitenciaria en Fratelli Tutti

APUNTES CON LA ENCÍCLICA ATELLI TUTTI,
EN CLAVE DE PASTORAL PENITENCIARIA
NO PERDER NUNCA LA ESPERANZA (EN LA CÁRCEL TAMPOCO)
55. Invito a la esperanza, que «nos habla de una realidad que está enraizada en lo profundo del ser humano, independientemente de las circunstancias concretas y los ndicionamientos históricos en que vive….”.
DENUNCIAR LA INDIFERENCIA DE UNA SOCIEDAD QUE PASA DE LARGO
DE LOS POBRES, VULNERABLES
73. Luego la parábola (del Buen Samaritano) nos hace poner la mirada claramente en
los que pasan de largo. …peligrosa indiferencia de no detenerse, inocente o no,
producto del desprecio o de una triste distracción.
74. En los que pasan de largo hay un detalle que no podemos ignorar; eran personas
religiosas. Es más, se dedicaban a dar culto a Dios: un sacerdote y un levita. Esto es
un fuerte llamado de atención, indica que el hecho de creer en Dios y de adorarlo no
garantiza vivir como a Dios le agrada.
OPORTUNIDAD DE REHABILITACIÓN – JUSTICIA RESTAURATIVA
77. Cada día se nos ofrece una nueva oportunidad, una etapa nueva. …..
Seamos parte activa en la rehabilitación y el auxilio de las sociedades heridas.
78. Es posible comenzar de abajo y de a uno,
78. Dejemos de ocultar el dolor de las pérdidas y hagámonos cargo de nuestros
crímenes, desidias y mentiras. La reconciliación reparadora nos resucitará, y nos hará
perder el miedo a nosotros mismos y a los demás.
LOS DESCARTADOS (DE LA CÁRCEL)…NO CUMPLEN FUNCIÓN ALGUNA
101. … El hombre herido y abandonado en el camino (Parábola del Buen Samaritano)
era una molestia para ese proyecto, una interrupción, y a su vez era alguien que no
cumplía función alguna.
DIFERENCIAS SOCIALES MARCAN EL FUTURO DE MUCHOS PRESOS
106. «el solo hecho de haber nacido en un lugar con menores recursos o menor
desarrollo no justifica que algunas personas vivan con menor dignidad»
108. Invertir a favor de los frágiles puede no ser rentable, puede implicar menor
eficiencia.
109. Algunos nacen en familias de buena posición económica, reciben buena
educación, crecen bien alimentados, o poseen naturalmente capacidades destacadas.
Ellos seguramente no necesitarán un Estado activo y sólo reclamarán libertad. Pero
evidentemente no cabe la misma regla para una persona con discapacidad, para
alguien que nació en un hogar extremadamente pobre, para alguien que creció con
una educación de baja calidad y con escasas posibilidades de curar adecuadamente
sus enfermedades.
TODOS SOMOS IGUALES…¿DE VERDAD?
118. El mundo existe para todos, porque todos los seres humanos nacemos en esta
tierra con la misma dignidad. Las diferencias de color, religión, capacidades, lugar de
nacimiento, lugar de residencia y tantas otras no pueden anteponerse o utilizarse para
justificar los privilegios de unos sobre los derechos de todos.
121. Entonces nadie puede quedar excluido, no importa dónde haya nacido, y menos
a causa de los privilegios que otros poseen porque nacieron en lugares con mayores
posibilidades.
PREVENCIÓN A TRAVÉS DE LA EDUCACIÓN (FAMILIAS-EDUCADORES)
114. Quiero destacar la solidaridad, que…exige el compromiso de todos aquellos que
tienen responsabilidades educativas y formativas. En primer lugar, me dirijo a las
familias, llamadas a una misión educativa primaria e imprescindible. Ellas
constituyen el primer lugar en el que se viven y se transmiten los valores del amor y
de la fraternidad, de la convivencia y del compartir, de la atención y del cuidado del
otro. Ellas son también el ámbito privilegiado para la transmisión de la fe desde
aquellos primeros simples gestos de devoción que las madres enseñan a los hijos. Los
educadores y los formadores que, en la escuela o en los diferentes centros de
asociación infantil y juvenil, tienen la ardua tarea de educar a los niños y jóvenes, están
llamados a tomar conciencia de que su responsabilidad tiene que ver con las
dimensiones morales, espirituales y sociales de la persona. Los valores de la libertad,
del respeto recíproco y de la solidaridad se transmiten desde la más tierna infancia.
PASTORAL PENITENCIARIA, SERVICIO A PERSONAS NO IDEAS
115. ….nunca el servicio es ideológico, ya que no se sirve a ideas, sino que se sirve a
personas».
REINSERCIÓN A TRAVÉS DEL TRABAJO
162. El gran tema es el trabajo. Esa es la mejor ayuda para un pobre, el mejor camino
hacia una existencia digna. El gran objetivo debería ser siempre permitirles una vida
digna a través del trabajo».
TRANSFORMAR LA SOCIEDAD, TAMBIÉN ES CARIDAD Y PASTORAL
PASTORAL PENITENCIARIA
186….Es caridad acompañar a una persona que sufre, y también es caridad todo lo
que se realiza, aun sin tener contacto directo con esa persona, para modificar las
co
cruzar un río, y eso es exquisita caridad, el político le construye un puente, y eso
también es caridad. Si alguien ayuda a otro con comida, el político le crea una fuente
de trabajo, y ejercita un modo altísimo de la caridad que ennoblece su acción política.
EL DELITO NO RELACIONARLO CON PECADO
234. Si a veces los más pobres y los descartados reaccionan con actitudes que parecen
antisociales, es importante entender que muchas veces esas reacciones tienen que ver
con una historia de menosprecio y de falta de inclusión social.
PERDÓN Y RECONCILIACIÓN (UTOPÍA DE LA PASTORAL PENITENCIARIA)
237. El perdón y la reconciliación son temas fuertemente acentuados en el cristianismo
y, de diversas formas, en otras religiones.
EL PERDÓN Y LA VÍCTIMA
241. No se trata de proponer un perdón renunciando a los propios derechos ante un
poderoso corrupto, ante un criminal o ante alguien que degrada nuestra dignidad.
Estamos llamados a amar a todos, sin excepción, pero amar a un opresor no es
consentir que siga siendo así; tampoco es hacerle pensar que lo que él hace es
aceptable. Al contrario, amarlo bien es buscar de distintas maneras que deje de
oprimir, es quitarle ese poder que no sabe utilizar y que lo desfigura como ser humano.
Perdonar no quiere decir permitir que sigan pisoteando la propia dignidad y la de
los demás, o dejar que un criminal continúe haciendo daño. Quien sufre la injusticia
tiene que defender con fuerza sus derechos y los de su familia precisamente porque
debe preservar la dignidad que se le ha dado, una dignidad que Dios ama. Si un
delincuente me ha hecho daño a mí o a un ser querido, nadie me prohíbe que exija
justicia y que me preocupe para que esa persona —o cualquier otra— no vuelva a
dañarme ni haga el mismo daño a otros. Corresponde que lo haga, y el perdón no sólo
no anula esa necesidad, sino que la reclama.
243….Incluso ante las ofensas recibidas, la bondad no es debilidad, sino auténtica
fuerza, capaz de renunciar a la venganza».
246. A quien sufrió mucho de manera injusta y cruel, no se le debe exigir una especie
de “perdón social”. La reconciliación es un hecho personal, y nadie puede imponerla
al conjunto de una sociedad, aun cuando deba promoverla. En el ámbito estrictamente
personal, con una decisión libre y generosa, alguien puede renunciar a exigir un
castigo
Pero no es posible decretar una “reconciliación general”, pretendiendo cerrar por
decreto las heridas o cubrir las injusticias con un manto de olvido. ¿Quién se puede
arrogar el derecho de perdonar en nombre de los demás? Es conmovedor ver la
capacidad de perdón de algunas personas que han sabido ir más allá del daño sufrido,
pero también es humano comprender a quienes no pueden hacerlo. En todo caso, lo
que jamás se debe proponer es el olvido.
PERDONAR NO ES OLVIDAR
250. El perdón no implica olvido. Decimos más bien que cuando hay algo que de
ninguna manera puede ser negado, relativizado o disimulado, sin embargo, podemos
perdonar. Cuando hay algo que jamás debe ser tolerado, justificado o excusado, sin
embargo, podemos perdonar. Cuando hay algo que por ninguna razón debemos
permitirnos olvidar, sin embargo, podemos perdonar.
251. Los que perdonan de verdad no olvidan, pero renuncian a ser poseídos por esa
misma fuerza destructiva que los ha perjudicado. Rompen el círculo vicioso, frenan
el avance de las fuerzas de la destrucción. Deciden no seguir inoculando en la sociedad
la energía de la venganza que tarde o temprano termina recayendo una vez más sobre
ellos mismos. Porque la venganza nunca sacia verdaderamente la insatisfacción de las
víctimas. Hay crímenes tan horrendos y crueles, que hacer sufrir a quien los cometió
no sirve para sentir que se ha reparado el daño; ni siquiera bastaría matar al criminal,
ni se podrían encontrar torturas que se equiparen a lo que pudo haber sufrido la
víctima. La venganza no resuelve nada.
252. Tampoco estamos hablando de impunidad. Pero la justicia sólo se busca
adecuadamente por amor a la justicia misma, por respeto a las víctimas, para prevenir
nuevos crímenes y en orden a preservar el bien común, no como una supuesta
descarga de la propia ira. El perdón es precisamente lo que permite buscar la justicia
sin caer en el círculo vicioso de la venganza ni en la injusticia del olvido.
LA PENA DE MUERTE
263. Hay otra manera de hacer desaparecer al otro, que no se dirige a países sino a
personas. Es la pena de muerte. San Juan Pablo II declaró de manera clara y firme que
esta es inadecuada en el ámbito moral y ya no es necesaria en el ámbito pena. Hoy
decimos con claridad que «la pena de muerte es inadmisible» y la Iglesia se
compromete con determinación para proponer que sea abolida en todo el mundo.
266. Los miedos y los rencores fácilmente llevan a entender las penas de una manera
vindicativa, cuando no cruel, en lugar de entenderlas como parte de un proceso de
sanación y de reinserción en la sociedad….. Esto ha vuelto particularmente riesgosa la
costumbre creciente que existe en algunos países de acudir a prisiones preventivas, a
reclusiones sin juicio y especialmente a la pena de muerte.
267. Quiero remarcar que «es imposible imaginar que hoy los Estados no puedan
disponer de otro medio que no sea la pena capital para defender la vida de otras
personas del agresor injusto». Particular gravedad tienen las así llamadas ejecuciones
extrajudiciales o extralegales, que «son homicidios deliberados cometidos por algunos
Estados o por sus agentes, que a menudo se hacen pasar como enfrentamientos con
delincuentes o son presentados como consecuencias no deseadas del uso razonable,
necesario y proporcional de la fuerza para hacer aplicar la ley».
268.1. «Los argumentos contrarios a la pena de muerte son muchos y bien conocidos.
La Iglesia ha oportunamente destacado algunos de ellos, como la posibilidad de la
existencia del error judicial y el uso que hacen de ello los regímenes totalitarios y
dictatoriales, que la utilizan como instrumento de supresión de la disidencia política o
de persecución de las minorías religiosas y culturales, todas víctimas que para sus
respectivas legislaciones son “delincuentes”.
(Comentario no perteneciente a la encíclica. En el año 2019, 56 países tienen, en su legislación
la pena de muerte. Estados Unidos la mantiene en 26 de sus estados. En el año 2019 se
realizaron 657 ejecuciones de pena de muerte).
CONDICIONES CARCELARIAS, RESPETO DIGNIDAD HUMANA
268.2. Todos los cristianos y los hombres de buena voluntad están llamados, por lo
tanto, a luchar no sólo por la abolición de la pena de muerte, legal o ilegal que sea, y
en todas sus formas, sino también con el fin de mejorar las condiciones carcelarias, en
el respeto de la dignidad humana de las personas privadas de libertad.
CONDENA LA CADENA PERPETUA
268.3. Y esto yo lo relaciono con la cadena perpetua. […] La cadena perpetua es una
pena de muerte oculta».
EL PRESO NO PIERDE SU DIGNIDAD PERSONAL
269. Recordemos que «ni siquiera el homicida pierde su dignidad personal y Dios
mismo se hace su garante». El firme rechazo de la pena de muerte muestra hasta qué
Boletín PUENTE nº 105 (julio-septiembre 2020) Página 216
punto es posible reconocer la inalienable dignidad de todo ser humano y aceptar que
tenga un lugar en este universo. Ya que, si no se lo niego al peor de los criminales, no
se lo negaré a nadie, daré a todos la posibilidad de compartir conmigo este planeta a
pesar de lo que pueda separarnos.
P. Florencio Roselló Avellanas
Madrid a 5 de octubre de 2020