Elecciones europeas

La HOAC ante las elecciones europeas: “Hacen falta cambios profundos para estar al servicio de las personas”

“Hace casi diez años, en un discurso ante el Parlamento Europeo, el papa Francisco planteó la necesidad de construir juntos una Europa que no gire en torno a la economía sino a la dignidad de la persona”, recuerda la Hermandad Obrera de Acción Católica

Urnas, elecciones

Ante la inminencia de las próximas elecciones al Parlamento Europeo, la Hermandad Obrera de Acción Católica ha hecho público un comunicado en el que advierte que la Unión Europea “debe avanzar en cuidar una vida digna para las personas” y que esta se enfrenta a “graves amenazas” como “el predominio del economicismo que pone en la práctica la rentabilidad económica por encima de los derechos laborales”, la “amenaza de políticas neoliberales de la mal llamada ‘austeridad’”, la “desafección política que permiten esas políticas neoliberales”, el “auge de la extrema derecha”, y la “legitimación de la guerra y del aumento del gasto militar”.

“Hace casi diez años, en un discurso ante el Parlamento Europeo, el papa Francisco planteó la necesidad de construir juntos una Europa que no gire en torno a la economía sino a la dignidad de la persona y la consecuente defensa y promoción de los derechos humanos”, recuerda la HOAC. En ese sentido, subraya que “entendemos que lo que planteó entonces el papa Francisco es central para las elecciones al Parlamento Europeo del próximo mes de junio. Una composición u otra del Parlamento Europeo puede ayudar a avanzar en esa dirección o a entorpecerlo”.

Así, subraya que elegir un buen Parlamento Europeo “va a permitir contar con leyes que nos afectan directamente, como las aprobadas últimamente sobre regulación del trabajo en plataformas digitales, la de igualdad de género en el empleo, sobre el de tiempo de trabajo, trabajadores temporales, o desplazamiento de trabajadores”.

Cuidar a las personas cuidando el trabajo

“La Unión Europea necesita cambios profundos para estar al servicio de las personas”. Por eso, consideran “que es necesario valorar particularmente si plantean o no propuestas para avanzar en aspectos”, como puede ser la “promoción de los derechos laborales y sociales de las personas” o la puesta en marcha de “políticas fiscales más justas y progresivas que permitan disponer de los recursos necesarios para atender debidamente las necesidades sociales”.

Asimismo la HOAC reclama que se “combatan las desigualdades para garantizar a todas las personas y familias condiciones dignas de vida, la igualdad entre hombres y mujeres, combatir las violencias contra las mujeres”, políticas “decididas” para cuidar el planeta, políticas migratorias “mucho más humanas”, políticas “mucho más consistentes de solidaridad con los países empobrecidos”, detener el militarismo, profundizar en la democracia y fomentar la “educación en los valores humanistas”.

“Junto a lo anterior, como organización de trabajadores y trabajadoras cristianos, consideramos que para combatir las desigualdades, luchar contra el empobrecimiento y cuidar la vida es esencial cuidar el trabajo”, finaliza la HOAC.

El diaconado femenino

La Iglesia en Austria pide de forma mayoritaria al Sínodo que se apruebe el diaconado femenino

La base del informe de Austria son los comentarios de las diócesis sobre el informe de síntesis del Vaticano del Sínodo de otoño de 2023

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La posición de la mujer en la Iglesia, una orientación misionera de la Iglesia y una mayor participación: estos tres temas son prioridades que la Iglesia en Austria ha expresado, de cara a la próxima asamblea del Sínodo –que tendrá lugar en Roma el próximo mes de octubre–, en el informe de Austria publicado ayer, miércoles, y enviado a la Secretaría del Sínodo en el Vaticano.

En el informe, tal como recoge Katholisch, se muestra máxima prioridad de la Iglesia austriaca, “para ser una iglesia creíble” es el tema de “las mujeres en la vida de la iglesia”. De hecho, las diócesis mencionaron ocasionalmente el sacerdocio femenino. Sin embargo, existe una fuerte mayoría de votos, incluidas instrucciones diocesanas, a favor de la admisión de mujeres al diaconado.

La base del informe de Austria son los comentarios de las diócesis sobre el informe de síntesis del Vaticano del Sínodo mundial de otoño de 2023. El informe del sínodo de la primera asamblea general del Sínodo de los Obispos de octubre de 2023, junto con los informes nacionales presentados ahora por en todo el mundo, constituye la base de este documento de trabajo (“Instrumentum Laboris”) que el Vaticano aún debe desarrollar. Se espera para los próximos meses y es el punto de partida de la segunda y última asamblea general del Sínodo de los Obispos en octubre en el Vaticano.

El papel de las familias

“Se considera críticamente la atención a la familia como tema central de la misión como ‘columna vertebral de la Iglesia’”. En los países de habla alemana, la iglesia ya no es sostenida exclusivamente por familias, sino cada vez más también por comunidades y congregaciones interfamiliares”, añade la Iglesia austriaca.

“La coexistencia entre sacerdotes y laicos y una participación equitativa en la vida de la Iglesia se consideran esenciales para la credibilidad de la iglesia”, asevera el informe. 

Cura diocesano

Soy cura diocesano de esta manera

Soy cura diocesano

Soy cura diocesano Jose Moreno Losada

Recuerdo cómo  hace más de treinta años comenzamos -con mi compañero y referente Ricardo- a usar el tiempo de verano para ir a Jaen (Perú), al seminario que regentaban los jesuitas en aquel vicariato de sanJosé, al que acudían seminaristas de cinco jurisdicciones eclesiásticas, algunas de ellas de la selva. El Rector, Rolando, nos explicaba que tenía mucho interés en que fueramos nosotros, porque así los seminaristas contemplaban a sacerdotes diocesanos -lo que ellos iban a ser- que estaban preparados para dar clases y para escribir sobre temas teológicos y pastorales. Era bueno que vieran que no era sólo cosa  de jesuitas, que también la pastoral diocesana necesitaba de esa formación y preparación. También ellos debería ocupar cargos ministeriales y episcopales. Algunos de esos alumnos hoy son compañeros míos en el presbiterio de Badajoz. Ahora cuando cuando llega este tramo de vida ministerial, cuando ya va siendo más que mediodia vital,  quiero recoger lo que es mi figura como cura diocesano y lo que me ha llevado a ella. Hay modos distintos y complementarios de ser curas en una diócesis respondiendo a necesidades y formándose para ellas. Todas importantes y necesarias, además interconectadas.

12.05.2024 | José Moreno Losada

Soy cura diocesano, a mi (tu) manera

En Mayo, los curas diocesanos españoles celebramos la festividad de San Juan de Ávila, nuestro patrón. Su riqueza doctrinal y personal es de una referencia clara en la verdad y lo propio de nuestro ministerio. Aprovecho la jornada celebrativa, lejos –sólo físicamente- de mi presbiterio que se reunió para celebrarlo en Mérida, y reflexiono sobre el cura que soy y el proyecto pastoral y ministerial al que me debo, tras más de cuarenta años de ejercicio sacerdotal, Cuando ya todo son canas y sin embargo me siento principiante, gracias a Dios.

A lo largo de este año de profundización en Madrid, que no de ruptura, voy leyendo creyentemente el proceso de mi vida de fe y lo que ha sido la vivencia del ministerio a lo largo de estas décadas. Eso ha hecho que mirara al comienzo y me detuviera en los ideales que habitaban dentro de mí cuando recibí las órdenes sagradas, siendo todavía un joven de 23 años, un mocoso eclesial con aires de maestro y de pastor, es un decir nada más.

El sacerdote que yo quería ser en aquellos momentos de utopía y de ilusión era algo sencillo y fundamental, más o menos lo podría sintetizar de esta manera:

Deseaba ser:

-Un hombre de Dios y del pueblo.

– Persona del evangelio y de la vida.

– Seguidor de Jesús, en su modo de vivir, deseo ser como él.

– Obediente y diocesano. Compañero verdadero en el presbiterio.

– Un trabajador en equipo apostólico, unidos, comprometidos, proyectados, con capacidad para ver, juzgar y actuar.

– Suelto de la familia y libre para la comunidad.

– Sujeto cercano a la gente, en medio de ellos, sintiendo con los pobres.

– Un sacerdote abierto y creativo, esperanzado y transformador, orante y activo. Celebrante de la vida.

Caminé en mis primeros años con la alegría, el ardor y la ilusión de lo nuevo, gozoso y me sentía descubridor, con tintes de conquistador, hasta que se me fueron abriendo los ojos. Trabajé con celo y entrega radical, a lo loco. Y ahí fue cuando me llamaron para que profundizara en estudios en Salamanca, el bienio teológico y doctorado. Iba para un quinquenio, pero a los dos años el obispo me pidió que volviera a la diócesis, porque me necesitaba en el seminario como formador y profesor. Fueron dos años, pero ahí está el germen de un modo de ser cura que nunca imaginé ni deseé, adentrándome en la teología y la docencia, aunque sin perder nunca el sentido comunitario, diocesano y parroquial.  Alguien me decía en estos días, que esa decisión del obispo, con mi obediencia, se convirtió en un punto de inflexión en mi vida. Yo digo de broma que allí me dieron un barniz que todavía me dura.

He vivido mi ministerio desde la secularidad en conexión con el mundo universitario, cultural, y desde ahí he sentido lo universal y he realizado tareas que no suelen ser la normales en un quehacer común del ministerio en los ámbitos parroquiales, sin dejar nunca de tener contacto con ellos. Ha sido el lugar y el proceso de una vivencia ministerial que me ha ligado con la iglesia, la sociedad, el mundo, la humanidad de una forma rica y plural, plenificante, aunque a veces nada fácil y con cierta soledad institucional.

He tenido conexión con la cultura, los artistas, los profesores, los jóvenes estudiantes, con Latinoamérica, con ONGs, con asociaciones, editoriales y escritores, con los movimientos apostólicos, con la conferencia episcopal, con las consiliarias de Acción católica y todos sus movimientos, con las redes y los medios de comunicación social, con creyentes y no creyentes, con cristianos de distintas iglesias y seguidores de otras religiones, con obreros y empresarios, con políticos e inmigrantes, coros y cantantes, barrenderos y hostelería… y todos ellos me han hecho sacerdote y han enriquecido mi ministerio.

Me satisface que todos estos puntos de encuentro han ido enredando mi vida y construyendo esa red de comunidad eclesial que no está tocada por fronteras y limites, por leyes ampliadas y desmenuzadas, sino por el espíritu siempre con referencia comunitaria de una institución que hunde sus raíces en el evangelio, en el cuerpo apostólico y sobre todo en la roca inconmovible que es Jesús como buena nueva que no se acaba y que se manifiesta creativa y libre en la acción del Espíritu de la resurrección.

La vivencia de todos estos años ha estado marcada sorprendentemente no por mi perfección, sino por mi debilidad y mis fallos, pero con la voluntad suscitada por el espíritu de Jesús de vivir en la compasión y en la misericordia. Me he confundido, caído, herido, he hecho daño, quizá empujé cuando no debía y no callé cuando debía hacer silencio… pero siempre venció el perdón y el deseo de rehacerme, levantarme, convertirme y seguir caminando, sin aceptar que todo había sido en vano. Fui descubriendo que la fuerza de Dios se realiza en la debilidad, también de Pepe Moreno.

Y, sobre todo, que la gracia de Dios ha sobreabundado de una manera inimaginable en mi vida personal, sacerdotal, familiar y comunitaria. Lo digo en serio si me pongo a contemplar desde el Espíritu mi vida, tengo que confesar que, aunque no me lo crea, soy el hombre y el cura más feliz del mundo. Estoy convencido que esto lo podemos sentir, y estamos llamados a que así sea, todos los sacerdotes diocesanos si logramos la mirada el Padre en nuestro corazón y no dejamos definir por él más que por nosotros mismos.

Ahora toca vivir el presente con todo lo recibido y agradeciendo la manera de ser cura que Dios nos ha ido dando y regalando a cada uno en su multiforme gracia para el envío apostólico de servir y ser para los demás y con ellos. Gracias por hacerme cura diocesano, nunca he querido ni quiero ser otra cosa,  y regalarme tanto en esta vasija de barro tan pequeña y tan rota.

La Buena Noticia del Dgo. de Pentecostés

Pentecostés: la fiesta del Espíritu

El Espíritu Santo os recordará todo lo que os he enseñado
El Espíritu Santo os recordará todo lo que os he enseñado

Jn 20, 19-23

Se llenaron todos del Espíritu Santo

Pentecostés es la fiesta del Espíritu. El que anunciaron los profetas. El que dio vida y empuje a la primera Iglesia para que llevara a todos los pueblos la gran noticia de Jesús.

El Espíritu de Dios puede estar en todas partes y se manifiesta en los «signos de los tiempos», es decir, en todo aquello que hay de verdad, de vida y de amor para una mejor realización humana. Sin embargo los cristianos creemos  que el Espíritu Santo continúa la obra de Jesús especialmente a través de la Iglesia.

Es la fidelidad de los cristianos a esta acción la que puede hacer más fecundo el camino de toda la humanidad. El Espíritu Santo es la fuerza que abre caminos, que nos impulsa siempre más allá. El Espíritu es el que hace posible la historia de la humanidad.

ALIENTO DE VIDA

Los hebreos se hacían una idea muy bella y real del misterio de la vida. Así describe la creación del hombre un viejo relato, muchos siglos anterior a Cristo: «El Señor Dios modeló al hombre del barro de la tierra. Luego sopló en su nariz aliento de vida. Y así el hombre se convirtió en un [ser] viviente».

Es lo que dice la experiencia. El ser humano es barro. En cualquier momento se puede desmoronar. ¿Cómo caminar con pies de barro? ¿Cómo mirar la vida con ojos de barro? ¿Cómo amar con corazón de barro? Sin embargo, este barro ¡vive! En su interior hay un aliento que le hace vivir. Es el Aliento de Dios. Su Espíritu vivificador.

Al final de su evangelio, Juan ha descrito una escena grandiosa. Es el momento culminante de Jesús resucitado. Según su relato, el nacimiento de la Iglesia es una «nueva creación». Al enviar a sus discípulos, Jesús «sopla su aliento sobre ellos y les dice: Recibid el Espíritu Santo».

Sin el Espíritu de Jesús, la Iglesia es barro sin vida: una comunidad incapaz de introducir esperanza, consuelo y vida en el mundo. Puede pronunciar palabras sublimes sin comunicar el aliento de Dios a los corazones. Puede hablar con seguridad y firmeza sin afianzar la fe de las personas. ¿De dónde va a sacar esperanza si no es del aliento de Jesús? ¿Cómo va a defenderse de la muerte sin el Espíritu del Resucitado?

Sin el Espíritu creador de Jesús podemos terminar viviendo en una Iglesia que se cierra a toda renovación: no está permitido soñar en grandes novedades; lo más seguro es una religión estática y controlada, que cambie lo menos posible; lo que hemos recibido de otros tiempos es también lo mejor para los nuestros; nuestras generaciones han de celebrar su fe vacilante con el lenguaje y los ritos de hace muchos siglos. Los caminos están marcados. No hay que preguntarse por qué.

¿Cómo no gritar con fuerza: «¡Ven, Espíritu Santo! Ven a tu Iglesia. Ven a liberarnos del miedo, la mediocridad y la falta de fe en tu fuerza creadora»? No hemos de mirar a otros. Hemos de abrir cada uno nuestro propio corazón.

José Antonio Pagola

Testigos de la Palabra

Christian-Chergé y 6 compañeros, Beatos

El 21 de mayo de 1996, en Argelia, eran brutalmente asesinados siete monjes trapenses del monasterio de Nuestra Señora del Atlas en Tibhirine; eran franceses y se dedicaban a la oración y al trabajo en los campos. Se habían rehusado a colaborar con los guerrilleros islamistas a los que llamaban “los hermanos de la montaña” y habían organizado en la zona un grupo de oración y diálogo entre cristianos y musulmanes, apodado “Vínculo de paz”.

Cuando los grupos extremistas de la guerrilla exigieron que todos los extranjeros salieran del país, ellos se negaron por fidelidad a la gente del lugar, que los apreciaba y los quería. La casi totalidad de las misioneras y misioneros extranjeros presentes en Argelia hicieron lo mismo. Los monjes de Tibhirine fueron los chivos expiatorios. El más joven de los monjes tenía 45 años y el más anciano 82; fueron secuestrados el 27 de marzo de 1996. Exactamente dos meses después del secuestro, se supo la terrible noticia: los monjes del Atlas habían sido decapitados el 21 de mayo por los guerrilleros fundamentalistas.

Nueve días después fueron hallados sus cuerpos y por la insistencia del abad general trapense, el argentino dom Bernardo Olivera, fueron sepultados en el pequeño cementerio del monasterio, ahora sin monjes. Fue para respetar la voluntad de los mártires porque ellos habían querido quedarse para siempre en esa tierra. Con ellos también fue sepultado el famoso card. León Duval de Argel que murió en esos mismos días a los 92 años. Había dicho antes de morir: “He sido crucificado yo también con estos mis hermanos”. En Francia, por primera vez desde la muerte del Papa Juan XXIII, todos los templos católicos (alrededor de 40 mil) hicieron repicar las campanas al mismo tiempo como signo de luto. En la plaza de los Derechos Humanos en París se reunieron más de 10 mil personas, todos con una flor blanca en las manos. En la catedral de París el arzobispo Lustiger apagó siete grandes cirios, uno por cada monje.

Ellos, desde las montañas del Atlas, en el silencio y el servicio humilde a las poblaciones, habían optado por la no violencia y el diálogo con los hermanos musulmanes. El monasterio en estas últimas décadas se despojó de sus bienes donando casi toda su tierra al Estado, compartiendo su jardín con el pueblo vecino.

Fueron un ejemplo frente a lo que hoy es el dramático choque entre opuestos fundamentalismos sea del Islam como de occidente. El ejército les había ofrecido protección; no la quisieron. El nuncio, frente a las repetidas amenazas, les había ofrecido su casa en Túnez; optaron por quedarse. En su testamento espiritual, el prior Christian-Marie Chergé ya dos años antes había previsto el martirio y dejaba constancia de su respeto a la fe islámica, de su amor al pueblo argelino, de su perdón “al amigo del último momento que no habrá sabido lo que hacía” augurándose poder reencontrarlo un día cerca de Dios, “padre de ambos”.

Efectivamente la gente sencilla de Tibhirine los acompañaba y el grupo “Vínculo de paz” (Ribat es-Salám) sigue todavía ahora. Diez años después de los sucesos, no ha desaparecido nada del monasterio: todo ha sido respetado. El testamento del anciano y simpático hermano Luc (82 años), médico del dispensario, simplemente era una cassette con una canción de Edith Piaf: “No, no añoro nada”.

Son entrañables los últimos versos del padre Christophe: “Soy Suyo y sobre Sus pasos sigo mi camino hacia la Pascua.. La llama parpadea, la luz se debilita…Puedo morir. Aquí estoy”.

El papa San Juan Pablo II exigió el “nunca más” para estos horribles delitos y al mismo tiempo señaló emocionado “el testimonio de amor de estos hermanos para ese pueblo con el que ellos se habían hecho solidarios”. Fue en nombre de ese pueblo dolorido y masivamente presente en los funerales de Tibhirine que se acercó para darle los pésames a dom Olivera un musulmán; y en nombre de todos simplemente le dijo: “También eran nuestros hermanos”.

Fiestas patronales de El Acebrón

Nuestro Señor de la Misericordia que nos amó hasta el extremo                de dar su vida por nosotros

 Bienvenidos todos a la celebración de la fiesta del Cristo de la Misericordia, todos los vecinos y vecinas de El Acebrón y de todos los pueblos vecinos que llegáis estos días siguiendo una tradición de muchos años.

Todos nos queremos poner a los pies de la imagen tan venerada del Señor de las Misericordias para contemplar este misterio de amor tan grande del que dio la vida por nosotros y así demostró el amor que nos tiene, pues “no hay amor más grande que el dar la vida por los amigos”.

Bien sabemos que esta devoción al Cristo de la Misericordia no se puede quedar en algo folclórico, pues Jesucristo es el centro de nuestra fe y vivir esta espiritualidad cristiana es algo fundamental para los que queremos ser discípulos de Jesús, quien no quiso quedarse arriba junto a Dios, sino que se abajó haciéndose como uno de nosotros, e incluso hasta morir como un esclavo por amor a todos nosotros.

Desde la cruz, suplicio para los enemigos del imperio romano, Jesús nos ama y nos perdona a todos invitándonos a seguirle, viviendo ese amor a los pequeños y abandonados, todos los que sufren y están crucificados.       Allí encontraremos la alegría y la felicidad al encontrarnos con El y con su misericordia, con la tarea de “bajar de la cruz a todos los crucificados de la historia”, como diría Ignacio Ellacuría, mártir jesuíta de El Salvador.

Que el Señor de la Misericordia os bendiga a todos y os llene de su Espíritu de amor y de Paz en este día de Pentecostés. ¡Felices Fiestas a todos!

Daniel Sánchez Barbero

Celebración en las casas

PENTECOSTÉS 20- A.

Ambientación (Quien anime o coordine la celebración):

Hoy es la fiesta de Pentecostés, una de las fiestas más bonitas del cristianismo aunque mucha gente no sabe valorarla. Y ¿por qué es una fiesta tan grande y tan bonita? Pues es una fiesta tan grande y tan bonita porque hoy celebramos que el Espíritu de Dios viene a nosotros como vino sobre los primeros cristianos y los cambió totalmente. Los cambió. El evangelio de San Juan dice que Jesús les había avisado de que les iba a enviar el Espíritu Santo. Pues esa promesa se cumplió y vino el  Espíritu Santo sobre ellos. Y desde ese momento empezó algo nuevo en la vida de aquellas gentes. Algo nuevo. Pues de eso nuevo quiero yo hablaros en esta misa. Bienvenidos todos. Que os sintáis a gusto y que disfrutéis.
Comenzamos: En el nombre del P.
Saludo: Que el Espíritu de Dios venga sobre  vosotros.
Perdón. -Para que el Espíritu de Dios inunde nuestra vida. Señor, ten piedad
-Para el Espíritu de Dios dibuje en nosotros los rasgos bonitos de Jesús. Cristo ten piedad.
-Para que el Espíritu de Dios nos haga personas nuevas. Señor, ten piedad.
Oración de los fieles.
A Jesús que nos envía  su Espíritu, le presentamos ahora nuestras pobrezas pidiéndole: Señor: envíanos tu Espíritu.
-Por la iglesia de Dios de la que todos nosotros formamos parte, para que nos dejemos guiar por el Espíritu de Dios. Oremos.
-Por los que somos seguidores de Jesús, para que llevemos en nuestra vida los rasgos bonitos de Jesús. Oremos.
-Por los pobres, por los refugiados y por todas las víctimas del coronavirus, para que sientan sobre ellos el cariño de Dios. Oremos.
-Por nuestro pueblo y por nuestra parroquia, para que el Espíritu de Dios nos guie a todos para ser buenas personas. Oremos
Ven, Espíritu Santo: llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Por J.N S.
Bendición: -Dios nuestro Padre que en este día alegró el corazón de los primeros cristianos enviándoles su Espíritu, que hoy alegre también nuestros corazones y nos colme de sus bendiciones. Amén.
-Que el mismo Fuego Divino que purificó el alma de los primeros cristianos, que purifique e ilumine hoy también nuestras vidas. Amén.
-Que el Espíritu de Dios que congregó en una misma fe a los que había dividido el pecado, que a nosotros también nos reúna en nuestra parroquia como a los hijos de una misma  familia. Amén.
-Y la bendición de Dios……
 Despedida. Hoy, con esta fiesta tan grande, hemos terminado el tiempo de Pascua. Desde hoy apagaremos el Cirio Pascual, usaremos el color verde en las misas, y empezaremos una etapa en la que el Espíritu de Dios va haciendo nueva nuestra vida. Feliz fiesta de Pentecostés. Que la disfrutéis. Podéis ir en paz.

PENTECOSTÉS -20- A.
«Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo. Recibid el Espíritu Santo»
Dice la primera lectura que, estando todos juntos en el día de Pentecostés, se oyó un ruido como de un viento recio y que los discípulos quedaron todos llenos del Espíritu Santo. Parece que en aquel momento se produjo una especie de conmoción muy fuerte, inefable y llena de gozo que removió la vida de aquellas personas. La removió. Estas cosas las hemos leído muchas veces en el libro de los Hechos de los Apóstoles. Pero el evangelio de hoy cuenta la venida del Espíritu Santo de otra manera muy distinta. Era el domingo de resurrección por la tarde. Dice el evangelio que ese día Jesús se apareció a sus amigos, que les enseñó las llagas de las manos y del costado, que todos se pusieron contentísimos y que entonces Jesús les dijo: “Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo”. Fijaos en esa frase. Como si les dijera: la misma tarea que me encomendó a mí el Padre, esa misma tarea os la encomiendo yo a vosotros. Y entonces dice el evangelio que Jesús hizo un gesto extrañísimo: exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: “Recibid el Espíritu Santo”. Fijaos en ese gesto: Jesús echándoles su aliento. Pues ese gesto tan extraño tiene un significado muy bonito porque en hebreo la palabra Aliento significaba Espíritu. Es decir: Jesús les trasmitía su Espíritu. Y ¿qué pasó entonces? Pues el evangelio ya no lo cuenta, pero el libro de los Hechos de los Apóstoles sí dice que se oyó un ruido muy fuerte, que recibieron el Espíritu Santo en forma de lenguas de fuego y que salieron a la calle emocionados y como locos. La gente decía que estaban borrachos. Es decir: la gente también veía algo raro en ellos. Ahora nos preguntamos: esas cosas tan bonitas ¿pasaron entonces y ya no pasan nunca más? O ¿pueden pasar también ahora? ¿Podemos recibir nosotros el Espíritu de Dios? Pues claro que podemos. Si le dejamos, el Espíritu de Dios viene a nuestra vida y produce en nosotros un cambio tan grande que empezaremos a traslucir en nuestra vida los rasgos bonitos de Jesús. Después de aquella experiencia, los cristianos dieron un giro enorme a sus vidas: se fueron haciendo cada vez más sencillos, más luchadores, más cariñosos, más valientes, más misioneros. Pedro salió a predicar y sus palabras ya no eran las de un pescador. Y empezaron a vivir de otra manera: formaban comunidades, cuidaban de los pobres y llevaban en el alma los mismos sueños bonitos de Jesús. Ya han pasado casi dos mil años desde eso. ¿También ahora el Espíritu sigue haciendo esas cosas? Pues claro. Ahora nos podemos encontrar con personas majísimas, encantadoras, con las que da gusto estar, sencillas, capaces de desvivirse por los demás, que irradian paz, que llevan en su vida el estilo de Jesús. Eso es lo que hace el Espíritu de Dios si le dejamos. Pues si hoy sentimos algo de eso en el corazón, es que el Espíritu de Dios ya ha entrado en nuestra vida y está haciendo sus cosas bonitas en nosotros. Feliz fiesta de Pentecostés.

Día de las encíclicas sociales

Obispos de América Latina celebrarán el ‘Día de las encíclicas sociales’

El Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam) ha preparado un seminario virtual por los 133 años de ‘Rerum novarum’ de León XIII

‘Rerum novarum’ (1891), la encíclica promulgada por el papa León XIII (1878-1903) que aborda la cuestión social de los trabajadores en pleno auge de la Revolución Industrial cumple 133 años este 15 de mayo.

Por ello, el Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam) ha preparado un seminario virtual para celebrar lo que han denominado – adoptado así por muchos – el Día de las encíclicas sociales.

Será un espacio virtual pensado en dos tandas: 15 y 16 de mayo de 2024, a las 18:00 horas de Colombia a través de su canal de YouTube Celam TV.

Realidad de América Latina

Podría decirse que Rerum novarum (1891) marca un precedente de la doctrina o pensamiento social de la Iglesia y “es considerada también el primer documento de la doctrina social de la Iglesia y es un paso enorme para fundamentar la acción principalmente de los laicos, testimoniando su fe en la vida de la sociedad”. Así ha planteado Guillermo Sandoval, director del Centro de Gestión del Conocimiento del Celam.

Por lo que este espacio virtual será para “juntarnos a reflexionar sobre la situación de Latinoamérica y el Caribe tanto desde la perspectiva de las ciencias sociales cuanto desde la mirada eclesial”.

Justamente a un año del 3. er de Congreso de doctrina social de la Iglesia, el Celam sentar bases claras en torno a la doctrina social de la Iglesia que no es una disciplina económica o política, ni una tercera vía ante el capitalismo o socialismo, quienes piensan así “caen en un error”.

“No es ese el propósito de la doctrina social de la Iglesia. Nuestra mirada es trascendente y por ello supera esa dicotomía. Observa la realidad del ser humano, como hijo adoptivo de Dios”, precisó.

En este sentido, “debemos ir más allá de las ideologías y ofrecer un camino distinto: es sentir y avanzar en la construcción del Reino de Dios en medio de la sociedad. No es una teoría política, ni es una teoría económica. Pero, ciertamente, puede inspirarlas”.

Fundamentados en Jesús

Sandoval detalló que en el seminario virtual abordarán distintos tópicos: cuidado de la casa común, sinodalidad, dignidad humana, en especial, fundamentarán todo en las enseñanzas del propio Jesús, porque “nada de lo que aflige o alegra la persona humana es ajeno al corazón de Cristo”.

Además informó que durante la transmisión se facilitará el acceso a las memorias escritas y vídeos del 3.er  Congreso de doctrina social para “usarlos pastoralmente”, mientras que se presentará la versión popular de Laudate deum.

Sobre esto último detalló que se trata de una publicación en conjunto con la Comisión Episcopal de Acción Social (CEAS) del Episcopado peruano. “Es un libro pequeño, con ilustraciones y preguntas para el trabajo en nuestras comunidades de base, en parroquias y en diversas formas de catequesis social”, dijo.

Anunció que del 8 al 11 de agosto, el Celam tiene previsto realizar un Congreso Teológico Sinodal, en su sede de Bogotá. Se espera que participen 150 personas en modo presencial, como también podrán seguirlo por las redes sociales y los canales del Celam. Para inscribirse, aquí.

La Iglesia sinodal en España

Vícente Jiménez: “Hay que sacar a la Iglesia de la mediocridad, de la tibieza y la rutina”

El arzobispo emérito de Zaragoza, coordinador del Equipo sinodal español, abre la asamblea preparatoria para la segunda vuelta del Sínodo de la Sinodalidad

samblea sinodal celebrada en la Conferencia Episcopal Española en mayo de 2024

Para Vicente Jiménez, “la gran batalla es la que sostiene el Señor con su Iglesia para sacarla de la mediocridad, de la tibieza y de la rutina”. Así lo expresó esta mañana el arzobispo emérito de Zaragoza, administrador apostólico de Huesca y Jaca, y coordinador del Equipo Sinodal de la Conferencia Episcopal Española.

El prelado fue el responsable de abrir la Asamblea Sinodal celebrada hoy en Madrid para reflexionar sobre las aportaciones que la Iglesia española enviará a Roma con la vista puesta en la segunda vuelta del Sínodo de la Sinodalidad que se celebrará en otoño.

Junto a Jiménez, estuvieron en el encuentro el presidente del Episcopado y arzobispo de Valladolid, Luis Argüello; el cardenal de Barcelona, Juan José Omella; el secretario general de los obispos, César García Magán; así como los arzobispos de Zaragoza y Tarragona, y los obispos de Solsona y León.

El Espíritu presente

“Sin el Espíritu Santo, no habrá Sínodo”, sentenció Jiménez, convencido de que “caminar juntos” es un elemento “constitutivo de la Iglesia”. En este sentido, recordó que la evangelización es “motor de la misión en la Iglesia”, para “avanzar en el camino de Jesús siguiendo sus huellas” con el fin de ser “discípulos misioneros”.

Sobre el encuentro celebrado esta mañana, señaló que la asamblea no es “ estrategia pastoral”, sino que “ha de ser una experiencia pastoral de encuentro con el Señor”. “Es un momento de gracia en el que el Señor pasa por nuestras Iglesias”, apuntó.  Así, invito a los presentes que sean capaces de “abrir caminos de futuro y rutas de renovada esperanza”.  “Las inercias son grandes”, lamentó sobre el “siempre se ha hecho así”, aunque también apunto que se ven “luces” de esperanza en el camino sinodal.

“Todo el proceso sinodal tenemos que vivirlo como un kairós, como un momento de gracia, del paso del Señor por nuestras vidas”, apreció después el sacerdote Luis Manuel Romero, secretario del Equipo Sinodal de la Conferencia Episcopal Española. “Hay ciertas inercias que cuesta cambiar”, admitió el presbítero, que invitó a los participantes de la asamblea a ver “los brotes verdes que están dejándose ver en nuestra Iglesia”.

La oración

Lidia Maggi: “Rezar significa hablar con Dios como una persona”

La teóloga y pastora bautista ofrece su visión sobre el sentido de la oración

Lidia Maggi es teóloga y pastora bautista. Su ministerio, su vocación, es dar a conocer la Escritura. Proviene de un entorno familiar difícil. Creció en un orfanato bautista donde encontró un “hogar” y una educación religiosa, basada en la palabra de Dios y el canto. Cuando era niña quería ser la esposa de un misionero y luego se dio cuenta de que ella también podía ser misionera. Y se casó con un pastor, quien a su vez se convirtió en misionero de la palabra.

PREGUNTA.- Pero para llevar la Palabra, para tener la responsabilidad de una comunidad enraizada en Cristo, es necesario tener un vínculo con Él. Es necesario rezar.

RESPUESTA.- Para mí rezar significa hablar con Dios, pensar en Él, no solo como una energía, una fuerza, sino como una persona, que por tanto comunica, habla. El fundamento de nuestra fe es la palabra que se hizo carne. La oración además de un espacio contemplativo o meditativo es, sobre todo, un diálogo con el Otro. La imagen de Dios es la de alguien que se comunica.

P.- ¿Cómo se escucha esta voz de Dios? Porque a veces se corre el riesgo de oir la propia voz.

R.- Me meto en la palabra que es Otro que yo y rompo mi monólogo. Es un correctivo a nuestra necesidad de movernos. En primer lugar, Dios me habla así, a través de la Palabra que leo e interpreto según mi responsabilidad. Una palabra que no es una voz en mi cabeza, sino que hunde sus raíces en la Biblia.

P.- La oración es reconocer que no estás sola. Pero a veces parece una ilusión.

R.- Hablo de una confianza que nunca es certeza de que haya un interlocutor. Pero la oración es la dimensión que me ayuda a reconciliarme con el Otro. Muchas veces es intercesión, donde están presentes los rostros que amo, por los que me preocupo, y esto me arranca de la soledad. Están en el mundo con sus cansancios y preocupaciones. Yo los presento a Dios.

P.- Ninguna racionalización puede explicar esta certeza de no estar solo.

R.- También el amor o la amistad pueden parecer ambiguos o no del todo demostrables. Y son auténticos y reales para nosotros.

P.- Tener alguien a quien dirigirse significa que no nos bastamos a nosotros mismos.

R.- Es una experiencia reveladora para todos, pero llegamos allí a través de nuestra fragilidad. En la oración entendemos que no bastarnos a nosotros mismos es nuestra belleza, nuestra fuerza, que nos abre a los demás y nos hace sentir en sintonía con el universo. Rezar es reconocerse vulnerable.

P.- La oración es petición, búsqueda y, a veces, una exigencia. Nos olvidamos siempre de agradecer.

R.- La dimensión del agradecimiento es una conquista, es la oración de la “edad adulta”. El agradecimiento no surge de manera espontánea, sino de reconocer con asombro las cosas hermosas y buenas recibidas de la vida, del privilegio de vivir aquí y ahora.

Mantener la esperanza

P.- Y siempre rezamos cuanto más desesperados.

R.- Porque queremos comprender, comunicar nuestro dolor. Por mi experiencia he aprendido que oramos en los acontecimientos más desesperantes no para que se resuelvan, sino para no quedarnos solos. Por eso, la esperanza esté siempre ahí: hay un Dios que me sostiene y hay personas a mi alrededor a quien puedo pedir ayuda. La esperanza siempre surge de la desesperación. El que es feliz espera poco.

P.- Hace falta tiempo y un método para rezar.

R.- Cada uno debe encontrar su propio ritmo, pero el compromiso es importante. En primer lugar, es necesario reservar cada día un tiempo para plantearnos las grandes cuestiones de la vida que descuidamos. Después hay que estar en un espacio tranquilo y cuidar los rituales para favorecer un entorno acogedor y protegido. Las mujeres sabemos lo importantes que son los pequeños gestos para sentirnos a gusto como tener una silla cómoda, el teléfono apagado, una ventana para contemplar un paisaje… Necesitamos una pedagogía de la oración, una gramática, porque el instinto del momento no es suficiente. Aunque nuestro Dios no es demasiado sofisticado. Me encanta una frase de Lutero: “La blasfemia de los desesperados es más querida para Dios que la oración de los piadosos”. Israel en Egipto, esclavo, sufrió tanto dolor que se lamentaba de forma desordenada, pero Dios transformó ese llanto en oración e Israel nació de esa experiencia. Dios no lleva cuentas de ese tipo de cosas.

P.- Hay oraciones que sentimos más nuestras, que nos ayudan a meditar y recordar. El Padre Nuestro nos une, somos cristianos.

R.- El Padre Nuestro y los Salmos. Estar en contacto con tus emociones es importante, pero necesitas las palabras adecuadas y los Salmos son palabras de otras personas que puedo sentir como mías. Me conmueve pensar que Jesús, mi Señor, en los últimos momentos de su pasión, se apoyó en el gran camino de los Salmos. “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado” (21) y “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” (30). Debemos aprender una suerte de gimnasia espiritual, a asociar las acciones más ordinarias a la oración para sumergirla en los recovecos de la vida cotidiana. Un corazón orante se ejercita poco a poco, no necesita grandes maratones.

Los laicos en la Iglesia

Los laicos en la Iglesia ¿de segunda categoría?

Los obispos, a los laicos: “A veces os hemos considerado cristianos de segunda categoría”

La Conferencia Episcopal Española ha difundido el mensaje del presidente de la Comisión Episcopal para los Laicos, Familia y Vida de cara a Pentecostés

De cara al próximo domingo 19 de mayo, solemnidad de Pentecostés y Día de la Acción Católica y el Apostolado Seglar, la Conferencia Episcopal Española ha difundido hoy un mensaje firmado por Carlos Manuel Escribano, arzobispo de Zaragoza y presidente de la Comisión Episcopal para los Laicos, Familia y Vida, así como por los distintos prelados responsables de las subcomisiones relacionadas con la misión.

En dicho texto se reitera que es en Pentecostés cuando, de un modo especial, se recuerda “la venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles, señalando de este modo el nacimiento de la Iglesia”. Así, si bien “a los apóstoles, tras la muerte de Jesús, les invadió un sentimiento de miedo, que los condujo a encerrarse en una casa, sin saber qué rumbo tomar en sus vidas”, tuvo que ser el propio maestro, ya resucitado, el que “les infunde Espíritu Santo, esa fuerza que viene de lo alto, que te cambia de una manera radical, que te da un corazón nuevo, que proporciona valentía (parresía) para dar testimonio de Jesucristo y comenzar, de este modo, la misión evangelizadora”.

En su nombre

Así, “enviados por el mismo Jesucristo, en su nombre, porque no nos anunciamos a nosotros mismos”, los laicos saben que todos los esfuerzos en la misión “serán inútiles si Dios no está con nosotros”. Por tanto, solo “unidos como la vid y el sarmiento daremos fruto abundante y cumpliremos nuestra vocación misionera”.

En esa clave evangélica, los pastores españoles insisten en que “es Jesús resucitado el que ha entregado a su Iglesia, a cada uno de nosotros, el Espíritu Santo, que es el alma de la evangelización. Por tanto, es fundamental que descubramos, como miembros del pueblo de Dios, que tenemos una misión que no es iniciativa nuestra, sino de Dios, que la sostiene y permitirá que perdure por los siglos de los siglos”.

De cara al presente año, la CEE recuerda que “hemos celebrado un Encuentro sobre el Primer Anuncio (Madrid, 16-18 de febrero) y nos estamos preparando para un Congreso sobre las Vocaciones (Madrid, 7-9 de febrero de 2025)”. Hitos desde los que se desea que “resuene con fuerza esa llamada que la Iglesia ha recibido, como asamblea de convocados, pueblo de Dios unido en la misión, a vivir su vocación, que tiene como horizonte la misión”.

Caridad política

Una vivencia en la que palpita “la vocación laical, que se ejercita en la caridad política, en el anuncio del Evangelio en el corazón del mundo”. Y en la que hay que tener claro que, como dijo el papa Francisco el 19 de marzo de 2016, “todos ingresamos a la Iglesia como laicos. El primer sacramento, el que sella para siempre nuestra identidad y del que tendríamos que estar siempre orgullosos es el del bautismo”. De hecho, “a nadie le han bautizado cura, ni obispo. Nos han bautizado laicos y es el signo indeleble que nunca nadie podrá eliminar”.

También entonces Bergoglio reivindicó que “nos hace bien recordar que la Iglesia no es una élite de los sacerdotes, de los consagrados, de los obispos, sino que todos formamos el santo pueblo fiel de Dios”.

Para los obispos españoles, “este texto nos permite evitar ciertas deformaciones en las que a veces hemos caído, considerando a los laicos como cristianos de segunda categoría, actores de reparto o meros colaboradores de los pastores en la misión salvífica de la Iglesia”.

Descubran esa fuerza de lo alto

En cambio, la realidad muestra que “necesitamos en la Iglesia que haya laicos por vocación, que descubran esa fuerza de lo alto, esa efusión del Espíritu Santo que los impulsa a la misión. Como afirma el informe de síntesis de la primera sesión del Sínodo, ‘en una Iglesia sinodal en misión, en su parte central, todos somos discípulos y todos somos misioneros’”.

Una “corresponsabilidad” que no puede olvidar que es “diferenciada, porque, siendo verdad que los laicos, los consagrados y los ministros ordenados tienen igual dignidad por el bautismo, no podemos obviar que hay diversidad de ministerios, carismas y vocaciones”.

Igualmente, hay que valorar que “la corresponsabilidad diferenciada no debe llevarnos nunca a la competitividad o rivalidad de vocaciones, sino que todas las vocaciones se enriquecen mutuamente y encuentran sentido desde las otras, formando un único cuerpo de Cristo, que es la Iglesia”.

En dicha tarea, como repite habitualmente Francisco, también “hay que evitar caer en la tentación de la clericalización de los laicos”. Y es que, “en definitiva, se trata de que el laico sea laico”.

Párrocos para el Sínodo

Párrocos para el Sínodo

El Papa lanza una última súplica a los párrocos sinodales: “Sed misioneros de la sinodalidad con los hermanos sacerdotes”

Para Francisco es necesario “hacer más si queremos incorporar un mayor número de sacerdotes al dinamismo sinodal”

para el Sínodo’, que reunió a sacerdotes de todo el mundo en el Vaticano para hablar sobre cómo trasladar la sinodalidad a las parroquias. El evento finalizó, además, con una petición de ayuda del papa Francisco a los párrocos, que ha sido publicado hoy por el Vaticano.

“Tengo algo que pediros a vosotros que habéis venido aquí en representación de los párrocos de todo el mundo: necesitamos vuestra ayuda para seguir escuchando la voz de los párrocos de cara a la Segunda Sesión de la Asamblea del Sínodo”, dijo el Papa, subrayando que, si bien “este encuentro fue muy importante”, es necesario “hacer más si queremos incorporar un mayor número de sacerdotes al dinamismo sinodal”.

“Hablad con los obispos”

“Por eso os pido hoy que, una vez en casa, os volváis misioneros de la sinodalidad con vuestros hermanos párrocos”, continuó Francisco, “animando la reflexión sobre la renovación del ministerio párroco en clave sinodal y misionera, promoviendo momentos de conversación en el Espíritu entre párrocos, presencialmente o en línea, aprovechando la oportunidad de alguna reunión ya organizada, u organizando una expresamente”.

Asimismo, subrayó la necesidad de informar a la Secretaría del Sínodo “de los frutos de estos encuentros, siguiendo las instrucciones que os serán dadas”. “Cuando volváis a casa”, añadió, “hablad de esta idea con vuestros obispos y con las Conferencias Episcopales, y diles también que es una tarea que os ha encomendado el Papa”.

Párrocos para el Sínodo

El Papa lanza una última súplica a los párrocos sinodales: “Sed misioneros de la sinodalidad con los hermanos sacerdotes”

Para Francisco es necesario “hacer más si queremos incorporar un mayor número de sacerdotes al dinamismo sinodal”

papa francisco parrocos

El pasado 2 de mayo tuvo lugar el Encuentro Internacional ‘Párrocos para el Sínodo’, que reunió a sacerdotes de todo el mundo en el Vaticano para hablar sobre cómo trasladar la sinodalidad a las parroquias. El evento finalizó, además, con una petición de ayuda del papa Francisco a los párrocos, que ha sido publicado hoy por el Vaticano.

“Tengo algo que pediros a vosotros que habéis venido aquí en representación de los párrocos de todo el mundo: necesitamos vuestra ayuda para seguir escuchando la voz de los párrocos de cara a la Segunda Sesión de la Asamblea del Sínodo”, dijo el Papa, subrayando que, si bien “este encuentro fue muy importante”, es necesario “hacer más si queremos incorporar un mayor número de sacerdotes al dinamismo sinodal”.

“Hablad con los obispos”

“Por eso os pido hoy que, una vez en casa, os volváis misioneros de la sinodalidad con vuestros hermanos párrocos”, continuó Francisco, “animando la reflexión sobre la renovación del ministerio párroco en clave sinodal y misionera, promoviendo momentos de conversación en el Espíritu entre párrocos, presencialmente o en línea, aprovechando la oportunidad de alguna reunión ya organizada, u organizando una expresamente”.

Asimismo, subrayó la necesidad de informar a la Secretaría del Sínodo “de los frutos de estos encuentros, siguiendo las instrucciones que os serán dadas”. “Cuando volváis a casa”, añadió, “hablad de esta idea con vuestros obispos y con las Conferencias Episcopales, y diles también que es una tarea que os ha encomendado el Papa”.

María Magdalena

¿QUIÉN ES MARÍA MAGDALENA?

II PARTE

7. María Magdalena no puede ser la mujer pecadora que unge a Jesús en Lc 7,36-50. Para empezar, a esta mujer no se la llama prostituta, si no pecadora, una mujer pecadora podría ser alguien que moliera su grano en el sábado o que comió un poco de cóctel de camarones, alguien que no observara asiduamente la ley de Moisés.María Magdalena es presentada por Lc en su siguiente historia (Lucas 8:1-3), donde él da su nombre (María), su identificación (del pueblo de Magdala) y describe algo sobre ella (“de quien habían salido siete demonios”). Si la historia anterior de Lc fuera sobre María, la habría presentado allí por primera vez y no más tarde.

8. María Magdalena no es la misma persona que María de Betania. El nombre Magdalena podría indicar el pueblo de donde viene: el pueblo galileo, en la orilla del Mar de Galilea: Magdala. La otra María es de Betania, un pueblo cerca de Jerusalén en Judea. La procedencia es la única marca que identifica a ambas para diferenciarlas, como indica Bart Ehrman. Y aunque “kaloumenē” (Magdalena o Torre) hubiera sido un apodo, como nos dice Joan Taylor al afirmar que no hay ninguna referencia a “Magdala” como nombre de una ciudad en la literatura de la época, no tiene mucho sentido si los evangelistas quieren que el personaje sea identificado, cambiarle el nombre a la misma mujer. Por otro lado, que no aparezca el nombre de la ciudad Magdala en textos antiguos, no niega su existencia. Tampoco aparece Nazareth y hoy se sabe que fue una pequeña aldea en tiempos de Jesús.

9. María Magdalena no fue atacada por un grupo de hombres enojados que querían apedrearla por cometer adulterio (Jn 😎. La mujer de esta intrigante historia no tiene nombre. Además, no ocurre originalmente en ningún ev.

Casi todas las traducciones modernas colocan este pasaje de Jn entre paréntesis pues no aparece en los primeros y mejores manuscritos del Ev. de Juan, es un añadido por escribas que habían escuchado la historia, no es plausible que originalmente estuviera allí.

Por cierto, si la atraparon, ¿dónde está el hombre con el que la pillaron? La ley judía los condena a la mujer casada y a su amante a muerte (Lv 20,10; Dt 22,22)

10. ¿FUERON Esposos María Y Jesús? ¿TUVIERON Hijos?

No. Fuentes posteriores a los ev. Canónicos, como los apócrifos, sugieren una relación entre Jesús y María que no se encuentra en aquéllos y que la leyenda popular y la imaginación literaria han desarrollado.

11. ¿INICIÓ María Magdalena El Cristianismo?

¿Los primeros narradores cristianos inventaran un personaje como María Magdalena? No es probable. Puede que el personaje tenga una base histórica real, quizá fue la primera en proclamar que Jesús había resucitado y luego, los intereses de los hombres o del judeocristianismo la pudo relegar de dicho privilegio en pos de Pedro; pero nunca lo sabremos. Es sólo una buena hipótesis.

12. ¿Era María Magdalena una mujer independiente?

Podemos deducir que no se había casado o era viuda y tenía algo de dinero, alimenta a Jesús y su grupo.

13. ¿Participó de una misión evangelizadora?

No hay ningún versículo que así nos lo indique. Los discípulos y evangelizadores son exclusivamente hombres.

14. María Magdalena aparece en los Apócrifos: (Sin valor histórico):

Evangelio de Pedro (v. 50) aparece solo como testigo de la resurrección. Evangelio de Tomás: como discípula tan cercana como los apóstoles (logias 21 y 114)

Evangelio de Felipe (log. 32) es considerada la compañera (κοινωνος) de Jesús. No se deduce que M Mg sea la mujer legítima y carnal de Jesús, sino la discípula perfecta.

Evangelio de María Magdalena: Jesús transmite su revelación a María Mg. Los evangelios gnósticos de Nag Hammadi sólo pueden proporcionar información sólida acerca de cómo fue recordada María Mg o como eran las comunidades gnósticas.

Se puede afirmar que algunas comunidades cristianas primitivas tenían un afecto especial por ELLA, sin saber muy bien por qué.

FUENTES:

– Antonio Piñero ( 2014) Jesús y las mujeres. Ed. TROTTA.

– Bart D. Ehrman (2007) Simón Pedro, Pablo de Tarso y María Magdalena, Ares y Mares.

– Dorothy A. Lee (2021) The Ministry of women in the New Testament. Baker Academic

– Kathleen E. Corley (2002) Women And The Historical Jesus.

Película María Magdalena (2018)

La piedad popular

Vertebrar la fe desde Jesús de Nazaret, o adiós a todo

«Una frase feliz y hermosa sobre la religiosidad popular me sugiere esta reflexión. Es del arzobispo de Sevilla, D. José Ángel Saiz Meneses, y dice así: ‘La piedad popular es el ‘dialecto materno’ desde donde se vertebra la fe'»

Me refiero no a tanto la religiosidad popular, en sí misma, cuanto a su acogida como oportunidad evangelizadora

«Por desgracia, ninguna fe puede ser masiva, es decir, significativa socialmente para muchos, sin convertirse ante todo en religión de los misterios hechos culto y celebración de la trascendencia en la vida cotidiana»

«Si no se cuida con mimo, es probable que logremos algún crecimiento de la religión; los tiempos vienen así; pero el precio será un cristianismo sin encarnación constitutiva»

10.05.2024 José Ignacio Calleja

Una frase feliz y hermosa sobre la religiosidad popular me sugiere esta reflexión complementaria sobre algo que me atrapa sobremanera. La frase feliz es del arzobispo de Sevilla, D. José Ángel Saiz Meneses, y dice así: «La piedad popular es el ‘dialecto materno’ desde donde se vertebra la fe». A ella la sigue otra también muy interesante, de Peña: «Hemos pasado de una fe del carbonero, donde nos decían que las hermandades eran subsidiarias, a considerar la piedad popular como una verdadera mística popular».        (Ambas, en RD, 8.05.2024).

Voy directo al comentario sobre algo que he dicho que me atrapa como cuestión. Me refiero no a tanto la religiosidad popular, en sí misma, cuanto a su acogida como oportunidad evangelizadora. La perspectiva es muy interesante y opera, a la vez, entre nuevas tentaciones que, al verlas, nos permitirán discernirnos mejor.

La primera, que hay que aprovechar todo lo que se mueve en religión para recomponernos socialmente; vale prácticamente todo; no están los tiempos para ponernos exquisitos en la fe; no me refiero a lo que pido sino a lo que hacemos con desmedido contento.

La segunda, que detrás de la piedad popular vienen los teólogos y el magisterio para contar, en qué creemos, con conceptos y significados más precisos, pero es igual, son cosas de la predicación, las cartas y los textos entre selectos. Es otro nivel del relato creyente, que sirve para asegurar la continuidad conceptual del cristianismo pero a la religiosidad popular ni le va ni le viene; ella tiene su síntesis sentimental y ese discurso elaborado es propio de los que viven del oficio.

Y tercer elemento preciso y preocupante para unos y otros; el evangelio de los sinópticos y el Jesús-Cristo de esos relatos prácticamente no existe hasta el calvario y la resurrección. Es como si Jesús hubiera nacido el Domingo de Ramos.

Y así crece la forma más religiosa de la fe cristiana en este momento, una religión articulada en ministerios, reglas, creencias y prácticas piadosas a la medida de cada grupo. Todos se oyen, nos oímos, pero apenas se escuchan, nos escuchamos. Todos son necesarios para sí mismos, pero no tanto para el conjunto; y todos pasando de puntillas por el Jesús del Evangelio antes de la pasión, muerte y resurrección. Al final, y por desgracia, la sociología de la religión, la más extendida como saber secular y social, tiene razón: ninguna fe puede ser masiva, es decir, significativa socialmente para muchos, sin convertirse ante todo en religión de los misterios hechos culto y celebración de la trascendencia en la vida cotidiana. Las religiones de fuerte significado liberador -concluye esa rama social- lo tienen casi imposible en el mundo moderno, y por ende, ellas y sus rectores tienden a sobrevivir como religiones sacerdotales del culto. Es duro decir esto en el cristianismo. Da vértigo. 

«Por desgracia, ninguna fe puede ser masiva, es decir, significativa socialmente para muchos, sin convertirse ante todo en religión de los misterios hechos culto y celebración de la trascendencia en la vida cotidiana»

¿Vértigo? Sí, el lector lo sabe. El Jesús, anterior a la pasión, y el modo preciso en que es Cristo del Padre, en todo ese recorrido histórico preciso y desconcertante para la religión, ¿qué es de él, cómo se asume, cómo se acepta, cómo se encarna en la fe, dentro y fuera del templo? ¿Qué queda cotidianamente del significado salvífico de su mesianismo histórico tan “ajeno” al templo? Porque entre capas pluviales, y hasta en la repetición instintiva de misas, no veo por lo general una conexión trasparente de los signos de los tiempos del Reino para encarnarlo.

Así que entender, entiendo casi todo en el proceso religioso del cristianismo, y veo bien darle su justa valía; pero dejar de lado tan claramente el Jesús de los Sinópticos y quebrar el debido significado de la encarnación sobre el kerigma –anuncio y celebración de la pasión, muerte y resurrección del Señor- es una trampa religiosa que nos hacemos al solitario. De esto hablamos en las diferencias del discernimiento católico de la fe: ese todo único de la vida y persona del Señor es lo que está en juego desde siempre; y eso es lo que reclama ser cuidado para salvar la fe de una traducción religiosa gnóstica. Dialecto materno de la fe popular -preciosa expresión que motiva estas líneas- que vertebra, a mi juicio, más que la fe, la piedad de todos y la conciencia tranquila de la mayoría. Pero, a mi juicio, estos son los autoengaños de la virtud religiosa, hecha piedad íntima y muy poco consciente del camino de la encarnación. 

«Entender, entiendo casi todo en el proceso religioso del cristianismo, y veo bien darle su justa valía; pero dejar de lado tan claramente el Jesús de los Sinópticos y quebrar el debido significado de la encarnación sobre el kerigma –anuncio y celebración de la pasión, muerte y resurrección del Señor- es una trampa religiosa que nos hacemos al solitario»

No pretendo dar lecciones, sino interpelar a otros y a mí mismo de lo que siempre está en juego en la vida cristiana eclesial y personal. Siempre, siempre, siempre, “porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me distéis de beber, estuve enfermo y en la cárcel…, fui forastero… estuve desnudo…”. Esta vivencia tan concreta de la fe en las obras samaritanas y kenóticas de la salvación es inapelable. Esta es la referencia histórica más realista de la condición crística de la fe pensada, celebrada y vivida. La sacramentalidad de la Iglesia y la Fe siempre cobra en esa encarnación su visibilidad y realidad histórica  y esta visibilidad al hacer, celebrar y contar es lo que está más alcance de nuestra naturaleza humana. Y es que no se puede llegar a Dios sin pasar por la tierra y lo humano. Así somos. No la elijo por gusto, la elijo por humano y la elige Cristo en su vida de fe y donación. La toma del Padre, “digo y obro así, porque Dios es así”.

«Si no se cuida con mimo, es probable que logremos algún crecimiento de la religión; los tiempos vienen así; pero el precio será un cristianismo sin encarnación constitutiva»

Qué puedo decir, concluyo por mi parte, si lo veo tan claro como referencia no única, pero sí imprescindible y tan primera como la que más, de la verdad, la bondad y la belleza; o de otro modo, de la fe anunciada, celebrada y practicada. Si no se cuida con mimo, es probable que logremos algún crecimiento de la religión; los tiempos vienen así; pero el precio será un cristianismo sin encarnación constitutiva: y no cualquiera, sino la samaritana y kenótica de Jesús de Nazaret; qué le vamos a hacer, así se dio la misión crística y su olvido arruina todo lo demás. Paz y bien. 

La Biblia

‘La utilización política de la Biblia’

Rafael Aguirre: «Netanyahu es un gran problema, pero la cuestión más grave es la deriva del Estado de Israel»

«La lectura religiosa de la Biblia no puede desconocer su dimensión política, debe ser capaz de descubrir el mensaje religioso a través de una historia profundamente humana»

«La Biblia ejerce una influencia política real cuando el pueblo puede leerla, después de la invención de la imprenta»

«Cada vez tiene más peso un sionismo religioso y, por tanto, mucho más fanático e intransigente»

«Meloni es un ejemplo de esa derecha sumamente conservadora, en auge en todo Europa, y en otros lugares, que se apropia culturalmente de los valores cristianos en el terreno político. Se apropia de una supuesta tradición católica muy poco bíblica»

«Trump vende biblias para sufragar su nueva campaña electoral para ‘hacer que América rece de nuevo’ (…) Los sectores evangélicos fundamentalistas son una de sus grandes bazas electorales»

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12.05.2024 Jesús Bastante

‘La utilización política de la Biblia’ es el título del último libro del prestigioso teólogo y biblista vasco Rafael Aguirre, publicado por Verbo Divino, y en el que analiza cómo, a lo largo de la historia moderna, el Libro Sagrado ha sido utilizado políticamente en distintos escenarios, que van desde la política estadounidense a América Latina, pasando por el Estado de Israel, la Iglesia anglicana o el apartheid en Sudáfrica.

«La Biblia es un libro antiguo, religioso y profundamente político», asegura Aguirre en esta entrevista, en la que repasamos figuras polémicas, como las de Trump, Bolsonaro, Meloni o Netanyahu o movimientos como el del yihadismo islámico que, como demuestra este lúcido ensayo, vuelven a poner de moda, en pleno siglo XXI, a los adalides del extremismo político y religioso ‘en nombre de Dios’.

-El título del libro ya supone una declaración de intenciones, ‘La utilización política de la Biblia’. Un libro que se lleva utilizando políticamente desde que el mundo es mundo, ¿no?

La Biblia es un clásico de nuestra cultura occidental. Ha influido en el arte (música,, pintura, escultura…), en las costumbre, en el lenguaje popular, también en la política de formas muy diferentes. La Biblia es el libro básico de las iglesias cristianas, pero no es su monopolio. Es patrimonio de la humanidad y se puede leer legítimamente de muchas maneras. Por un interés literario, arqueológico, histórico, antropológico.

Es un libro atravesado por un interés religioso y es susceptible también de una interpretación teológica. Es un libro amplio, con tradiciones diversas, abierto a interpretaciones distintas, muchas de las cuales pueden ser legítimas. En mi libro descarto las interpretaciones apologéticas y fundamentalistas. Los textos hay que situarlos en su contexto histórico y cultural, teniendo en cuenta su género literario

-¿Es la Biblia un libro ‘político’? ¿En qué sentido? ¿Debe serlo?

La Biblia es un libro antiguo, religioso y profundamente político. No habla del mundo divino, de la generación de los dioses, de las relaciones entre ellos. Lo característico de la Biblia es que habla de un Dios que interviene en la historia, porque oye el clamor de un pueblo esclavo y tieneel proyecto de que “se implante el derecho y la justicia” (Génesis 18,19).

La Biblia habla de unas tribus esclavas que salen de Egipto, que entran en relación de alianza o de confrontación con otras tribus, que llegan a formar un pequeño estado, situado entre imperios poderosos, al sur Egipto y al norte, sucesivamente, Asiria, Babilonia, Persia, Grecia, después Roma. Ese pequeño estado sufre el exilio a Babilonia, en el siglo VI, después regresa a su tierra,pero siempre sometido a la gran potencia de turno. No voy a seguir, pero es una serie continua de avatares políticos.

El Nuevo Testamento, que nos es más familiar, habla continuamente del poder romano, del control de la dinastía herodiana. La cruz es un patíbulo reservado para los tenidos  por subversivos políticos. La lectura religiosa de la Biblia no puede desconocer su dimensión política, debe ser capaz de descubrir el mensaje religioso a través de una historia profundamente humana. La Palabra de Dios no se capta por un proceso lógico de deducción ni, menos aún, por la mera lectura precrítica de unos textos, sino a través del proceso de discernimiento de una historia política.

-¿Qué es lo más característico de tu libro?

La Biblia tiene muchos aspectos que han influido políticamente. Pero en un libro tan plural yo me fijo en lo que podríamos considerar el hilo central. El centro de la fe de Israel, expuesto en la Torá (los cinco primeros libros), es lo que llamo el “paradigma exódico-liberador”: los esclavos de Egipto, que con la ayuda de Yahvé, salen de la esclavitud, realizan un largo y penoso caminar de cuarenta años, superando muchos obstáculos, el más grave de todos la nostalgia por “las cebollas de Egipto” (habían interiorizado su condición de esclavos) hasta que llegan a una tierra que tienen que conquistar para la libertad y la justicia, no simplemente ocuparla.

Y presento cinco escenarios políticos en lo que este paradigma político de la Biblia (salir de la esclavitud – caminar por un desierto lleno de dificultades – aspirar a una tierra donde vivir libres) ha tenido y tiene una gran influencia  Son escenarios de la modernidad, porque la Biblia ejerce una influencia política real cuando el pueblo puede leerla, después de la invención de la imprenta. La traducción de la Biblia al alemán de Lutero y la versión inglesa, la King James Version, fueron decisivas. En cambio en el sur de Europa se mantuvo la versión latina de la Vulgata.  La Biblia tuvo mucha menos influencia en la vida del pueblo, porque el latín no resultaba tan extraño y no se hicieron hasta mucho más  tarde traducciones de los idiomas originales, y también porque la Iglesia Católica impidió durante mucho tiempo la lectura personal de la Biblia.

-En el ensayo ‘divides’ la influencia de la Biblia por continentes. Brevemente, qué características se pueden asumir -si es que se puede- en cada uno de ellos

 El uso de la Biblia y concretamente el paradigma exódico es especialmente importante en los Estados Unidos. Se ha usado de formas muy diferentes. Pensemos en Martin Luther King, con unas referencias magníficas a la Biblia o en Trump, que tiene en los evangélicos fundamentalistas unas de sus bases electorales más importantes.

En Israel, la referencia a la Biblia se encuentra en todos los sectores, tanto creyentes como seculares. América Latina es el continente de la Biblia y se está pasando de una fundamentación bíblica de la Teología de la Liberación a un uso de la Biblia por los sectores más reaccionarios que hablan de la Teología de la Prosperidad, según la cual la riqueza y la belleza son señales de la bendición divina.

En Europa, el uso político de la Biblia es especialmente importante en el Reino Unido. La Revolución francesa expulsaba lo religioso de la vida pública, mientras que la inglesa se realizó en nombre de la Biblia. En el funeral de la reina Isabel y en la coronación de Carlos III la Biblia tuvo un puesto absolutamente central. Fue muy significativo ver a un primer ministro hindú leyendo en público el evangelio

– ¿Cómo afecta el uso de lo religioso a la política actual? ¿Es la Biblia, o el uso político de la misma, factor clave para entender la polarización creciente en el mundo?

Creo que lo religioso es un factor de máxima importancia en la política de nuestros días. El fundamentalismo islámico, en sus diversas modalidades, es teocrático, se basa absolutamente en interpretaciones del Corán. El sionismo fue una secularización de ideales bíblicos. Y digo “fue” porque cada vez tiene más peso un sionismo religioso y, por tanto, mucho más fanático e intransigente. La cultura occidental no se puede entender sin la influencia del pensamiento judeo-bíblico. Es muy importante recuperar, en formas culturales, este componente. Junto a la racionalidad de Atenas y la capacidad organizativa de Roma, es muy necesario el  sentido de la historia de la tradición, que viene de Jerusalén y que nos abre a la posibilidad de la novedad en la historia y, por tanto, del cambio.

– ¿Qué sería de personajes como Trump, Bolsonaro, el rey de Inglaterra, Melloni o Netanyahu sin su relato ‘religioso’?

Trump ha hecho una edición de la Biblia, que vende a 60 dólares, para sufragar la nueva campaña electoral y en el video promocional dice que “la Biblia es el libro más importante, todos los norteamericanos deben poseerla y yo tengo varias en mi casa”. Paragonando su lema “hagamos América grande de nuevo”, añade ahora “hagamos que América rece de nuevo”. Como ya he dicho, los sectores evangélicos fundamentalistas son una de sus grandes bazas electorales.

La bancada de Bolosonaro en el parlamento se denominaba popularmente la de las tres B: “buey (por su apoyo en las zonas rurales), bala, biblia”.

Netanyahu es un gran problema, pero la cuestión más grave es la deriva del Estado de Israel. El neosionismo, el de los colonos que se instalan por las bravas en los territorios ocupados por Israel en la guerra de los seis días de 1967, implica una lectura de la Biblia, no ya en línea macabea,  que esto lo hacía el sionismo desde el inicio, sino en línea fundamentalista y de apoyo absoluto en el Imperio de turno, lo que para los profetas sería la peor de las idolatrías.

Meloni es un ejemplo de esa derecha sumamente conservadora, en auge en todo Europa, y en otros lugares, que se apropia culturalmente de los valores cristianos en el terreno político. Se apropia de una supuesta tradición católica muy poco bíblica. En mi opinión la tradición bíblica, en la que Dios se manifiesta promoviendo un paradigma exódico-liberador de un grupo de esclavos y que tiene su culminación histórica en la crucifixión por el Imperio romano de Jesús de Nazaret, porque resultaba subversivo, políticamente introduce, en el terreno prepolítico y cultural,  gérmenes de cambio social muy radical desde los sectores más desfavorecidos.

La Iglesia de Inglaterra, por su parte, es un caso de iglesia simbiótica con el estado, no propiamente con el gobierno. Esto plantea problemas muy diferentes a los que desde su isla llaman “el continente”. La Iglesia proporciona brillo, solemnidad, liturgia, legitimidad, un aire de solemnidad caduco. Es una Iglesia en la que se cultivan los estudios bíblicos con enorme intensidad. Es un gran montaje, que parece ajeno al vaciamiento de vida en su interior.

Buena Noticia del Dgo de la Ascensión

Id por todo el mundo a anunciar el Evangelio

Ellos se fueron a pregonar el Evangelio por todas partes

CONFIAR EN EL EVANGELIO

La Iglesia tiene ya veinte siglos. Atrás quedan dos mil años de fidelidad y también de no pocas infidelidades. El futuro parece sombrío. Se habla de signos de decadencia en su seno: cansancio, envejecimiento, falta de audacia, resignación. Crece el deseo de algo nuevo y diferente, pero también la impotencia para generar una verdadera renovación.

El evangelista Mateo culmina su escrito poniendo en labios de Jesús una promesa destinada a alimentar para siempre la fe de sus seguidores: «Yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo». Jesús seguirá vivo en medio del mundo. Su movimiento no se extinguirá. Siempre habrá creyentes que actualicen su vida y su mensaje. Marcos nos dice que, después de la Ascensión de Jesús, los apóstoles «proclamaban el evangelio por todas partes y el Señor actuaba con ellos».

Esta fe nos lleva a confiar también hoy en la Iglesia: con retrasos y resistencias tal vez, con errores y debilidades, siempre seguirá buscando ser fiel al evangelio. Nos lleva también a confiar en el mundo y en el ser humano: por caminos no siempre claros ni fáciles el reino de Dios seguirá creciendo.

Hoy hay más hambre y violencia en el mundo, pero hay también más conciencia para hacerlo más humano. Hay muchos que no creen en religión alguna, pero creen en una vida más justa y digna para todos, que es, en definitiva, el gran deseo de Dios.

Esta confianza puede darle un tono diferente a nuestra manera de mirar el mundo y el futuro de la Iglesia. Nos puede ayudar a vivir con paciencia y paz, sin caer en el fatalismo y sin desesperar del evangelio.

Hemos de sanear nuestras vidas eliminando aquello que nos vacía de esperanza. Cuando nos dejamos dominar por el desencanto, el pesimismo o la resignación, nos incapacitamos para transformar la vida y renovar la Iglesia. El filósofo norteamericano Herbert Marcuse decía que «la esperanza solo se la merecen los que caminan». Yo diría que la esperanza cristiana solo la conocen los que caminan tras los pasos de Jesús. Son ellos quienes pueden «proclamar el evangelio a toda la creación».

José Antonio Pagola

Pregustar el cielo

El cielo no se puede describir, pero lo podemos pregustar. No lo podemos alcanzar con nuestra mente, pero es difícil no desearlo. Si hablamos del cielo no es para satisfacer nuestra curiosidad, sino para reavivar nuestro deseo y nuestra atracción por Dios. Si lo recordamos es para no olvidar el anhelo último que llevamos en el corazón.

Ir al cielo no es llegar a un lugar, sino entrar para siempre en el Misterio del amor de Dios. Por fin, Dios ya no será alguien oculto e inaccesible. Aunque nos parezca increíble, podremos conocer, tocar, gustar y disfrutar de su ser más íntimo, de su verdad más honda, de su bondad y belleza infinitas. Dios nos enamorará para siempre.

Esta comunión con Dios no será una experiencia individual. Jesús resucitado nos acompañará. Nadie va al Padre si no es por medio de Cristo. «En él habita toda la plenitud de la divinidad corporalmente» (Colosenses 2,9). Solo conociendo y disfrutando del misterio encerrado en Cristo penetraremos en el misterio insondable de Dios. Cristo será nuestro «cielo». Viéndole a él «veremos» a Dios.

Ser ‘cielo’ para los demás

No será Cristo el único mediador de nuestra felicidad eterna. Encendidos por el amor de Dios, cada uno de nosotros nos convertiremos a nuestra manera en «cielo» para los demás. Desde nuestra limitación y finitud tocaremos el Misterio infinito de Dios saboreándolo en sus criaturas. Gozaremos de su amor insondable gustándolo en el amor humano. El gozo de Dios se nos regalará encarnado en el placer humano.

El teólogo húngaro Ladislaus Boros trata de sugerir esta experiencia indescriptible: «Sentiremos el calor, experimentaremos el esplendor, la vitalidad, la riqueza desbordante de la persona que hoy amamos, con la que disfrutamos y por la que agradecemos a Dios. Todo su ser, la hondura de su alma, la grandeza de su corazón, la creatividad, la amplitud, la excitación de su reacción amorosa nos serán regalados».

Qué plenitud alcanzará en Dios la ternura, la comunión y el gozo del amor y la amistad que hemos conocido aquí. Con qué intensidad nos amaremos entonces quienes nos amamos ya tanto en la tierra. Pocas experiencias nos permiten pregustar mejor el destino último al que somos atraídos por Dios.

Por José Antonio Pagola

Ha llegado el tiempo de la Iglesia

Por Consuelo Vélez

Y les dijo: vayan por todo el mundo y proclamen la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará. Estas son las señales que acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas nuevas, agarrarán serpientes en sus manos y aunque beban veneno no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien.  Con esto el Señor Jesús, después de hablarles, fue elevado al cielo y se sentó a la diestra de Dios. Ellos salieron a predicar por todas partes, colaborando el Señor con ellos y confirmando la Palabra con las señales que la acompañaban (Mc 16, 15-20).

El evangelio de Marcos que retomamos en este domingo de la fiesta de la Ascensión del Señor había terminado con la ida de las mujeres al sepulcro donde un joven vestido de blanco les anuncia que Jesús ha resucitado y les manda que vayan a darle esa noticia a los discípulos. Pero, según el evangelista, ellas llenas de temor no le dicen nada a nadie.

Sin embargo, el evangelio no podía terminar así y, según los especialistas, los últimos versículos de este capítulo 16, son un añadido posterior, inspirados en el evangelio de Lucas, mostrando de manera muy condensada la aparición de Jesús a María Magdalena, a los discípulos de Emaús y ya, en una última aparición, a sus discípulos donde, sentados a la mesa, les comunica el mandato que constituye el evangelio de hoy. Después de esto, Jesús sube al cielo para sentarse a la diestra del Padre. En otras palabras, el evangelio concluye con un Jesús que confía su misión a los suyos.

Es muy interesante la descripción que hace el evangelista de las señales que acompañarán la predicación: expulsar demonios, hablar lenguas nuevas, agarrar serpientes y no sufrir ninguna consecuencia si los atacan con su veneno. También curar enfermos. Leído literalmente parece que, después de la resurrección de Jesús, los discípulos se van a dedicar a hacer obras que rompen las leyes de la naturaleza. Sin embargo, no podemos leer los textos de manera literal sino desde la intencionalidad con la que fueron escritos. Estas acciones se refieren a la transformación que produce la predicación de la Buena Noticia, a la capacidad que el evangelio tiene de vencer las fuerzas del anti reino.

Después del envío, Jesús es elevado al cielo y se sienta a la diestra de Dios. Tampoco esto lo podemos tomar de manera literal sino entender cómo la comunidad cristiana valiéndose de una relectura cristológica del salmo 110, 1 (Oráculo de Yahveh a mi señor: Siéntate a mi diestra hasta que yo haga de tus enemigos el estrado de tus pies), expresa la experiencia que comienzan a vivir: la misión realizada por Jesús ahora depende de ellos, guiados por su Espíritu (Pentecostés, que será la fiesta que celebremos el próximo domingo). El énfasis no está en que Jesús se va al cielo sino en que ahora los discípulos se dedican a predicar.

Dicho de otra manera, ha llegado el tiempo de la Iglesia y sus miembros han de predicar a todas las gentes, en todos los lugares, confirmando dicha predicación con las obras que realizan.

Celebrar la Ascensión significa hoy para nosotros, no quedarnos mirando para el cielo -como lo relata Lucas en el libro de los Hechos (1, 11)- sino disponernos a anunciar a Jesús no solo con palabras sino respaldando dicho anuncio con obras de justicia y paz, de solidaridad y liberación, transformando el aquí y ahora de la historia que vivimos.

Testigos de la Palabra

Misionera italiana asesinada en Perú

El obispo de Chimbote, indignado tras el asesinato de la misionera italiana Nadia De Munari

Nadia De Munari, la misionera asesinada
El Obispo de la Diócesis de Chimbote, Perú, manifiesta su «desconcierto y dolor» tras el asesinato de la misionera italiana
Nadia De Munari, después de haber sido brutalmente atacada con un machete en un intento de robo en un Centro de Asistencia a personas vulnerables
Confía en la investigación policial que permita dar con el autor para que la justicia lo sancione severamente
(Vatican News).- “Espero que la DIRINCRI haga un buen trabajo de investigación para saber quién fue el asesino y cuál fue el móvil para destruir a una mujer cuando aún tenía 50 años de vida”, lo dijo Monseñor Ángel Francisco Simón Piorno, Obispo de la Diócesis de Chimbote, Perú, en sus declaraciones a la prensa local – según informó el Diario de Chimbote – al condenar el asesinato de la Misionera italiana Nadia De Munari, acaecida el pasado sábado 24 de abril, después de haber sido brutalmente atacada con un machete en un intento de robo en un Centro de Asistencia a personas vulnerables de Nuevo Chimbote, en Ancash, al centro oeste de Perú.
Monseñor Piorno: lo que se ha hecho con ella no tiene nombre
El Obispo de Chimbote señaló que, “este caso traerá repercusiones internacionales porque lo que se ha hecho con ella no tiene nombre”. Además, “resulta desconcertante la muerte de la misionera – agregó – por cuanto nunca había sido amenazada por alguna razón, sin embargo, confía en la investigación policial que permita dar con el autor para que la justicia lo sancione severamente”. Asimismo, Monseñor Simón Piorno recordó la misión social que cumplía Nadia De Munari, quien estaba encargada de los seis jardines de infancia y los comedores de la Operación Mato Grosso en los asentamientos humanos más alejados del distrito de Nuevo Chimbote.
Probablemente un robo que termino mal
La misionera laica italiana, originaria de Schio (Vicenza, noreste), fue asesinada en Perú con un machete, quizás durante un intento de robo en un Centro de Asistencia a personas vulnerables. La prensa local señala que, la mujer fue presuntamente asesinada mientras dormía. Nadia De Munari fue sometida a una operación de emergencia, en el Hospital Regional de Chimbote, luego fue trasladada a Lima, donde falleció, a causa de las graves heridas, en particular por un traumatismo craneoencefálico severo, fractura de brazo derecho y lesiones en el rostro.
Asistencia a personas vulnerables
Para la policía local, que encontró muchos rastros, incluida sangre, en la habitación de la mujer, pudo haber sido un robo que terminó mal. Pero aún no existen hipótesis certeras. La emboscada a la mujer no tuvo testigos. En el Hogar Familiar que compartía con otras diez maestras, la misionera de Vicenza atendía a unas niñas, que, sin embargo, no escucharon nada, porque dormían en otra ala. En Perú con la Operación Mato Grosso, la misionera estuvo a cargo del Centro “Mamma mia” en Nuevo Chimbote, construido por el padre Ugo De Censi. En el Hogar Familiar se proporciona comida gratuita a los niños y madres necesitados de la zona

Sinodalidad a pie de calle

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Del 28 de abril al 2 de mayo, se ha celebrado en las afueras de Roma el encuentro internacional ‘Párrocos por el Sínodo’. Francisco compartió en audiencia con ellos una carta extensible a los demás curas del planeta en la que sentencia que “nunca llegaremos a ser Iglesia sinodal misionera, si las comunidades parroquiales no hacen de la participación de todos los bautizados en la única misión de anunciar el Evangelio el rasgo característico de sus vidas”. No se trata de un aviso menor ante la encrucijada eclesial actual.

A la espera de la segunda vuelta de la asamblea de octubre, la conciencia de que la sinodalidad es el estilo conciliar del nuevo milenio afronta una acogida dispar. Frente a los polos avistados tanto en Estados Unidos como en Alemania, en España se vislumbra cierta pasividad. Ante la nueva consulta solicitada desde el Vaticano, un 21,7% de las diócesis no han respondido. Por otro lado, América Latina parece haber asumido su papel de locomotora, dadas las múltiples iniciativas que se están sucediendo en estos meses, tanto para apuntalar teológicamente la metodología sinodal como para recoger el sentir de las diversas sensibilidades del continente.

Aunque más allá de estas diferencias que hablan de esa Iglesia poliédrica, con unos ritmos que es necesario acompasar evitando acelerones y frenazos excluyentes, la sinodalidad se juega en todas las esferas, pero especialmente a pie de calle.

O lo que es lo mismo, como bien aprecia el Papa, por mucho que se establezcan planes pastorales y hojas de ruta sinodales –ya sea desde el Vaticano, desde las Conferencias Episcopales o desde las diócesis–, se quedarán en las estanterías si no se aterrizan a pie de calle.

A ras de suelo

Así, el proceso se ha de desarrollar en plenitud en la parroquia como célula eclesial básica y con medidas concretas que no se pueden aplazar, como los consejos pastorales y económicos, el desarrollo de nuevos ministerios… Solo desde la conversión personal de cada sacerdote, de cada religioso y de cada laico que participa de la vida de la parroquia, podrá emprenderse una conversión pastoral misionera. La corresponsabilidad desde la vocación y misión a la que uno está llamado se forja en lo pequeño, con un indispensable respaldo transversal de arriba abajo, de izquierda a derecha y viceversa.

De ahí, la relevancia de este encuentro de presbíteros. Tal y como han afirmado los participantes españoles a ‘Vida Nueva’, más allá de las particularidades geográficas de los cerca de 200 curas de 99 países, todos comparten el mismo diagnóstico.

La sinodalidad real, y no de laboratorio, se forja a ras de suelo… y con el imprescindible vuelo rasante del Espíritu Santo.

La sinodalidad empieza en las parroquias

Los cuatro sacerdotes españoles participantes en el Encuentro ‘Párrocos por el Sínodo’ comparten con ‘Vida Nueva’ sus esperanzas y también sus dudas sobre este modo de ser Iglesia

Teo Nieto, de Zamora; Miguel Ángel González, de Coria-Cáceres; Óscar Díaz, de Sevilla; y Blas Gordo, , de Granada. participantes en el Encuentro Párrocos por el Sínodo

Roma acogió del 28 de abril al 2 de mayo el Encuentro ‘Párrocos por el Sínodo’, que reunió a 200 sacerdotes de todo el mundo en un espacio de escucha, oración y discernimiento. Celebrado en Sacrofano, a las afueras de la Ciudad Eterna, los participantes compartieron distintas experiencias sinodales que servirán para la redacción del Instrumentum laboris con vistas a la segunda sesión de la Asamblea del Sínodo de los Obispos, que se celebrará en octubre. Además, los sacerdotes también tuvieron ocasión de conversar con el papa Francisco.

Desde España, cuatro participantes: Teo Nieto, de Zamora; Miguel Ángel González, de Coria-Cáceres; Óscar Díaz, de Sevilla; y Blas Gordo, de Granada. Los tres primeros, nombrados por la Conferencia Episcopal y, el último, directamente llamado por la Secretaría del Sínodo. A su llegada a España, Vida Nueva toma el pulso a estos misioneros sinodales sobre lo vivido y, sobre todo, en relación con el recorrido futuro de este espíritu sinodal.

Teo Nieto llegaba a Roma como el sacerdote español con más parroquias a su cargo: 43. Eso sí, no está solo. El cura zamorano lleva años trabajando codo con codo con sor Avelina, religiosa del Amor de Dios, y juntos han creado un equipo misionero formado ahora por algunos sacerdotes más y una docena de laicos para la atención pastoral integral de sus pueblos en el Campo de Aliste. “Nuestro objetivo ha sido desempolvar de nosotros el estigma de la necesidad para pasar a la virtud. Juntos diseñamos la programación pastoral y la aterrizamos. No contamos solo con un equipo misionero para poder cubrir las necesidades litúrgicas de las comunidades, sino que estamos construyendo un equipo misionero desde la opción del trabajo compartido y con tres niveles: formación, dimensión social y liturgia”, explica Nieto. Y agrega: “Estamos preocupados por la situación de nuestros pueblos, tanto de las personas como de la realidad rural. Por eso, nos encargamos de lo concreto, como la visita a un enfermo o la ayuda con el pago de un recibo de la luz. Y de las necesidades estructurales, como la despoblación o la sanidad”.

Reunión semanal

De una pastoral de frontera a otra, la que lleva a cabo Miguel Ángel González, párroco de la iglesia de san Eugenio, en uno de los barrios más castigados de Cáceres, Aldea Moret. La sinodalidad es vivida en su parroquia mucho antes de que Francisco despertara la eclesiología del Vaticano II para recordar a los católicos que la Iglesia es sinodal. “Nuestra parroquia, además de tener el consejo parroquial y el consejo de asuntos económicos, cuenta con un equipo comunitario que nos sentamos semanalmente para ver cómo vamos caminando.         La realidad es que llevamos años haciéndolo, pero el Sínodo nos ha servido también de impulso”, indica. Asimismo, “anualmente contamos con una asamblea parroquial abierta a todos los fieles. Fundamentalmente trabajamos en la pastoral de la salud y con los movimientos especializados de la acción católica, como la HOAC, porque somos un barrio obrero”, añade.

De Cáceres a Sevilla encontramos a Óscar Díaz, vicario de Evangelización en la Archidiócesis bañada por el Guadalquivir. Él joven sacerdote tiene claro que no ha ido a Roma en primera persona, sino como enviado de la diócesis, por “todo el trabajo que hemos hecho, y no solo desde que se iniciara la fase diocesana, sino mucho antes, desde el Congreso de Laicos”. Como párroco, Díaz mantiene que la sinodalidad puede vivirse desde lo pequeño, en lo concreto. “Para promover la comunión y la participación en una comunidad a veces basta con un gesto tan simple como ser acogedor, escuchar y acompañar a quien llega para hacerle partícipe”. “La toma de decisiones no puede hacerse sin tomar el pulso a la gente”, afirma.

Correas de transmisión

Sin salir de Andalucía, en Granada, Blas Gordo es el capellán del Santuario de las Angustias, patrona de la ciudad. El sacerdote vinculado a los focolares ha vivido su participación en el encuentro de párrocos como “un regalo del Espíritu”. “En mi parroquia hay una presencia bastante fuerte de las comunidades del Camino Neocatecumenal, una hermandad con mucha solera, además de los distintos grupos de formación y los distintos servicios parroquiales. Quizá toda esta actividad haya sido la razón por la que la Secretaría del Sínodo pensó en nosotros”, reconoce. En su grupo de trabajo, de habla hispana, trataron de ver cómo dar forma a la presencia del sacerdote en el consejo de pastoral de la parroquia. “En mi caso, al haber en la parroquia distintos carismas o formas de estar en la Iglesia, puedes aprender a acompañar, poniendo de relieve el valor que cada uno de los miembros de la comunidad tiene”, señala, para luego completar: “Todo el trabajo pastoral ayuda a los sacerdotes a vivir como hermanos en medio de los demás, no solo como padres que toman la iniciativa, sino como alguien que camina con los suyos”.

Iglesias domésticas

El Papa: Con las parejas jóvenes, generen pequeñas «Iglesias domésticas»

Cuando no hay comunidades cristianas, las familias se sienten solas y la soledad hace mucho daño, advirtió el Pontífice a los responsables internacionales del Movimiento «Equipos de Nuestra Señora», una institución para descubrir y vivir la riqueza del sacramento del matrimonio a través del diálogo, la oración y la formación.

Sebastián Sansón Ferrari – Ciudad del Vaticano

Cuiden a los recién casados, pues es importante que «vivan una mistagogia nupcial que los ayude a experimentar la belleza del sacramento recibido y una espiritualidad de pareja», fue una de las peticiones formuladas por el Santo Padre a los responsables internacionales del Movimiento «Equipos de Nuestra Señora», a quienes recibió en audiencia este sábado 4 de mayo por la mañana en el Vaticano. Fundada en 1938 por el sacerdote francés Henri Caffarel, la organización, comprometida con las familias, apoya hoy a 74.000 parejas de todo el mundo en su vida matrimonial. 

Esta institución «se encuentra en constante crecimiento y está constituido por miles de equipos en todo el mundo, por muchas familias que procuran vivir el matrimonio cristiano como un don», planteó Francisco, quien se refirió a la verdadera «tormenta cultural» que está atravesando la familia cristiana en este cambio de época. Por tanto, la labor de dicha entidad «es preciosa para la Iglesia», visto que «acompañan de cerca a los matrimonios para que no se sientan solos en las dificultades de la vida y en su relación conyugal». De este modo, prosiguió, «son expresión de la Iglesia ‘en salida’, que se muestra cercana a las situaciones y a los problemas de la gente y se compromete sin reservas por el bien de las familias de hoy y de mañana».

Acompañar a los matrimonios hoy en día constituye, a juicio del Sucesor de Pedro, una «verdadera misión».

“Salvaguardar el matrimonio significa, de hecho, salvar a la familia entera, significa salvar todas las relaciones que se generan en el matrimonio: el amor entre los cónyuges, entre padres e hijos, entre abuelos y nietos; significa salvar el testimonio de un amor que es posible y es para siempre, y en el cual a los jóvenes les cuesta creer. Los niños, en efecto, necesitan recibir de sus padres la certeza de que Dios los ha creado por amor, y de que un día también ellos podrán amar y sentirse amados como lo han hecho mamá y papá. Tengan la certeza de que la semilla del amor depositada por sus padres en los corazones de los hijos, brotará tarde o temprano.”

El Santo Padre consideró que en el mundo de hoy «es muy urgente ayudar a los jóvenes a descubrir que el matrimonio cristiano es una vocación, una llamada específica que Dios dirige a un hombre y a una mujer para que puedan realizarse plenamente en su capacidad generadora, convirtiéndose en padre y madre, y brindando al mundo la gracia del sacramento que han recibido».

«Esta gracia, subrayó Francisco, es el amor de Cristo que se une al de los esposos, es su presencia entre ellos y es la fidelidad de Dios al amor que los une. Es Él quien les da la fuerza para crecer juntos cada día y permanecer unidos».

El matrimonio, un «compás de tres»

El Obispo de Roma observó que hoy se piensa que el éxito de un matrimonio depende sólo de la fuerza de voluntad de las personas. No es así; si lo fuera sería una carga, un yugo colocado sobre los hombros de dos pobres criaturas.

El matrimonio, en cambio, aseveró el Pontífice, es un “compás de tres”, en el que la presencia de Cristo en medio de los esposos hace posible el camino, transformando el yugo en un juego de miradas: la mirada entre los esposos, la mirada entre los esposos y Cristo. Como un juego que dura toda la vida y en el que se gana juntos si cada cual se esfuerza por cuidar la propia relación: custodiándola como un tesoro precioso y ayudándose mutuamente en la vida conyugal a cruzar cada día esa puerta de acceso que es Cristo. Él mismo lo ha dicho: «Yo soy la puerta. El que entra por mí se salvará» (Jn 10,9).

Y hablando de miradas, el Papa contó una conmovedora experiencia:

«Una vez, en una Audiencia General, había una pareja – 60 años de casados (matrimonio) – ella tenía 18 años cuando se casó y él 21. Así que tenían 78 y 81 (años). Y pregunté: ‘¿Y ahora siguen amándose?’. Y ellos se miraron y luego vinieron hacia mí, con lágrimas en los ojos…  ‘¡Todavía nos amamos!’. ¡Precioso!».

Ayuden a los recién casados con un «itinerario catecumenal»

A continuación, Francisco compartió dos breves reflexiones: la primera, relativa a los recién casados, en la que explicó que «en los primeros años de matrimonio es especialmente necesario descubrir la fe en el seno de la unión matrimonial; gustarla y saborearla aprendiendo a rezar juntos».

«Son tantos, dijo, los que hoy se casan sin comprender qué relación tiene la fe con su vida matrimonial, tal vez porque antes del matrimonio nadie se los enseñó». Por tal motivo, los invitó a «ayudarles a través de un itinerario “catecumenal” de redescubrimiento de la fe personal y de pareja, para que desde el principio aprendan a hacer un espacio a Jesús y, con Él, puedan cuidar su matrimonio».

Sean como llamas que encienden otras llamas a la fe

Bergoglio destacó el trabajo de la asociación junto a los sacerdotes, calificándolo de «muy valioso, ya que ustedes pueden hacer mucho en las parroquias y en las comunidades, alentando la acogida de las familias más jóvenes». Después, puntualizó que hay que recomenzar desde las nuevas generaciones «para hacer fecunda la Iglesia, favoreciendo el surgimiento de muchas pequeñas ‘Iglesias domésticas’ donde la gente viva un estilo de vida cristiano, donde se sienta en familiaridad con Jesús y donde se aprenda a escuchar a los que nos rodean como Jesús nos escucha a nosotros».

Les encomendó ser como llamas que encienden otras llamas a la fe, especialmente entre los matrimonios más jóvenes, no permitir que acumulen sufrimientos y heridas en la soledad de sus hogares y ayudarlos a descubrir el oxígeno de la fe con ternura, paciencia y confianza bajo la acción del Espíritu Santo.

Tengan cuidado con el clericalismo

El segundo pensamiento que les dejó Francisco fue sobre la importancia de la corresponsabilidad entre cónyuges y sacerdotes en el seno de la entidad. En este sentido, los estimuló a llevar la complementariedad de las dos vocaciones a las parroquias, una vez que la comprendieron y vivieron concretamente, «para que, a su vez, tanto laicos como sacerdotes descubran esa riqueza y esa necesidad». «Esto, acotó, ayudará a superar ese clericalismo que hace a la Iglesia menos fecunda -tengan cuidado con el clericalismo- y ayudará también a los esposos a descubrir que, a través del matrimonio, están llamados a una misión. En efecto, son ellos quienes tienen el don y la responsabilidad de construir, junto con los ministros ordenados, la comunidad eclesial».

El Santo Padre añadió que «cuando no hay comunidades cristianas, las familias se sienten solas y la soledad hace mucho daño». Con su carisma, los «Equipos de Nuestra Señora» pueden convertirse «en socorristas solícitos de los necesitados, de los que están solos, de los que tienen problemas en sus familias y no saben con quién hablar, ya sea porque tienen vergüenza o han perdido la esperanza». Les pidió que en las diócesis «ayuden a las familias a comprender la importancia de sostenerse mutuamente y de trabajar en conjunto; a construir comunidades donde Cristo pueda “habitar” en los hogares y en las relaciones familiares».

Por último, en el camino hacia el Encuentro Internacional de la fundación, que se llevará a cabo en julio de 2024 en Turín, Francisco les deseó que en medio del proceso sinodal que estamos viviendo, «sea también para ustedes un tiempo de escucha del Espíritu y de preparación fecunda al servicio del Reino de Dios».

«Que en este año, dedicado a la oración, puedan hacer descubrir y redescubrir el gusto de rezar juntos en el hogar; con sencillez y en la vida cotidiana», les dijo.

Juan Gerardi, mártir de la memoria histórica

JUAN GERARDI, MÁRTIR DE LA MEMORIA HISTÓRICA

En la noche del 26 de abril de 1998 fue brutalmente asesinado el obispo guatemalteco Juan Gerardi. No podemos dejar pasar esta fecha del 26 de abril sin hacer presente a este profeta de la Memoria Histórica. Gerardi es un referente para toda América Latina y para el mundo entero por su compromiso con las víctimas de las guerras y en concreto con el conflicto armados de Guatemala que dejó alrededor de 200.000 muertos.

Gerardi fue un infatigable defensor de la dignidad de las personas, sobre todo indígenas y gente pobre. En 1995 creó y coordinó el proyecto de la Recuperación de la Memoria Histórica (REMHI), para acompañar y ayudar a las víctimas del conflicto armado a redescubrir su dignidad y sanar sus heridas. El proyecto fue asumido por la Conferencia Episcopal en pleno. En las distintas diócesis se constituyeron equipos de animación. El pueblo guatemalteco se unió a sus obispos en el trabajo de la memoria histórica frente al olvido que querían imponer los grupos de poder y las fuerzas armadas.

Se recolectaron más 6.500 testimonios a lo largo y ancho del país. Los nombres de 60.000 víctimas se grabaron en las columnas del pórtico de la Catedral. Según el Informe del REMHI, el ejército y fuerzas gubernamentales son responsables del 93% de los asesinatos y masacres, mientras que la guerrilla fue responsable del 7%.

A los dos años de la firma de la paz, el 24 de abril de 1998, Gerardi presentó  las conclusiones del proyecto de la Memoria Histórica en la Catedral de Guatemala  en presencia de miles de personas y del cuerpo diplomático. En este Informe expresó: 

“El proyecto de Recuperación de la Memoria Histórica busca conocer la verdad, reconstruir la historia de dolor y muerte, ver los móviles, entender el porqué y el cómo. Mostrar el drama humano, compartir la pena, la angustia de los miles de muertos, desaparecidos y torturados; ver la raíz de la injusticia y la ausencia de valores… Queremos contribuir a la construcción de un país distinto. Por eso recuperamos la memoria del pueblo. Este camino estuvo y sigue estando lleno de riesgos, pero la construcción del reino de Dios tiene riesgos y sólo son sus constructores aquellos que tienen fuerza para enfrentarlos».

Dos días después fue brutalmente asesinado, con una gran piedra en la cabeza, cuando entraba a su casa. Militares a las órdenes del coronel Lima fueron los responsables. Fue una muerte programada por el Ejército guatemalteco. Era la noche del 26 de abril de 1998. Su muerte fue un duro golpe para la Iglesia y para todo el pueblo de Guatemala. En él se cumplen las bienaventuranzas del Evangelio. Su martirio nos confirma en la fe y esperanza de la misión de Jesús, que pasó por el mundo haciendo el bien, y en la fuerza de su Espíritu que sigue presente en la Iglesia que trabaja por la vida, la reconciliación y la paz que nace de la justicia.

Juan Gerardi fue un profeta, un hombre de profunda fe, disponible siempre a la voluntad de Dios. Y desde el reconocimiento de la presencia de Dios en la humanidad sufriente defendió el derecho a la vida de los pobres y promovió el rescate de la Verdad, silenciada durante muchos años en Guatemala por los poderes del Estado. Así surgió el Proyecto de la Recuperación de la Memoria Histórica, cuyo objetivo fue la Reconciliación y la Paz. Con el reconocimiento de la Verdad, Juan Gerardi buscaba que nunca más se vuelva a repetir esta historia de dolor y de muerte. Posibilitó que la gente que sufrió la represión pueda contar su caso y sanar sus heridas psicológicas. Hay quienes dicen que la Memoria Histórica abre heridas. Los que así hablan no han entendido que las heridas que no se cierran gangrenan a la persona y a la sociedad. Para sanar esas heridas es necesario el conocimiento de la Verdad de lo que aconteció. No reconocer la memoria nos pone en riesgo de repetir los errores del pasado. Un pueblo sin memoria es un pueblo sin historia, y un pueblo sin historia es una masa informe de gente manipulable, sin identidad y sin sentido de pertenencia.

Gerardi  expresó la esencia del REMHI:  “Lo que nos interesa es el conocimiento de la Verdad, reconstruir la historia de dolor y muerte, ver los móviles, entender las causas. Ahí podremos ver el drama del dolor humano, sentir la pena, la angustia de los miles de muertos…, para que podamos ver la raíz de la injusticia y ver hasta dónde puede llegar el odio del hombre contra el hombre. Podremos ver también la ausencia de valores y la presencia de antivalores. Este conocimiento nos debe conducir a tomar una actitud solidaria”. 

Buscaba ayudar no solo a las víctimas sino también a los victimarios. No hay reconciliación si no hay reconocimiento de la verdad. Asimismo, ayudó al pueblo guatemalteco a tomar conciencia de que las causas que originaron la guerra radican en la situación de injusticia, corrupción y violencia incrustada en las instituciones del Estado. Por eso, llamó a cambiar esta realidad, para construir la verdadera paz.  Gracias al proyecto  de la Memoria Histórica se ha logrado exhumar las víctimas que en diversas partes del país estaban sepultadas en fosas comunes.

El Informe de la Comisión para el Esclarecimiento Histórico de Naciones Unidas, “Guatemala, Memoria del Silencio”, calificó estos hechos contra la población civil en esos años de guerra, como “genocidio”. 

A Gerardi lo mataron, pero resucitaron a un mártir. Su  muerte  es la más valiente denuncia de un sistema de injusticia institucionalizada que se sustenta a costa de explotar y discriminar a los más pobres. Fue asesinado porque quiso que se realizara el plan de Dios en Guatemala, porque dio a conocer la verdad de tantas violaciones a los derechos humanos. Él sabía que su vida corría peligro, que algunos sectores poderosos de la nación, civiles y militares, lo estaban amenazando. Pero él no abandonó su compromiso. Como Jesús, siguió hasta el final.

Los enemigos de la Verdad creyeron que con matar al Obispo acabarían con su obra. Sin embargo, él sigue vivo en la memoria del pueblo guatemalteco y latinoamericano, al igual que hicieron en el vecino país de El Salvador con Oscar Romero. Su muerte alienta hoy la lucha y la esperanza por una nueva Guatemala de paz, justicia y libertad. Su testimonio nos impulsa a continuar el trabajo que él comenzó y nos da fuerza para vencer las dificultades.

Gerardi era consciente de que iba a encontrar resistencias.  Decía: “Ante los temas económicos y políticos mucha gente reacciona diciendo: para qué se mete en esto la Iglesia. Quisieran que nos dedicáramos solamente a los ministerios sacramentales. Pero la Iglesia tiene una misión que cumplir en el ordenamiento de la sociedad, que incluye los valores éticos, morales y evangélicos”.

El obispo Gerardi nos reta también a los cristianos de España a comprometernos en la búsqueda de la verdad sobre lo que sucedió durante la guerra civil y durante la dictadura franquista. “No se puede ocultar la verdad”. ¿Qué intereses hay en algunos políticos españoles para ocultar la verdad de lo que sucedió durante la dictadura? Es necesario conocer la verdad para que nunca más se repita esa página oscura de nuestra historia, pero también para dignificar a las víctimas.  Es justo y necesario exhumar los innumerables cadáveres que aún se encuentran en fosas comunes.  Es un derecho que tienen sus familiares, hijos y nietos y, sobre todo, porque es una exigencia ética dar sepultura digna a los muertos. Es así como se logrará la reconciliación y la paz que nace de la justicia. La figura profética del obispo Juan Gerardi debería ser un referente y una luz hoy en España.

El testimonio de su vida hasta derramar su sangre en solidaridad con las víctimas del conflicto, queda como legado no solo del pueblo guatemalteco sino también para todos los pueblos que han sufrido represión y genocidios. Su martirio nos confirma la presencia y la fuerza del Espíritu de Dios en la Iglesia y nos alienta a caminar llenos de esperanza y de fe en la utopía, hacia la construcción de otro mundo alternativo, signo de la presencia del reino de Dios.

Fernando Bermúdez

Diaconisas en África

El Patriarcado de Alejandría ordena una diaconisa apelando a la tradición del cristianismo primitivo

Angelic Molen estudia geografía y ciencias medioambientales y será responsable de iniciativas ecológicas en las parroquias de Zimbabue

El arzobispo ortodoxo Serafim de Zimbabue, dependiente del Patriarcado de Alejandría, ha ordenado a Angelic Molen como diaconisa, siendo la primera mujer desde la Iglesia primitiva en recibir este sacramento. Mientras media África discute sobre ‘Fiducia supplicans’ o diversas comisiones se atascan en el estudio de la cuestión de cara al Sínodo, el pasado Jueves Santo (ortodoxo) el arzobispo procedió a la ordenación.

Diaconisa ecológica

El Centro San Febe para la Diaconisas ha recogido la declaraciones del arzobispo de Zimbabue explicando que “ella hará lo que hace el diácono en la liturgia y en todos los sacramentos en nuestros servicios ortodoxos“. Hay que tener en cuenta que en la Iglesia Ortodoxa, los diáconos tienen principalmente la tarea de ayudar en la liturgia y no ordinariamente presidir los sacramentos. Molen trabaja desde hace años en la parroquia misionera de San Nektarios, en Harare, donde ha estado implicada en la pastoral juvenil, la catequesis y el trabajo con madres.

Actualmente la nueva diaconisa estudia geografía y ciencias medioambientales y el arzobispo ha comunicado que como parte de su nuevo ministerio será responsable de iniciativas ecológicas en las parroquias de Zimbabue. La ordenación forma parte de la decisión adoptada por el Patriarcado Ortodoxo de Alejandría y de toda África en 2016 de admitir a las mujeres en el diaconado, como era costumbre en la Iglesia primitiva. Así, en 2017 se ordenaron las primeras mujeres como subdiáconos en la República Democrática del Congo. Ya en 1906, la Iglesia Ortodoxa Rusa consideró la posibilidad de revivir el diaconado eclesiástico primitivo para las mujeres. A mediados del siglo XX, la Iglesia Ortodoxa Griega fundó una escuela de diaconisas en Atenas, que se cerró unos 20 años después.

1ª Conf. Inter. Antifascista

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Por Eric Toussaint | Otro mundo es posible

Fuentes: CADTM

¿Cuál es la originalidad de la conferencia que se celebra en Porto Alegre del 17 al 19 de mayo de 2024?

En los últimos años, frente al (de nuevo) ascenso de la extrema derecha a nivel mundial, se han celebrado varias conferencias internacionales. Por lo general, fueron organizadas por un partido político o por una misma familia política, o incluso por una fundación particular, por ejemplo la Fundación Rosa Luxemburgo.

La primera originalidad de la presente iniciativa consiste en que está organizada por varios partidos y cuenta con el apoyo de otros partidos políticos de izquierda que han dejado de lado para esta ocasión los desacuerdos que los separan. En este caso, dos partidos de izquierda que tienen una historia diferente, el PT y el PSOL de Porto Alegre, capital del estado de Río Grande do Sul, acordaron convocar juntos esta conferencia y constituir un comité organizador local unitario. Han obtenido el apoyo de su organización nacional. Esta es la primera originalidad. No es algo banal cuando se sabe lo dividida que está la izquierda en todos los rincones del planeta.

La segunda originalidad: otros partidos de izquierda han seguido sus pasos y apoyan esta conferencia, se trata en particular del Partido Comunista de Brasil (PCdoB de origen maoísta) y de la Unidad Popular.

La tercera originalidad: importantes movimientos sociales brindan su apoyo activo, se trata del Movimiento de los Sin Tierra (MST, miembro de La Vía Campesina) y de sindicatos como los del personal de la enseñanza (CEPRS), el personal técnico-administrativo de las universidades (Assufrgs) y la Central Única de Trabajadores (CUT) del Estado de Rio Grande do Sul. Otros movimientos sociales también apoyan.

La cuarta originalidad: todos los continentes y casi todas las grandes regiones del mundo estarán representadas aunque sea de manera desigual. Habrá delegadas y delegados de América del Norte, de toda (o casi toda) América Latina y el Caribe, del Norte de África y la región “árabe”, de África subsahariana, Europa, Australia,…

La quinta originalidad: también estarán presentes redes internacionales como el CADTM o los ATTAC, fundaciones como CLACSO (el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales), el Transnational Institute con sede en Ámsterdam o la Fundación Copérnic con sede en Francia. Organizaciones o foros políticos internacionales estarán también: el Foro de Sao Paulo, la Cuarta Internacional, la Liga Internacional Socialista (LIS), la Tendencia Socialista Internacional (IST en inglés) y, como se espera, la Internacional Progresista y probablemente otros. De Francia, La France Insoumise y el NPA estarán presentes; del Estado español, Anticapitalistas, la CUP (Cataluña) y ATTAC; de Portugal el Bloque de Izquierda (Bloco de Esquerda),… De Estados Unidos: DSA (Democratic Socialists of America). De Australia: Green Left (Izquierda Verde). De Argentina: Movimiento Socialista de Trabajadores y TrabajadorasLibres del SurUnidad PopularMarabuntaMULCSFOLCPI, y también la Autoconvocatoria para la suspensión del pago de la deuda, la Revista CrisisATTAC-CADTM Argentina, Economistas de izquierda, sindicatos como la CTA. Para ver la lista de “personalidades” cuya participación está confirmada, ver en https://antifas.org/asistencia-confirmada/.

La sexta originalidad: mientras que en el marco de los Foros Sociales Mundiales y sus homólogos a escala de los continentes los partidos políticos no son admitidos como tales, en el presente caso partidos políticos, movimientos sociales, asociaciones ciudadanas estarán presentes codo con codo.

Séptima originalidad: no se trata sólo de interpretar el mundo de la extrema derecha, se trata de intentar lanzar una iniciativa para intentar cambiar la situación. Ciertamente, será de manera modesta porque solo estamos al principio del proceso, pero si la etapa de Porto Alegre es alentadora, podremos progresar paso a paso. Esto implicará superar las divisiones que debilitan dramáticamente a la izquierda para hacer frente a la extrema derecha.

¿Cómo van los preparativos en Porto Alegre?

Es muy alentador ver que a fecha de 2 de mayo de 2024, dos semanas antes del inicio de la conferencia, hay 1376 personas que se han registrado a través de la web https://antifas.org/subscribir/ para participar de forma presencial. Varias organizaciones sindicales de Porto Alegre ponen alojamientos colectivos y salas de reuniones a disposición de la conferencia. También ponen autobuses para transportar a personas de los barrios populares al lugar de salida de la marcha de apertura que tendrá lugar el viernes 17 de mayo a partir de las 18:00 horas. Se esperan miles de participantes en esta marcha. Esto tampoco es banal, porque últimamente la izquierda no ha reunido grandes concentraciones en Brasil. Y en el mundo recientemente no ha habido grandes manifestaciones callejeras contra la extrema derecha, excepto en Alemania a principios de 2024. Por supuesto, y es alentador, se están produciendo en todo el planeta movilizaciones masivas en solidaridad con el pueblo palestino frente al gobierno de extrema derecha de Netanyahu. Además, durante la conferencia de Porto Alegre, estableceremos un enlace con las movilizaciones que se desarrollan masivamente en los campus universitarios de Estados Unidos.

También hay que señalar que en otros Estados, además del de Rio Grande do Sul, se están tomando iniciativas unitarias en preparación de la conferencia de Porto Alegre, como es el caso especialmente en el Estado de Ceara.

¿Cuáles son las actividades en el programa de la conferencia además de la manifestación del 17 de mayo?

Habrá 8 asambleas plenarias sucesivas organizadas bajo la responsabilidad del comité organizador local entre el sábado 18 por la mañana y el domingo 19 de mayo por la tarde. Y además habrá decenas de actividades autoorganizadas. Ver el programa de las sesiones plenarias: https://antifas.org/conferencia/ Probablemente habrá visitas de campo para las y los participantes que lleguen antes de que comience la conferencia o que permanezcan después del domingo 19 de mayo. También habrá actividades culturales. Hay que precisar que el PT y el PSOL están en la oposición en la capital Porto Alegre y en el Estado de Rio Grande do Sul dominado por la derecha. Toda la logística está organizada sin ningún apoyo institucional. Todo pasa por esfuerzos militantes y el apoyo financiero de las organizaciones políticas y sociales que apoyan esta iniciativa.

¿Por qué la ciudad de Porto Alegre es un buen lugar para esta conferencia y para poner en marcha un proceso que debería ganar fuerza a continuación?

Porto Alegre fue la cuna en 2001 del Foro Social Mundial que se reunió en varias ocasiones con una participación muy numerosa: hasta 100 000 participantes. Era, por supuesto, otra época: estábamos en el apogeo de grandes movilizaciones internacionales contra la ofensiva capitalista neoliberal y allí nació lo que llamamos el movimiento altermundialista o antiglobalización con los temas: “Otro mundo es posible”, “El mundo no es una mercancía”. Luego, el FSM y estas grandes movilizaciones declinaron. En un contexto francamente desfavorable con una subida masiva de la extrema derecha y un retroceso de la izquierda en muchos lugares del planeta, se trata de intentar contribuir a reactivar una dinámica de acumulación de fuerzas. No será fácil. Comenzar de nuevo desde Porto Alegre, cuna del Foro Social Mundial, es, por lo tanto, una buena decisión.

Hay una segunda razón para considerar que Porto Alegre es el lugar adecuado para celebrar esta primera conferencia: la relativa proximidad con Argentina (por carretera hay unos 1300 km, menos de 1000 si se pasa por Uruguay). Es posible desplazarse por carretera en transporte colectivo para llegar desde Buenos Aires u otras partes de Argentina a Porto Alegre. Una docena de organizaciones argentinas de izquierda se coordinan para enviar dos autobuses a Porto Alegre, es decir, un centenar de activistas. La presencia activa de las y los compañeros de Argentina es particularmente fundamental ya que allí hace estragos el gobierno de Javier Milei que intenta implementar un programa de choque contra las conquistas sociales y que se reclama claramente de ideas de extrema derecha.

La tercera razón: en esta ciudad el PT y el PSOL son aliados y han superado sus divergencias, por ejemplo, para presentarse juntos en las elecciones municipales que se celebrarán en octubre de 2024. No están solos, también están con ellos el PCdoB, el partido REDE,… También está el apoyo de movimientos sociales como el MST y los sindicatos.

¿Por qué reunir una conferencia de este tipo en 2024 y por qué en Brasil?

Hace tiempo que deberíamos haber reunido una conferencia así. En efecto, hay que recordar que Bolsonaro y sus partidarios intentaron, invadiendo los centros de los tres poderes judicial, legislativo y ejecutivo en Brasilia el 8 de enero de 2023, hacer un remake del 6 de enero de 2021 organizado por Trump y sus partidarios cuando se invadió el congreso en Washington. Se pudo tener la confirmación desde ese momento de que Bolsonaro estaba preparando su regreso desestabilizando el gobierno de Lula apenas elegido. Además, Bolsonaro y sus partidarios acaban de volver a hacer, en febrero de 2024 con una manifestación de casi 200,000 personas en Sao Paulo, la demostración de que pueden movilizar masivamente a sus partidarios y partidarias en las calles. La izquierda mostró uniéndose electoralmente que podía vencer a Bolsonaro en las urnas, pero la victoria fue muy corta y las y los brasileños no se deshicieron definitivamente de Bolsonaro y la extrema derecha, ni mucho menos. Más recientemente, a finales de 2023, se produjo la victoria electoral de Javier Milei en Argentina, que es otra señal de alerta de gran gravedad a nivel continental.

Durante este año 2024, la extrema derecha que acaba de anotar puntos en varios países de Europa entre finales de 2023 y abril de 2024, especialmente en los Países Bajos, Portugal, Alemania… se fortalecerá aún más en las elecciones europeas de junio de 2024 y en otras elecciones nacionales. Del mismo modo, el gobierno de extrema derecha de Modi puede salir reforzado de las elecciones de mayo en la India. Bukele en El Salvador fue reelegido a principios de 2024, Putin fue reelegido y, por supuesto, existe el riesgo de una victoria electoral de Trump en las elecciones presidenciales de noviembre de 2024. Sin olvidar el genocidio en curso perpetrado contra el pueblo palestino por el gobierno fascista de Netanyahu.

Para todo esto en 2024, ya era hora de lanzar una iniciativa de alcance internacional y Brasil es un buen lugar para hacerlo.

¿La extrema derecha está a la iniciativa a nivel internacional?

Obviamente, la extrema derecha aprovecha la crisis capitalista en sus diferentes formas para progresar y expresar que tiene el viento de cola a nivel internacional. Las reuniones de la extrema derecha se multiplican a nivel internacional y el hecho de que esté al frente de gobiernos le da alas. La investidura de Milei a finales de 2023 fue una oportunidad más para mostrar la convergencia, a pesar de su diversidad, entre Victor Orban primer ministro húngaro, Donald Trump, Bolsonaro, Netanyahu, la extrema derecha española,… En julio de 2024, representantes de la extrema derecha se reunirán en Sao Paulo.

¿Y en el futuro?

Si la alianza PT-PSOL ganara el ayuntamiento de Sao Paulo en las elecciones de octubre de 2024, la capital económica de Brasil podría acoger en 2025 una segunda conferencia antifascista. ¿Por qué no? Y si no es así, habrá que encontrar un lugar adecuado para continuar con el esfuerzo iniciado.

Lo que también sería muy útil sería tener iniciativas continentales o por grandes regiones. Después de la conmoción que va a provocar el fortalecimiento de la extrema derecha en el parlamento europeo, ¿habrá una reacción saludable por parte de un número significativo de fuerzas de izquierda para convocar una gran conferencia europea unitaria? Y en América del Norte (Estados Unidos, Canadá, México,…), ¿podría la izquierda también organizar una iniciativa? Otras regiones del planeta podrían ver nacer iniciativas…

 ¿Cuáles son las dificultades que hay que superar para iniciar un proceso poderoso?

Sólo estamos al principio de un proceso y el resultado positivo no está garantizado. Lo que está garantizado es que si no se intenta construir un poderoso movimiento internacional contra la extrema derecha, ésta tiene muchas posibilidades de continuar su avance y envalentonarse. Las divisiones dentro de la izquierda en los diferentes continentes constituyen un elemento importante de la debilidad de la respuesta ante el ascenso de la extrema derecha. Entre los muchos problemas que surgen en el intento de construir una gran iniciativa unitaria, podemos mencionar los siguientes: la voluntad de privilegiar su propia construcción como fuerza política; la negativa a ayudar al éxito de una iniciativa de vocación unitaria por el temor de que esto refuerce a un competidor político; la resistencia a hacer la unidad con partidos cuya política en el gobierno favorece desilusiones que llevan a una parte del electorado de izquierda o a primeros votantes a dirigir sus votos hacia la derecha; la ausencia de colaboración anterior, la dificultad de poner juntos a partidos, movimientos sociales y asociaciones ciudadanas; de unir a organizaciones e individuos… Todo esto corresponde a problemas muy reales y no es fácil superarlos. Además, en la construcción de un amplio movimiento internacional contra la extrema derecha, hay que ser capaz de debatir estos problemas, comprenderlos, para intentar resolverlos o dejarlos de lado provisionalmente para fortalecer las convergencias en una plataforma unitaria operativa.

La adopción de tal enfoque de frente único no implica en absoluto que cada organización renuncie a su autonomía, su programa y su acción. Para las y los anticapitalistas, construir una alianza anti-extrema derecha, antifascista, que puede incluir partidos de izquierda que participan en gobiernos, que practican la colaboración de clase, debería ir de la mano con redoblar los esfuerzos para hacer creíbles una perspectiva y una práctica revolucionaria. De todos modos, lograr hacer frente al ascenso de la extrema derecha dependerá de la capacidad de desarrollar grandes movilizaciones populares y de ayudar a que éstas conduzcan a cambios políticos en ruptura con el sistema capitalista favoreciendo una salida ecologista socialista (“ecosocialista”), feminista, antirracista, internacionalista…

Eric Toussaint . Doctor en Ciencias políticas de la Universidad de Lieja y de la Universidad de París VIII, es el portavoz del CADTM internacional y es miembro del Consejo Científico de ATTAC Francia

¿Presbíteras?

¿Mujeres presbíteras?

Carta al obispo de Roma

«Siento que, siendo tú el papa que más ha hecho por la mujer, vas a recibir más críticas que gratitud. Pero bien sabes que esa es nuestra pasta humana seamos de derechas o de izquierdas»

Según el Nuevo Testamento, tampoco el presbítero es un «sacerdote» sino un simple «cuidador» (cura)

«Mi impresión es que, en este tema del ministerio eclesial, el principio mariano y el principio petrino, deben sumar más que contraponerse»

Por José I. González Faus

Hermano Francisco:

Sumamente agradecido por todo lo que la Iglesia te debe, quisiera comentar contigo unas declaraciones en las que negabas la posibilidad de acceso de la mujer al presbiterado. Yo comprendo que tú no puedas hacer eso ahora, estando tan cercana la declaración de Juan Pablo II que lo dio como una respuesta “definitiva”, y estando tú en una situación tan terriblemente difícil, y que tantos dolores te está costando. Siento además que, siendo tú el papa que más ha hecho por la mujer, vas a recibir más críticas que gratitud. Pero bien sabes que esa es nuestra pasta humana, seamos de izquierdas o de derechas: cuando nos lo ponen fácil, nos dejamos llevar y nos precipitamos; cuando nos lo ponen difícil, nos callamos.

Vamos a dejar un momento los discernimientos prácticos y discutir un poco la teoría. Esta vez, por lo menos la argumentación no es que “nunca se ha hecho así”. Nadie como Jesús hizo cosas que nunca se habían hecho, causando el escándalo consiguiente. Esta vez recurres a un argumento de Urs von Balthasar que habla de un doble principio en la Iglesia: el principio mariano y el principio petrino. María es madre de la Iglesia y Pedro es roca sobre la que está edificada. Declaras además que aquel es superior a este, aunque cierra el acceso de las mujeres al ministerio eclesiástico. Eso es al menos lo que yo he podido leer.

Sacerdocio de la mujer

El argumento tiene su apariencia. Pero exige una aclaración nítida de lo que es el ministerio eclesiástico: pues creo que una falsa “sacerdotalización” de ese ministerio puede provocar un rechazo inconsciente al acceso de la mujer, ya que la mera idea de “mujeres sacerdotisas” nos pone en guardia inconscientemente, porque nos evoca figuras paganas como las prostitutas sagradas y demás.

Superación del rechazo

Pero la superación de ese rechazo no va por la línea de excluir a la mujer sino de que comprendamos que tampoco el presbítero es un sacerdote, por muy acostumbrados que estemos a ese lenguaje impropio. Lenguaje que ha provocado una sacralización de los presbíteros, la cual está en la base del nefasto clericalismo que tanto has combatido y criticado y que ha sido fuente de mil abusos de todas clases.

Para el Nuevo Testamento la palabra sacerdote solo se aplica a Cristo como sustantivo y (ya más bien como adjetivo) al pueblo de Dios como “pueblo sacerdotal”. “Mediador entre Dios y los hombres no hay más que uno”, confirma una de las cartas pastorales que son las que más hablan del ministerio eclesiástico. (1 Tim 2, 5.6). Comencemos pues nosotros, los varones ordenados, por despojarnos de esa atribución irreverente de sacerdotes.

¿Qué nombre dar entonces a los servidores de la Iglesia? En las comunidades de la Reforma ha funcionado el de “pastor” y quizás eso facilitó su apertura a la mujer. Es una palabra muy bíblica, pero no demasiado atractiva para la mentalidad moderna.

 El término presbítero (que propiamente significa anciano) tampoco es muy significativo para hoy, cuando los ancianos somos mucho más viejos que los de hace veinte siglos y, más que “experiencia acumulada”, sugerimos la idea de pérdida de memoria. El lenguaje popular ha acuñado también la palabra “cura” y a esa quisiera acogerme yo ahora.

La ‘curación’ y el ‘cuidado’

Es una palabra que evoca la curación y el cuidado. Esto último muy característico de la mujer y del que nos dicen las feministas que hemos de aprender los varones. Pero además creo que define bien la misión del ministerio eclesiástico, en plena consonancia con el Nuevo Testamento: ser responsable (cuidador) de la comunidad de fieles, todos ellos muy ocupados con sus diversas profesiones, y que no se sostendrá como comunidad si alguien no asume expresamente esa tarea.

Perdona si hablo ahora de mí, pero quisiera decirte que un viejo estudio mío se titulaba precisamente “Hombres de la comunidad” y, al traducirlo al inglés, me propusieron traducir ese título como: “builders of community”, cosa que acepté en seguida agradecido. La misa nicaragüense hablaba bellamente de los cristianos como “constructores de nueva humanidad”; y para eso es preciso que en la santa Madre Iglesia haya personas que sean “constructoras de nuevas comunidades”. Ese me parece el sentido auténtico del ministerio eclesiástico.

¿Sacerdotisas o constructoras y cuidadoras?

Te comento hermano Francisco, que aquel libro suscitó en 1989 un comentario crítico de los obispos españoles de entonces; pero en él declaraban expresamente que el libro salvaba todos los límites de la ortodoxia; solo les preocupaba desde el punto de vista pastoral: porque temían que no suscitaría vocaciones. Lo cual puede sugerir reflexiones importantes sobre el sentido de la vocación; y obliga también a las mujeres a preguntarse si lo que quieren es ser sacerdotisas o ser constructoras y cuidadoras de comunidad cristiana: pues algunas (no todas) dan la impresión, por su manera agresiva de reclamar, que buscan más la gloria de la primera alternativa, que el trabajo abnegado y caritativo de la segunda.

Perdona esta reflexión, querido hermano. Pero me parecía necesaria para sacar la conclusión de que la distinción balthasariana entre “principio mariano y principio petrino” en la Iglesia, no tiene aplicación en este tema del ministerio de la mujer. A lo más (porque a estas cosas hay que darles la aplicación más estricta) podría tenerla para argüir que la mujer no podrá ser papa (Petrus); aunque me parece que esta aplicación, si algún día llega, tardará bastante en llegar. Pero ¿aceptaríamos el argumento de que una institución como Caritas, que puede ser la mejor expresión del principio mariano (por maternal y cuidadosa) solo deberían llevarla mujeres? Pues si no se acepta la exclusión en un caso, parece que tampoco en el otro.

El viejo Karl Rahner escribió (¡ya en 1971! y antes de que existieran todas estas trifulcas apasionadas) que “fundamentalmente no veo ningún motivo para contestar negativamente” a la pregunta sobre el ministerio presbiteral de la mujer

Mi impresión es más bien que, en este tema del ministerio eclesial, el principio mariano y el principio petrino, deben sumar más que contraponerse. Y me atrevo a remitirte a otro gran teólogo: el viejo Karl Rahner escribió (¡ya en 1971! y antes de que existieran todas estas trifulcas apasionadas) que “fundamentalmente no veo ningún motivo para contestar negativamente” a la pregunta sobre el ministerio presbiteral de la mujer (p. 161 de la última edición española de su Cambio estructural en la Iglesia).

La ordenación de mujeres, reflexión presente en el Sínodo

Cuando Jesús instituyó la eucaristía no habló para nada de “reservar” el pan y el vino consagrados. Fue la Iglesia quien comprendió que a los enfermos o campesinos que no podían asistir a las eucaristías comunitarias, no se les podía negar la comunión. Y esa práctica trajo algunos conflictos, pero acabó imponiéndose. A mí hoy me causa dolor que algunas comunidades de vida contemplativa se vean privadas (por falta de clero, por imposibilidad de traslado de gente mayor…) de esa participación eucarística que el mismo Catecismo de la Iglesia católica califica como “corazón y cumbre de la vida de la Iglesia” (n. 1407). Creo que, como los primeros cristianos, estamos obligados a buscar un remedio a esa exclusión.

¿Es o no la voluntad de Dios?

Pongamos pues el problema donde lo situó tu predecesor Benedicto: en si es esa o no la voluntad de Dios. Pongámonos como Iglesia en estado de oración, para pedir al Señor que cumplamos Su voluntad, y luego quedémonos en paz. Porque si a alguien la prisa por resolver este problema le turba demasiado, debería recordar aquellas palabras de nuestro padre Ignacio, que tú yo podemos recordar un poco más: “todo lo que nos turba viene del demonio”. O recordar aquellas otras de la gran mujer que fue Teresa de Ávila: “la verdad padece mas no perece”: y padezcamos nosotros un poco con ella, para que no perezca.

Un gran abrazo muy agradecido.

Postdata

Quería enviarte esta carta para el 8M pero me ha surgido un problema para entonces. Para no darte más la lata, y ya que ahora estoy con la pluma en la mano (hoy sería mejor decir con el dedo en la tecla), quisiera hacerte una petición que no tiene nada que ver con lo anterior. Veo muy probable que tú acabes también dimitiendo: o por razones de salud o porque ves que ya está definitivamente implantada y consolidada esa reforma de la curia romana, que será una de tus grandes aportaciones a la Iglesia de Dios.

Francisco y Benedicto XVI

Me atrevo a pedir que, en ese caso, digas bien claramente que ya no eres papa y que no se puede hablar de “dos papas” como hemos venido oyendo en los años pasados. Cuando en una diócesis dimite el obispo y se le nombra un sucesor, sigue siendo obispo y cabe hablar de dos obispos: porque el obispado es un sacramento. Pero el papado no es un sacramente sino una función: con lo que el título cesa cuando se acaba esa misión, y ya no cabe hablar de papa emérito. Benedicto XVI podía ser llamado “expapa”, no papa emérito. El último papa que dimitió antes de Benedicto (San Celestino V) dejó de ser papa hasta tal punto que su sucesor (el lamentable Bonifacio VIII) lo metió en la cárcel…

Tú, en vez de meter en la cárcel a Benedicto firmaste con él una encíclica conjunta, mucho más suya que tuya. Y antes (que yo sepa) ni Clemente I, ni Benedicto IX, ni los que fueron obligados a renunciar como Silverio y Gregorio VI siguieron llamándose papas. Acabemos pues con ese lenguaje de “los dos papas” que parece elegido por los manipuladores de Ratzinger para enfrentarlo contigo, y que gustaba a los medios llamados de comunicación que prefieren mucho más las peleas que los abrazos (a menos que estos sean adulterinos, claro): porque aquellas dejan mucho más dinero que éstos y los MCS han nacido en eso que tú llamabas “un sistema que mata”.

Para todo lo anterior he encontrado palabras. Pero no las encuentro ahora para expresarte, desde mi pequeñez, una gratitud inmensa por todo el bien que has hecho a la santa Iglesia de Dios y por todo el dolor y la oposición que eso te ha costado. Acabemos como tantas cartas de san Ignacio: “que su santísima Voluntad sintamos y aquella enteramente cumplamos”. Que eso vale para todos.

Unidad de Acción Pastoral «Fuente de Vida»

Un análisis del Documento Síntesis del Sínodo:

«Todos discípulos, todos misioneros»

Pedro Barreto: «La espiritualidad sinodal se está empezando a vivir en las parroquias»

«Es Jesús quien nos elige, nos reúne en comunidad y nos envía a ser sus discípulos misioneros»

«La diversidad de carismas y ministerios pastorales enriquece la unidad en la Iglesia».

«La conformación de los miembros de la CEAMA expresa, por primera vez en la historia de la Iglesia, la participación de todos los bautizados como discípulos misioneros de Jesucristo en la región amazónica».

17.04.2024 Paola Calderón

La Iglesia se dispone a vivir la segunda sesión de la Asamblea del Sínodo y dentro de las tareas de este tiempo está divulgar y analizar el documento síntesis, que si bien recoge los elementos que surgieron del diálogo, la oración y el intercambio de diferentes puntos de vista; no deja de plantear interrogantes frente a los desafíos y la postura que debe tomar la Iglesia como parte del proceso.

El Card. Pedro Barreto, arzobispo emérito de Huancayo en Perú, nos ofrece su reflexión sobre la segunda parte del documento: «Todos discípulos, todos misioneros». El cómo lograrlo,  los puntos comunes de dicha búsqueda y las cuestiones por afrontar; hacen parte de este diálogo con un hombre que desde hace tiempo apostó por la sinodalidad que considera base de su actividad pastoral y una forma válida de ejercer la autoridad de manera distinta que conserva la determinación para impulsar nuevas estructuras al interior de la Iglesia, alentando la participación de los laicos y propiciando el respeto por los valores ancestrales de los pueblos originarios, sin que esto signifique una pérdida sobre la conciencia de todo lo que falta por construir en el campo de la inculturación del Evangelio.

La misión

La segunda parte del documento síntesis del Sínodo se titula «Todos discípulos, todos misioneros». En uno de sus apartados afirma que más allá de considerar que la Iglesia tenga una misión se debe hablar de que la Iglesia es misión. ¿Cuál es la diferencia? 

Es verdad. Siempre se ha hablado que la Iglesia tiene una misión y ahora se afirma que la Iglesia, en sí misma, es misión. No estamos cambiando nada sino más bien se resalta que la identidad de la Iglesia nos la ofrece Jesús, el enviado, el misionero del Padre, para anunciar el Reino de Dios y la salvación a toda la humanidad. Para ello, convoca a un grupo de discípulos a fin de fundar su Iglesia sinodal en misión y nos dice: “¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envió a mí, así los envío yo también” (Juan 20, 21).

Es Jesús quien nos elige, nos reúne en comunidad y nos envía a ser sus discípulos misioneros. Por eso, decimos que la Iglesia es misión. Nosotros, al ser elegidos por Él, somos corresponsables de la comunión entre nosotros para hacer más eficaz la continuidad de su misión mediante la participación de todos los bautizados, miembros del Pueblo de Dios.

Recibimos esta gracia de la corresponsabilidad mediante los sacramentos del Bautismo, Confirmación y de la Eucaristía. Es frecuente que no seamos conscientes de nuestra identidad eclesial como miembros del Pueblo de Dios. En general se piensa que son los obispos, los sacerdotes y las religiosas los que llevan adelante el proceso evangelizador. Esto no es toda la verdad. En el Informe de Síntesis se afirma que “la familia es la columna vertebral de toda comunidad cristiana” (8 c). Las relaciones entre sus miembros expresan el amor de Dios donde los padres e hijos se ayudan mutuamente para servir a los demás, como nos lo enseña Jesús.

No puedo dejar de mencionar las capacidades apostólicas de las personas con discapacidad: “queremos valorar la contribución a la evangelización que aporta la inmensa riqueza de humanidad que traen consigo. Reconocemos sus experiencias de sufrimiento, marginación, discriminación, a veces sufridas dentro de las comunidades cristianas” (IS 8 k)

Responsabilidad compartida

Confiar encargos y ministerios a los laicos es una preocupación de este tiempo y en algunos lugares es una apuesta concreta, ¿Qué efectos ha generado este cambio de postura? ¿Cómo se han transformado la Iglesia y las comunidades con la participación del laicado?

Tenemos que sensibilizar a todos los bautizados que son miembros de una Iglesia en permanente misión, una iglesia, como dice el Papa Francisco, en salida misionera. Reconocemos que los laicos están muy activos en las diversas áreas pastorales de la Iglesia. Pero son los laicos, en su gran mayoría, los que no asumen su corresponsabilidad en la misión evangelizadora de la Iglesia en el ámbito familiar y social. Muchos laicos se consideran agentes pastorales de la Iglesia, pero olvidan que su vocación laical les impulsa a que la verdad del Evangelio impregne las realidades de la vida social, económica, política y cultural (cf. Lumen gentium, 31; Christifideles laici, 15).

Pero ya San Juan Pablo II hablaba que “una eclesiología auténtica debe poner especial cuidado en evitar tanto la laicización del sacerdocio ministerial como la clericalización de la vocación laical (cf. Juan Pablo II Discurso a los laicos, 18 de septiembre de 1987, 5).

En el proceso sinodal que estamos viviendo con el Papa Francisco, se está dando la oportunidad para que los laicos, especialmente las mujeres (incluyendo religiosas) asuman responsabilidades en los organismos eclesiales y puedan participar activamente en las asambleas eclesiales.

Un ejemplo de ello es la Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA) que -según los Estatutos aprobados por el Papa Francisco- participan, con voz y con voto, un o una representante de los pueblos originarios amazónicos, un religioso/a, un sacerdote, un laico/a y un Obispo de las siete Conferencias Episcopales que tienen territorio en el bioma Amazónico.  La conformación de los miembros de la CEAMA expresa, por primera vez en la historia de la Iglesia, la participación de todos los bautizados como discípulos misioneros de Jesucristo en la región amazónica.

El Sínodo sobre la Sinodalidad convocado por el Papa Francisco en octubre del 2021, ha iniciado un proceso de escucha y diálogo con una consulta amplia al Pueblo de Dios. Son dos sesiones del Sínodo (octubre 2023 y 2024). La espiritualidad sinodal se está empezando a vivir en las Parroquias, en las Iglesias Particulares y en la Iglesia Universal con la metodología de la “conversación en el Espíritu” que fue una grata novedad para los participantes en la primera sesión (octubre 2023) del Sínodo sobre la Sinodalidad.

Uno de los efectos evidentes es la generación de un nuevo impulso al interior de la Iglesia, donde los laicos están despertando del largo letargo de la pasividad e indiferencia. En gran parte causado por un clericalismo que apagaba toda iniciativa y creatividad pastoral. Sin embargo, ya hay experiencias muy alentadoras de la inclusión de los laicos en la vida y en la misión de la Iglesia.

Dispuestos a servir

Los padres y madres sinodales consideran que es necesario conciliar las disposiciones canónicas y la reflexión teológica respecto a la participación de laicos, mujeres, pueblos originarios… ¿Cómo dar pasos para alcanzar este objetivo? ¿Esto puede afectar la unidad de la misión de la Iglesia?

Como en una orquesta sinfónica, hay diversidad de instrumentos y de personas que se ponen de acuerdo para dar vida una partitura musical compuesta por un autor. El ritmo y la cadencia de la pieza musical la imprime el Director. De manera semejante se experimenta también en la Iglesia Sinodal. Todos discípulos, todos misioneros. Somos miembros de la Iglesia con una diversidad cultural, racial, económica y social. Nos ponemos de acuerdo para testimoniar y hacer vida nuestra “partitura”: el Evangelio de Jesús. El Papa Francisco, como sucesor de San Pedro y los Obispos en sus Jurisdicciones Eclesiásticas son los aseguran el ritmo y la cadencia evangélica para la renovación de la Iglesia en el hoy de nuestra historia.

Este volver a caminar juntos, como Pueblo de Dios, nos exige conciliar las disposiciones canónicas y la reflexión teológica respecto a la participación de laicos, mujeres, pueblos originarios en este proceso evangelizador. Entre las propuestas del Informe de Síntesis se indica la necesidad de promover una mayor creatividad a la hora de establecer los ministerios, la diversidad de servicios en las iglesias locales que realizan los jóvenes, las mujeres y los agentes pastorales. La diversidad de carismas y ministerios pastorales enriquece la unidad en la Iglesia.

La participación de la mujer en la Iglesia es muy activa. Como agentes pastorales realizan una labor pastoral encomiable, especialmente las religiosas, que asumen la responsabilidad pastoral de atender las Parroquias rurales donde no están presentes los sacerdotes. Ellas presiden las Liturgias de la Palabra y celebran los sacramentos del bautismo y del matrimonio.

El derecho canónico tiene que ir adaptándose a esta reflexión teológica que es dinámica y que va en la línea de lo que hemos afirmado que la iglesia es misión todos discípulos todos misioneros corresponsables de la misión de la iglesia al servicio del mundo.

El rol de los pastores

¿Cómo lograr que las estructuras pastorales sirvan para animar los carismas y ministerios laicales? ¿Cuál es el rol de los obispos en este camino?

El proceso sinodal exige la renovación de las estructuras pastorales desde las parroquias, las Iglesias particulares y la Iglesia universal. En este sentido el liderazgo de los obispos es esencial para animar a los sacerdotes, religiosas y laicos a participar activamente en el dinamismo pastoral de una Iglesia sinodal en misión.

También los sacerdotes deben promover una Iglesia toda ministerial dando espacio a los carismas de los laicos porque son dones del Espíritu Santo, que, en su diversidad, enriquecen la unidad de la Iglesia. El caminar juntos, como Iglesia, nos lleva a promover la espiritualidad sinodal a fin de revitalizar las estructuras pastorales, mediante la “conversación en el Espíritu”.

La esencia del Evangelio

En el Instrumentum Laboris aparece la expresión «Una Iglesia toda ministerial» los asistentes al Sínodo la consideran ambigua… ¿Cuál es su opinión?

Debemos precisar que la palabra ministerial, en el contexto eclesial, expresa una identidad, un servicio que se realiza y que abarca toda la vida del creyente. Cuando afirmamos que la Iglesia es toda ministerial, es decir, servidora de los demás, nos fijamos en Jesús que nos dice: “El Hijo del hombre no vino a ser servido, sino a servir, y dar su vida como rescate por muchos” (Mateo 20,28).

Por tanto, cuando decimos que la “Iglesia es toda ministerial” estamos hablando de la esencia del Evangelio: el servicio. San Ignacio de Loyola, desde su profunda experiencia de Dios nos compromete a “en todo amar y servir”. Así, todos los bautizados y bautizadas, seamos obispos, sacerdotes, religiosos o laicos, somos llamados a promover la corresponsabilidad en la misión: Todos discípulos, todos misioneros, es el título de la segunda parte del Informe de Síntesis (IS).

Precisamente para superar las ambigüedades, los Padres y Madres sinodales han insistido en la necesidad de que se expresen con claridad, tanto la unidad de misión de la Iglesia, en la que participan todos los bautizados (sacerdocio común), como la sustancial diversidad del ministerio de los pastores (sacerdocio ministerial), que tiene su raíz en el sacramento del Orden. Los otros ministerios, oficios y funciones eclesiales, tienen su raíz en los sacramentos del Bautismo y de la Confirmación.

María Magdalena

Por- Juan José Tamayo, teólogo

Recuperar el cristianismo igualitario de María Magdalena y recrear comunidades cristianas libres de discriminaciones de género, religión, cultura, identidad sexual y clase social
Llevar a cabo dicha recuperación y re-creación en sintonía y colaboración con los movimientos feministas

La Resurrección de Jesús nos convoca a una lucha por la sororidad-fraternidad eco-humana y por la ciudadanía y cuidada-nía entre los seres humanos y la naturaleza con capacidad para superar las discriminaciones e
injusticias de género y de todo tipo que destruyen el tejido eco-social.

Con motivo de tan importante efeméride voy a hacer una reflexión sobre la figura de María Magdalena, la otra Magdalena desconocida, olvidada, maltratada, a
qu n f no omo ―p on r l u l ‖, p r r u-perar el movimiento igualitario que ella co-lideró conJesús de Nazaret y re-crear comunidades cristianas libres de toda discriminación en plena sintonía con los movimientos feministas.

Durante las últimas décadas se está produciendo un fuerte movimiento de recuperación de la figura de María Magdalena por parte de especialistas de la biblia cristiana, que leen los textos en perspectiva de género, de historiadores e historiadoras, que llevan a cabo una re-
construcción antipatriarcal de los primeros siglos del cristianismo, y de la teología feminista, que hace una lúcida y certera hermenéutica de la sospecha de los textos patriarcales.

Papel fundamental han desempeñado en esta recuperación los evangelios de carácter gnóstico, entre los que cabe citar el Evangelio de Tomás, el Evangelio de Felipe, el Evangelio de María y Pistis Sophia.

El movimiento igualitario de Jesús de Nazaret Las actuales investigaciones sociológicas, de historia social, antropología cultural y hermenéutica feminista sobre los orígenes del cristianismo sitúan el grupo de seguidores y seguidoras de Jesús en el horizonte de los
movimientos de renovación del judaísmo del siglo I, junto con los esenios, terapeutas, penitenciales y otros.

Lo ubican asimismo dentro de los movimientos que lucharon contra la explotación patriarcal en las distintas culturas: griega, romana, asiática y judía. En la historia de Israe/Palestina hubo intensas luchas protagonizadas por mujeres que ocuparon un lugar político y cultural muy importante.

Las primeras seguidoras de Jesús eran mujeres galileas que se reunían para comidas comunes, eventos de oración y encuentros de reflexión religiosa con el sueño de la liberación de las mujeres en Israel/Palestina.

Fue precisamente esa corriente que pretendía emanciparse del dominio patriarcal la que posibilitó el nacimiento del movimiento de Jesús como discipulado igualitario de hombres y mujeres, en el que estas ocuparon un lugar central y no puramente periférico.

La presencia y el protagonismo de las mujeres en dicho movimiento, reconoce la teóloga Elisabeth Schüssler Fiorenza, fue de la mayor importancia para la praxis de la solidaridad desde abajo. Su actividad fue determinante para que el movimiento de Jesús continuara después
de la ejecución del fundador y se extendiera fuera del entorno judío.

Las diferentes tradiciones evangélicas coinciden en señalar que estas mujeres fueron protagonistas en momentos fundamentales del movimiento puesto en marcha por Jesús de Nazaret: al comienzo en Galilea, en su seguimiento como itinerantes, junto a la cruz en el
Gólgota y en la resurrección como primeras testigos.

La mayoría de las veces se citan tres nombres de mujeres dentro de un grupo femenino numeroso (Lucas 8,2-3, por ejemplo, cita a María Magdalena, Juana y Susana). Es la misma tendencia seguida en el caso de los varones (Pedro, Santiago y Juan). Con ello se pretende
mostrar el lugar destacado que unas y otros ocupan en la comunidad.

La mujer que aparece casi siempre citada en primer lugar en el grupo de las amigas y discípulas de Jesús es María Magdalena, que toma el nombre de su lugar de origen, Magdala, pequeña ciudad pesquera de la costa oriental del lago de Galilea, entre Cafarnaún y Tiberíades.

Ella es discípula de primera hora, pertenece al grupo más cercano a Jesús, ocupa un lugar preeminente en él, hace el mismo camino que el Maestro hasta Jerusalén, comparte su proyecto de liberación y su destino.
Las mujeres que siguen a Jesús suelen ser citadas en los evangelios en referencia a un varón; María Magdalena, no: una prueba más de su independencia de toda estructura patriarcal.

La fidelidad o infidelidad a una causa y a una persona s mu str n ― u n o v n n m l a s‖, n l or
de la persecución y del sufrimiento. Cuando Jesús es condenado a muerte, los discípulos varones huyen por temor a ser identificados como miembros de su movimiento y correr la misma suerte que él.

Solo las muje- res que le habían seguido desde Galilea le acompañan en el camino hacia el Gólgota y están a su lado en la cruz. Dentro del grupo de mujeres, como acabo d indi-
car, los evangelios citan a María Magdalena en primer lugar. Ella funge como discípula fiel no de un Mesías triunfante, sino de un crucificado por subvertir tanto el orden establecido religioso como el político de carácter imperial y patriarcal.

Testigo de la resurrección
Los distintos relatos evangélicos coinciden en presentar a las mujeres como testigos de la resurrección y a María Magdalena como la primera entre ellas. Es precisamente ella quien comunica la noticia a los discípulos, quienes reaccionan con incredulidad.

Ella cumplió las tres condiciones para ser admitida en el grupo apostólico: haber seguido a Jesús desde Galilea, haber visto a Jesús resucitado y haber sido enviada por él a anunciar la resurrección. El reconocimiento de María Magdalena como primera testigo del Resucitado ex-
plica su protagonismo en el cristianismo primitivo, al mismo nivel que Pedro, e incluso mayor en algunas iglesias.

Sin embargo, en las cartas paulinas y otros escritos de la Biblia cristiana, el testimonio de las mujeres ya no aparece, y María Magdalena es sustituida por Pedro.
Ello se debe a que la Iglesia estaba empezando a someterse al dominio masculino, que muy pronto comenzó a suprimir el importante lugar ocupado por las mujeres en el movimiento de Jesús.

El silenciamiento, por parte de Pablo y de otras tradiciones de la Biblia cristiana, de la aparición de Jesús a María Magdalena y a otras mujeres llevó derechamente a la exclusión de estas de los ámbitos de responsabilidad comunitaria.

Pero, a pesar de ese silenciamiento, las mujeres constituyen la referencia indispensable de la transmisión del mensaje evangélico; más aún, son el eslabón esencial para el nacimiento de la comunidad cristiana. Sin el testimonio de las mujeres, hoy quizá no habría Iglesia cristiana.

Interlocutora preferente de Jesús
En los diálogos de revelación de los Evangelios de tendencia gnóstica, María Magdalena aparece como interlocutora preferente de Cristo resucitado y hermana de Jesús, discípula predilecta y compañera del Salvador.
Esa posición privilegiada provoca celos en algunos apóstoles, especialmente en Pedro, quien, según el apócrifo Pisis Sophia, reacciona en estos términos:
«Maestro, no podemos soportar a María Magdalena porque nos quita todas las ocasiones de hablar; en todo momento está preguntando y no nos deja intervenir».

Apóstola de apóstoles es el título que da a María Magdalena Hipólito de Roma, quien no con-
sidera a las mujeres mentirosas, sino portadoras de la verdad, y las llama apóstolas de Cristo. En la misma línea se expresa Jerónimo, quien reconoce a María Magdalena el privilegio de haber visto a Cristo resucitado «incluso antes que los apóstoles».

Sin embargo, con el proceso de patriarcalización, clerizalización y jerarquización del cristianismo, María de Magdala fue relegada al olvido; más aún, es representada como la penitente y la sirvienta de Jesús en agradecimiento por haber expulsado de ella los malos espí-
ritus. Mejor suerte tuvo María de Nazaret, madre de Jesús, que fue declarada Madre de Dios, elevada a los altares y tratada casi con honores divinos.

Veinte siglos después, se vuelve a hacer justicia a María Magdalena. Lo que hace Falta es vencer las resistencias del pensamiento androcéntrico y de la organización patriarcal de la mayoría de las iglesias cristianas, y recuperar en la práctica la tradición del movimiento de Jesús como discipulado de iguales en el seguimiento de Jesús y el proseguimiento de su causa de liberación de todas las esclavitudes.

El movimiento feminista ha reconocido a María Magdal n omo ―p on r l u l ‖. Es or y qu
las iglesias cristianas hagan el mismo reconocimiento en su seno y devuelvan a las mujeres el protagonismo que tuvieron en el movimiento de Jesús y en el cristianismo primitivo y que deben recuperar hoy.

Despatriarcalizar a Dios y a Jesús de Nazaret
Afirma la prestigiosa intelectual feminista Mary Daly (1928-2010) en su libro Más allá de Dios Padre. Hacia un f losofí l l r n l muj r (1973): ―S D os s v r n, l v r n s D os‖. En l m sm r n
apunta Kate Millet, referente del feminismo radical, en  su o r p on r Polít s xu l (1970): ―El p tr r o t n D os su l o‖.

Hoy se sigue (re)presentando a Dios como varón, que solo se deja representar por varones y convierte a estos n ―m s ul n s s r s‖, n ontr l r l to l creación del Génesis que habla del hombre y de la mujer creados a imagen de Dios. Se continúa patriarcalizando a Jesús de Nazaret, convirtiendo un hecho biológico en principio teológico que excluye a las mujeres de
toda representación jesuánica.

La patriarcalización de Dios y de Jesús se traduce en organizaciones cristianas jerárquico-patriarcales, que, en un círculo vicioso, legitiman, apoyan y refuerzan el patriarcado político, familiar, moral, educativo, etc. Patriarcado religioso y patriarcado político ejercen una do-
ble legitimación.

Tenemos una tarea urgente: despatriarcalizar a Dios, a Jesús de Nazaret y a las organizaciones cristianas. Es condición necesaria para recuperar el cristianismo igualitario de María Magdalena y re-crear comunidades cristianas libres de discriminaciones de género, religión,
cultura, identidad sexual, clase social, etc.

Dicha tarea hay que llevarla a cabo en sintonía y colaboración con los movimientos feministas, que deben apoyar la causa de la igualdad y la justicia en las iglesias y las religiones, al tiempo que las comunidades cristianas y religiosas igualitarias deben hacer causa común con los movimientos de emancipación de las mujeres.

Deconstruir las masculinidades hegemónicas y sagradas
Ah, y sin olvidar que dicha causa requiere luchar contra las masculinidades hegemónicas en la sociedad y contra las masculinidades sagradas en las religiones, lo que exige la implicación de los varones feministas en la deconstrucción de las masculinidades tóxicas, que predominan en las mentes y las prácticas de los hombres y dominan todas las esferas de la vida pública, y la construcción de nuevos modelos de masculinidad: masculinidades otras, alternativas, que eliminen, y no reproduzcan, los roles aprendidos desde la infancia en torno a lo femenino y lo masculino.

Fernando Rivas, ante su última lección en Comillas

El investigador y profesor, experto en historia de la Iglesia antigua y de la patrología, impartirá de modo solemne su última lección el próximo día 23 como docente de la Universidad Pontificia Comillas.

Desde la amistad y la fraternidad apostólica y docente yo leía su quehacer y entrega a la luz del evangelista Lucas cuando en su primer capítulo nos dice:“Excelentísimo Teófilo: muchos han emprendido la tarea de componer un relato de los hechos que se han verificado entre nosotros, siguiendo las tradiciones transmitidas por los que primero fueron testigos oculares y luego predicadores de la palabra. Yo también, después de comprobarlo todo exactamente desde el principio, he resuelto escribírtelos por su orden, para que conozcas la solidez de las enseñanzas que has recibido” (Lucas 1,1-4; 4,14-21)

Amantes de Dios, Teo-filo

 La sed, el agua y la fuente. Me seduce la oración del salmista cuando nos habla de la cierva que busca corrientes de agua viva, y la compara con la búsqueda del alma ante el misterio de Dios. La clave de la sed, del agua y la búsqueda de la fuente viva se convierte en hilo transversal de la historia de la salvación. Buscar desde lo profundo deseando beber en el sentido de la luz, de la verdad, la vida, para tener horizonte y esperanza. Es de admirar como en la misma historia habitan aquellos que tienen por oficio acompañar y ayudar a encontrar el misterio de esa fe tan gratuita como firme, los testigos y los que hacen de su vida investigación para servir más y mejor. Cuántos “Lucas” verdaderos para llegar a la muchedumbre de los “teófilos”, de los humanos buscadores inquietos de la fuente para su sed.

Lucas y Fernando Rivas

Leo, joven seminarista, compañero de pupitre en la materia de “espiritualidad en el evangelio de Lucas”, me comentaba si iba a asistir a la última clase del profesor Fernando Rivas, pues él sabe de mi amistad con él. Le pregunté de qué se trataba, que no tenía noticias, aunque si era conocedor del proceso de su jubilación en docencia en la facultad de Comillas.

Me dijo que le habían enviado un correo a profesores y alumnos comunicando que daría su última intervención en el aula con cierta solemnidad celebrativa y que él no se la esperaba. Seguidamente me reenvía el correo para informarme, el comunicado decía escuetamente lo siguiente: “Queridos compañeros, profesores y alumnos: os anuncio que el martes, 23 de abril de 2024, a las 10.00 de la mañana, en el Aula Magna del campus de Cantoblanco, tendremos la última lección del profesor D. Fernando Rivas Rebaque con motivo de su inminente jubilación. Su última disertación llevará por título: “Elogio del maestro cristiano”. Reservad por favor la fecha. Para facilitar la asistencia de alumnos y profesores se interrumpen las clases ordinarias, tanto en el Grado como en el Máster en teología, entre las 10.00 y las 11.10.

Está previsto que el acto comience a las 10.00. La lección durará de unos 30 o 35 minutos. A continuación, todos los asistentes podremos celebrar en la cafetería, con Fernando, sus años de docencia e investigación con un sencillo ágape…”. Pienso en mis adentros tras esa lectura, sin duda, allí estaré. Me une bastante a este sacerdote diocesano que vive su ministerio de una forma singular, original y para mí referente. Lo conocí en un encuentro interdiocesano, con militantes de la ACO (Acción católica Obrera) celebrado en Madrid. Pero fue después, desde las redes, cuando conectamos y comenzamos una relación fraternal sacerdotal creativa y profunda, que ha ido creciendo y extendiéndose a otros compañeros sacerdotes. Ahora mismo nos reunimos en un grupo de estudio del evangelio en el que participamos sacerdotes jóvenes, eméritos, consiliarios de Acción Católica especializada, religioso de Latinoamérica y también él. Un modo de cuidarnos y de cuidar ese ministerio que llevamos en vasijas de barro, un ejercicio de nuestro ser apostólico y universales, una gracia de Dios en torno a su Palabra y la misión.

Fernando Rivas, profesor de la Universidad Pontificia Comillas

Fernando es de la Diócesis de Getafe y hace varios decenios se formó y cualificó para la docencia teológica después de pasar por otros ámbitos laborales con editoriales. Ha sido tocado por la enfermedad, lo cual le ha hecho escapar de ser “idiota listo”, como él mismo dice. Pero su vivencia de los límites le ha llevado al desarrollo magistral de sus cualidades como investigador y docente, a la vez que nunca ha dejado de tocar el barro de la realidad viva del pueblo de Dios tanto en los ámbitos obreros (consiliario de JOC y después ACO) como en ámbitos parroquiales (Actualmente vinculado a la parroquia de Ntra. Sra. de la Guía), y muy involucrado en tareas formativas y de acompañamiento a congregaciones religiosas con su riqueza de discernimiento espiritual. A veces le he oído decir que le hubiera gustado aportar mucho más en su propia diócesis, pero su ofrecimiento no ha encontrado cauces.

Búsqueda de la verdad

Dedicado a la historia de la Iglesia en sus orígenes y a la patrología es hoy un verdadero referente en dichas materias, tanto por su docencia como por su extensas y ricas publicaciones que van marcando líneas de profundidad y de novedad. En su investigación ha estado siempre la búsqueda de la verdad y la iluminación de los grandes temas que la propia iglesia actual se vienen planteado, para poder hundirnos en las raíces más ricas y sacar la mejor savia que pueda hoy día seguir dando frutos de evangelio y novedad cristiana. La mujer en la iglesia primitiva, la paz, la sinodalidad, el Espíritu y las enfermedades espirituales, la eclesiología, la imagen de Dios, la cristología, el diálogo, el encuentro con la cultura, la vida de las comunidades. Especialista en los siglos primeros y presentando la personalidad, el pensamiento y las obras de los grandes padres de la Iglesia: clemente de Alejandría, Ignacio de Antioquia, Orígenes…

El cura joven del grupo cuando hacemos el estudio del evangelio le encanta ver como lee directamente los textos en la lengua original y nos ayuda a precisar términos y conceptos, pero sobre todo le seduce la sencillez y la desnudez de esta gran persona, que tiene como sentido de su saber el servir desde la humildad y la entrega radical.

En él veo hoy al evangelista Lucas y ese modo de trabajar para ofrecer lo mejor de lo mejor a la comunidad cristiana para su crecimiento en la fe verdadera y en el espíritu de lo bueno y la generosidad. Y junto a él pongo a todos los que saben gastar su vida en ese deseo de ir a la verdad más pura y ofrecerla, así como buen pan a los demás, sin pedir nada a cambio. Me siento orgulloso de ser testigo y hermano de Fernando, de saberme muy cuidado con él. Junto a él estoy viviendo momentos ministeriales de gracia y de luz. Yo dejé la docencia en la universidad hace unos meses, ahora revivo todo este proceso, y me alegro de que junto a él estoy siendo más fecundo. ¡Cuántos modos hay de vivir y realizar el ministerio y cuántos hermanos hacen de la dificultad y el límite su posibilidad de entrega y servicio’!

Testigos del “hoy”, Fernando uno de ellos

La historia salvífica está marcada por acontecimientos que se convierten en hitos de referencia permanente en el sentir y el vivir del pueblo. Son los eventos que van actualizando el “hoy” de la actuación de Dios, a esos tiempos vividos les llamamos los kairós divinos. El momento de la creación abre la realidad al tiempo, a la historia en la que se va desarrollando una relación entre creador y criaturas con dirección y sentido. Creados por el amor y para el amor.

En la historia siempre van apareciendo personas que ayudan a entender e interpretar dichos acontecimientos, lo suelen hacer desde la comunión con Dios y con la mirada en las fuentes que dan cuenta de los modos de ser y de hacer del Señor de la vida. Abrahám, Moisés, los reyes, los profetas, María… son personas que van viviendo acontecimientos y los van leyendo y compartiendo desde la acción salvífica y las promesas que la van avalando en ellos, ante el pueblo y para todo el mundo.

Jesús se presenta y se revela desde ese hoy salvífico que da a conocer la realidad del Reino que se cumple y se va realizando día a día, trayendo al momento actual la mirada teológica e iluminadora del Dios que cumple la promesa y salva. Será el ángel de su nacimiento el que grite que hoy nos ha nacido el salvador para el pueblo, será el mismo mesías quien proclame que hoy se cumple la escritura que se acaba de oír en la sinagoga, quien diga que ya ha llegado su hora y ayude a entender a los de Emaús que todo tenía que pasar según las escrituras, y el que desde la propia cruz diga al ladrón que hoy estará con él en el paraíso, para arribar así al momento luminoso de la resurrección donde se abre ya el domingo sin ocaso que estrena claridad y nos adentra en el tiempo de la actualidad permanente, en el hoy de la vida eterna.

Desde el anuncio del evangelio que cumple promesas de salvación la Iglesia tiene entre sus compromisos el ir despertando y señalando la claves de una lectura teológica y mística del momento histórico en el que se va situando, dando luces para encontrar la luz. Para ello necesita hijos que sepan ejercer el ministerio de llevar la Palabra y de presentarla actualizada como respuesta a lo que la humanidad necesita para poder llegar a entender el mensaje de la salvación. En este ministerio están los padres que transmiten la fe, los catequistas que acompañan lo procesos de iniciación en la fe, los que se dedican a la predicación, y los que en el ejercicio de teólogos investigan y profundizan en la verdad de la fe vivida y creída en la comunidad eclesial a lo largo de los siglos para poder acompañar y formar en la actualidad. Todos hemos de estar muy unidos y complementarnos en esta función de “id y enseñad”. Cuánto bien y cuántas gracias nos vienen por estos hombres y mujeres que se entregan y dan su vida desentrañando la doctrina de la fe y de la salvación en medio la comunidad eclesial. Fernando es uno de ellos.

Una reforma sinodal y misionera de la Iglesia

«El que tiene fe no le teme al cambio»: Monseñor Ojea insta a una reforma sinodal y misionera de la Iglesia

Monseñor Ojea abre la Plenaria argentina

«Nos encontramos ante el desafío de cambiar», expresó y sugirió buscar los valores y perfiles que mejor puedan encarnar los roles del cuerpo episcopal

En el Año de la Oración, invitó a poner como intención el proceso sinodal eclesiástico argentino

Recordó la agenda de esta semana, que se centrará en dos desafíos relacionados con los jóvenes, el narcotráfico y la comunicación

16.04.2024 | VR y CEA

El obispo Oscar Ojea presidió este noche la misa de apertura de la 124 Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Argentina en la casa de ejercicios El Cenáculo, de Pilar, donde pidió a sus pares asumir el liderazgo de una forma nueva en el marco de la “reforma sinodal y misionera” de la Iglesia.

«Nos encontramos ante el desafío de cambiar. De asumir el liderazgo de una forma nueva, tal vez distinta a lo que hemos aprendido en nuestra formación… O a la que hemos vivido como obispos en nuestras diócesis”, expresó en la homilía.


 El presidente del episcopado instó a “revisar nuestras estructurasde participación episcopal para favorecer mejor nuestra colegialidad y nuestra comunión”.

“Sería bueno preguntarnos si los organismos de la Conferencia Episcopal funcionan adecuadamente para lograr ser una Iglesia sinodal y misionera”, agregó, en sintonía con los pedidos del Papa Francisco en la exhortación apostólica Evangelii gaudium.

“Solo una persona de fe se anima al cambio. El que tiene fe no le teme al cambio y, si a veces el sentimiento del miedo se asoma, igual se anima a seguir adelante porque cree que el Señor de la historia está sosteniendo ese cambio en la Iglesia, está sosteniendo a las personas y está sosteniendo a la misma Iglesia”, subrayó.

Uno de sus párrafos se interpretó como un anticipo de las elecciones episcopales, previstas para la plenaria de noviembre próximo. “Reconocimos en el diálogo, que muchas veces, rápidamente pensamos nombres, en vez de pensar actitudes, valores y los perfiles necesarios que puedan encarnar los diversos roles al interior de nuestro cuerpo episcopal, para ser una auténtica Iglesia sinodal en salida misionera”, expresó.

Ojea invitó a los obispos a que, en este Año de la Oración, «recemos desde nuestra pobreza, poniendo la intención del proceso sinodal de nuestra Iglesia argentina”.

“El beato Eduardo Pironio hablaba mucho de la oración que se hace desde la pobreza, de la apertura a Dios que nos da el hecho de sentirnos vulnerables. Decía: ‘cuando nos sentimos pobres, Dios se hace cercano e íntimo’. Nuestro beato fue un hombre que supo de crisis, de cambios y de desafíos eclesiales de todo tipo; pero su fe en el Señor que conduce a la Iglesia fue inquebrantable”, aseguró.

“La conversación en el Espíritu nos animará y nos dará luz para ver juntos qué tenemos qué hacer y cómo tenemos que hacerlo. La conversión personal y la reforma de las estructuras van de la mano, no se puede dar la una sin la otra”, sostuvo y concluyó: “Que María Santísima, Madre de la Iglesia, anime este humilde cenáculo y nos ayude a pedir juntos un nuevo pentecostés para la Iglesia en la Argentina”.

Tras recordar que la agenda de las deliberaciones de esta semana estarán marcadas por «dos grandes desafíos del mundo en que vivimos: el narcotráfico y las dinámicas de la comunicación contemporánea».

«Ambos tocan de cerca la realidad de los jóvenes que hemos reflexionado en las pasadas asambleas, pero además configuran profundamente la cultura en la que vivimos”, aseguró Ojea sobre los desafíos que se plantean este año», agregó.

“El miércoles continuaremos trabajando en el proceso sinodal haciendo camino juntos, dejándonos iluminar unos a otros con este maravilloso método de la conversación en el Espíritu a fin de alcanzar consensos, no se trata de conseguir mayorías, sino de discernir juntos lo que el Espíritu nos va mostrando”, detalló.

Este martes está previsto que los obispos reflexionen en profundidad sobre la realidad del narcotráfico y también dedicarán un bloque de trabajo a los “nuevos lenguajes culturales y las dinámicas de comunicación propias del tiempo actual”.

Siguiendo con el camino sinodal propuesto por el Papa Francisco, el miércoles, los obispos dedicarán la jornada a profundizar los vínculos entre sinodalidad y colegialidad. El jueves se presentará y votará el Balance de la Conferencia Episcopal Argentina y, por la tarde, con la presencia de los secretarios ejecutivos, habrá reuniones de las comisiones episcopales. El viernes, se trabajarán cuestiones referidas a la Comisión Episcopal de Misiones y las deliberaciones finalizarán al mediodía.

‘Somos Iglesia’ ante ‘Dignitas infinita’:

«Una oportunidad perdida de investigar la dignidad humana dentro de la propia Iglesia»

We are the Church, sobre Dignitas Infinita

Lamenta la «incapacidad» para una autocrítica respecto a la «violencia contra las mujeres» del texto, que defiende la igualdad de salarios o la promoción justa en las carreras profesionales, «pero no se menciona ni una sílaba de que precisamente esto no existe en la Iglesia católica y de que ésta margina y discrimina a las mujeres excluyéndolas del ministerio ordenado y, por tanto, de los más altos cargos de dirección»

Somos Iglesia achaca a Dignitas «su asombrosa falta de conocimiento de la vida real de las personas transgénero y no binarias»

Con todo, saluda el título del documento que «puede reconfortarnos» pues «es una referencia al hecho de que la dignidad humana es infinita, pero también podría entenderse en el sentido de que la enseñanza de la Iglesia sobre la dignidad humana aún no ha sido pensada hasta el final»

16.04.2024 Jesús Bastante

«Una oportunidad perdida de investigar la dignidad humana dentro de la propia Iglesia». Así define ‘Somos Iglesia Internacional’ la declaraciónDignitas Infinita. En un comunicado, la institución celebra que el documento aprobado la pasada semana por Doctrina de la Fe «recuerde la dignidad fundamental y absoluta de todos los seres humanos, amenazada y violada de muchas maneras en nuestro mundo actual», aunque censura que no siempre mire la viga en el propio ojo.

Así, destaca, «hay muchas ocasiones en la historia en las que la Iglesia ha actuado de forma muy diferente, por ejemplo en la lucha contra los herejes, ‘asesinados para salvar sus almas'», a «los abusos sexuales cometidos por clérigos y otros empleados de la Iglesia» que, denuncian, «distan mucho de haber sido suficientemente abordados».

Por ello, «resulta muy sorprendente lo poco que la declaración tiene que decir sobre estos crímenes eclesiásticos contra la dignidad humana», recalca Somos Iglesia. Al tiempo, lamenta la «incapacidad» para una autocrítica respecto a la «violencia contra las mujeres» del texto, que defiende la igualdad de salarios o la promoción justa en las carreras profesionales, «pero no se menciona ni una sílaba de que precisamente esto no existe en la Iglesia católica y de que ésta margina y discrimina a las mujeres excluyéndolas del ministerio ordenado y, por tanto, de los más altos cargos de dirección».

‘Tucho’ Fernández presentó Dignitas Infinita RD/Agencias

«El planteamiento del Vaticano consiste en definir el género basándose únicamente en el aspecto físico de la persona», recalca el informe, que achaca a Dignitas «su asombrosa falta de conocimiento de la vida real de las personas transgénero y no binarias». Por ello, indican desde Somos Iglesia, «urge abordar el tema con menos prejuicios ideológicos y más apertura y erudición modernas».

Con todo, saluda el título del documento que «puede reconfortarnos» pues «es una referencia al hecho de que la dignidad humana es infinita, pero también podría entenderse en el sentido de que la enseñanza de la Iglesia sobre la dignidad humana aún no ha sido pensada hasta el final».

La Buena Noticia del Dgo 6º Pascua B

Este es mi mandato: que os améis unos a otros

JUAN 15, 9-17

9 Igual que el Padre me demostró su amor, os he demostrado yo el mío. Manteneos en ese amor mío. 10 Si cumplís mis mandamientos, os mantendréis en mi amor, como yo vengo cumpliendo los mandamientos de mi Padre y me mantengo en su amor.

11 Os dejo dicho esto para que llevéis dentro mi propia alegría y así vuestra alegría llegue a su colmo.

12 Éste es el mandamiento mío: que os améis unos a otros igual que yo os he amado. 13 Nadie tiene amor más grande por los amigos que uno que entrega su vida por ellos.

14 Vosotros sois amigos míos si hacéis lo que os mando. 15 No, no os llamo siervos, porque un siervo no está al corriente de lo que hace su señor; a vosotros os vengo llamando amigos, porque todo lo que le oí a mi Padre os lo he comunicado.

16 Más que elegirme vosotros a mí, os elegí yo a vosotros y os destiné a que os pongáis en camino, produzcáis fruto y vuestro fruto dure; así, cualquier cosa que le pidáis al Padre en unión conmigo, os la dará.

17 Esto os mando: que os améis unos a otros

COMENTARIO

Al estilo de Jesús

Jesús se está despidiendo de sus discípulos. Los ha querido apasionadamente. Los ha amado con el mismo amor con que lo ha amado el Padre. Ahora los tiene que dejar. Conoce su egoísmo. No saben quererse. Los ve discutiendo entre sí por obtener los primeros puestos. ¿Qué será de ellos?

Las palabras de Jesús adquieren un tono solemne. Han de quedar bien grabadas en todos: «Este es mi mandato: que os améis unos a otros como yo os he amado». Jesús no quiere que su estilo de amar se pierda entre los suyos. Si un día lo olvidan, nadie los podrá reconocer como discípulos suyos.

De Jesús quedó un recuerdo imborrable. Las primeras generaciones resumían así su vida: «Pasó por todas partes haciendo el bien». Era bueno encontrarse con él. Buscaba siempre el bien de las personas. Ayudaba a vivir. Su vida fue una Buena Noticia. Se podía descubrir en él la cercanía buena de Dios.

Jesús tiene un estilo de amar inconfundible. Es muy sensible al sufrimiento de la gente. No puede pasar de largo ante quien está sufriendo. Al entrar un día en la pequeña aldea de Naín se encuentra con un entierro: una viuda se dirige a dar tierra a su hijo único. A Jesús le sale de dentro su amor hacia aquella desconocida: «Mujer, no llores». Quien ama como Jesús vive aliviando el sufrimiento y secando lágrimas.

Los evangelios recuerdan en diversas ocasiones cómo Jesús captaba con su mirada el sufrimiento de la gente. Los miraba y se conmovía: los veía sufriendo o abatidos, como ovejas sin pastor. Rápidamente se ponía a curar a los más enfermos o a alimentarlos con sus palabras. Quien ama como Jesús aprende a mirar los rostros de las personas con compasión.

Es admirable la disponibilidad de Jesús para hacer el bien. No piensa en sí mismo. Está atento a cualquier llamada, dispuesto siempre a hacer lo que pueda. A un mendigo ciego que le pide compasión mientras va de camino lo acoge con estas palabras: «¿Qué quieres que haga por ti?». Con esta actitud anda por la vida quien ama como Jesús.

Jesús sabe estar junto a los más desvalidos. No hace falta que se lo pidan. Hace lo que puede por curar sus dolencias, liberar sus conciencias o contagiar su confianza en Dios. Pero no puede resolver todos los problemas de aquellas gentes.

Entonces se dedica a hacer gestos de bondad: abraza a los niños de la calle: no quiere que nadie se sienta huérfano; bendice a los enfermos: no quiere que se sientan olvidados por Dios; acaricia la piel de los leprosos: no quiere que se vean excluidos. Así son los gestos de quien ama como Jesús.

Testigos de la Palabra

El legado de José Luis Caravias

En el día de la anunciación, falleció en Paraguay el P. José Luis Caravias Aguilar, un jesuita que supo trabajar en las fronteras de la Iglesia, superando las persecuciones que tuvo por parte de los gobiernos de facto de Paraguay y Argentina.
Siempre en las periferias
Había nacido en Alcalá la Real (España), el 2 de noviembre en 1935. Egresado de la Compañía de Jesús, en 1969 tuvo como destino a Paraguay donde comenzó su experiencia de sacerdote, trabajando en las zonas rurales junto a los campesinos. Fue asesor de las Ligas Agrarias Cristianas. Por su trabajo social y pastoral fue expulsado por la dictadura del general Alfredo Stroessner, y se instaló en Argentina, lugar también del que -los militares de entonces- lo obligan a salir del país.
Después de un tiempo en España, vuelve a la Argentina a trabajar en el norte argentino con los campesinos y con los hacheros. Para luchar contra la explotación de este último sector, creó un sindicato propio. Realizó su tercera probación en Chile, y pronunció los votos definitivos ante el P. Pedro Arrupe, en agosto de 1973, en Argentina.
Siendo Jorge Mario Bergoglio superior provincial, lo recibió en el Teologado de San Miguel, donde pasó seis meses estudiando y adentrándose en los barrios periféricos con la población paraguaya. Ante una amenaza inminente, el propio Bergoglio lo ayuda a escapar del país en 1974. De vuelta a España, comenzó su acompañamiento en la HOAC (Acción Católica Obrera), para la formación de los miembros.

De regreso a América
En mayo de 1975, el P. Arrupe lo destina a Ecuador. Cumplió su misión en un aislado pueblito Quichua, con población campesina mayormente indígena. Durante 14 años se dedicó a formar Comunidades Eclesiales de Base. Colaboró, además, en dos proyectos comunitarios: un catecismo básico de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, y con ‘Palabra y Vida’, material de reflexión bíblica para la Vida Religiosa, promovidos por la CLAR.
En 1989, con la caída del régimen de Stroessner en Paraguay, regresó a Asunción. Fue Director del CEPAG (1989-1991), superior del Escolasticado en San Cayetano (Bañado Sur); integró a la Comunidad de la Curia Provincial. Fue Superior y Rector del Colegio Técnico Javier en Asunción; Superior de la Comunidad Santos Mártires; Vicario parroquial de Cristo Rey; Miembro de la comunidad Cristo Solidario y Vicario Parroquial, y desde el 2018, formaba parte de la Comunidad Cristo Rey.
Sin abandonar lo bíblico, continuó con publicaciones y cursos de formación. Asesoró y formó a distintas Comunidades de Vida Cristiana (CVX), dirigiendo al laicado con espiritualidad ignaciana en su compromiso por el pueblo. Puso en marcha la opción profesional por los pobres.
Publicó artículos en diversos periódicos y revistas, intentando siempre relacionar fe y justicia, fe y vida. Elaboró materiales audiovisuales denominados “Fe y Vida. Biblioteca del Laico”, con unos 11.000 libros digitalizados, en lo religioso, social y literario. También seleccionó una colección de películas con mensajes.
En los últimos 30 años de su vida, acompañó a los laicos en el crecimiento de su fe cristiana, acompañando parejas y movimientos matrimoniales, con la ayuda de los ‘Ejercicios Espirituales en la Vida Corriente. Guías de ayuda para laicos de Comunidades Cristianas’, su principal libro en el acompañamiento espiritual.
Mensaje de los obispos de Paraguay
Los obispos del Paraguay enviaron una carta de condolencias por su fallecimiento al Padre Ireneo Valdez, SJ, provincial superior de los jesuitas en el país.
Manifestaron su pesar y cercanía espiritual por la partida hacia el reino celestial del Padre Caravias, “activo partícipe en el quehacer social y pastoral de la Iglesia en el Paraguay”. Después de brindar un historial de su vida, resaltaron su misión pastoral durante las tres instancias que marcaron su vida: antes, durante y después del exilio.
En la carta, también dirigida a los familiares del sacerdote que regresa a la Casa del Señor, el episcopado paraguayo señaló: “pedimos al Señor Resucitado, fortaleza para los familiares y que reciba a su siervo sacerdote en las verdes praderas de su Reino”.
Sus palabras en Vida Nueva
En el año 2019, el P. Caravias fue entrevistado en Vida Nueva. Allí, contó su misión en otra frontera con la que se había asumido un compromiso: la de los homosexuales.
Comentó que su función es “acompañarlos, que tengan a alguien que los comprende y con quien puedan sincerarse. Hace tres años quisieron aclararse la acusación de que la Biblia condena la homosexualidad…”.
Después de hacer un estudio sobre el Antiguo y el Nuevo Testamento, había concluído que la Biblia no condena lo que hoy entendemos por homosexualidad: dos personas del mismo sexo que forman pareja, sino que realiza condena muy fuerte de la pedofilia y de la violencia sexual. En el Nuevo Testamento, san Pablo no habla de las tendencias homosexuales, sino de los abusos. Por eso, desde su opinión, en la Biblia no hay una condena explícita de la homosexualidad como tal, sino de las prácticas de abusos por parte de varones a niños y a otros hombres.
Consultado sobre los pasos tiene que dar la Iglesia para avanzar en esta cuestión, contestó: Lo primero de todo, desfanatizarse, porque creen que ser homosexual es ser un vicioso y un pecador. Y con respecto a los abusos en la Iglesia, señaló: “Siempre ha habido sacerdotes pedófilos, pero lo bueno ahora es que se detecte y se denuncie, algo que antes no sucedía… En este sentido, la Iglesia es un modelo a seguir, porque ahora está denunciando. Ojalá denunciemos en todos los ambientes”.

Sentir con la Iglesia

‘Sentir con la Iglesia’ fue el dramático lema episcopal de san Oscar Arnulfo Romero. Un sentir que fue tejido con la sangre de un corazón abandonado totalmente al amor por el Papa y la Iglesia.

Un amor que condujo siempre sus pasos obedientes que, a pesar de las tensiones que lo condujeron al martirio, nunca hicieron titubear su fidelidad al Vicario de Cristo. Fidelidad firme, a pesar del capítulo amargo que vivió directamente con San Juan Pablo II y que ciertos intereses han enturbiado aun más con falsedades interesadas, precisamente para alejarnos de la unidad donde se vive el sentir con la Iglesia.

A través de san Oscar Arnulfo Romero llegué a esta comprometedora afirmación de sentir con la Iglesia. Afirmación que podríamos hacer remontar hasta San Ignacio de Loyola que abre todo un mundo delante de nuestros ojos de católicos, un mundo que encierra todo lo que significa la vida cristiana. Una afirmación que, entre otras cosas, indica que estamos siempre con el Papa y los Obispos, pastores puestos por el Espíritu Santo al frente del Pueblo de Dios.

Sentir con la Iglesia

En una oportunidad, San Pablo VI, explicó en un discurso de qué se trataba ese sentir con la Iglesia: “Cuando me preguntan qué tenemos que hacer, cuál es hoy el deber más urgente en estas circunstancias, mi respuesta es: ¡Fidelidad a la Iglesia! Fidelidad a la Iglesia, que después quiere decir otra fidelidad trascendente: ¡Fidelidad a Jesucristo! ¡Fidelidad al Evangelio!  Fidelidad a todo el patrimonio de fe, de esperanza y de amor que nos da nuestra religión”. Fidelidad al Papa que es el Vicario de Cristo.

El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, recordaba antes de una visita ‘ad limina’ que “la fidelidad al Papa es uno de los rasgos más típicamente católicos, sea quien sea el Papa que nos da Dios en cada momento”.

Precisamente por ello, Benedicto XVI insistió siempre en lo fundamental que es ser siempre fieles a la Iglesia y al Sucesor de Pedro: “La fidelidad de Dios es la clave y la fuente de nuestra fidelidad. Hoy quisiera llamar vuestra atención precisamente sobre esta virtud, que expresa muy bien el vínculo especial entre el Papa y sus directos colaboradores, tanto en la Curia romana como en las representaciones pontificias: un vínculo que para muchos tiene su raíz en el carácter sacerdotal del que están investidos, y se especifica después en la peculiar misión confiada a cada uno en el servicio al Sucesor de Pedro”.

Fidelidad a Francisco

“En Roma sentí mucha consolación ante el Papa: solo quería ver en Él al Vicario de Jesucristo, al Cristo visible, al cual hago profesión de servir fidelísimamente como único empeño en mi vida; al Cristo visible de nuestro voto de obediencia”, escribió en 1959 la Madre María Félix Torres, fundadora de la Compañía del salvador. Palabras que tienen que ser base para el existir cristiano. No veo cómo se puede ser cristiano al margen de estas palabras sencillas de alguien que sintió profundamente a la Iglesia, que respiró con la Iglesia. “Es necesario que sintamos con la Iglesia jerárquica”, como dice san Ignacio de Loyola.

En estos tiempos de tantas confusiones de origen legítimo, pero otras de origen muy dudoso, en lo personal, afirmo y reafirmo mi fidelidad al Papa Francisco. En medio de este mar embravecido por las distintas ideologías que buscan mover a la Iglesia hacia sus propios intereses, afirmo y reafirmo mi fidelidad al Papa Francisco. Una fidelidad que, en modo alguno, me impulsará a señalar, ofender, exponer públicamente a aquellos que se ufanan de su rebeldía. Todo lo contrario. Mi fidelidad a Francisco me estimula a orar por ellos para que recuerden que nuestra fidelidad a la jerarquía de la Iglesia es una respuesta a la fidelidad de Dios. Paz y Bien


Por Valmore Muñoz Arteaga. Profesor y escritor. Maracaibo – Venezuela

Reformas en la Iglesia de Madrid

El cardenal Cobo anuncia una reforma de “los órganos de toma de decisiones y los consejos” de Madrid

El vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española publica una carta pastoral de Pascua en la que reivindica que la sinodalidad “no es una moda teológica, sino un modo de ser Iglesia”

El cardenal arzobispo de Madrid, José Cobo, quiere “hacer discípulos no como una conquista, sino como un servicio respetuoso”. Es el reto que lanza a los católicos de Madrid una carta pastoral titulada ‘La Pascua de los discípulos’, que se ha dado a conocer este mediodía.

El texto ahonda en tres ejes fundamentales: la participación del laicado, la búsqueda de la comunión para construir la sinodalidad y dar pasos hacia adelante en la evangelización. “La Pascua nos convoca al hoy de la Resurrección, a ser testigos de su paso en nuestras vidas y comunidades”, sentencia el cardenal.

Vivir su fe

Para Cobo, “los laicos son llamados a vivir su fe en medio de las realidades temporales, como son la familia, el trabajo, la política, la cultura y la sociedad en general”. “Su papel es fundamental para la evangelización y la transformación de las estructuras sociales a la luz del Evangelio”, concreta el cardenal, que reivindica la formación como “un desafío pastoral de primer orden diocesanamente”

En su deseo de huir “del llamado clericalismo que tanto ha subrayado el Papa Francisco”, el cardenal considera de que los seglares están llamado a impulsar “nuestra audacia y creatividad para servir a los pobres”.

Fuerza renovadora

En relación a la sinodalidad, el también vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española, subraya que “no es una moda teológica, sino un modo de ser Iglesia que tiene que ver con rasgos identitarios básicos como comunión, participación y misión”. “Si esto ocurre, perderá toda su fuerza renovadora y conseguiremos etiquetar como sinodal a cualquier cosa de las que ya estamos haciendo”, alerta a los católicos madrileños.

Por eso, apunta como hoja de ruta para la Iglesia de Madrid la necesidad de “generar e impulsar comunidades vivas y familiares, espacios de acogida y escucha, hogares en medio de la vida diaria que saben que su centro no es la ideología ni el querer evadirse de la realidad, sino la experiencia de Cristo”. Con esta premisa, el cardenal sueña con una “verdadera comunión” entre los católicos con “el deseo de complementarse, de dialogar, de crecer en diversidad”.

Reforma a la vista

A la par, Cobo reivindica “diversos liderazgos, un reparto de servicios y responsabilidades entre los que se encuentra la toma de decisiones”. “Por eso hoy resulta imprescindible revitalizar los órganos de toma de decisiones, los consejos y los espacios de diálogo y discernimiento”, anuncia el cardenal.

Además de estas indicaciones, el arzobispo de Madrid lanza algunas preguntas interpelantes que, en palabras del purpurado, busca “compartir en nuestras comunidades y en los órganos sinodales que estamos impulsando como consejos, coordinadoras de pastoral o delegaciones”. Entre ellas, pregunta: “¿Cuáles son los grupos o personas del barrio o a mi alrededor más necesitados del anuncio de la Buena Noticia de Jesús?”, “¿Cómo acogemos y seguimos la tensión en que toda la Iglesia vive este momento sinodal?”, “¿Qué podemos hacer en la parroquia o en la comunidad para ahondar en el sentido y en la identidad del laicado?”.

Una Iglesia sin discriminación del sexo

«Si más mujeres fueran conscientes de su propia dignidad bautismal, sería más fácil erradicar el clericalismo»

¿Qué es lo que falta para una iglesia sin discriminación en razón del sexo?

«Comienza a ser políticamente “correcto” que haya mujeres en todos los lugares. Sin embargo, afirmar tanto que a la iglesia le falta la participación de las mujeres puede esconder una afirmación más necesaria: a las mujeres les falta más conciencia de su dignidad personal y bautismal. Y, me parece que aquí, también hay mucho por trabajar»

«¿Qué pasa entonces con las mujeres en la iglesia que consideran “normal”, “mejor”, “voluntad divina”, “no necesario” o no sé que otra razón, ser excluidas en razón del sexo de algunas instancias eclesiales?»

«Algunas responderán que Jesús se encarnó en un varón. Eso es innegable. Pero ¿eso hace que el sexo masculino pueda tener privilegios? Si así fuera, no parecería que Dios respaldara la igualdad fundamental de todos los seres humanos, creados a su imagen y semejanza»

15.04.2024 Consuelo Vélez

Continuamente escuchamos que a la Iglesia le hace falta la presencia de las mujeres. Pero, al mismo tiempo se dice, que son ellas las que más acuden a la Iglesia, las que realizan muchas actividades pastorales e, incluso, las que más cultivan la espiritualidad y el compromiso social. Se preguntaría uno, entonces, si en verdad a la iglesia le falta la participación de las mujeres.

La respuesta que se da es que falta en los niveles de liderazgo y dirección. Es verdad que, en esos niveles, no solo falta, sino que está ausente casi absolutamente. Por eso el papa Francisco está nombrando a más mujeres en puestos de cierta relevancia en la curia romana y, en otras instancias, se está comenzando a buscar que haya más mujeres en todos los eventos, reuniones, comités, etc., que se propongan.

Comienza a ser políticamente “correcto” que haya mujeres en todos los lugares. Sin embargo, afirmar tanto que a la iglesia le falta la participación de las mujeres puede esconder una afirmación más necesaria: a las mujeres les falta más conciencia de su dignidad personal y bautismal. Y, me parece que aquí, también hay mucho por trabajar. Veamos qué quiere decir lo que acabo de afirmar.

A nivel social, los derechos humanos ponen a mujeres y varones en igualdad de condiciones y la lucha es constante porque eso se reconozca y se cumpla. ¿Qué pasa entonces con las mujeres en la iglesia que consideran “normal”, “mejor”, “voluntad divina”, “no necesario” o no sé que otra razón, ser excluidas en razón del sexo de algunas instancias eclesiales?¿qué pasa con tantas mujeres en la iglesia que sabiendo que por el bautismo tienen la dignidad fundamental de su ser cristiano, no les inquieta, no les molesta, no les duele, el no poder ser mediación de la presencia de Cristo en el servicio sacramental?

Las preguntas podrían multiplicarse: ¿qué pasa con tantas mujeres que defienden el seguir hablando en masculino aduciendo que ellas se sienten incluidas? ¿no se dan cuenta que, si solo se privilegia lo masculino en el lenguaje, lo femenino es invisibilizado? ¿qué pasa con tantas mujeres en la Iglesia que siguen fomentando el clericalismo porque consideran que lo masculino si es mediación divina para orientarlas en su espiritualidad? ¿qué pasa con tantas religiosas que consideran que no hace falta estudiar teología porque creen que eso es para los llamados al presbiterado sin darse cuenta que la labor evangelizadora supone un desarrollo intelectual adecuado a la tarea que llevan entre manos? ¿qué pasa con tantas mujeres en la iglesia que huyen de cualquier pensamiento feminista y les parece que luchar por los derechos de las mujeres les hace perder la aceptación en los círculos eclesiales que frecuentan? ¿qué pasa con tantas mujeres que no se preguntan porque solo tenemos imágenes masculinas de Dios, si varón y mujer han sido creados a imagen y semejanza de Dios?

Mujeres en la Iglesia

Algunas responderán que Jesús se encarnó en un varón. Eso es innegable. Pero ¿eso hace que el sexo masculino pueda tener privilegios? Si así fuera, no parecería que Dios respaldara la igualdad fundamental de todos los seres humanos, creados a su imagen y semejanza. Por supuesto la encarnación supuso limitarse a un sexo, a una cultura, a un tiempo, a una lengua, a unas costumbres, a un momento histórico. Pero nada de todas las otras características de la encarnación las aducimos como imprescindibles para hoy ser mediación de Dios. Solamente el sexo masculino perdura en las mentes, imaginarios y decisiones.

Es más urgente trabajar por transformar la conciencia de las propias mujeres para que se valoren como imagen de Dios y no acepten ninguna discriminación en razón del sexo

En definitiva, en la medida que haya más participación de las mujeres en la Iglesia, se irá cambiando el rostro masculino y clerical y los valores e imaginarios se irán transformando poco a poco. Pero es más urgente trabajar por transformar la conciencia de las propias mujeres para que se valoren como imagen de Dios y no acepten ninguna discriminación en razón del sexo. Por supuesto ni todas podemos hacer todo, ni todas se sienten llamadas a todo, pero lo que no se puede aceptar es que sigan existiendo discriminaciones en razón del sexo que pongan un límite al ser mujer en la realización de su ser personal, de su ser bautismal, de su protagonismo y compromiso con la misión evangelizadora de la Iglesia, desde todos los lugares y responsabilidades que todos los miembros de la iglesia están llamados a realizar y, a las que muchas mujeres se sienten llamadas.

¿Cuál será la contribución propia de las mujeres a la Iglesia?

Lo que acabo de decir puede parecer obvio para algunos, innecesario para otros, demasiado reivindicativo para unos cuantos, desconcertante para quienes tienen la convicción profunda que las mujeres aportamos aquello que los hombres no tienen y viceversa, pero, en la medida que se desvanece la organización patriarcal y clerical, más claridad tenemos sobre nuestro propio ser y más nos urge que las cosas sean como siempre debieron ser. Si más mujeres fueran conscientes de su propia dignidad bautismal, sería más fácil erradicar el clericalismo y, posiblemente, más rápido la iglesia de Jesús podría dar testimonio de este texto tan conocido de Pablo en la carta a los Gálatas: “no hay judío, ni griego, esclavo ni libre, varón ni mujer porque todos somos uno en Cristo Jesús” (3, 28).

Coloquio sobre la crisis de Haití

4 de mayo: Coloquio Internacional sobre la crisis en Haití

Mario J. Paredes: «Haití ha sufrido durante años la indiferencia de los países desarrollados»

Haití

Buttiglione: «A todos los que tienen un corazón de carne: ¡Haití necesita ayuda»

«La situación en Haití demanda una respuesta integral, tanto política como eclesial», afirma José Antonio Rosas, director general de la Academia Internacional de Líderes Católicos

Para participar, es necesario registrarse en www.liderescatolicos.net/haiti

23.04.2024 | Prensa de Academia de Líderes Católicos

En respuesta a la profunda crisis política y social que sacude a Haití tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse y el posterior vacío de poder, la Academia Internacional de Líderes Católicos ha convocado a un coloquio internacional de alto nivel. Este encuentro, programado para el próximo 4 de mayo, tiene como objetivo analizar la situación actual del país caribeño y trazar una hoja de ruta para su transición hacia la estabilidad y la democracia.

Diversos líderes, incluyendo expresidentes, cardenales y políticos haitianos, se darán cita en este evento único, que promete ser un espacio de reflexión y acción frente a los desafíos que enfrenta Haití. Entre los participantes destacan Mons. Christophe Pierre, quien fue nuncio apostólico de Haití, y monseñor Pierre André Dumas, vicepresidente del episcopado haitiano y quien sufrió un atentado hace algunas semanas; así como ex presidentes como Felipe Calderón de México, Miguel Ángel Rodríguez de Costa Rica y Eduardo Frei Ruiz-Tagle de Chile.

«La situación en Haití demanda una respuesta integral, tanto política como eclesial», afirma José Antonio Rosas, director general de la Academia Internacional de Líderes Católicos. «Con este coloquio, buscamos poner en relieve la urgencia de la situación haitiana y trabajar en conjunto para encontrar soluciones que permitan una salida política y social, siempre enmarcada en nuestros valores de fe».

El evento se llevará a cabo a través de la plataforma Zoom:

De 17:00 a 19:30 horas: España e Italia.

Para participar, es necesario registrarse en www.liderescatolicos.net/haiti

En entrevista con los organizadores de este foro, el político italiano Rocco Buttiglione y el dirigente americano Mario J. Paredes quienes además son miembros del Consejo Directivo Internacional de la Academia de Líderes Católicos señalan que este evento, se realiza siguiendo los llamados que ha hecho el Papa Francisco para “que Haití se convierta en un país con instituciones sólidas, capaz de devolver el orden y la tranquilidad a sus ciudadanos» (17 de marzo de 2024).

Señores Buttiglione y Paredes, ¿por qué razón la Academia de Líderes Católicos ha decidido realizar este evento?

RB: En Haití, el Estado ha perdido el monopolio de la fuerza y el país está en las manos de bandas de criminales. El ciudadano no tiene una defensa mínima de sus derechos fundamentales. Haití necesita ayuda internacional. Su gobierno la pide, pero nadie lo escucha. Falta el nivel mínimo de solidaridad internacional. La gente de Haití está fuera del círculo de la producción internacional de la riqueza, por eso a nadie de los poderosos de este mundo les importa si viven o mueren. A nadie de los poderosos, pero sí a la Iglesia y a los hombres de buena voluntad. Por eso lanzamos esta petición:  la lanzamos a los pueblos y a los gobiernos, la lanzamos a todos los que tienen un corazón de carne. ¡Haití necesita ayuda!

La gente de Haití está fuera del círculo de la producción internacional de la riqueza, por eso a nadie de los poderosos de este mundo les importa si viven o mueren. A nadie de los poderosos, pero sí a la Iglesia y a los hombres de buena voluntad. Por eso lanzamos esta petición:  la lanzamos a los pueblos y a los gobiernos, la lanzamos a todos los que tienen un corazón de carne. ¡Haití necesita ayuda!

MP: Haití se encuentra en una encrucijada entre las bandas terroristas y la inacción de la Comunidad internacional. Desde la Academia de Líderes Católicos no solo creamos espacios de formación de una nueva clase dirigente sino que además tratamos de responder desde lo que nuestra conciencia nos dicta a los graves problemas que vivimos, y para ello hemos convocado a varios ex jefes de Estado, prelados de la Iglesia Católica y dirigentes haitianos para visibilizar este drama y explorar caminos de salida a la crisis.

¿Cuáles consideran que deben ser los criterios para que Haití pueda encaminarse hacia la democracia?

RB: ¿Qué ayuda necesita Haití? Necesita la solidaridad de los países latinoamericanos, especialmente a través del apoyo de una fuerza de policía internacional para que vuelva a imperar la ley y apoyar a un gobierno provisorio que indique nuevas elecciones bajo control internacional. Además, necesita una ayuda económica urgente para la asistencia humanitaria y para permitir la recuperación de la economía. Y desde luego, una acción cultural que debe venir del interior de la sociedad y de la Iglesia haitiana para la recuperación de los valores fundamentales, especialmente la educación en la democracia y en el respeto absoluto de la dignidad de la persona humana. Los criterios y caminos de solución los deben señalar y recorrer los propios haitianos. Es fundamental y necesario crear un clima de seguridad y orden y buscar una salida democrática

MP: Los criterios y caminos de solución los deben señalar y recorrer los propios haitianos. Es fundamental y necesario crear un clima de seguridad y orden y buscar una salida democrática. Sin duda alguna, que la Iglesia ha sido una de las pocas -por no decir de las únicas instituciones- que ha tratado de involucrar y mediar para lograr un diálogo entre las diferentes facciones políticas, así como lanzar un plan de desarrollo. Haití durante años ha sufrido de la indiferencia de los países desarrollados. Hoy, Haití nos reclama y exige gestos concretos de solidaridad.

El camino sinodal que está por delante…

Una de las sesiones del Sínodo sobre la sinodalidad

¿Hemos entrado ya en una fase de reflujo sinodal? ¿Corremos ya el riesgo de dejar de lado el desafío de caminar juntos que se nos ha invitado a experimentar en estos dos últimos años? ¿Se ha acabado ya la luna de miel con un Sínodo que nos instaba a salir de nuestras zonas de confort pastoral, a sustituir los documentos estériles por sueños misioneros y evangelizadores renovados?

Tal vez sea demasiado pronto para decirlo, pero la impresión no es del todo alentadora: el inicio y la experimentación de nuevas prácticas horizontales, circulares y conjuntas de encuentro y escucha, distintas de las habituales conferencias unilaterales, suscita tanto interés como, al mismo tiempo, desconcierto

Por Joseba Kamiruaga Mieza CMF

¿Hemos entrado ya en una fase de reflujo sinodal? ¿Corremos ya el riesgo de dejar de lado el desafío de caminar juntos que se nos ha invitado a experimentar en estos dos últimos años? ¿Se ha acabado ya la luna de miel con un Sínodo que nos instaba a salir de nuestras zonas de confort pastoral, a sustituir los documentos estériles por sueños misioneros y evangelizadores renovados?

Tal vez sea demasiado pronto para decirlo, pero la impresión no es del todo alentadora: el inicio y la experimentación de nuevas prácticas horizontales, circulares y conjuntas de encuentro y escucha, distintas de las habituales conferencias unilaterales, suscita tanto interés como, al mismo tiempo, desconcierto.

La imagen emblemática de las mesas de trabajo sinodales que llenaban el Aula Nervi del Vaticano, en las que se sentaban juntos obispos y laicos, hombres y mujeres, hasta el Papa Francisco, creó entusiasmo en algunos pero, al mismo tiempo, desorientación en otros tantos. Sabemos que muchos se preguntan si la Iglesia está preparada para este paso sinodal o si no es un ejemplo más de pérdida de control sobre la situación eclesial. 

Dones jerárquicos y dones carismáticos… En el camino sinodal ¿son superiores unos dones a otros dones? ¿No tendrán que verificarse mutuamente los dones carismáticos y los dones jerárquicos? 

Una imagen evangélica

Eran muchos en el Pueblo de Dios los que miraban al Sínodo dedicados a «caminar juntos», un poco como los Magos a la Estrella. Aceptaron romper sus vacilaciones, superar las perplejidades acumuladas y ponerse en camino (precisamente) sin saber lo que les esperaba, pero decididos a descubrirlo.

Como en el pasaje evangélico, sin embargo, el encuentro con la Iglesia y sus dirigentes, como el de los Magos con Herodes y sus sabios, resultó a menudo ambivalente: por un lado, un pasaje precioso, hecho necesario por la necesidad de confirmaciones e indicaciones sin las cuales el viaje se habría interrumpido; por otro, una circunstancia hecha insidiosa por los intereses en mantener el control doctrinal, dogmático, canónico, moral…, y la necesidad de salvaguardar los roles jerárquicos y las prácticas establecidas.

Como sabemos, la historia del Evangelio no tiene un final feliz. No quisiéramos que ocurriera algo semejante: aunque los caminantes sinodales, con el aparente apoyo de la autoridad, lleguen a su destino, existe el riesgo real de que, poco después, los sueños evangelizadores y misioneros generados por la experiencia sinodal acaben sofocados cuando aún están en pañales.

Instruidos por la narrativa evangélica, por tanto, ahora que la primera fase del Sínodo ha llegado a su fin, quizá sea una buena idea «volver por otro camino»: no el formal de los actos declarativos y los documentos de trabajo, interesados en normalizar la experiencia sinodal y reconducirla a un lecho pastoral más tranquilizador, sino por una vía alternativa, informal, menos trazada y segura, pero capaz de continuar el camino de discernimiento y cambio iniciado. 

¿Es posible aún caminar?

Como advierten los expertos en procesos de cambio, no se puede resolver un problema quedándose dentro del sistema que lo ha generado. Hay que salir, ampliar las referencias, plantearse otras preguntas.

Este criterio también podría ser muy útil hoy para el sistema eclesiástico, superando el reflejo condicionado de creer que las respuestas a los problemas de la Iglesia sólo y únicamente hay que buscarlas dentro de ella.

Tal vez, en cambio, sea posible encontrar intuiciones y conocimientos útiles también en otros ámbitos, puesto que el Espíritu sopla donde quiere. ¿Será posible cambiar el rumbo sin perder el rumbo? ¿Serán posibles otros pasos sin perder el paso?

Ligereza

La ligereza, como sustracción de peso, es un valor y no un defecto. La ligereza está asociada a la precisión y no al azar, es la gravedad sin peso. La ligereza es una cualidad que hace que una forma sea capaz de transformarse continuamente en algo diferente, contra toda fijeza y jerarquía.

El Papa, con algunas de las mujeres del Sínodo Vatican Media

El camino sinodal puede continuar si toma la senda de la ligereza, aprendiendo a atravesar las crisis, no resistiéndose a ellas hasta el amargo final: si la crisis te pide que recorras una milla, recorres dos…

La crisis no es el declive. En el declive, la Iglesia sólo trabaja para sobrevivir. El camino, que puede parecer una no solución, es vivir evangélicamente en la crisis. No se trata de ser débiles destellos en el cielo: la ligereza no es debilidad, sino libertad, valor para experimentar en la alegría.

Rapidez

La rapidez no es un valor en sí mismo. El razonamiento rápido no es necesariamente mejor que el razonamiento reflexivo. Más bien comunica algo especial que reside precisamente en su rapidez, en su lógica esencial y, sobre todo, en su eficacia narrativa.

El camino sinodal consiste en prestar atención a los procesos, incluso antes de proponer o transmitir contenidos. El camino sinodal serpentea a través del retejido de relaciones y lazos comunitarios, un camino que se desarrolla a través de la escucha y la narración mutua: dos aspectos indispensables para proceder a la conversación espiritual del posterior discernimiento. Muchas comunidades han quedado muy impresionadas por la oportunidad de contarse mutuamente su historia de fe y recibir una escucha sin prejuicios.

Si es cierto que siempre hay tiempo para cambiar, hay que apresurarse a seguir el camino sinodal, sin demora, captando que es un «tiempo de gracia», es decir, de conversión y purificación.

Exactitud

Exactitud significa sobre todo tres cosas: un diseño de la obra bien definido y calculado; la evocación de imágenes visuales nítidas, incisivas y memorables; un lenguaje lo más preciso posible en cuanto a vocabulario y representación de los matices del pensamiento y la imaginación.

En el camino del Sínodo, la exactitud se refiere al uso de un lenguaje fresco, vital, inmediato, capaz de hablar no sólo de Dios o de la Iglesia, sino sobre todo de la vida de las personas.

Cuando se rompe la conciencia histórica del ser humano, todo el mensaje cristiano aparece como una lección de fútbol a quienes no les interesa el fútbol. El camino sinodal a emprender exige y persigue una calidad comunicativa y un estilo de anuncio y predicación capaces de devolver al lenguaje del cristianismo su fuerza liberadora.

Visibilidad

La visibilidad sería como el proceso de convertir la imaginación en realidad, de lo invisible a lo perceptible, de lo fantástico a lo verosímil. ¿De dónde viene la imaginación? Es a través de la imaginación como podemos mirar el mundo cada día con ojos nuevos, sin perder nunca nuestra capacidad de asombro.

 Nuestra Iglesia corre también el peligro de perder una facultad humana y espiritual fundamental: el poder de enfocar las visiones con los ojos cerrados. El camino sinodal también pretende enfocar visiones con los ojos cerrados, es decir, «soñar»: pero no para fantasear, sino en el sentido bíblico, como una forma especial de captar proféticamente el plan de Dios para la humanidad.

La vía sinodal persigue la posibilidad de compartir un sueño evangelizador y misionero para las distintas comunidades o ámbitos eclesiales. A diferencia de la tradicional «vía del proyecto», el camino sinodal no comienza haciendo análisis y definiendo objetivos, sino que procede hacia atrás: centrándose en el «sueño evangelizador y misionero», gracias al cual relee el presente e identifica aquellos signos visibles de discontinuidad que cambian concretamente las prácticas pastorales. La imaginación profética se convierte en cambio experimentable. 

Multiplicidad

 Esta última palabra indica una red de relaciones que los creyentes no podemos abstenernos de seguir, multiplicando los detalles para que nuestras reflexiones se vuelvan infinitamente sublimes que no interesen a nadie.

La multiplicidad, pues, no sería otra cosa que esta aptitud para la pluralidad, lo multiforme y lo poliédrico. Incluso en la Iglesia, urgida por la vía sinodal, urge no temer a la multiplicidad, hacer la transición de una forma esférica, «perfecta» pero cerrada y unívoca, a una forma poliédrica, donde el criterio no es la uniformidad y la inmutabilidad, sino la creatividad espiritual y pastoral.

Sinodo de la sinodalidad

El camino sinodal abre la posibilidad de experimentar nuevas formas eclesiales como, por ejemplo, pequeñas estructuras, espacios, iniciativas de innovación, dinámicas de intercambio y de fecundación cruzada mucho más flexibles que las estructuras, espacios, iniciativas pastorales articuladas a las que estamos acostumbrados que sitúan a quienes acuden a ellos en un papel activo, creativo, dinámico, imaginativo… de inventiva y de co-creación.

Es posible caminar

Invoco la necesidad de retomar en nuestro imaginario creyente y espiritual ‘la tienda de campaña’. Es en la tienda de campaña donde los nómadas hacen su vida: ligero equipaje que se extienden sobre el suelo desnudo allí donde se detienen a pasar la noche, y que recogen y enrollan por la mañana para llevárselos junto con todas sus posesiones en la joroba de los camellos. Probablemente hasta las utilizaron los Magos de Oriente. ¿Nos ayuda a afrontar el camino sinodal que tenemos por delante de una manera tan ágil como sencilla?

Entrevista a san Óscar Romero:

la democracia es sin miedo a represiones

por Rixio Portillo el 19/04/2024 00:00

Durante estos meses se recuerda el testimonio valiente y heroico del obispo Óscar Romero, por el día de su martirio el 27 de marzo; el día de su ordenación sacerdotal, el 4 de abril; y el día de su consagración episcopal, el 21 de abril. Por eso, una manera de honrarlo y celebrarlo es recordar su legado a través de su sencillo pero desafiante magisterio.

Se advierte al lector, que la forma de esta nota se encuentra descrita como entrevista imaginaria, de entre los géneros periodísticos. Un coloquio con el prelado que no ocurrió, pero que a través de sus escritos, el mártir responde a las interrogantes de ayer y hoy.

Preguntas sobre su continente, ése que sigue con las venas abiertas por la corrupción, la desigualdad, la falta de libertad, la migración, el hambre, pero sobre todo, por las dictaduras. Un ejercicio tan imaginario como real sobre la persecución contra la Iglesia, con los verdugos de siempre, incluso, con la intención de que nos absuelva por la imprudencia de ponerlo a decir estas cosas.

Entrevista imaginaria

Sin ánimo de poner nombres, ni países, ¿qué podría decirle el obispo mártir de América a su continente zarandeado por tantos problemas y conflictos, convulsionado por tantos mesías artificiales de cartón?

— Los pobres siguen siendo utilizados por los populistas, según cifras de la Cepal son más de 180 millones en el año 2023 en todo el continente, ¿qué decirles, qué mensaje brota del evangelio, cómo iluminar una situación tan difícil?

— Muchos quisieran que el pobre siempre dijera, es ‘voluntad de Dios’ que así viva. No es voluntad de Dios que unos tengan todo y otros no tengan nada. No puede ser de Dios. De Dios es la voluntad de que todos sus hijos sean felices.

[Por eso diría] La pobreza es una fuerza de liberación porque, además de ser una denuncia contra el pecado (…) es una fuerza de espiritualidad cristiana.

— Sin embargo, la Iglesia puede meterse en dificultad por decir estas cosas, en más de un país, los obispos son vilipendiados por la casta de poder de turno al denunciar la pobreza y la desigualdad, ¿están predicando sus hermanos obispos la violencia?

— Jamás hemos predicado violencia. Solamente la violencia del amor, la que dejó Cristo clavado en una cruz, la que se hace cada uno para vencer sus egoísmos y para que no haya desigualdades tan crueles entre nosotros. Esa violencia no es la de la espada, la del odio. Es la violencia del amor, la de la fraternidad, la que quiere convertir las armas en hoces para el trabajo.

— Pero se les acusa de hacer política. A muchos de ustedes los silencian, los adormecen, hasta los domestican desde el poder, otros han corrido con peor suerte, exiliados, apartados de su pueblo y olvidados por la opinión pública, ¿cómo entender la causa y los motivos de violar el derecho a la libertad religiosa, y en el fondo, pisotear los Derechos Humanos?

— No nos pueden entender los que no entienden la trascendencia. Cuando hablamos de la injusticia aquí abajo y la denunciamos, piensan que ya estamos haciendo política. Es en nombre de ese Reino justo de Dios que denunciamos las injusticias de la tierra.

— ¿Qué decirle a los que ostentan el poder, que son la autoridad, que lastimosamente no han comprendido otra forma de estar en el poder que no sea sometiendo a su propio pueblo, a sus propios hermanos?

— Perdonen ustedes que son fieles, [lectores de Vida Nueva] que me escuchan con amor, con devoción, que les diga que me da más gusto que me escuchen los enemigos. Me están escuchando porque sé que les llevo una palabra de amor. No los odio, no deseo venganza, no les deseo males. Les pido que se conviertan, que vengan a ser felices con esta felicidad.

— ¿Qué decir ante toda esta violencia entre hermanos, por la delincuencia, el crimen organizado, producidas tambiénpor los mismos gobiernos?

— Ojalá que tantas manos manchadas de sangre en nuestra patria se levantaran al Señor, horrorizadas de su mancha, para pedir que las limpie él.

— Alguno le recomendaría que se someta únicamente a hablar del evangelio, o a sus rezos de cura en la sacristía, que no hable de libertad, ¿no sería eso mejor?

— [La] defensa de los derechos, y de la igualdad, y de la libertad de los hombres, no es un asunto de política solamente. Es asunto de política, pero enraizada en el evangelio. El evangelio es el gran defensor, el proclamador de todos los grandes derechos fundamentales del hombre.

— Las dictaduras se creían superadas al final del siglo XX, usted mismo fue víctima de una, pero el siglo XXI no parece muy distinto, ¿cómo enseñar qué es la democracia?

— Un verdadero bienestar para todos será el verdadero bien común en que se abren los cauces legítimos de una verdadera democracia para que sin miedo a represiones, todos sin excepción, puedan aportar su granito de arena para lograr que (…) realicen en sí mismos ese tipo de hombre culto, pacífico y benévolo respecto de los demás para provecho de toda la familia humana.

— Para terminar, un mensaje a su herido continente, pues cuando lo canonizaron se viralizó su nombre como San Romero de América, Romero de los pobres, por tanto, ya usted nos pertenece a todos, y su magisterio es para todos, ¿qué dice al respecto?

 — Hay una frase en el saludo de Puebla a los pueblos de América Latina que me parece que da la pauta para aquellos que creen que, cuando la Iglesia se proclama Iglesia de los pobres, como que se parcializa y desprecia a los ricos. De ninguna manera. El mensaje es universal. Dios quiere salvar a los ricos también. Pero, precisamente porque los quiere salvar, les dice que no se pueden salvar mientras no se conviertan al Cristo que vive precisamente entre los pobres.

Los pasos dados en el proceso sinodal

El subsecretario del Sínodo de los Obispos aborda los pasos dados en el proceso sinodal

Luis Marín: “La sinodalidad debe llevarnos a la radicalidad en el compromiso, a la vanguardia”

Mons. Luis Marín

Con lo que aporten estas tres fuentes (las conferencias episcopales, las cinco comisiones de canonistas y teólogos y el encuentro de párrocos) redactaremos el segundo Instrumentum laboris

La Iglesia sinodal no es otra cosa sino la Iglesia de Jesucristo. Debemos retornar a la belleza del Evangelio, con su radicalidad y exigencia

Debemos tener claro que la sinodalidad es una dimensión constitutiva de la Iglesia, como lo son también la comunión, o la misión

Hay que escuchar al Espíritu Santo porque el Sínodo es un evento fundamentalmente espiritual. Si no es así, no funciona

23.04.2024 Luis Miguel Modino, corresponsal en Latinoamérica

El Sínodo sobre la Sinodalidad está preparando la segunda sesión de la Asamblea Sinodal, prevista para los días 2 a 27 de octubre de 2024, dando continuidad al trabajo realizado en octubre de 2023. El subsecretario del Sínodo de los Obispos, Mons. Luis Marín de San Martín, nos explica en esta entrevista los pasos que están siendo dados en el proceso sinodal.

El Papa Francisco decidió que el actual Sínodo tuviese una asamblea en dos sesiones y estamos en el tiempo intermedio entre una sesión y la otra. ¿Cómo se está viviendo ese tiempo, cuáles son los pasos que se están impulsando desde la Secretaría del Sínodo?

Es un tiempo de implicación, compromiso y participación en la misma línea en la que discurre todo el proceso sinodal. Entre la primera sesión de la Asamblea del Sínodo de los Obispos de octubre de 2023 y la segunda sesión que se celebrará en octubre de 2024, desde la Secretaría del Sínodo estamos coordinando la conexión entre las dos sesiones. Podemos destacar tres fuentes: trabajo en las conferencias episcopales, grupos de estudio y comisiones de canonistas y teólogos, encuentro de párrocos.

En primer lugar, tenemos como material de trabajo el Informe de síntesis, que ofrece muchas ideas para seguir desarrollando la eclesiología sinodal y concretarla en la vida, el estilo y la misión. Esperamos el discernimiento coordinado por las conferencias episcopales sobre cómo ser una Iglesia sinodal en misión, tema en el que ya están trabajando a nivel local y cuyos resultados nos enviarán antes del 15 de mayo.

En segundo lugar, el Papa ha querido crear unos grupos de estudio sobre 10 temas, que se sacan de lo que va a ser el trabajo de la Asamblea del Sínodo de los Obispos. Son temas importantes que requieren una profundización teológica grande y una serenidad en su desarrollo, imposible de realizar en el breve tiempo de la segunda sesión: relaciones Iglesias orientales católicas-Iglesia latina; grito de los pobres; entorno digital; formación sacerdotal en perspectiva sinodal misionera; formas ministeriales específicas; relaciones obispos-vida consagrada; algunos aspectos sobre la figura y el ministerio del obispo; rol de los representantes pontificios; criterios teológicos y metodologías sinodales para un discernimiento compartido; camino ecuménico.

Estos temas se van a trabajar en unos grupos formados en colaboración con diversos dicasterios de la Curia Romana. Aquí tenemos ya un modo concreto de desarrollar la sinodalidad en la Curia Romana, en la línea de lo establecido en la constitución Predicate Evangelium. De este trabajo conjunto entre expertos de diversos dicasterios, aunque tiene un desarrollo amplio y prolongado, se informará ciertamente al Sínodo de los Obispos.

El Papa también ha creado cinco comisiones de teólogos y canonistas para profundizar en el tema que se ha pedido a las conferencias episcopales: cómo ser una Iglesia sinodal en misión.

Se abordará desde tres perspectivas: Iglesia local, agrupaciones de Iglesias, Iglesia universal. Y se añaden otras dos perspectivas: el método sinodal y el “lugar” de la Iglesia sinodal en misión.

Por último, se va a celebrar un importante encuentro de párrocos, enviados por las conferencias episcopales. Tendrá lugar en Sacrofano del 29 de abril al 2 de mayo. El objetivo es escuchar sus reflexiones y conocer sus experiencias sobre cómo ser Iglesia sinodal en misión, desde tres aspectos concretos: la comprensión de la sinodalidad en la vida de la diócesis; la participación de los diferentes carismas en la vida de la parroquia y la diócesis; las dinámicas de discernimiento y los organismos de participación.

Con lo que aporten estas tres fuentes (las conferencias episcopales, las cinco comisiones de canonistas y teólogos y el encuentro de párrocos) redactaremos el segundo Instrumentum laboris. Además, estamos preparando lo que será la segunda sesión de Asamblea del Sínodo (programa, etc.), que se iniciará con dos días de retiro espiritual.

Usted habla de Iglesia sinodal en misión, un deseo del Papa Francisco, ¿cuáles son los retos que hoy se enfrentan para concretar ese modo de ser Iglesia?

La Iglesia sinodal no es otra cosa sino la Iglesia de Jesucristo. Debemos retornar a la belleza del Evangelio, con su radicalidad y exigencia, mostrando la alternativa que supone frente a los criterios del mundo. Pero no desde la retirada, la autorreferencialidad y la búsqueda de seguridades. Y mucho menos desde la agresividad y la confrontación. No se trata de trincheras, sino de familia. Es la Iglesia de las manos tendidas y los brazos abiertos, acogedora, hogar común, inclusiva y misericordiosa, dinámica y en salida, que comunica el entusiasmo del Evangelio en el que cree y por el que vive. La Iglesia coherente que testimonia y lleva la Buena Noticia a todos los rincones del mundo. Podemos decir que el objetivo último del proceso sinodal es la misión, la evangelización. En definitiva, creo que la sinodalidad es, fundamentalmente, una experiencia de Iglesia, es decir, una experiencia de comunión con Cristo y, en él, de comunión con los hermanos y hermanas. Solo así nos sentiremos impulsados a comunicar el Evangelio a nuestro mundo. Y solo así seremos creíbles.

Para esto la apuesta no es otra sino experimentar al Resucitado (estamos en tiempo pascual), es decir, al Cristo vivo, unido a su Iglesia. Cristo no es solo la referencia académica en un libro, tampoco un eslogan, una norma jurídica o una bandera ideológica. Es una persona viva. Esta experiencia de Cristo vivo nos lleva también a la experiencia de Iglesia, de comunión, de comunidad cristiana unida en el amor. Este es el reto del proceso sinodal, que nos llama a escuchar la voz del Espíritu y, también, a discernir los signos de los tiempos, no desde una perspectiva monolítica e indiferenciada, sino desde la riqueza que nos da la Iglesia que se encarna en la variedad de culturas y situaciones del mundo de hoy.

¿Cómo ayudar a la gente a entender que el objetivo de este Sínodo no es responder a temas concretos, sino avanzar en ese modo de ser Iglesia que el Papa propone?

Lo primero es comprender bien qué es la sinodalidad. El término es ya conocido, pero tal vez todavía existan algunas confusiones y errores que conviene aclarar. Debemos tener claro que la sinodalidad es una dimensión constitutiva de la Iglesia, como lo son también la comunión, o la misión. Y se trata de un proceso, que se concreta en eventos y estructuras (como por ejemplo el Sínodo de los Obispos, el Sínodo diocesano, los consejos pastorales, económicos, etc.). Pero, sobre todo, es experiencia.

No se trata solo de hablar de sinodalidad, sino de vivirla, de que “empape” toda la Iglesia y todo lo que es Iglesia. Debe convertirse en un estilo, en un modo de ser y de hacer. Para concretar la reforma, evitando la “teorización” y el “espiritualismo”, es preciso tomar decisiones y desarrollar estructuras que la hagan viable. Hay que dar pasos.

Pido a todos no tener miedo: no temer a Cristo, ni al Evangelio, no recelar del Espíritu. La sinodalidad debe llevarnos a la radicalidad en el compromiso, a la vanguardia. Seguir a Cristo es siempre un riesgo. Como lo es la vida. También llevarnos a robustecer la comunión, que es el único modo coherente de vivir la fe cristiana, que nos remite a la participación en Cristo resucitado. Es el tiempo de abandonar las zonas de confort, la instalación, la mundanidad, de sacudirnos rutinas, modos obsoletos y falsos, para abrirnos a la vivencia fuerte y gozosa de la fe que, evidentemente, nos compromete, pero que da sentido a nuestra existencia.

Aunque la sinodalidad es un proceso a largo plazo, hay que ir dando pasos concretos desde la apertura al discernimiento, escuchando la voz del Espíritu en el Pueblo de Dios. Así pues, disponibilidad a la voluntad de Dios, inserción en la Iglesia y apertura al Espíritu. Lo que el Papa nos pide es despertarnos, recuperar el gozo del Evangelio y, desde ahí, asumir nuestra responsabilidad y salir a testimoniar, a evangelizar como Iglesia. Merece la pena. Va en ello nuestra coherencia, nuestra responsabilidad como cristianos en el mundo de hoy y va también en ello nuestro testimonio vocacional tanto a la fe cristiana como a las vocaciones específicas. Sigamos adelante en este proceso que hemos iniciado y que nos remite a Cristo vivo, a Cristo resucitado y a la experiencia eclesial en el mundo. Es muy concreto.

La primera sesión de la Asamblea Sinodal mostró la riqueza de la diversidad, pero al mismo tiempo distintos modos de entender la Iglesia. En esa diversidad, que como el Papa insiste es una riqueza, ¿resulta difícil superar las divergencias y avanzar en el camino sinodal?

En la Iglesia, como en la familia, hay diferencias, modos diversos no solo de ver la realidad, sino de seguir a Cristo y encarnar y desarrollar el Evangelio. Pero siempre debe prevalecer el amor (caridad), que es el nexo de unión y lo que nos caracteriza como cristianos. No otra cosa. A veces olvidamos la centralidad del amor: sin él no hay Iglesia. Así pues, primero la unidad, sin la cual no es posible entender ni asumir la diversidad. Pero la unidad no es uniformidad indiferenciada. El amor respeta las diferencias y las integra como riqueza. Existen diferencias de personalidad (cada persona es única e irrepetible); hay variedad de vocaciones, carismas y ministerios; tenemos diversidades culturales y de formación. Como bien se ha recordado, la Iglesia no es solo latino-occidental. Tiene varios rostros. El reto es integrar, desde la unidad, las variedades para que enriquezcan a toda la Iglesia. La experiencia en la Asamblea del Sínodo de los Obispos ha ido en esta línea, aunque todavía debemos seguir avanzando.

En la Asamblea del Sínodo de los Obispos han surgido distintos modos de ver la realidad, pero siempre desde un inmenso amor a la Iglesia. Creo que no se trata de una confrontación entre grupos ideológicos, sido escuchar al Espíritu, para discernir juntos la voluntad de Dios, buscando siempre el bien de la Iglesia. Esto es lo que, humildemente, intento hacer yo y, también, tantos hermanos y hermanas. Es la experiencia que he tenido en los trabajos de la Asamblea del Sínodo de los Obispos: fundamentalmente la de un profundo, un enorme amor a la Iglesia. Es algo que agradezco de corazón porque me ha ayudado muchísimo.

¿Qué resultados se esperan de la segunda sesión?

Debemos recordar que el Sínodo de los Obispos no tiene capacidad de decidir, no es deliberativo, sino consultivo; solo puede hacer propuestas al Santo Padre. Por tanto, no se trata de un pequeño parlamento, que legisla y toma decisiones para toda la Iglesia, utilizando el voto para imponer unos criterios sobre otros, como se hace en el debate político. No se trata de eso. Ya he dicho que sin oración y sin Espíritu Santo, no hay Sínodo, porque no habrá discernimiento de la voluntad de Dios, sino confrontación ideológica. Esto tampoco quiere decir que busquemos el enjuague político o las componendas propias de un grupo lánguido y mortecino.

Todo lo contrario, se trata de recuperar la dimensión profética: ponernos, de verdad, en las manos del Señor, escuchar al Espíritu (que habla en la comunión eclesial) y dejarnos guiar por él. El profeta dice la verdad clara y directa porque está en contacto con Dios; anuncia y denuncia, pero no “desde arriba”, ni “fuera”, sino “desde dentro”; no es profeta de calamidades, sino que testimonia la alegría de la salvación y, por eso, es generador de esperanza. ¿Por qué no? Ya está bien de desgarros en la Iglesia, de desangrarnos en agresividades y enfrentamientos, mientras el mundo necesita urgentemente a Cristo. No es la ideología, sino el Evangelio; no son los grupos organizados de presión, sino la comunidad del Espíritu; no es el parlamento, sino la familia. Esta es la verdadera revolución. Ojalá seamos capaces de aprovechar la oportunidad que el Señor nos ofrece.

Otro punto a tener claro es el tema establecido por el Papa Francisco para esta Asamblea General del Sínodo de los Obispos: “Por una Iglesia sinodal, comunión, participación y misión”. Otros temas, por muy relevantes e importantes que sean, no son materia del Sínodo y deberán abordarse en otro momento o a través de otras estructuras sinodales. Tras el discernimiento, se harán propuestas concretas al Santo Padre, para que él tome las decisiones. Si no hay consenso, también se pueden presentar opciones complementarias. O bien proseguir el discernimiento. Pero es preciso avanzar en comunión, conscientes de que el Espíritu Santo suele trastocar las previsiones. Así la Iglesia profundiza en el dato revelado para comunicarlo en la vida. Yo tengo mucha confianza y creo que, aunque no sea fácil, merece la pena dejarse la piel en ello.

Después de lo vivido en la primera sesión, como alguien que forma parte de la Secretaría del Sínodo, ¿Qué les pediría a los miembros de la Asamblea de cara a la segunda sesión?

Lo primero es lo que nos ha dicho el Santo Padre: hay que escuchar al Espíritu Santo porque el Sínodo es un evento fundamentalmente espiritual. Si no es así, no funciona. Por eso debemos ir con el alma abierta y el ánimo dispuesto al cambio. No a imponer las propias ideas, ver de qué manera puedo convenzo a los demás, sino disponible a la renovación que el Espíritu nos trae, a través de la oración y el discernimiento. En comunión, podemos descubrir otros caminos, otras sendas para hacer realidad lo que el Señor quiere para su Iglesia hoy.

También diría que tenemos que escuchar los signos de los tiempos de hoy, y no tener miedo a dar pasos, a desarrollar aquello que puede y debe ser desarrollado, desde el depósito de la fe, que no cambia. Y dejar entrar también, de forma más clara, esa variedad de sensibilidades, culturas, y realidades en la Iglesia, que constituyen una enorme riqueza. Desde la unidad fundamental, tal vez pueda haber desarrollos y decisiones diferentes en un continente o en otro, como ya existe en la liturgia. No se trata de moda, sino de idiosincrasia.

Por último, animo a vivir este momento como un verdadero Kairós. Es impresionante. Estamos ante un tiempo de Dios, lleno de belleza y creatividad. Creo que no puede dejar de entusiasmarnos si realmente quitamos de nosotros miedos, barreras, cansancios, rutinas. Así debemos ir a esta segunda sesión: sabiendo que hemos sido convocados por el Espíritu, y que el Señor se hace presente para renovar su Iglesia. Por eso, nuestra misión fundamental en el Sínodo es ser cauce de la gracia y no muro que contención; facilitar y no bloquear. Y hacer así posible la presencia del Señor en este momento de la historia. El reto es ser Evangelio hoy.

Entrevista a Vicente Martín Muñoz

Vicente Martín Muñoz: “No hay pastoral social al margen de la espiritualidad”

En entrevista a Vida Nueva, el obispo auxiliar electo de Madrid defiende que “el papa Francisco es un profeta que nos está ayudando a poner nuestra mirada en Dios y a poner a Dios en el centro para mirar a este mundo con misericordia”

El obispo auxiliar de Madrid, Vicente Martín

Vicente Martín Muñoz, de 54 años, es un extremeño de La Nava de Santiago, es un teólogo especializado en Doctrina Social. En la Iglesia española es conocido por ser el consiliario de Cáritas Española. Hasta el pasado martes 23 de abril, cuando el Papa Francisco le designó obispo auxiliar de Madrid, para formar parte del equipo de colaboradores del cardenal José Cobo. Junto a él, se anunció el nombramiento de José Antonio Álvarez también como auxiliar, que se suman a Jesús Vidal y Juan Antonio Martínez Camino.

PREGUNTA.- Han pasado solo unos días, pero ¿se arrepiente de haber aceptado la mitra?

RESPUESTA.- No, pero más de una vez en estas semanas me he preguntado si habré tomado la decisión acertada, pero al final acabo confiando en Dios, que es lo más importante. Cuando se hizo la propuesta, lo puse en manos del Señor, siendo consciente de mis limitaciones humanas y, confiando en que la misericordia de Dios es la que en la que me sostiene.

P.- Y desde ahí, ¿cómo se imagina que tiene que ser la vida de un obispo?

R.- El obispo tiene que ser un hombre de Dios que sienta pasión por el Pueblo de Dios, que sea muy cercano, que tenga siempre presente a la persona, que su mirada sea como la mirada de Dios, siempre desde los ojos del corazón y con mirada de misericordia, pensando que todas las personas nos equivocábamos y acertamos, pero que todos podemos crecer y mejorar en nuestras vidas. Me gustaría aprender a mirar a las personas con el corazón que las mira Dios.

Pastoral social

P.- ¿Por qué pertenecer a la pastoral social sigue siendo un estigma en determinados espacios?

R.- Realmente no entiendo bien por qué sucede, cuando la pastoral social precisamente lo que quiere poner en valor es la dignidad de la persona humana, creada a imagen y semejanza de Dios. Cuando la pastoral social hace una opción por los más pobres, realmente está haciendo una opción por el Dios de los más pobres. No hay pastoral social al margen de la espiritualidad, no hay pastoral social al margen de un anuncio del amor de Dios. Precisamente son los más pobres los destinatarios preferenciales del Evangelio. Cuando hablamos de pastoral social, estamos hablando de evangelización, de poner a las personas en el horizonte del amor de Dios, que descubran que Dios los ama  cuando pareciera que todo va en contra.

P.- ¿Tiene miedo que la agenda del obispo le lleve a alejarse o a olvidarse de los pobres?

R.- No me gustaría olvidarme de los pobres porque han marcado mi vida. No me cansaré de dar gracias a Dios que me llevó a los más pobres y no me cansaré de darle gracias a los más pobres que me llevaron a Dios. Forma parte de mi trayectoria es sacerdotal, con lo cual va a estar presente sin lugar a duda en mi servicio a la Iglesia desde el Episcopado. Precisamente los obispos estamos llamados a ser padres de los pobres.

P.- ¿Quién se queda más huérfano? ¿Vicente de Cáritas o Cáritas de Vicente?

R.- Lo que más voy a echar de menos en mi nueva andadura es Cáritas Española. Servir a los pobres es un privilegio y yo he tenido la oportunidad de servirlos desde Cáritas. Cáritas no tiene la exclusiva de servicio a los más pobres, pero tiene la encomienda de servir a los últimos desde la Iglesia y en la Iglesia.

P.- ¿Por qué algunos consideran al papa Francisco en algunos espacios tan peligroso?

R.- Yo no lo considero peligroso. Al contrario, lo considero un profeta que nos está ayudando a poner nuestra mirada en Dios, a poner a Dios en el centro para mirar esta sociedad y a este mundo con mirada de misericordia.

P.- ¿Cree que la Iglesia española está yendo a remolque de las reformas de Francisco?

R.- Creo que la Iglesia española está dando pasos y en estos momentos está remando con Francisco. Es verdad que puede haber algún sector o grupo que puede tener todavía alguna resistencia. También hay que respetar los ritmos, porque la Iglesia es pluralidad y comunión, que no es sinónimo de uniformidad. Todos estamos en la misión de anunciar el Evangelio. Espero y confío, desde esa comunión profunda, para que todos rememos con el papa Francisco.

P.- ¿Está preparado para que le etiqueten como uno de los hombres de Cobo con todo lo que implica?

R.- No entiendo eso de hombres de Cobo o no de Cobo. Yo entiendo de personas y de pastores que quieren trabajar por su Iglesia diocesana y que están dispuestos a dar la vida.

‘¿Ha fracasado la Nueva Evangelización?’

El cardenal Cobo: “El éxito de la evangelización está en el tejado de todos”

El arzobispo de Madrid presenta el libro de Manuel María Bru ‘¿Ha fracasado la Nueva Evangelización?’

El delegado de Catequesis de la archidiócesis de la capital de España alerta de que “el enfrentamiento entre los católicos es destructivo y maléfico”

“¿Ha fracasado la Nueva Evangelización?”. Es la pregunta que, en forma de libro, lanza el delegado de Catequesis de la Archidiócesis de Madrid, Manuel María Bru. Publicado por San Pablo, el sacerdote presentó esta tarde la obra en el salón de actos de la parroquia San Juan de la Cruz, donde estuvo acompañado por el cardenal José Cobo Cano, arzobispo de Madrid, autor del prólogo del libro; Dolores García Pi, presidenta nacional del Foro de Laicos; el salesiano Santiago García Mourelo, profesor de la Universidad Pontificia Comillas; y Miguel Carmen Hernández, superior provincial de los paulinos y director general del Grupo San Pablo en España.

Durante la presentación, se puso sobre la mesa si hay ruptura o continuidad entre los nuevos areópagos de Juan Pablo II y la Iglesia en salida de Francisco. “El éxito de la evangelización hoy está en situarnos en un tiempo nuevo, con  un corazón abierto y con ganas de preguntarnos. Está en el tejado de todos”, sentenció el cardenal de Madrid. A la vez se preguntó: “¿Ha fracasado la nueva evangelización o está creciendo por espacios que no considerábamos?”. 

“Si nos situamos ante un mundo que ha cambiado o ante el paradigma del cambio de época que nos plantea el Papa, las propuestas de este libro funcionan, porque nos hace ver el nuevo escenario de la misión y las preguntas que nos hacemos”, planteó Cobo. “Aprendamos a ser buscadores de preguntas, porque así vamos en  la línea del Evangelio, al estilo de Emaús, porque es ahí donde Jesús nos acompaña”, añadió el purpurado.

“Poner un cartelito de evangelización no es en sí mismo evangelizador”, reflexionó además en su intervención, que urgió a “ser capaces de discernir”, abrir procesos y vivir en la Iglesia, como Pueblo de Dios: “¿Nos atrevemos a discernir todo lo que hacemos o solo nos atrevemos con algunas o solo conmigo mismo y con los míos?”

No hay que estorbar

Manuel María Bru compartió con los asistentes a la presentación la necesidad de que “no estorbemos a la nueva evangelización”. “Respondamos juntos, sinodalmente y no como francotiradores, con una mentalidad individualista”, señaló el delegado de Catequesis el actual enfrentamiento entre unos y otros católicos es una dinámica “destructiva y maléfica”. “No fracasó la evangelización de antaño, ni la actual ni lo hará la futura”, sentenció, convencido de que no podemos abordarla “desde una perspectiva contabilizadora propia de unos criterios neoliberales, sino desde una perspectiva cualitativa”.  

 En esta misma línea, alertó de “advertir el advenimiento del neointegrismo ideológico, del sentimentalismo impactante, y del elitismo religioso”.

En su intervención, Miguel Carmen Hernández defendió que la obra “nos invita a promover el diálogo, la escucha y el acompañamiento para que nos encontremos con Jesucristo, que es el Camino, la Verdad y la Vida”. “El libro nos invita a mirar el mundo con esperanza, pero para ello es necesario salir de nuestras comunidades sin caer en reduccionismos ideológicos”. “Nos queda mucho camino por recorrer para acercar el Evangelio a los cercanos y a los alejados”, insistió el religioso, convencido de que la sinodalidad es la vía para lograrlo.

En medio del mundo

“En el libro no se ponen paños calientes, es una apuesta arriesgada con la que algunos no se puedan sentir a gusto”, reflexionó García Pi. La presidenta del Foro de Laicos cree que “hay que cambiar el chip para abordar el éxito o el fracaso de la nueva evangelización para abordarlo desde los porqués y los para qué de nuestra vida cristiana”. “Tenemos que salir de nuestras zonas de comodidad y de confort”, añadió. En esta misma línea, esta laica focolarina apreció que “como laicos estamos llamados a estar en medio del mundo y nos tenemos que preguntar si no desertamos del lugar en el que tenemos que estar”.

“Bien sabemos que la recepción conciliar no fue sencilla ni lo es tampoco ahora”, dejó caer Santiago García Mourelo, que recordó que es necesario ahondar en ese aterrizaje, como plantea Bru en la obra. “Las polémicas distraen y han enturbiado la catolicidad constituyente de la Iglesia”, advirtió además el salesiano, que hizo un llamamiento a la comunión a través de un despertar ministerial, abriendo el concepto de Pueblo de Dios “más allá de los de dentro y de los de fuera”, con una conciencia ecuménica… Para García Mourelo, hay que evitar enredarse en no culpabilizar o responsabilizar a otros sobre las lagunas eclesiales para poner todos los esfuerzos en dar una respuesta. Tras esta reflexión, concluyó que “el proyecto de la nueva evangelización no ha fracasado, porque la evangelización nunca puede ser vieja, porque quien la hace nueva es el mismo Cristo, que hace nuevas todas las cosas

4 mensajes de la 61ª Asamblea de la CNBB

La Iglesia brasileña presenta los 4 mensajes de la 61ª Asamblea General

Presentación de los mensajes de la 61 Asamblea de la CNBB

La carta al Papa Francisco «es un saludo al Santo Padre, una manifestación de nuestra comunión con él y también de los temas generales de la asamblea y un agradecimiento al Papa por la riqueza de su pontificado, por lo que propone a la Iglesia en este momento»

El mensaje a las comunidades ofrece una palabra de aliento sobre algunas cuestiones, con el telón de fondo de la sinodalidad: el diálogo, el respeto a los demás, saber diferir sin pelear, insistiendo en que «nuestra fe no debe dividir, sino ser un elemento que ayude a crear comunidad»

La carta agradece también al prefecto sus indicaciones al Santo Padre por los 20 nombramientos episcopales para la Iglesia en Brasil desde la última asamblea

Steiner pidió a los medios de comunicación que ayuden a que este mensaje llegue a la gente y ayude ante la situación de tensión, conflicto y violencia que vive la sociedad brasileña, provocada por las drogas, las facciones y las palabras

17.04.2024 Luis Miguel Modino, corresponsal en Latinoamérica

Siguiendo la tradición de las Asambleas Generales de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil, la 61ª Asamblea General, que tiene lugar en Aparecida del 10 al 19 de abril de 2024, presentó los mensajes al Papa Francisco, al prefecto del Dicasterio para los Obispos, cardenal Robert Francis Prevost, al pueblo brasileño y a las comunidades católicas, una novedad de la actual asamblea.

Carta al Papa Francisco

Según el arzobispo de Brasilia, cardenal Paulo Cezar Costa, la carta al Papa Francisco «es un saludo al Santo Padre, una manifestación de nuestra comunión con él y también de los temas generales de la asamblea y un agradecimiento al Papa por la riqueza de su pontificado, por lo que propone a la Iglesia en este momento». Además, el cardenal subraya en la carta, que es privada, «la preocupación del Papa por las grandes cuestiones que afectan hoy a la humanidad, la cuestión de la paz, la cuestión de la justicia, la cuestión de las migraciones y de las personas que mueren en el mar».

Mensaje a las comunidades católicas

Por primera vez, hay un mensaje de la Asamblea a las comunidades católicas, destacó el arzobispo de São Paulo, cardenal Pedro Odilo Scherer, que trata de la vida de las comunidades. El mensaje comienza dando gracias «por todo lo que es bueno y bello para la misión», por todo lo que se vive y se realiza en las comunidades. El texto también destaca la santidad, con una serie de «procesos de beatificación y canonización como nunca antes en Brasil».

El mensaje ofrece una palabra de aliento sobre algunas cuestiones, con el telón de fondo de la sinodalidad: el diálogo, el respeto a los demás, saber diferir sin pelear, insistiendo en que «nuestra fe no debe dividir, sino ser un elemento que ayude a crear comunidad». También subrayó la necesidad de la comunión con el Papa y los obispos y la invitación a no desanimarse ante las dificultades actuales y a participar activamente en la vida de las comunidades y de la sociedad. Por último, una llamada a preparar el Jubileo de 2025. La carta pretende «animar, guiar, apoyar y sostener a nuestro pueblo católico», subrayó el cardenal Scherer.

Carta al prefecto del Dicasterio para los Obispos

En cuanto a la carta al prefecto del Dicasterio Episcopal, el arzobispo de Río de Janeiro, cardenal Orani Tempesta, dijo que era una carta reservada al cardenal Prevost, que trata de lo que se está haciendo en la 61ª Asamblea General de la CNBB, «plantea los problemas que estamos enfrentando como Iglesia en Brasil, plantea las soluciones que nuestra asamblea está proponiendo». La carta agradece también al prefecto sus indicaciones al Santo Padre por los 20 nombramientos episcopales para la Iglesia en Brasil desde la última asamblea.

Mensaje al Pueblo brasileño

El Mensaje al Pueblo Brasileño, «un texto un poco largo», según el arzobispo de Manaos, cardenal Leonardo Steiner, dada «la necesidad de abordar algunos elementos importantes», pretende ser un mensaje de esperanza, de futuro, de la realidad política y climática, que aborda las próximas elecciones, recordando el 60 aniversario del inicio de la Dictadura y animando a cuidar la democracia, la violencia en el país, las guerras.

Steiner pidió a los medios de comunicación que ayuden a que este mensaje llegue a la gente y ayude ante la situación de tensión, conflicto y violencia que vive la sociedad brasileña, provocada por las drogas, las facciones y las palabras. Un mensaje que pide la paz, también en la selva y para los pueblos indígenas, amenazados por el Marco Temporal. El cardenal insistió en que este mensaje, que pretende traer paz y esperanza, y apaciguar los ánimos, «no todo el mundo lo lee como debería», con vistas a dar más importancia a la convivencia social.

Misión compartida: diez senderos en un camino recorrido

  Diez años después de la primera jornada Juntos Somos Más en la que se quiso, con gran audacia y espíritu sinodal, visibilizar una amplia realidad presente en la Iglesia, nos preguntamos ¿cuál ha sido el camino recorrido estos años?

Como todo lo bueno, lo bello y lo verdadero ha sido un camino inesperado, que no nació de un “plan estratégico” sino de una llamada y una respuesta de fe, de confianza, de personas que, unidas por el Espíritu, dijeron sí. Un camino que, como los buenos caminos, comenzó con un intento fallido en su primer año y que, convocado a continuar el mismo día de la elección del papa Francisco, dijo sí sabiendo solo la meta: dar a conocer esa experiencia de compartir, desde la propia vocación, el regalo del carisma recibido y el compromiso con la misión. Como los apóstoles, enamorados de Jesús, pero sabedores de que sin Él nada era posible. Sin grandes pretensiones comenzó ese camino. O, mejor dicho, todos los senderos andados a lo largo de estos años que ahora presentamos:

Un camino de vocación al seguimiento de Jesús. “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí” (Jn 14, 6). Laicos y religiosos conscientes de que nos unía lo mismo, que no hay más que una vocación, la de seguir a Jesús, a la que respondemos desde dos llamadas distintas pero complementarias. Una convicción que nos ha descubierto la importancia de trabajar la cultura vocacional en todos los institutos porque en el cristiano la vocación es para la misión.

Un camino, por tanto, para la misión. “Yo soy una misión en esta tierra, y para eso estoy en este mundo (EG 273). En estos años hemos visto crecer la consciencia de que la misión es una y única: evangelizar en el horizonte del mundo actual. Por eso, una comunidad de unas 15 personas, laicos y religiosas, de distintas congregaciones, hemos vivido una auténtica experiencia de comunión para la misión.

Un camino de carismas compartidos que se descubren como auténticos dones del Espíritu para la Iglesia en el mundo y que son de todos y para todos. Una lectura  laical que ha de hacerse a través de los carismas en las personas y no a través de la historia de los carismas.

Un camino de espiritualidad compartida. Si algo ha hecho posible la historia de estos diez años ha sido la experiencia de compartir espiritualidad. Solo el Espíritu lo hizo posible en los inicios. Compartir, tanto en el equipo de la CONFER como con todas las personas que de algún modo u otro han participado de esta historia, tiempos de oración y conversaciones espirituales ha sido el alimento que ha hecho esta realidad posible durante diez años. Por tanto, se hace necesaria la creación de un espacio para compartir la espiritualidad; salvaguardad la identidad laical de unos y consagrada de otros; y dar a cada uno la posibilidad de ofrecer su contribución.

Un camino de formación conjunta. Desde la absoluta convicción de que la formación es imprescindible y que esta debe ser compartida por religiosos y laicos, muchas han sido las jornadas de formación celebradas en estos diez años, en las que hemos afrontado temas como la propia formación para la misión compartida, la vocación, el discernimiento o el acompañamiento. Además, se ha elaborado un modelo de plan de formación para la misión para ofrecerlo a las congregaciones. Una formación que busca crear una identidad colectiva en torno a dos ejes: el eje afectivo (importancia de las relaciones) y el eje narrativo (un pasado que ilumina un presente para llegar a la universalidad del carisma).

Un camino de encuentros celebrativos. Durante estos 10 años, quitando dos por la pandemia (2020 y 2021) hemos podido celebrar las jornadas Juntos Somos Más, hitos de este camino en los que hemos querido crear espacios de encuentro, diálogo, profundización y de parar para reponer fuerzas.

Un camino de acompañamiento a numerosas congregaciones que han sentido esta llamada fuerte del Espíritu y han acudido a la CONFER para compartir sus propios caminos. Más de treinta institutos con los que caminar juntos descubriendo que cada camino de misión compartida es propio. Sin duda, la experiencia más importante de todos estos años ha sido ver tantos religiosos y laicos encontrándose, reconociéndose y soñando cómo caminar juntos.

Un camino de profundización. Interpelados por la necesidad de avanzar, de dar respuestas teológicas y eclesiales, iniciamos hace dos años el Observatorio de la Misión Compartida, en el que un religioso, una religiosa y cinco laicos, investigamos y reflexionamos sobre cómo dar respuestas rigurosas, con carácter teológico y eclesial, a los desafíos que la misión compartida plantea.

Un camino, sobre todo, de agradecimiento por la misión compartida. Agradecimiento por la llamada inicial, por las personas que tuvieron la visión y con decisión y un buen acompañamiento impulsaron esta propuesta: Elías Royón, SJ; Julia García Monge, HDPC; y Pilar Arroyo, HCSA. Agradecimiento por tanto don recibido, tanto carisma, espiritualidad, misión y vida compartida, por las más de tres mil personas con las que nos hemos encontrado y, sobre todo, unido en oración para avanzar en esta llamada a la corresponsabilidad con la misión. Ha sido una historia de bendición por tantos testimonios, reflexiones, planificaciones y encuentros. Vidas anónimas, humildes, silenciosas y entregadas a la misión.

Y un camino… que continúa porque el Espíritu sopla en nuestra Iglesia y los cristianos estamos en marcha para compartir misión esperanzadora y para liberarnos de ataduras que nos impiden avanzar en este momento concreto de nuestra historia. Es, por tanto, un camino de preguntas abiertas para un futuro que se construye en el día a día, en cada religioso y laico que siente esta llamada como el camino en el que…

… ¿somos realmente conscientes de la necesaria conversión de mentalidades y del imprescindible cambio de estructuras?

… ¿estamos incorporando el discernimiento, personal y sobre todo comunitario al funcionamiento de las comunidades y congregaciones?

… ¿se está cultivando la dimensión vocación en los laicos?

… ¿soñamos tiempos y espacios nuevos para una auténtica misión compartida?

… ¿discernimos nuevas formas de ser “comunidades para la misión”?

… ¿caminamos hacia una auténtica corresponsabilidad o prevalece el compartir tareas?

… ¿tenemos en cuenta a todos, especialmente a los últimos para ser escuchados y participar?

… ¿es la familia carismática el horizonte hacia el que caminar?

No hay mejor manera de terminar que con las clásicas palabras del poeta, “caminante no hay camino, se hace camino al andar”. Hemos andado, andamos y andaremos interpelados por la llamada del Espíritu a la sinodalidad, que es consustancial a la Iglesia, camino juntos, religiosos y laicos, para seguir anunciando el amor de Dios.

Dignidad infinita:

El verdadero valor humano hoy está dramáticamente en juego

Dignidad infinita

Sólo una visión trascendente de la vida puede atreverse con lo infinito. Y sólo una antropología cristiana puede concebir y calificar de «infinita» la dignidad humana. Infinita, no sólo ilimitada, que es algo totalmente distinto

El ser humano pertenece a una nobleza que le es innata e intrínseca y que, al mismo tiempo, lo lleva más allá de lo contingente y lo proyecta hacia una dimensión «otra». ¿Puede decirse que esta última dimensión, otra dimensión, es su verdadero hogar?

«Un verdadero desafío para nuestro mundo que tal vez sólo pueda abordarse partiendo de una conciencia común de cuál es el verdadero valor humano que hoy está dramáticamente en juego»

17.04.2024 Joseba Kamiruaga Mieza CMF

Sólo una visión trascendente de la vida puede atreverse con lo infinito. Y sólo una antropología cristiana puede concebir y calificar de «infinita» la dignidad humana. Infinita, no sólo ilimitada, que es algo totalmente distinto.

«Dignitas infinita» nos recuerda una afirmación de Pablo VI: «Ninguna antropología iguala a la de la Iglesia sobre la persona humana, ni siquiera considerada singularmente, en lo que se refiere a su originalidad, su dignidad, la intangibilidad y riqueza de sus derechos fundamentales, su sacralidad, su educabilidad, su aspiración a un desarrollo completo, su inmortalidad».

El ser humano pertenece a una nobleza que le es innata e intrínseca y que, al mismo tiempo, lo lleva más allá de lo contingente y lo proyecta hacia una dimensión «otra». ¿Puede decirse que esta última dimensión, otra dimensión, es su verdadero hogar?

No sólo un futuro que es para los creyentes la vida eterna o para los que no creen en el panteón de la historia. Se trata más bien de ese»ir más allá» de la inmanencia que yace, aquí y ahora, en los pliegues más recónditos de cada gesto cotidiano, aunque rara vez tomemos conciencia de ello.

La Declaración «Dignitas infinita» del pasado 8 de abril puede leerse según dos categorías interpretativas que caminan juntas y finalmente convergen. Por un lado, da cuenta de una profunda reflexión teológica y filosófica sobre el valor intangible de lo humano.

«Recuperar la plena conciencia de la elevada vocación que le corresponde a la acción del ser humano»

Que la razón en sí misma atestigua y la fe cristiana confirma en una circularidad de relaciones que elevan a la primera e iluminan a la segunda. Y, partiendo de esta invulnerabilidad, «Dignitas infinita» plantea un desafío. Nos invita a reflexionar sobre el valor incomparable de lo que es, a la vez, sujeto y objeto de nuestra acción. Y, por tanto, a recuperar la plena conciencia de la elevada vocación que le corresponde a la acción del ser humano.

Decimos que reconocemos y garantizamos los derechos inviolables del ser humano. Nosotros no fijamos esos derechos, sino que los tomamos de otra fuente, implícitamente reconocida como superior a nuestro propio dictado, y de ahí el compromiso de garantizar esos derechos. Es decir, una dignidad que no es otorgada o sostenida por una convención social, sino sustancial, no sujeta a otros factores ni reducida a ellos, sino originaria, en sí misma subsistente, como es la persona humana.

Significa que la dignidad humana tiene un fundamento ontológico, evoca lo «sagrado», lo que es intangible y como tal debe ser comprendido y reconocido. Pertenece al ser y no al tener. Persiste, como afirma el Papa Francisco en «Fratelli tutti», «más allá de toda circunstancia».

Una dignidad infinita prescinde de las atribuciones funcionales con las que un sujeto esté más o menos dotado, del nivel relacional y del rendimiento que es capaz de proporcionar o no al contexto social en el que vive. La pertenencia, como tal, al género humano es suficiente para que el individuo sea «persona» en todos los momentos de su existencia. 

En cuanto a nosotros, entiendo que esta Declaración -en nombre de la dignidad del ser humano- tambiénnos recuerda: el drama de la pobreza a la guerra, el calvario de los emigrantes, la trata de seres humanos, los abusos sexuales, la violencia contra las mujeres,… y tantas otras realidades inhumanas.

Un verdadero desafío para nuestro mundo que tal vez sólo pueda abordarse partiendo de una conciencia común de cuál es el verdadero valor humano que hoy está dramáticamente en juego. La vida humana, cualquier vida humana, toda vida humana no tiene precio sino dignidad infinita.

«Un verdadero desafío para nuestro mundo que tal vez sólo pueda abordarse partiendo de una conciencia común de cuál es el verdadero valor humano que hoy está dramáticamente en juego»

Manos Unidas aprueba ayuda de emergencia para Haití, un país sumido en el caos

1,4 millón de haitianos, a un paso de la hambruna

Protesta en las calles de Puerto Príncipe, capital de Haití EFE

Manos Unidas aprueba un proyecto de ayuda de emergencia para cubrir necesidades básicas del pueblo haitiano como alimentos, atención médica, agua potable y también alojamiento en condiciones dignas.

La violencia ha obligado al cierre de carreteras, hospitales y escuelas y dificulta a los grupos de auxilio llevar ayuda humanitaria justo en momentos en los que más se necesita

“Hay muchos barrios en Puerto Príncipe que están tomados por las bandas. Todo está cerrado. Las escuelas no funcionan, los bancos no funcionan, las personas tienen mucho miedo de salir de casa, no hay comida. Hay miles de personas que se están desplazando, yendo al interior del país donde no hay esta confrontación. Es realmente muy terrible y caótico. Hay tiroteos con muertes y más muertes, pero no se sabe cuántas, porque nadie lo dice”, narra un socio local de Manos Unidas

18.04.2024 | Manos Unidas

Haití lleva meses inmersa en una terrible espiral de violencia e inseguridad. El incremento de los ataques provocados por las bandas armadas criminales ha paralizado a la capital, Puerto Príncipe. A la ya, de por sí, grave crisis institucional que vive el país desde el asesinato del presidente, Juvenel Moïse, hace casi tres años, se suma el aumento de la inseguridad alimentaria. 

El Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas alertó recientemente que “Haití se encuentra al borde de una devastadora crisis, con 1,4 millones de personas a un paso de la hambruna y el riesgo de que las operaciones humanitarias se paralicen, ya que la inseguridad rampante limita el acceso a las comunidades y la financiación de los donantes se agota”.

La violencia ha obligado al cierre de carreteras, hospitales y escuelas y dificulta a los grupos de auxilio llevar ayuda humanitaria justo en momentos en los que más se necesita. Aldir Crocoli, hermano Capuchino y socio local de Manos Unidas en Haití, confirmó vía telefónica antes de su evacuación a Brasil la semana pasada, que la situación es dramática: “Hay muchos barrios en Puerto Príncipe que están tomados por las “gangs” (bandas criminales). Todo está cerrado. Las escuelas no funcionan, los bancos no funcionan, las personas tienen mucho miedo de salir de casa, no hay comida. Hay miles de personas que se están desplazando, yendo al interior del país donde no hay esta confrontación. Es realmente muy terrible y caótico. Hay tiroteos con muertes y más muertes, pero no se sabe cuántas porque nadie lo dice”.

360.000 desplazados a República Dominicana

El conflicto armado y la violencia ha obligado a más 360.000 personas a desplazarse a la vecina República Dominicana. Más de 35.000 han huido de sus hogares desde principios de año, refugiándose en escuelas, iglesias y con familias de acogida.

Osvaldo Concepción, director del Centro Montalvo, socio local de Manos Unidas en República Dominicana, nos cuenta que es urgente establecer un diálogo sobre la crisis y la política migratoria del país vecino, aludiendo a los abusos que sufren las personas haitianas por parte de las autoridades dominicanas.

“Los niveles de abuso han sobrepasado los niveles imaginables. Los operativos migratorios se han convertido en operativos donde se cometen actos criminales. Y hay denuncias de abusos sexuales y de violencia”, afirma el religioso. Para denunciar esta violación a los derechos humanos, han emitido un comunicado pidiendo el fin de los mismos. “Desde Manos Unidas nos hemos sumado al comunicado porque sabemos que las deportaciones en condiciones abusivas de personas haitianas son constantes y llevan años produciéndose, vulnerándose las normativas específicas que existen en este sentido. Y parece especialmente cruel que se siga haciendo en estos momentos de grave crisis en Haití”, apunta Jessica Del Olmo, técnica de Proyectos de Manos Unidas en República Dominicana y Haití.

Acciones de emergencia

Todo ello ha obligado a priorizar y modificar las acciones de cooperación de la mayoría de ONG. Manos Unidas acaba de aprobar un proyecto de ayuda de emergencia con Cáritas Puerto Príncipe, y está a la espera de recibir otras propuestas, como la de la organización local Nuestros Pequeños Hermanos (NPH), con quien ya ha trabajado anteriormente en diversos proyectos de emergencia. 

“Haití se encuentra sumido en una nueva espiral de violencia, después de que, a finales de febrero, las bandas liberaran a los presos de las cárceles, y exigieran la renuncia del primer ministro, Ariel Henry. Desde este momento, estamos en permanente contacto con socios locales para responder a las necesidades más inmediatas de la población”, explica Del Olmo.

La emergencia que se va a implementar con Caritas Puerto Príncipe consiste en ayuda alimentaria para 600 familias que han tenido que huir de sus hogares en la capital por la violencia. Se prevé la entrega de kits alimentarios (pasta, aceite, arroz, judías, pescado en conserva, sal, azúcar, etc.) y kits de utensilios de cocina (cacerolas, bidones para almacenar agua, platos y cubiertos) para todas estas familias.

Con otro de nuestros socios locales, ITECA, se está reorientando el apoyo previsto para impulsar huertos familiares y comunitarias para el autoconsumo en tres municipios del departamento de Artibonito, en el que el 53 % de su población se encuentra en riesgo de crisis o en urgencia alimentaria según la última Clasificación Integrada de las Fases de la Seguridad Alimentaria (IPC, por sus siglas en ingles).

“Una de las posibles salidas es que el pueblo haitiano recupere su soberanía y su derecho a la autodeterminación”, concluye Del Olmo. Como dice Henry Boisrolin (del Comité Democrático Haitiano), habría que “encontrar una respuesta haitiana que rompa con este sistema neocolonial”.

Sal 23/22. El Señor es mi Pastor, nada me falta

Pastor y templo (ante mis enemigos: Dom 4 Pascua)

   Este breve salmo, atribuido lógicamente a David, pastor y rey, a quien la tradición atribuye el orden sagrado del templo de Jerusalén,  desarrolla dos motivos básicos  de vida de Israel, conectados entre sí de un modo histórico y religioso.

 (a) 23, 1-4. Yahvé es pastor de estepa y monte, que protege, guía y alimenta a su rebaño (pueblo, orante) por caminos fuertes, peligrosos, de trashumancia y riesgo, desde el principio de los tiempos, cuando los israelitas eran patriarcas trashumantes, pastores de estepa

(b) 23, 5-6. El mismo Yahvé aparece después como Dios/Señor/sacerdote de templo,  (casa de oración y vida, nueva Jerusalén) donde unge al orante y le ofrece una mesa de misericordia, en la que podrá mantenerse por siempre como triunfador

(c) En una mesa frente a enemigos… Mesa para  comer y beber, mesa para  vivir y esperar, pero frente a enemigos, en el centro de una lucha final. ¿Siempre luchando para comer? ¿Teniendo que matar a otros para comer yo? ¿Matando a todos los malos para quedar sólo los buenos? ¿Convirtiendo la lucha en principio de reconciliación superior?¿Cómo entender aquí la canción del pastorcito de Juan de la Cruz? Texto tomado de mi comentario a Salmos

18.04.2024 | Xabier Pikaza

Origen

            Es posible que este salmo sea la oración de un “devoto”, un creyente (un sacerdote), a quien han acusado sus enemigos, persiguiéndole  y queriendo expulsarle del culto de los fieles del templo; pero se ha defendido, ha triunfado, y puede mantenerse en el santuario, confesando a Yahvé como su Dios, tanto en su entorno anterior de trashumancia (como oveja de un rebaño protegido por Dios), como en su contexto posterior (actual) de presencia y culto en el templo. Pero lo esencial es que este salmo evoca, de modo muy intenso, el arco histórico de la identidad israelita, en sus dos momentos fundamentales… que nos sitúan ante un tercero::

(a) Prehistoria: Tiempo de pastores, lucha contra fieras, en medio de duras quebradas.  En principio, el orante se identifica como “oveja” de un rebaño guiado y defendido por Dios, no sólo en la etapa de los patriarcas (Jacob pastor, con Abraham…), sino a lo largo de los tiempos de trashumancia por zonas de estepa y desierto, desde la salida de Egipto hasta su establecimiento en torno a Jerusalén. De pastores de campo y de riesgo venimos, de cazadores, pescadores, entre riesgos de un mundo duro, en el que hemos logrado avanzar….

(b) Historia, tiempo de templo, comer frente a enemigos… Lucha entre hombres/pueblos por la comida del templo.  Superando el tiempo anterior de pastores de estepa, nómadas y trans-humantes de vida, luchando contra animales fieros y riesgos de mar y montaña, guiados por un Dios de la vida, este salmo nos sitúa ante la comunidad de creyentes, reunidos de un modo sacral en torno al templo de Jerusalén, donde Dios mismo aparece como “anfitrión”, en la casa sagrada que acoge a sus devotos, les unge, les llena de gloria y les “alimenta”, de forma que ellos pasan de ser ovejas de su rebaño (cf. Is 40, 11; Ez 34, 21-22; Sal 95,7) y huéspedes y amigos de su casa… Una casa de Dios pero enfrentados unos con otros (es decir, con enemigos…).

(c) ¿Habrá un tiempo nuevo?  Ya no somos pastores de ovejas, en medio de tierras quebradas, entre lobos… somo orantes de “templo”, en la casa de un Dios que nos ofrece su protección y comida, pero enfrentados unos con otros… ¿Habrá futuro para nosotros? Habrá un Dios de vida y redención, reconciliación para el nuevo tiempo? En ese contexto resuena atronadora y suavísima la canción del pastorcico de Juan de la Cruz.

Salmo de cambio de tiempos. Invitación a un futuro distinto

Este paso de la religión trashumante del Yahvé pastor y su rebaño a la religión establecida del Yahvé del templo con sus fieles, que comparten la mesa y oración (y que más tarde el libro de la Ley), constituye la clave de la historia de Israel, y aparece aquí resumida en esta espléndida oración, que, en su forma final,  no es ya propia de un Rey como David (aunque se le puede aplicar la primera parte), ni de unos sacerdotes, gestores del culto del pueblo (aunque también se les puede aplicar la segunda parte), sino de un creyente, que se defiende y eleva como representante o portavoz de la historia israelita.

            Pero el problema no es ya lo que ahora somos y tenemos en un templo de vida…. Protegidos por Dios… El problemas es si podremos ser en el futuro, si podremos superar la tensión de vivir “en frente” (en contra) de enemigos… El tema es la llegada del tercer reino de la humanidad reconciliada.

            Cambian de un momento a otro los “peligros”, vinculados primero con el tiempo de pastoreo con riesgos concretos de carencia y peligros de campo  (falta de agua, de pastos, de oscuros caminos, de fieras o bandidos…) y después con el tiempo del templo, con enemigos humanos, que se sientan o vigilan al otro lado de la mesa del orante, acechándole siempre. Pero la defensa de Yahvé (su presencia protectora) es siempre la misma en un momento y el otro, de forma que el salmista original o los que repiten y asumen su canto en el templo o en la liturgia particular de las comunidad, pueden habitar tranquilos (23,5), libres de temor, porque el Dios pastor y anfitrión (amigos) va con ellos y les acompaña.

1 (Salmo de David).

Yahvé es mi pastor, nada me falta:

2 en verdes praderas me hace recostar; | me conduce hacia fuentes tranquilas

3 y repara mis fuerzas; | me guía por el sendero justo, | por el honor de su nombre.

4 Aunque camine por cañadas oscuras, | nada temo, porque tú vas conmigo:

tu vara y tu cayado me defienden.

 Preparas una mesa ante mí, frente a mis enemigos;

me unges la cabeza con perfume, | y mi copa rebosa.

Bondad y tu misericordia me acompañan | todos los días de mi vida,

Y  habitaré en la casa Yahvé | por años sin término

En frente de mis enemigos

Éste salmo tiene, como he dicho, dos partes principales (Yahvé-Pastor, Yahvé rey sagrado de Templo) que van unidas de un modo inseparable, como es normal en otros salmos. Entre el pasado de los patriarcas-pastores y el presente de los devotos del templo queda un largo transcurso de historia simbólica (conquista de la tierra, monarquía de Jerusalén, quizá exilio…), que el salmo no necesita precisar, pasando como hace la etapa de pastores (promesa) a la etapa de fieles/levitas de un templo.

La imagen primera es de “pastores”, un símbolo  imagen que ha seguido vive en el mundo rural hasta tiempos muy recientes: La humanidad logró una madurez antes impensable cuando logró domesticar algunos animales (cf. Sal 8; Gen 2), de forma que, en vez de ser cazador fortuito de venados silvestres, se convirtió en pastor de animales domésticos (perros y caballos, vacas, ovejas…) a los que cuidaba y guiaba, para mantenerse de ellos. Éste fue un proceso doble, que está en el fondo de la “historia simbólica” de Gen 2:

Los hombres domesticaron animales, les pusieron nombres, vivieron en torno a ellos, los ofrecieron como sacrificio a Dios (a los dioses)… Sin animales domésticos, especialmente ovejas y cabras, perros y caballos no habrían subsistido sobre el mundo.

Por su parte, los animales (perros, ovejas, caballos…) domesticaron a los hombres… les ofrecieron un espacio de vida propia, d e humanidad…

Pero el gran salto se produjo cuando unos seres humanos crearon lazos de palabra-amor especial entre sí, varones y mujeres, antes el Dios de la palabra y de la vida, como sigue contando Gen 3, con los valores y riesgos que eso implica.

 Resulta esencial este recuerdo   de los israelitas posteriores, que seguían identificándose más con los pastores patriarcas nómadas (trashumantes) que con los agricultores sedentarios, simbolizados por los pueblos paganos cananeos. De esa forma pasa el salmo del recuerdo antiguo de los “jeques” pastores (patriarcas) a los fieles sedentarios del templo.  

PRIMER REINO. YAHVÉ, TÚ ERES MI PASTOR (23, 1-4).

No dice eres mi Rey, mi Padre o Sacerdote, sino mi Pastor, Ro’i (יהוה רעי לא אחס, El Señor es mi pastor, nada me falta) con acento de intensificación sobre la palabra hebrea, como para indicar que su vida (la vida de la humanidad) ha podido surgir y se ha desarrollado a través de una presencia gratuita, bondadosa y fuerte de Dios, como pastor que “domestica” a las ovejas, las guía, las protege… Eso significa que el hombre es un animal “domesticado”, educado por Dios, por una presencia superior de vida, a quien se conoce con el nombre de Yahvé (el que vive, hace vivir).

Actualmente, siglo XXI, al menos en el mundo occidental, esta imagen se nos ha hecho difícil de entender y de aceptar: No nos sentimos bien si alguien nos guía, no somos “animales domésticos”, dependientes de un Dios exterior, sino dueños y gestores de la propia vida, sin necesidad de “pastores”. En un plano, ese nuevo sentimiento de libertad es bueno, y este mismo salmo lo ratifica al final. Pero en otro sentido, la visión del “Dios pastor”, vinculado a nuestra propia identidad de “rebaño de hombres libres”, sigue siendo necesaria: Nuestro despliegue en la vida ha sido un prodigio, la mayor de las maravillas de la tierra; la humanidad ha surgido por obra especial de una Presencia y Guía que podemos comparar con la del pastor, que nos ha hecho capaces de tener lo que tenemos, que nada nos falte.

            Las notas principales de la presencia y obra de este Pastor divino son tradicionales y apenas necesitan comentario, teniendo en cuenta las condiciones del pastoreo trashumante antiguo, en una tierra de estepas semidesérticas, como las del entorno de Israel: Con la ayuda del Dios-Pastor, con su presencia educadora, el hombre ha sido capaz de encontrar verdes praderas y tranquilas fuentes,  en medio de una tierra calcinada,  reparando su cansancio y superando  los peligros, a través de “senderos justos”.

            Esta última expresión se puede y debe entender de dos maneras. (a) Los hombres han recorrido senderos “rectos”, esto es, apropiados, que les han llevado a la supervivencia física. (b) Pero también han recorrido caminos de “justicia”, en un sentido social y religioso, pues de otra manera ellos habrían perecido todos, víctimas de la violencia universal. Desde ese fondo se entienden las dos frases fundamentales.

 – Aunque camine por cañadas oscuras (de oscuridad de muerte) nada temo, porque tú vas conmigo (ydI_M'[i hT’îa;-yKi); este Dios-presencia, en medio del riesgo de muerte de la vida humana, define y sostiene la su existencia. El hombre ha sido y sigue siendo un viviente acompañado, bordeando sin cesar el riesgo de la muerte-oscura que le rodea y amenaza. Un camino por la oscuridad rodeada de muerte, pero abierta a la Vida es la existencia humana.

– Porque tu vara y cayado me sosiegan-defienden; la vara es un tipo de “cetro” de orientación y mando (propio incluso de reyes); el cayado es más bien un bastón defensivo, que podía llevar punta de hierro, para luchar contra las fieras y contra posibles enemigos.

 Según esto, la vida de los grupos humanos y de las personas en particular ha sido un “milagro” de educación (maduración, crecimiento) que el salmista atribuye a la presencia de Dios, como Pastor y guía. En un sentido, el hombre es dueño de sí (capaz de defenderse); pero, al mismo tiempo, su vida ha sido y sigue siendo resultado de una presencia superior. El hombre es porque Yahvé (el que es), siendo su presencia y providencia activa, le ha hecho surgir y le mantiene en vida.  

SEGUNDO REINO. HABITAR EN LA CASA DE YAHVÉ (23, 5-6).

Como he dicho, el salmista da un gran salto, para situarse en el lugar en que ahora se encuentra (al menos simbólicamente): Ante la mesa que el mismo Yahvé le ha preparado en su casa. No camina ya buscando descanso de agua y sombra, en medio de duros senderos de muerte, sino que puede sentarse y se sienta ante la mesa de Dios, hasta saciarse sin fin. Su bienaventuranza no se expresa aquí en forma de visión (contemplar a Dios, cara a cara…), sino de banquete (comer siempre en la casa de Dios).

El mismo Dios-Pastor se vuelve así anfitrión, quizá mejor de Amigo, que acoge a los amigos en su casa, ofreciéndoles alimento, como ha sabido la tradición antigua (la carne de los sacrificios que se comen en el templo es “carne de Dios”) y más tarde el cristianismo (que ha interpretado el pan y vino eucarístico como cuerpo y sangre de Cristo, Dios encarnado). Es evidente que estas afirmaciones, como las que forman parte del “misterio” religioso han de tomarse “simbólicamente”, no para indicar que no son verdaderas, sino para afirmar que lo son de un modo más alto.

El orante ha pasado de ser “oveja” o pastor de ovejas en los caminos arriesgados de estepas orientales a ser miembro de una comunidad de culto del templo (la gran asamblea; Sal 22, 23-26), en la que ha sido admitido, quizá con la oposición de algunos miembros. Parece que en ese sentido ha de entenderse la frase enigmática “frente a mis enemigos”. El enemigo del hombre sacerdote de templo, miembro de un culto religioso, no son ya las fieras del campo….,sino los enemigos que acechan en el mismo santuario…, al otro lado de la mesa del templo, de la mesa de los sacrificios y de la comida compartida…

Pero el buen orante se siente y se sabe defendido por Dios, en  frente (en contra) de los enemigos que acechan. Él está en la mesa, nadie podrá nunca separarle de ella, expulsarle de la compañía de Yahvé, pero éste fin del salmo advierte que en esa casa “sigue habiendo enemigos”, quizá grupos enfrentados.

Esa expresión (frente a mis enemigos) puede y debe entenderse de manera afirmativa: A pesar de que tengo enemigos (personas y grupos que piensan de un modo distinto y querrían expulsarme) estoy sentado a la mesa de Yahvé y ellos deben aceptarlo (no pueden impedirlo). Pero ella  conserva un rasgo muy significativo: En otros salmos, incluso en Sal 22, daba la impresión de que los enemigos eran aniquilados en la gran lucha final; aquí, en cambio, sigue habiendo enemigos, incluso al fin, en el mismo templo, pues el culto del  santuario de Yahvé sigue estando dividido entre grupos enfrentados, pero sabiendo que los otros, los enemigos, no podrán expulsar nunca al orante justo.

Dios mismo ha preparado esa mesa del templo para el orante, sirviéndole en ella: Unge su cabeza con perfume, declarándole triunfador (un tipo de mesías, ungido); mantiene siempre llena su copa… Aquí se ha invertido la imagen del hombre sometido a Dios pastor (que le domestica y dirige desde fuera), pues Dios se ha convertido en servidor del hombre, le unge, le orece su vino en la copa… y así la acompaña todos los días de la vida, como muestran las dos frases finales.

 – TuBondad/Bien y Misericordia me acompañan… No se trata ya de la bondad de Dios, sino del Dios que es Bien/Bondad. Ciertamente, él hace que todas las cosas sean buenas (como declara el relato de la creación, Gen 1); pero él mismo es quien aparece ya como Bien y  como Misericordia , esto es, como  bondad amorosa para el hombre.

– Y así el orante puede terminar su salmo diciendo:  habitaré en la casa Yahvé | por años sin término    en el doble sentido de “volver” (de retornar al principio de Dios) y de “habitar” en el mismo Dios. 

TERCER REINO…. SUPERA LA ENEMISTAD, REINO MESIÀNICO…

      La mayor parte de los lectores orantes insiste sólo en la primera parte de este salmo, “con Dios como pastor antiguo”, buen pastor que nos ha guiado por las quebradas de la vida…. Hay lectores y orantes que pasan a la segunda parte… El Dios pastor se nos ha convertido en Dios-Sacerdote de templo…que ha construido una casa/templo para que habitemos en ella, protegidos/amados/alimentados… Ya no vagamos por campos perdidos (ovejas errantes), somos vivientes/amigos/sacerdotes  de un templo de vida…sentados en torno a una mesa… pero teniendo frente a nosotros a unos enemigos… Tema de fondo: Habitar en un templo de vida (de unción sagrada) pero frente a enemigos.

   La lucha contra territorios salvajes y animales fieros se ha convertido en lucha entre enemigos… en un mismo templo, enfrentados unos con otros…Ésta es la situación en que nos ha encontrado Jesús, queriendo superar el enfrentamiento propio de nuestro templo, unos en lucha contra otros… Estamos “sentados”, pero sentados frente a enemigos ¿Podremos darnos la mano y abrazarnos? ¿O nos mataremos todos, unos contra otros, en este gran templo/tierra en que Dios nos ha reunidos…

            Éste ha sido y sigue siendo uno de los “salmos místicos” que ha marcado un  camino de  experiencia interior y de vida  para los cristianos, partiendo de Jn 10, donde Jesús aparece como Dios Pastor, que no sólo guía a las ovejas, sino que las “conoce” (comparte con ellas su intimidad de amor, les ofrece su misma vida en alimento). Pero, al mismo tiempo, pero, en otra perspectiva, la  lectura de este salmo ha conservado los rasgos de un Cristo/Dios pastor que “juzga” a sus ovejas, es decir, que discierne su conducta y que puede separar a unas de otras (ofrecer salvación, declarar condena), como se dice en Mt 25,  31-46, siguiendo una larga tradición judía, que aparece no sólo en los profetas como Ezequiel, sino en mucho texto apócrifos y apocalípticos, como en la tradición de Henoc.

Éste ha sido un salmo “místico”, no sólo porque presenta al Dios de Cristo como “pastor” de los hombres, sino, sobre todo, como aquel que les invita a su mesa en el templo, ofreciéndoles su propia vida como alimento (eucaristía litúrgica y personal). Éste es un templo abierto.. Abierto a la reconciliación y a la vida…, pero también al riesgo de la destrucción.  No nos van a matar ya las fieras de las estepa, ni las quebradas del camino pero podemos matarnos nosotros, sentados en la mesa del templo de Dios, que es nuestra vida…, unos contra otros, en lucha sin fin… Un salmo de lucha mística, contra enemigos… y de lucha personal, social, eclesial, militar, económica contra/frente a enemigos. 

Este es el tema clavel del salmo…

Principio: El Señor es mi pastor, nada temo…Así empiezo a orar, haciendo la señal de la cruz y diciendo En el nombre del Padre….

Final: Frente a mis enemigos…. El Salmo me deja en un templo, sentado a la mesa, ungido por Dios… lleno de misericordia, pero frente a enemigo. Un Salmo bellísimo, un salmo de gran hondura histórica… En una mesa llena de riquezas, pero frente a enemigos… Vuelvo a insistir en el tema del Pastorcico de Juan de la Cruz.

EL CLERICALISMO ES EL CÁNCER DE LA IGLESIA

La palabra “clero” no aparece ni una sola vez en todo el Nuevo Testamento. El término ‘clero’ viene del griego “kleros”, que significa ‘suerte’. Y se empezó a utilizar en la Iglesia durante el siglo tercero

Fue el emperador Constantino el que recompensó al clero cristiano con privilegios adecuados. Pues eran los clérigos (y no el cristiano medio), los expertos en rituales; los que sabían cómo llevar a cabo el “culto del santo y celestial poder” (Carta de Constantino al obispo de Siracusa (Eusebio, Historia eclesiástica, 10. 3, 21, pg. 632. Cf. Peter Brown, Por el ojo de una aguja, Barcelona, Acantilado, 2016, pg. 99)

Conozco a muchas personas “religiosas” que buscan el sentido de su vida en la trascendencia pero no lo encuentran en la institución eclesial porque ésta se ha convertido en una instancia incoherente, llena de escándalos y de irregularidades económicas.

El Papa llega a afirmar que el clericalismo es autoritarismo. Nadie puede acaparar o ignorar la acción del Espíritu en los demás. Esa es la gran tentación de una jerarquía centrada en sí misma: creer que el Espíritu tiene que pasar necesariamente por ella para actuar, dinamizar y dirigir a su Iglesia. Es la gran tentación también del laicado que no se compromete en las realidades que el Evangelio señala, cuando otras muchas personas actúan cristianamente desde su agnosticismo o ateísmo manifestando al Espíritu sin saberlo.

Según Drewermann, la formación de los clérigos es «inhumana»: los sentimientos y las emociones son reprimidos, se procede sistemáticamente a una despersonalización y a un reniego de la biografía de los individuos; total, que se impide la maduración adulta de las personas. Curas y religiosos se hacen así incapaces de responsabilidad y de decisión autónoma, recurriendo a la protección y al amparo de la autoridad eclesiástica y de la función ministerial que ejercen.

Drewermann, al trabajar desde la psicoanálisis con clérigos y religiosos llega a conclusiones que son una crítica feroz de la estructura eclesiástica. Encuentra que el niño reacciona a su deseo de ser de más con el deseo compensador de darse y sacrificarse, a imagen de su madre sacrificada al maridoEsto es para Drewermann la vocación. Pero resulta que esa madre es autoritaria, tiránica y posesiva; reprime no sólo la sexualidad sino la personalidad entera, produciendo unos hombres y mujeres reducidos a la condición de funcionarios eclesiales y dominados por la angustia. Como respuesta a esta angustia muchos clérigos tienen que refugiarse en la sexualidad con el otro sexo o con el mismo sexo como vía de salida.

El Prof. E. Drewermann explica el celibato sacerdotal como una cruzada contra el padre de la propia infancia y contra los impulsos masculinos del propio corazón. El celibato representa la culminación de la tendencia de la Iglesia de mantener a los fieles en un estado de minoría de edad. La institución de la confesión se convierte también en un excelente instrumento de dominio, que nunca será demasiado pronto para implantarlo en el alma de los niños.

Huelga todo comentario sobre la exterioridad, rayana en el ridículo, que caracteriza la administración con la absolución de los pecados del “sacramento de la penitencia” en la Iglesia católica. El problema es que en lugar de que los fieles se perdonen a sí mismos con plena confianza en Dios, se les despierta el sentimiento de que el hombre no es nada sin la bendición de la Iglesia.

El romanismo sostiene las mismas orgullosas pretensiones con que supo dominar sobre reyes y príncipes y arrogarse las prerrogativas de Dios. Su espíritu no es hoy menos cruel ni despótico que cuando destruía la libertad humana y mataba a los santos del Altísimo.” Afirma Elena de White.

Jesús no vistió ninguna vestidura especial. Entra dentro de lo posible el que los sacerdotes judíos sí que tuvieran vestiduras clericales, pues constituían una casta. Pero, de acuerdo a lo que nos dicen las dos genealogías de los Evangelios, Jesús pertenecía al linaje de los reyes de Judá, no al de los descendientes de Leví. El Mesías no era un sacerdote del Antiguo Testamento. Además, Él comienza un nuevo sacerdocio.

Los Apóstoles, por tanto, tampoco llevaron ninguna prenda distintiva, ni tampoco sus sucesores. Obrar de otra manera, en medio de una persecución, hubiera sido una temeridad. Cuando Martín Lutero lanzó su reto de reforma de la Iglesia Católica Romana, no lo hizo animado por un espíritu de innovación o rebeldía, sino movido por convicciones enraizadas en la Palabra de Dios.

Aunque el clero seguía vistiendo sin ropas especiales, poco a poco, en algunos lugares sí que se fue desarrollando un modo distintivo de vestir. En el año 428, por una carta del Papa Celestino, sabemos dos cosas: que en Roma no existía una vestidura clerical, pero que en la Galia algunos obispos ya la usaban. La carta del Papa, curiosamente, exhorta a que los clérigos se distingan de los laicos no por las ropas, sino por sus virtudes. Pero ni siquiera esta opinión papal pudo detener el curso de la historia que ineludiblemente llevaba a mostrar externamente esa distinción.

El cónsul, magistrado con la categoría más alta en el mundo romano, actuaba como un símbolo de autoridad para el pueblo, de forma muy similar a la que ejercían los prelados cristianos para con los fieles a ellos encomendados.

Desde muy antiguo, el atuendo se convierte en símbolo de autoridad, profesión, casta o clase; y así, refrendaba a la persona como rey, campesino, artesano, soldado o eclesiástico. A lo largo de la historia los jerarcas han ambicionado buscar diferenciarse del pueblo a través del atuendo. Ya en tiempos de los emperadores, los funcionarios de la Iglesia acomodaron sus vestimentas al estilo de los nobles: el Papa se coronó de oro; aparecieron trajes con riquísimos bordados y botonaduras fastuosas, anillos y pectorales de piedras y metales preciosos… hasta llegar al ridículo de algún cardenal arrastrando magna capa…

El Concilio Vaticano II se pronunció claramente contra la suntuosidad en las vestiduras y ornamentación sagradas y exhortó a que la indumentaria de los eclesiásticos se adecuase a los signos de los tiempos. (S.C. 124; P.C. 17). La mayoría de padres conciliares fueron conscientes de la necesidad y urgencia de desclericalizar la Iglesia, esclerotizada.

Los servidores de las comunidades no son como los «jefes de las naciones que las dominan y se aprovechan de su autoridad…, sino servidores que dan su vida para rescatar de las más diversas esclavitudes» (Mc 10, 42ss). El clericalismo está muy vinculado a la vestimenta clerical en la mentalidad de la gente. El hábito clerical está marcado con el dominio y prepotencia del clero.

En la doctrina de la justificación por la fe halló la base para una solidaridad inalterable de los cristianos entre sí que hacía imposible la división tradicional entre “eclesiásticos” (los clérigos) y “seculares” (los laicos). Parafraseando Gálatas 3:28 escribe: “No hay sacerdote ni laico, cura ni vicario, rico ni pobre.

Conozco personas que buscaban una vida espiritual dentro del cristianismo y que han huido hacia otras opciones religiosas. Personas que no han encontrado el alimento espiritual que esperaban en el cristianismo. Que se han ido sin saber siquiera qué es. Que creen que el cristianismo consiste en cumplir con una serie de ritos y mandamientos, con el objetivo de ganarse la entrada a un cielo de ultratumba. Que observan cómo hay quienes utilizan la celebración del perdón como lavadora mágica de culpas y delitos para seguir con su actitud culposa y a veces delictiva, con la torticera idea de que pueden burlar la justicia divina. Que les da la impresión de que a Dios le importa más nuestra vida íntima que la necesaria solidaridad entre sus hijos más afortunados y los más desfavorecidos. Que ven cómo las celebraciones, ¡las fiestas!, se convierten en obligaciones, bajo amenaza de castigo eterno. Que ven cómo algunos buscan la misa más corta y menos aburrida para poder cumplir con el mandamiento, al menor coste de tiempo y con el menor fastidio. Que encuentran mejor acogida y más fraternidad en colectivos aconfesionales de corte humanista que en nuestras viejas instituciones cristianas.

Por desgracia para nuestros hermanos judíos, los cristianos hemos creado injustamente una sinonimia entre fariseísmo e hipocresía, cuando en realidad las actitudes hipócritas que les atribuían algunos pasajes evangélicos, con intención profética, se repiten ahora en muchos ámbitos del cristianismo.

Se supone que cristiano es el que sigue los pasos de Cristo. ¿Dónde están los cristianos que se dedican a levantar al que se ha derrumbado, los que ayudan a recuperarse al que ha caído enfermo, los que acogen al rechazado, los que invitan al banquete de Dios, a su fiesta? Sabemos que estos cristianos existen. ¿Por qué no se les da visibilidad? ¿Por qué no se utilizan las infraestructuras existentes para crear un clima de fraternidad? ¿Por qué nos empeñamos en conservar esta espiritualidad medieval, individualista, egoísta y egocéntrica,  cuya prioridad es MI propia salvación, en primera persona? ¿Por qué este interés en mantener la fractura entre entidades sacras y seculares?

En la actualidad, ya no es posible seguir manteniendo una comunidad de fe basada en el miedo, ni siquiera amenazando con un castigo eterno en un hipotético infierno. Se debe rescatar la Buena Noticia, que es de alegría, de banquete, de fiesta compartida, en esta vida antes que en la próxima, donde los caídos se levantan, los atemorizados hablan, los cegados ven la luz de Dios, los zancadilleados tienen una segunda oportunidad, los diáconos rescatan su vocación de servicio y los obispos reviven sus orígenes como protectores y guías activos en el crecimiento espiritual de la comunidad.

Con pena, veo cómo se sigue intentando acallar las voces críticas que proponen alternativas, como si desde la jerarquía tuviesen en mente mejores propuestas que por alguna extraña razón no dan a conocer. Muchos esperamos que reaccionen antes de que sea tarde, no vaya a ser que se acaben quedando solos, pastores en paro, buscando alguna oveja a la que pastorear.

OTRO PASO PARA UN PAPA ECUMÉNICO

El papa Francisco ha vuelto a aceptar el título de “Patriarca de Occidente” que han mantenido los papas durante siglos y que eliminó el Papa Benedicto XVI de los títulos oficiales papales desde el inicio de su pontificado. No es un simple título honorífico sino que es la titulación del Obispo de Roma que todos reconocieron durante el primer milenio y que refleja la concepción de Iglesia en la Antigüedad y en el Bajo Medievo antes de que se produjera la división de los cristianos en ortodoxos y católicos a partir del siglo XI.

En la iglesia antigua había 5 grandes patriarcados (Roma, Constantinopla, Alejandría (Egipto), Antioquía (Siria) y Jerusalén). Cada uno tenía autoridad y autonomía propia dentro de la Iglesia católica. Cada patriarcado  tenía su liturgia, sus cánones, su teología, sus ministerios y jerarquía propia. Ningún patriarca intervenía en los asuntos internos de las otras y todas se reunían representadas por sus obispos en los concilios ecuménicos. El papa, título que desde el siglo VIII reclamaba como exclusivo el Obispo de Roma, buscaba el reconocimiento de su primacía en los otros patriarcados. Pero esta se refería a los asuntos que concernían a la Iglesia universal, a las disputas entre Iglesias, a cuestiones doctrinales que rebasaban los límites de un patriarcado o a cuestiones disciplinares que influían en toda la Iglesia como determinar la fecha de resurrección y la navidad para todas las iglesias. En el segundo milenio todo cambió, se vio a la Iglesia entera como gobernada por el obispo de Roma que se convirtió en un patriarca y obispo universal.


Pablo VI era consciente de que el ministerio principal del papa es velar por la unidad y comunión de la Iglesia y que era el mayor obstáculo para la unidad. Juan Pablo II pidió que se  le ayudara a encontrar “una forma del ejercicio del primado que, sin renunciar de ningún modo a lo esencial de su misión, se abra a una situación nueva”. El Papa Francisco ha resaltado su disponibilidad ecuménica. “Me corresponde, como Obispo de Roma, estar abierto a las sugerencias que se orienten a un ejercicio de mi ministerio que lo vuelva más fiel al sentido que Jesucristo quiso darle y a las necesidades actuales de la evangelización”. El papa acepta ser considerado como “primus inter pares” entre los patriarcas cristianos, como ocurrió en el primer milenio del cristianismo, sin más prerrogativas.

La unión de las Iglesias y la reforma del Primado están vinculadas para el futuro. Se puede mantener el primado y asumir al mismo tiempo la teología que ve a Pedro no solo como referente del obispo de Roma sino de todos los obispos. En el primer milenio había distintas teologías sobre Pedro y sus sucesores, la exclusiva leoniana que defendía Roma y la plural de la teología cripriánica de la mayoría de los obispos; la línea del Concilio de Nicea y la que reafirma el código de Justiniano. La Pentarquía de patriarcados serviría como inspiración y referencia para un papado más colegial y para una teología de la sinodalidad que ahora inspiran al papa Francisco. El futuro de la Iglesia está condicionado por el papado como problema ecuménico y el resurgir de la pentarquía y desde ella renovar el primado del obispo de Roma puede ser uno de las formas de afrontarlo.

Juan Antonio Estrada

Los jóvenes y el buen pastor

Los jóvenes y el buen pastor Jose Moreno Losada

Poder para entregar la vida: La clave del buen pastor en los jóvenes

El mayor signo de la resurrección en el hombre es la libertad, aquello que posibilita que uno esté dispuesto a entregar, perder, arriesgar su vida por amor a los otros, sin miedo a morir al propio ego para que nazca el auténtico yo.

18.04.2024 | Jose Moreno Losada

Jesús, pastor de la libertad 

Jesús el buen pastor es el modelo paradigmático y el maestro de la entrega, el crucificado que ha resucitado. Nadie le ha quitado la vida, sino que la ha entregado libremente, aunque le obligaron a llevar la cruz y a morir en ella. De ese modo hizo de la cruz el mayor símbolo del amor y la libertad.

Juan 10,11-18

En aquel tiempo dijo Jesús: «Yo soy el buen pastor. El buen pastor da la vida por las ovejas; el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo hace estrago y las dispersa; y es que a un asalariado no le importan las ovejas. Yo soy el buen pastor, que conozco a las mías, y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas… Nadie me la quita, sino que yo la entrego libremente. Tengo poder para entregarla y tengo poder para recuperarla: este mandato he recibido de mi Padre».

La fuerza de libertad resucitada sigue actuando por el Espíritu en medio de la historia, en la iglesia, en el mundo. Sigue habiendo pastores según su corazón.

Pastores jóvenes para los jóvenes

Hago este estudio de evangelio desde un lugar emblemático para mí, muy sacramental. Estoy junto al puente de la garganta de Cuartos, en Losar de la Vera. Paso aquí esta mañana primaveral y vengo porque aquí está el albergue, lugar de acampada, de la diócesis de Plasencia, espacio paradisiaco que me envuelve y me seduce. Aquí estamos viniendo hace bastantes años a realizar las jornadas de formación de la Juventud Estudiante Católica.

Treinta años de camino en pastoral estudiantil, montones de grupos de revisión de vida, de temas de formación bien elaborados e interpeladores. Siempre acompañados de animadores adultos que creen en los jóvenes y apuestan con determinación por sus personas y proyectos de vida. Muchos de ellos vienen de haber sido acompañados antes con el mismo espíritu y pedagogía de acción en la fe, uniendo credo y vida. Valdrían estos animadores para entender este evangelio del buen pastor, pero prefiero contemplar hoy a los mismos jóvenes en su protagonismo real dentro de este movimiento de acción católica especializada.

 Son bastantes los que he conocido en su reflexión para apostar por los demás y dedicar parte de su vida, su tiempo, sus estudios a los demás, anteponiendo el bien de los otros al individual, aunque sabiendo que con eso el Padre les enriquecería de un modo especial.

En los procesos de reflexión destacan aquellos que al terminar sus estudios superiores se plantean, lo que ellos llaman “proceso finalista”, el camino a seguir desde lo vivido y descubierto en su itinerario estudiantil. Entre los finalistas algunos se ofrecen para hacer la reflexión de “permanentables”, es decir, para ver si pueden dedicar unos años de su vida al servicio de los jóvenes para que otros puedan descubrir lo que ellos han descubierto y tanto valoran en sus vidas.

Julia está terminando sus estudios de grado en Madrid –este año en Salamanca- el otro día me escribía para comunicarme con alegría que ha entrado en el proceso de esta reflexión para el servicio. Me decía que me agradecía que la invitara insistentemente cuando era una adolescente en el instituto a iniciarse en la JEC. Lo recuerdo desde este lugar en el que ella ha participado más de un verano. No sé si acabará asumiendo el servicio, pero está claro que el Espíritu habita en su interior y está disponible, abierta a descubrir junto a otros la posibilidad de este ministerio para su persona y para los otros. Nadie le va a quitar estos años, es ella misma quien se siente libre para este interrogante de vida y entrega apostólica. Desde este lugar leo el texto evangélico del buen pastor y de la entrega de Jesús que no hay duda que sigue realizándose entre los jóvenes de hoy.

Entrega en libertad

Nada más lejos de Cristo y su evangelio que una entrega forzada, entendida desde el puro sacrificio. La entrega apostólica nace de la seducción amorosa del Dios de la vida que se muestra tan generoso en la gracia, que desborda el corazón de lo humano para que en libertad pueda darse en trozos de vida para los otros.

La vocación como llamada surge en la relación de un conocimiento mutuo entre Jesús y el corazón inquieto de la persona que lo encuentra. Él, como Buen Pastor, sale cada día al camino y busca a todos los que van caminando, se hace el encontradizo de múltiples maneras, siempre desde el lugar de los otros para acompañar, iluminar, sanar, animar, reconstruir, perdonar. Cuando el hombre siente su abrazo verdadero y en libertad total, sin pedir nada a cambio, surge el deseo de ser como él y continuar con su evangelio en medio de la historia.

Los jóvenes cuando son acompañados en sus procesos de fe y se les invita a la verdad de una vida que no se busca a sí misma, sino que en libertad se deja amar y ama, son capaces de entregar su vida. Lo harán en su forma, con sus tiempos, sus procesos, lenguajes y afectos, pero con el espíritu de buen pastor que les ha enganchado y les seduce.

La Iglesia en el servicio a los jóvenes ha de buscar su protagonismo, tendrá que hacerlo con nuevos modos, lenguajes, etc. Pero nunca lo podrá hacer sin las actitudes y sentimientos profundos de Cristo, el Buen Pastor, el amor y la libertad. Es la clave para que los jóvenes evangelicen a los jóvenes, el verdadero apostolado. Se trata de procesos de vida que transforman y son transformadores. Yo lo he visto con mis propios ojos.

El mensaje pascual no tiene vuelta atrás cuando sostiene que no hay mayor libertad que la entrega radical de la vida por el amor, nadie puede dar la vida sino la posee, sino es dueño real de ella. El evangelio del Reino hace a las personas dueñas de sí, hasta el punto que tienen el poder de darla y de darse sin medida, con una lógica que desborda la seguridad propia.

La Buena Noticia del Dgo 4º Pascua-B

Dar la vida por las ovejas

Lectura de la Palabra

Jn 10, 11-18

 11Yo soy el Buen Pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas; 12el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo las roba y las dispersa; 13y es que a un asalariado no le importan las ovejas. 14Yo soy el Buen Pastor, que conozco a las mías, y las mías me conocen, 15igual que el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas. 16Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también a esas las tengo que traer, y escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño y un solo Pastor. 17Por esto me ama el Padre, porque yo entrego mi vida para poder recuperarla. 18Nadie me la quita, sino que yo la entrego libremente. Tengo poder para entregarla y tengo poder para recuperarla: este mandato he recibido de mi Padre»

La necesidad de un guía

Para los primeros creyentes, Jesús no es solo un pastor, sino el verdadero y auténtico pastor. El único líder capaz de orientar y dar verdadera vida al ser humano. Esta fe en Jesús como verdadero pastor y guía adquiere una actualidad nueva en una sociedad masificada como la nuestra, donde las personas corren el riesgo de perder su propia identidad y quedar aturdidas ante tantas voces y reclamos.

La publicidad y los medios de comunicación social imponen al individuo no solo la ropa que ha de vestir, la bebida que ha de tomar o la canción que ha de escuchar. Se nos imponen también los hábitos, las costumbres, las ideas, los valores, el estilo de vida y la conducta que hemos de adoptar.

Los resultados son palpables. Son muchas las víctimas de esta «sociedad-araña». Personas que viven «según la moda». Gentes que ya no actúan por propia iniciativa. Hombres y mujeres que buscan su pequeña felicidad, esforzándose por tener aquellos objetos, ideas y conductas que se les dicta desde fuera.

Expuestos a tantas llamadas y reclamos, corremos el riesgo de no escuchar ya la voz de la propia interioridad. Es triste ver a las personas esforzándose por vivir un estilo de vida «impuesto» desde fuera, que simboliza para ellos el bienestar y la verdadera felicidad.

Los cristianos creemos que solo Jesús puede ser guía definitivo del ser humano. Solo desde él podemos aprender a vivir. Precisamente, el cristiano es aquel que, desde Jesús, va descubriendo día a día cuál es la manera más humana de vivir.

Seguir a Jesús como buen pastor es interiorizar las actitudes fundamentales que él vivió, y esforzarnos por vivirlas hoy desde nuestra propia originalidad, prosiguiendo la tarea de construir el reino de Dios que él comenzó.

Pero mientras la meditación sea sustituida por la televisión, el silencio interior por el ruido y el seguimiento a la propia conciencia por la sumisión ciega a la moda será difícil que escuchemos la voz del Buen Pastor, que nos puede ayudar a vivir en medio de esta «sociedad de consumo» que consume a sus consumidores.

José Antonio Pagola

¿CONOCEMOS AL PASTOR O DECLAMAMOS SUS MANDAMIENTOS?

Jn 10, 11-18

¿Me siento una persona buscada, amada y cuidada por este “Buen Pastor”?

“Jesús resucitado vive entre nosotros” Este es el mensaje que venimos repitiendo cada domingo de Pascua. Hasta ahora se nos ha dicho mediante los textos del sepulcro vacío o los de las apariciones, testimonios ambos de esa experiencia que cambió la vida de sus seguidores/as y los reunió en Iglesia. Hoy da un paso más, no nos habla solo de ese primer encuentro, sorprendente, con el Resucitado, en el huerto, en Tiberíades, en el cenáculo… Hoy nos anuncia que esta presencia de Jesús vivo a nuestro lado es continua, definitiva, como la del pastor con sus ovejas.

La imagen del pastor que socialmente puede quedarnos un poco lejana, también puede suscitar, en muchos de nosotros, más que una reflexión, un sentimiento entrañable, sentirnos amados, cuidados, protegidos…  Sabemos que desde los comienzos de la Iglesia es la imagen más querida y representada de Jesús. Ya en las catacumbas, ese pastor que carga sobre sus hombros una oveja es el consuelo y la fuerza para aquellos primeros hermanos y hermanas que se sienten perseguidos y amenazados. Muchos de ellos recordaban la imagen del “pastor” para referirse a Dios leída tantas veces en el A. T., como el único que guía y protege a su pueblo.

Os invito a acercaros a acoger este texto desde dos claves:

1ª  Intentar descubrir desde el corazón a este Buen Pastor

Recordemos cómo describen los evangelios en distintos momentos la imagen del pastor referida a Jesús: el que conoce a las ovejas, camina con ellas, las llama por su nombre, las guía hacia buenos pastos, las defiende en sus peligros…. En el texto de hoy la comunidad de Juan la contrapone a la del “asalariado”. Ser pastor no es un oficio es una forma de ser, de vivir y de relacionarse con las ovejas. Es la forma de ser y vivir que han visto en Jesús, que ha impresionado a sus seguidores. Le recuerdan pendiente del pobre, del ciego, de la mujer condenada, de los niños, de tantos enfermos… Nunca preocupado de sí mismo. Una forma de ser y vivir que se resume en ese estar dispuesto a jugarse la vida, a arriesgar su vida por los demás, a los que llama “sus ovejas”, que le importan hasta tal punto que entrega su vida por ellas.  Cuando se escribe este texto la comunidad tiene muy presente la imagen de Jesús crucificado. Desde ahí cobran nueva fuerza ahora sus palabras y su imagen de buen pastor. 

Pero este buen pastor, ansía ser el pastor de todos, de tantas personas que están “como ovejas sin pastor” solas, necesitadas… y se plantea “tengo que buscarlas”. Es el pastor que sale a los caminos, como el de Emaús, a buscar a las ovejas perdidas, a las desilusionadas, a las que aun no creen.  Ese es el Dios del que Jesús nos habla: un Dios comprometido en buscarnos, a todos, a cada uno y cada una allí donde estamos. Un Dios al que “le importamos”. El Buen pastor nos habla de un Dios, como el padre del hijo pródigo que  sale al camino cuando nos ve lejos… que abandona el redil para buscarnos cuando nos hemos ido…  Este es el corazón de Dios que Jesús resucitado nos revela al caminar cada día con nosotros, este es el plan de Dios para todos, su Reino… que todas las personas seamos su rebaño, que solo El sea nuestro pastor. ¿Nos lo creemos? ¿Nos sentimos buscados, amados y cuidados por este buen pastor?

Porque esta es la gran noticia de la Pascua: Jesús vive entre nosotros para siempre como “buen pastor”. Solo esta experiencia puede cambiar nuestra vida y hacerla una vida nueva, pascual, de resucitados.

2º Buscar por encima de todo conocerle personalmente, entrar en su intimidad.

El evangelio nos habla de una relación personal de Jesús con sus ovejas: “conozco a las mías, y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas”. Conocer, amar, dar la vida están aquí en un mismo plano, o quizá mejor cada una de estas palabras explica, sostiene y revela todo el sentido de la otra. Este conocer en el sentido que usa la Biblia, que no es tener datos de algo, nos está hablando de ese conocimiento-relación íntimo y profundo, de elección, de intimidad, de confianza.

El que puede darse en un matrimonio, entre amigos de verdad. Así conocer es acoger, aceptar, amar plenamente, amar al otro, a la otra, como es, no como esperamos o queremos que sea. Pero no se queda ahí, este conocimiento del buen pastor, esta relación con cada una de sus ovejas es similar al amor y la relación de Jesús con su Abbá, de la que en otro momento llega a decir “el Padre y yo somos uno”.

Palabras y realidades que nos sobrepasan sin duda, pero en las que hoy se nos invita a entrar. Porque lo importante es descubrir en lo más profundo de nosotros mismos, que Jesús es “mi buen pastor”, como dice el salmo 22 que rezaremos este domingo: Es “mi” pastor, el que me conduce cuando voy a oscuras, el que me prepara una fiesta y repara mis fuerzas cuando siento que no puedo más. El que hace que no tenga miedo, porque me lleva en sus hombros…

Termino hoy con un pequeño relato que puede ayudarnos:

“AI final de una cena en un castillo inglés, un famoso actor de teatro entretenía a los huéspedes declamando textos de Shakespeare. Luego se ofreció a declamar lo que Ie pidieran. Un sacerdote muy tímido preguntó al actor si conocía el salmo 22. EI actor respondió:

Sí, lo conozco y estoy dispuesto a recitarlo sólo con una condición: que después también lo recite usted.

EI sacerdote se sintió un poco incómodo pero accedió a la propuesta. EI actor hizo una bellísima interpretación, con una dicción perfecta, de “EI Señor es mi pastor, nada me falta…” Los huéspedes aplaudieron vivamente.

Llegó el turno del sacerdote, que se levantó y recitó las mismas palabras del salmo 22. Esta vez, cuando terminó, no hubo aplausos, sólo un profundo silencio y lágrimas en algún rostro.

EI actor se mantuvo en silencio unos instantes, luego se levantó y dijo:

Señoras y Señores, espero que se hayan dado cuenta de lo que ha ocurrido aquí esta noche. Yo conozco el Salmo, pero este hombre conoce, ama, al Pastor.

Que el Señor nos conceda conocer al Pastor y disfrutar agradecidos de caminar cada día a su lado.

Mª Guadalupe Labrador Encinas. fmmdp

Pensar en una iglesia toda ministerial

Continuamos con los domingos de Pascua y el evangelio de Juan, que es el más elaborado teológicamente, nos ofrece discursos en los que es Jesús, quien se define a sí mismo, pareciendo conocer con claridad su misión e invitando a los suyos a reconocerlo como tal. En el capítulo 6 se define como el pan de vida (v. 35); en el capítulo 8 como luz del mundo (v.12); en el capítulo 10 como puerta de las ovejas (v.7) y, en el texto de hoy, como buen pastor (10, 11). No hay que olvidar que en el trasfondo de estos discursos ya se percibe la persecución, expresada en textos como “los judíos procuraban matarle” (Jn 7, 1); “entonces, procuraban prenderle; pero ninguno le echó mano porque aún no había llegado su hora” (Jn 7,30); “los fariseos oyeron a la gente que murmuraba de él estas cosas y los principales sacerdotes y los fariseos enviaron alguaciles para que le prendiesen (Jn 7, 32).

En ese contexto es fácil entender que cuando Jesús habla del lobo “que arrebata y dispersa a las ovejas”, se refiere a sus enemigos que en su vida histórica lo persiguen, pero también a los que perseguirán a sus seguidores. Jesús sabe que el anuncio del Reino trae resistencias y conflictos, trae persecución e incluso la muerte.

La comparación con el buen pastor es más que clara para aquellos ambientes campesinos donde los rebaños de ovejas eran bien conocidos con las implicaciones de cuidado absoluto por todas las ovejas y defensa de las mismas ante todos los peligros que las acechan. Aquí Jesús aclara que la misión que lleva entre manos no es la de un asalariado que tan pronto ve el peligro puede dejarla de lado. Por el contrario, su misión es dada por el Padre y si implicara dar la vida, no va a ponerlo en duda. No es simplemente que se siente en peligro y ya no tiene tiempo para huir. Es que, aunque pudiera hacerlo, su compromiso con el anuncio del Reino, lo constituye, de tal manera, que voluntariamente está dispuesto a dar la vida.

La comunidad que engendra la predicación de Jesús supone ese conocimiento mutuo entre el maestro y sus discípulos, entre el Dios Padre/Madre y todos sus hijos, buscando siempre la inclusión universal para que ninguno quede fuera.

Aunque en este día se hace especial mención de la jerarquía por su llamado a guiar al pueblo de Dios -a semejanza de un buen pastor-, en realidad, en la comunidad de discípulos, no hay pastores y ovejas en el sentido literal del término, sino comunidad de vida donde todos velan porque no haya lobos que dañen a ninguna oveja, ni haya ovejas que queden excluidas y terminen en otro redil. Resulta fácil pensar en todo lo que falta en la comunidad eclesial para vivir la inclusión de todas las personas sin permitir ninguna exclusión por ninguna causa.

Hace mucha falta esa iglesia que bendice a todos sin ninguna restricción. Falta esa iglesia que no busca la uniformidad sino la vida de todas las ovejas con todas las particularidades que cada una conlleva.

 En realidad, el único Pastor es Cristo a quien todos estamos llamados a testimoniar viviendo ese cuidado hasta arriesgar la vida por todos y cada uno de los hermanos y hermanas.

No significa esta reflexión que no se reconozcan los diversos ministerios en la vida de la Iglesia. Pero han de estar libres de clericalismo, de superiores e inferiores, de pastores y ovejas, en el sentido literal del término. Hay que pensar en una iglesia toda ministerial en la que el servicio garantiza el cuidado mutuo, la entrega asegura la vida en plenitud para todos. Por una iglesia así vale la pena arriesgar la vida, no porque se exija, sino voluntariamente, mostrando con ese gesto, el encargo que viene de Dios mismo y no de ningún interés propio

Por Consuelo Vélez

Testigos de la Palabra

La catequista Laura
La catequista Laura

La compañera Felipa Durán era originaria del pueblo de Guazapa. La madre de tres hembras y dos varones quedó viuda durante la guerra, cuando los Cuerpos Represivos asesinaron a su compañero de vida Manuel Hernández.

Fue catequista en El Paisnal en estrecha colaboración con el padre Rutilio Grande. Por su compromiso social como Coordinadora Nacional de la Iglesia Popular CONIP fue buscada por el enemigo y adoptó el seudónimo de “Laura López”. Guindeaba por todo el Cerro de Guazapa con las masas perseguidas quienes cariñosamente la llamábamos “Mama Laura”. Fue alegre, chistosa y no se dejó agobiar ni por los bombardeos ni por los problemas diarios. “Laura “solía decir : “Si nos matan, que sea por algo, que no nos maten sólo por gusto; y tampoco nos vamos a dejar.” “Laura” aprovechó cualquier espacio para organizar  reflexiones bíblicas a la luz de la Teología de Liberación y promovió nuestro trabajo solidario, andando siempre delante con su ejemplo.   A sus 38 años de edad, el 23 de abril de 1985 durante un operativo militar  de la Fuerza Armada en nuestra zona los soldados de la dictadura la balearon en un cañal de la comunidad Valle Verde del municipio de Suchitoto. Los cobardes remataron a la ejemplar luchadora con un tiro de gracia. “Laura López” sigue viva en el recuerdo de muchos pobladores de nuestra región, donde la comunidad Laura López lleva su nombre.

Ante la Jornada Mundial de las Vocaciones

Cardenal You: «A menudo, el sacerdote es educado para ser un líder solitario y eso no es bueno»

Cardenal You

Con vistas a la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones del próximo domingo 21 de abril, L’Osservatore Romano ha planteado algunas preguntas al cardenal prefecto del Dicasterio para el Clero, Lázaro You Heung-sik

«La vocación es esencialmente la llamada a ser feliz, a hacerse cargo de la propia vida, a realizarla plenamente y a no desperdiciarla. Este es el primer deseo que Dios tiene para cada hombre y cada mujer, para cada uno de nosotros: que nuestra vida no se apague, que no se desperdicie, que brille al máximo»

19.04.2024 | Andrea Monda/L’Osservatore Romano

(Vatican Media).- Con vistas a la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones del próximo domingo 21 de abril, L’Osservatore Romano ha planteado algunas preguntas al cardenal prefecto del Dicasterio para el Clero, Lázaro You Heung-sik.

¿Qué es una vocación?

Antes de pensar en cualquier aspecto religioso o espiritual, diría lo siguiente: la vocación es esencialmente la llamada a ser feliz, a hacerse cargo de la propia vida, a realizarla plenamente y a no desperdiciarla. Este es el primer deseo que Dios tiene para cada hombre y cada mujer, para cada uno de nosotros: que nuestra vida no se apague, que no se desperdicie, que brille al máximo. Y, por eso, se ha hecho cercano en su Hijo Jesús y quiere atraernos al abrazo de su amor; así, gracias al Bautismo, nos convertimos en parte activa de esta historia de amor y, cuando nos sentimos amados y acompañados, entonces nuestra existencia se convierte en un camino hacia la felicidad, hacia una vida sin fin. Un camino que luego se encarna y se realiza en una opción de vida, en una misión específica y en las múltiples situaciones cotidianas.

Pero, ¿cómo se reconoce una vocación y cuál es su relación con los deseos?

Sobre este tema, la rica tradición de la Iglesia y la sabiduría de la espiritualidad cristiana tienen mucho que enseñarnos. Para ser felices -y la felicidad es la primera vocación compartida por todos los seres humanos- es necesario no equivocarse en las opciones de vida, al menos en las fundamentales. Y las primeras señales de tráfico que debemos seguir son precisamente nuestros deseos, lo que sentimos en nuestro corazón que es bueno para nosotros y, a través de nosotros, para el mundo que nos rodea.

Sin embargo, cada día experimentamos cómo nos engañamos a nosotros mismos, porque nuestros deseos no siempre corresponden a la verdad de lo que somos; puede ocurrir que sean fruto de una visión parcial, que surjan de heridas o frustraciones, que estén dictados por una búsqueda egoísta de nuestro propio bienestar o, incluso, a veces llamamos deseos a lo que en realidad son ilusiones. Entonces es necesario el discernimiento, que es básicamente el arte espiritual de comprender, con la gracia de Dios, lo que debemos elegir en nuestra vida. El discernimiento sólo es posible a condición de que nos escuchemos a nosotros mismos y escuchemos la presencia de Dios en nosotros, superando la tentación tan actual de hacer coincidir nuestros sentimientos con la verdad absoluta.

Por eso el Papa Francisco, al inicio de las catequesis de los miércoles dedicadas al discernimiento, nos invitó a afrontar el esfuerzo de escarbar en nuestro interior y, al mismo tiempo, a no olvidar la presencia de Dios en nuestra vida. He aquí que la vocación se reconoce cuando ponemos en diálogo nuestros deseos profundos con la obra que la gracia de Dios realiza en nosotros; gracias a esta confrontación, la noche de las dudas y de los interrogantes se despeja poco a poco y el Señor nos hace comprender qué camino tomar.

Este diálogo entre las dimensiones humana y espiritual está cada vez más en el centro de la formación de los sacerdotes. ¿Cuál es nuestra posición?

Este diálogo es necesario y quizás a veces lo hemos descuidado. No debemos correr el riesgo de pensar que el aspecto espiritual puede desarrollarse al margen del humano, atribuyendo así una especie de «poder mágico» a la gracia de Dios. Dios se hizo carne y, por tanto, la vocación a la que nos llama está siempre encarnada en nuestra naturaleza humana.

El mundo, la sociedad y la Iglesia necesitan sacerdotes profundamente humanos, cuyo rasgo espiritual se pueda resumir en el mismo estilo de Jesús: no una espiritualidad que nos separe de los demás o nos convierta en fríos maestros de una verdad abstracta, sino la capacidad de encarnar la cercanía de Dios a la humanidad, su amor por cada criatura, su compasión por cualquiera que esté marcado por las heridas de la vida. Esto requiere personas que, aunque frágiles como todos los demás, en su fragilidad tengan suficiente madurez psicológica, serenidad interior y equilibrio emocional.

Son muchos son, sin embargo, los sacerdotes que viven situaciones de dificultad y sufrimiento. ¿Qué piensa de ellos?

En primer lugar, me conmueven mucho. He dedicado casi toda mi vida al cuidado de la formación sacerdotal, a acompañar y estar cerca de los sacerdotes. Hoy, como prefecto del Dicasterio para el Clero, me siento aún más cercano a los sacerdotes, a sus esperanzas y a sus trabajos. No faltan elementos de preocupación, porque en muchas partes del mundo hay un verdadero malestar en la vida de los sacerdotes. Los aspectos de la crisis son muchos, pero creo que en primer lugar necesitamos una reflexión eclesial en dos frentes. El primero: necesitamos repensar nuestro modo de ser Iglesia y de vivir la misión cristiana, en la colaboración efectiva de todos los bautizados, porque los sacerdotes están muchas veces sobrecargados de trabajo, con las mismas tareas -no sólo pastorales, sino también jurídicas y administrativas- que hace muchos años, cuando eran numéricamente más.

En segundo lugar, es necesario revisar el perfil del sacerdote diocesano porque, aunque no esté llamado a la vida religiosa, debe redescubrir el valor sacramental de la fraternidad, de sentirse en casa en el presbiterio, junto con el obispo, sus hermanos sacerdotes y los fieles, porque, especialmente en las dificultades de hoy, esta pertenencia puede sostenerlo en el servicio pastoral y acompañarlo cuando la soledad se hace pesada. Sin embargo, es necesaria una nueva mentalidad y nuevos caminos de formación, porque a menudo el sacerdote es educado para ser un líder solitario, un «hombre solo al mando», y esto no es bueno. Somos pequeños y estamos llenos de limitaciones, pero somos discípulos del Maestro. Movidos por Él podemos hacer muchas cosas. No individualmente, sino juntos, sinodalmente. «Discípulos misioneros», repite el Santo Padre, «sólo pueden estar juntos».

¿Están los sacerdotes «equipados» para enfrentarse a la cultura actual?

Este es uno de los principales retos a los que nos enfrentamos hoy en día, tanto en la formación inicial como en la permanente. No podemos quedarnos encerrados en las formas sagradas y hacer del sacerdote un mero administrador de ritos religiosos; hoy atravesamos un tiempo marcado por numerosas crisis globales, con ciertos riesgos relacionados con el crecimiento de la violencia, la guerra, la contaminación ambiental y la crisis económica, todo lo cual repercute luego en la vida de las personas en términos de inseguridad, angustia y miedo al futuro.

Y hay una gran necesidad de sacerdotes y laicos capaces de llevar a todos la alegría del Evangelio, como profecía de un mundo nuevo y brújula de orientación en el camino de la vida. Siempre se es discípulo, aunque se haya sido diácono, sacerdote u obispo durante muchos años. Y el discípulo siempre tiene algo que aprender del único Maestro que es Jesús.

Pero, en su opinión, ¿sigue valiendo la pena convertirse en sacerdote hoy en día?

A pesar de todo, sigue valiendo la pena seguir al Señor por este camino, dejarse seducir por Él, entregar la vida por su designio. Podemos mirar a María, esta joven doncella de Nazaret que, aunque turbada por el anuncio del ángel, eligió arriesgarse a la fascinante aventura de la llamada, convirtiéndose en Madre de Dios y Madre de la humanidad.

Con el Señor, ¡nunca se pierde nada! Y quisiera decir una palabra a todos los sacerdotes, especialmente a los que en este momento están desanimados o heridos: el Señor nunca rompe su promesa. Si Él los ha llamado, no les faltará la ternura de su amor, la luz del Espíritu, la alegría del corazón. De muchas maneras Él se manifestará en tu vida de sacerdote. Me gustaría que esta esperanza llegara a los sacerdotes, diáconos y seminaristas de todo el mundo, para consolarlos y animarlos. No estamos solos, ¡el Señor está siempre con nosotros! Y quiere que seamos felices.

Movilización estatal contra el genocidio en Palestina

20 y 21 de abril, Cuarta jornada de movilización estatal contra el genocidio en Palestina: manifiesto y listado de convocatorias

Publicado el 18 de abril de 2024 / Por Convocatorias

Volvemos a salir a las calles 20 y 21 de abril de 2024 porque llevamos casi 6 meses de genocidio y el gobierno del estado español continúa sin hacer nada. El embargo de armas no es una elección, es una obligación de todos los estados.

¡Paremos el genocidio en Palestina!
¡Libertad presas palestinas!
¡Basta de complicidad del gobierno y las empresas!

¡Viva la lucha del pueblo palestino!    

#StopArmasConIsrael!

Nuestro encuentro con Jesús

El Papa pregunta: ¿hemos hablado de nuestro encuentro con Jesús con alguien?

Este III Domingo de Pascua, antes de rezar el Regina Caeli, el Pontífice ha reflexionado sobre la importancia de compartir los momentos fuertes de nuestra vida de fe y no únicamente mensajes que han tocado, en lo bueno o en lo malo, nuestra vida.

Mireia Bonilla – Ciudad del Vaticano

“Hay algo de lo que a menudo nos cuesta hablar, de lo más hermoso que tenemos que contar: nuestro encuentro con Jesús”. Este mediodía el Papa Francisco ha reflexionado sobre la importancia de compartir la fe y los encuentros con Jesús, al igual que hicieron los dos discípulos aquella noche de Pascua cuando volvieron al cenáculo y expresaron a los apóstoles la alegría de su experiencia.

El Papa explica antes los miles de fieles presentes en la Plaza de San Pedro que cada día nos bombardean con mil mensajes: “Muchos son superficiales e inútiles, otros revelan una curiosidad indiscreta o, peor aún, nacen de cotilleos y malicia. Son noticias que no sirven para nada, es más, hacen daño”. Pero también hay noticias hermosas, positivas y constructivas – explica el Papa, recordando que: “es hermoso también compartir las realidades que, en lo bueno y en lo malo, han tocado nuestra vida, de modo que podamos ayudar a los demás”.

La importancia de hablar de nuestros momentos decisivos de fe

Pero lo más importante es compartir nuestro encuentro con Jesús: “Es importante compartir esto en familia, en la comunidad, con los amigos. De igual modo que sienta bien hablar de las inspiraciones buenas que nos han orientado en la vida, de los pensamientos y de los sentimientos buenos que nos ayudan a ir hacia delante, también de los esfuerzos y de las fatigas que hacemos para entender y para progresar en la vida, tal vez también para arrepentirnos y volver sobre nuestros pasos”. Si lo hacemos – puntualiza el Papa – “Jesús, precisamente como sucedió a los discípulos la noche de Pascua, nos sorprenderá”.

Todos hemos tenido un encuentro con el Señor

Por último, el Santo Padre pide que en silencio pensemos en un momento fuerte de nuestra vida, un encuentro decisivo con Jesús: “Todos lo hemos tenido, todos hemos tenido un encuentro con el Señor. Hagamos un poco de silencio y pensemos: ¿cuándo encontré al Señor? ¿Cuándo el Señor se hizo cercano a mí? Pensemos en silencio” ha pedido el Papa a los fieles este mediodía. Una vez que hemos pensado en este momento, es el turno de otras dos preguntas con las que el Papa nos hace reflexionar: “Y este encuentro con el Señor, ¿lo he compartido para dar gloria al Señor? Y también, ¿he escuchado a los demás cuando nos cuentan este encuentro con Jesús?”.

Pikaza: Compañeros/Amigos de Jesús

(con entrevista de M. Saldaña)

En el principio no está sólo Jesús, sino Jesús y sus compañeros/amigos galileos, entre los que destacan unas mujeres que fueron a ungir (despedir) su cadáver en la tumba de Jerusalén, gritando emocionadas ¡está vivo!(Mc 16, 1-8).

Presentaré mañana este libro en el Liceo de Salamanca. Aquí ofrezco una parte de la entrevista que me ha hecho con esa ocasión Margarita Saldaña,colega y amiga de Sal-Terrae, con unas anotaciones sobre el contenido del libro.

15.04.2024 | X. Pikaza

DE LA PRESENTACION DEL LIBRO (PROLOGO)

En el principio no está sólo Jesús, sino Jesús y sus compañeros amigos galileos, entre los que destacan unas mujeres que fueron a ungir (despedir) su cadáver en la tumba de Jerusalén, gritando emocionadas que se hallaba vivo (Mc 16, 1-8).

Partiendo de su grito, otros amigos retomaron el camino, entre ellos destaca Pedro con sus once compañeros (Mt 16, 17-18; 19, 28), Santiago, hermano de Jesús, con algunos familiares (1 Cor 15, 3-8) y, más tarde, vendrá Pablo con un grupo organizado de nuevos apóstoles, mensajeros de su nueva justicia entre los pueblos (Ef 1-2).

Jesús pudo tener más amigos, como Tomas, presunto autor del evangelio de su nombre, con un discípulo amado de Jesús (Jn 21), con otros varones y mujeres que sellaron con su vida la alianza de amor de aquellos años sorprendentes que siguen definiendo el origen y sentido de la iglesia antes de la “conversión” de Pablo (hacia año 35 d.C.) que recreará con su figura los pilares de la Iglesia cuya historia de base quiero presentar en este libro, precisamente ahora (2024) en un tiempo en que algunos afirman que ella está muriendo.

Hablo de iglesia (hebreo qahal, griego ekklesia) en el sentido de asamblea o congregación de personas reunidas en nombre de Jesús, a quien confiesan como Dios encarnado, muerto y resucitado en este pequeño mundo/tierra, en este inmenso universo de galaxias, estrellas y planetas en el que los hombres parecemos perdidos, pero estando, al mismo tiempo encontrados en Dios.

Podría emplear otros nombres (camino o pueblo de Dios; cuerpo y plantación de Cristo; templo y esposa del Espíritu…). Pero he querido destacar iglesia, convocatoria o grupo de amigos (filoi), como Jesús llamó a sus seguidores (Jn 15, 15), vinculados por un mismo Espíritu de amor, inmersos en la vida del Padre, Dios de los astros, de todos los seres conocidos y desconocidos.

Así lo mostró hacia el 90 d.C. Josefo Flavio, historiador judío (romano), diciendo que aquellos que habían amado (agapêsantes) a Jesús, le siguieron amando después de su crucifixión (Ant 18 3.3.) y formaron un grupo-familia de amigos que existían entones, y que siguen existiendo en este tiempo difícil (año 2023) de fidelidades cambiantes. Este pasaje de Josefo contiene elementos discutidos, pero su referencia básica es fiable, pues, lo mismo que Jn 15, 15, define a la iglesia como grupo de amigos de Jesús, añadiendo  que pudo sobrevivir al desastre de la guerra judía (67-70 d.C.) que había puesto en riesgo la existencia de Israel y la estabilidad del imperio romano.

La iglesia mantuvo su camino en medio del gran apocalipsis judío del I d.C.  y los que actualmente nos seguimos concibiendo como amigos (filoi,agapountes) de Jesús  tenemos la certeza de que mantendrá su identidad y seguirá anunciando con su vida el amor de Dios en este duro siglo XXI.

Algunas eclesiologías de tipo más sacral utilizan otros nombres para referirse a la iglesia, destacando su misterio “espiritual y su organización social. Sin negar esos aspectos, aquí insisto en el amor de Jesús en el sentido de comunión afectiva (filoi) y comunicación de vida (agapountes). Así quiero narrar su origen y primer sentido, desde la perspectiva de tres amigas que fueron a ungir su cadáver en la tumba, descubriendo que había transformado en mensaje y vida de resurrección (Mc 16, 1-8), como iré indicando en lo que sigue

Evangelio de Mateo, Iglesia, hermanos de Jesús 

 San Pablo: Iglesia, “cuerpo social, Cuerpo místico de Cristo” Siendo un hombre individual, Jesús es el “cristo”, el pueblo mesiánico de Israel…

Evangelio de Juan, de Tomás…: Iglesia comunidad de los “discípulos místicos de Jesús… En la línea de un budismo… Misticismo de Jesús…

Iglesia “esposa de Cristo…”. Comunidad de los amados/amadas de Jesús… 

ENTREVISTA DE MARGARITA SALDAÑA (EDITORIAL SAL TERRAE)

– ¿Cuál es la esencia de la iglesia?   

La esencia  de la Iglesia es Jesús con sus amigos/compañeros/hermanos (mujeres y varones) y con aquellos a quienes dedicó su movimiento, enfermos, posesos, marginales (cojos, prostituidos, expulsados, mancos, ciegos, leprosos etc.). Con lenguaje “torero” de Salamanca diría que la esencia de iglesia es Jesús… con su cuadrilla… Jesús como persona y Jesús como “animador” de una “compañía”   amigos, seguidores etc

-¿Cuáles son las ideas básicas de este libro?

Pueden resumirse en cinco.

La iglesia no nace de Israel, sino que es Israel, según Jesús y sus discípulos. Pero también los judíos rabínicos dicen que ellos son el auténtico Israel, y no hay más remedio que dialogar sobre el tema.

La iglesia no es sólo Jesucristo, sino Jesús con sus compañeros, amigos y hermanos, en ejercicio de diálogo ajustado, fuerte, dramático. La iglesia nace del fracaso mesiánico de Jesús… El Mesías ha muerto (1 Cor, 15, 3-4). De esa muerte/fracaso de un mesías/mesianismo judío/nacional nace la Iglesia israelita cristiana

La iglesia es una experiencia de “resurrección” de Jesús en aquellos que acepan su mensaje y camino, a partir de unas mujeres. Ellas descubren que Jesús no es Cristo de Dios y fundador de Iglesia a pesar de haber muerto, sino precisamente por haber muerto ofreciendo y compartiendo su vida en amor y revelando de esa forma a Dios al verdadero, que no es poder sobre los hombres, sino amor y vida en ellos.

Los primeros años de la iglesia (30-40 d.C.) fueron años de “caos creador” (éste es el modelo de Gen 1), un abanico riquísimo de experiencias y caminos de seguimiento de Jesús (con los Doce, las mujeres, grupos de creyentes “helenistas”, parientes legalistas de Jesús, proto-gnósticos etc.).

 Pablo entro en la iglesia cuando ya había varias iglesias… Entró de modo genial, como catalizador y fuente de comprensión unitaria del mensaje y seguimiento de Jesús, entendidos desde su muerte. En el fondo, Pablo interpreta la muerte de Jesús como experiencia y principio de resurrección. En un sentido, él fue el primer gran teólogo de la iglesia, pero no en el sentido de “crear los datos” (de inventar la iglesia), sino de interpretarlos de un modo unitario coherente, en el lugar de cruce de la cultura/vida judía y de la cultura/vida helenista. Con Pablo he terminado este libro, de un modo abierto.

-¿Has quedado contento?

 En un sentido, muy contento. He podido decir que la iglesia es Israel, el Israel de Isaías, Kohelet y Job, del Cantar y Ben-Siraj, un Israel repensado  y recreado desde el mensaje de muerte/resurrección de Jesús, en un contexto de sabiduría abierta al helenismo y de organización legal o, mejor dicho, supra/legal, en diálogo con el derecho y organización romana de la vida.

– ¿Podría haber nacido la iglesia si hubiera quedado sólo en  Israel, entre los judíos, sin vincularse a un tipo de helenismo, al mundo romano, a todos los pueblos de la tierra?

  La iglesia es plenamente israelita, pero, al mismo tiempo, la iglesia es Israel en apertura a todas las naciones, en diálogo con todos los pueblos, como dice Jesús al final del evangelio de Mateo (id a todos los pueblos, caminad con ellos, aprended, enseñadles, dialogar… Si la iglesia se hubiera mantenido en claves exclusivamente judías no hubiera sido universal, no hubiera sido camino abierto a toda la humanidad… No para imponerse sobre todos los pueblos, sino para hacer camino con ellos, en forma de “sínodo”, que significa camino compartido. 

-¿Habría iglesia sin fracaso?

No. Una iglesia triunfante en este mundo de capital e imperio no sería iglesia. La iglesia nació como expresión de un proyecto y camino mesiánico fracasado que, precisamente por fracaso de amor (no plegarse ni al capital/mammón ni el imperio/césar) pudo abrirse y se sigue abriendo al mundo entero como experiencia de pan y amor compartido.

-¿Dónde dejas a Dios?

Dios anda en los pucheros (se hace pan), Dios se encarna en el amor mutuo. El amor al prójimo es exégesis del amor a Dios.

-¿Hubiera sido mejor que Jesús triunfara, que no le hubieran matado?

En aquellas circunstancias, eso hubiera sido peor, y además imposible. Como he dicho y repito, si Jesús hubiera triunfado no habría  nacido la iglesia; habría nacido otro imperio como el romano, peor que el romano.. La iglesia es una guía, camino y comunidad de compañeros/amigos de Jesús que son triunfadores precisamente por haber sabido perder con/por amor. Entender eso ha costado años, los años que median entre Jesús y Pablo

– Dos notas de la iglesia.

Las dos del padre-nuestro: el pan nuestro de cada día (se compañeros, compartir el pan), perdona nuestras deudas/pecados como nosotros perdonamos (el amor como perdón?

-Pan solo (eucaristía)

Un  pan entendido como medio de poder (Mt 4, Lc 4: Tentaciones) es del diablo, es lo contrario a la iglesia.  El pan de la iglesia es pan compartido, en gratuidad, en recuerdo/presencia de Dios, eucaristía. Y  tiene que ser pan con “vino”, es decir, con fiesta, con compromiso de amor, de dar la vida… Que los hombres y mujeres coman y beban, que se quieran, que abran caminos, que esperen en el futuro de la nueva humanidad, en la resurrección y vida perdurable, en amor… Eso es la Iglesia.

-Compañeros…

Eso es iglesia, los que comen/comparten  el pan. No simplemente los que “dan pan” (o se lo echan en un pesebre, como a las vacas…), sino los que se sientan, hablan, se quieren, comen juntos…Compañeros significa “con pan”,  pan conversado, pan nuestro, de cada día…

-Y amigos…

Claro. La iglesia son compañeros  amigos, que se quieren, se rozan, se acarician… es decir, que se aman… que tienen una misma casa, que es el mundo, de forma que cada uno vive en los otros. Con-vivir, eso es ser iglesia: Llamados a convivir, no sólo a co-existir, sino a compartir, partirse el alma unos por otros, sabiendo que la casa de cada uno son los otros, como decía Juan de la Cruz, un estudiante de Salamanca: Mas vive la persona en aquellos quienes ama que en el cuerpo en que habita.

– Amigos que se perdonan…

Evidente. Esa es la oración de la iglesia, que invoca al Dios de Jesús pidiéndole “y perdonamos como nosotros nos perdonamos… Todos los creyentes, los de iglesia, somo ministros del perdón. Si no nos perdonamos cada día no somos iglesia.

– ¿Un perdón en el que todo da lo mismo?

Al contrario, un perdón donde nada da lo mismo, un perdón que es amor creador, no como ley/privilegio de administradores superiores de la “nomenklatura”, sino como realidad fundante de todos los llamados, como Dios que cambia  y crea la vida de los hombres?

– Se me ha dado todo poder… ¿No hay riesgo de una imposición sagrada, clericalizada?

Ese poder, del que habla Jesús en Mt 28, 16-20 no es kratos (ni siquiera en forma demo-kratia), sino todo lo contrario. El poder de la iglesia se dice ex-ousia, capacidad para hacer que los otros sean. No es empoderamiento propio a costa de los demás, sino principio de capacitación y empoderamiento para los demás. Una iglesia que busca el poder para sí misma no es de Jesús; la iglesia es un medio para suscitar ex -ousia (hacer que los otros sean…).

– Primera palabra de la iglesia.

Meta-noia, metanoéite: Cambiar de mente, de forma de ser y de pensar. La iglesia ha de ser principio de mutaciòn humana, de trans-formación, no de simple trans-figuracion de apariencia externa.

-Hubo sólo un cristiano y le mataron, le mató la misma iglesia.

Hubo un Cristo Jesús, interactuando con compañeros y amigos, dando y compartiendo vida hasta la muerte, muriendo en/por amor y resucitando  en sus amigos, compañeros… Hubo un cristiano, que era Jesús, y le mataron…. Y sigue habiendo miles y millones de compañeros y amigos de Jesús “que se matan cada día” para que los otros vivan, y gocen y esperen….

-Iglesia sínodo

Buena expresión, syn-hodein: Hacer y ser camino compartido, en amor mutuo, hasta la muerte (don de vida) a amor de los demás, para resucitar en ellos.

-En esta vida o después

Así en la tierra como en el cielo…Ciento por uno en la siembra de la tierra… y vida “eterna” o, mejor dicho, perdurable. La iglesia no es eternidad intemporal, sino tiempo abierto sin fin hacia el futuro

– Con jerarquía…

Sin jerarquía de poder/imposición, sin clase superior de unos sobre otros, con clase y autoridad de todos, en forma de amor “ordenado”, que se organiza en espacios compartido de comunicación de vida, sin padres-patronos, sin rabinos-dirigentes, sin katheguetas  de escuela impositiva, como dice Mt 23. Pero jerarquía, es decir, con intensidad, con garbo (cuando se puede), con elegancia, con gozo.  Esa es la jerarquía, pero sin orgullos vanos, sin pretensiones de ser más que nadie, desde la sencillez de la vida, sin andar dando el tono a los demás, como si nada…, es decir, sin vanagloria de ningún tipo….   La jerarquía, si vale esa palabra, es el mismo amor personal, propio de personas que aman, creando espacios de reconciliación y perdón, como ciudad elevada sobre el monte, sal que sazona la masa, levadura de mujer artesana que fermenta las las tres medidas de masa de harina de la artesa.

-Para ir ya terminando ¿Cuál ha sido el mayor problema de la Iglesia primitiva?

Su mayor problema ha sido desde el principio el fracaso. Su mayor problema y su mayor grandeza. El éxito envanece, el éxito mata… La iglesia de Jesús está formada por gente que sabe perder por amor, para bien de los demás. El evangelio de la iglesia es una guía de perdedores… La iglesia ha querido ganar demasiada partidas, y por eso ha fallado tanto.

-La iglesia nació de una derrota.

Bien dicho.  Nació de Jesús, un hombre que supo perder… Perder con dignidad, sin vengarse, sin resentimiento… eso es ganar…. El que quiere ganar siempre en amor es un burlador, es un

– No se cumplió la esperanza de Jesús, no llegó el Reino

No llegó de una manera, pero llegó y sigue llegando de otra. Por eso sigue habiendo cristianos, sigue habiendo iglesia, que cree en la vida que nace allí donde se siembra vida en amor. No se cumplió un tipo de falsa esperanza mesiánica político/social. Si se hubiera cumplido no habría surgido la iglesia.

Ese fue su éxito: Para mantener la tensión de Reino tuvo que surgir la Iglesia. No hubo una parusía de poder de Jesús, sino una presencia del Jesús fermento como semilla de vida. Las par-ousía o presencia de Jesús,  es decir, su ex-ousia o autoridad engendradora de vida/reino de Dios somos nosotros, esta año 2024, como convocados de Jesús,  iglesia.

-¿Has puesto punto final con este libro?

Quiero que el final de este libro… sea un punto es punto de partida. Donde acaba el libro empieza la vida cristiana. La verdad de este libro queda pendiente de la respuesta vital que yo mismo vaya dando, que demos todos los seres humanos, en especial los cristianos.

– ¿Qué piensas hacer al haber acabado este libro?

Estoy haciendo algunas “cositas”. Tengo en el corazón, en la mente y en el PC varios proyectos iniciados:  

Comentario al Cantar y a Kohelet; una visión de conjunto de la Iglesia en Pablo; presentación de las iglesias según los libros del NT …

Me gustaría acabar una narración sobre los protagonistas del NT, casi en línea de Chosen (Juan/Profecía, Jesús/Mesías, Pablo/Apóstol). He escrito tres versiones, cada una con un matiz distinto (histórico-crítico, amoroso-pasional, dramático de suspense). Pero he roto borrado las tres, para no caer en la tentación de volver sobre ellas. Si encuentro la llave para entrar en la trama quizá retomo el tema.   Pero es poco probable… los años pesan y cada cosa tiene su tiempo, como dice mi maestro Kohelet (Ecl 3).

Quisiera que, cuando venga el Señor me encuentre con la lámpara encendida, al lado Mabel. Por y para ella puedo quizá pensar y escribir alguna cosa más. El final, según el epílogo del Kohelet es claro: “Antes que se corte el hilo de plata, se rompa la copa de oro, se quiebre el cántaro en la fuente y la polea del pozo…”. En el camino y en el fin está Dios compañero y amigo, con Jesús del que ha tratado este libro.

– ¿No quisiera decirnos algo más?

Me queda algo de cuerda todavía, pero con esto que hemos hablado creo que basta por ahora. Quienes quieran saber algo más del libro lo pueden buscar… anda por ahí. Quienes tengan tiempo y anden por Salamanca puede llegarse mañana (16.4.24) por el Liceo de Salamanca, a un tiro de piedra de la Plaza Mayor, y además “cuesta abajo”.

Aquí termina la entrevista. Pongo a continuación una “post-data” para curiosos. Son unas notas que ha preparado para la conversación de mañana, para no olvidarme de ellas. Gracias Margarita por la entrevista, ha sido un placer.

POST-DATA PARA CURIOSOS. MOMENTOS DE LA IGLESIA/ISRAEL

Primera Iglesia. Pacto de tribus de Yahvé, que se independizan del “imperio” de Egipto (Siglos XIII-X a.C.).

La zona siro-palestina había estado bajo dominio de Egipto. Pero en este momento, aprovechando un repliegue-decadencia de Egipto, los pueblos del entorno (Aram, Moab, Amón, Edom, Pentápolis Filistea…) habían creado reinos, con administración unificada).

En ese primer momento mientras los israelitas seguían siendo federación de tribus, pero la fe en el mismo Dios les vinculaba más que un rey o proyecto político- administrativo. Así conservaron (crearon) una fuerte conciencia de autonomía familiar y libertad/cooperación social. Cada “casa”, clan y tribu era independiente, sin centro superior, ni plan social unificado; pero todas estaban vinculadas por una experiencia compartido de fe, libertad y solidaridad político-social

Las tribus de Yahvé (Gottwald) Esta federación surgió a partir de varios grupos raciales y sociales, vinculados por su marginación: pastores trashumantes de estepa, hebreos fugados de Egipto, campesinos y soldados dependiente de los reinos cananeos. Todos ellos formaron una alianza de familias, sin un poder más alto como el de las ciudades cananeas (presididas por un rey sagrado y un templo, bajo soberanía egipcia).

Segundo Iglesia. Reinos de Yahvé. Israel/Samaría y Juda. Política de poder, rey sobre las tribus (siglos X-VI a.C.).

En el X a.C., la federación de tribus resultó poco eficaz ante la amenaza de los filisteos con su aparato militar al servicio de ciudades fuertes. Lógicamente, para mantener su independencia, los federados “hebreos” debieron ceder parte de su autoridad comunal y así crearon dos monarquías, tras un ensayo más breve de Saúl, bajo la dirección de David, condotiero de Judá, luego rey, que copió en parte el tipo de autoridad egipcia (faraones) y de los pequeños reinos cananeos, bajo control socio/militar de Egipto.

Sacralización del Rey, religión del poder En ese contexto, los israelitas del sur (Judá y Benjamín) sacralizaron la monarquía, tomando a Dios como Rey y protector del pueblo y a David y sus sucesores como representantes de Dios, con rasgos mesiánicos, conforme a una visión muy extendida entre naciones e imperios que divinizaban a sus reyes.

Fracaso de la religión del rey. Profetas. Cae el reino norte (722), y cae el reino sur (476). Al enfrentarse con los nuevos imperios del entorno oriental (Níni-Asiria y Babilonia), los reinos de Israel quedan destruidos… Desaparece de hecho el “reino humano/político” de Dios… aunque un tipo de fondo regio (Dios reino) sigue en Jesús y, sobre todo en el cristianismo posterior (romano, bizantino, germano, hispano, Franco, Anglosajón, Ruso…). 

Fracaso de Iglesia-Estado (iglesia poder). Destrucción de Israel Cruz/pasión” de Israel… (VI a.C.)

La destrucción de los reinos (y especialmente la caída del templo de Jerusalén, 587 a. C.) significó la muerte de la iglesia-estado de Israel. Pero en otra perspectiva, aquella destrucción fue una experiencia positiva, un principio de resurrección, pues hizo posible el surgimiento de un pueblo renovado, en torno a Jerusalén, con vocación de universalidad, sin instituciones estatales, pero con una fuerte identidad centrada en la Biblia que ratifica la memoria-conciencia de elección y unidad del nuevo Israel que culminará en el judaísmo rabínico y en el cristianismo).

Parece más fácil mantener la identidad social con Estado firme y estructuras político/militares y políticas fuertes. Pero si los nuevos judíos de la restauración (tras el 515 a.C.) hubieran conservado o recobrado su Estado independiente, con rey, tierra y ejército, serían como otros pueblos y, probablemente, habrían desaparecido, anegados por la marea de la historia.  

Nuevo Israel. Comunidad de templo, Iglesia como culto religioso, en torno a un santuario. nacional.

La diferencia del nuevo Israel, su “milagro” social y religioso, fue que los exilados de Babel y los sometidos de Palestina, no sólo conservaron, sino que aumentaron su identidad sobre unas bases culturales y religiosas, más que puramente políticas y militares. De un modo consecuente, tras la nueva “paz” que les ofreció el imperio persa (a partir del 539 a.C.) los israelitas palestinos y los exilados (muchos viviendo fuera de la tierra de Israel), no formaron ya un estado propio (con independencia política y militar) , sino una comunidad de religión y culto, en torno al templo.

Comunidad de templo. Bajo supervisión persa, a partir del siglo V a.C. los judíos empezaron a ser una comunidad de culto y  templo, un estado-templo, como otros estados-templo que fueron surgiendo en el entorno del Imperio persoa. Simbólicamente, ellos se definen como Qahal, Ekklesía o Comunidad sagrada, reunida ante el Sinaí, para recibir la Ley de Dios (cf. Dt 5, 22; 23, 4; Neh 13, 1), a quien descubren y veneran en el tabernáculo (templo). De un modo consecuente, el sumo Sacerdote del Templo adquiere autoridad legal (social y religiosa) sobre los habitantes de la provincia de Judea, que forman una especie de hinterland o entorno sagrado del santuario.

Iglesia Comunidades de libro: Sinagogas, comunidad de ley moral-ley social, con elementos proféticos y sapienciales. La constitución del nuevo Israel como qahal (ekklesía), pueblo convocado por Dios en torno a un santuario y a un libro de memoria, y dividido en comunidades sinagogales constituye un elemento esencial del nuevo Israel, con sus tres grupos que se irán distinguiendo en tres grupos entre el II a. C. y el III d.C. (a) Judíos rabínicos, que asumen la tradición nacional del judaísmo de Jerusalén.

(b) Samaritanos, que se siguen definiendo como israelitas, con la misma ley o Pentateuco que los judíos, pero con un templo distinto (del monte Garizim) y con tradiciones en parte diferentes sigue.

De las tribus a las sinagogas. Las tribus habían sido grupos de campesinos libres, asociados de manera familiar y social (militar) por vínculos de cercanía y fe religiosa, parcialmente semejantes a otros grupos del entorno. Las sinagogas, en cambio, son grupos libremente vinculados por la Palabra de Dios y las tradiciones o leyes de los antepasados, en medio de grandes imperios (persa, helenista, romano, que se imponen por su poder económico-militar e ideológico). El templo cayó definitivamente (el 70 d. C), como había caído la monarquía anterior (587 a.C.), pero la identidad del judaísmo se mantuvo y creció por encima de esa crisis, sobre bases de Escritura (Biblia) y vinculación sinagogal.

Iglesia como sinagogas…Nuevas tribus… Grupos de voluntarios Israel, nuevas “tribus”, nuevo reino de Jesús, Jesús, exorcista y sanador (siglo II a. C, a siglo II d.C.

Novedad de Jesús. Crear una iglesia

 Fue un tiempo de restauración de Israel como pueblo y de Dios como Dios del nuevo pueblo. La identidad e historia de este tiempo ha sido narrada por los últimos libros de la Biblia judeo/alejandrina y por los escritos de Favio Josefo, que distingue varias escuelas/filosofías/partidos/tendencia:

Partido macabeo/celota. Independencia político-militar

Partido apocalíptico. Destrucción y nueva creación de Dios

Partido sapiencial: Nuevo conocimiento (de Prov a Sab)

Partido rabínico/legal: Una ley para un pueblo…

¿Partido de Jesús? Partido terapeuta… De exorcistas y sanadores… con fondo apocalíptico.

En tiempos de Jesús se había extendido en Galilea una oleada de locura, con raíces políticas y sociales, económicas y culturales, personales y religiosas… Gran parte de la población vivía bajo un tipo de posesión, que hoy podría interpretarse como desintegración cultural y psicológica, opuesta a la expansión del Reino de Dios. Por eso, él debió actuar como “exorcista”, al servicio de la salud personal que se expresa en forma de comunión social.

Pero él no fue sólo exorcista, sino creador de una comunidad de exorcistas, a quienes enviaba, en el tiempo de su vida, con “poder” para expulsar demonios (cf. Mc 6,7 par), en un gesto, que apenas ha sido recogido después por la Iglesia establecida.   Jesús no curaba a los ciegos y a los cojos para que vieran lo que el sistema quería, sino para que anduvieran y vieran en libertad, en autonomía. Por eso, su acción terapéutica de suscitó de hecho el escándalo de aquellos que quieren imponer su norma de vida a los demás, enseñando, “curando” y acompañando según la conveniencia del sistema.

 Jesús no cura para imponerse sobre los demás (ganando así un prestigio superior), ni para someter a los hombres bajo el dictado de un Dios impositivo, sino para ofrecer y compartir con los hombres un camino de libertad en el amor.  ha muerto (ha sido asesinado) precisamente por sus “milagros”, por haber promovido un tipo de vida en libertad y gratuidad para el amor creyente, por encima de las normas sacrales del sistema, como indican las críticas e insultos de aquellos que le acusan cuando está crucificado (cf. Mc 15, 29-32 par).   

Mensaje de Jesús: Amor universal. Comunidad mesiánica, no mercado imperial (judía o romana) o mercantil

Habéis oído…, (Mt 5, 38-42). Sobre la ley (ojo por ojo y diente por diente, Mt 5, 38) se eleva su revelación de amor, pero yo os digo, como un principio general negativo (no resistáis al mal/malo: 5, 39a) y otro positivo: amarás al prójimo como a ti mismo.

2.La ley regula el orden social, utilizando una violencia justa en contra de la injusta.Más que ordinatio rationis (ordenamiento de razón) es ordinatio potentiae, regulación del poder. En contra de eso, el amor es principio de creación social universal. El talión/ley  es unívoco y claro ley: sabe distinguir entre inocentes y culpables; tiene lógica y la emplea, a fin de conseguir un equilibrio de violencia sobre el mundo. En ese sentido, no quiere cambiar el orden básico de la humanidad, sino mantener por ley lo que existe, pues sólo Dios podrá cambiarlo, cuando él quiera. La ley no transforma a las personas, sino que regula su conducta, manteniendo de esa forma el orden del conjunto.

‒ En contra de eso, Jesús abre para sus seguidores (su iglesia) un camino de gratuidad, por encima de la Ley (no en contra de ella), abriendo en este mismo mundo un camino de gratuidad. Las cosas de este mundo solo pueden resolverse y mantenerse, en su nivel, empleando la violencia; pero él ha querido situarse y situarnos en un plano más alto de no violencia (como testigos de la no violencia activa de Dios sobre la tierra).  

-Jesús quiso pasar de la sociedad/contrato, que rige el mundo con dinero, a una comunidad o iglesia de alianza supra-macabea y supra-apocalíptica, donde el bien y realidad de cada uno (como individuo, como grupo y como iglesia) se expresa en forma gratuita de amor a los demás.  

– En contra de un pequeños grupo de sectarios de Qumrán que quieren amar a unos y odiar a otros (con cielo final para unos e infierno para otros), Jesús ha establecido una palabra y camino de amor universal, proclamando, con su autoridad de reino de Dios) no de este mundo), la palabra clave: amad a vuestros enemigos, revelando así la más alta identidad de Dios, que no odia a los enemigos (no puede condenarles), sino que se encarna en su dolor y les ama a todos, para que sean, para que vivan, para que se salven, para que resuciten (insistiendo parenéticamente en la exigencia de una conversión). Esa palara de Jesús (¡pero yo os digo!) se sitúa en el plano más alto de la revelación de, en el nivel de la palabra radical, ya comentada (no juzguéis: Mt 7, 1-6), pues él (Dios) tampoco juzga, sino que abe un camino de amor (salvación), universal. Sólo porque Dios ama a todos (amigos y enemigos), sólo porque se encarna (está presente en todos), Jesús puede decir y dice a sus seguidores amad a vuestros enemigos…

Familia de reino, las nuevas tribus de Jesús (Mc 10, 29-30).

 1.Programa.Dejar familia anterior, nueva familia En verdad os digo: no hay nadie que haya dejado casa o hermanos o hermanas o madre o padre o hijos o tierras por mí y por el evangelio, que no reciba el ciento por uno en el tiempo presente en casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y tierras, con persecuciones, y en el siglo futuro la vida eterna (Mc 10, 28-30 par, cf. Mt 19, 23-39 y Lc 18, 24-30).

2.Esta respuesta empieza con una renuncia. Los discípulos de Jesús, seguidores de su iglesia, tienen que dejar/superar un tipo de familia patriarcalista de imperio, centrada en la autoridad y dinero del padre, para formar una comunidad de madres/hermanos, donde al dar y compartirse todo (casa, campos, con familia: padres/madre, hermanos, hermanas e hijos) se recupera todo, al cieno por uno, menos los padres, que no aparecen ya en la segunda parte de la tabla.  

Sólo puede compartirse todo allí donde se vende y se da todo a los pobres, no para dejarlos fuera, sino para compartir con ellos todo (casa, campos/trabajo, familias) creando así una iglesia abierta a todos. Esa comunidad no reserva nada para algunos en contra de otros), sino que lo comparte todo de un modo tendencialmente universal. En este contexto descubrimos que (según Mc 10, 21) “vender dar todo a los pobres” implica dar el dinero de la venta o los mismos bienes para todos, para así poder vivir unos y otros, en comunión abierta para todos, desde los más pobres.

            Jesús no pide a sus seguidores que abandonan las riquezas como tales, una forma de posesión y de uso particular/egoísta de las riquezas (familiares y sociales, casa y campos), para poder compartirlos/disfrutarlos entre (con) todos, en un plano más alto de creación comunicación de riquezas (cien casas, cien hermanos, cien campos…), sin dominio de unos sobre otros, sin un padre de familia superior, sin necesidad de sacerdotes/dirigentes exteriores a la comunión de la casa formada por cien casas, sin familiares etc.

4.Jesús quiere bendecir y multiplicar familia y riqueza (cien hermanos, cien campos…), en comunicación de bienes y afecto, desde los más pobres. No se trata de dejar para no tener, sino para compartir de un modo más elevado, sin padres de familia superiores, sin siervos ni esclavos, siendo todos entre sí hermanos/hermanas/madres.   

10 . Familia sin “superiores” sin jerarquía. Testimonio de Mateo 23

No llaméis a nadie rabino, padre, ni dirigente (Mt 23, 1-7). Según eso, la iglesia no es un sistema poder (con buenos funcionarios), sino un despliegue de amor fraterno, en comunión de hermanos.

No os dejéis llamar rabi-rabinos. El judaísmo de la federación de sinagogas se constituye en torno a los rabinos, maestros tradicionales y legales, que elevan como autoridad, siendo así reconocidos (ratificados) por la Misná. Ellos destacan el “saber” legal, en línea de hermenéutica textual y fidelidad a las tradiciones del pueblo. En esa línea, el nuevo judaísmo será federación de sinagogas dirigidas por rabinos, sin obispos como aquellos que surgirán en la comunidad cristiana. Humanamente, los rabinos han sido autoridad ejemplar, en diálogo y respeto, sencillez y estudio, entre diversas escuelas judías. A pesar de eso, Jesús ha rechazado su autoridad: no quiere que la iglesia sea sociedad de sabios, dirigida por expertos escribas y maestros.

No llaméis a nadie padre. Mateo supone que algunos lo hacen, de manera que puede surgir en la iglesia una veneración jerárquica (con los padres/patriarca junto a los rabinos). Pues bien, Mateo se opone de forma radical a ello, recuperando la mejor tradición de Jesús, pues a su juicio la más honda autoridad de “padre” sólo se puede atribuir a Dios, y nadie puede llamarse ni ser Padre como él en la comunidad cristiana. Desaparecen las mediaciones patriarcales y emerge Dios, Padre no patriarcal, unificando en su amor a los hermanos.

Que no os llamen dirigentes (kathêgêtês). La prohibición de ese título parece repetir con palabra más griega (helenista) lo que se decía en forma judía al hablar de los rabinos… Pero el matiz es distinto: este kathêgêtês (dirigente) no es simplemente un «grande» (rabí) que sabe, sino alguien que quiere guiar a los demás en los caminos de la vida, pudiendo convertirse en iniciador jerárquico, elevándose sobre los demás (cf. 23, 11-12). Mateo reacciona duramente: la comunidad de Jesús no necesita dirigentes de ese tipo.

UN PROBLEMA DE LEY. Según ley judía, según ley romana le mataron. La iglesia no va en contra de ley…. Pero está “fuera” de la ley. Eso lo vio de manera clarísima San Pablo

           Con el fin de mantener sus privilegios, sacerdotes y soldados se habían unido para condenar a Jesús. Unos actuaron en línea más religiosa, otros en línea más política, pero todos apelaron a un tipo de violencia de Dios, contra la que Jesús había combatido. La historia entera pareció elevarse así en contra de Jesús, en forma institución de muerte, como lo indica Platónen un pasaje central, evocando la figura de Sócrates: 

Ahora imaginemos a un hombre justo y noble… dispuesto a ser bueno, no a parecerlo. Quitémosle, pues, la apariencia de bondad; porque si parece justo tendrá honores y recompensas por parecer serlo y entonces veremos claro si es justo por amor a la justicia en si o por las honras (que ello implica).   (Pues bien) el hombre justo será flagelado, torturado, encarcelado, le quemarán los ojos y tras haber padecido toda clase de males será al fin empalado (crucificado) y aprenderá que no hay que querer ser justo sino sólo parecerlo (Rep II, 361‑362).

            Un tipo de soldados y sacerdotes viven de matar,   asesinando y/o oprimiendo a otros, elevando de esa forma su imperio de opresión sobre la tierra (como he puesto de relieve en cap. 1). Pues bien, en contra de eso, Jesús no ha vivido de matar a otros, sino de dar su propia vida por otros, invirtiendo así la lógica de este mundo, a través una supra-lógica o meta-noia (Mc 1 14-15, Hch 17, 28), que consiste en vivir e incluso (sobre todo) morir, dando vida por los otros, por todos los hombres, como Dios es divino regalándose a sí mismo y dando vida (muriendo) por otros.

  – Jesús ha vivido y muerto abriendo camino y dando su vida a favor de los excluidos sociales. En ese contexto, sus exorcismos aparecen como ejercicio de amor liberador, en contra de los poderes establecidos del imperio (y de un tipo de templo) que viven y triunfan a costa de la sangre/muerte de los pobres. En contra de un tipo de Israel de templo y de Roma imperial, la vida de Jesús ha sido un ejercicio de amor (de entrega hasta la muerte) a favor de los demás, y en especial, de los oprimidos por los poderosos. 

 – De esa forma ha mantenido su pretensión profético-mesiánica. Ha subido a Jerusalén como delegado de Dios, para anunciar el Reino, ofreciendo sus signos de gratuidad y vida compartida, pero los defensores del sistema de egoísmo violento del imperio y del templo le han matado. Habían sido asesinados en esa línea otros profetas y justos, como sabe la Biblia Hebrea, pues bien, entre ellos, como representante de una historia de opresión, se eleva ahora Jesús, a quien condenan precisamente en nombre del Dios del imperio y del templo, que quieren mantenerse por encima de los otros hombres, viviendo a costa de ellos, a través de su violencia militar y/o religiosa.

– Ha muerto a solas, sin la compañía de sus discípulos, entre otros dos delincuentes “comunes” (todos son/somos) comunidad, abandonado por sus seguidores “oficiales”, pero acompañado de lejos por unas mujeres fieles). Eso significa que los soldados romanos y los sacerdotes del templo han sabido distinguir entre el líder Jesús y sus doce seguidores/amigos, a quienes no consideran peligrosos (lo mismo que hizo Herodes al matar sólo a Juan Bautista). Eso significa que sus discípulos más significativos no le han defendido, no se han comprometido con él hasta el final o, mejor dicho, le han abandonado, como (humanamente hablando) es lógico, según la ley de violencia de este mundo. Sólo unas mujeres han podido estar a su lado.

             Desde aquí se ha de entender la nueva historia pascual. Jesús ha sido ajusticiado por la ley, de forma que muriendo por dar vida ha revelado un continente de vida superior, gratuidad, en resurrección. Dios no ha castigado a Jesús con la muerte, sino que muere con él, porque le ama, porque vive y muere en los pobres del mundo, como fuente de resurrección. Dios no se revela en el “sacrificio” de quienes asesinan a Jesús sino en el gesto de entrega no violenta de Jesús a los marginados, excluidos y víctimas de la historia humana. Sólo de esa forma, invirtiendo la lógica violenta de los imperios y de las religiones que mantienen a los hombres oprimidos, la muerte de Jesús viene a mostrarse como salvadora, es decir, como revelación y presencia del Dios que acoge y ama a los oprimidos, que muere con ellos y les resucita.  

Tomada así, desde Jesús, la iglesia es sacramento o comunión de las víctimas, de forma que los que los asesinados, rechazados y aplastados del sistema de violencia, vienen a presentarse y actuar como en signo de Dios sobre la tierra, en unión a Cristo, Dios crucificado. Triunfó la justicia violenta del mundo, la mejor de las leyes que habían existido, la romana y la judía. Los representantes de esa violencia “legítima” (de ley), en nombre del templo de Dios y del imperio Roma, condenaron a Jesús, demostrando así el poder del sistema, pero fracasaron al hacerlo, pues fueron incapaces de asumir y resolver el reto que Jesús había planteado, la Vida más alta que había sembrado en el mundo con su vida. Matando a Jesús (y a los oprimidos del mundo) los poderes del mundo destruyen y condenaron a muerte a sí mismas.

Todas las violencias legítimas se unieron para condenar al mensajero del reino y al hacerlo pusieron de relieve el pecado de la ley y la injusticia de un tipo de justicia política y sagrada que se impone con sangre y castigo, expulsión y muerte. Desde ese fondo, la condena de Jesús según ley puede presentarse como asesinato universal en el que desembocan y de algún modo culminan (y quedan superados por gracia) todos los asesinatos y opresiones de la humanidad. Así lo han entendido los evangelios, que cuentan la condena y muerte de Jesús, mártir de Dios, como consecuencia de las contradicciones del orden de esta sociedad mundial de violencia.

Conversión pastoral-digital

Por una conversión pastoral-digital de la Iglesia

por Academia de Líderes Católicos

Comunicar fue siempre un desafío inherente para la misión de la Iglesia. El propio Jesús, durante su misión, ordena a sus discípulos que comuniquen la Buena Noticia también hacia otros – “Lo que yo os digo en la oscuridad, decidlo vosotros a la luz; y lo que oís al oído, proclamadlo desde los terrados” (Mateo 10,27). Esta misión fue cogida por la Iglesia a lo largo de los siglos, pues, sea por la predicación explicita de la Palabra de Dios, sea por medio de la arte y otras expresiones, la Iglesia buscó siempre resonar la enseñanza de Jesús Cristo y la doctrina recibida por la Tradición y el Magisterio Católico.

Con el advenimiento de las plataformas digitales, otros instrumentos pudieron ser utilizados para esta práctica. Los primeros sitios web, los blogs y, actualmente, las redes sociales en web, se trastocaron en sitios para la presencia cristiana. Durante la pandemia del COVID-19, estas herramientas se tornaron aún más conocidas y utilizadas – sino por todos – por la gran parte de la sociedad, incluso los cristianos.

Desafíos y oportunidades en la era de las redes sociales

El  aislamiento social y la consecuente imposibilidad de participar presencialmente de los ritos litúrgicos, fueron abundantes las transmisiones en vivo de misas y otras celebraciones difundidas por las redes sociales. La postura fue asumida también por el Vaticano, que empezó a vehicular, todos los días, la misa presidida por el Papa Francisco desde la Capilla de la Casa Santa Marta.

Otro hecho que marcó este período fue la ‘Statio Orbis’, ocurrida en 27 de marzo de 2020. En la oportunidad, el papa Francisco, delante de la Plaza San Pedro vacía, pidió a Dios el fin de la pandemia, momento que “ha demostrado con claridad que los medios digitales constituyen una poderosa herramienta para el ministerio de la Iglesia” (Ruffini, 2023). La ceremonia, retransmitida por todo el mundo, fue seguida por “unos 6 millones de espectadores en el canal YouTube de Vatican News, y 10 millones de espectadores en Facebook. Estas cifras no incluyen visualizaciones posteriores de la grabación del evento, ni visualizaciones a través de otros canales” (Ruffini, 2023).

La dimensión digital de la fe en tiempos de pandemia

Pero, así como la pandemia lanzó luces sobre la presencia cristiana en las redes, también produjo desafíos pastorales y de comunicación para la misión digital en la Iglesia. La espectacularización de los ritos y la utilización de las redes en sustitución de las relaciones sociales son algunos de ellos. Al envés de generar la necesidad de una presencia plena, transforman estos espacios en campos de individualidad y alejamiento de la comunidad física cristiana.

Esta dimensión individual y digital de las redes suele ser peligrosa, sobre todo cuando se pierde la mirada de que “la Iglesia de Dios existe en las comunidades locales y se realiza como asamblea litúrgica, sobre todo eucarística. La Iglesia vive de la Palabra y del Cuerpo de Cristo y de esta manera viene a ser ella misma Cuerpo de Cristo” (Juan Pablo II, 1994, p.752). Desde ahí nascen las misas celebradas únicamente para web con el padre como protagonista, aún que el pueblo esté participando.

En este fenómeno, se pierde el entendimiento de que “la liturgia introduce el tiempo terrenal, en el tiempo de Jesucristo y en su presencia” (Ratzinger, 2005). Por lo tanto, las acciones y la visión del sacerdote se trastocan en el punto principal de la celebración, olvidándose de la centralidad del misterio de Cristo, lo que, por su vez, acaba por exigir también de los curas una atención a las cámaras, muchas veces haciendo gestos y acciones que no están previstos en la liturgia (u ocultando los que están previstos) en nombre de una estética visual adaptada para los espectadores virtuales.

Tal situación también suele ocurrir en las tradicionales misas transmitidas por la televisión, pero se agravaron aún más con la difusión de ‘lives’ de misas, dado a falta de preparación de las equipas y de los propios sacerdotes, que, por veces, fueron introducidos en este medio digital sin una correcta catequesis y adaptación.

Por otro lado, los que acompañan estas celebraciones pueden estar contentos con ellas, no deseando estar de forma presencial en los ritos. De las transmisiones no educan para la fe de forma madura y verdadera, esta es una posibilidad que debe ser avalada. Se no hay una catequesis sobre el valor de la celebración y de la vida en la comunidad, no se despierta en los feligreses la necesidad de estar juntos semanalmente para celebrar el misterio de la fe, que solamente puede ser comprehendido en su plenitud cuando – como en Emaús – e reconoce Jesús al partir del pan (cf. Lucas 24, 13-35), pues en la Eucaristía no está la presencia virtual de Jesús, sino su presencia real, como confiesa la Iglesia: “Cristo está todo entero presente en cada una de las especies y todo entero en cada una de sus partes” (Juan Pablo II, 1994, p.1377). “Esta presencia se denomina “real”, no a título exclusivo, como si las otras presencias no fuesen “reales”, sino por excelencia, porque es substancial, y por ella Cristo, Dios y hombre, se hace totalmente presente” (Pablo VI, 1965).

Integrando el Evangelio en el mundo conectado

Más que lanzar dudas sobre las redes sociales y la web, estas reflexiones deben nos hacer mirar la pastoral-digital de la Iglesia, pues “también en el contexto de la comunicación sirve una Iglesia que logre llevar calor y encender los corazones” (Francisco, 2014). En primer lugar, es necesario comprender que el internet es “no una red de cables, sino de personas humanas” (Francisco, 2014). Por eso, es urgente – como recuerda el Papa Francisco – oír y hablar con el corazón, desarrollando en las redes la cultura del encuentro no solamente entre los usuarios, pero con el proprio Jesús, que “no es un recuerdo del pasado, sino el Dios del presente”, como señaló el mismo pontífice en el ángelus del 27 de agosto de 2023.

Pero, para que la gente perciba la cercanía del Señor, los cristianos deben vivir, también en las redes, como la máxima histórica asumida por los feligreses desde tiempos inmemoriales: ‘Christianus alter Christus’ – el cristiano es otro Cristo.

Esto no significa, por lo tanto, que el contexto proprio de los ‘medias’ deba ser olvidado. Por el contrario, la inculturación del mensaje del Evangelio con la cultura propia de las redes es algo esencial para el éxito del anuncio digital. Ya el apóstol San Pablo, en su tiempo, enseñaba: “Con los judíos me he hecho judío para ganar a los judíos; con los que están bajo la Ley, como quien está bajo la Ley – aun sin estarlo – para ganar a los que están bajo ella. Con los que están sin ley, como quien está sin ley para ganar a los que están sin ley, no estando yo sin ley de Dios sino bajo la ley de Cristo. Me he hecho débil con los débiles para ganar a los débiles. Me he hecho todo a todos para salvar a toda costa a algunos” (I Corintios 9, 20-22).

También el relato de la Carta a Diogneto (Cap. 5-6; Funk 1, 318) presenta un importante relato sobre la presencia cristiana en el mundo: “Viven en ciudades griegas y bárbaras, según les cupo en suerte, siguen las costumbres de los habitantes del país, tanto en el vestir como en todo su estilo de vida y, sin embargo, dan muestras de un tenor de vida admirable y, a juicio de todos, increíble”.

Hasta hoy los cristianos son invitados a hacer lo mismo, integrando el Evangelio a las nuevas tecnologías de información y comunicación, no alterando su mensaje, pero trabajando su lenguaje para comunicar con clareza la Buena Noticia de Jesús, acogiendo al pedido del Papa Francisco de una Iglesia en salida. “Abrir las puertas de las iglesias significa abrirlas asimismo en el mundo digital, tanto para que la gente entre, en cualquier condición de vida en la que se encuentre, como para que el Evangelio pueda cruzar el umbral del templo y salir al encuentro de todos” (Francisco, 2014).

Esta adaptación ayudará a una correcta aplicación de la evangelización digital, fomentando una conversión pastoral-digital de la Iglesia delante de las herramientas presentadas en un mundo cada vez más conectado y los hábitos de “una sociedad cuyas generaciones más jóvenes demandan unos medios que respondan a sus nuevas inquietudes, surgidas de una realidad histórica diferente, con referentes culturales que comienzan a ser, también, diferentes” (Vidales; Aldea; de la Viña, 2011). De esta manera, el impacto del mensaje del Evangelio no se resumirá solamente a las instancias eclesiásticas, pero también a nuevos públicos, expuestos a las redes.

Esta correcta incorporación también es indispensable para vencer el tecnicismo, que cree que los aparatos tecnológicos bastan por sí mismos. Esta perversión es responsable, por ejemplo, por la espectacularización de los ritos que abordamos.

Vencer el tecnicismo e integrar el lenguaje de las redes ayudará a “purificar” la transmisión de las celebraciones, reconduciendo la centralidad del culto eucarístico y no a una cámara o a la figura del sacerdote. Así, las transmisiones pueden se convertir en espacio para el anuncio de la Palabra de Dios y la oportunidad de redescubierta – por parte de los internautas – sobre el valor de la Eucaristía para la Iglesia y para la propia persona.

Este mismo camino servirá para vencer el gran desafío digital de la Iglesia en la actualidad: no solamente tener una presencia relevante, pero llevar los internautas hacia una presencia plena, trastocando el ‘like’ por el amén. Esto quiere decir, convirtiendo el internauta en un feligrés que pueda redescubrir, en la celebración con la comunidad, un momento privilegiado para la vivencia de su fe y el encuentro real con el Señor, vivo y realmente presente en la Eucaristía, bajo las especies de pan y vino (cf. Juan Pablo II, 1994, p.1353).

Para eso, entretanto, es necesario que el testimonio cristiano comience en las redes y fructifique en el offline. No se trata solamente de palabras vacías en las redes o en las comunidades, “todo lo que hacemos, de palabra y de obra, debe llevar el signo del testimonio. No estamos presentes en las redes sociales para “vender un producto”. No estamos haciendo publicidad, sino comunicando vida, la vida que se nos ha dado en Cristo. Por eso, todo cristiano todo cristiano debe procurar no hacer proselitismo, sino dar testimonio” (Ruffini, 2023).

Así, pondremos concluir que, para que exista una verdadera conversión pastoral- digital de la Iglesia, es preciso no solamente apostar en el tecnicismo o inserir la cultura y el mensaje cristianas en los medios digitales. Al contrario, es necesario un verdadero cambio de pensamiento y actitudes desde la Iglesia como institución como también como porción del pueblo de Dios. Esta inculturación, entretanto, solo ocurrirá de forma perfecta si el mensaje final sea la de Jesús, que nos convida, en las redes o fuera de ella, a vivir el mandamiento nuevo: “Que, como yo os he amado, así os améis también vosotros los unos a los otros” (Juan 13,34). Solamente así, la conversión será completa, sea en el digital, sea en la pastoral, trayendo frutos para la misión integral de la Iglesia.


Por Victor Hugo Evangelista Barros. Exalumno de la Academia Internacional de Líderes Católicos

Genocidio

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“Lo de Palestina es un genocidio”, asegura Amos Goldberg, profesor de la Universidad de Jerusalén y especialista en el Holocausto judío

Actualizado el 15 de mayo de 2024 / Por Canarias Semanal

Además de académico de la Universidad Hebrea de Jerusalén, Amos Goldberg es especialista en la Historia del Holocausto judío

“En un giro controversial que ha capturado la atención global, Amos Goldberg, destacado historiador israelí, califica las operaciones militares en Gaza de genocidio. Con acusaciones que evocan los capítulos más oscuros de la historia humana, su crítica no solo cuestiona la ética de la defensa, sino que invita a una revisión urgente de la política internacional hacia Israel.”

En un reciente ensayo que no ha dejado indiferente a nadie, Amos Goldberg, profesor en la Universidad Hebrea de Jerusalén y especialista en la Historia del Holocausto judío, postula que las acciones perpetradas por Israel en Gaza pueden catalogarse como genocidio.

Este término, cargado de un profundo peso histórico y moral, se ha utilizado para describir las situaciones más extremas de violencia dirigida a la aniquilación de un grupo humano. Goldberg, en una intervención crucial, descarta muchos de los argumentos comúnmente empleados por algunos sectores israelíes para negar la gravedad de la situación en Gaza, afirmando dolorosamente que “después de seis meses de una guerra brutal”, la evidencia es irrefutable.

Según Goldberg, la noción de genocidio no requiere una comparación directa con el Holocausto para su validación. Aunque la definición legal puede tomar años en ser confirmada por instituciones como la Corte Internacional de Justicia, el académico argumenta que la situación en Gaza ya cumple con los criterios necesarios para ser considerada como tal.

Describe un panorama desolador donde la magnitud de las matanzas indiscriminadas, la destrucción sistemática, desplazamientos masivos, hambruna, y la represión cultural y social de los palestinos configuran un cuadro de genocidio activo y consciente.

El concepto de defensa propia, frecuentemente citado en contextos de genocidio, según Goldberg, no excluye la posibilidad de que se estén cometiendo crímenes de esta magnitud. La historia está repleta de ejemplos, desde el genocidio de los bosnios musulmanes hasta el exterminio de los Herero y Nama por Alemania, donde los perpetradores se sintieron amenazados y justificaron sus acciones extremas como medidas de defensa propia. Este patrón, advierte Goldberg, no es ajeno a Israel, que ha visto su historia marcada desde su fundación en 1948 por actos que algunos catalogan dentro de esta categoría.

El llamado a reflexionar sobre estos temas es urgente y necesario. La historia de la rebelión Herero y Nama, mencionada por Goldberg, sirve como un sombrío recordatorio de cómo los sentimientos de superioridad cultural y racial pueden desembocar en actos inhumanos cuando se combinan con conflictos locales. Este caso, según el profesor, debería ser una advertencia para la sociedad israelí, que ya ha experimentado eventos similares en su propia historia.

El debate sobre si las acciones en Gaza constituyen un genocidio continúa generando divisiones y reflexiones profundas. Las perspectivas de académicos como Amos Goldberg no solo enriquecen este debate, sino que también desafían a la comunidad internacional a considerar las implicaciones éticas y morales de sus políticas y posiciones frente a conflictos prolongados y devastadores.

Misticimo de Jesús.1.-

muerte. Acoger en amor la vida de los otros, eso es orar,  y responderles con amor hasta la muerte es culminar la oración, dando la vida por loa otros y viviendo en ellos, como pondré de relieve en las  reflexiones de días siguientes

muerte. Acoger en amor la vida de los otros, eso es orar,  y responderles con amor hasta la muerte es culminar la oración, dando la vida por loa otros y viviendo en ellos, como pondré de relieve en las  reflexiones de días siguientes

El capitalismo mata

DE CARTELES Y LOCUTORIOS: EL CAPITALISMO MATA

Hace ya muchos años que José María Mardones nos ayudó a caer en la cuenta de que la religión más poderosa del mundo se llama capitalismo. El capitalismo es mucho más que un sistema económico. Es también una antropología, una forma de vida, una cosmovisión. Tiene dioses propios (el dinero), su credo (“fuera del mercado no hay salvación”), sus rituales y sus templos (la Bolsa, los maratones de consumo, etc.). Su dios es un dios selectivo que decide qué vidas cuentan y cuáles valen menos que la bala que los mata, que el banco que los desahucia o que la firma con que las grandes trasnacionales compran sus tierras y expulsan a las poblaciones originarias de ellas condenándolas a la exclusión. Pero una de las características más terribles de esta religión es que coloniza nuestras conciencias de manera imperceptible, a la vez que tremendamente eficaz, a través de los medios de comunicación, de las redes sociales y de la publicidad a su servicio.

Me sorprendió hace unos días en un escaparate de una tienda de móviles un gran cartel  con el mensaje: “Lo inteligente de ir por libre es que tiene muchas ventajas”, publicitando la red de fibra más rápida de España. “Ir por libre”, “tú a lo tuyo”, “sálvese quien pueda”, no son consignas ingenuas sino creencias que se traducen en prácticas cotidianas y políticas que hacen cada vez un mundo más inhóspito y selectivo, en el que prima el darwinismo social, como una nueva modalidad de selección de las especies. Por eso al salir de la tienda de móviles imaginé otros carteles animándonos, como dice el papa Francisco a “ampliar un nosotros cada vez más grande e inclusivo”, a “tejer común”, para ganarle territorio al individualismo dominante.

El individualismo no nos hace más libres, más iguales o más hermanos. La mera suma de intereses individuales no es capaz de generar un mundo mejor para toda la humanidad (FT 135). Su punto de partida es la idea de que el individuo no accede a su libertad más que en la medida en que se comprende a sí mismo como propietario de su persona y sus capacidades, antes que como un todo moral o como una parte de un todo social. Es fruto, a la vez que reproduce, una antropología depredadora, funcional y pragmática, en la que el interés privado o de unas élites está por encima del bien común. El individualismo se vincula también a la meritocracia, lo cual cuestiona radicalmente el reconocimiento de la universalidad de los derechos humanos y sociales. De este modo se termina por otorgar legitimidad ética a la desigualdad, que acaba siendo concebida como justo reconocimiento al trabajo y al esfuerzo.

Sin embargo, son las tramas comunitarias y no el individualismo las que día a día sostienen el milagro de la vida frente a todo pronóstico. Es el poder de los vínculos, el poder de dar y el poder de recibir de cada persona el dinamismo que nos permite sobrevivir como género humano. En la crisis eco-social que atravesamos, estas tramas comunitarias son hoy más que nunca sacramentos de la esperanza que nutren y sostienen las de muchas gentes: acceder al sistema público de salud, no ser invisibles, no ser desahuciado, tener comida y material escolar para los hijos, no perder el trabajo, no estar solo, esperanzas muchas de la cuales pasan por la materialidad de la vida y remiten a compromiso con “las tres t”: Techo, tierra, trabajo. Pero no solo eso, sino que las tramas comunitarias son también signo de que “otro mundo está siendo posible” en medio de esta crisis civilizatoria. Son esos lugares en los que las sumas de nuestras derrotas se convierten en esperanza por el hecho de estar juntos, y donde la suma de nuestras oscuridades se convierte en luz para estar en conexión y atravesar la incertidumbre.

Definitivamente, hay que cambiar los carteles de la puerta del locutorio.

Pepa Torres

María, Madre de la Iglesia

María, Madre de la Iglesia
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María: Madre de todos los hombres

20 de mayo: María, Madre de la Iglesia

Texto bíblico 

“Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena. Jesús, al ver a su madre y junto a ella al discípulo al que amaba, dijo a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo». Luego, dijo al discípulo: «Ahí tienes a tu madre». Y desde aquella hora, el discípulo la recibió como algo propio” (Jn 19, 25-27). 

Comentario 

El Papa Francisco instituyó, el lunes siguiente a Pentecostés, la memoria de la “Bienaventurada Virgen María, Madre de la Iglesia”, en el calendario litúrgico. Sin duda, la imagen de la madre de Jesús en oración en medio de los discípulos, según narran los Hechos de los Apóstoles, evoca la maternidad universal que el Crucificado encomendó a su madre. 

Sorprende el modo en que Jesús se dirige a su madre, según el Cuarto Evangelio, llamándola “mujer”. El contexto bíblico, en ese nombre, revela la identidad de María como la nueva Eva, esposa y madre, icono de la Iglesia y de la nueva humanidad redimida. 

La iconografía ha representado de forma piadosa el momento del descenso de la Cruz del Señor, y muchos artistas han plasmado en sus imágenes el beso de María a su Hijo, un beso de madre y esposa, expresión de la relación que la Iglesia desea mantener con su Señor, como respuesta al amor de Dios hacia toda la humanidad. 

Propuesta 

Es momento de encomendarnos a María, nuestra madre, madre de la Iglesia y madre de todos los hombres.

Acampadas estudiantiles

Campus con ciencia y conciencia

por Fernando Vidal

  Las acampadas estudiantiles en los campus universitarios se han extendido a ambos lados del Atlántico. Es una movilización mundial que no se veía desde hace décadas y que coincide con una época en que las universidades están gravemente comercializadas y dominadas desde el poder. La ciencia y la universidad están sufriendo uno de los sometimientos de su libertad de creación y enseñanza más peligrosos de toda la historia contemporánea.

Las movilizaciones universitarias solidarias con el genocidio que se está cometiendo en los territorios palestinos son una sorpresa y una señal de esperanza para todos los que creían que los jóvenes habían sido adormecidos con tanta superficialidad y powerpoint. Aunque ciertos medios presentan solamente algunos enfrentamientos con la policía que fuerza su desalojo, en realidad, la movilización es mucho más amplia y profunda.

Es una dinámica en la que decenas de miles de estudiantes y muchos profesores organizan no solamente acampadas de protesta, sino conferencias, mesas redondas, encuentros con intelectuales, periodistas y víctimas, reflexiones en grupos, vigilias de oración, celebraciones artísticas, incluso se han celebrado respetuosa y pluralmente en esos campus el Shabat, la eucaristía y los rezos del islam.

Contra un genocidio planificado

Los capellanes de las principales universidades estadounidenses están valorando muy positivamente todo el fenómeno. Valoran muy positivamente la diversidad e interconfesionalidad, la integración de reflexión, acción y oración, el sacrificio de los jóvenes y sus capacidades de autogestión para movilizarse.

Valoran el sumo respeto y cuidado con que se están esforzando para respetar e integrar el judaísmo y el islam, al pueblo israelí y al pueblo palestino. Es una protesta contra un genocidio planificado y ejecutado ante una opinión mundial paralizada, pero, sobre todo, es un movimiento de paz, reconciliación y diversidad en armonía. Para prepararnos para la paz, es necesario liberar a las universidades y comprometerlas. Así comienza siempre.

Esperando al Espíritu

Esperando al Espíritu…

Tres líneas eclesiales, cuatro tareas pentecostales

Las iglesias son comunidades de “virtuosos” carismáticos, que se han descubierto animados (enriquecidos, impulsados) por el Espíritu o vida de Dios,  que alienta en ellos (les vincula, les enciende e ilumina) en un camino de amor abierto a la comunión y culminación culminación de la vida humana, entendida en forma de Resurrección  esto es, de presencia  Dios como Cristo en la historia de los hombres.

15.05.2024 | X. Pikaza

TRES LÍNEAS ECLESIALES

Tres son las iglesias o comuniones más significativas de cristianos que hoy existes sobre el mundo (católica, ortodoxa y evangélica o protestante). Las tres viven en situación de esperanza de Pentecostés, de venida del Espíritu Santo y así lo indican desde perspectivas complementarias.  

    Católicos, ortodoxos y protestantes mantenemos una misma confesión trinitaria y cristológica, fundada en la Escritura del NT y en el consenso de los cuatro primeros concilios de la Iglesia (Nicea, Constantinopla, Éfeso y Calcedonia). Eso significa en, la base, mantenemos una misma doctrina sobre el Espíritu Santo, confesando que “es Señor y Vivificador, que procede del Padre y que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria” (Credo Conciliar).  Pero después han venido a surgir diferencias en la forma de entender la presencia y tarea del Espíritu Santo. 

‒Los católicos hemos destacado la relación entre el Espíritu Santo y la acción salvadora de Cristo, dentro de la Iglesia, a través de una jerarquía que habría sido creada por el mismo Jesús para interpretar, modular y guiar la tarea de Dios en el mundo.

En general, los ortodoxos nos han criticado por silenciar la voz del Espíritu Santo, convirtiéndole en un mero “delegado” de Cristo, a quien miramos como Señor monárquico (casi político) de una iglesia organizada muy jerárquicamente. Los ortodoxos nos dicen que hemos convertido a nuestra jerarquía (papas y obispos) como gerencia de la obra de Dios. 

Llegando hasta el final en esa línea, algunos ortodoxos nos han acusado de poner al mismo Espíritu Santo bajo la autoridad de la jerarquía: ellos, los jerarcas, habrían recibido por la ordenación el Espíritu divino y lo interpretan y regulan, dentro de la iglesia; los simples fieles estarían obligados a recibir el Espíritu a través del Magisterio (en el nivel de la enseñanza) y del Ministerio sacerdotal (en el nivel de la ordenación eclesial y de la administración de sacramentos). De esa forma habríamos ahogado la espontaneidad del Espíritu Santo, negando en el fondo su divinidad. .

‒ Riesgo católico. Ciertamente, al acentuar una determinada visión cristológica (un Jesús Señor, desligado del Espíritu y que expresa su poder por medio de la jerarquía de la iglesia), algunos católicos han podido caer en los riesgos que han puesto de relieve los ortodoxos: un mesianismo político, que identifica el reinado de Jesús con el triunfo temporal de la iglesia; un  ontologismo teológico, que interpreta la confesión de fe en términos de sistematización lógica, como un orden de proposiciones, y no como encuentro personal con Dios, en el Espíritu; una jerarquización eclesial, que mira al papa y los obispos como mediadores privilegiados del Espíritu, negando así los valores de la comunidad.

Esta crítica puede tener cierto fondo de verdad, pero  ha sido y es una exageración, La teología católica de la segunda mitad del siglo XX ha superado o quiere superar eso riego de jerarquicemos/clericalismo. El mismo papa Francisco está diciendo que los clérigos no son gerentes/dueños del Espíritu Santo, sino servidores de su poder de recreación humana, pero las cosas no son del todo claras… y la disputa sobre el conciliarismo (todos los cristianos formamos un concilio de Dios) o mejor dicho sobre la transformación sinodal (la iglesia es un camino compartido)   sigue estando pendiente, tanto en España como en Alemania, tanto en USA como en el Vaticano….

     Seguimos en medio de peleas barrio-bajeras o alto-clericales…. Como dándonos codazos en la sala de  Pentecostés: Yo más que tú, nosotros más que vosotros… para quedar colocados ante la foto de este Pentecostés 2024.

Vengamos a las  Iglesias orientales que se dicen más sinodales y espirituales. Los ortodoxos han cultivado, en general, una pneumatología más autónoma, destacando la experiencia del Espíritu en la vida de la iglesia, tanto en la celebración litúrgica como en la vida espiritual de cada uno de los creyentes. Es evidente que  todos los cristianos debemos estarles agradecidos, pues ellos, los ortodoxos, han conservado para el conjunto de las iglesias una tradición original que pertenece a toda la cristiandad. Pero, después de afirmar eso, debemos añadir que también ellos han corrido y corren ciertos peligros en la interpretación del Espíritu.

‒ Algunos llamados ortodoxos pueden correr el riesgo de encerrarse en un Espíritu sin Jesús histórico, el riesgo de buscar y cultivar un Espíritu sin la historia real y conflictiva de Cristo, cosa que puede llevarles a un misticismo extra-mundano, a una confusión teológica y a una disolución histórica.

Habría  misticismo extra-mundano si el Espíritu se viera como profundidad espiritual abierta, desligada de la vida y obra redentora de Jesús, dirigiendo a los creyentes hacia una experiencia insondable de celebración y misterio que puede acabar siendo vacía.

Habría confusión teológica allí donde la experiencia del Espíritu nos condujera hacia el misterio puramente indecible de Dios, en un apofatismo puro, desligado de la vida y acción liberadora de Jesús. Puede haber, finalmente, un riesgo de disolución histórica, si  la búsqueda de un Espíritu extra-cristiano pudiera conducirnos a un nivel de experiencia mistérica, desligándonos de la gran tarea mesiánica de recrear la historia, desde el dolor y la acción liberadora, siguiendo a Jesús que, con la fuerza del Espíritu Santo, fue expulsando los demonios y construyendo así el reino de Dios (cf. Mt 12, 28) .

Podría haber también un riesgo de  absolutizar un tipo estructuras sacrales de sus  Iglesias, con grandes vestiduras, con inciensos cerrados en sí mismos. Ciertamente, la ortodoxia ha elaborado una visión ejemplar del Espíritu Santo, que es patrimonio de todos los cristianos, pero esa visión puede haber quedado algo anclada en estructuras eclesiales de tipo tradicional, más deseosas de recordar la riqueza de un pasado glorioso, que dede abrirse, por Jesús, hacia futuro abierto de reino, que empieza ya en este mundo, a través de la lucha y creatividad histórica, en ansia de libertad.

Es evidente que las iglesias católicas (y protestantes) han corrido el riesgo de “diluir” el Espíritu de Cristo en la búsqueda gozosa y dolorosa (prometéica y sufriente) de la modernidad, perdiendo así su identidad cristiana. Pero ese riesgo ha sido y sigue siendo, a mi juicio, necesario: el Espíritu de Cristo ha venido a presentarse desde el principio como fuente creatividad histórica, fermento y garantía de futuro, no sólo en la resurrección final de los muertos, sino aquí, en el mismo camino de la historia.

La tradición protestante ha tenido un elemento pentecostal muy  creador.  Como su propio nombre indica, ella he empezado reaccionando (protestando) contra el riesgo de un jerarquicismo eclesial católico, poniendo así de relieve la subjetividad del Espíritu, vinculado a la propia opción creyente (fe) y a la lectura personal de la Palabra de Dios (el Espíritu de Cristo actúa allí donde los fieles escuchan e interpretan la Escritura).

Frente al riesgo de una iglesia jerárquica, que parece “adueñarse” del Espíritu, diciendo a los simples fieles lo que deben creer y realizar lo que digan los “grandes jerarcas”, los grandes reformadores evangélicos han destacado la madurez de cada cristiano, capaz de recibir y cultivar, en fe y confianza, los dones del Espíritu, que se expresa de un modo especial a través de la Escritura, que viene a presentarse así como lugar privilegiado del Espíritu… El catolicismo ha corrido el riesgo de convertir al Espíritu Santo en garante de una dictadura clerical… pero a veces un tipo de dictadura (que mantiene a muchos católicos sometidos a un sistema clerical)… puede tener elementos buenos….

‒ Pero en otro sentido, la protesta protestante sigue siendo aún necesaria, no tanto para los protestantes, como para los católicos… No podemos olvidar que el Espíritu Santo es la creatividad de Dios, en la libertad para la comunión, en un camino que fue encarnado por Jesús y ratificado por el NT

Conforme a la experiencia protestante, el gran carisma del Espíritu en la iglesia es la lectura e interpretación personal de la Biblia, más que el orden eclesial reflejado por la jerarquía (riesgo católico) o que el misterio celebrado en forma de liturgia comunitaria (riesgo ortodoxo).

Esta “protesta evangélica” de los reformadores pertenece también a la tradición común de las iglesias y así lo han comprendido gran parte de los teólogos católicos, y el mismo Concilio Vaticano II. Pero ella puede convertirse en riesgo allí donde ella abandona a cada uno de los fieles, dejándole ante su propia interpretación aislada de la Biblia, fuera de la Gran Comunión de los Creyentes, en la Comunidad de la iglesia, pues, como   puso de relieve San Pablo en 1 Cor 12-14, el Espíritu es de Cristo si crea cuerpo, si es comunión concreta de amor.

             Ciertamente, la gran teología protestante del siglo XX (de K. Barth a R. Bultmann, de P. Tillich a D. Bonhöffer) ha protestado contra una interpretación individualista del Espíritu, pero los resultados de su protesta no parecen todavía claros. De esa forma, los protestantes actuales (divididos en múltiples grupos) se mueven entre el riesgo de una neo-ortodoxia, vinculada al literalismo bíblica, y el riesgo aún mayor de una disolución antropológica  (neo-liberal) del Espíritu de Cristo.

Lo que ellos han dicho y han hecho, sobre todo en el campo de la lectura de la Biblia, sigue siendo modélico: ninguna otra iglesia ha trabajado en este campo con su rigor y deseo de verdad; ningún otro grupo humano ha pensado con el rigor con ellos lo han hecho. Pero es muy posible que también ellos, los protestantes nuevos, por respeto a sus reformadores (Lutero, Calvino…) y, sobre todo, por fidelidad a las fuentes bíblicas, deban dialogar con la tradición ortodoxa y con la experiencia eclesial de los católicos, para así descubrir mejor la identidad y acción del Espíritu de Cristo en nuestro tiempo.

CUATRO  AUTORIDADES (TAREAS)  PENTECOSTALES  2024

Conforme a una visión muy extendida del protestantismo, Dios ofrece su Espíritu a los fieles para que lean e interpreten de manera personal y salvadora la Escritura de Dios. Conforme a otra visión extendida del catolicismo, Dios habría dado su Espíritu al Papa y a los obispos, para que actúen en su nombre (en nombre de Dios) y digan a los otros lo que tienen que hacer. Ésta es una lectura simplista de los hechos, pero nos ayuda a interpretarlos… En este contexto quiero fijar algunos rasgos del surgimiento carismático de la autoridad cristiana (eclesial), en línea ecuménica: 

1. Primera autoridad cristiana es el carisma,

es decir, la creatividad personal de los creyentes, como Pablo ha desarrollado en 1 Cor 12-14 y Juan en todo su evangelio y en sus cartas. Esa autoridad se encuentra vinculada al testimonio y  creatividad de aquellos que  enriquecen a a los demás, abriendo para ellos un  camino de seguimiento y maduración. Esta autoridad se avala por sí misma: no tiene que imponerse, se ofrece; no se consigue por razones o por votos, se expresa y  justifica por sí misma. En esta perspectiva se sitúa la autoridad de los grandes creadores espirituales como Jesús o Mahoma, lo mismo que los fundadores de las órdenes  y movimientos religiosos.

La fuerza de esta autoridad reside en el ejemplo y  prestigio de aquellos que se han presentado ante los demás como hombres o mujeres de Espíritu, capaces de mantenerse en diálogo con lo divino. Esta es la autoridad que define el estado naciente de una institución o grupo. De algún modo, ella perdura a través de las instituciones ya formadas (iglesias constituidas), aunque pierde la importancia que solía tener en su principio, pues las iglesias tienden a convertirse en  administradoras de un carisma ya codificado y  funcionalizado.

El carisma de autoridad tiende a estabilizarse en formas y estructuras de poder delegado, a través de los funcionarios o administradores que organizan la vida del grupo conforme a unas leyes aceptadas en principio por todos. Así se pasa de los fundadores carismáticos a los funcionarios eficientes cuya tarea no consiste en crear carisma (recibir nuevo Espíritu) sino en administrar la vida de aquellos que están reunidos en nombre de ese carisma. Estos superiores delegados (administradores) no ejercen autoridad por sí mismos ni pueden apelar a una inspiración más alta del Espíritu.

Son representantes de un conjunto social que les ha dado unas tareas que tienden a burocratizarse; son ejecutores de una ley  que pertenece a todos (que ellos no han creado  ni pueden ejercer a capricho). Los auto-llamados jerarcas de la iglesia no son dueños de los carismas de Dios, ni gerentes de sus “gracias”, sino  testigos y garantes del valor personal y comunitario de los carismas del conjunto de las iglesias.

Normalmente, para mantener su prestigio y mantener su distintos, esos administradores eclesiales administradores tienden a convertirse en «jerarcas», es decir, en autoridad sagrada, y eso puede tener un elemento practico que es positivo… Pero tiene (puede tener) unos riesgos mucho más grandes. Para ello sacralizan su poder, afirmando que han recibido la garantía del Espíritu divino, pudiendo convertirse en más importantes que el mismo Cristo y que el Espíritu Santo.

2. Las iglesias vinculan autoridad carismática y  acción administrativo.

Eso significa que los cristianos, superando el riesgo de burocratización (institucionalización) de sus miembros, deben volver siempre «a las fuentes de inspiración de su vida», es decir, al manantial carismático de Jesús y de los cristianos primitivos. Desde ese fondo debemos superar dos riesgos, el de una búsqueda puramente carismática del Espíritu, sin apoyo en la realidad concreta de sus miembros, y el de una institucionalización pura de la vida eclesial. Así podemos hablar de los dos tipos de «espíritu» cristiano, uno más carismático, otro más institucional.  

No hay puro Espíritu, en total espontaneidad, sin ninguna organización. No se puede hablar de un puro estado naciente, en el que no habría todavía instituciones, pues tan pronto como el grupo  ha nacido y/o se ha organizado en cuanto tal necesita realizar tareas administrativas: se dividen funciones, se reparten encargos etc.  Lo que llamamos el Espíritu Santo del «estado naciente» de la iglesia (de las primeras comunidades galileas o de Jerusalén) se expresa desde el principio a través de ciertas funciones del grupo (vinculadas a misioneros y profetas ambulantes, a maestros y presidentes de las comunidades)

 La autoridad eclesial (lo que se ha llamado jerarquía) no es puro carisma ni pura institución tiene que volver incesantemente a las raíces carismáticas de la iglesia (a la experiencia pascual, a la visión de Pentecostés) para realizar sus tareas. Eso significa que la misma institución participa de la libertad y creatividad carismática del origen de la iglesia; ella se mantiene siempre en estado naciente. Esta dialéctica entre carisma e institución está en la base  del cristianismo y de cada uno de los grandes movimientos religiosos intracristianos. El puro carisma se diluye pronto y pierde su capacidad creadora a no ser que se organice a través de instituciones encargadas de expresarlo y expandirlo (en cauces de administración y poder). Pero si las instituciones pierden su autoridad carismática y se convierten en puras administradores de poder se vuelven fósiles sin alma.

   Por su distancia respecto al origen (que es siempre el amor creador) y por exigencias de la organización, autoridad debe expresarse a través de unas mediaciones funcionales y administrativas, vinculadas a la trama del poder, que pertenecen a la estructura de la vida social y deben ponerse al servicio del carisma. Recordemos que un carisma sin institución pierde  pronto su sentido y se diluye en la impotencia o en cien manifestaciones a menudo contradictorias. 

 3.El oreen (ordo) cristiano es Espíritu de Cristo, su comunión de amor.

Dentro de la estructura legal de un judeo-cristianismo de ley, es decir, legalista (el judaísmo como tal no es legalista, sino legal: la verdadera ley es contraria al legalismo!), los ministerios aparecen reglamentados según ley, conforme a un esquema de herencia (de transmisión familiar) o de organización social…. Pero ellos no se pueden estructurar desde fuera, ni se pueden imponer, sino que brotan conforme a la exigencia de la misma estructura y vida eclesial.

Todos los ministerios han de estar al servicio del del cuerpo mesiánico y carismático de la Iglesia, no de un cuerpo nacional o eclesiástico, sino del cuerpo mesiánico, fundado y expresado conforme a la gracia del Espíritu del Cristo, al servicio del conjunto de la comunidad y, de un modo especial, del conjunto de la humanidad. Por eso, la finalidad de la autoridad del Espíritu consiste en que no haya poder ni poderes…

4. Los ministerios son de nacimiento y vida compartida… (bautismo, eucaristía) 

Al servicio de ese nacimiento y eucaristía están todos: 

«Y en la iglesia, Dios ha designado: primeramente, apóstoles; en segundo lugar, profetas; en tercer lugar, maestros; luego, milagros; después, dones de sanidad, ayudas, administraciones, diversas clases de lenguas…» (1 Cor 12:28).

 Hay, por tanto, ministerios, hay servicios eclesiales, pero brotan de la misma comunidad abierta al amor, en el Espíritu. Todos ellos se expresan y culminan en el único servicio del amor, como sabe 1 Cor 12, 31b-13,13.

El carisma fundante (y en el fondo único) de toda vida cristiana (y evidentemente de sus diversas instituciones) es el amor, es el sacerdocio “especial” y supremo  de todos los creyentes, que es el de Jesús…., no un sacerdocio como ministerio administrativo de algunos, , sino como experiencia de comunión de amor de todo,  como don gratuito y fuente de unión no impositiva entre creyentes de Jesús, al servicio de la humanidad.

Fundada en ese amor que brota del Espíritu (que se identifica con el Espíritu)  la iglesia de Jesús no ha desarrollado (ni puede desarrollar) en principio ninguna autoridad específica distinta de aquella que posee y representa Jesús resucitado, por medio del espíritu.  Su autoridad es el amor común y al servicio de ese amor emergen diferentes ministerios o, mejor dicho, diversos ministros, como representantes y portadores personales del amor común.