«Que la esperanza y la paz habiten en ustedes. Que la esperanza y la paz habiten en Sudán del Sur»
Francisco dijo adiós a decenas de miles de almas, henchidas de gozo por la presencia del ‘hombre vestido de blanco’ que superó la enfermedad y los peligros para cumplir su promesa de acompañar, en primera persona, el todavía frágil proceso de paz
«Les agradezco su fe, su paciencia, todo el bien que hacen y todas las fatigas que ofrecen a Dios sin desanimarse, para seguir adelante»
«La esperanza, especialmente aquí, se encuentra en el signo de la mujer y por eso quisiera agradecer y bendecir de modo especial a todas las mujeres del país»
«Queridos hermanos y hermanas, vuelvo a Roma llevándolos aún más presentes en el corazón. Lo repito, ¡están en mi corazón, están en nuestros corazones, están en los corazones de los cristianos de todo el mundo! No pierdan nunca la esperanza. Y que no se pierda la ocasión de construir la paz»
El Papa se despide de Sudán del Sur entre cantos, alegría, esperanza y un deseo de paz. El peregrino de la paz, acompañado por sus ‘mosqueteros’ Welby y Greenshields, ha culminado la segunda etapa de su viaje africano reivindicando el legítimo deseo de su población de hacerse responsable de su futuro. «Que la esperanza y la paz habiten en ustedes. Que la esperanza y la paz habiten en Sudán del Sur».
Al término de una multitudinaria Eucaristía en el mismo lugar en el que, doce años antes, se declaró la independencia del país, Francisco dijo adiós a decenas de miles de almas, henchidas de gozo por la presencia del ‘hombre vestido de blanco’ que superó la enfermedad y los peligros para cumplir su promesa de acompañar, en primera persona, el todavía frágil proceso de paz.
Durante el rezo del Angelus, y antes de dirigirse al aeropuerto para emprender regreso a Roma, Francisco quiso «expresar mi agradecimiento por la acogida recibida y por todo el trabajo que han realizado para preparar esta visita».
Fe, paciencia, valentía
«Les agradezco a todos ustedes, hermanos y hermanas, que han venido en gran número desde diferentes lugares, haciendo muchas horas —incluso días— de camino», señaló el Papa, recordando la peregrinación del obispo Carlassare y decenas de fieles desde Rumbek a Yuba, en memoria de los millones de desplazados internos.
«Además del afecto que me han manifestado, les agradezco su fe, su paciencia, todo el bien que hacen y todas las fatigas que ofrecen a Dios sin desanimarse, para seguir adelante», clamó. «En Sudán del Sur hay una Iglesia valiente, emparentada con la de Sudán», y con la figura de santa Josefina Bakhita, símbolo de la esperanza.
Porque «esperanza es la palabra que quisiera dejarle a cada uno de ustedes, como un don para compartir, como una semilla que dé fruto», señaló Bergoglio. «Tal como nos recuerda la figura de santa Josefina, la esperanza, especialmente aquí, se encuentra en el signo de la mujer y por eso quisiera agradecer y bendecir de modo especial a todas las mujeres del país».
Seguiremos acompañando sus pasos
Junto a la esperanza, la paz. «Con mis hermanos Justin e Iain, a quienes agradezco de corazón, hemos venido aquí y seguiremos acompañando sus pasos, haciendo todo lo posible para que sean pasos de paz, pasos hacia la paz», insistió.
«Quisiera confiar el camino de la reconciliación y de la paz a otra mujer, la más grande y al mismo tiempo la más pequeña, la más alta y a la vez la más cercana a nosotros, a cada uno de nosotros. Me refiero a nuestra tierna Madre María, la Reina de la paz», culminó, dirigiéndose a la imagen de Nuestra Señora de África, presente en el altar.
Paz también para la martirizada Ucrania
«A ella, a quien ahora rezamos, le encomendamos la causa de la paz en Sudán del Sur y en todo el continente africano, donde tantos de nuestros hermanos y hermanas en la fe sufren persecuciones y peligros; donde muchísima gente sufre a causa de conflictos, explotación y pobreza. A la Virgen encomendamos también la paz en el mundo, en particular los numerosos países que se encuentran en guerra, como la martirizada Ucrania».
«Queridos hermanos y hermanas, vuelvo a Roma llevándolos aún más presentes en el corazón. Lo repito, ¡están en mi corazón, están en nuestros corazones, están en los corazones de los cristianos de todo el mundo! No pierdan nunca la esperanza. Y que no se pierda la ocasión de construir la paz. Que la esperanza y la paz habiten en ustedes. Que la esperanza y la paz habiten en Sudán del Sur», culminó Francisco. Buena parte de su corazón se quedará en esta tierra asolada por la hambruna y la guerra, y resplandeciente de esperanza.
Tras su encuentro en la catedral de Santa Teresa con los sacerdotes y religiosas, el Papa fue sorprendido entre la multitud por un chaval
Fue un gesto que conmovió hoy a Francisco. Sucedió por la mañana. Un niño entregaba al Papa una limosna a la salida de la catedral de Santa Teresa, en Yuba, la capital de Sudán del Sur. El pontífice se había reunido con los sacerdotes, religiosas y seminaristas del país y se topó con el chaval, que le entregó un billete de libras sudsudanesas que equivale a 0’007 euros.
El director editorial del Vaticano, Andrea Tornielli, compartió la imagen del momento horas después, en la que se puede ver al niño extendiendo su mano para llegar a tocar a Jorge Mario Bergoglio que se movía en silla de ruedas. Tornielli calificó la instantánea como una “foto símbolo del viaje”.
“Quien es pobre dona todo lo que tiene”, ha comentado el periodista italiano en sus redes. Cuando el país lanzó la moneda en el año 2011, el tipo de cambio era 1 dólar por cada 2,75 libras sursudanesas. Para hacerse cargo del nivel de inflación, en marzo de 2022, para comprar un dólar necesitaban pagar 425 libras sudsudanesas.
Francisco recibió el dinero del niño poco después de que invitara a los sacerdotes y religiosas sudanesas a tener como prioridad el servicio a los últimos: “Nuestro primer deber no es el de ser una Iglesia perfectamente organizada, sino una Iglesia que, en nombre de Cristo, está en medio de la vida dolorosa del pueblo y se ensucia las manos por la gente”
Que filosofía y teología ubuntu iluminen estos días la presencia de Francisco en África
Ubuntu
El papa Francisco se encuentra de visita pastoral en la República Democrática del Congo. Desde el primer momento de su viaje se ha visto desafiado por la filosofía ubuntu
Ell arzobispo Desmond Tutu (1931-2021) la desarrolló como concepción africana del mundo y como práctica comunitaria para luchar contra el apartheid y descolonizar la teología africana colonizada durante siglos por la cultura y el cristianismo occidentales
Fue la filosofía que aplicó en la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, que presidió en Sudáfrica
Voy a exponer las líneas fundamentales de la filosofía y de la teología ubuntu, que espero iluminen estos días la presencia de Francisco en África, sus discursos y sus denuncias de la violencia, de las injusticias y de la transgresión de los derechos humanos
El papa Francisco se encuentra de visita pastoral en la República Democrática del Congo. Desde el primer momento de su viaje se ha visto desafiado por la filosofía ubuntu, que el arzobispo Desmond Tutu (1931-2021) desarrolló como concepción africana del mundo y como práctica comunitaria para luchar contra el apartheid y descolonizar la teología africana colonizada durante siglos por la cultura y el cristianismo occidentales. Fue la filosofía que aplicó en la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, que presidió en Sudáfrica.
A continuación, voy a exponer las líneas fundamentales de la filosofía y de la teología ubuntu, que espero iluminen estos días la presencia de Francisco en África, sus discursos y sus denuncias de la violencia, de las injusticias y de la transgresión de los derechos humanos.
Filosofía Ubuntu
Ubuntu es un concepto filosófico y un principio organizativo político y social central de los pueblos de lenguas bantúes que expresa los lazos de solidaridad entre dichos pueblos. “Las poblaciones que hablan bantú deben estar abiertas a cooperar con todos los seres humanos, decididos a reemplazar los dogmas mortíferos del fundamentalismo económico por la fecunda lógica de la –idad prefiriendo la preservación de la vida humana a través de la colaboración a la búsqueda egoísta del beneficio”. Ramose prefiere hablar de human-idad africana que de humanismo africano.
El concepto ético ubuntu subraya los vínculos y las relaciones entre las personas en busca de la “armonía ´cósmica”, expresión esta que impregna la política, el derecho, la religión y la vida cotidiana. Se trata de una ética de la reciprocidad, de la interdependencia y de la fraternidad, cuya base es la idea de que una persona solo se realiza a través de los demás. La filosofía ubuntu se sitúa en las antípodas del dogma de la competitividad de la globalización capitalista, que somete la dignidad y el derecho humano a la vida a la producción de beneficios ilimitados y la ética al asedio del mercado. Está también en las antípodas de los diferentes tipos de fundamentalismo, todos ellos igualmente dogmáticos.
«La filosofía ubuntu se sitúa en las antípodas del dogma de la competitividad de la globalización capitalista, que somete la dignidad y el derecho humano a la vida a la producción de beneficios ilimitados y la ética al asedio del mercado»
En la mayoría de las lenguas africanas nativas hay dos máximas que resumen la filosofía ubuntu: Motho ke moto ka bathou y Feta kgomo o tsware motho. Según la primera, el ser persona consiste en afirmar la propia humanidad mediante el reconocimiento de la humanidad de los otros y en establecer relaciones humanas basadas en el respeto mutuo.
Dos son los principios filosóficos en que se sustenta. El primero, que el ser humano individual es un sujeto portador de valor intrínseco, es decir, merecedor de dignidad y respeto. El desprecio a otro ser humano se convierte en desprecio a uno mismo. La consideración que cada persona tiene de sí misma ha de ser igual que la que tiene hacia el otro. El segundo es que motho es humano solo en el contexto de las relaciones con otros seres humanos.
Feta kgomo o tshware motho significa que la persona debe hacer una elección decisiva entre la acumulación de bienes (=riqueza) y la defensa de la vida de otros seres humanos, y ha de decidirse por la preservación de la vida. El ser humano no es solo proveedor de valores, sino valor de valores, afirma Ramose, quien, desde esta filosofía, critica el fundamentalismo económico en el que la soberanía del dinero ha reemplazado al ser humano como valor fundamental. En consecuencia, la filosofía ubuntu de los derechos humanos no es una tradición obsoleta, sino un desafío legítimo a la lógica letal del afán de lucro en detrimento de la preservación de la vida.
Según el filósofo mozambiqueño Severino Elias Ngoenha, la filosofia ubuntu constituye una importante aportación teórica y práctica al debate de la filosofía política en torno a la idea de justicia. “La verdadera cuestión glocal de hoy –en el sentido que interpela las relaciones entre grupos en el interior de todas las sociedades, pero también la relación entre las diferentes partes del mundo- es la justicia” (Ngoenha, Ubuntu: novo modelo de justiça glocal, inédito). La filosofía africana reclamó primero la justicia como reconocimiento de la dignidad humana y después como derecho a la soberanía política. El interés por las cuestiones de justicia lleva a plantear cuestiones que trascienden el ámbito africano.
El filósofo de la República Democrática del Congo Jean-Bosco Kakozi, especialista en estudios africanos y afrolatinoamericanos, amplía el horizonte semántico de ubuntu y lo define como justicia restaurativa, que fue aplicada en el proceso de reconciliación de Sudáfrica e interesó filosóficamente a pensadores europeos como Jacques Derrida y Paul Ricoeur. La justicia que propone el concepto operativo ubuntu se concreta en el restablecimiento de las relaciones rotas por un agravio que afectó al ser del otro y al culpable del daño por haber roto la armonía de la fuerza vital.
Ubuntu en la praxis y la teología de Desmond Tutu
La filosofía ubuntu constituye el referente teórico, el horizonte religioso y la orientación política en la praxis y la teología del arzobispo anglicano sudafricano Desmond Tutu, perteneciente al pueblo Xhosa, quien destacó en la lucha contra el apartheid, que fue reconocida con la concesión del Premio Nobel de la Paz en 1984. Fue en el discurso de entrega del Premio cuando resumió la filosofía ubuntu en estos términos: “Yo solo soy, si tú también eres”. El arzobispo presidió la Comisión de la Verdad y la Reconciliación tras la llegada a la presidencia de la República Sudafricana Nelson Mandela en 1994 y aplicó la filosofía ubuntu en el proceso de reconciliación.
«Yo solo soy, si tú también eres»
Desmond Tutu fue una figura fundamental en la Sudáfrica de los últimos cuarenta años y ha fungido como bisagra en la lucha antirracista y en la reconciliación del África post-apartheid. Su trabajo político, religioso y teológico fue determinante en la elaboración de un pensamiento en el que convergen la tradición y la cultura africanas y la tradición cristiana. La clave de tal encuentro fecundo es la cosmovisión ubuntu.
Tutu considera el ubuntu la esencia del ser humano que expresa cómo mi humanidad está unida inseparablemente a la tuya. Frente al cartesiano “pienso, luego existo”, la filosofía ubuntu defiende el principio “yo soy porque pertenezco a”. Para ser persona necesito de los otros seres humanos. El ser auto-suficiente es sub-humano. “Y solo puedo ser yo si tú eres totalmente tú. Yo soy porque nosotros somos. Somos creados para una delicada red de relaciones, de interdependencia con los demás seres humanos, con el resto de su creación”. Ubuntu expresa atributos espirituales como la generosidad, la hospitalidad, la compasión y el compartir, que Tutu tradujo política, ética y teológicamente.
«Frente al cartesiano ‘pienso, luego existo’, la filosofía ubuntu defiende el principio ‘yo soy porque pertenezco a'»
Lo que caracteriza a una persona con ubuntu, según Desmond Tutu, es la apertura y disponibilidad para los demás, el no sentirse amenazada cuando otros son buenos en algo, porque está segura de sí misma al saber que pertenece a un gran totalidad que va decreciendo cuando otras personas son humilladas o menospreciadas, torturadas u oprimidas. A la hora de definir el concepto ubuntu, el arzobispo anglicano enfatiza la experiencia cristiana de la relación como opuesta a otras formas sociales de comunitarismo. Influido por la espiritualidad anglicana supera ciertas tendencias de la filosofía africana que tienden a minusvalorar lo individual.
El ser humano como ser-en-relación no implica despreciar la individualidad, sino, más bien, construir una comunidad interdependiente. La interdependencia es una idea central en la filosofía ubuntu, que Tutu hace suya e incorpora a su reflexión teológica y a su actividad política. La interdependencia es primordial entre los seres humanos, que se convierten en personas cuando viven en un ambiente de interacción entre diversas culturas. Fuera de ese ambiente, el ser humano no puede sobrevivir.
Nota: he desarrollado las líneas fundamentales de la filosofía y de la teología ubuntu en el capítulo que dedico a las “Teologías africanas” en Teologías del Sur. El giro descolonizador (Trotta, Madrid, 2017).
«Tenemos mucha ilusión de ir a ver al Papa, pero hay conflicto alrededor y la gente tiene temor de moverse», explica a Obras Misionales Pontificias el misionero comboniano Roy Zúñiga, párroco en Tali, a seis horas de Yuba, la capital. «Vamos a ir un pequeño grupo de diez personas en coche rezando a todos los santos para que no nos vayan a atacar», ha comentado. Según precisa, el ejército ha reforzado la seguridad de los caminos y, por ello, esperan poder asistir a la misa del domingo 5 de febrero.
Este misionero peruano ha asegurado que están «muy esperanzados» con que la visita del Papa «deshaga un poco el nudo» porque, según afirma, están «estancados con el proceso de paz». «Esperamos un milagro», ha remarcado.
Según explica Zúñiga, desde 2018 viven con un poco más de tranquilidad, dentro de los conflictos puntuales, aunque aclara que la guerra nunca se ha marchado. «Hay una cierta estabilidad, una cierta paz, que tendría que ser cimentada o fortalecida con la venida del Papa», ha indicado, añadiendo que su deseo sería que, tras la visita del Pontífice se convoquen elecciones.
El misionero Roy Zúñiga llegó a Sudán del Sur antes de la independencia en un primer periodo (1998-2005) y regresó en 2018. Es párroco en Tali, entre los mundari, a seis horas de Yuba. Su parroquia cuenta con 80 capillas y cinco centros pastorales. «Vamos visitándolas poco a poco, pero no doy abasto durante al año. Intento visitar a los más alejados», ha comentado.
En su primera etapa vivió la guerra civil con el norte. «Andábamos aterrados, a mí no me tocó personalmente, pero otros compañeros misioneros vivieron bombardeos, y tenían que hacer trincheras para ocultarse», ha recordado.
Según señala, «son experiencias terribles, sobre todo, por el terror que causan», porque «la gente huye con lo que tiene para salvar la vida, con los niños, los ancianos». El propio Zúñiga cuenta que acompañó a un grupo de desplazados en Nabia, donde los misioneros pudieron ayudarles junto a las organizaciones humanitarias. «Al final tuvimos la felicidad de verlos regresar después de tres años a su lugar natal», relata.
Según informa OMP, aunque los primeros misioneros llegaron a Sudán del Sur en el siglo VI, no fue hasta el siglo XIX cuando San Daniel Comboni impulsó la evangelización en la zona. En la actualidad, el país tiene siete diócesis, cada una de ellas, de un tamaño medio superior a Castilla y León.
Allí la Iglesia realiza una labor pastoral (124 parroquias), educativa (235 escuelas) y caritativa (97 instituciones sociales: hospitales, leproserías, orfanatos); y, según destaca OMP, «ha sido una de las pocas instituciones que ha permanecido en la guerra».
Con un total de ocho millones de católicos, el 46,7% de la población, cuenta con 178 sacerdotes diocesanos, 91 sacerdotes religiosos y 205 religiosas. Así, solo hay un sacerdote por cada 30.000 católicos.
Estas diócesis son consideradas territorio de misión, porque no son autosuficientes ni humana ni materialmente. Por ello, el Papa las cuida de una forma especial a través de la segunda sección del Dicasterio para la Evangelización –tradicionalmente conocido como Propaganda Fide–; y reciben la ayuda a través de Obras Misionales Pontificias. En 2020, OMP envió a Sudán del Sur 668.792 euros.