La Buena Noticia del Dgo 1º-Cuaresma-B

Entre conflictos y tentaciones

LAS TENTACIONES EN TIEMPOS DE PANDEMIA

Marcos 1, 12-15

En aquellos tiempos, se extendió una peste por Israel. Jesús reunió al grupo de discípul@s y los envió de dos en dos, diciéndoles:

– He oído que en esta pandemia la gente experimenta grandes tentaciones. Id por los caminos, con los ojos y los oídos bien abiertos. Dentro de unos días, cuando nos reunamos de nuevo, compartiremos el sufrimiento de nuestro pueblo.

Se pusieron en camino. Observaron. Dialogaron. Tocaron de muchas formas el dolor ajeno. A la vuelta, compartieron lo que habían visto y oído.

– Maestro, unos sabios han preparado un ungüento que evita la peste, pero hay gente poderosa que lo está comprando en grandes cantidades y no llega a los pueblos más pobres. Incluso algunas familias del sanedrín se han saltado las normas para poder recibir el ungüento, antes que los ancianos y los enfermos.

– Hay mercaderes que se están enriqueciendo de manera escandalosa. Traen productos de primera necesidad de otros países, sirviéndose de esclavos; la peste ha traído nuevas formas de esclavitud.

– Las meretrices están abandonadas a su suerte. Los clientes las han rechazado, como si fueran animales contagiosos. Ellos están confortablemente en sus casas y ellas están a las afueras de las ciudades, intentando sobrevivir.

– Los políticos de Roma y los de Jerusalén se enfrentan continuamente, porque quieren atribuirse los logros en el control de la peste. Les ahoga la vanagloria y olvidan el bien común.

– Hay jóvenes que siguen organizando bacanales. No hacen caso de las leyes, solo piensan en divertirse y honrar al dios Baco y están extendiendo la peste, incluso entre su propia familia.

– Muchos paganos, extranjeros y proscritos se han movilizado para atender a los apestados. Pero hay gente que no valora su trabajo porque dice que “no son de los nuestros”.

– Algunos que cantaban salmos en la sinagoga cada sábado, parece que han olvidado lo que cantaban y rezaban y se comportan como si no tuvieran esperanza, como si Yahvé se hubiera alejado de nosotros.

Y así, de dos en dos, fueron compartiendo estas y muchas otras tentaciones que habían descubierto en la pandemia.

Jesús les dijo…

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Han pasado 2.000 años y seguimos experimentando las mismas tentaciones, las mismas pruebas que tuvo Jesús en el desierto, antes de comenzar la vida púbica. Nuestro ego reclama: ser l@s primer@s (incluso para recibir la vacuna); que nuestra gloria se expanda (aunque sea vana-gloria y nos ahogue); que las piedras del camino desaparezcan por obra de los enchufes, el amiguismo o la traición…

Cada uno, cada una, y cada comunidad podemos nombrar las tentaciones, especialmente las que han cobrado fuerza en la pandemia.  Además:

a) El evangelio nos pone sobre aviso de que tenemos “fieras” y “ángeles”, en nuestro interior y alrededor, que forman parte de esta lucha.

b) El telediario nos muestra a quienes vencen y a quienes sucumben.

c) Nuestra conciencia nos recuerda las oportunidades de crecimiento que nos ha brindado cada prueba/tentación. Tenemos una valiosa experiencia acumulada.

El evangelista Marcos nos ofrece una vacuna, que no nos impide tener tentaciones, pero nos inocula anticuerpos para enfrentarnos a ellas y vencer: “¡Convertíos y creed en el Evangelio!”

¿Qué llamadas a la conversión estamos descubriendo en plena pandemia?

Marifé Ramos

Comentarios a la Palabra

ESCUCHAR LA LLAMADA A LA CONVERSIÓN

«Convertíos, porque está cerca el reino de Dios». ¿Qué pueden decir estas palabras a un hombre o una mujer de nuestros días? A nadie nos atrae oír una llamada a la conversión. Pensamos enseguida en algo costoso y poco agradable: una ruptura que nos llevaría a una vida poco atractiva y deseable, llena solo de sacrificios y renuncia. ¿Es realmente así?

Para comenzar, el verbo griego que se traduce por «convertirse» significa en realidad «ponerse a pensar», «revisar el enfoque de nuestra vida», «reajustar la perspectiva». Las palabras de Jesús se podrían escuchar así: «Mirad si no tenéis que revisar y reajustar algo en vuestra manera de pensar y de actuar para que se cumpla en vosotros el proyecto de Dios de una vida más humana».

Si esto es así, lo primero que hay que revisar es aquello que bloquea nuestra vida. Convertirnos es «liberar la vida» eliminando miedos, egoísmos, tensiones y esclavitudes que nos impiden crecer de manera sana y armoniosa. La conversión que no produce paz y alegría no es auténtica. No nos está acercando al reino de Dios.

Hemos de revisar luego si cuidamos bien las raíces. Las grandes decisiones no sirven de nada si no alimentamos las fuentes. No se nos pide una fe sublime ni una vida perfecta; solo que vivamos confiando en el amor que Dios nos tiene. Convertirnos no es empeñarnos en ser santos, sino aprender a vivir acogiendo el reino de Dios y su justicia. Solo entonces puede comenzar en nosotros una verdadera transformación.

La vida nunca es plenitud ni éxito total. Hemos de aceptar lo «inacabado», lo que nos humilla, lo que no acertamos a corregir. Lo importante es mantener el deseo, no ceder al desaliento. Convertirnos no es vivir sin pecado, sino aprender a vivir del perdón, sin orgullo ni tristeza, sin alimentar la insatisfacción por lo que deberíamos ser y no somos. Así dice el Señor en el libro de Isaías: «Por la conversión y la calma seréis liberados» (30,15).

José Antonio Pagola

TESTIGOS DE LA PALABRA

Antonio Machado
Antonio Machado

El 22 de febrero hace 80 años  que muere en Coillure, Francia, Antonio Machado, uno de los poetas más representativos de la España, una y diversa, que él siempre llevó en el corazón

Hasta allí había llegado, junto con su anciana madre, huyendo con otros 400.000 exiliados, después de la caída de Barcelona bajo el control fascista.

Sobre la tumba está escrito uno de los versos más famosos:

Y cuando llegue el día del último viaje

Y esté al partir la nave que nunca ha de tornar

Me encontrarás a bordo, ligero de equipaje,

Casi desnudo, como los hijos de la mar.

                                                                 LA SAETA

¿Quién me presta una escalera

para subir al madero,

para quitarle los clavos

a Jesús el Nazareno?

¡Oh, la saeta el cantar

al Cristo de los gitanos

siempre con sangre en las manos,

siempre por desenclavar!

¡Cantar del pueblo andaluz

que todas las primaveras

anda pidiendo escaleras

para subir a la cruz!

¡Cantar de la tierra mía

que echa flores

al Jesús de la agonía,

y es la fe de mis mayores

¡Oh, no eres tú mi cantar!

¡No puedo cantar ni quiero

a ese Jesús del madero,

sino al que anduvo en la mar!

Pistas para comprar vivienda en la España vaciada

Andalucía es la comunidad preferida por quienes abandonan la ciudad para vivir en el entorno rural

Casas en Hornos del Segura, en la sierra de Cazorla (Jaén).

Por JUANJO BUENO DEL AMO

El bum por ocupar segundas viviendas en la España vacía que alentó el confinamiento por la covid-19 se ha desinflado, aunque no ha desaparecido ni mucho menos. Así lo cree Francisco Marroquín, presidente del Colegio Oficial de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (COAPI) de Cáceres, una de las provincias en donde este fenómeno se ha estancado. Los datos lo corroboran. “Mientras que la ocupación de viviendas en Extremadura durante 2020 y 2021 se incrementó en un 8,5%, en 2022 hubo una tendencia de crecimiento, pero en este caso del número de casas desocupadas, llegando a aumentar en un 22%”, explica Marroquín.

Pese a ello, desplazarse desde las capitales a las poblaciones despobladas todavía está en la mente de los españoles. Según el estudio de Fotocasa Análisis sobre la España Vaciada, un 61% de los encuestados mayores de 18 años tiene planes reales o, al menos, interés por mudarse a una zona rural. María Matos, directora de Estudios de esta web inmobiliaria, cree que en estos momentos existe un gran atractivo por los pueblos para las personas que, ya sea con un cambio de trabajo o gracias al teletrabajo, ven la posibilidad de abandonar las ciudades y trasladarse a localidades que, preferiblemente, oscilen entre los 1.000 y 10.000 habitantes. “De hecho, estimamos que un 15% de españoles tiene previsto irse a vivir a una zona rural en los próximos meses”, afirma.

En junio de 2022, Jordi Manero y su mujer decidieron salir de Barcelona y mudarse a Nigüella, un pequeño pueblo de Zaragoza con alrededor de 60 habitantes censados. Tipógrafo e ilustradora de profesión, la pareja siempre ha trabajado desde casa. “No necesitábamos la ciudad físicamente, y llevábamos años pagando alquileres altos y disfrutando cada vez menos de las opciones culturales o sociales que Barcelona nos ofrecía”, argumenta Manero. Tenían claro que debían salir de Barcelona y, aunque en un principio no les importaba dónde instalarse, hicieron una búsqueda bastante amplia, desde Castellón hasta Ourense. “Teníamos un perfil de casa y de localidad muy concreto, con pocos habitantes”, cuenta. Tardaron unos cinco meses en encontrar su nuevo hogar. Un año después, confiesan que se han integrado bien con los lugareños y que no se arrepienten de la decisión tomada. “Desde que estamos aquí han llegado dos vecinos nuevos emigrando desde la ciudad”, dice Manero.

En este deseo de experiencia rural hay más énfasis según el sexo que se analice. El 60% de los hombres están más dispuestos a irse a vivir a un pueblo frente al 40% de las mujeres, estiman desde Fotocasa. El perfil más repetido es el de un hombre que tiene entre 35 y 44 años y vive con su pareja y sus hijos.

A favor y en contra

Con respecto a su lugar de residencia, Andalucía es la comunidad autónoma en la que más adeptos tiene el cambio de vida al entorno rural (17%). “Si en lugar de hablar de comunidades hablamos del tamaño que tienen las ciudades en las que habitan, lo que se observa es que el rechazo a irse a una zona rural a vivir proviene, fundamentalmente, de las personas que viven en capitales de provincia (43%). Por su parte, los que tienen planes reales para trasladarse a un pueblo son, principalmente, los que viven en ciudades que no son capital de provincia y en las que hay menos de 50.000 habitantes (53%). Es decir, quienes ya están con pie y medio en el entorno rural”, analiza Matos.

Mónica Villamizar es gerente de Rural Hogar, una agencia inmobiliaria especializada en la venta de propiedades ubicadas en pueblos de León. “Sabemos que es muy complicado que las inmobiliarias que se dedican al mercado de pisos y locales en el centro de las ciudades se entreguen por completo a la venta de una casa de pueblo. Debido al gran volumen de viviendas que suelen tener en su cartera, pocas inmobiliarias tienen la disponibilidad de tiempo y recursos para desempeñar esta función. Esta es una de las razones por las que nació Rural Hogar”, explica Villamizar.

Las características de las casas más demandadas son las que tienen como mínimo 100 metros cuadrados de terreno, con una amplia zona de ocio, una barbacoa y hasta una piscina de obra, según Rural Hogar. Un 60% de sus clientes compran la vivienda como segunda residencia y un 40% para convertirla en su hogar.

Sin embargo, los ciudadanos también reclaman, según Fotocasa, estar cerca de servicios esenciales y tener conexión a internet como principales requisitos. En este sentido, el 85% de estos demandantes de vivienda que se van a trasladar o que aspiran a hacerlo algún día a una zona rural busca que el pueblo esté a una distancia razonable de servicios esenciales (centros sanitarios, colegios, institutos). Además, un 78% incluye entre sus peticiones que la localidad cuente con conexión a internet o fibra óptica, así como infraestructuras de transporte próximas.

La oferta de casas en las poblaciones despobladas es cada vez menor. En la España vaciada hay tres ciudades que suelen estar a la cola en transacciones de vivienda: Soria, Zamora y Teruel. Según el portal Pisos.com, el primer trimestre de 2023 se cerró con 1.141 transacciones en Soria, 1.539 en Zamora y 1.588 en Teruel. “Después de la pandemia, ha habido un problema de poca oferta ya que mucha vivienda que se consideraba vacía estaba casi en ruinas. Era difícil que la oferta disponible pudiera dar respuesta a esa demanda”, considera Ferran Font, director de Estudios de Pisos.com.

Según el INE, durante los últimos 20 años la España vaciada ha perdido alrededor de 360.000 habitantes, “por lo que ni con ese repunte de interés después de la covid-19 se vio un crecimiento en la población”, piensa Font.

Los expertos recomiendan que los potenciales compradores vayan siempre de la mano de un profesional inmobiliario especializado en la zona y en la tipología de este tipo de casas, y que les acompañe en todo el proceso. También que se informen de las posibles ayudas que ofrece la comunidad autónoma, el Gobierno en forma de deducciones, o el propio pueblo. “Siempre es aconsejable ir a ver muchas veces esa vivienda y, al haber poca oferta, hay que plantearse esta compra como algo que va a alargarse más en el tiempo que, por ejemplo, un piso en una gran capital”, concluye Font.

El misterio de la enfermedad

por Trinidad Ried

Desde la concepción del ser humano, pareciera que en su ‘software’ y su ‘hardware’ viniese codificada la enfermedad como un misterio que aún la ciencia y la tecnología no logran develar en su totalidad. Cada época y lugar, además, ha ido “colgándole” a las dolencias del cuerpo y del alma pesos, prejuicios y metáforas propias de su cultura que complejizan aún más el sufrimiento y la recuperación de quien es “elegido” por la vida para manifestar una enfermedad.

Así, en la antigüedad, a muchos se les creía poseídos por malos espíritus, francos pecadores o mensajeros de calamidad. A eso se le sumaban los “temores” de los “sanos” que excluían, condenaban y culpaban de los padecimientos a las propias víctimas como si fuese su responsabilidad por una mala vida. Lamentablemente, mucho de eso persiste aún en la actualidad, tanto a nivel inconsciente como social.

Las enfermedades de cada tiempo

Cada momento tiene su “top 1” en dolencia física, espiritual y social, porque no podemos ser ingenuos y pensar que es solo el cuerpo el que se ve afectado o solo la persona la que se enferma, pues se enferman también su familia y la comunidad. Por años, la lepra llevó la delantera como el peor estigma social. Los enfermos de esta bacteria debían vivir apartados, anunciarse con una campana y sus familiares quedar a la deriva y la discriminación del resto de la sociedad. Más tarde, al ser encontrada la cura de la lepra, vino el tiempo de la tuberculosis, asociada también a la miseria de las clases trabajadoras y todo el peso para respirar con libertad tanto literal como simbólicamente si te llegabas a contagiar.

Era una condena perpetua y una herencia horrorosa que podías dejar a los demás. Una vez más, al reconocerse su origen científico y su tratamiento, su peso y juicio, se diluyó en el siglo XIX y, en el XX, en pleno hizo debut el virus del SIDA en gloria y majestad. Quien se contagiaba, inmediatamente, se colgaba el cartel de homosexual, drogadicto o promiscuo, perteneciente a una casta marginal de “perdidos” que “parecían” recibir su “merecido castigo por su conducta inmoral”. En el siglo XXI, superando en gran medida tanta ignorancia sobre el SIDA y pudiendo comenzar a controlar esta enfermedad y sus humillaciones sociales y psicológicas, van compitiendo en el primer lugar el cáncer y la depresión, con todas las variantes que nos podamos imaginar. Detrás le siguen las enfermedades autoinmunes que empiezan a proliferar.

El misterio de la enfermedad

La medicina tradicional de Occidente, si bien ha hecho tremendos avances y descubrimientos en medicamentos y tratamientos, ha pecado también por siglos de disociar el cuerpo como si estuviese ajeno a las demás dimensiones del ser, como son la emocional, la espiritual y el socio cultural que nos relaciona con los demás, reduciendo a la mirada a órganos, tejidos y células, perdiendo el gran angular tan necesario para la sanación total. Por otra parte, Oriente ha hecho un profundo aporte con una mirada más holística del ser humano y ha desarrollado tratamientos milenarios que buscan la integración de todos los ámbitos de la evolución bio-psico-espiritual, pero no ha logrado aún un diálogo horizontal con la medicina alopática o tradicional. Aun así, la medicina oriental aún está circunscrita a la persona que padece y no tanto a lo sistémico o relacional.

Una corriente muy tóxica que se ha difundido casi como pandemia -probablemente por los resabios de la antigüedad-, pero también por el pensamiento positivista e individualista propiamente norteamericano, es que cada ser humano es el responsable de su salud y puede controlarla a voluntad. Por consecuencia, la enfermedad pasa a ser responsabilidad directa, por acción u omisión, de quien la padece, por lo que al sufrimiento propio de la dolencia se le suma el peso de la culpa, la responsabilidad de sanarse a fuerza de control personal y la obligación de exponerse frente a los demás como un frágil, fracasado o alguien menos competente que los demás “sanos” que te miran y tratan con conmiseración y condena implícita, disfrazada muchas veces de bondad.

Algunas verdades para compartir

La enfermedad es y seguirá siendo un misterio de la existencia por más que la podamos diseccionar. Su multicausalidad también es una certeza que no podemos simplificar con relaciones que no equivalen a causa-efecto tal cual. No es lo mismo decir que a las personas viudas les podría dar más cáncer que determinar como un absoluto esta correlación de datos que es una estadística nada más. Los números dan para todo y se pueden tergiversar con sesgos de cualquier interés particular.

Por lo mismo, tampoco es sano culparnos si nos enfermamos ni dejar que los demás nos endosen en “bulto” de nuestra mejoría total como si fuese una meta más para lograr. Jamás hemos controlado la vida; esta es demasiado compleja, somos seres en relación con muchos sistemas vivos y hay procesos que escapan a nuestra voluntad. Lo único que sí podemos hacer al enfermarnos es elegir cómo vivirlo para sacar provecho de ello, tanto a nivel personal como comunitario, de modo que sea aprendizaje en servicio, humildad, gratuidad y profunda conciencia de vulnerabilidad. Sí, también la enfermedad puede ser una oportunidad de servir a otros, dejándose servir y ayudar.

Las macroresidencias privadas a examen

Las macrorresidencias privadas, epicentro de un descalabro: más muertes por covid que en las públicas

Decenas de personas convocadas por la Asociación Plataforma por la Dignidad de las personas Mayores se manifiestan este martes 15 de junio contra Ayuso por su gestión de las residencias
Decenas de personas convocadas por la Asociación Plataforma por la Dignidad de las personas Mayores se manifiestan este martes 15 de junio contra Ayuso por su gestión de las residencias. 

Un estudio demuestra que la mortalidad de la covid fue mayor en las macrorresidencias privadas. El formato menos lesivo durante la pandemia, apunta este informe, es el de residencias públicas de menos de 25 plazas. 

JOSE CARMONA@JOSECARMONAGILO

Pasan los meses y cada vez hay más certezas al respecto. Las macrorresidencias de mayores, gestionadas por empresas privadas, tuvieron una mortalidad considerablemente mayor durante la primera ola de la covid-19 que las residencias de gestión pública. 

Cuanto mayor es el tamaño de la residencia, más riesgo de muertes por covid-19 hay, una tendencia mucho más acusada cuando la residencia es privada y es de más de 100 plazas, las llamadas macrorresidencias a las que el Ministerio de Asuntos Sociales pretende poner coto. Esa es la conclusión a la que llega el estudio Covid-19 y personas mayores en residencias: impacto según el tipo de residencia, realizado por la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla y publicado y premiado por la Revista española de geriatría y gerontología.

La investigación dirime los resultados de la primera ola de covid, en la que el 86% de los fallecidos fueron personas mayores de 70 años. Hubo comunidades autónomas como Madrid, donde murió el 22% de toda la población geriátrica. Los datos de la capital, que con Ayuso al frente dio la orden de no derivar a urgencias a mayores de residencias, muestran por tanto que con las mismas condiciones y las mismas políticas desde la administración, las residencias privadas tuvieron unos resultados peores respecto a las públicas.

En toda España, los datos oscilaron considerablemente al medir qué porcentaje del total de fallecidos eran mayores ingresados en residencias. La región con datos más bajos fue Islas Canarias con un 11,92%, mientras que en Aragón se disparó hasta el 88,26%.

«El tamaño de la residencia es estadísticamente significativo y claro», asegura la investigación, y concluye que «se ha observado que las macrorresidencias privadas son las más vulnerables a brotes de alta letalidad durante la primera oleada«. Además, los datos también revelan que las residencias donde la letalidad de la covid fue menor tenían una gestión pública y no superaban las 25 plazas.

Son varias las investigaciones que han llegado a estas conclusiones. Otro estudio publicado en la revista Epidemiología aseguraba que el número de muertes en Madrid fue mucho más elevado en las residencias gestionadas por la empresa privada que en aquellas de gestión pública. Hasta un 15% de diferencia. 

La problemática de las macrorresidencias fue abordada por el Ministerio de Asuntos Sociales, que a través de un acuerdo con las comunidades autónomas ha puesto freno a este modelo de residencias. Los centros proyectados tras la aprobación no podrán superar las 75 plazas residenciales cuando se encuentren ubicados en zonas rurales o zonas escasamente pobladas, no podrán superar las 90 plazas si se encuentran ubicados en localidades o zonas de densidad intermedia y no superarán las 120 plazas cuando estén ubicados en ciudades o zonas densamente pobladas. El límite quedará fijado en un máximo de 50 plazas para aquellos centros cuya atención se destine a personas con discapacidad.

En estas unidades convivirán un grupo reducido, que en ningún caso podrá superar las 15 personas residentes, de forma que se pueda garantizar un funcionamiento tipo hogar. Las Comunidad Autónoma o administración que tenga la competencia podrán excepcionar a los centros cuya construcción se haya iniciado con carácter previo a la aprobación del presente acuerdo del cumplimiento de este requisito cuando la adaptación al mismo se demuestre inviable por razones arquitectónicas.

41 Congreso de Teología

41 Congreso de Teología: será online entre el 9 y 11 de septiembre de 2022

Desde hace más de dos años venimos sufriendo una pandemia mundial que ha provocado más de doscientos millones de personas contagiadas y la muerte de más de diez millones de seres humanos. Pero no podemos quedarnos en las cifras fría de ellas hay vidas humanas frustradas, proyectos truncados y experiencias de amor rotas, La covid-19 no ha afectado a todos por igual y con la misma intensidad. Lo que ha puesto de manifiesto es. por una parte, la vulnerabilidad del ser humano y la fragilidad del mundo, y, por otra, el fracaso del modelo neoliberal que ha reforzado las brechas de la desigualdad.

Este año celebramos el 41 Congreso centrado en la pandemiasus consecuencias y las posibles respuestas. Lo inaugurará Vítor Codina, quien hablará de “Pandemia y resistencia” mostrando cómo la experiencia vivida estos dos años no puede llevarnos a una parálisis, sino que requiere una respuesta liberadora desde la resistencia activa.

Maite Muñoz hará un análisis sobre “El virus que paralizó nuestras vidas”, y Victoria Camps reflexionará sobre “El valor emergente del cuidado” como respuesta a las situaciones de precariedad provocadas por la pandemia y sus consecuencias en la postpandemia. A continuación, tendrá lugar la reflexión teológica. Jesús Peláez, se centrará en la “Resistencia de Jesús de Nazaret ante los poderes”, y Leonardo Boff lo hará con la conferencia “Hacia una Iglesia samaritana y cuidadora de la naturaleza” desde una perspectiva ética, ecológica y utópica.

El Congreso terminará con la lectura del Mensaje, que ofrecerá las líneas de acción a seguir.

Haití sumido en una grave crisis

Haití se enfrenta al Covid-19 y a otras formas de pandemia

Por Launay Saturne

Haití, al igual que otros países del mundo, está experimentando graves consecuencias relacionadas con el Covid-19. Además de este, el país está marcado por otras formas de pandemia, algunas de las cuales son fuente de miedo, angustia y muerte. El país se enfrenta a actos de seguridad y secuestros que traumatizan a toda la población. Nadie está a salvo, ni el rico ni el pobre, ni el fuerte ni el débil. El asesinato del presidente Jovenel Moïse, en su residencia privada, el 7 de julio de 2021, da cuenta de ello.

También es necesario subrayar el fenómeno de la “gangterización” que impone su ley en algunas ciudades del país, como en Puerto Príncipe. Esto da lugar a una fuga masiva de cerebros; a un aumento de los precios de los productos de primera necesidad; a una elevada tasa de desempleo; a una inestabilidad política crónica que ha provocado el mal funcionamiento de varias instituciones estatales, entre ellas el Parlamento y el Poder Judicial; a una agitación social esporádica, y a un aumento de la corrupción.

Estas otras formas de pandemia han conducido a la impunidad y la injusticia en casi todas las esferas de la sociedad. A pesar de todo, el pueblo no se rinde. Siguen trabajando, soñando y creyendo en un mañana mejor. Ante la magnitud de esta catástrofe, la Conferencia de Obispos de Haití no ha permanecido indiferente; ha recordado en repetidas ocasiones a las autoridades estatales la urgencia de asumir sus responsabilidades para garantizar la seguridad de vidas y bienes.

La Conferencia de Obispos de Haití no ha dejado de despertar la conciencia colectiva y patriótica de los haitianos para que se comprometan a encontrar una solución nacional a la crisis. También sigue mostrando su cercanía como madre y compañera de los más vulnerables en los ámbitos de la caridad, la educación, la salud y la justicia. Aunque todavía tardaremos en ver los frutos, muchos grupos políticos y de la sociedad civil están tratando de encontrar un consenso muy amplio.

Oración, penitencia, perdón y compartir

Seguimos esperando contra viento y marea que la luz de la justicia y la verdad acabe triunfando sobre la oscuridad de la violencia y la impunidad, al igual que la luz de la armonía triunfará sobre el odio. Este es el determinante constitutivo de cualquier condición real que pueda dotar al país de elecciones creíbles y líderes legítimos.

Para lograr tal condición, se requiere la fraternidad universal y la oración de todos. El país no debe quedarse solo en sus “condiciones límite”. Debe ser acompañado en su búsqueda de una solución duradera. ¡Que las cuatro palabras clave de la Cuaresma, a saber: oración, penitencia, perdón y compartir, nos abran más a los gritos de Cristo y del hombre por un mundo más humano y fraterno! 

Ante el aumento de los suicidios

Actuemos solidariamente y en serio 

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Nuevamente hemos conocido del suicidio de una pareja de personas mayores en nuestro país, de 59 y 60 años, respectivamente.

Esta noticia que conmociona y es muy lamentable, nos tiene que impulsar como personas y sociedad a visibilizar el tema, a tomarle la importancia que merece. Ello, porque alrededor de 700 mil personas se suicidan al año en el mundo y de este número aquellas con 70 años y más va en aumento.

En Chile, por su parte, se suicidan cerca de mil 800 personas anualmente y los dos grupos que más se suicidan son los jóvenes adolescentes y las personas mayores. Las cifras son alarmantes y representan vidas y familias que quedan fragmentadas en el dolor y la culpa. Se trata de un problema urgente y prevenible, donde todos y todas jugamos un rol desde los profesionales de la salud, las familias, las comunidades, la ciudadanía hasta el Estado.

Por lo mismo, tenemos que prestar atención cuando una persona mayor dice que no quiere ser una carga, que ya está cansado/a y quiere descansar, que ya no puede más con su vida, que perdió el sentido, etc.

En ese contexto, algunos factores que debemos mirar con detención para prevenir-intervenir son la soledad, el maltrato, la depresión, los duelos, las enfermedades crónicas, el dolor crónico, los conflictos familiares y el abandono.

Asimismo, en las políticas de salud mental se debiera considerar al colectivo de personas mayores, incluyendo medidas específicas enfocadas en este segmento etario. Aún existen muchos estereotipos negativos asociados a la vejez que impiden un buen diagnóstico, tratamiento y obviamente la prevención.

Porque no es normal estar deprimido/a en la vejez ni en cualquier edad, se debe hablar de este tema, no hay prevención sin apertura, sin diálogo.

La pandemia nos ha golpeado fuerte a todos/as y probablemente mucho más a las personas mayores, quienes han debido soportar situaciones como la mencionada soledad y abandono, angustia y condiciones de vulnerabilidad multifactorial.

Diana León
Psicóloga clínica
Miembro Sociedad de Geriatría y Gerontología de Chile

UBUNTU

«Yo soy yo a través de ti»: Ubuntu, una salida a nuestra barbarie

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La pandemia ha mostrado una abismal desigualdad mundial y una cruel falta de solidaridad hacia las personas que no pueden mantener la distancia social ni dejar de trabajar

En este contexto ultrajante dos alternativas pueden salvarnos: la solidaridad y el internacionalismo. En esa perspectiva consideramos inspiradora una categoría fundamental, venida de África. Esta se expresa por la palabra Ubuntu, que significa: yo solo soy yo a través de ti

Fue relatada por un viajante europeo y blanco que se extasió con el hecho de que siendo más pobres que la mayoría, los africanos eran menos desiguales. Quiso saber el por qué e ideó un test

Por Leonardo Boff

La pandemiaha mostrado una abismal desigualdad mundial y una cruel falta de solidaridad hacia las personas que no pueden mantener la distancia social ni dejar de trabajar porque entonces no tienen qué comer. Para ser concretos: no hemos abandonado aún el mundo de la barbarie: si ya la habíamos dejado, hemos vuelto ella. Nuestro mundo no se puede llamar civilizado cuando un ser humano no reconoce y acoge a otro ser humano, independientemente del dinero que lleva en el bolsillo o tiene depositado en el banco, o de su visión de mundo y su pertenencia religiosa. 

La civilizaciónsurge cuando los seres humanos se entienden iguales y deciden convivir pacíficamente. Si esto es así, estamos todavía en la antesala de la civilización y navegamos en plena barbarie. Este escenario es dominante en el mundo de hoy, agravado aún más por el ataque de la Covid-19. Él adquirió su más siniestra expresión mediante la cultura del capital, competitiva, poco solidaria, individualista, materialista y sin ninguna compasión con la naturaleza. En este contexto ultrajante dos alternativas pueden salvarnos: la solidaridad y el internacionalismo.

La solidaridadpertenece a la esencia de lo humano, pues si no hubiera habido un mínimo de solidaridad y de compasión, ninguno de nosotros estaría aquí hablando de estas cosas. Fue necesario que nuestras madres solidariamente nos acogieran, abrazaran, alimentaran y amaran para que podamos existir.

Sabemos por la bioantropología que por la solidaridad nuestros antepasados antropoides se volvieron humanos, y con esto, civilizados, cuando empezaron a traer comida al grupo, la repartieron solidariamente entre ellos y practicaron la comensalidad. Esta acción continúa todavía hoy, cuando muchos grupos, especialmente los Sin Tierra, se han mostrado solidarios distribuyendo decenas de toneladas de alimentos del campo y muchos centenares de marmitas para saciar el hambre de miles de personas en las calles y periferias de nuestras ciudades. 

«Parece obvio: si el problema es internacional, debería haber también una solución concertada internacionalmente. ¿Pero quién cuida de lo internacional?»

Cada país cuida de sí mismo como si no hubiese nada más allá de sus fronteras. Ocurre sin embargo que hemos inaugurado una fase nueva de la historia de la Tierra y de la Humanidad: la fase planetaria, la de la única Casa Común. Los virus no respetan las fronteras nacionales. La Covid-19 ha atacado a toda la Tierra y amenaza a todos los países sin excepción. Las soberanías se muestran obsoletas. ¿Qué hubiera sido de los mayores de Italia, gravemente infectados por la Covid-19, sin la solidaridad de Angela Merkel de Alemania que salvó a la gran mayoría? Pero eso fue una excepción para mostrar que es mediante la superación del nacionalismo envejecido en nombre del internacionalismo solidario como podremos encontrar un camino de salida a nuestra barbarie. En esa perspectiva consideramos inspiradora una categoría fundamental, venida de África. Mucho más pobre que nosotros, ella es más rica en solidaridad. Esta se expresa por la palabra Ubuntu, que significa: yo solo soy yo a través de ti.

Por lo tanto, el otro es esencial para que yo exista en cuanto humano y civilizado. Inspirado por Ubuntu, el recién-fallecido arzobispo anglicano, Desmond Tutu, encontró para Sudáfrica una clave para la reconciliación entre blancos y negros en la Comisión de la Verdad y de la Reconciliación.

Como ilustración de cómo el Ubuntu está enraizado en las culturas africanas, consideremos este pequeño testimonio:

Un viajante europeo y blanco se extasió con el hecho de que siendo más pobres que la mayoría, los africanos eran menos desiguales. Quiso saber el por qué. Ideó un test. Vio un grupo de chicos jugando futbol en un campo rodeado de árboles. Compró una hermosa cesta de variados frutos llenos de color y la puso en lo alto de una pequeña colina.

Llamó a los jóvenes y les dijo: “Allí arriba hay un cesta llena de sabrosos frutos. Vamos a hacer una apuesta, pónganse todos en fila y cuando dé la señal empiecen a correr. El primero que llegue arriba podrá coger la cesta y comer todo lo que quiera”.

Dio la señal de partida. Cosa curiosa: todos se dieron las manos y juntos corrieron hacia lo alto, donde estaba la cesta. Y empezaron a saborear solidariamente los frutos.El europeo, estupefacto, preguntó: ¿por qué hicieron eso? ¿no era que el primero que llegase podría comer todos los frutos él solo? 

Todos gritaron al unísono: ¡Ubuntu! ¡Ubuntu! Y un chico algo más mayor le explicó: “¿Cómo uno de nosotros podría ser feliz solo si todos los demás estuvieran tristes?” Y añadió: “Mi señor, la palabra Ubuntu significa eso para nosotros: “yo solo puedo ser yo por medio del otro”. “Sin el otro no soy nada y estaría siempre solo”. “Soy quien soy porque soy a través de los otros. Por eso repartimos todo entre nosotros, colaboramos unos con otros y así nadie se queda fuera y triste. Eso hicimos con su propuesta. Comemos todos juntos porque todos ganamos la carrera y juntos disfrutamos los buenos frutos que nos trajo. ¿Entendió ahora?”

Este pequeño relato es lo contrario de la cultura capitalista. Esta imagina que alguien es tanto más feliz cuanto más puede acumular individualmente y disfrutarlo solo. A causa de esta actitud reina la barbarie, y hay tanto egoísmo, falta de generosidad y ausencia de colaboración entre las personas. La alegría (falsa) es de pocos, al lado de la tristeza (verdadera) de muchos. Para vivir bien en nuestra cultura, muchos tienen que vivir mal. Sin embargo, por todas partes en la humanidad, están fermentando grupos y movimientos que ensayan vivir esa nueva civilización de la solidaridad entre los humanos y también con la naturaleza. Creemos que la construcción del Arca de Noé ha empezado. Ella podrá salvarnos si el Universo y el Creador nos conceden el tiempo necesario. Fuera de la solidaridad y el sentido internacionalista pereceremos en nuestra barbarie. 

Haití, un estado fallido

Haití ingobernable: corrupción, violencia y crisis humanitaria en un Estado fallido

Desde el asesinato del presidente Moïse en julio, el país caribeño sigue a la deriva, con un gobierno interino muy cuestionado, el auge de las pandillas criminales y la incompetencia de la comunidad internacional

CÉSAR G. CALERO

Al periodista haitiano Jean Dominique, azote de los poderosos, lo mataron el 3 de abril de 2000 a la puerta de la emisora de radio donde trabajaba en Puerto Príncipe. Había sido un feroz opositor a la dictadura de los Duvalier (1957-1986) y desde los micrófonos de Radio Haití-Inter también denunciaba la corrupción enquistada en las instituciones democráticas. A día de hoy todavía no se sabe quién lo mandó matar. Dos décadas después de ese crimen que conmocionó a Haití, nada parece haber cambiado en ese rincón del Caribe. La impunidad campa a sus anchas. El asesinato del presidente Jovenel Moïse en julio pasado ha dejado un país ingobernable, cada vez más empobrecido, víctima de las constantes rencillas entre la clase política y dominado por unas violentas pandillas que pretenden suplantar al Estado ante la incompetencia de la comunidad internacional.

Secuestros, asesinatos y extorsiones son el pan de cada día en Haití. El año pasado se registraron casi mil secuestros, entre ellos los de 55 extranjeros, según el Centro de Análisis e Investigaciones de Derechos Humanos de Haití (CARDH). El primer ministro, Ariel Henry, salía ileso de un atentado a principios de este mes. Desde el gobierno se acusa del ataque a bandas del crimen organizado. Apoyado en un primer momento por el denominado Core Group (EE.UU., Canadá y Francia, entre otros países), Henry ha ido perdiendo credibilidad desde que la justicia lo vinculara con el magnicidio. El fiscal Bedford Claude reveló en septiembre que Henry había hablado por teléfono horas después del atentado con uno de los principales sospechosos del caso, Joseph Badio, y pidió que se abriera una investigación al respecto. Para defenderse, el primer ministro pasó a la ofensiva y ordenó al ministro de Justicia, Rockefeller Vincent, que cesara al fiscal. Como Vincent no le hizo caso, Henry destituyó al ministro y despidió al fiscal de una tacada.

Hay cerca de medio centenar de personas arrestadas por el asesinato de Moïse, entre ellas 18 mercenarios colombianos y varios mandos policiales haitianos. Pero no se ha podido demostrar todavía quiénes fueron los autores intelectuales de un atentado que tiene muchos interrogantes sin resolver. Los miembros de la seguridad del mandatario no opusieron resistencia al comando armado que irrumpió en la residencia presidencial el 7 de julio. En una entrevista con The New York Times, Rodolphe Jaar, empresario ligado en el pasado al narcotráfico, ha admitido su colaboración en la trama. Según su relato, puso 130.000 dólares de su bolsillo, armas y una casa para albergar a los exmilitares colombianos.

Ahora que acaba de ser detenido en República Dominicana a petición de Estados Unidos, tal vez tenga tiempo para dar más explicaciones. Entre otras revelaciones, Jaar le contó al diario norteamericano que Badio le había hablado maravillas de Henry, un aliado político al que supuestamente tenía bajo su control. El plan inicial era deponer a Moïse pero no matarlo, de acuerdo con la declaración de Jaar, quien se habría unido a la confabulación después de que Badio le asegurara que los conspiradores contaban con el apoyo de Estados Unidos. Según esa hipótesis, Moïse, en el poder desde 2017, habría perdido el favor de Washington por su errática forma de gobernar.

El académico haitiano Laennec Hurbon, lamentaba ya en febrero de 2021 la «deriva autoritaria» de Moïse. En un artículo publicado en la revista Nueva Sociedad, Hurbon señalaba también la responsabilidad de la Casa Blanca: «La situación de Haití se caracteriza por una doble impostura: la de un presidente, Jovenel Moïse, que se declara aún presidente del país cuando su mandato (de cinco años) finalizó el 7 de febrero de 2021, y la de una comunidad internacional, representada esencialmente por Estados Unidos, que apoya el camino de una nueva dictadura en Haití (…) Los cuatro años de Moïse en la presidencia se distinguen por una serie de masacres perpetradas todas en bidonvilles de Puerto Príncipe». Moïse pretendía permanecer en el poder hasta febrero de 2022, bajo el argumento de que tardó un año en asumir el cargo debido a las irregularidades detectadas en los comicios de finales de 2015 y la repetición electoral un año después. En enero de 2020 disolvió el Parlamento y se negó a convocar elecciones legislativas.

Haití precisa de un consenso social y político previo a cualquier proceso electoral

Mientras la investigación del magnicidio continúa, Haití sigue tan inestable como siempre. El asesinato de Moïse provocó una dura pugna por el control del poder. Henry, un neurocirujano de 72 años que ya fue ministro del Interior en el gobierno de Michel Martelly (2011-2016), se impuso a sus rivales con la promesa de una reforma constitucional y una convocatoria electoral. No ha cumplido su palabra todavía, aunque se espera que lo haga a lo largo de este año.

En todo caso, Haití precisa de un consenso social y político previo a cualquier proceso electoral, y un mayor esfuerzo de la comunidad internacional para aliviar la grave crisis humanitaria que padece. Como si se tratara de una maldición bíblica, la tierra tembló otra vez un mes después del magnicidio. Aunque el terremoto del 14 de agosto no fue tan devastador como el de 2010 (en el que murieron unas 300.000 personas), hubo más de 2.000 muertos y 300 desaparecidos.

El poder de las pandillas

A la inestabilidad política se suma la cada vez más violenta presencia de las pandillas criminales en las calles de la capital. Hombres armados mataron hace diez días a dos periodistas que investigaban precisamente sobre las disputas entre bandas rivales en un barrio de Puerto Príncipe. Históricamente, el poder político se ha valido de esas pandillas, a las que ha formado y financiado con la ayuda de empresarios sin escrúpulos. Los sátrapas François y Jean-Claude Duvalier tenían como fuerza de choque a los tristemente célebres Tontons-Macoutes. Ya en democracia, Jean-Bertrand Aristide contó en sus diferentes mandatos con el fanatismo de los Chimères. Y Moïse también se apoyó en varias pandillas.

El informe anual de Human Rights Watch denuncia esa connivencia entre actores institucionales y un centenar de grupos armados. Pero esa dinámica podría estar cambiando. Organizaciones de Derechos Humanos de Haití alertan sobre la creciente independencia de las bandas, cuyo perfil va pareciéndose al de las maras centroamericanas. Un caso paradigmático es el de la G-9 an fanmi (G9 y familia, una alianza de nueve pandillas), comandada por el expolicía Jimmy Chérizier, alias Barbecue, y acusada de varias masacres. A mediados de septiembre, las pandillas pusieron en jaque al país al tomar varios puertos y hacerse con el control de los depósitos de combustible.

La encrucijada en la que se encuentra Haití no tiene visos de resolverse a medio plazo. Dos millones de haitianos (casi el 20% de la población) han emigrado en los últimos años. Para el 50% de los que se quedan, la lucha por la vida se libra con menos de dos dólares al día. No hay soluciones fáciles para el país caribeño, hundido en una recesión económica y castigado también por la pandemia. Un reciente informe del International Crisis Group sugiere que antes de embarcarse en un proceso electoral, Haití debería acometer sin más dilación reformas profundas con la ayuda de la comunidad internacional: “Los donantes y organismos extranjeros deben actuar de inmediato para respaldar reformas al poder judicial, a la policía y al sistema penitenciario, enfocadas en la lucha contra los delitos graves de alto impacto».

Jean Dominique era la voz de los que no tienen voz. Desde los micrófonos de Radio Haití-Inter les hablaba en créole a esos miles de haitianos que nacen y mueren en una bidonville. Pese a las amenazas de muerte recibidas, denunció hasta el último momento a políticos y empresarios corruptos. Soñaba con un Haití más justo, menos desigual. Casi veintidós años después de que silenciaran su voz, la corrupción, la violencia institucional y una pobreza secular son todavía las señas de identidad de un territorio ingobernable.

Funcionarios de prisiones

Los funcionarios de prisiones serán considerados agentes de la autoridad 
 

La Ley de Cuerpos prevé la creación de nuevas figuras laborales como la de guardia de libertad condicional y vigilada. 

Exterior de la Cárcel de Valdemoro (Madrid).  J. Hellín / EUROPA PRESS 

El ministro de Interior, Fernando Grande Marlaska, ha avanzado que la futura Ley de Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado prevé que los funcionarios de prisiones tengan la consideración de agentes de la autoridad, así como crear nuevas figuras laborales como la de agentes de libertad condicional

Durante su intervención en la inauguración de las Jornadas de Trabajo de directores de centros penitenciarios que tendrán lugar durante tres días en la ciudad de Cuenca, Marlaska ha asegurado además que los trabajos están orientados a poder sacar adelante esa normativa antes de que finalice esta legislatura. 

«Trabajamos para consensuar un texto integrador que ponga en a la dispersión normativa y modernice la estructura corporativa penitenciaria regulada por dos leyes preconstitucionales«, ha señalado Marlaska, quien ha mostrado su deseo de que el texto «se ajuste a la realidad actual y recoja las peculiaridades propias y exclusivas del personal funcionario penitenciario que no están adecuadas a la legislación aplicable a todos los colectivos funcionarios». 

Creará «puestos de trabajo inexistentes» pero imprescindibles en cuanto a medidas penales no privativas de libertad. 

Con todo, esta norma incluirá, además del reconocimiento como agente de la autoridad de los funcionarios, un refuerzo de la protección penal de los trabajadores, el reconocimiento de asistencia jurídica y la creación de «puestos de trabajo inexistentes pero imprescindibles en cuanto a medidas penales no privativas de libertad», como agentes de libertad condicional y vigilada. 

Balance positivo de la lucha contra la covid 

Marlaska ha recordado la irrupción del COVID-19 en marzo del año pasado, cuando se generó «un estado de alarma» en los centros penitenciarios, centros cerrados que se arriesgaban a una mayor propagación que en la calle
Hoy, ha dicho, se puede hacer una balance satisfactorio «gracias al trabajo realizado por todos los profesionales y gracias al comportamiento paciente de los internos y sus familias«. 
Gracias a este trabajo, el impacto en los centros penitenciarios «ha sido cuatro veces inferior al que ha tenido en la población general«, según sus datos, un balance «reconocido incluso por el Defensor del Pueblo» y por centros latinoamericanos que han pedido ayuda a España en este sentido. 
En este balance, en todo caso, no se ha olvidado de «todo el daño» sufrido en pandemia, tras lo que ha brindado un homenaje a los funcionarios e internos fallecidos por el coronavirus en los últimos 19 meses desde que se declarara la pandemia. 

Datos y estadísticas 

Ahora, estas jornadas de trabajo llegan en el momento «idóneo» para hacer este balance. Así, ha recordado algunos datos del último año y medio, con 2.724 reclusos menos –un 5,4% menos–; con un número de internos que cumplen condena en régimen abierto que ha pasado de 7.066 en marzo de 2020 a 7.813 en agosto de este año. 
Las medidas para evitar la propagación del virus generaron un número menor de fallecidos por consumo de drogas  

El porcentaje de condenados en régimen abierto ha crecido del 39% al 68% hasta los 4.600; y la apuesta por los talleres reeducativos telemáticos para condenados ya sirve para cumplir un total de 2.841 penas. 
Aunque en la primera fase de pandemia la actividad laboral quedó paralizada, «hoy se están recuperando los niveles prepandemia» con una media mensual de «más de 11.600 internos ocupados». 
Como último dato a destacar, ha señalado el ministro de Interior que las medidas adoptadas para frenar la propagación del virus generaron un número menor de fallecidos por consumo de estupefacientes en centros penitenciarios. 
 

Todas estas estadísticas deben ser analizadas, según Marlaska, quien ha pedido aprender y extraer las enseñanzas necesarias «para afrontar retos de futuro». La principal misión es «la reinserción de los internos» y devolver a la sociedad a los presos que pasan por los centros penitenciarios. 
Programa de delitos económicos 

Fernando Grande-Marlaska ha citado en su alocución algunas de las medidas implementadas en los últimos tiempos como el Programa de Delitos Económicos, «el primero de todo el mundo» en centros penitenciarios, y que da respuesta «al aumento detectado en los últimos años». 

Este programa se ha instaurado ya en doce centros penitenciarios y en cinco centros de reinserción, y en ellos participan 134 hombres y nueve mujeres, «cifras que crecerán al implantar este programa en centros donde todavía no ha llegado». 

Se han nombrado 65 médicos interinos nuevos desde 2018, aunque «todavía un problema» 

El programa de justicia restaurativa también ha sido citado por Marlaska, quien ha apuntado que se trata de diálogos restaurativos donde participan ya 1.079 personas condenadas. 
Por último, Marlaska ha hablado de avances en cuanto a la adopción de medidas sanitarias, como el nombramiento de 65 médicos interinos desde 2018, si bien existe todavía un problema para el que se trabaja en la búsqueda de soluciones. 
En este sentido, ha indicado que mientras llegan las soluciones se está diseñando un mecanismo de apoyo entre todos los médicos pertenecientes a instituciones penitenciarias para dar servicio telemático de apoyo entre los facultativos. 

Las cárceles españolas como referencia 

De su lado, el secretario general de Instituciones Penitenciarias, Ángel Luis Ortiz, ha agradecido «la presencia y trabajo» que todos los directores de centros han venido realizando durante «el atípico 2020 y durante estos meses de 2021″. «Nos podemos sentir orgullosos en la forma que estamos superando la pandemia», ha reivindicado Ortiz. 
«Agradecimientos todos los directores de centros han venido realizando durante  el atípico 2020 y durante estos meses de 2021» 

El secretario general también ha tenido palabras para los directores de la comunidad de Madrid, a quienes ha agradecido «superar la borrasca Filomena de una manera ejemplar». En esta línea no han faltado palabras de ánimo para el director del centro penitenciario de La Palma, quien no ha podido asistir a esta reunión por la cancelación de vuelos en la isla, a quien le ha mandado un mensaje de apoyo con la ovación del público que estaba en la sala. 

Del mismo modo, ha alabado el trabajo de todos los directores de prisiones presentes, ya que, a su juicio, «tanto vuestro trabajo como el de los compañeros hace que la administración penitenciaria de España siga siendo referente en muchos países», por lo que ha visto «importante» que en reuniones como esta «se puedan poner en común experiencias e inquietudes, que tendrán el reconocimiento de quien dirige la política penitenciaria» 

El 22 de abril, una fecha clave para el alcalde 

El alcalde de Cuenca, Darío Dolz, ha indicado que el 22 de abril lo va a tener siempre guardado en la memoria, ya que ese fue el día en que el secretario general de Instituciones Penitenciarias anunció en el Congreso de los Diputados que Cuenca era la ciudad elegida para ser la sede del C 

Del mismo modo, ha clasificado estas jornadas como «muy intensas», y ha esperado que los directores de prisiones disfruten de la ciudad y que esta primera reunión de directores se repita periódicamente en la ciudad de Cuenca. 
Por último, ha subrayado que la ciudad de las Casas Colgadas está «ya preparada» para albergar a los primeros funcionarios de prisiones, que empezarán a llegar a partir del mes de marzo de 2022 en dos tandas de 450 alumnos cada una. Esta primera promoción se formará en el campus de Cuenca de la Universidad de Castilla-La Mancha