La guerra en Ucrania: una tragedia humana

El arzobispo de Kiev compara a la Iglesia Ortodoxa rusa con el ISIS

Sviatoslav Shevchuk señala que el apoyo del patriarca Kirill a Putin “sigue la lógica de los fundamentalistas islámicos”

La invasión de Ucrania por Putin tiene un nuevo frente. El arzobispo grecocatólico de Kiev, Sviatoslav Shevchuk, ha denunciado la idea, defendida por el patriarca Kirill de la Iglesia Ortodoxa Rusa, de que la agresión “está defendiendo la moral cristiana”, y destacó que es un “argumento propio de los fundamentalistas islámicos


Durante una videoconferencia titulada “Ucrania: Una paz que construir”, Shevchuk criticó la “justificación cristiana de esta guerra” de Kirill, diciendo que él y otros que repiten la misma retórica “están explotando realmente el mensaje cristiano para una ideología nacionalista rusa”. Algo que obispos católicos, como el cardenal Juan José Omella, han denunciado también públicamente.

El arzobispo de Kiev denunció que la justificación de la guerra por motivos religiosos “se acerca cada vez más a la doctrina del ISIS, del Estado Islámico”.  Así, los partidarios de la guerra entre los ortodoxos rusos, incluyendo a Kirill, “proponen los mismos argumentos, pero en este caso bajo la bandera de los cristianos“, dijo Shevchuk, señalando que el conflicto está siendo utilizado por parte de muchas élites ortodoxas rusas como “una guerra metafísica… contra la globalización universal, sobre todo la occidental y estadounidense”.

Ucrania, “semilla del Anticristo”

“Advierten de los peligros de la globalización religiosa, el peligro contra la verdadera y auténtica ortodoxia”, dijo. “Esta guerra metafísica es una guerra contra la moral occidental. Intentan presentar cada vez más a la sociedad ucraniana como si estuviera bajo la influencia de la inmoralidad occidental, y por ello, es una ideología del anticristo.” Según este punto de vista, dijo, “Ucrania lleva en su interior la semilla del anticristo, y por ello debe ser eliminada. Esto es una locura, pero en nombre de esto, están matando gente”.

El arzobispo también condenó el uso de la violación y la violencia sexual como arma, diciendo que se han registrado “cientos” de casos de mujeres, hombres e incluso niños violados en las ciudades ocupadas con el fin de humillar y aterrorizar al pueblo. Recordando su propio servicio militar en la época soviética, Shevchuk dijo que en aquella época, cuando se producían violaciones, se pensaba que los comandantes habían perdido el control de sus tropas, pero en el caso de la guerra actual, las víctimas dicen que los soldados “son alentados y reciben órdenes” de violar.

Violación como arma de guerra

Hasta hace tres meses, “nunca en mi vida hubiera imaginado estar al frente de mi Iglesia en tiempos de guerra“, dijo Shevchuk, afirmando que se pensaba en la guerra como algo del pasado, pero cuando empezaron a caer los primeros misiles en la madrugada del 24 de febrero, “nos despertamos en una realidad completamente diferente a la que estábamos acostumbrados”. “Desde ese día, Rusia y Ucrania tal y como eran antes ya no existen“, dijo, y calificó la propia guerra de “locura” y la intensidad de los combates en el campo de batalla de “diabólica”.

“Esta guerra está causando realmente una tragedia humana nunca vista en Ucrania“, dijo, diciendo que esto es muy significativo, dado que Ucrania durante la Segunda Guerra Mundial fue llamada “la tierra de la sangre”. “Desgraciadamente, hoy esto se repite”, dijo, señalando que desde el comienzo de la guerra, alrededor de 500 personas se han refugiado en el interior de su catedral, incluyendo el búnker subterráneo donde los civiles han ido a refugiarse de las bombas.

Shevchuk relató haber visto a familias enteras, niños incluidos, asesinadas y quemadas, y haber escuchado historias de soldados rusos que disparaban a civiles ucranianos en función de su profesión, para “eliminar toda expresión del pueblo ucraniano“. “Esta cuestión debe afectarnos a todos… También a los centros culturales y a todas las instituciones: ¿Por qué? En el tercer milenio, ¿cómo es posible?”.

Schevchuk:»Es un verdadero genocidio»

«El agresor ruso quiere el exterminio del pueblo ucraniano», asegura el arzobispo en el 28º día de asedio

Sviatoslav  Schevchuk
Sviatoslav Schevchuk

El arzobispo mayor ucraniano manifesta que «el agresor ruso está librando una guerra contra el pueblo ucraniano, contra las personas, nuestro patrimonio cultural y nuestras tradiciones espirituales

«Cuando decimos ‘el pueblo’ nos referimos a todos los residentes de Ucrania, ndependientemente de su nacionalidad, etnia, iglesia, afiliación religiosa, incluso sin importar si vive en Ucrania o en el extranjero»

«Quiero dar las gracias especialmente por un acontecimiento muy singular que tuvo lugar el lunes en Jerusalén. Se celebró una oración internacional, interconfesional e intereclesiástica frente a la catedral de la Iglesia Ortodoxa Rusa de Jerusalén por la paz»

«Quiero agradecer el que haya tenido lugar esta oración y que se haya firmado una declaración para poner fin a la guerra en Ucrania»

23.03.2022

(AICA).- El arzobispo mayor de la Iglesia greco-católica ucraniana, su beatitud Sviatoslav Shevchuk, reiteró este miércoles 23 de marzo que “el agresor ruso está librando una guerra contra el pueblo hucranio” y denunció que la contienda “tiene todas las características de un genocidio”.

“Estamos convencidos de que esta guerra no es una guerra en la que sólo lucha el ejército ucraniano contra nuestra patria, todo el pueblo ucraniano se levantó para defender a su país. El agresor ruso está librando una guerra contra el pueblo ucraniano. Quiere el exterminio de las personas, de nuestro patrimonio cultural, de nuestras tradiciones espirituales”, subrayó en su mensaje diario a la comunidad.

Ucrania

Su beatitud destacó que “en esta guerra contra nuestra patria, todo el pueblo ucraniano se levantó para defender a su país” y precisó que “cuando decimos ‘el pueblo’ nos referimos a todos los residentes de Ucrania, independientemente de su nacionalidad, etnia, iglesia, afiliación religiosa, incluso sin importar si vive en Ucrania o en el extranjero”.

“Sentimos que la victoria es una causa común”, dijo más adelante el arzobispo, destacando la unidad que se generó en el pueblo ucraniano frente al enemigo común. “Y es en esta unidad de nuestro pueblo que podemos ya desde ahora sentir el sabor de la victoria”, expresó.

“Es muy importante que cada uno de nosotros, cada uno de los que me escuchan, se una a esta causa que es grande y santa. Y este “milagro en el río Dnipró” que se desarrolla ante nuestros ojos, es una empresa, una obra, bendecida por Dios. Nosotros luchamos y peleamos por la victoria, pero es Dios Nuestro Señor quien nos la regala”.

Texto completo del mensaje diario

¡Alabado sea Jesucristo!

Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy es 23 de marzo de 2022 y Ucrania, el pueblo ucraniano ya está viviendo el día 28 de su viacrucis, de su gólgota, de esta guerra que Rusia inició contra el pacífico pueblo ucraniano.

Vivimos tiempos trágicos y dolorosos… pero es de este tipo de tiempos que nacen los héroes. Héroes que por amor a su pueblo y a su patria están dispuestos a cualquier sacrificio, incluso al sacrificio de su propia vida.

En estos días, hablando con diferentes personas, con voluntarios, con sacerdotes y religiosos, con militares, con autoridades públicas a diferentes niveles, en particular del gobierno central… se siente que, efectivamente, nuestro pueblo ucraniano se ha unido. Justamente para hacer frente a esta lucha.

¡Tantas veces hemos hablado de unidad…! De unidad eclesial, de la unidad del pueblo, incluso de la unidad política, hemos hablado de esta unidad como de un sueño, pero hoy este sueño se va convirtiendo en realidad. Vemos cómo el pueblo se une para derrotar al enemigo que está pisoteando la tierra ucraniana. Vemos que cada uno por sí mismo siente el mandato de su propia conciencia para mantenerse en pie y poder así triunfar.

Unidos

Estamos convencidos de que esta guerra no es una guerra en la que sólo lucha el ejército ucraniano. No es una guerra que libra el enemigo contra el presidente, o contra del poder estatal ucraniano por este o aquel motivo ideológico. El agresor ruso está librando una guerra contra el pueblo ucraniano. Y esta guerra tiene todas las características de un genocidio: el exterminio de las personas, de nuestro patrimonio cultural, de nuestras tradiciones espirituales…

Y en esta guerra contra nuestra patria, todo el pueblo ucraniano se levantó para defender a su país. Y cuando decimos “el pueblo” nos referimos a todos los residentes de Ucrania, independientemente de su nacionalidad, etnia, iglesia, afiliación religiosa, incluso sin importar si vive en Ucrania o en el extranjero… Sentimos que la victoria es una causa común. Y es en esta unidad de nuestro pueblo que podemos ya desde ahora sentir el sabor de la victoria.

Es muy importante que cada uno de nosotros, cada uno de los que me escuchan, se una a esta causa que es grande y santa. Y este “milagro en el río Dnipró” que se desarrolla ante nuestros ojos, es una empresa, una obra, bendecida por Dios. Nosotros luchamos y peleamos por la victoria, pero es Dios Nuestro Señor quien nos la regala.

Hoy quiero dar las gracias especialmente por un acontecimiento muy singular que tuvo lugar el lunes, justo antes de ayer, en Jerusalén. Por iniciativa del Elijah Interfaith Institute, el Instituto Interreligioso Elías, se celebró una oración internacional, interconfesional e intereclesiástica frente a la catedral de la Iglesia Ortodoxa Rusa de Jerusalén por la paz y por la victoria de Ucrania en esta guerra. El Patriarca Latino de Jerusalén, Su Beatitud Pizaballa, participó personalmente en esta oración. También participaron representantes de la Iglesia Greco Católica Melquita, de diversas comunidades protestantes, de la Iglesia Anglicana, así como también otros intelectuales y destacadas figuras religiosas de la comunidad judía, pensadores islámicos y líderes religiosos. Quiero agradecer el que haya tenido lugar esta oración y que se haya firmado una declaración para poner fin a la guerra en Ucrania.

Líderes religiosos rezan por la paz
Líderes religiosos rezan por la paz

Jerusalén y Kyiv sienten un parentesco espiritual. Kyiv fue construida como una Nueva Jerusalén. Que esta oración, este movimiento contra la guerra se extienda a otros centros de vida religiosa y espiritual por todo el mundo.

Recemos juntos. Recemos ante la catedral de la Iglesia Ortodoxa Rusa de todo el mundo por la paz en Ucrania. Veremos que el Señor Dios escuchará nuestras oraciones y esta guerra será derrotada. Que Dios nos bendiga a todos.

La bendición del Señor y su misericordia descienda sobre ustedes por su divina gracia y amor y permanezcan ahora y siempre y por los siglos de los siglos, amén. 

¡Alabado sea Jesucristo!
Sviatoslav +

Padre y Primado de la Iglesia Greco-Católica Ucraniana.

El patriarca católico ucraniano espantado por la situación de Mariúpol

Schevchuk advirte de genocidio en Ucrania y de una ola de deportaciones forzosas a Rusia

S. B. Sviatoslav Shevchuk
S. B. Sviatoslav Shevchuk

Schevchuk advirtió que en los territorios temporalmente ocupados se están perpetrando «verdaderos crímenes contra la humanidad»

Alerta sobre una ola de deportaciones forzadas de ucranianos a Rusia

El arzobispo greco católico agradeció la labor de los rescatistas

(AICA).- El arzobispo mayor de la Iglesia greco-católica ucraniana, su beatitud Sviatoslav Shevchuk, aseguró hoy que durante la noche ciudades y pueblos de Ucrania fueron sacudidos por los bombardeos, al señalar: “De nuevo los gritos, los llantos, los lamentos resonaron desde la tierra ucraniana hasta el Cielo, hasta los oídos de Dios”.

“Hoy nos sentimos especialmente angustiados por la ciudad de Mariúpol, donde se está produciendo un verdadero genocidio. La gente está muriendo no sólo por las armas del enemigo, sino también por el odio. Cientos de personas están muriendo de hambre, no sólo en la misma ciudad, sino también en sus alrededores”, advirtió en su mensaje diario a la comunidad.

El patriarca greco católico denunció que “los territorios temporalmente ocupados se están cometiendo verdaderos crímenes contra la humanidad” y precisó: “Todos los días recibimos noticias de una verdadera catástrofe humanitaria. Se da lugar a asesinatos, saqueos, violaciones. Pero incluso allí, especialmente en el sur de Ucrania, la gente pacífica protesta contra las autoridades de la ocupación”.

La gente protesta contra sus violadores y asesinos. Y demuestran que Khersón y otras ciudades que hoy están bajo ocupación, son Ucrania y quieren vivir en un estado ucraniano, libre e independiente”, agregó.

Monseñor Schevchuk pidió rezar por “las personas que están siendo llevadas de Ucrania aRusia”, al afirmar que hay “pruebas de otra ola de deportaciones forzadas de ciudadanos ucranianos a un país extranjero”, y agradeció especialmente por su trabajo a todos los rescatistas de Ucrania.

Texto del mensaje diario

¡Alabado sea Jesucristo!

Queridos hermanos y hermanas en Cristo. Hoy es 21 de marzo de 2022 y Ucrania está viviendo ya el 26º día de esta injusta, de esta horrible guerra que Rusia libra contra el pacífico pueblo ucraniano, contra nuestro estado.

Hemos sobrevivido a esta noche gracias a Dios. Dios Nuestro Señor nos ha dado la luz del día. Pero esta noche se volvió a derramar sangre en Ucrania. De nuevo nuestras ciudades y pueblos fueron sacudidos por los bombardeos. De nuevo los gritos, los llantos, los lamentos resonaron desde la tierra ucraniana hasta el Cielo, hasta los oídos de Dios.

Hoy nos sentimos especialmente angustiados por la ciudad de Mariúpol, donde se está produciendo un verdadero genocidio… la gente está muriendo no sólo por las armas del enemigo, sino también por el odio… Cientos de personas están muriendo de hambre, no sólo en la misma ciudad, sino también en sus alrededores.

En los territorios temporalmente ocupados se están cometiendo verdaderos crímenes contra la humanidad. Todos los días recibimos noticias de una verdadera catástrofe humanitaria. Se da lugar a asesinatos, saqueos, violaciones. Pero incluso allí, especialmente en el sur de Ucrania, la gente pacífica protesta contra las autoridades de la ocupación. La gente protesta contra sus violadores y asesinos. Y demuestran que Khersón y otras ciudades que hoy están bajo ocupación, son Ucrania y quieren vivir en un estado ucraniano, libre e independiente.

Pido a todos que recemos por las personas que están siendo llevadas de Ucrania a Rusia. Tenemos pruebas de otra ola de deportaciones forzadas de ciudadanos ucranianos a un país extranjero. El destino que les espera allí ninguno de nosotros lo conoce, porque no son ellos los que podrán decidir qué hacer.

Hoy quiero agradecer especialmente por su trabajo a todos los rescatistas de Ucrania. Se trata de nuestros bomberos, así como también de los servicios de emergencia a distintos niveles. ¡Qué valor y qué fe hacen falta para prestar este servicio si cada día se bombardean y se destruyen las infraestructuras de nuestras ciudades y pueblos! Y estos incansables héroes trabajan obstinada e incansablemente para reconstruirlos cada día. 

Son ellos quienes restablecen el suministro de electricidad, restablecen el suministro de gas, restablecen el suministro de calor a los hogares de nuestra gente. Cada día ven que el enemigo destruye el fruto de su trabajo, y se obstinan en construirlo y reconstruirlo al día siguiente. Muchos de ellos murieron bajo las bombas y los misiles del enemigo mientras cumplían celosamente su tarea. Ojalá haya más de estos rescatistas en Ucrania.

Qué importante que es que todo el mundo, que toda la comunidad mundial, imite a estos rescatistas, que desafían la guerra y recuperan el espacio para la vida. Que construyen la paz y salvan la vida de la gente en esta hodierna Ucrania en lucha.

Que Dios misericordioso bendiga nuestra tierra. Que Dios misericordioso le concede la victoria a Ucrania sobre su agresor ruso. Que Dios misericordioso conceda la victoria a nuestro ejército ucraniano. Se lo pedimos especialmente hoy a Dios Nuestro Señor en la oración.

Oh Señor, bendice a tus hijos. Bendice a tu pueblo. Bendice tu estado.

La bendición del Señor y su misericordia descienda sobre ustedes por su divina gracia y amor y permanezcan ahora y siempre y por los siglos de los siglos, amén. 

¡Alabado sea Jesucristo!.