Conversión personal y social en ‘Fratelli tutti’

por Enrique Lluch Frechina 

  

Benedicto XVI en su encíclica ‘Caritas in veritate’ (75) afirmó que “la cuestión social se ha convertido radicalmente en una cuestión antropológica”. Porque no podemos desligar la cuestión social de la manera en la que entendemos a la persona, del modo en que nos consideramos a nosotros mismos, en el que nos vemos y nos entendemos. Creo que Francisco tuvo muy en cuenta esta afirmación de Benedicto XVI cuando escribió su encíclica ‘Fratelli Tutti’.

Porque en esta última encíclica Francisco combina de una manera magistral la necesidad de cambio social y cambio personal. Afirma que ambos se necesitan, se complementan y se refuerzan. No pueden entenderse el uno sin el otro, la sociedad las formamos las personas, cómo las organizamos depende de cómo entendemos lo que somos, lo que vivimos, lo que queremos, a lo que aspiramos. Por ello, lo personal va ligado siempre a lo social, porque son dos caras de la misma moneda, porque la cuestión social es también una cuestión antropológica.

Por todo ello Francisco enlaza la mejora de la organización social con la espiritualidad cristiana como esencia de la fe y de la vida plena. Porque articulamos la sociedad según la manera en la que nos entendemos a nosotros mismos. Francisco nos llama a la conversión de “nuestro corazón de piedra en un corazón de carne”. Porque todo tiene que evolucionar al mismo tiempo. No podemos pensar que el camino de mejora social está desligado del personal ni que uno esté por delante del otro, tenemos que apostar por ambos al mismo tiempo porque están íntimamente relacionados y se alimentan mutuamente.

Caminos de mejora social

Por eso Fratelli tutti analiza ambas partes, la llamada a la conversión personal y la llamada a la mejora social siguiendo, además, el esquema tradicional de la Doctrina Social de la Iglesia, una denuncia que adquiere su verdadero sentido por el anuncio que la sigue. No hay que olvidar que el anuncio es lo más importante de la DSI, transmitir la buena noticia del evangelio en clave de caminos para la mejora social. La denuncia de lo que sucede no tiene sentido si no viene seguida de un anuncio.

La encíclica considera que somos personas y sociedades ensimismadas (73 y 166) y autorreferentes (89 y 102) lo que nos lleva a una falta de caridad social en las relaciones que establecemos en nuestra sociedad. El origen de una organización poco compasiva está, precisamente, en esta autorreferencia, en ese mirarse al ombligo que tanto caracteriza a las personas hoy en día.

Por eso hace una llamada a la conversión personal recordándonos la existencia de una fraternidad que considera que todos somos iguales en dignidad, pero que reconoce y aprecia la riqueza de ser diferentes. La diferencia es una riqueza de nuestro mundo que nos permite crecer y aprender del otro, que nos ayuda a darnos cuenta de que todos somos hermanos.

Un Papa que ama al modo de Jesús

El día 13 de marzo la Iglesia celebró 10 años de pontificado del Papa Francisco. Es la primera vez en la historia de la Iglesia que es elegido un Papa fuera de la galaxia del cristianismo europeo. Y con razón, pues la vitalidad del mensaje evangélico se ha enraizado en las culturas no-europeas en las cuales vive numéricamente la mayoría de los católicos.

Resaltamos algunas características de su pontificado.

La más importante de ellas ha sido la nueva atmósfera creada dentro de la comunidad cristiana a nivel mundial. Hemos salido de un invierno, de los últimos Papas, y se ha inaugurado una primavera. Ya no predomina la doctrina, sino la vida concreta de la fe. Ya no hay miedo y condenaciones, sino gran libertad de expresión y de participación, especialmente de las mujeres en cargos importantes dentro del Vaticano.

El Papa Francisco ha encarnado una nueva manera de ser Papa. No vive en el palacio pontificio, sino en una casa de huéspedes, Santa Marta. Rechaza cualquier privilegio. Vive en su cuarto de huéspedes. Hay otro reservado para recibir a la gente. Hace cola para servirse la comida. Con humor, pensando en hechos del pasado, dice “así es más difícil que me envenenen”. Vive una pobreza franciscana, despojándose de todos los símbolos de poder.

Ha abierto una nueva perspectiva en la Iglesia. Si antes era un castillo fortificado contra los errores del mundo, ahora es “una Iglesia-hospital-de-campaña” que acoge a todos, sin preguntar su origen o su situación moral. Como él mismo subraya: “es una Iglesia en salida hacia las periferias existenciales”, que pega su oído al grito de los que sufren en este mundo.

Ha dado centralidad a los pobres. Escogió el nombre de Francisco para rescatar la figura de San Francisco, el poverello de Asís. En su primera aparición dijo claramente: quiero una Iglesia de pobres y una Iglesia con los pobres. Poco importa que el pobre sea cristiano o musulmán: le lava los pies el Jueves Santo.

Su principal inspiración es el Jesús histórico, artesano, contador de historias, defensor de todos los que tienen menos vida, curándolos de sus dolencias, enjugando sus lágrimas e incluso resucitando muertos. Llama a Dios, Abbá = “papá” sintiéndose su Hijo querido. Ama a todos a la manera de ese Dios-Abbá, bien expresado en el evangelio de San Juan: “si alguien viene a mí yo no le echaré fuera” (Jn 6,37). Podía ser una adúltera, un teólogo angustiado como Nicodemo que va a buscarlo por la noche, una mujer extranjera siriofenicia o un oficial romano. A todos acoge afectuosamente.

Ha dejado claro muchas veces que Jesús no vino a crear una nueva religión, sino que vino a enseñarnos a vivir el amor incondicional, la solidaridad, la compasión y el perdón. Las doctrinas están ahí y no hay por qué no darles importancia. Pero sólo con ellas no se llega al corazón humano. Se necesita ternura y amor. Lo que convence a las personas y las deja fascinadas es su predicación ininterrumpida sobre la importancia de esa ternura que abraza al otro y que vale también para la política, como lo dice claramente en su encíclica Fratelli tutti.

Pero para él, el punto central de su predicación es la misericordia. Es la característica personal de Jesús y se enraíza en la esencia de Dios mismo. Nadie puede poner límites a la misericordia de Dios que alcanza incluso al peor de los pecadores. Dios no puede perder a ningún hijo o hija que ha creado con amor. Él no puede perder nunca. Por eso afirma que la condenación es solo para este mundo. Todos están destinados, por esta misericordia ilimitada, a participar del Reino bienaventurado de la Trinidad, del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

El mensaje de Jesús no es solo bueno desde la perspectiva de la vida eterna. También debe ser bueno para esta vida y para la propia Madre Tierra. Su encíclica “cómo cuidar de la Casa Común: Laudato Sì” (2015) lo sitúa, según notables ecólogos, a la cabeza de la reflexión ecológica mundial. No se trata de una ecología verde, sino de una ecología integral: abarca lo ambiental, lo político, lo social, lo cultural, la vida cotidiana y la vida del espíritu. No se trata de una técnica para curar las heridas del cuerpo de la Madre Tierra, sino del arte de vivir en comunión con ella y con todas las demás criaturas, abrazadas como hermanas y hermanos.

Está tan preocupado por el futuro de la vida que en su otra encíclica, Fratelli tutti (2020), dice con palabras muy serias: “o nos salvamos todos o nadie se salva”.

No obstante los nubarrones que amenazan nuestro futuro, se muestra esperanzado. Confía en la esperanza como el principio, o mejor dicho, como el motor que trabaja siempre dentro de nosotros, buscando mejores caminos, proyectando utopías viables y despejando la oscuridad de nuestra historia. Se expresa por estas palabras al final de su encíclica “Cómo cuidar de la Casa Común”: “Caminemos cantando, que nuestras luchas y la preocupación por este planeta no nos quiten la alegría de la esperanza”.

En fin, estamos delante de una figura de especial densidad humana, testimonio de una fe y una esperanza inquebrantables de que atravesaremos los sombríos tiempos actuales rumbo a una biocivilización en la cual podamos hermanarnos entre todos, la naturaleza incluida, dentro de la misma gran Casa Común, cuidada y amada.


Por *Leonardo Boff es teólogo y filósofo y ha escrito: Francisco de Asís-Francisco de Roma: la irrupción de la primavera, 2012.

Seminario Fratelli Tutti-2

En ambiente de diálogo, fraternidad y amistad, Seminario Fratelli tutti impulsa el Magisterio del Papa Francisco

Seminario Fratelli tutti

El Papa Francisco “nos propuso iniciar procesos de diálogo social para una vida buena para todos”

«Necesitamos la voz de todos, esa unidad en la diferencia de la que habla el Papa no puede ser una mera metáfora, tiene que ser todas las voces sentadas a la mesa, los que piensan como nosotros, los que piensan distinto, los que tienen nuestro credo, diferentes niveles sociales, diferentes culturas, estamos cumpliendo lo que pide el Papa”

Este Seminario Fratelli tutti ha ayudado a detectar “temas centrales que podrían nutrir una mesa de diálogo en un espíritu constructivo, sin ser ingenuos, de las dimensiones complejas que se necesitan, pero al mismo tiempo de sentarnos a la mesa a pensar, iluminados por el Magisterio de Francisco para fomentar un desarrollo de democracias robustas centradas en la promoción auténtica de nuestro pueblo”

Por Luis Miguel Modino, corresponsal en Latinoamérica

Un momento de debate, organizado por la Pontificia Comisión para América Latina (PCAL) y el Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam), con actores diferentes y variados, que, desde un diálogo interdisciplinar e interreligioso, han avanzado en la construcción de una mesa de diálogo socioambiental prevista para finales de 2023.

Diferentes voces de todo el continente

Cardenales, teólogos, representantes del mundo universitario, de las redes eclesiales que han ido surgiendo en el continente, del mundo sindical, y de otras religiones y confesiones cristianas, llegados de más de diez países del continente y de la Curia Romana, se han sentado alrededor de una mesa en la sede del Celam, en Bogotá, de 13 a 15 de marzo para llevar a cabo “una contribución a todo lo que está impulsando el Magisterio del Papa Francisco”, como recordaba Emilce Cuda, una de las organizadoras de este Seminario Fratelli tutti, llevado a cabo coincidiendo con el 10º aniversario del primer pontífice latinoamericano, a quien desde América Latina enviaron un mensaje de apoyo y reconocimiento en el primer momento del encuentro.

Insistiendo en que el Papa Francisco “nos propuso iniciar procesos de diálogo social para una vida buena para todos”, la Secretaria de la Pontificia Comisión para América Latina, ve este Seminario como algo que se ha llevado a cabo, “ayudando a América Latina con distintos sectores, gente que viene, especialistas de distintas áreas, de distintas disciplinas, de distintos credos, a los que estamos escuchando qué propuestas consideran que serían relevantes para llevar a una mesa de diálogo social”.

Un encuentro que la teóloga argentina no duda en calificar como muy bueno, algo que fundamenta en el hecho de que “la gente respondió muy bien a la convocatoria, fue excelente, han venido todos, con mucho respeto hacia la Iglesia y con muchas adhesiones también de cartas que han enviado otras redes que quieren participar”.

Unidad en la diferencia no es mera metáfora

El hecho de haber llevado a cabo un diálogo interdisciplinar e interreligioso es visto por Emilce Cuda como un elemento “importante porque necesitamos la voz de todos, esa unidad en la diferencia de la que habla el Papa no puede ser una mera metáfora, tiene que ser todas las voces sentadas a la mesa, los que piensan como nosotros, los que piensan distinto, los que tienen nuestro credo, los que tienen otro credo, diferentes niveles sociales, diferentes culturas, estamos cumpliendo lo que pide el Papa”.

Analizando los avances de cara a la mesa de diálogo, Cuda insiste en que “hemos avanzado en ponernos de acuerdo en cuatro temas generales que tienen que ver con la política, con la educación, con la economía y con la ecología, que podrían ser llevados a una mesa de diálogo social a fines de 2023, por supuesto, no solo con la participación de los sectores productivos, sino de los credos y también de los organismos internacionales”.

Construir elementos de diálogo

Sergio Torres, otro de los organizadores del Seminario Fratelli tutti, partiendo de la premisa de la necesidad de decantar más su valor específico, considera muy importante “el ambiente de diálogo, fraternidad, amistad que se tejió en el grupo que tan generosamente nos regala su tiempo para ayudar a analizar y a construir elementos de diálogo para convocar una mesa de diálogo social”. En ese sentido, el teólogo chileno se siente estimulado por “este ambiente de mucha fraternidad, franqueza, libertad para hablar los puntos que realmente merecen ser analizados y discutidos”.

Un segundo elemento que Torres destaca es el producto, “relevar el tema ecológico, relevar el tema de educación, relevar el tema de una economía que tenga sustentabilidad en el tiempo, colocar la dimensión de una nueva política, rehabilitar la política para nuestros países y un mejor desarrollo a escala humana”, algo que le parece fundamental. Eso porque este Seminario Fratelli tutti ha ayudado a detectar “temas centrales que podrían nutrir una mesa de diálogo en un espíritu constructivo, sin ser ingenuos, de las dimensiones complejas que se necesitan, pero al mismo tiempo de sentarnos a la mesa a pensar, iluminados por el Magisterio de Francisco para fomentar un desarrollo de democracias robustas centradas en la promoción auténtica de nuestro pueblo”.

Un Seminario que, sin preocuparse por elaborar documentos, ha conseguido animar un proceso, que ha dado un paso más, y que sin duda va a seguir contribuyendo para que el Magisterio del Papa Francisco se traduzca en instrumentos de diálogo que ayuden a hacer realidad un mundo donde la fraternidad deje de ser una idea y se concrete en una práctica asumida por todos los pueblos, todas las confesiones y todos los estratos sociales

Seminario Fratelli tutti:

Caminos para una mesa de diálogo social por la paz

Se vive una desintegración de la comunidad política, que se ha resquebrajado, desintegrado, llevando a una ausencia de proyectos y horizontes

Una crisis en la que influye decisivamente el patriarcado, primer sistema político, inicial, arcaico, que hoy se concreta en el adueñamiento

El uso de la agricultura para producir lo que le interesa al mercado, a pesar del hambre que sufre la población local de muchos países

Son reflexiones que abrieron un debate entre los presentes que fueron aportando diferentes cuestiones que a lo largo del seminario y en el futuro deben enriquecer la reflexión que conduzca a ese diálogo social por la paz

Por Luis Miguel Modino, corresponsal en Latinoamérica

Salir al mundo con el mensaje de Francisco, desde múltiples perspectivas, políticas, sociales, económicas, teológicas, inclusive religiosas. Desde ahí, el Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam) y la Pontificia Comisión para América Latina (CAL) han organizado de 13 a 15 de marzo, coincidiendo con el 10º aniversario del actual Pontificado, el Seminario Fratelli tutti, que tiene lugar en la sede del Celam en Bogotá.

Alternativa a los desafíos de la crisis ecológica

Lo que se busca es caminar hacia una mesa diálogo social por la paz, prevista para noviembre de 2023, que tenga como posible concepto el Cuidado de la Casa Común como alternativa a los desafíos que presenta la crisis ecológica socio-ambiental en América Latina y el Caribe. Hacer eso desde diferentes matices, a partir de algo que el Papa Francisco conoce, que quiere ser un momento de discernimiento para, desde la última encíclica de Francisco, encontrar los temas centrales que pueden favorecer un dialogo social que lleve a una paz fundamentada en la justicia.

El Seminario, coordinado por Sergio Torres, Anibal Torres y Emilce Cuda, cuenta con la participación de una treintena de pensadores y pensadoras de diferentes ámbitos y países, que a lo largo de tres días, teniendo como punto de partida la Fratelli tutti se desarrolla en una dinámica de debate en busca de nuevas perspectivas, que parte de una exposición inicial desde diferentes puntos de vista, algo que es iluminado desde las Redes Eclesiales presentes en el continente: REPAM, REMAM, REGCHAG y CEAMA.

Análisis de la crisis desde diferentes perspectivas

Una reflexión que hablando de las sombras que aparecen en el primer capítulo de Fratelli tutti ha partido del análisis de la crisis desde diferentes perspectivas. En relación a la crisis sociopolítica, hoy en América Latina no está marcada por proyectos políticos, algo que en los años 60, 70 acabó en fórmulas autoritarias, en palabras de Manuel Antonio Garratón,. Se vive una desintegración de la comunidad política, que se ha resquebrajado, desintegrado, llevando a una ausencia de proyectos y horizontes. Algo que responde a razones estructurales, que lleva a reflexionar sobre diferentes temas como la sociedad globalizada digital, la igualdad, las sociedades desintegradas, entre otras temáticas.

Un continente que vive una incertidumbre sobre la capacidad de crecimiento sostenible, lo que se complica todavía más ante la inequidad social y desprestigio de las instituciones, señalaba Guillermo Castro en relación con la crisis ambiental. Eso ante un momento histórico que comparó con el paso de la Edad Media a la Moderna. De hecho, llamó a entender lo ambiental en su relación con lo natural y con lo social, haciendo ver que la actual crisis de la naturaleza ha llevado a un punto de agotamiento que puede conducir a una posible anomia y barbarie. Ante ello llamó a generar procesos de convergencia que pueden dar lugar a consensos que lleven a propuestas que se conviertan en políticas, refiriéndose a las pistas que Francisco da en Evangelii Gaudium al respecto.

Los pobres tienen derecho a hacer economía

Una crisis económica que Humberto Ortiz abordó en 4 niveles: global, macro, meso-económico y micro. Partiendo del análisis del actual modelo neoliberal que privilegia la economía del mercado y las privatizaciones, con graves consecuencias que lleva a una economía injusta que genera mayor empobrecimiento, pero también relevantes experiencias de solidaridad. Algo que provoca injusticia tributaria, hasta el punto de que los pobres terminan financiando el presupuesto público. Del mismo modo, en el nivel meso-económico, destacó la poca relevancia de los gobiernos, la corrupción, y ante el poco respaldo a las economías populares, enfatizó la importancia de la economía informal y popular, pues los pobres tienen derecho a hacer economía.

En relación con la crisis social, Rita Segato hizo ver el fin de la razón humanitaria, que ha producido un mundo adueñado, denunciando que hay dueños de la vida y de la muerte. Una crisis en la que influye decisivamente el patriarcado, primer sistema político, inicial, arcaico, que hoy se concreta en el adueñamiento. Junto con ello, la implantación de una política de acumulación de fuerzas, con alianzas a cualquier precio, con una política menos ideológica. Y un elemento de extrema gravedad: la riqueza no declarada es del mismo tamaño que la declarada. También el surgimiento de movimientos identitarios que promueven el antagonismo, y finalmente la incapacidad de la Iglesia y de la política de ver la centralidad de las mujeres.

Con relación a la crisis de seguridad, que Roberto Román relaciona la seguridad alimentaria, y cibernética, defendió que la necesidad de que los Estados defiendan la casa común, algo que debería ser asumido por las fuerzas armadas, sobre las que es necesario repensar su rol, en función del cuidado y defensa del territorio común.

Aportes desde las redes eclesiales

A partir de estos análisis se han relatado temas que no pueden ser olvidados, desde las redes eclesiales y de los representantes de otras religiones. El sistema bancario y sus injusticias para con los pobres, los precios de los combustibles, el narcotráfico y su intrusión en los partidos políticos, el uso de la agricultura para producir lo que le interesa al mercado, a pesar del hambre que sufre la población local de muchos países, decisiones de organismos internacionales que quedan en el papel, la migración extrema, como relataba el Cardenal Ramazzini desde la REMAM.

Los monocultivos y su relación la deforestación y la falta de agua, inclusive para tomar, como sucede en la región del Acuífero Guaraní y Gran Chacho, como decía Miguel Cruz desde la REGCHAG. Algo que demanda una reflexión sobre el abandono de los conocimientos ancestrales, las consecuencias del cambio climático, la migración y sus causas, una necesaria escucha horizontal para así generar consensos. Junto con ello la necesidad de un diálogo ecuménico interreligioso y una mayor presencia eclesial en el territorio y una reflexión ante una naturaleza herida que lleve a cuidarla desde una perspectiva horizontal.

Aportes desde las religiones

Desde las diferentes religiones, Ariel Stofenmacher, en la perspectiva del judaísmo, partió de la idea de que la Tierra es de Dios, abordando la necesidad de educación en valores, superando la educación para adquirir habilidades, recuperar la idea del jubileo bíblico, la eliminación de los ejércitos en América Latina, el cuidado de los niños y las niñas o la Banca ética. Desde ahí, teniendo en cuenta que la mayoría de los decisores en su mayoría responden a una de las grandes religiones, se preguntó ¿qué se nos perdió en el camino?

Desde la religión musulmana, se puso de manifiesto que la paz en el Islam se define como protección y tranquilidad, mostrando la preocupación por la brecha cada vez mayor en el campo político, religioso, de la falsa información que genera odio y de como cada vez es más difícil llenar las distancias cada vez mayores a pesar de la caridad que se fomenta desde círculos religiosos.

Una reflexión que también llegó desde las iglesias evangélicas, en nombre de la cuales Ariel Castaño llamó reflexionar sobre la ausencia del diálogo, el que la palabra haya perdido el poder o que la gente no cree en los acuerdos. Junto con ello la degradación del ambiente por un ser humano que no entiende su papel de administrador. También la necesidad de una cultura de verdad en un mundo donde lo sagrado huele mal, es visto como anacrónico.

Son reflexiones que abrieron un debate entre los presentes que fueron aportando diferentes cuestiones que a lo largo del seminario y en el futuro deben enriquecer la reflexión que conduzca a ese diálogo social por la paz que lleve a asumir el necesario cuidado.

Pensadores latinoamericanos trazan los “caminos de la paz” desde Fratelli tutti

Emilce Cuda, secretaria de Pontificia Comisión para América Latina (CAL) , abandera esta iniciativa que busca constituir una mesa diálogo social por la paz en noviembre de este año

Conformar una mesa de diálogo social por la paz. Es el objetivo que la Pontificia Comisión para América Latina (CAL) y Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam) se han propuesto al convocar a más de 30 pensadores de diversas disciplinas para celebrar  el seminario Fratelli tutti en la sede del organismo colegiado, en Bogotá, desde el 13 al 15 de marzo.

Este seminario es organizado por Sergio Torres, Anibal Torres y Emilce Cuda, secretaria de la CAL. Han establecido como punto de partida el análisis de la encíclica para tener distintas miradas y ubicare temas en común que permitan el diálogo social.

Sobre todo, se han planteado iniciar el camino para constituir una mesa diálogo social por la paz, en noviembre de 2023, a partir del cuidado de la casa común como alternativa a los desafíos que presenta la crisis ecológica socio-ambiental en América Latina y el Caribe.

Una economía injusta

Humberto Ortiz, coordinador del área de proyectos del Celam, analizó la actual crisis económica partiendo del modelo neoliberal que “privilegia la economía del mercado y las privatizaciones, con graves consecuencias que lleva a una economía injusta que genera mayor empobrecimiento”.

Aún con todas las vicisitudes, el laico peruano afirmó que hay experiencias claras de solidaridad sobre todo desde la economía popular por lo que añade que es clave darle respaldo a esta forma de economía, porque “los pobres tienen derecho a hacer economía”.

Lamentó que por la poca atención de los gobiernos y la corrupción en todos los niveles, por lo que “los más pobres terminan financiando el presupuesto público”.

Participación interconfesional

Ariel Stofenmacher, rector del Seminario Judaico Latinoamericano, ha dado una mirada interconfesional a este encuentro. Desde el judaísmo ha propuesto varios temas para el debate: educación en valores, recuperar la idea del jubileo bíblico, la eliminación de los ejércitos en América Latina, el cuidado de los niños y las niñas o la banca ética.

Ariel Castaño, pastor evangélico colombiano, ha pedido un mayor diálogo en un mundo donde se ha perdido el poder de la palabra y la falta de compromiso. A ello suma la actual crisis climática en la que el ser “no entiende su papel de administrador” al tiempo que urge una cultura de la verdad para entender lo sagrado como algo actual y no anacrónico.

Representantes de las redes eclesiales y territoriales también han participado de este seminario. Así el cardenal Álvaro Ramazzini, obispo de Huehuetenango y en representación de la Red Eclesial Ecológica Mesoamericana (Remam), ha referido que en este sistema de inequidades inciden “el sistema bancario y sus injusticias para con los pobres, los precios de los combustibles, el narcotráfico y su intrusión en los partidos políticos”.

El purpurado lamenta que se use la agricultura para producir lo que “le interesa al mercado, a pesar del hambre que sufre la población local de muchos países”, mientras que “las decisiones de organismos internacionales quedan en el papel, en especial, los casos de migración”.

Desde el cono sur, Miguel Cruz habla de la Red Eclesial del acuífero Guaraní y gran Chaco (Regchag) como secretario ejecutivo. Al respecto, el laico asevera que urge una demanda para conocer más a fondo los conocimientos ancestrales como también una profunda reflexión sobre

Por tanto, se requiere de una escucha horizontal para así generar consensos. “Junto con ello la necesidad de un diálogo ecuménico interreligioso y una mayor presencia eclesial en el territorio y una reflexión ante una naturaleza herida que lleve a cuidarla desde una perspectiva horizontal”.

Francisco, el Papa ‘Fratelli tutti’:

las 10 preguntas definitivas de su encíclica para cambiar el mundo

A lo largo del documento sobre la fraternidad universal, interpela al lector hasta 41 veces sobre su capacidad para tomar partido en la transformación del mundo

En este décimo aniversario de su pontificado, recordemos las claves del texto

A través de ‘Fratelli Tutti’, el Papa busca el posicionamiento de quien la tiene entre sus manos para que se deje cuestionar por cada uno de los temas que plantea en relación a la fraternidad universal y la amistad social.

Con este recursos pedagógico, Jorge Mario Bergoglio recopila hasta 41 preguntas a lo largo del texto que van más allá de un mero examen de conciencia para los hombres y mujeres “de buena voluntad” del siglo XXI y que tampoco se presentan como un mero cuestionario a modo de encuesta. Vida Nueva recoge 10 de ellas con motivo del décimo aniversario de su pontificado.

1. ¿Ignorar la historia?

Al comenzar su análisis de la realidad en ‘Fratelli tutti’, Francisco advierte de caer en “una especie de ‘destruccionismo’ donde la libertad humana pretende construirlo todo desde cero”. Desde ahí, comparte una de las preguntas que ya lanzó a los jóvenes en la exhortación ‘Christus vivit’: “Si una persona les hace una propuesta y les dice que ignoren la historia, que no recojan la experiencia de los mayores, que desprecien todo lo pasado y que sólo miren el futuro que ella les ofrece, ¿no es una forma fácil de atraparlos con su propuesta para que solamente hagan lo que ella les dice?”

2. ¿Qué significa hoy la democracia?

En esta misma línea, el Papa expone que “un modo eficaz de licuar la conciencia histórica, el pensamiento crítico, la lucha por la justicia y los caminos de integración es vaciar de sentido o manipular las grandes palabras”. Desde ahí, se lanza: “¿Qué significan hoy algunas expresiones como democracia, libertad, justicia, unidad? Han sido manoseadas y desfiguradas para utilizarlas como instrumento de dominación, como títulos vacíos de contenido que pueden servir para justificar cualquier acción”.

3. ¿Es posible reconocer al vecino?

Bergoglio se muestra preocupado porque “un mundo unido y más justo sufre un nuevo y drástico retroceso”.  “En esta pugna de intereses que nos enfrenta a todos contra todos, donde vencer pasa a ser sinónimo de destruir, ¿cómo es posible levantar la cabeza para reconocer al vecino o para ponerse al lado del que está caído en el camino?”, escribe.

4. ¿Igualdad de derechos?

El Papa cuestiona si la proclamación de los derechos humanos hace 70 años se ha traducido en que la dignidad de todos los seres humanos sea protegida. “En el mundo de hoy persisten numerosas formas de injusticia, nutridas por visiones antropológicas reductivas y por un modelo económico basado en las ganancias, que no duda en explotar, descartar e incluso matar al hombre. Mientras una parte de la humanidad vive en opulencia, otra parte ve su propia dignidad desconocida, despreciada o pisoteada y sus derechos fundamentales ignorados o violados”, argumenta. En este punto, se pregunta: “¿Qué dice esto acerca de la igualdad de derechos fundada en la misma dignidad humana?”.

5. ¿Los medios católicos hacen fraternidad?

Al abordar el papel de los medios de comunicación en el mundo de hoy, lamenta que “los fanatismos que llevan a destruir a otros son protagonizados también por personas religiosas, sin excluir a los cristianos, que pueden formar parte de redes de violencia verbal a través de internet y de los diversos foros o espacios de intercambio digital”.  A renglón seguido plantea: “¿Qué se aporta así a la fraternidad que el Padre común nos propone?”.

6. ¿Quién es mi prójimo?

Francisco reproduce parábola del Buen Samaritano, que sirve de hilo conductor para la encíclica. Asi, hace suyas las preguntas del pasaje de Lucas (Lc 10, 25-37):

“¿Quién es mi prójimo?”.

“Maestro, ¿qué debo hacer para heredar la vida eterna?”

Jesús le preguntó a su vez: “Qué está escrito en la Ley?, ¿qué lees en ella?”.

El maestro de la Ley, queriendo justificarse, le volvió a preguntar: “¿Quién es mi prójimo?”.

“¿Cuál de estos tres te parece que se comportó como prójimo del hombre que cayó en manos de los ladrones?”

A partir de ahí, el Papa repasa cómo “la Biblia plantea el desafío de las relaciones entre nosotros”: “Caín destruye a su hermano Abel, y resuena la pregunta de Dios: ‘¿Dónde está tu hermano Abel?’ (Gn 4,9). La respuesta es la misma que frecuentemente damos nosotros: ‘¿Acaso yo soy guardián de mi hermano?’ (ibíd.). Al preguntar, Dios cuestiona todo tipo de determinismo o fatalismo que pretenda justificar la indiferencia como única respuesta posible”.

También busca confrontar al lector al detener en el libro de Job: “¿Acaso el que me formó en el vientre no lo formó también a él y nos modeló del mismo modo en la matriz?” (31,15).

7. ¿Nos inclinaremos para curar las heridas?

A partir de la parábola, Francisco divide la sociedad en dos tipos de personas: “las que se hacen cargo del dolor y las que pasan de largo”. Toca elegir. “En efecto, nuestras múltiples máscaras, nuestras etiquetas y nuestros disfraces se caen: es la hora de la verdad. ¿Nos inclinaremos para tocar y curar las heridas de los otros? ¿Nos inclinaremos para cargarnos al hombro unos a otros?”. A continuación, el Papa anima a posicionarse: “Este es el desafío presente, al que no hemos de tenerle miedo”.

8. ¿Qué puedo hacer yo?

Siguiendo con la parábola, Bergoglio denuncia que “hay una triste hipocresía cuando la impunidad del delito, del uso de las instituciones para el provecho personal o corporativo y otros males que no logramos desterrar, se unen a una permanente descalificación de todo, a la constante siembra de sospecha que hace cundir la desconfianza y la perplejidad”. Llega a afirmar que “el engaño del ‘todo está mal’ es respondido con un ‘nadie puede arreglarlo’, ‘¿qué puedo hacer yo?’”. Ante esta pregunta, el Papa advierte de caer en “el desencanto y la desesperanza” frente a la necesidad de llenarse de “un espíritu de solidaridad y generosidad”.

9. ¿Nos volvemos prójimos?

Francisco insiste de nuevo en el punto 81 en la pregunta clave que precede a la parábola del Buen Samaritano: “¿Quién es mi prójimo?”. Y lo hace para aclarar que Jesús “no nos invita a preguntarnos quiénes son los que están cerca de nosotros, sino a volvernos nosotros cercanos, prójimos”.

10. ¿Cómo reaccionar a quienes aíslan?

En la encíclica Francisco distingue el término prójimo de socio, esto es, de quienes responden desde la gratuidad a quienes buscan beneficios personales de toda acción, porque solo se miran a sí mismos y no al otro. Es ahí cuando plantea: “¿Qué reacción podría provocar hoy esa narración, en un mundo donde aparecen constantemente, y crecen, grupos sociales que se aferran a una identidad que los separa del resto? ¿Cómo puede conmover a quienes tienden a organizarse de tal manera que se impida toda presencia extraña que pueda perturbar esa identidad y esa organización autoprotectora y autorreferencial?”.

2º Aniversario de la «Fratelli Tutti»

Óscar Ojea: «Fratelli Tutti es la culminación del magisterio del Papa Francisco»

Mons. Oscar Ojea
Mons. Oscar Ojea

«Dos años después, lamentablemente, se han agudizado los desencuentros, las sombras en un mundo cerrado, como las llama el Papa en la encíclica, así como la cultura del descarte, el individualismo y ahora hemos entrado en una enorme pandemia emocional, donde la guerra es un partícipe importantísimo, una pandemia de crispación, de enojo, de odio»

San Francisco de Asís, el documento sobre la Fraternidad Humana y el Evangelio del Samaritano, ejes de la encíclica

La política «va a expresar claramente el rechazo a un capitalismo salvaje, que desprecia a la persona humana, que pone a la economía por encima de la persona y que ha reducido al hombre a ser una mercancía»

Por Hernán Reyes Alcaide, corresponsal en el Vaticano

«Ha sido notable el magisterio del papa Francisco en la pandemia y, de alguna manera, Fratelli Tutti es la culminación de ese magisterio». El presidente de la Conferencia Episcopal argentina, Óscar Ojea, valoró la «vigencia» que ofrece la última encíclica de Bergoglio, que acaba de cumplir dos años desde su promulgación.

En declaraciones a RD, Ojea incidió que «Fratelli Tutti viene a culminar todo aquello que el Papa proponía: es decir, que de una crisis se tiene que salir mejor». Una encíclica que no puede ser entendida sin la pandemia, y sin el magisterio papal durante los meses más duros de la misma, como «las catequesis llamadas curar al mundo, sobre la Doctrina Social de la Iglesia; los sermones de Santa Marta, en la Misa diaria, que ofrecían un riquísimo material de meditación para poder transitar la crisis; y, sobre todo, el 27 de marzo de 2020, con el Papa solo en la Plaza San Pedro, dándonos una lección sobre la barca y la tempestad sosegada según el Evangelio de San Marcos».

Mons. Oscar Ojea
Mons. Oscar Ojea

Proyecto común en mitad de la ‘pandemia de crispación’ actual

Dos años después, lamentó el presidente de los obispos argentinos, «se han agudizado los desencuentros, las sombras en un mundo cerrado, como las llama el Papa en la encíclica, así como la cultura del descarte, el individualismo y ahora hemos entrado en una enorme pandemia emocional, donde la guerra es un partícipe importantísimo, una pandemia de crispación, de enojo, de odio».

Para el presidente de la CEA, «el llamado de Fratelli Tutti está más vigente que nunca. Un llamado a construir un proyecto común, una convivencia armónica, que incluya a todas las diferencias y diversidades, sean religiosas, culturales y sociales. Somos hermanos».


Los tres ejes de la encíclica

Además, Ojea planteó los tres ‘ejes’ de Fratelli Tutti. «Uno es San Francisco de Asís, del que se están conmemorando 800 años de su visita al Sultán, que significó entrar en contacto con los musulmanes que en esa época eran la cultura opuesta, y que haciéndose pobre se hizo un hermano universal», explicó.

Otro «ha sido el histórico encuentro con el Gran Imán de Al Aazhar, Ahmed al-Tayab, en Abu Dabi, en el que produjeron un documento sobre la fraternidad humana, la paz mundial y la convivencia común», planteó Ojea sobre la reunión del pontífice y la máxima autoridad del Islam sunita de 2019 que produjo una declaración en la que «se comprometen a asumir la cultura del diálogo como camino, la colaboración como conducta, el conocimiento recíproco como método y criterio».

«Esto está más vigente que nunca: el Papa ha redoblado los esfuerzos para que las religiones puedan unirse la servicio de la paz. El último encuentro en Kazajistán es un ejemplo claro de cómo las religiones pueden coadyuvar al proceso de paz», agregó Ojea.

El imán de Al-Azhar saluda al Papa
El imán de Al-Azhar saluda al Papa Vatican Media



Finalmente, el tercer fundamento de la encíclica es «el Evangelio, que está más vigente que nunca y nos trae ese nuevo paradigma que el Papa sintetiza en la parábola del buen samaritano, el del encuentro con un extraño en el camino».

«Caminamos juntos, nos encontramos como en este caso con un extraño y sin embargo el buen samaritano se detiene, entrega su tiempo, descubre aquello que lo une al hermano caído en su humanidad, descubre la auténtica fraternidad y por eso mismo es que después del encuentro, sin duda alguna, los dos salen transformados», profundizó sobre la parábola citada de forma recurrente por el Papa.

La Humanidad, por encima de todo

«Recordemos que el relato de Caín y Abel es como si fuera el relato originario de toda guerra«, argumentó sobre el pasaje bíblico y planteó que «refleja lo que estamos viviendo en este tiempo: un culto a la libertad que no conlleva a la responsabilidad» así como «un culto al individuo que no contiene en sí mismo la responsabilidad sobre la vida del hermano».

«Y Fratelli Tutti es un llamado a poder encarnar en nuestra vida la humanidad por encima de todo«, convocó Ojea, «en un momento en que la humanidad está sedienta de paz», reflexionó.

La encclica papal Fratelli Tutti es un llamado a poder encarnar en nuestra vida la humanidad por encima de todo afirm Ojea quien tambin es obispo de San Isidro

«La encíclica papal Fratelli Tutti es un llamado a poder encarnar en nuestra vida la humanidad por encima de todo», afirmó Ojea. La encíclica, según el religioso, retoma la necesidad de «ir trabajando en una enorme apertura a lo diverso, en donde se pueda conjugar todo el sabor local con la necesidad de la paz y la fraternidad universal, redescubrir el valor de la solidaridad, del destino común de los bienes, atender las situaciones desesperantes de hermanos nuestros como aquellos que tienen que estar sometidos a migraciones forzadas, y que son rechazados en los lugares a los que acuden».

Se trata, agregó, de «situaciones tremendas que vive el mundo a las que nadie tiene derecho a dar la espalda, porque somos todos partícipes de un destino común».

«Al mismo tiempo, esta ansia de diálogo se va a expresar en la participación en la política, entendida como la mejor política, la más noble de las artes, vinculada con la caridad y la búsqueda del bien común».

Fraternidad
Fraternidad

Fraternidad vs populismo

Una política, en definitiva, que «va a expresar claramente el rechazo a un capitalismo salvaje, que desprecia a la persona humana, que pone a la economía por encima de la persona y que ha reducido al hombre a ser una mercancía».

La fraternidad y la buena Política, agregó Ojea, «se opone también a un populismo que aprovecha circunstancias, necesidades que vive la población para ser explotados por intereses individuales, por conveniencias particulares».

«Por eso el Papa condena con claridad a todos los populismos: esta necesidad de diálogo se expresa también en la búsqueda a través de una política que se pueda expresar como una forma del amor, como una forma del amor social, a que volvamos a tener aprecio por el trabajo en favor de la cosa pública, del bien público», finalizó

Situación del mundo:

¿crisis civilizacional, drama o tragedia?

Adiós, planeta... ¿adiós?
Adiós, planeta… ¿adiós?

«La situación ecológica del mundo no es menos preocupante: en pleno verano europeo el clima ha llegado a los 40 grados o más. Hay incendios prácticamente en todos los países del mundo. Son los eventos extremos agravados por el calentamiento global»

«No podemos saber cómo será nuestro futuro. Pero no puede ser una prolongación del presente. La naturaleza de la lógica capitalista no cambiará, si no, tendría que renunciar a ser lo que  es y quiere ser: acumular ilimitadamente sin cuidar las externalidades»

Por Leonardo Boff

Síganme en este pensamiento: ¿alguien puede decir hacia dónde vamos? Ni el Dalai Lama, ni el Papa Francisco ni ninguna autoridad lo podrá decir. Sin embargo tenemos tres advertencias serias: una del Papa Francisco en su última encíclica, Fratelli tutti de 2020: «Estamos en el mismo barco: o nos salvamos todos o no se salva nadie» (n.32). Otra también de la mayor autoridad, la Carta de la Tierra de 2003: «la humanidad debe elegir su futuro y la elección es esta: formar una sociedad global para cuidar la Tierra y cuidarnos unos a otros o arriesgarnos a la destrucción de nosotros mismos y de la diversidad de la vida» (Preámbulo). La tercera viene del Secretario General de la ONU António Guterres a mediados de julio de este año de 2022 en una conferencia en Berlín sobre el cambio climático: «Nosotros tenemos esta elección: acción colectiva o suicidio colectivo. En nuestras manos está». La mayoría no se siente en el mismo barco ni cultiva el cuidado y no elabora acciones colectivas.

Consideremos algunos fenómenos: Brasil está atravesado por una ola de odio, de mentiras y de violencia contra una gama inmensa de personas, cobardemente despreciadas y difamadas, ola incentivada por el presidente que elogia la tortura, las dictaduras, viola constantemente la Constitución. Sin ninguna prueba  cuestiona la seguridad de las urnas. Convoca a todos los embajadores para hablar mal de nuestras instituciones jurídicas y da a entender que, si no es reelegido, dará un golpe de estado. Comete un crimen de lesa patria, motivo para impugnar su candidatura. Y no nos referimos al hambre y al desempleo de millones de personas que campea en el país. 

Cumbre de Glasgow
Cumbre de Glasgow

La situación ecológica del mundo no es menos preocupante: en pleno verano europeo el clima ha llegado a los 40 grados o más. Hay incendios prácticamente en todos los países del mundo. Son los eventos extremos agravados por el calentamiento global. En el presente año en nuestro país hemos tenido grandes inundaciones en el sur de Bahía, norte de Minas, del Río Tocantins y del Amazonas y trágicos deslizamientos de laderas en Petrópolis y Angra dos Reis, con innumerables víctimas, y simultáneamente sequía prolongada en el sur.

Hay 17 focos de guerra en el mundo, el más visible de todos en Ucrania atacada por Rusia con alto poder de destrucción. La decisión de los países occidentales, englobados en la OTAN, que tiene como principal actor a Estados Unidos, al establecer “un nuevo compromiso estratégico” y pasar de un pacto defensivo a un pacto ofensivo, ha sido gravísima. Declara ipsis litteris a Rusia como enemigo presente, y más adelante a China. No se trata de un concurrente o adversario, sino de enemigo, al que en la perspectiva del jurista de Hitler Carl Schmitt, cabe combatir y destruir usando todos los medios, inclusive los militares y, en el límite, los nucleares. Como señaló el reconocido economista ecologista Jeffrey Sachs, reforzado por Noam Chomsky: si ocurriera eso, sería el fin de la  especie. Esto sería la gran tragedia.

Desplazados por la guerra en Ucrania
Desplazados por la guerra en Ucrania

Tal vez la amenaza más grave nos viene del ya citado calentamiento global acelerado. Con el esfuerzo conjugado de todo los países hasta 2030 se debería limitar el calentamiento a 1,5 grados centígrados hasta 2030. Ahora constamos que se ha acelerado; con la entrada masiva de metano debido al deshielo de los cascos polares y del permafrost se ha anticipado al 2027. El último informe en tres volúmenes del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (conocido por el acrónimo inglés IPCC) publicado hace pocos meses advertía que podría llegar mucho antes. Existe el peligro, apuntado ya anteriormente por la Academia Norteamericana de Ciencias, de un “salto abrupto”, que puede elevar la temperatura 2,7 o más grados centígrados. La conclusión a la que llega el IPCC es «que los impactos en todo el mundo son una amenaza para la humanidad». Gran parte de los organismos vivos no consigue adaptarse y acaba desapareciendo.

De igual manera, multitudes humanas pueden sufrir terriblemente y también morir antes de tiempo. Tal evento puede ocurrir en los próximos 3-4 años. No parece que los analistas y planificadores estén tomando en cuenta esta eventualidad.

De ahí se entiende que algunos científicos del clima, sean tecnofatalistas y escépticos. Afirman que con los miles de millones de toneladas de CO2 y de otros gases de efecto invernadero ya acumulados en la atmósfera (en la que permanecen cerca de 100 años) no estamos en condiciones de impedir el calentamiento global. Hemos llegado demasiado tarde. Los eventos extremos vendrán fatalmente, cada vez más frecuentes y dañinos, devastando partes de los biomas terrestres y de las costas marítimas. Por el hecho de disponer de ciencia y de tecnología podemos solo mitigar los efectos nocivos pero no evitarlos. Es una crisis de nuestro tipo de civilización.

Madre Tierra
Madre Tierra

A este cuadro dramático hay que añadir la Sobrecarga de la Tierra: consumimos más de lo que ella nos puede ofrecer, pues necesitamos más de una Tierra y media (1,7) para cubrir las demandas del consumo humano, especialmente el suntuoso de las clases opulentas.

Ante este escenario innegablemente dramático, ¿qué pensar? ¿que tal vez ha llegado nuestro turno de ser excluidos de la faz de la Tierra? Dada la voracidad del proceso productivista mundializado que no conoce moderación, cada año están desapareciendo cerca de 100 mil especies de organismos vivos. Aquí cabe recoger las palabras del eminente naturalista francés Théodore Monod, que hemos citado algunas veces: «somos capaces de una conducta insensata y demente; a partir de ahora podemos temer todo, inclusive la aniquilación de la raza humana: sería el justo precio de nuestras locuras y de nuestra crueldad». Esta opinión es compartida por otras notables personalidades como Toynbee, Lovelock, Rees, Jacquard, y Chomsky entre otros.

No podemos saber cómo será nuestro futuro. Pero no puede ser una prolongación del presente. La naturaleza de la lógica capitalista no cambiará, si no, tendría que renunciar a ser lo que  es y quiere ser: acumular ilimitadamente sin cuidar las externalidades.

Solidaridad
Solidaridad

Como mostró Hans Jonas en su libro El Principio Responsabilidad, el factor miedo y pavor puede ser decisivo. Al darse cuenta de que puede desaparecer, el ser humano hará todo para sobrevivir, como los navíos antiguos que, en peligro de naufragar, tiraban toda la carga al mar. Habría cambios radicales especialmente en el modo de producción y en el consumo frugal y  solidario.

Existe todavía el principio de lo imponderable y de lo inesperado de la mecánica cuántica. La evolución no es lineal. En momentos de alta complejidad y de gran caos puede dar un salto hacia un nuevo orden y conquistar otro equilibrio. En nuestro caso no es imposible. Pero se hará seguramente con el sacrificio de muchas vidas también humanas. Es nuestro drama.

Finalmente, tenemos la esperanza teologal, el legado judeocristiano, que debe ser entendido también como una emergencia del proceso evolutivo y no como algo exógeno. Ella afirma el principio de la vida y del Dios vivo y dador de vida que creó todo por amor. Él podrá crear condiciones para que los seres humanos cambien hacia otro rumbo de su destino y así puedan salvarse. Pero “chi lo sa”? A nosotros nos cabe el esperanzarse de Paulo Freire, es decir, crear las condiciones para la utopía viable, la esperanza, de que lo inesperado sucederá y que la vida siempre tendrá futuro y está destinada a cambiar para seguir y seguir brillando.

La Doctrina Social de la Iglesia

Un poco de Doctrina Social de la Iglesia para Europa

por José Fernando Juan 


  

Un mes antes de que Rusia comenzara su guerra contra Ucrania y Europa, el profesor Julio Martínez recordaba, en panel de expertos en Madrid, que la doctrina sobre la guerra justa había sido puesta en jaque por el papa Francisco en Fratelli Tutti. ¿Sabéis dónde y qué ha cambiado?


La formación cristiana debería incorporar cada año alguna actualización sobre Doctrina Social. Varias editoriales, y esta misma revista, se esfuerzan por no perder de vista este asunto. Más allá de sus principios fundamentales, aspectos concretos que abarcan todo aquello que tenga que ver con la forma que damos a nuestra sociedad. El día de Europa, celebrado el 9 de mayo, más allá de una conmemoración y recuerdo cada vez más lejano, sirve para recordar que es un proyecto de sólidos fundamentos y altas aspiraciones para la humanidad, que hunde sin duda sus raíces en la gran tradición espiritual judeocristiana, en la razón con vocación de alcanzarlo todo y en la legalidad como marco general de convivencia.

Al respecto, más allá de nombres más o menos complejos, nuestra sociedad tiene dos grandes principios que convendría actualizar y unir más de lo que habitualmente se expresa. Por un lado, la autonomía, tan manida y traída, tan mal comprendida cuando se hace de ella solipsismo personalista e intimismo individualista, se afirma como prioridad de la persona y su libertad esencial, no marginal. Pero no puede ir sola. Necesita para ser vivida de unas relaciones especiales con otros, tal y como expresa el principio de subsidiariedad, del que todos procedemos y con el que estamos en deuda. Si bien me gusta verlo a la inversa de como siempre se presenta.

Responsabilidad

El principio de subsidiariedad afirma, a mi entender, demasiado rápido “la ayuda mutua”, la imprescindible solidaridad y fraternidad. Sin embargo, para ser real, debe ser capacitante y, al mismo tiempo, encaminar a la responsabilidad. Dando que la persona es lo primero que empuja la DSI como construcción social, y la persona es libre, se debe garantizar siempre el ejercicio de su libertad gradual y responsablemente. A mis alumnos les hago la siguiente pregunta: ¿Mi hija pequeña es capaz de poner y retirar la mesa? Quizá alguien piensa que no, lo cual es verdad. Quizá alguien diga que sí, y le diría que no cualquier mesa. Puede hacerlo en la medida de su capacidad. Pero si no permito que se ejercite según su capacidad, libre y guiadamente, lo que haré será una persona “inútil” y “dependiente”. Estas dos últimas palabras han sido la respuesta de mis alumnos hoy. Salta a la vista que es así y que no hay mejor forma de expresarlo.

Lo que vale para casa, en tanto que relaciones familiares, debe extenderse igualmente a la sociedad de algún modo y manera. No para fomentar el paternalismo legal y la vigilancia tecnológica permanente en los que estamos “cayendo” como si se tratara de una pendiente necesaria para la vida en el siglo XXI, sino para cultivar las relaciones fraternas, tal y como Francisco las llama refiriéndose a la “amistad social”, que son las grandes olvidadas del enfrentamiento totalitario de los otros dos principios del lema ilustrado: igualdad y libertad.

Cultivar las relaciones fraternas

Sin duda, la semana de Europa nos debería enfocar más en lo positivo y bueno que tiene la construcción de un proyecto asentado responsablemente en la libertad, con deberes y obligaciones serias de participación e implicación, con derechos que limiten el alcance de una legalidad excesivamente positivista con peligros de ser instrumento ideológico en todos los frentes que toca.

Para terminar, un reto. ¿Qué tienen en común Fratelli Tutti 84, 97, 103, 121, 129, 203, 218, en general toda ella, y el 258 en el que se proclama al final: ¡Nunca más la guerra!? Sin duda, no un texto para estudiar, leer, comentar y debatir, sino para vivir, implicarse, comprometerse con él y dejarse la piel

Fratelli Tutti, encíclica importante para los musulmanes

«Fratelli tutti, encíclica importante también para los musulmanes, señala el Gran Imán de Al Azhar 

Al Tayyeb: «Nadie puede privar a la mujer de uno solo de sus derechos» 

Gran Imán de Al Azhar en Radio Vaticano

Gran Imán de Al Azhar en Radio Vaticano 

El Gran Imán de Al Azhar, en Roma para participar en algunos eventos importantes junto al Papa Francisco, respondió a algunas preguntas sobre su relación con el Pontífice un año después de la publicación de la encíclica Fratelli tutti 

«Desde el primer minuto de nuestro encuentro tuve la confirmación de que él es un hombre de paz y de humanidad» 

«La encíclica es un llamamiento a crear una verdadera fraternidad en la que no haya lugar para la discriminación basada en diferencias de religión, raza, género u otras formas de intolerancia» 

«Nadie puede privar a la mujer de uno solo de sus derechos, que fueron establecidos por el profeta del Islam Mahoma, y que se encuentran en una frase suya clara y sintética: ‘Las mujeres son iguales a los hombres’… 

«Quienes hoy difunden el odio entre las personas y practican la violencia y el derramamiento de sangre en nombre de la religión o de Dios, son mentirosos y traidores de las religiones de las cuales levantan las banderas» 

08.10.2021 | Andrea Tornielli 

(Vatican News).- «Cada uno de nosotros ha descubierto una gran sintonía espiritual y de pensamiento con respecto a las crisis que afligen al hombre contemporáneo…»Ahmad Muhammad Al Ṭayyeb, Gran Imán de Al Azhar, en los días de su presencia en Roma para participar en algunos eventos importantes junto al Papa Francisco y a otros líderes religiosos, visitó los estudios de Radio Vaticano – Vatican News y respondió a algunas preguntas sobre su relación con el Pontífice, un año después de la publicación de la encíclica Fratelli tutti. 

El Gran Imán relató que «tras la elección de nuestro querido hermano el Papa Francisco, Al-Azhar tomó la iniciativa de felicitarlo, y recibimos una hermosa respuesta de Francisco. Una respuesta que nos animó a iniciar de nuevo una relación. Y así decidí visitar al Papa en el Vaticano en mayo de 2016. Durante esta visita, cada uno de nosotros descubrió una gran sintonía espiritual y de pensamiento respecto a las crisis que afligen al hombre contemporáneo, y en particular respecto a los pobres, los huérfanos, los enfermos, las viudas, las víctimas de las guerras y los sin techo». 

«Esta armonía entre él y yo», continuó Al-Tayyeb, «puede ofrecer mucho para aliviar estas crisis. A partir de ese momento, no hubo más dudas. Personalmente, no dudé en tender la mano. Desde el primer minuto de nuestro encuentro, tuve la confirmación de que es un hombre de paz y de humanidad por excelencia. Las cosas prosiguieron bien y en apenas tres años celebramos seis cumbres. En la quinta de ellas firmamos el Documento sobre la Fraternidad Humana». 

El Gran Imán subrayó que «el mensaje de la religión puede dar los frutos deseados sólo si es proclamado por creyentes fieles, reconciliados primero entre ellos. Entre quienes llevan a los hombres este mensaje debe haber paz, concordia y colaboración. Porque si entre ellos reinan división y conflicto, ellos no son capaces de transmitir el mensaje de paz a la gente. Conocemos el famoso proverbio que dice: Quien no tiene algo, no puede darlo«. 

Sobre la encíclica «Fratelli tutti», publicada hace un año, Al-Tayyeb dijo: «Esta encíclica es ciertamente de enorme importancia, especialmente en este tiempo, tanto para los musulmanes como para los no musulmanes. Puedo decir que esta encíclica se inscribe en el marco de nuestros encuentros y se inspira en ellos. El Papa mismo lo menciona, creo que en el prefacio. La encíclica va en la misma dirección, la del diálogo y la convivencia entre los hombres: es, en definitiva, un llamamiento a aplicar los principios morales de las religiones para crear una verdadera fraternidad en la que no hay lugar para la discriminación basada en diferencias de religión, confesión, raza, género u otras formas de intolerancia. 

La encíclica es útil para los musulmanes y al mismo tiempo para los demás, porque dice que todos somos hermanos. Y el Corán dice a los musulmanes: tienen hermanos y son iguales en humanidad. Nosotros decimos que el hombre es similar o igual a mí y es mi hermano en humanidad. Puede ser hermano de religión, pero también puede ser para mí un hermano de humanidad». 

En cuanto al papel de las religiones en la promoción de la paz y la fraternidad mediante la lucha contra el odio y el terrorismo, el Gran Imán dijo: «Decir que las religiones, tal y como han sido reveladas por Dios el Altísimo, han sido la causa de las guerras en la historia es inexacto, porque lo que se conoce como conflictos en nombre de la religión son, en realidad, conflictos políticos que han robado el nombre a la religión cargándola de interpretaciones corruptas para conseguir beneficios e intereses mundanos, que no tienen ninguna relación, ni siquiera remota, con la verdadera religión. Debo decir que quienes hoy difunden el odio entre las personas y practican la violencia y el derramamiento de sangre en nombre de la religión o de Dios, son mentirosos y traidores de las religiones de las cuales levantan las banderas, sean cuales sean estas religiones o doctrinas o confesiones en cuyo nombre hablan». 

Por último, en respuesta a una pregunta sobre la dignidad de la mujer y sobre las señales preocupantes que demuestran el resurgimiento de un fundamentalismo que no respeta a las mujeres, Al-Tayyeb dijo que «lo que está declarado en el Documento sobre la Fraternidad humana es lo que establece el Islam en cuanto al respeto por la mujer y el pleno respeto de sus derechos. Afirmo además que nadie puede privar a la mujer de uno solo de sus derechos, que fueron establecidos por el profeta del Islam Mahoma, y que se encuentran en una frase suya clara y sintética: ‘Las mujeres son iguales a los hombres’… Ante esta verdad, ningún musulmán fiel a sus creencias puede quitar a la mujer los derechos garantizados por el Islam. Debemos decir que todo lo que se está planteando hoy en día en este campo no es más que una victoria de hábitos y costumbres superadas y antiguas, que hacen daño a la ley del Islam y a sus normas». 

El Gran Imán también quiso señalar que «es necesario distinguir» entre «derechos plasmados por civilizaciones contemporáneas ignorando la moral religiosa y los sentimientos de la naturaleza humana, y otros derechos formulados en las sociedades en las que la religión es una base sólida en la construcción de su cultura y estilos de vida«